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AMORTENIA por giovanetta

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Notas del capitulo: ^O^
Capítulo 4


MAZMORRA SLYTHERIN...

-¡Blaise!, ven aquí pedazo de idiota- Draco lo llamaba, pero era inútil.

Tomó el cuerpo de Harry, quien todavía estaba inconsciente. Tocó la frente, estaba ardiendo por la fiebre.

-Dra...co- deliraba por la alta temperatura.

La puerta de la habitación del sly se abrió de golpe.

-¡Drake!, ¿qué rayos hace Potter en tu cama?- entra Pansy y arma un escándalo.

-Sale de aquí, ahora- sisea.

Pansy quedó aterrada. Ese no podía ser “su” Drake.

-Vete al demonio- cierra la puerta de golpe.

-Ahora qué voy a hacer contigo, cara-rajada- se sienta a un lado de la cama- no te pienso llevar otra vez a la enfermería- se levanta y va al baño.

En una fuente, la llena con agua fría y moja unos paños.

-Si te libras de esta, mantén tu boca cerrada- le pone un paño frío en la frente.

-Dra...co- deliraba.

-No digas mi nombre como si me conocieras, Potter- le sisea.

Harry teniendo un sueño, uno muy particular.

Se veía en el lago, recostado, mirando el cielo. En eso, una sombra, tapa su visión. Era Draco, que lo jalaba de la corbata y lo atraía a su cuerpo, besándole. Luego lo deja contra un árbol, y lo sigue besando.

-Esto no lo siento por la poción- dice Harry- en verdad te quiero.

-Sólo cállate y sigamos en donde nos quedamos- vuelve a besarle.


La mano de Harry, se estaba moviendo, llegando a su vientre.

Draco se quedó apartado, esperando el momento para cambiar el paño.

-Dra...co, Dra...co- murmuraba Harry- quiéreme- se queda en silencio.

-¿Cómo podría llegar a quererle?, seguramente la poción esa le carcomió el cerebro por completo- pensó el rubio, levantándose de la silla y remojando el paño, estrujándolo y colocándolo en la frente del moreno.

Harry tose repetidas veces y abre los ojos. Todo seguía igual que siempre. Una total oscuridad.

Llevó su mano a su frente y tocó el paño húmedo. Se sentó en la cama y el malestar volvió.

-No te levantes o te desmayarás de nuevo- dice el ojigris, algo molesto.

-Gracias, Malfoy- dice Harry, algo avergonzado.

-No lo hago por gusto, cara-rajada- dice rompiendo el poco encanto del momento- por hoy dormirás en “mí” cama.

-Gracias- responde y siente que su corazón, late rápidamente al pensar en la situación de “dormir juntos”.

-Me voy a estudiar, hasta la noche- toma sus útiles, pergaminos y llega a la puerta- nos vemos- cierra la puerta.

Harry se quedó completamente solo en esa habitación que ni conocía. Se portó bien.

Siguió recostado, aunque esta vez, se quedó de lado. Un olor muy agradable llegaba a su nariz. La cama olía a Draco.

-Así debe oler el cuerpo de Draco- se aferra a las sábanas y las huele, impregnándose de ese olor que ahora, le gustaba mucho.

Por otro lado, Draco iba caminando hacia sus clases.

Entra al aula, y todos le ven de forma extraña, ya que había comenzado la clase y estaba interrumpiendo.

-Siéntese Sr. Malfoy- ordena el profesor Severus Snape.

Draco sólo se sienta y abre su libro. A pesar de estar allí en cuerpo presente, su cabeza, había quedado en su habitación.

-¿Cómo voy a estar preocupándome por él?, que se joda de una vez- piensa y anota en su pergamino, la tarea para la próxima semana.

-Sr. Malfoy, quédese- dice el profesor de DCAO.

Draco asiente y se queda allí, a pesar de que todos sus compañeros se habían ido.

-He oído rumores, bastante desagradables- dice el padrino.

-No me extraña, padrino, inventan tantas cosas- dice el ojigris, sin mucho interés.

-¿Estabas ligándote a Potter?- pregunta de golpe sin anestesia.

-Ese debió ser Blaise- dice molesto- no me lo estoy ligando.

-¿Qué hacía en tu cama, entonces?

-Esa debió ser la escandalosa de Parkinson que entró sin permiso a mi cuarto- una venita crecía en su frente.

-¿Qué pasó, ahijado?

-Potter está ardiendo en fiebre- dice el chico, cansado.

-Entiendo- va a su oficina y busca un frasco- dale esto- le entrega- se le pasará en unos minutos.

-Gracias padrino- recibe el frasco y lo guarda en su bolso- me voy antes que termine por destrozar mis cosas.

-Draco- le llama el profesor- pase lo que pase, no te obsesiones con él.

-¿Cómo podría?

-Sólo hazme caso y punto, ahora vete.

El sly salió del aula y se fue a las mazmorras para darle la poción a su molestia de invitado, Potter.

Alguien tocó la puerta de la habitación de Draco. El pelinegro, se quedó muy quieto, con la sábana en la mano, fuertemente sujetada.

