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AMORTENIA por giovanetta

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Notas del capitulo: de nuevo, mil disculpas
Capítulo 8 Castillo de Arena


No puedes construir algo, donde todo se ha roto. De la nada, o más bien, la voluntad ya no existía.

No, no le amo. Que mi corazón esté roto en mil pedazos, no significa nada.

Que mis ojos se llenen de lágrimas y mis lentes estén empañados, no dice nada. Que mi cuerpo, cada parte de él, huela a ti, no es nada…

Todo fue por la poción. Quise construir un castillo en el desierto. Donde la arena cede y cede, y no hay futuro.

Porque sé que nadie debe enterarse de que estuvimos juntos. Porque nadie debe saber que mi cuerpo se derritió con el tuyo. Porque nadie debe saber de que a tu lado, me sentí amado. En esta noche, aunque la oscuridad ha desaparecido de mis ojos, se ha ido a mi corazón y a mi mente. Porque ya no podría considerar una vida sin que tú no estés presente. Porque mandaría todo al diablo e incluso, le vendería hasta mi alma, por una noche como esta… una noche más en tus brazos, sin pensar en nadie, más que en nosotros mismos.

-Es lo mejor, es lo mejor- murmuraba Harry frente al retrato de la dama gorda.

Se quedó el resto de la noche, fuera de la torre de gryffindor. No tenía las fuerzas de entrar a esa fortaleza de cemento. A esos muros que ahora le parecían demasiado fríos.

-Ahora todo será como el principio- mira hacia el techo- creo que me he perdido, esta noche- se sienta en el suelo y se queda dormido.

Así la noche terminó y cuando se abrió la puerta, Harry cayó de espaldas con un leve ataque de hipotermia.

Se le había olvidado terminar de vestirse. Con la camisa abierta y los pantalones a medio abrochar. Parecía que había salido corriendo de las mazmorras.

Fue llevado por el hechizo de levitar hacia su cama. Ron fue a verle y Hermione no se quedó atrás. Estaban muy preocupados por él.

Sus ojos verde esmeralda, recuperaron la vista, pero no la luz. Ahora no era la ceguera, sino que su brillo, eran sólo tinieblas. Lo dejaron bien arropado y bajaron al Gran Comedor, para llevarle desayuno de vuelta.

-¿Qué crees que haya pasado anoche?- pregunta Ron, esperando a que Ginny les alcanzara en la escalera.

-Es obvio, Ron- dice Hermione- la poción terminó- resopla, con pena.

-Buenos días chicos- se acerca Ginny y comienzan a caminar los tres gryffindors.

-Entonces todo volverá a la normalidad, como debe ser- dice el pelirrojo cantando victoria antes de tiempo.

-No será tan fácil- dice la castaña muy seria- Harry se ha enamorado de verdad, de él.

-¿De quién están hablando?, ¿qué le pasa a Harry?- pregunta Ginny quien hace un momento, había sido ignorada.

-Ginny- Hermione le abraza- olvídate de él- dice al oído- Harry jamás podrá verte de esa manera- la ve con una expresión de dolor.

-¿Por qué me dices eso, Hermione?- Ginny retrocede unos pasos- ¿por qué eres tan cruel conmigo?, ¡Harry me quiere!- exclama y se devuelve hacia la torre de gryffindor, muy molesta.

-¿Por qué le dijiste eso a mi hermana?- Ron la encara.

-Porque sufrirá y será mucho peor- camina y se sienta en su puesto- no me mires de esa forma, parece que hubiese cometido un crimen- Hermione bebe un poco de jugo.

-Porque fue un crimen, le hiciste daño a mi hermana- dice el pelirrojo, molesto, comiendo un pedazo de pan.

-Primero come y después reclamas, Ronald Weasley- termina Mione la discusión y se queda mirando la puerta, esperando a que Draco entrara, pero eso, nunca sucedió.

Hermione miró hacia la mesa de las serpientes y sólo vio que Pansy mordía su servilleta llorando a mares por la ausencia de su príncipe.

-Drake se ha ido, nos ha abandonado- decía entre sollozos- ¡es un imbécil!- exclamaba mientras Zabini se tapaba los oídos por la aguda voz de su amiga.

-Cálmate, Pansy, Draco ya volverá- le consolaba su amigo.

