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AMORTENIA por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, disfruten el new capi ^-^
Capitulo XVIII “Lágrimas sobre la tumba”


Si no salto, jamás podré acabar con esto… seguiré atado a ese hombre que sólo ha sido capaz de herirme. No quiero verle. Menos a él. Pensé que él podría salvarme, pero sólo ha lanzado la piedra para que definitivamente me hunda en el olvido… qué patético soy… ¿no lo crees Malfoy?... aún al borde del abismo, sólo sigo pensando en ti…


-¡NO LO HAGAS!, ¡HAAAAARRY!- gritó Hermione y corrió en dirección a la Torre de Astronomía.


-Perdóname, bebé… por no salvarte- extendió los brazos y cerró los ojos. Dio un paso al vacío y cayó desde lo más alto de la Torre.


Blaise aguardaba a los amigos de Potter para que llevasen su cuerpo hacia la enfermería.


Uno a uno, sin que se percatasen, los hechizó con un confundus. Así, cualquiera que viese ese cuerpo, estaría seguro que correspondía al salvador del mundo mágico.


El cielo se había oscurecido. Las nubes se unieron hasta formar un gran manto cubriendo toda su extensión de gris perla. Se acercaba una gran tormenta.


Los primeros en llegar al lugar de los hechos fueron Ron y Hermione. Seguidos por los gemelos Weasley, Parvati, Seamos Finnigan, entre otros. La mayoría gryffindors.


Hermione fue de las más afectadas. Sólo ver aquel cuerpo destrozado, ensangrentado. Con los ojos abiertos en un punto invisible para otros. No pudo pronunciar palabra alguna, hasta pasados unos minutos.


-¡HARRY!, ¡DESPIERTA!, ¡ABRE LOS OJOS!- gritaba con sus ojos anegados en lágrimas- ¡suéltame Ron!- empujó al pelirrojo y se abalanzó sobre el cuerpo del moreno- no te dije que yo iba a protegerte- le reclamaba y le jalaba el cuello de la camisa- ¿verdad que vas a despertar?, esto no está pasando- le acaricia la frente-esta sangre no es tuya… ¡¿por qué lo hiciste?!- le pega en el brazo- por favor, abre los ojos y volvamos a casa- las lágrimas no dejaban de rodar por sus mejillas y éstas caían sobre el rostro imperturbable de aquel cadáver… que mantenía sus ojos verdes abiertos- nosotros somos tus amigos, ¿por qué nos dejaste?- lo levanta del suelo y le abraza- ¿por qué sonreías si por dentro estabas gritando?- comienza a mecerlo- te llevaré donde Madame Pompfrey, ella te dará una poción de las que odias- sonríe- y te vas a salvar… te lo juro- mira a su costado. Ron tenía los ojos rojos de tanto llorar y la miraba con mucha lástima.


Miró a su alrededor y comprobó que todos le miraban con lástima. Con dolor. Como queriendo decir: ella enloqueció de dolor. Bajó la mirada y lloró amargamente sobre el hombro de su amigo. Hasta que los hermanos Weasley, le intentaron alejar de Harry y ella comenzó a gritar.


-¡No lo toques!- exclamaba y estiraba su mano para tocar una vez más aquel gélido cadáver- te salvarás Harry, te lo prometo- repetía y Ginny, destrozada por aquella escena tan desgarradora, le lanzó un desmaius a su amiga para que se tranquilizara.


Blaise miraba a todos los presentes. Luego a su amigo Theo, a quien le hizo una señal con el dedo. Mientras él seguía a la caravana que llevaba el cuerpo el cuerpo del niño-que-vivió.


Theodore tenía una importante misión. Cubrió con una capa el bulto y lo llevó hasta su dormitorio, en las mazmorras de slyhterin.


Ahora todo dependía de la astucia de Blaise. Debía camuflarse y convertirse en uno de los espectadores.


Esa tarde, para los alumnos de Hogwarts, era el fin de su historia. Harry Potter estaba muerto. La leyenda del niño-que-vivió, quedó en el anonimato.


