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Una nueva oportunidad para amar por angel travieso

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Notas del capitulo:

Hola a todos! n_n espero que este capitulo les agrade. He actualizo muy pronto (mas de lo que imaginaba ¬¬) es que lo termine anoche (no tenia nada mejor que hacer -_-|||| bueno si, tendría que estar escribiendo la actualización de mis otros fics ¬¬ pero como no tenia inspiración para hacer los otros me puse a escribir este n_n)

Este capitulo es algo mmm revelador? Si creo que un capitulo revelador. Se sabrán muchas cosas pero tal vez queden con muchas dudas. Bueno eso lo entenderán a medida que lean el capitulo, bueno espero que este al final de este capitulo no queráis matarme u.u

Kyo kara maou no m pertenece ¬¬ es propiedad de sus respectivos autores u.ú

¿Are ga yume?

¿Soretomo… maboroshi?

¿Es un sueño?

¿O tal vez… una visión?

Capitulo 24: el tesoro que provoca ira.

El sol brillaba en toda su plenitud y yuuri shibuya corría a toda prisa por llegar a su casa. Había pasado mucho tiempo desde que había vuelto a su casa, y ya era hora de que regresara o sino sus responsabilidades aumentarían hasta el punto en que le darían ganas de salir corriendo de allí; pero de vez en cuando tenia que regresar, ahora iba en la universidad y tenia mas responsabilidades. Se le era un poco difícil pero lo sabia manejar.

Estaba estudiando medicina y ya iba en el tercer semestre.

Puede que en shin makoku hayan pasado muchos años pero en la tierra solo habían pasado 4 años desde la muerte de wolfram.

-ya llegue.- anuncio mientras se quitaba los zapatos antes de entrar.

- bienvenido a casa yu_chan.- su madre salio de la cocina para darle la bienvenida.- hice curry, vas a comer?

- lo siento madre, pero tengo que irme.

- ehhhh? Pero solo has estado tres días aquí, no puedes quedarte mas tiempo.- recrimino molesta.

- ahh creo que se te esta quemando el arroz!.- anuncio mientras señalaba la cocina.

-¿eh?.- su madre giro a ver la cocina. No recordaba haber dejado encendido la hornilla. Se distrajo un momento; momento que yuuri aprovecho para salir corriendo hacia el baño.

-oe! Yu_chan!.- llamo su madre mientras lo seguía pero ya era tarde porque yuuri ya se había ido.- ahh.- suspiro resignada.- al menos pudo haber comido...- dijo para si misma mientras veía el agua por donde se había ido su hijo.

Yuuri nado un poco aunque no era necesario, el agua era su medio de trasporte. Un portal que lo llevaba a otro mundo. Se preguntaba constantemente porque seguía usando sus poderes? El ya no era el maou y sin embargo podía viajar entre ambos mundos con facilidad.

La respiración vino a sus pulmones como un susurro entrecortado al salir del agua. Mantuvo sus ojos cerrados, y con lentitud los abrió.

Deseo nunca haberlo hecho.

Se encontraba en el castillo pacto de sangre. No entendía porque había llegado allí si se suponía que debía haber llegado a pequeño shimaron; pero aquello era lo de menos.

Su mirada reflejaba horror al observar su alrededor.

No era el castillo floreado que recordaba. No había aves volando por las alturas de lo cielos, de hecho…no había nadie allí.

El castillo estaba totalmente destrozado. De hecho estaba quemándose ahora mismo. El cielo teñido de naranja y rojo se confundía con las llamas que incendiaban el gran castillo. Podía oír claramente los lamentos de las personas dentro del castillo pidiendo auxilio; además de eso había cadáveres por todas partes. Tanto de soldados como el de los sirvientes.

Grito de horror y salio corriendo de esa escena. Y se adentro al castillo que se estaba incendiando

¿Qué era lo que había pasado?

¿Por qué el castillo se estaba quemando?

¿Dónde estaba Gwendal?

¿Dónde estaba Conrad?

¿Dónde estaba Wolfram?

Un mar de dudas lo invadieron mientras veía como el fuego consumía el castillo.

–¡Wolfram! ¡Conrad! ¡Gwendal!.- grito mientras con un brazo se tapaba la boca, sus ojos estaban entreabiertos, el fuego que había allí era terrible y no lo dejaba ver bien. Miro a todos lados y corrió un poco mas allá tratando de que alguien le respondiera.- ¡Günter! ¡Chêri-sama! ¡Anissina! ¡Julius!-chilló, avanzando por aquel familiar corredor que ahora estaba en llamas.