-No lo digas para que me siente mejor, tú lo sabes bien- miraba, reclamando, como si él fuese el culpable- tú sabes dónde está, ¡dímelo!- le apunta con un tenedor.

-Que moderna eres Pansy, ahora me amenazas con un tenedor, qué novedoso- dice con ironía.

-Cállate y dime dónde está Drake- le entierra el tenedor en el cuello, sin herirle demasiado.

-No lo se, quédate con la duda- se levanta de su puesto, toma una servilleta, se la coloca en la herida y se fue.

-¡Lo voy a matar!, ¡la próxima vez te lanzaré un Avada!- le gritaba como si fuese una feria libre.

Algunos alumnos rieron ante el hecho. Era raro ver tan descolocado a una serpiente. Ellos que se creían perfectos en el autocontrol y la manipulación.

-¿Qué están mirando?, ¡se acabó el show!- Pansy se fue del lugar, indignada.

Sus gritos, eran como un pito en el oído. Molesto y que se escuchaba muy fuerte y retumbaba.

-Esa Parkinson, no debería gritar tanto- dice Ron, mirando hacia la puerta.

-Y tú Ronald, deberías comer tranquilo y dejar de babear tu platillo al ver a Zabini- dice la castaña, dando en el clavo.

-Yo no estoy babeando mi plato- se defiende colocándose rojo como un tomate maduro.

-No es lo mismo que me dice tu rostro- la castaña sonríe complacida.

-Mejor cambiemos de tema- mira a su compañera.

-Estoy de acuerdo, ¿de qué quieres hablar?

-¿Dónde crees que se haya escondido Malfoy?- pregunta Ron.

-Qué cambio de tema más impresionante- dice con cierto sarcasmo Mione- para otra vez hablemos del clima y la cierta persona que te dio un agarrón la otra vez.

-Silencio Hermione- dice Ron, quien el rojo le venía muy bien en su rostro descompaginado.

-Vamos a dejarle algo de desayuno a Harry, mira que debe estar con mucha hambre.

-Vamos, antes que alguien diga que tiene que hablar con nosotros.

Ambos gryffondors salieron del Gran Comedor y regresaron a la torre, para llevarle algo de dulces y un poco de jugo de calabaza a su amigo.

Al llegar a las escaleras, oyeron voces. Una era de Harry, y la otra, no podía ser de... ¿Ginny?

-¿Es cierto, Harry?- preguntaba- ¿es cierto que amas a ese hurón de Malfoy?- se podía percibir el reproche en su tono de voz, mientras se quedaba de pie junto a la cama.

-¿Quién te dijo eso?- preguntaba sintiendo que su “gran secreto” era descubierto.

-Respóndeme, Harry, sin rodeos- los azules ojos de Ginny, eran como un océano al cual se le acercaba una gran tormenta.

-Para él, todo lo que pasó, fue por la “amortenia”- evade el tema.

-No me digas eso, responde mi pregunta.

-Incluso antes de haber ingerido la “amortenia”, lo cual fue involuntario, yo estaba enamorado de él- responde con la mayor sinceridad- lo siento, Ginny, por no poder corresponderte como te mereces.

-¿Desde cuándo que “mi amigo” estaba enamorado de “ese”?- pregunta Ron tan alto que eso asustó a Ginny y ésta salió de la habitación hecha un mar de lágrimas.

-Tal parece que desde siempre- dice la castaña no muy sorprendida.

La amortenia no había hecho sino que Harry sacara sus verdaderos sentimientos a flote y pudiese decirlos libremente.

-Ron, Hermione, yo...- baja la mirada avergonzado.

-No tienes que disculparte por nada, Harry- se adelanta la castaña- pensé que al principio era irracional el hecho de que en verdad lo amases tanto, pero, estos días, fuiste tú y pudiste estar cerca de él, no todos tienen esa oportunidad.

-Hermione, yo...- alza la mirada, sintiendo que la vergüenza pasaba a segundo plano- yo quiero verlo, otra vez.

-Va a ser un poco difícil- dice Ron, quien se quedó en el marco de la puerta- está desaparecido desde anoche.

-¿No saben dónde puede estar?

-Ni siquiera lo saben sus amigos más cercanos, menos nosotros que apenas lo pasamos.

-Ron, por favor- mira suplicante- tú puedes averiguar dónde está Draco, por favor, hazlo.

-Si eso significa lo que estoy pensando, no, muchas gracias.

