Capítulo X “¿Demasiado Tarde?”
Por primera vez en su vida, sentía tanto rencor.
Hoy terminó. Hoy se arrancaría de las entrañas todo ese “amor” que sintió por la poción. Bebería cualquier cosa, hasta del lago negro para no recordar lo patético que había sido.
Lazos como el amor, él no los entendería. Porque nada es real para un Malfoy. Todos simplemente pueden desearle, pero él los escoge con pinzas, juega y los tira al cesto de la basura.
Sé que no hay promesas o un amor para toda la vida… lo sabía, pero aún así… soy un perfecto imbécil al soñar con alguien diferente… lo conozco desde hace algunos años y todavía no aprendo la lección.
-Terminó- dice el moreno, colocándose su ropa que estaba mojada- no quedará así, te lo juro.
Draco se fue a las mazmorras. Ignoró por completo aquel dolor creciente de su pecho.
Hoy era el día en que la fantasía de la pareja del año terminaba. No lo necesitaba. No lo extrañaría. Para nada.
Entonces por qué estaba tirado en la cama buscando alguna señal de su olor… o algún recuerdo en su memoria sobre su obligada convivencia juntos.
“Que me sienta tan vacío, no significa nada. Sólo que no tengo con quien jugar. Era un juguete difícil de obtener y como ya lo he probado, no me es indispensable… al fin terminó esa maldita poción. Porque jamás me habría amado por lo que soy… sólo tiene una vaga noción de quién soy, nada más. Y un Malfoy no se conforma con pequeñeces… o es todo, o es nada.”
Terminó, te prometo que lo malo ya pasó
No sufras más, la mañana que esperabas ya llegó
Yo estoy aquí.
Así Harry regresó a la Torre de Gryffindor.
Ni siquiera le respondió a sus amigos, que estaban muy preocupados por él.
-Dile a esa serpiente que tiene los días contados- escribió Ron a su “amigo con derecho”, Blaise.
-Las cosas por acá no están tan bien como crees- fue su respuesta.
-No me vengas con esas, ustedes no sienten nada- escribió con rabia y lo mandó.
-Tú que sabes- respondió con rabia y se lo mandó. Luego quemó los pergaminos del pelirrojo y los lanzó a la chimenea.
-¿Cartitas de amor?- pregunta Hermione, quien le quita un pergamino.
-Sólo son advertencias- se lo quita de la mano.
-Tal parece que Harry ha terminado con Malfoy.
-En primer lugar, ¿cómo rayos se fue a enamorar de él?
-Lo mismo me pregunto… ¿cómo te fuiste a enamorar de Zabini?
-No mezcles las cosas.
-No lo hago, es la verdad.
-En este momento lo más importante es la integridad de Harry, ¿no lo crees?- dice para cortar el temita de todos los días.
-Entonces, vamos a subir y hablemos con él- dice Hermione, levantándose del sillón y subiendo las escaleras, hacia el dormitorio de los chicos.
Harry estaba buscando algo en su baúl. Pero tal parece que no lo podía encontrar. Tenía todo tirado en la cama y debajo de ésta.
-¿Qué estás buscando?- pregunta la castaña mientras intentaba ordenar algo de ese desorden.
-Una botella- responde el ojiverde sin dejar de buscar entre sus pertenencias.
-¿Una botella?, no me digas…- dice Ron sin terminar la frase.
-¿Qué sucede Ron?- pregunta Herm curiosa.
-¿Has traído alcohol al colegio?- termina la frase y su rostro era todo un poema.
-Claro que no- dice el moreno, como si eso fuese lo último que haría- es algo más fuerte que el alcohol.
-¿Más fuerte?...- pregunta la castaña temiéndose lo peor- ¡no lo hagas!, no vale la pena…
-¿Qué no vale la pena Herm?- pregunta Harry sin entender.
-Si no estás con él, no te mates Harry, nos tienes a nosotros, somos tus amigos…
-¿Quién dijo que pensaba matarme?- responde el pelinegro, sentándose a la orilla de la cama.
-¿Qué piensas hacer con esa botella Harry?- pregunta Ron, preocupado por la amplia sonrisa que tenía su amigo en los labios.
-Ya lo verás Ron… ya lo verás.
-No harás nada- dice la castaña, tratando de quitarle el frasco de la mano.
-No se involucren en esto- se levanta de la orilla de la cama y se va de la habitación.
-¿Qué crees que va a hacer con ese frasco?- pregunta el pelirrojo.
-Si él no se va a matar… Malfoy corre peligro- dice Hermione, bajando rápidamente las escaleras.
-Oye, Hermione, espera- dice Ron, saliendo detrás de ella.
-Hay que detenerlo… la amortenia lo ha enloquecido.
-Tal vez ese hurón lo enloqueció- le defiende.
-Como sea, Harry puede matarle y será peor.
-¿Adónde crees que fue?
-A las mazmorras.
-Puede ser.
-No hay tiempo que perder, apuremos el paso- la castaña tira de la mano de Ron, como si fuese un niño pequeño en compañía de su mamá buscando a su hermano perdido.
-Suéltame Hermione- Ron tiraba de la mano de su amiga, pero no conseguía soltarse.
-¿Acaso te puedes perder?... miren, viene con su “mami”- decían algunas de las serpientes que estaban en la entrada de las mazmorras.
Harry quedó de pie, frente a una puerta que se abrió ante su presencia… la sala de los menesteres.