Madame Pompfrey al ver tanto gentío en su enfermería, los iba a echar. Pero su sorpresa fue mayúscula al ver el cuerpo que traían.


Fue corriendo hasta el recibidor y los gemelos Weasley le entregaron el cuerpo de Harry.


Blaise antes de que alguien se percatase de algo, conjuró otro confundus, pero esta vez hacia Madame Pompfrey. Y ella, se puso blanca como un papel y ordenó rápidamente que le avisaran al Director de tal tragedia.


Revisó el cuerpo del moreno y todo lo que era información genética cuadraba.


Contaba con múltiples facturas y hemorragias internas.


Con tal impacto debió perder a la criatura que esperaba.


No había nada que pudiese hacer. Harry Potter estaba muerto. Limpió el cuerpo con cuidado. Le cambió la ropa por una recién planchada. Por último, le cubrió con una sábana blanca.


Ella no sabía que era víctima de un confundus.


Con gran pesar, hizo la ficha clínica. Anotó los datos del paciente, la hora de muerte y la causa.


Albus Dumbledore apareció en la enfermería. Estaba totalmente desconcertado.


Nervioso.


Los alumnos se separaron en dos hileras y el anciano fue directo donde la enfermera.


-¿Qué ha pasado?- pregunta y su vista va hacia una camilla que tenía un bulto.


-Está muerto Albus- dice con un nudo en la garganta- Harry Potter, está muerto.


Dumbledore se acerca hasta esa camilla. Con su mano, temblorosa, retira la sábana blanca que cubría el cuerpo.


Sólo vio el rostro y su desconcierto, se convirtió en calma.


Aún así, debía estar en alerta. Si Harry hubiese… fingido su muerte… ya tenía su principal sospechoso.


Hermione descansaba en otra camilla. Mientras tanto, el Director tenía algo que hacer.


-Usted dijo que estaba en buenas manos- le reclama Ron.


-Lo sé, Sr. Weasley- responde con pesadumbre- voy a preparar el velorio y el funeral- sale rápidamente de la enfermería.


Blaise quitó el conjuro confundus y se fue hasta las mazmorras. Debía avisarle a Draco, que Harry había muerto.


Fue corriendo, mirando que los alumnos y alumnas corrían de un lado al otro, e iban murmurando el trágico suceso.


Pasó por la sala común y no había nadie. Subió las escaleras y llegó a la habitación del príncipe de las serpientes.


Abrió la puerta y lo encontró semidesnudo. Había tomado un baño.


-Tengo que hablar contigo- dice Blaise y Draco se extraña por el tono de voz, tan lúgubre y triste.


Draco se coloca la camisa y se arregla los pantalones.


-¿Qué quieres Zabini?- pregunta despectivo.


-Será mejor que te sientes-dice y ahora sí que Draco estaba comenzando a preocuparse. Era grave el asunto.


-Te escucho- dice y se sienta. El corazón comienza a latirle con rapidez.


-Potter- dice seco.


-Si vas a hablarme de esa basura, ahórratelo- dice con enfado. Tanto enigma por alguien tan insignificante.


-Murió- dijo pausadamente.


El silencio se apoderó el cuarto.


Draco se quedó petrificado, como una estatua de mármol que estaba sin terminar.


No veía, escuchaba, tocaba, olía o degustaba nada. Era una figura que se apagó.


Sus ojos quedaron fijos en un punto imaginario. Cayó de rodillas al suelo alfombrado y se dobló por el dolor.


Potter murió. Harry murió. ¡Debe ser una pesadilla!...estoy seguro que si cierro los ojos y los vuelvo a abrir, estarás allí, frente a mí, pidiéndome que te ame. Y no tenías que pedirme que lo hiciera… porque definitivamente, me he enamorado de ti. Aunque sea de la manera más retorcida y masoquista que existe. Qué no daría en estos momentos para que volvieras a entrar en esta habitación y me dijeses que soy un perfecto cretino.


Pero te has ido. Y si mi vida está unida a la tuya, ¿por qué sigo aquí?...