Tosió, el humo lo estaba asfixiando y nadie contestaba a su llamado y entonces observo como los retratos del primer maou y del gran sabio se quemaban desde abajo hacia arriba, observo como el rostro de shinou se quemaba por completo.

¿Quién había sido capaz de incendiar el castillo?

¿Acaso habían mas rebeldes y ellos habían causados ese complot?

Un pedazo de techo cayo lleno de fuego lo cual obligo a yuuri a retroceder y entonces el fuego se aproximo a el.

ahhh!.- grito cuando su pierna se fue envuelto en fuego. Corrió lejos de allí. Al llegar a las escaleras se dio cuenta de que un solado había subido varios escalones de arrastras, y aun seguía arrastrándose por los escalones. Yuuri miro hacia arriba y se dio cuenta de que el soldado trataba de alcanzar a una niña que lloraba en uno de los escalones. Rápidamente corrió hasta ellos.

-m-majestad.- dijo en un tono apenas audible.- s-salve a la ni n-niña.- yuuri subió los escalones, el fuego estaba acabando con todo. Tomo a la niña entre sus brazos y pretendió ayudar al soldado a salir de ese lugar.

- v-vallase usted.- yuuri siguió en vano de tratar de ayudar al soldado pero el fuego se había extendido demasiado y la niña en uno de sus brazos lloraba, llamando a su madre entre sollozos.

Deseaba tener sus poderes para así poder apagar el fuego, pero sus poderes habían desaparecidos al dejar de ser el maou. Se lamentaba interiormente por no poder ser de ayuda.

Corrió fuera del castillo con la niña en sus brazos. Corrió lo mas lejos que pudo para poder mantenerse a salvo y ayudar a la única sobreviviente que había encontrado. Al llegar lo suficientemente lejos pudo escuchar como el castillo se desplomaba hacía abajo.

Decidió ir al pueblo, tal ves encontraría a alguien que pudiera ayudarlo, pero al llegar allí sintió que sus esperanzas se esfumaban como el humo: Lo que había sido un mercado era ahora un mar de cenizas y telas quemadas.

Todo, absolutamente todo había sido destruido y entonces cayo en cuenta de algo "todo será destruido…" aquellas palabras resonaron tormentosamente en su cabeza. Aquella niña que había visto en el barco le había prevenido pero el no la escucho.

Yuuri lloro interiormente.

Poso la niña en el suelo para examinar sus heridas. El fuego la había quemado y las heridas tal vez eran de tercer grado. La pequeña respiraba con dificultad y tenia su mano en el vientre, el olor espeso de la sangre lleno sus sentidos. Examino que sus piernas estaban lastimadas y su ropa estaba toda rasgada

-resiste.- dijo yuuri conteniendo las lagrimas. Las heridas eran muy graves y el no sabia mucho de majutsu, nuevamente se recriminó por ser un inútil. Pero aun así poso su mano sobre la herida, trato de concentrarse y entonces una luz verdusca emano de sus manos.

Se sintió feliz de poder utilizar al menos majutu pero el vientre de la niña no dejaba de sangrar. Yuuri cortó un pedazo de tela y trato de detener la hemorragia. La niña respiraba entrecortadamente; como si la vida se le estuviera hiendo.

- -por favor.- suplico con los ojos llenos de lagrimas.- no m-mueras, resiste.- miro a su alrededor tratando de visualizar a alguien que pudiera ayudarlo.- hay alguien allí!.- grito a la nada. Sus gritos hicieron eco, el silencio era absoluto, como si se encontrara en un cementerio.- necesitamos ayuda, por favor!.- pero nadie respondió a sus llamados. Dirigió su mirada hacia la pequeña solo para descubrir que sus ojos habían dejado de brillar. En aquellos ojos de color miel se reflejaba el cielo teñido de naranja que se extendía sobre sus cabezas, pero la pequeña nunca mas volvería a verlo. Acerco su mano a sus ojos y lo cerró.

Sus manos cayeron a su lado, como derrotado y entonces comenzó a llorar. ¿Quién había sido tan cruel como para destruir a todo una nación?

- te lo dije.- dijo una voz triste detrás de el.- ellos destruirán todo.- yuuri giro un poco su cabeza tan solo para ver quien le hablaba, y descubrió con pesar que se trataba de aquella niña que había visto en el barco.

Sus ropas seguían siendo blancas y vaporosas pero ahora su cabello estaba suelto y tenía un centillo de cintas y encajes sobre su cabeza. Ella le miraba con sus ojos violetas llenos de tristeza.

