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AMORTENIA por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, espero que les encante este new capi, jajaja, lamento la demora xD
Capítulo XX Páginas rotas…


Había pasado un día entero y Harry no abría los ojos.

Desde que perdió el conocimiento por el uso de ese conjuro enseñado por Blaise. Veinticuatro horas y al fin recobró la conciencia.


Theo, durante todo ese tiempo, estuvo pendiente de su huésped. Aunque sus sentimientos habían cambiado de persona, no significaba que le iba a dejar a su suerte. Algo andaba mal y quería saber qué era lo que le mantenía tan apesadumbrado.


Apenas Harry abrió los ojos, Theo le sonrió y le dio unos panes y un poco de zumo de naranja.


Theo buscaba las palabras exactas, pero por más que intentase adornar la situación, no podía hacerlo. Era una serpiente después de todo y cuando atacan, clavan su veneno sin misericordia.


-Hay algo que debo decirte, Harry- dice Theo y logra captar la atención del ojiverde- este conjuro, cada vez que lo utilices, un día de tu vida desaparece, ¿lo entiendes?


-No te entiendo- dice Harry, espantado.


-Este conjuro se hizo para que aquellas personas que tuvieran una muerte traumática, fueran capaces de despedirse de sus seres queridos… ya que es tu alma la que sale de tu cuerpo y viaja a través del espacio y tiempo para poder cumplir tu deseo… es por eso que te exijo, no lo vuelvas hacer.


-Pero Draco cree…


-Que están muertos, lo sé… pero ahora tienes un hijo que cuidar con tu magia y sé que eso en un momento no será suficiente… cuando llegue el momento en que debas aparecer frente a él, lo harás… pero todavía no.


-No puedo dejar que crea semejante mentira- decía el pelinegro, sin entender el grave peligro que corría.


-No lo vuelvas hacer- reitera- tienes un bebé que crece dentro de ti, que si te pasa algo, él también lo sufrirá…- le abraza- ¿qué fue lo que te hicieron?


Harry se quedó en blanco. Sus ojos viajaban dentro de esas cuatro paredes y comenzó a temblar, levemente.


Tenía miedo y se aferró como un salvavidas al pecho del slytherin, mientras que unos sollozos brotaban de su garganta.


-¿Tiene que ver con el profesor Snape?- pregunta Theo y Harry se separa bruscamente de esa protección.


Le mira con rabia y dolor. Aquel nombre, dolía aún.


Fue hasta el baño y se encerró con seguro. Se despojó de toda la ropa y se bañó.


Quería que el tiempo se detuviera en ese preciso instante, cuando el agua caía por su piel y lavaba sus manchas. Su falta de coraje y fuerza de voluntad.


Miró su vientre que mostraba indicios de su embarazo.


Apenas una leve señal de que su bebé crecía dentro de él.


Golpeó una y otra vez, los blancos azulejos de la pared de la tina y sollozó una vez más. No sabía por qué, se sentía tan impotente y tan infeliz.


Theo entró a verle y se disculpó. Le rodeó con una toalla verde y le ayudó a salir de la tina.


-No te preguntaré nada más- le decía y poco a poco, Harry se calmó.


Por favor, que nadie más le dijera aquel nombre. Cada vez que alguien le nombra, es como si su corazón se rompiera en pedacitos. Sentía mucha rabia y lástima por él.


Ahora que tendría que abandonar el colegio, no podía parar de pensar que la culpa era de él.


Y también, no paraba de pensar todo lo que las personas hacen en el nombre del amor. Si todo fuese felicidad, tal vez sería extraño, pero si no deseas nada, poco a poco, te vas quedando vacía y sola.


Theo se alistó para irse a clases. Dejó la habitación cerrada y con un hechizo para bloquear los sonidos.


Su última visión de aquel joven, fue la de alguien que se forzaba tanto en sonreír.


Harry una vez más se quedaba encerrado en esas cuatro paredes. Mientras pasaba el tiempo, se hacía insoportable.


Tomó su varita y recitó un hechizo sencillo. Nada salió.


Había perdido su magia debido al embarazo. Qué no daría por volver a olvidar y seguir adelante. Pero eso también sería egoísta. Una vez lo hizo y buscó por todas partes aquello que le hacia sentir tan vacío y desvalido.


No podía regresar. Ya no. Sólo le restaba continuar entre las sombras y le dolía demasiado. Su egoísmo. Su coraje, ¿dónde se fue?...