-¿Quién es?- pregunta el ojiverde, buscando con la mirada.

-Lo siento, eras tú Potter- entra Theodore Nott al cuarto.

-¿Quién está ahí?- se sienta en la cama y pone los pies en la alfombra.

-Soy Theodore Nott, es un placer- se acerca- me enteré de que vas a permanecer un tiempo aquí.

-Así es, mientras me recupero- se pone de pie.

-No te levantes, al parecer estás enfermo- le sostiene por la cintura.

-Sólo es un pequeño resfriado, nada más- se sienta nuevamente en la cama.

-Tienes mucha fiebre, recuéstate- le ayuda a recostarse.

-Estoy bien, sólo déjame solo- busca el paño que dejó en la cama.

-Toma- le pone un paño húmedo en la frente- ya me voy, luego hablaré con Draco.

-Gracias.

Theodore salió del cuarto y en eso, se topa frente a frente con Draco, quien venía, no de muy buen humor.

-¿Qué hacías en mi habitación?- pregunta, y la tensión, reinó en el aire.

-Quería ver a Potter, confirmar su presencia.

-Ya lo hiciste, ahora puedes irte- pasa por su lado, entra al cuarto y cierra la puerta.

-¿Quién es?- Harry se sienta en la cama y el paño húmedo cae al suelo.

-Soy yo cara-rajada- responde Draco, molesto.

-Bienvenido, Malfoy- dice el moreno esbozando una leve sonrisa.

Draco ve aquel gesto y eso le molesta aún más. Ignorando lo que sintió. Buscó un vaso, vació la poción y se la dio a Harry.

-Bébela, te bajará la fiebre- le toma la mano, para que sostenga el vaso.

-Gracias- bebe la poción, pero no suelta la mano del ojigris- quédate sólo un poco más.

-No puedo, y quédate aquí, no salgas- retira la mano, como si le fuese a quemar con el contacto.

-Malfoy, yo- el ojiverde, se queda en silencio para captar la atención del rubio- ¿puedo llamarte Draco?

-Claro que no- responde seco.

-No importa, de todas formas, te llamaré por tu nombre.

-Entonces no preguntes.

-Contigo no se puede hablar, eres un pesado- se levanta de la cama, camina a tientas por el pasillo, llega a la puerta- no te soporto más- sale de la habitación.

-Lárgate y no vuelvas- le grita.

-Imbécil- murmura el pelinegro, quien baja las escaleras poco a poco y no escucha ninguna voz en la sala común, por lo que, se apoya de la pared más cercana para salir de ese lugar.

-Espero que te caiga un rayo y no regreses- murmura el ojigris, arreglando su cama y en la cual, vio un pergamino que estaba muy mal escrito, pero al menos, conservaba la línea.

Estoy solo, otra vez,
Y sólo quiero oír tu voz,
La única que me guía en esta oscuridad.

Quiéreme.

Decía y la tinta estaba corrida. ¿Cuándo fue que la escribió? , ó en que momento pudo encontrar esos elementos. El conjuro de ACCIO, casi lo había olvidado.

Y recordó las palabras de su padrino, “pase lo que pase, no te obsesiones con él”.

¿Por qué le pide que lo quiera si está siendo controlado por una poción?, sólo debe dejar que el efecto pase y nada más.

-Imbécil, es un perfecto idiota, cretino- iba caminando por los pasillos, el gry, sin toparse con nadie- aunque sé que no es real, quiero que lo sea- dobla y choca con un pilar, cayendo al suelo- soy un inútil, por eso- se levanta y sigue caminando.

La fiebre había pasado y el cuerpo, le dolía por las heridas que le quedaron del accidente anterior.

-Draco- murmuraba una y otra vez, como una melodía que ya se había acostumbrado a escuchar.

Háblame
Aunque no te escuche, háblame
Mírame
Aunque no me veas, mírame
Porque yo te siento
Desde el universo hasta el final
Vivo eternamente en ti

“Quiéreme”… esa palabra no dejaba de rondar en la cabeza del rubio. Aunque a decir verdad, comenzaba a sentirse solo, en esa habitación y que además, su cama, había adquirido un nuevo olor… el de su némesis.

-Tendré que ir a buscarlo- dice y sale del cuarto, bajando las escaleras, casi corriendo y empujando algunos de sus compañeros que estaban en la entrada.

-¿Qué le habrá pasado a Draco?- pregunta Blaise, que venía bien acompañado con Pansy.

-Tal vez Potter se escapó- dice como si nada.

-Como si pudiera hacerlo- dice el chico, sentándose en la sala común.

Harry estaba sentado, en un rincón con los brazos alrededor de sus piernas. Parecía tan solitario, triste.

-Sólo quería, una oportunidad, hasta que el efecto de esta poción se vaya- pensó- ¿por qué duele tanto mi pecho?, ¿por qué siento que muero a cada segundo sin escuchar su voz?