Si te ibas a marchar, si tu no estás, ¿por qué sigo respirando?... acaso dos corazones que están unidos, puede uno sobrevivir si el otro desapareció. Estoy seguro, que si en estos momentos estuvieras aquí, sólo querría hacerte el amor. Sin pensar en un futuro, ni siquiera en el mañana. El hoy. Lo que me has negado.


Pero después de todo, sigo siendo un Malfoy. Y si estoy perdiendo el tiempo pensando en todas estas cursilerías, es porque me importas. Tanto tiempo lo negué que sólo quería convencerme a mi mismo que tú no eras indispensable. ¿Acaso no me dijiste que después de la muerte de tu pulgoso padrino yo era lo más importante?... que amarme, te daba una razón para seguir viviendo y luchando. Aunque la posibilidad de que yo te quisiera fuera cero.


¿Habrás pensando en mí antes de saltar?...


Dime que esto no es cierto. Rescátame de este vacío que llamo vida y sácame de aquí, que me estoy ahogando de tanto dolor. Apenas puedo soportar este oxígeno si tú no estás. Tu olor, tu cuerpo, tus besos, tus abrazos, tu risa, todo lo extraño y estoy a punto de enloquecer.


Estoy seguro que si pongo un pie fuera de esta pieza, te voy a ver. Veré tu débil figura en algún espejo, en algún pasillo. En las aulas vacías. Te buscaría entre las sombras de la gente, con tal de que me sacaras de este lugar.


Estoy muriendo cada segundo y no puedo evitarlo. Todo por dentro se va muriendo. Se va perdiendo. ¿Cómo es posible que todo este cielo sea un infierno?... desde cuándo tu me importas tanto… si eras la zorra de mi Padrino… eso eras. Una vez te lo dije… si yo te besaba, nadie más podría hacerlo. Y no sólo entregaste tus labios, también tu cuerpo, ¿y querías escapar de mí saltando de la Torre?... ¿dónde quedó tu coraje?, tu valentía para enfrentarte ante la adversidad. Dónde quedó el hombre del cual me enamoré, irremediablemente.


¿Podrás perdonarme algún día?...


Blaise quedó a su altura y le abrazó con fuerza. Era mejor alejarse de él lo antes posible. A causa del shock, su magia se desbordó rompiendo todo a su paso. Incluso a su amigo le hirió el hombro.


-No te me acerques- dice al percatarse de la herida de su amigo. Miró la puerta y la derribó, saliendo al exterior.


…l está muerto. Potter murió. Repetía mientras todo lo que había en su camino, perecía, explotaba o se incendiaba.


Blaise salió del cuarto y vio que todo a su paso estaba hecho trizas. Se armó de valor y fue a detener a su amigo.


Entró a ese tipo de campo de magia desbordada y posó ambas manos sobre los hombros de Draco. Le miró fijamente y le gritó.


-¡Tú no lo empujaste!, ¡él saltó!- le gritaba para calmarle.


-Iba a tener un hijo… yo los maté- decía y se llevaba ambas manos a la cabeza- ¿no te das cuenta de lo que hice?...- preguntaba y su mirada era la de un loco buscando una explicación a su locura.


-¿Acaso ese hijo?... ¿sentiste su magia?- necesitaba saberlo, ya que tenía la firme sospecha de que ese hijo era del rubio.


-Sí, era muy cálida.


-¡Ese hijo era tuyo!- dice remeciéndole- ¡reacciona!


Pero Draco seguía devastado. Aunque había ignorado aquel hecho, lo sabía. Sin embargo, estaba tan ciego por la rabia que los condujo a la muerte.


Canalizó toda su ira y golpeó el muro de piedra.


Trizándolo.


Aquella magia amenazante se había esfumado. Sólo para dar paso al dolor, la culpa, el remordimiento.


-No me toques, Zabini- dice áspero el ojigris- no intentes consolarme- se levanta del suelo- vete con tu comadreja- se devuelve a su habitación.


Como pudo, puso la puerta en su lugar. Todo ese lugar tenía esa presencia. Fue entonces que sus recuerdos fueron liberados.