La sala tenía una cama con sábanas blancas. La chimenea, flameante. Un sillón azul de cuero y un velador con una lámpara.
Entró y las puertas se cerraron.
La chimenea aportaba el calor que su cuerpo no tenía.
Hasta se le había olvidado que sus ropas estaban mojadas. Vio hacia la cama y había un pijama de dos piezas, rojo escarlata. Se lo colocó, y dejó su ropa de estudiante cerca del fuego para que se secara.
Mientras veía la botella de láudano, algunos remordimientos pasaban por su mente… pero no era el momento de retroceder…
-Te tragarás, gota a gota este veneno…- murmura y deja la botella dentro del velador.
Mientras que Ron y Hermione, seguían en terreno de serpientes. Para el gryffindor, todo su orgullo saltó por la ventana y se hundió en el fondo del pacífico.
Palpitando hoy traigo el mismo corazón
Otoño en flor
Desafiando las agujas del reloj
Y ahora yo estuve secuestrado por tu sombra
He regresado de la oscuridad
A inventar un beso nuevo,
Una nueva historia...
-Sal de mi camino, sangre sucia- decía Draco, quien iba de salida.
-No lo haré- dice Hermione, firme.
-Apártate- la empuja y se va de lo más campante.
¿Qué había pasado con Ron?... se preguntaran…
Blaise le había echado un ojo y lo secuestró.
-¡Detente Malfoy!- le exclama la castaña, pero fue totalmente ignorada.
Sólo pudo ver cómo el rubio iba directo a su muerte…
Harry esperaba acostado en esa suave cama. Mientras observaba el techo que cambiaba de colores de acuerdo a las emociones, iba recordando todo lo que habían vivido juntos…
Desde aquel incidente donde la magia se desató… desde aquel primer beso… todo fue tan rápido, a la fuerza…
Draco iba caminando por los pasillos. No tenía claro la dirección. Esta vez, sólo se dejó guiar… hacia la sala de los menesteres…
Apenas la puerta se abrió, vio la cama blanca, ropa secándose cerca de la chimenea y a… Potter.
-Espera Malfoy- fue la voz que tanto conocía y esperaba oír.
-¿Qué quieres ahora?- se quedó de pie, frente a frente con su némesis.
Sabía que algo no estaba bien. La mirada de Potter era oscura, triste. Como si quisiera hacer algo y luego se arrepentiría de ello…
-Esto- conjura un hechizo y el rubio queda atado con una cuerda en las manos y pies.
Después Harry lo levita hasta la cama y se sienta al lado de él.
-¿Qué pretendes hacer?- pregunta el ojigris, intentado zafarse de esas cuerdas que lastimaban sus muñecas y tobillos.
-Quiero que sufras Malfoy, quiero que pagues por todas las humillaciones- le dice al oído y comienza a desnudarle el torso.
Y ahora dime
Quien en este mundo te ha querido más que yo
Te pido dime
Quien te necesita más que yo
Y ahora dime
Dime que tampoco tú has podido estar sin mí
Te pido dime
Dime que tú nunca me olvidaste
“Acaso no te dabas cuenta que sólo quería oír dos palabras tuyas”…
Y ahora tú
Deberás tener abierto el corazón
Para que el sol te ilumine hasta el último rincón
Se terminó...
Que el pasado se haga cargo del dolor
Pues sólo queda
La alegría fue de viaje y ya volvió
Harry ve hacia el velador y abre el cajón. Saca la botella de láudano.
-Pero antes, quiero un último beso de estos labios que sólo tienen veneno…- dice y besa al rubio, como si fuese la última vez.
Y ahora yo
He sido rescatado del infierno
Vengo a decirte que te quiero más
Vengo a escribir la nueva historia
Draco tuvo miedo… pocas veces en su vida se había visto involucrado frente a la muerte y esta vez… no pensaba morir. Bajo ningún concepto.
-No lo beberé, aunque me tortures- dice aparentando su clásico autocontrol.
-Lo harás- el moreno bebe un poco de láudano y se vuelve a acercar hacia los labios del rubio, obligándolo a beber a través de ese beso.
Unas gotas entraron en su organismo. Fue por la fuerza.
-¿Te parece suficientemente envenenados mis besos?- pregunta el ojiverde mientras se levanta de la cama y se sienta en el sillón.
-¿Qué estás esperando?, desátame- seguía luchando contra las cuerdas.
Y ahora dime
Quien en este mundo te conoce más que yo
Te pido dime
Quien juró por siempre acompañarte...para siempre
Y ahora dime
Quien te ha amado tal y como eres, sino yo
Te pido dime
Dime que tú nunca me olvidaste
-Sólo bebiste un poco de ese líquido, así que pronto te quedarás profundamente dormido… todo será como una verdadera pesadilla- dice el pelinegro, colocándose su ropa de estudiante- que pases una larga noche aquí, príncipe de las serpientes.
...quien te puede amar con todo el corazón y más, como te he amado yo...
...quien te puede hacer temblar con un abrazo, dime quien sino soy yo...
...y ahora dime...
Y ahora dime
Quien en este mundo te conoce más que yo
Te pido dime
-¡Desmaius!- invoca un hombre que esperaba fuera de la sala de los menesteres- esas no son maneras de vengarse Potter… tendré que darle algunas lecciones…- desaparecen en las sombras…
Continuará…
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