Capítulo XXII “A Little Pain”
Hay dolores que parecen pequeños frente a otros. Hay dolores del cuerpo y dolores del alma. Aquellos que tienen cura y aquellos que nos matan. Nos aplastan. Nos condenan a un mundo frío y cruel.
Hay sueños, que alguna vez quisimos cumplir. Hay promesas que haríamos hasta lo imposible por convertirlas en realidad. Estoy tan solo. Lo tuve todo. Y ahora, sólo el orgullo me mantiene con vida.
Si la esperanza fuera un soplo que le da aire a mis pulmones para que funcionen, estaría en el paraíso.
Todo se reduce a nada. Cuando pienso en ti, en tu coraje deshecho y tu decisión de lanzarte al vacío, sí, fue egoísta.
Estúpido y patético.
Estaba convencido que debía estar solo. Que todo era posible y que nadie era lo suficientemente bueno, para estar a mi lado.
Nadie, era lo que necesitaba. Nadie me daba lo que yo quería. Les arrancaba gemidos y palabras indecentes.
Despertaba lujuria y placer en cuerpos extraños..
Pero en mí, sólo había un vacío enorme. Un gran y profundo vacío que nada lo podía llenar.
No me servía de nada tener un noble apellido, sangre pura o una descendencia que sería sublime, si al fin y al cabo, no era nada más que eso. Una fachada con ropa cara, buen cuerpo y pocas palabras.
Todo lo que alguna vez quise, lo tuve contigo. Deseo, pasión, miedo y una vida llena de complicaciones.
Si pudiera verte en estos momentos, creo que no cambiaría nada.
Fui tan iluso. Te entregué como un trofeo. Como un estropajo. Sencillamente, no quería ver más allá de mi nariz.
No podía tolerar que mi propio padrino te tomase como posesión. Que siquiera te mirase con deseo. No pude soportarlo. Y fue más fácil, entregarte a él, que matarle.
Era en quien más confiaba. Y me traicionó. Por ti. Eres la manzana de la discordia, ¿acaso no te diste cuenta?
Claro, nunca te dabas cuenta de nada.
Y sigo aquí. Esperándote. Que estúpido soy. Como si de verdad pudiese verte otra vez. Una parte de mí, no quiere aceptar que estés muerto. La otra parte, está muerta.
Desde que te fuiste, esto es en lo que me he convertido.
Ya no puedo ser más el príncipe de las serpientes. ¿Por qué cambiaste mi corazón de piedra por uno de carne?
Ahora no deja de latir. Me molesta su sonido, leve y preciso. A veces apresurado y doloroso. Todo sería fácil si no existieras. Si tú historia, tu fachada, tu sonrisa y todo lo que eras, se esfumara.
Pero ni la magia más poderosa puede borrar los recuerdos del alma. La magia más poderosa no puede borrar este dolor que me consume por dentro, a cada segundo, de cada maldito día que pasa y veo que mi esperanza, se doblega.
Estoy cansado… cansado de creer en una mentira.
Cansado de repetir lo mismo como un disco. Cansado de sólo desear verte por un segundo.
Paseando en la luna,
Desatas mi despertar y mis sueños.
No hay nadie alrededor, mientras
Tú tiras de las cuerdas de las estrellas,
Por que me estaría volviendo más fuerte.
Si estuviéramos juntos, podría recuperar mi sonrisa olvidada,
Obsérvame.
Draco. Mi amado Draco. Podemos sumergirnos por horas en nuestros dolores y no nos parecen amargos.
Aunque nuestras lágrimas son nuestra única compañía en estos días tan grises. Grises como tus ojos. Recuerdo cada detalle. Tus facciones, tan delicadas y frías.
Esculpidas por un experto.
Dentro de mí, crece lo único que nos mantendrá unidos de por vida. Aunque no lo sepas todavía. Estoy bien.
El bebé, crece rápidamente. Hoy pude sentir su movimiento. Es muy cálido y cada vez que cierro mis ojos, creo que te veré.
Recuerdas cuando llegué a tu habitación. Me echaste, como lo pensé. Me resistí y prácticamente, terminamos en la misma cama.