Como una especie de viaje, recordó todo. Desde el incidente con la amortenia, su primera noche juntos en la misma cama. La primera vez que le hizo el amor.


Cuántas veces le tuvo tan cerca y él no le vio. Y sobre todo, la culpa… Harry muchas veces le dijo que le amaba.


Que no era por la poción. Incluso esa vez que le dejó solo en el baño de Prefectos. Semidesnudo, con el orgullo pisoteado y triste.


Tantas veces había mancillado sus sentimientos. …l era el despreciable allí. Porque desde cuándo le comenzó a doler tanto el pecho, ¿qué provoca ese dolor tan profundo y punzante?, aunque llorase, no se calmaría. Era como sal en las heridas abiertas. Era como si le hubiesen abierto el pecho y le cambiaran su corazón por una piedra. No obstante, aquella roca también se ha partido.


Sólo podía retorcerse en el suelo. Y llorar. Llorar sobre la leche derramada.


Cuánto se odiaba ahora. Por ser tan ciego. Por aquel maldito orgullo que no se doblegaba ante nada. Salvo esto.


Lloró. Y aún así, no lograba desahogarse. Parecía que tuviera atravesado un puñal en el pecho.


Se quedó tendido en la alfombra. Mirando la oscuridad que se cernía sobre él.


-Ahora es demasiado tarde…- pensó y se levantó del suelo.


Fue hasta el baño y se lavó el rostro. Lo secó con una toalla y salió de allí. No podía soportar estar en el mismo lugar que él.


Pansy estaba en la biblioteca buscando información para un trabajo. Cuando unos murmullos provenientes del otro lado del estante. Sacó el libro que necesitaba y lo que creyó oír, no podía creerlo.


Fue tan fuerte su sorpresa que se le cayeron los libros de las manos.


Un ruido fuerte y seco, alejó a los estudiantes de ravenclaw que seguían murmurando. Abandonando el lugar al poco rato.


Para ese entonces, Pansy se quedó sin voz. Una risa nerviosa apareció en sus labios. Fue hasta la mesa, sacó los libros y se fue corriendo hacia las mazmorras.


Mientras corría, veía la gran destrucción a su alrededor.


Llegó a la sala común y no había nadie. Subió las escaleras hasta su dormitorio y se encerró allí.


Tiró los pergaminos y los libros a la cama.


Se sentó en su silla favorita y comenzó a reírse de forma histérica y poco femenina.


-¡Está muerto!... ja, ja, ja- seguía repitiéndolo una y otra vez.


Se rió hasta que le dolió el estómago. Luego, giró su cuerpo y vio su expresión desquiciada en el espejo.


Reía y no podía evitarlo.


Dio varias vueltas dentro de la habitación y toda aquella risa histérica se transformó en arrepentimiento.


Hasta que notó que todos golpeaban las puertas y salían corriendo.


Hizo lo mismo. Salió del cuarto y bajó las escaleras hasta llegar a la sala común y se encontró con Theo.


Después de que se unieran Blaise y Draco al grupo, fueron todos a la sala de ceremonias.


Todos iban en filas e iban entrando a la sala. Algunos más tristes, otros más sorprendidos… en fin, cada uno recibió la noticia de distinta manera.


En el centro de ésta, había un féretro sellado.


Dumbledore, como nunca antes, estaba ataviado con una túnica negra. Su expresión era de mucho dolor.


El Director pidió un minuto de silencio por el eterno descanso de Harry Potter.


Todos guardaron silencio. Hermione estaba destrozada.


No podía parar de llorar y Ron, le abrazaba a modo de consuelo. Ginny tampoco pudo evitar el llanto. Ella quería mucho a Harry desde que era una niña.


Dumbledore se aclaró la garganta y comenzó su discurso…


Hoy, nos une una lamentable noticia. Yace en esta sala, el cuerpo sin vida de Harry Potter…


Todos quienes le conocimos, sabíamos que era un joven valiente, amable, algo torpe, pero de gran corazón. Era capaz de sacrificarse a si mismo por otro. Era capaz de amar, sin importar las grandes diferencias que hasta hoy nos separan.