-porque?.- dijo yuuri mientras miraba a la niña.- que mal hechos hecho para merecer esto?

- no es culpa de nadie.- dijo ella comprensiva.- así es la guerra.- el silencio se hizo presente tan solo interrumpidos por los sollozos del pelinegro.- yuuri heika.- llamo ella, yuuri la miro con ojos llorosos.- mi nombre es Julieta.- se presento sin un protocolo.- he venido aquí para ayudarte.

- ayudarme?

-si, yo quiero evitar esta guerra.

-pero la guerra ya ha empezado!.-grito eufórico.- no ves a tu alrededor que todo ha sido destruido!.- ella lo miro sin expresión alguna y entonces se dio la vuelta para retirarse.

- yo quiero evitar todo lo que usted ha visto; así que lo volveré a visitar yuuri heika.- anuncio ella.- espere mi regreso.- y entonces desapareció.

Las palabras de la niña azotaron su corazón como un golpe cuando en ese mismo momento la sensación de que estaba cayendo por un precipicio lo estaba asaltando de repente... Vacío total e impensadamente la oscuridad eterna... yuuri todavía no había abierto los ojos, cuando la luz de la luna comenzaba a entrar indiscretamente por la ventana. Se incorporo rápidamente sobre la cama mirando a su alrededor y se dio cuenta de que todo estaba en perfecto orden

"¿un sueño?" se pregunto interiormente.

"¿fantasmas?

Desagradables.

¿Premoniciones?

No tengo ese don.

¿Serán alucinaciones?

Tal vez?"

Se levanto y se dirigió a la ventana. Su mirada paseo por la ventana abierta de su cuarto.

Suspiro cansado. Aquel sueño había parecido demasiado real. Había sido de pronto cuando las visiones comenzaron, de hecho no era la primera vez que tenía ese sueño. Constantemente se repetían y esa niña "Julieta" siempre aparecía en ellos, además solía escuchar que lo llamaban por el nombre de una mujer "celeste" ese era el nombre que escuchaba.

Y no solo eso, cuando estaba en su oficina y se concentraba en trabajar veía a criaturas acercándose a el con sus manos ensangrentadas, sus ojos mostraban desesperación y miedo.

Se acercaban a el pidiendo ayuda, suplicando…llorando. A pesar de que las criaturas hablaban al mismo tiempo podía escuchar claramente su pedido: "no nos dejes!" "maestra quédese!" "no se valla!" "celeste!" "No nos abandones!"; eso era lo que constantemente oía y estaba comenzando a creer que ya no eran simples coincidencias sus sueños y aquellas cosas raras que le sucedían. Decidió no pensar en ello y se acostó nuevamente en la cama para disfrutar de las últimas horas de sueño…

oOo

Estaba amaneciendo; el cielo empezó a cambiar de color, del púrpura al dorado. Liena podía oír el silbido del viento aullando a su alrededor mientras galopaba a toda mecha. Corría velozmente a caballo, sujetando algo muy valioso en una de sus manos. Corría a gran velocidad sin mirara atrás.

Pese a que estaba comenzando a amanecer; aquel bosque se veía tan oscuro que no podía visualizar hacia donde correr, los oscuros árboles encerraban una presencia de muerte y traía consigo cierta neblina que asemejaba el aliento de una bestia pero aun así no se intimidaba ante aquello. Después de todo ella era el guardaespaldas de la princesa Greta y pese a que fuera mujer; había sido entrenada como un soldado y por lo tanto podía soportar esas cosas.

Seguía cortando con su ágil y filosa espada las garras de la maléfica flora. El crujido de hojas rotas indicaba que alguien se acercaba apresuradamente al lugar donde ella estaba.

-allá esta!.- dijo una voz a la distancia.- atrápenla!.- ella escucho la orden; pronto la capturarían pero aquello no podía pasar. Había penetrado ese bosque con mucho esfuerzo; de hecho era la única sobreviviente que quedaba de su escuadrón después de esa expedición, los demás habían sido muerto ya sea por la maléfica flora o por la mala suerte de ser capturados.

Odiaba tener que haber dejado a sus soldados atrás pero la prioridad era llevar lo que tenia en sus manos a una persona muy especial. No podía dejar que sus esfuerzos fueran en vano.

Dio orden al caballo de seguir y galopeo su caballo ante su desesperada huida.

 

 

 

Lejos de allí, una persona encapuchada detenía las riendas de su caballo con un largo y agotado relinchido. Elevo su mirada hacia aquella nación. Desde esa altura podía ver toda la nación de shin makoku, no quedaba rastro de la guerra.