Hay demasiados recuerdos y momentos que nos unen.
Demasiado dolor y amores que no ha llegado a un final feliz.
Sé que Snape murió. Su muerte dicen que fue horrenda.
Lo sé. Lo vi.
No podía simplemente quedarme quieto, cuando aquel maestro, sólo deseaba que le amase. No podía dejar que muriese sin cumplir su último deseo.
Todos tenemos un deseo que anhelamos con cada fibra de nuestro ser.
Por favor, no vayas más a mi tumba. No quiero ver lo destruido que estás. No soporto ver que caes de un precipicio y no puedo salvarte.
Hoy te vi. Hubiera dado todo por tocarte, y que me vieras.
Pero Theo me descubrió y me llevó de regreso a su dormitorio.
…l es un buen hombre. Me cuida y consiente. Y el bebé, parece que está muy feliz.
Los mareos y nauseas al menos han cesado un poco.
Pero llegará un momento en que mi magia ya no será suficiente. Sólo la magia del padre, podrá mantenernos con vida a ambos.
-Harry, no lo hagas- dice Theo preocupado.
Harry tenía en su mano una poción que revierte el bloqueo de la magia.
-Eso dañará al bebé, ¡te volviste loco!- Theo zarandea al moreno, quien se queda quieto, con sus ojos en un punto fijo.
Su abultado vientre, ya no podía ocultarse. Y debía seguir creciendo hasta el término del embarazo. Sin embargo, Harry ha comenzado a colapsar.
La poción cayó de sus manos y se desmayó. Su respiración se detuvo por completo.
Aquí estoy esperándote
Incluso si el futuro es diferente de ahora en adelante.
Aquí estoy esperándote
Sin parar de gritar
Sé que mi corazón está tirando del hielo que nos conecta
Para que despierten mí, el de aquellos tiempos
No nenecitas llorar.
Theo, estaba aterrado. No podía moverse de su posición.
Menos mal que unos minutos más tarde, Blaise entró al cuarto. Traía el antojo del día. Duraznos a la crema con coco rallado.
Pero todo lo mandó al demonio cuando encontró a Theo sosteniendo el cuerpo de Potter, quien aparentemente, colapsó.
Paseando en silencio.
Incluso cuando quiero tocarte, al estirar mis manos,
Sigues estando lejos
Esto solo era algo fuera de mis recuerdos.
Puedo escuchar tu voz
Cuando cierro mis ojos
Incluso un poco de dolor es agradable para mí.
-Te lo dije- decía Zabini mientras dejaba el postre encima del velador y ayudaba a Theo a recostar a Harry en la cama- no iba a soportar mucho más.
-No puedo ir donde Draco y traerlo acá- dice Theo en su defensa- él cree que Harry está muerto.
-Lo sé- responde exasperado Blaise. Era horrible ver a Ron tan deprimido por una mentira que ambos construyeron y como una bola de nieve, creció tanto que no pueden detenerla- lo necesitamos, ahora.
-No, él no vendrá aquí- Theo seguía con su negativa.
-Sabes que después de tres horas, él morirá.
-Déjame pensar en algo…
-Iré por Draco- dice Blaise decidido- se levanta del borde de la cama y llega a la puerta.
Theo alza su varita y su conjuro rebota, causándole un gran dolor en su cuerpo.
-No me creas tan estúpido- dice Blaise con aires de grandeza- si no quieres que ellos mueran, entonces Draco debe venir.
-No lo permitiré- su opinión no cambiaba y tampoco estaba dispuesto a ceder ni un milímetro.
Mírame.
Aquí estoy esperándote
Aunque me lleve el viento, sola y perdida,
Aquí estoy esperándote.
Hace tanto frío. Mi bebé, ¿todavía puedes escucharme?... por favor, no me odies…
De pronto, su paisaje cambió. La oscuridad se esfumó y todo se iluminó.
Comenzó a correr, sin ninguna dificultad. A lo lejos, había una casa. El olor del pasto fresco llenaba sus pulmones de aire fresco. El olor a tierra mojada, era gratificante.