Desde que era un bebé, su destino fue marcado y su vida, sentenciada a una batalla contra el mal. …l, al igual que todos ustedes, sólo quería ser feliz. Aunque lo perdiese todo. Todo su dolor, ahora por fin, ha desaparecido.


Es increíble pensar lo complejo que es estar de pie frente a esta clase de situaciones.


Siempre cuando pensamos en la muerte, sólo vemos a personas mayores o que están gravemente enfermas. Pero no toda enfermedad es del cuerpo. Harry, sufrió más del alma. Y para eso, no hay una cura que logre sanarla si alguien no está dispuesto a entregarla.


Como todos en la vida, alguna vez nos hubiese gustado detener el tiempo. El misterioso tiempo. La vida sigue y una vela más se ha apagado. Su luz se ha apagado. Pero frente a todo esto, sólo hay algo que quiero que se graben muy bien… las personas sólo mueren cuando las olvidas....


Al decir esto, miró a Draco entre la multitud. Su expresión era imperturbable. Una máscara de mármol que sólo era cuestión de segundos para que se partiera en mil pedazos.


La sala era un espacio silencioso. Apenas se podía oír a alguien que intentaba en vano, reprimir las lágrimas y los sollozos.


Dumbledore miró el puesto vacío donde se suponía que debía estar el profesor Snape.


-Pueden retirarse todos, por favor- todos los alumnos salieron en orden.


Sólo Ron, Hermione y Draco, se quedaron en ese lugar.


Hermione se acercó hasta el féretro. Lo acarició y posó su mejilla en él.


-No pude salvarte…- decía entre sollozos- jamás podré perdonármelo- golpea el féretro.


Tenía tanta rabia, tanta impotencia.


-Basta Hermione- decía Ron. Era la primera vez que veía a su amiga en ese estado tan deplorable. Su dolor era tan inmenso, al igual que la culpa.


Draco miraba la escena en silencio. No se acercó ni tampoco lo intentó. …l era si no quien le empujó a ese destino. A ambos.


Severus despertó en su habitación. Se llevó una mano hacia la frente y sus dedos quedaron impregnados de sangre.


Con un dolor taladrante, se levantó de la cama y fue hasta su botica para beber una poción calmante.


Sacó un paño blanco y se lo pasó por la herida. Se acercó más al espejo y notó que tenía astillas en la herida.


Las sacó con sus dedos y las fue dejando sobre la mesa.


Untó una toalla con un líquido café para desinfectarla.


Cortó un poco de gasa y con adhesivo, la pegó en la frente.


Estaba levemente hinchado, pero más tarde iría a la enfermería para que le revisaran en caso de infección.


Salió al pasillo y no había absolutamente nadie.


Caminó con paso firme, con su capa que se movía con el viento.


Se sorprendió cuando se encontró con la profesora Minerva, que tenía los ojos muy rojos.


-¿Qué ha pasado?- pregunta el maestro sin entender lo que ocurría.


-Severus…- dice casi sin voz- Harry Potter está…-no podía termina la oración.


-¿Qué le pasa a Potter?- pregunta mostrando desinterés, cuando por dentro le comía saberlo.


-Murió- dice la profesora y unas lágrimas ruedan por sus mejillas. Saca un pañuelo y las seca.


-¿Qué ha dicho?- preguntó el maestro, quien no cabía en su cabeza aquella palabra que su colega le había dicho.


¿Acaso dijo que Potter estaba… muerto?


Antes de recibir cualquier afirmación o negativa se fue corriendo a la sala de ceremonias.


La sala estaba vacía. Sólo un féretro en el centro, que estaba sellado, tenía la foto sobre éste que pertenecía a Harry Potter.


Si eso iba a pasar, era mejor no haber despertado. Su amado estaba muerto. Muerto.


No cabía en su cabeza aquella idea. Debía ser mentira.


…se no era su cuerpo.


Con pasos trémulos, caminó hacia el féretro. Su corazón se apretó dentro de su pecho. Le dolía como nunca antes.


Tomó la foto entre sus manos y la acercó a su rostro.