El sol ya había ascendido a los cielos, se llevo una mano a la capucha y descubrió su rostro, los primeros rayos del sol del alba iluminaron su cabello rosado. Sonrió con satisfacción, después de tanto tiempo volvía a esa región. Recordó el primer momento en que fue a aquella nación.

Aun vivía shinou.

Sin más hecho a andar su caballo con pasos lentos y armónicos, no tenía tanta prisa sin embargo el tiempo había llegado.

oOo

La luz del sol estaba empezando a invadir la estancia, poco a poco. Desde su balcón se apreciaban las formas verdes y frondosas de las copas de los árboles del jardín. Junto a su cama había, como cada mañana, un jarro de agua fría y una jofaina. Los sonidos del pueblo ya se dejaban escuchar levemente, como un rumor. De entre todos ellos, Eries escuchó la dulce melodía de una flauta, una de las que llevaban los pastores de las montañas.

-lady Eries, quiere que le prepare el baño?.- pregunto amablemente una mucaca a la dama de cabellos cenizos mientras cepillabas sus cabellos ondulados.

-si, gracias.- respondió gentilmente y tomando el cepillo de las mano de la joven, Eries sonrió y continuo.- yo me seguiré cepillando el cabello.

- hai.- respondió la joven con una sonrisa. El nombre de aquella mucaca era Ruth. Servia directamente a la princesa y le encantaba hacerlo. Eries "la princesa buena" como ella le llamaba. Era sumamente gentil con todos.

Eries centro su vista en el reflejo del espejo; admirando la delicada figura frente a ella. Era hermosa y joven, sin embargo eso no le importaba. Muchos nobles disputaban su mano en matrimonio pero ahora estaba comprometida. Aquello entristeció su mirada.

Poso el cepillo en la mesa y observo desde su ventana el vasto océano. Se encontraba en Antalia, su cuidada natal. Una nación grande y dueña de las mejores tropas marítimas; si alguien se oponía a esa nación era un enemigo seguro, por esa razón nadie se metía allí y ellos no hacían tratados de paz con nadie ya que no lo necesitaban.

Habían pasado dos meses desde la fiesta de wólfram, aquel día conoció al rubio; aquel que una vez murió y por causa de eso conrad había dejado de sonreír, pero ahora lo había vuelto a hacer y todo era gracias a que wolfram había regresado de nuevo.

Pero el hecho de que ella en 3 meses de compromiso no había podido lograr que su prometido sonriera no era lo que le entristecía. Lo que le entristecía era que había visto una clara decepción en los ojos verdes de aquel joven al saber que ella estaba comprometida con el castaño.

Presentía que aquel joven sentía algo más que un amor fraternal hacia el castaño y eso era lo que le entristecía.

Recordó que conrad había llegado por accidente a esas tierras hace seis meses. Había solicitado permiso al rey para poder descansar allí, ya que una tormenta había acabado con el barco y varios de sus soldados estaban heridos. Recordaba que aquel hombre parecía muy serio pero cuando lo conoció se dio cuenta de que era muy amable pese a que no sonriera.

Su padre había solicitado una reunión con el rey de shin makoku para hacer un tratado de paz y como resultado de aquello había quedado comprometida con el castaño y ya llevaban cinco meses de compromisos desde entonces.

Al principio la idea de que su padre la comprometiera sin su consentimiento le molesto, pero con el tiempo acabo enamorándose de conrad, solo esperaba que sus ideas acerca del posible amor de wolfram hacia conrad fueran solo ideas suyas.

oOo

Wolfram se encontraba en su habitación, después de haberse aseado se disponía a revisar su correspondencia. Normalmente eran cartas de su tío o cartas de algunos conocidos. Las que mas detestaba era aquellas que solicitaban una reunión para un posible compromiso, esas la incendiaban aun sin haberlas leído completamente.

Abrió una de las cartas y en efectivo, se trataba de una de esas cartas que tanto odiaban. Muchos nobles disputaban su mano en matrimonio, sabiendo la belleza y el linaje prestigioso que podían llevar a sus familiares.

Recordaba que durante su vida pasada esas cartas habían desaparecido cuando había quedado comprometido con el maou, pero ahora que se encontraba sin compromiso esas cartas habían aparecido nuevamente y con más frecuencias.

Estrujo la hoja en su mano y la lanzo al bote de basura, odiaba ese tipo de cartas. Habían pasado dos mese desde su estancia en el castillo, casi nada había cambiado.

Paseó la mirada por la ventana abierta de su habitación. La ciudad estaba desbordante de actividad; desde su observatorio podía divisar a panaderos, albañiles, carpinteros, amas de casa y grupos de niños corriendo de arriba abajo.