Háblame
No me ignores, sólo háblame
No me creas lejos
Siénteme
Estoy muy cerca, sólo siénteme
Porque el día es corto
Y la noche invita a olvidar
Que fuimos uno y nadie más
Pudo reemplazarnos

Draco siguió caminando, buscando frenéticamente a Harry.

Recordando que estaba ciego y malherido, podría estar tirado en cualquier parte. Además que estaba descalzo y eso podría ocasionarle un resfriado mayor.

-¿Dónde rayos te has metido?, cara-rajada- murmuraba, como maldiciendo por lo bajo.



Resistiré hasta que termine este dolor
Perdonaré si ya no estás


En ese momento, en que estaba buscándole, recordaba varios episodios, de esas peleas tan tontas, de simples niños. También recordaba, cuando fue besado por él.


Había un no se qué, en esos labios. No sabría decir si es la poción y su peligrosidad o si había llegado a un punto donde podrá ser irreversible. Podría regresar o avanzar.


Somos lo que somos
Estamos solos
Y nos entendemos a lo lejos
Somos los que somos
Estamos todos
Desunidos pero queremos amor

No podía ser tan malo ser “amado” por Potter. Tampoco le había rechazado sus besos cuando ocurrieron. Podría ser accidental, pero…

¿Qué había de malo?... todo puede terminar y cada uno podría regresar a su vida, como si nada hubiese pasado.


Háblame
No me ignores, sólo háblame
Mírame
Estoy muy cerca, sólo siénteme
Porque el día es corto
Y la noche invita a olvidar
Que fuimos uno y nadie más
Vivo eternamente en ti

Y allí estaba, ese chico a quien odiaba, llamándole una y otra vez.

Draco se acercó, sigilosamente hacia él. Lo tomó de los brazos y Harry estuvo de pie.

-Vámonos, Potter- le tomó de la mano.

-Draco- logró decir, pero las palabras, sobraban literalmente. Cada paso era como andar en las nubes. Esa mano fría, sostenía la de él. No había duda que se trataba de él.

Harry se sonrojó un poco, al imaginarse la escena. Su corazón, latía muy veloz, más que sus pasos.

-No le digas a nadie que te vine a buscar- dice el rubio, con un tono más conciliador.



Somos lo que somos
Estamos solos
Y nos entendemos a lo lejos
Somos los que somos
Estamos todos
Desunidos pero queremos amor

-No le diré a nadie, Draco- responde, algo cohibido.

Al poco rato, estornuda.

Al llegar a las mazmorras, los que estaban allí presentes, quedaron boquiabiertos.

Su príncipe de las serpientes, tan frío y elegante, andaba tomado de la mano de su mayor enemigo. Por supuesto, los murmullos y comentarios no se hicieron esperar.

Era el tema de la semana o escándalo colegial.


Sólo queremos amor
Sólo queremos amor
Sólo queremos amor

Dentro de la habitación, Harry caminó hacia el baño.

-Voy a tomar una ducha- se guía hasta topar una puerta.

-Y la ropa, ¿acaso piensas salir desnudo?

-Es cierto, ¿dónde dejó Dobby mi maleta?- se agacha y con la mano, tantea la alfombra hasta topar con un bolso.

Le quita los seguros, y saca su ropa, de acuerdo al tamaño, podía saber qué era.

-Ahora si, voy a ducharme- se levanta y lleva la ropa al baño.

Se asegura de cerrar la puerta. Comienza a desvestirse, entra a la ducha, abre la llave del agua caliente y sale un fuerte chorro, hirviendo, casi se quema. Abrió la llave del agua fría y fue regularizando hasta quedar bien.

La curiosidad del rubio, era mucha. Quería saber cómo era Potter desnudo. Y no pudo aguantar más. Abrió la puerta con sigilo. Aprovechó de que la puerta corredera de la ducha era de vidrio, entonces se podía distinguir la figura completa de él. Se llevó una sorpresa al notar que tenía un cuerpo muy bien formado, bendita lecciones y juegos de Quidditch.

Esa piel moreno, con el agua cayendo en ese cuerpo, el jabón que hacía espuma y era parte de ese torso, donde se perdía.

No sabría decir, qué fue lo que le pasó. Un impulso o simple calentura, pero de un portazo, abrió la puerta. Harry se asustó por el ruido, no sabía quién había entrado a la ducha con él. Recordaba a la perfección esas frías manos que ahora estaban posadas en su muy bien temperado torso.

-Draco, ¿qué estás haciendo aquí?- dice, descolocado por el cambio de actitud, más que por lo que estaba haciendo el rubio, con sus pezones.

Olvidándose por un segundo que se trataba precisamente de Potter, se atrevió a besarle y quedaron pegados a la pared. Sumergidos en el vapor del agua. Harry se aferró y entrelazó sus brazos alrededor del cuello del rubio.

Aunque la voz de su padrino hizo aparición en su cabeza “pase lo que pase no te obsesiones con él”

Eso le hizo reaccionar a tiempo y se separó de Harry, quien quedó con una mirada muy triste.

Draco salió del baño, sin entender su propia actitud.

Había estado a un paso de ligarse de verdad a Harry.

Continuará…
Notas finales: besos ^-^

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