Corrió sin detenerse, aunque muchas veces su cuerpo le pedía a gritos que parase, no le hizo caso. Era urgente llegar a esa casa.
La fachada color damasco y las sencillas ventanas con marcos de madera, le recordaba el sueño de una casa normal donde siempre quiso vivir.
Abrió la puerta, apenas tocando la manilla. Apenas entró, su rostro fue cautivado por una chimenea que tenía mucha fuerza. La calidez del living y su sencillez, hizo que su corazón se llenara de amor.
Pero lo que más le hizo feliz, fue aquella figura masculina que estaba sentado en un sillón.
Me acerqué con cautela. Paso a paso, siento el eco que voy marcando. El sonido del reloj de madera que estaba colgado a la altura del bife. No se por qué, tengo miedo de tocar tus rubias hebras.
Extiendo mi temblorosa mano y mis dedos, ni siquiera te rozan.
-He vuelto- digo y mi voz, parece tranquila y calmada.
-Papi- un niño de 4 años aproximadamente se acerca con sus pequeños bracitos extendidos dispuesto a abrazarme.
-Mi Ángel- digo y le abrazo. Con tanta fuerza que le comencé a ahogar.
Sigo esperando una respuesta de tu parte. Tomando a Ángel en mis brazos, me siento a tu lado.
-¿Podremos tener un día de paz?- pregunto y te miro. Jamás me canso de hacerlo.
Mis ojos intentan traspasarte. Tú permaneces inmutable.
Igual de arrogante y engreído.
Mira el cielo
Mi corazón se ha separado eternamente de estas manos protectoras
Hasta que vuelvas a mirarme otra vez
No necesitas llorar
Abre los oídos (sentir algo, no sentir nada)
(Escucha atentamente, escucha atentamente)
Y desarma este sueño a cosquillas.
-Creí que estabas muerto- fue lo único que salió de tus labios.
Y en el momento justo
(Si me hubieras encontrado donde estaba callada)
(Escucha atentamente, escucha atentamente)
Deja que mi sangre fluya
A través de todo el espacio
Del universo.
¿Por qué será que siento tus brazos alrededor de mi cuerpo?
¿Por qué me besas con tanta desesperación?
Obsérvame
Aquí estoy esperándote
Incluso si el futuro es diferente de ahora en adelante
Aquí estoy esperándote
Sin parar se gritar,
Sé que mi corazón está tirando del hilo que nos conecta
Para que despierte en mí, el de aquellos tiempos
No necesitas llorar
(Escucha atentamente, escucha atentamente).
Abrí mis ojos. Y allí estabas. Temblando de frío entre mis brazos. No, no era un sueño, eso espero.
-Draco- fue lo único que pude articular. Tenía miedo.
-Ese es mi nombre…- respondes y no apartas tu mirada de mí- sólo tú puedes decirlo, nadie más que tú.
Te acercaste poco a poco. Rozaste mis labios apenas.
Aquellos segundos, fueron eternos…
Blaise y Theo seguían peleando, mientras Harry agonizaba lentamente.
Draco, que estaba buscando a Blaise hacia rato, como no lo halló en su dormitorio, fue hasta el de Theo.
Ni siquiera abrió la puerta, puesto que de tantos conjuros, estaba semiabierta. Miró de reojo y los encontró a ambos, con sus varitas alzadas y lanzándose hechizos.
Entró no para detenerles, sino para llevarse a Blaise, cuando en eso… descubrió lo que tanto se habían esmerado en ocultar.
Draco quedó de una pieza. No podía articular ninguna palabra. Era una estatua de mármol carente de voluntad.
Cuando ambos amigos se percataron de la presencia del rubio, sólo atinaron a mirar a Harry, quien cada vez estaba más pálido y cerca de la muerte.
-Potter…- logra pronunciar el rubio antes que un hechizo aturdidor lanzado desde la puerta lo dejara inconsciente.
-Director- dicen Blaise y Theo al mismo tiempo.
-Ha llegado el momento… tenemos que hablar seriamente- dice Dumbledore con cara de no muy buenos amigos.
Estoy aquí, esperándote, como siempre. Mi corazón grita, sólo escúchalo y volverás a mí…
Continuará…
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