Cómo quería que eso fuese una mentira. Recorrió con sus dedos, aquel rostro juvenil. Al menos en esa foto, estaba aquel joven del cual se enamoró. Con aquella sonrisa torpe y sus ojos llenos de vida. Aquella vitalidad que fue perdiendo a su lado.


-Tienes que levantarte de allí- decía Snape y acercó aquel retrato a su pecho- como siempre lo has hecho… no importaba cuál prueba tuvieses, siempre lograbas salir victorioso… ¿qué fue lo que pasó?


-Se suicidó- dice Draco, quien por primera vez, decidió hablar. Enfrentar a su Padrino.


-¿De qué hablas?


-Usted lo sabía todo, ¿verdad?... si él está aquí, es por su culpa- dice y apunta hacia el féretro- usted lo mató, lo destruyó… ¡usted mató a mi hijo!- exclama y baja la mirada- una vez Padrino, dijo que no me enamorara de él… ya ve, este es el resultado de su experimento- dice y suspira levemente- allí lo tiene, dentro de un cajón, ¿no piensa seguirle?...


Snape temblaba. Sus rodillas se doblaron y cayó al suelo. ¿Cómo era posible que siguiera viviendo?, ¡cómo todavía respiraba!


-Este será tu mayor castigo…- dice y sonríe- haberlo tenido entre sus brazos y llevándolo directamente al suicidio… el hecho no poder hacer nada… ¡disfrútelo!- dice Draco y sale de la sala.


-Severus- la voz de Dumbledore no lo sacó de su espacio imaginario- tenemos que conversar.


¿Conversar?...


-Estás despedido…desde hoy dejas de trabajar para este colegio- dice el anciano y sale de la sala.


No me equivoqué contigo… Potter. Enamorarme de ti, fue el peor de mis castigos.


Por cuánto tiempo más, seguiré pagando mis pecados…


¿Qué debía hacer para que me amaras sólo un poco?... creo que ahora, nunca lo sabré.


Se levantó del suelo y posó su mejilla en el féretro.


Cerró los ojos y al fin, pudo llorar.


Te has ido de mi lado. Tuviste el valor de dejarme y ahora puedo entender la inmensidad de tu odio. Fui un iluso, al creer que podría hacerte mío. Mío, en todos los sentidos de la palabra. Pero esto jamás será lo mejor para mí. Que pasé tantos años en silencio deseándote.


Queriéndote. Viviendo en la oscuridad, acariciando un recuerdo que jamás se haría tangible. Soñando todas las noches con que alguna vez, me quisieras tanto… pero sólo tenías ojos para Draco. Y yo, tuve que tragarme mi orgullo tantas veces. Verte con él, cuando por dentro sólo quería arrancarte de sus brazos.


Tratando de no mirarte con tanto deseo. Ocultando mis sentimientos en una fachada de falso odio. Evitando en vano, que los celos no me quemaran por dentro cada vez que les veía juntos. Cuando ibas tomado de su mano.


Cuando pensaba de que estarías con él.


-Ya es hora, Severus- dijo el anciano- podrás irte, después de que enterremos a Harry.


-Gracias- fue lo único que pudo decir.


¿En qué segundo de nuestras vidas somos capaces de darle un alto y simplemente saltar al vacío?...


Draco… eres la peor de mis condenas. Alguien a quien puedo amar y odiar con la misma intensidad. Por favor, no llores en estos momentos, no vale la pena llorar sobre una tumba que sólo tiene mi nombre. No llores por quien dijiste, era la zorra de tu Padrino. No quiero tus lágrimas. Ni tus lamentos. Ni tus deseos. Puesto que al fin, he logrado alzar el vuelo y volar a un lugar donde no me puedas alcanzar… al fin, he cortado las cadenas que me mantenían preso de ti. Y estoy seguro, que aunque viviese en otro cuerpo, irremediablemente, volvería a enamorarme de ti. Lo juro.

Continuará…
Notas finales: nos leemos pronto, disfruten este capi, hasta el jueves o viernes, besos, se despide, gio-chan ^-^

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