¿Qué es lo que me han hecho?... ¿quién soy?... ¿qué queda de la persona que fui?... no podemos recuperar el pasado, sólo podemos construir el presente y pensar que el futuro vendrá… vivir cada día, y esperar, a que este bebé nazca.


-Mi bebé… sólo estamos nosotros dos- toca su vientre.


Sentía una calidez que le tranquilizaba. Una magia tan sutil y hermosa.


Mientras que Herm, no pudo asistir a clases por lo menos en unos días más. Poppy le prohibió largas horas de lectura y sólo debía reposar, alimentarse bien y que sus amigos le animaran.


Ron por su parte, intentaba aferrarse a una única esperanza. Que su amigo, esté donde esté, los cuidaría de ahora en adelante.


Cuando Zabini le acompañaba, siempre mantenía una falsa sonrisa en los labios.


No quería causar más molestias ni que le tuviesen compasión, menos lástima.


Blaise, sólo se encargaba de llevar a su amante hasta el infinito y más allá, sólo como una buena serpiente sabe hacer. A base de caricias y besos.


Pero el príncipe de las serpientes, jamás volvió a ser el mismo. Eso aparentaba. Pero su expresión y su proceder eran totalmente contradictorios.


Aquella máscara de frialdad, tenía grandes fisuras y éstas cada vez eran más visibles. Ya no podía seguir fingiendo que no le dolía su ausencia.


Cada vez que su vista iba a aquella silla vacía, una nueva punzada en su pecho, le hacia volver a la cruda realidad.


En vano guardaba la esperanza de que abriera esa puerta y entrara. Que le retasen por llegar tarde y él volviese a ser el centro de atención.


Y cómo no extrañar aquellas ridículas discusiones. Siempre hiriéndole. Aunque en su vida sólo había dolor.


Desde que nació, como dijo el vejete, su vida fue marcada para una sola misión… y él, acaso no era lo mismo… convertirse en un perfecto mortífago y matar a otros magos… torturarles… ver cómo la luz de la vida se desvanece de sus ojos…


¿Por qué no me mató el láudano?...


¿Por qué todavía estoy en el mismo punto una y otra vez?... siento que estoy tan cansado… no quiero avanzar… ¿dónde se fue todo mi aplomo?... mi fuerza, mi veneno, mi frialdad… ¿en qué me he convertido?...


Sólo soy las páginas rotas que he escrito hasta ahora.


Un simple libro de hermosa cubierta y horrible pasado.


Una enseñanza que jamás podría ser tomada en cuenta y una metáfora que no es interpretada.


¿Cómo vuelvo a unir todo aquello que rompí?... cómo puedo restaurar las páginas rotas de nuestra relación… cómo puedo hacerlo si tú ya no estás vivo… cómo puedo avanzar si tú no eres más que un fantasma que no podré volver a tocar…


-Sr. Malfoy, ¿puede responderme lo que le estoy preguntando?- la voz de McGonagall le regresó de golpe a la realidad.


-No lo se- responde el rubio, tomando sus pergaminos, el morral y se fue de la sala.


¿Por qué todo se quedaba en el mismo punto?...


Al salir al pasillo, su vista fue engañada. Una figura parecida a la de él, dobló en una esquina.


Corrió como si su alma estuviese siendo robada y dobló en la esquina. No había nadie.


-Esto está mal- dice y comenzó a caminar- le estoy viendo en todas partes-seguía murmurando y llegó hasta su tumba.


Si nunca he llorado por nadie antes, ¿por qué me siento tan triste?... tú intentaste matarme, me envenenaste… y luego, te suicidas, qué fácil es huir, ¿no lo crees?...


-¡Contesta!- exclama a la fotografía- contesta, Potter- tomó la fotografía y la tiró al suelo, rompiéndose el vidrio y el marco.


Después de aquel incidente, había pasado un mes.


Aprovechando una salida a Hogsmade, fue hasta una tienda de ropa para recién nacidos y compró un trajecito celeste.


Se sentía algo ridículo, porque generalmente son las madres las que van a comprar ropa para su bebé, pero era él quien estaba allí, con un paquete en la mano y no tendría a quien dárselo.


Fue hasta la tumba de Harry y dejó allí encima el paquete sellado. Era para su hijo que nunca podría conocer.


Luego volvió a su habitación y en ella, sólo vio una carta lacrada, donde le daban una noticia que en otros tiempos, le habría dado mucha pena… su Padrino, Severus Snape, había muerto.


Continuará…
Notas finales: nos leemos ^O^, besos y abrazos, gio-chan ^-^

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