-Si eso significa que Zabini te ligue, no deberías resistirte tanto, Ronald Weasley- mira fijo Hermione- es por el bienestar emocional de tu amigo, tu hermano, has ese gran sacrificio, por favor.

-Conste que sólo lo hago por Harry, nadie más- dice Ron, saliendo de la habitación.

-¿Estás segura de que puede sonsacarle el paradero de Draco?

-Si deja que él la haga “esto” y “aquello”, no podrá quejarse por un intercambio de información.

-Herm, creo que has leído demasiados mangas yaoi.

-Nunca son suficientes, Harry, créeme- dice la chica muy feliz- ¿cómo estás de tus heridas?

-Hoy no me he cambiado los vendajes- se toca el brazo- Draco fue quien me ha curado mis heridas.

-Y te ha proporcionado otras- le mira fijo- lo hicieron.

-¡Hermione!- la suspicacia de su amiga, era molesta, en estos casos.

-Esperemos a Ron, él hará muy bien su trabajo, créeme.

Mientras Harry desayunaba, Hermione le contaba una historia de los mangas que había leído recientemente.

-Levántate, Harry, te llevaré donde él- apareció Ron, muy despeinado, con la camisa afuera y la corbata en la espalda.

-Lo sabía- Hermione ríe complacida.

-Apúrate, Harry, que ese hurón ya va ir de nuevo a su habitación a las mazmorras.

-Buena suerte, Harry- la castaña le anima.

Ron y Harry salen corriendo de la torre de gryffindor y suben las escaleras hasta el quinto piso.

-Este es el baño de prefectos- dice Harry, sin entender.

-Aquí está el hurón, según Zabini- dice el pelirrojo- entra ya.

-¿Cuál es la contraseña?- pregunta muy bajo para no alarmar al rubio, quien de seguro escuchó los gritos de su amigo.

-“Vainilla y canela”- dice Ron, retomando el camino de vuelta.

-¿Quién rayos inventó esa contraseña?- se pregunta el ojiverde al decirla en voz alta y la puerta se abre ante él.

(n/a a mí se me ocurrió, ¿tienes algún problema con eso?- mirada asesina de Celeste en mode on. Harry: si le digo cualquier cosa es capaz de sacarme con viento fresco de esta escena, inventando que poco menos me lanzaron un Avada desde el piso- toma aire y respira lento- es una gran contraseña- Celeste: muchas gracias ¨O¨, ¿ahora puedes proseguir o debo empujarte con una pala dentro del baño?- Harry: prosigamos)

Draco notó que alguien más entró al baño y se escondió por unos momentos bajo el agua. Su ropa estaba muy bien doblada en un lugar estratégico, por lo que no se podía asegurar que estuviese allí realmente.

-Si no llega a estar aquí, no habrá valido la pena, venir- murmura el pelinegro- tampoco voy a desperdiciar esta gran tina con agua y burbujas, claro que no- se desviste totalmente, dejando la ropa en el piso- el agua, está muy... fría- dijo el ojiverde, quien temblaba y salió rápidamente de la gran tina, sentándose en la orilla de ésta.

-¿Qué no te piensas ir?- pensaba el rubio, quien ya no podía aguantar más la respiración.

-Creo que es mejor que me vaya- dice el moreno, levantándose del suelo y tomando una toalla para secarse.

En ese momento, Draco salió a la superficie pidiendo a gritos oxígeno para llenar sus pulmones.

-Dra...co- dice el ojiverde, quien se resbala por el jabón en la cerámica y cae de lleno en la tina, tocando el fondo y quedando en un leve estado de semiinconsciencia.

-Vamos, respira, cara-rajada- el rubio estaba haciendo los primeros auxilios, para que botara el agua que tenía en los pulmones.

Harry se hace a un lado y bota el agua de su interior.

-Gracias, por salvarme- dice el moreno, y su corazón, comenzó a latir muy rápido, al sentir tan cerca, la respiración de su némesis.

-Cuídate para la próxima- dice el ojigris, separándose y yendo desnudo a buscar su ropa.

-Espera, Draco- dice con coraje- hay algo que debo hacer, antes de que todo para ti termine- se levanta algo mareado, pero lo supera y alcanza al sly- si esto, no lo produjo la amortenia, es porque ya existía desde antes- le toma del rostro y besa al rubio, aferrándose a ese cuerpo frío una vez más.

Continuará...
Notas finales: bye bye

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