-aun sigues molesto por lo de anoche.- hablo conrad tratando de entablar una conversación con el joven rubio.

- por supuesto que si! ¡Tu eres un pervertido!.- conrad suspiro cansado. No tenia caso hablar con el.

-pasa algo?.- pregunto Eries mientras se acercaba a ellos.

-lo único que pasa es que tu prometido es un pervertido!.- dijo airado.

-pervertido?

-si pervertido! Anoche estaba teniendo un sueño erótico contigo!.- hablo sin medir sus palabras. La princesa se sonrojo a mas no poder y conrad deseo por un momento que la tierra se lo tragara, ahora todos en el castillo lo sabrían. Sabrían que tenía sueños húmedos supuestamente con Eries, pero era mejor que pensaran que era con la princesa y no con wolfram. Aunque aquello no lo aliviaba en lo más mínimo, de hecho no era nada confortante. Wolfram se dio cuenta de que había metido la pata hasta el fondo.

La princesa se retiro rápidamente con la cara avergonzada. Conrad suspiro cansado.

Suspiro largamente, no quería pensar en ese día.

Extrañaba a conrad, desde hace tres días que había salido a ayudar a yosak en una misión- cosa que no le agrado- y desde entonces no lo había visto. Se sorprendió de la magnitud con la que lo extrañaba, esperaba que regresara pronto.

oOo

El silencio era lo que reinaba en aquella estancia, tan solo se escuchaba el sonido arrullador la fuente de agua que había allí. Cuatro personas se encontraban esperando que saliera aquella que le daba órdenes.

-tengo hambre.-dijo sin mucho interés Asdrúbal a nadie en particular.

- silencio.- sentencio en voz severa otra de las personas.

- estoy aburrido.- dijo nuevamente Asdrúbal sin obedecer a su compañero.

-oye te dije que hicieras silencio!.- hablo seriamente alphonse quien recientemente le había ordenado que se callara. El de cabellos plateados pateo ligeramente el suelo en acto de aburrimiento total.

Asdrúbal era un joven muy excéntrico, efusivo y apasionado. Odiaba estar quieto tanto tiempo, mientras que su compañero alphonse era temperamental y amaba el silencio. Lo miro cuidadosamente como viendo a través de el, lo cual irrito a sus compañero.

-y tu que tanto me ves? Te debo?.-hablo odiosamente, Asdrúbal deformo graciosamente su cara recordando mas cosas desfavorables de su compañero alphonse era un magnate sabelotodo -lo cual a veces sacaba de quicio a rose por su arrogancias- siempre corregía a los demás sin cuidado de sus propios comentarios, además de que era un energúmeno con sus compañeros cuando no hacían algo bien, pese a eso era confiable y leal. Miro luego al otro chico, su nombre era stephan.

Era un joven delgado y de rasgos muy afilados. Su estilo era algo desaliñado; tenia el cabello castaño claro, casi rubio que le llegaba hasta por abajo del mentón. Era el más amable y su expresión siempre era sonriente, aunque cuando se enojaba había que esconderse porque daba miedo. El joven lo miro y le sonrió dulcemente, Asdrúbal sintió que el aire florecía.

-kawai!.- lo abrazo.- tu sonrisa es como ver la sonrisa de un dios TwT.- dijo el de cabellos plateados. Alphonse lo miro con un tic en el ojo, ese tipo de actos que hacia Asdrúbal ya era algo matutino.

-a mi me parece una sonrisa normal.- comento alphonse sin mucho interés en el asunto.

- quieres dejar de ser envidioso.- dijo rose sin mucha expresión. Ella se estaba a su lado.

-mira quien habla, la señorita "no sonrió por nada" que sabes tu de sonrisas.- dijo burlón, rose dejo pasar esa, estaba en un lugar respetable y no podía pelear allí.- nunca te he visto sonreír, jajaja a veces me pregunto si tu sonrisa será tan fea porque nunca sonríes.- a rose se le formo una vena en la sien, "paciencia, paciencia". Se repetía en su mente, no dejaría que alphonse la sacara de quicio.- seguro que el día que sonrías será el Apocalipsis jajaja.- rose lo miro como hiena enjaulada una mas y no lo soportaría.- no te metas en asuntos que no conoces, chusma!.- rose se le lanzo encima como una fiera y comenzó a jalar sus cabellos azules.

- ahhh! ¡eso no es propio de una dama!.- dijo alphonse mientras le jalaba las mejillas y esta aun continuaba jalándole los cabellos, