Capítulo XII “Un nuevo intento, borrando el pasado”…
Harry estaba en la Torre de Astronomía. Al borde de una de sus ventanas. Con el cuerpo semidesnudo, sus ojos totalmente muertos y su respiración agitada por el frío, no sabía qué pensar.
Se mantuvo al borde de esa ventana, por horas.
Luego de aquel “encuentro” con su profesor de pociones, había caído en un profundo letargo que complicó su estado anímico.
Cuando despertó, estaba allí, en la Torre. Cubierto por unas mantas. Tal vez fue el profesor quien le llevó hasta ese lugar. Tal vez, habían hallado a Draco en la sala de los menesteres y ahora lo estén buscando por todo el colegio.
Qué más daba. Ya había ocupado hasta el recurso de matarle si no aceptaba sus sentimientos.
-Draco- decía su nombre como si fuese lo único que pudiese recordar- ¿cómo fue que te hice tanto daño?- miró sus manos y las llevó a su pecho- todavía mi corazón está latiendo… aún.
¿Era tanto pedir?... parece que así era… sólo un poco de cariño de su parte. Pero sólo hay desprecio en su mirada y sus palabras. Creo que su veneno me ha corroído más de lo que había pensado. Sí, ahora jamás querrá verme otra vez. He terminado de enterrar todo lo que podría surgir de su oxidado corazón.
Qué estúpido he sido. ¿Por qué será que todavía te amo tanto?... ¿por qué todavía… dueles tanto?... parece que debo arrancarme el corazón y así dejar de sentir… pero… si sólo fuese eso, ¿acaso mi cuerpo no lo recordaría?... una mirada, una palabra, un gesto, un beso, todo lo que hemos vivido, no podría olvidarlo.
¿Acaso no puedes entenderlo?... debo… dejar de amarte o enloqueceré.
Por favor, ódiame.
Escucha, aunque sean sólo mis pensamientos. Puedo entender que no llegues a amarme nunca. Lo sé. Menos ahora… que mi cuerpo fue de otro hombre. De seguro que no querrás tocar un cuerpo que ya ha sido de otra persona.
Como un juguete roto por el cual pierdes interés.
Todo fue un acto de equivocaciones. Olvídalo todo, Draco. Yo haré lo mismo.
Por eso… todavía puedo oír sus palabras en mi cabeza… él dijo que si quería, podía comenzar de nuevo, con esto…
Harry saca de su bolsillo un frasco negro. …l dijo que si bebía esto… todo quedará como antes… y aquel sentimiento que hoy es mi agonía, morirá.
Ojala escuchara un “detente”, en este momento… pero nadie vendrá por mí. Estoy seguro. Menos tú.
El moreno respira profundamente, y mira el frasco con detenimiento…
¿En verdad quiero olvidarle?...
-Lo siento… todo- saca la tapa de madera y ve el líquido azulino- hagamos de cuenta que nada de esto existió- bebe el líquido que al principio le quemaba la garganta. Se llevó una mano a la garganta y tosió varias veces. El movimiento de su cuerpo, le hizo perder el equilibrio.
Cayendo desde lo alto de la Torre de Astronomía.
Un hechizo proveniente desde el suelo, detuvo la caída.
Mirando a la muerte que pasó por sus ojos, el resto era sólo el frío suelo.
-¿El suicidio es otra de sus aficiones?... Potter- dice el profesor de pociones, tomándole en brazos.
-Bájeme, profesor- pide el ojiverde incómodo por la situación.
Snape lo deja en el suelo y le mira fijamente. Viendo aquel alumno que tantos problemas le traía.
-¿Qué estuvo haciendo en la madrugada, Potter?- pregunta el maestro buscando un indicio de lo que ya sospechaba.
-Supongo que durmiendo, profesor, ahora si me disculpa, me tengo que ir- se aleja bastante- gracias- dice y se va corriendo a la torre de gryffindor.
-Esa es su respuesta- dice el mayor, viendo cómo se alejaba nuevamente de sus manos lo que más deseaba- entonces Draco también hará lo mismo- se encamina a la enfermería para saber cómo estaba su ahijado.
Draco había sido llevado por Blaise a la enfermería, luego de encontrarlo con graves indicios de envenenamiento por láudano.
-¿Cómo te sientes Drake?- preguntaba Pansy, quien le tomaba la mano, como si él se fuera ir a algún lugar lejano sin ella.
-Estoy bien- quita la mano- voy a matarlo cuando le vea.
-Si te refieres a Potter está desaparecido desde anoche, nadie sabe dónde está- dice Blaise, haciendo acto de presencia.
-Gracias- dice el rubio, bajo.
-De nada dragón- dice Blaise, notando algo raro en el rostro de su amigo- eres un caso perdido, Draco.
-¿Por qué dices eso?- pregunta enmascarando sus sentimientos.
-Porque te has enamorado de él.
-¡No puede ser!- exclama Pansy- ¡Drake es mío y de nadie más!
-No soy de nadie- dice el enfermo y viendo que alguien venía a visitarle- padrino.
-Vendremos más tarde a verte Draco- dice el moreno, caminando con Pansy, quien le lanzó un beso al ojigris y se fue de la enfermería.
-¿Cómo te sientes, Draco?- pregunta el profesor, sentándose a su lado.
-Mejor, padrino- responde el rubio, algo pálido.
-Te traje una poción para que te mejores- era un frasco negro con una poción azulina- te hará sentir mejor, te lo aseguro.
-Gracias padrino- saca la tapa de madera y bebe la poción, confiando en las palabras de su padrino.
-Ahora voy a arreglar unos pergaminos que dejé pendientes- ve a Draco- cuídate- se aleja, ignorando el hecho de que en pocos segundos más, el cuerpo del rubio, más bien su cerebro, iba a borrar todos sus recuerdos del último período de tiempo.
Harry llegó a la Torre de Gryffindor y no fue recibido por un abrazo, ciertamente.
Estaban todos sus amigos, mirándole con recelo. Y él no entendía qué era lo que estaba pasando.
-¿Qué está pasando?- pregunta a la multitud.
-¿No lo recuerdas?- pregunta Hermione rompiendo el silencio que era predominante- ayer envenenaste a Malfoy.
-¿Qué hice… que…?- la mirada del moreno era todo un poema- ni siquiera lo he visto en semanas, ¡cómo voy a envenenarlo!
-Es peor de lo que pensamos- dice la castaña- no mientas, no a nosotros que somos tus amigos.
-No les estoy mintiendo, no sé de qué me están hablando.
-¿Cómo que no recuerdas nada?- pregunta Ron, enojado- nadie se olvida de algo así.
-¿Dónde estuviste anoche?- pregunta Herm, desesperada por una respuesta.
-Aquí… supongo- y los mira con aire inocente- este es mi lugar, ¿cierto?- dice y sube las escaleras buscando sus pertenencias- ¿dónde está mi maleta?
-En las mazmorras, en la habitación de Draco Malfoy- dice Ron sulfúrico.
-¿Qué estás diciendo?... ya verás cuando le vea, voy a patearle hasta cansarme, serpiente rastrera, cretino insensible- dice el ojiverde hasta quedarse sin aire.
-¿Qué es lo último que recuerdas, Harry?- pregunta Herm.
-¿No estábamos desayunando hace un rato?... tengo mucha hambre- se lleva una mano a su vientre- primero, tomaré un baño- se encierra y Ron golpea la puerta.
-Sal de ahí, Harry.
-Ustedes no creen en mí- les reclama- ¿por qué habría de envenenar a Malfoy?, están locos- decía el gry en su defensa.
-Porque él te dejó- dice la castaña- porque salían juntos.
-Eso es imposible, es como mezclar agua y aceite, jamás saldría con el hurón.
-Hermione, y si Harry se hechizó a si mismo para olvidarlo todo.
-Lo mejor es hablar con Dumbledore.
-Eso es, vamos.
Van a buscar al Director, pero no estaba en el colegio. Frustrados, regresaron a la Torre de Gryffindor.
-¿Qué hacemos Hermione?... Harry se habrá lanzado un obliviate- dice Ron.
-Al menos no mató a Malfoy, así que no es tan grave el asunto- dice la castaña, mirando a Ginny que se acercaba.
-¿Es cierto lo que todos dicen?- pregunta la pelirroja, ansiando una respuesta que en el fondo, será afirmativa.
-Es cierto, anoche Harry envenenó a Malfoy- dice Herm.
-No puede ser… él no haría eso.
-Ginny… él ya no es el mismo, entiéndelo- dice Ron, con sus manos en los hombros de su hermana, a modo de consuelo.
-Mienten, todos están mintiendo- se va corriendo a encerrarse a su cuarto.
-Déjala Ron, yo habaré con ella, más tarde.
-Por favor Herm.
Mientras que Harry estaba en el baño, encerrado.
Mirando que su cuerpo estaba con vendas y parches.
Había rastros de sangre en ellos.
¿Estas vendas, quién las habrá puesto?...
Draco tuvo que ser sedado para evitar aquellas convulsiones que le vinieron de pronto.
Cuando despertó, sintió que había perdido algo muy importante.
-¿Por qué estoy acá?- pregunta a un pasmado Blaise quién no entendía nada.
Continuará…
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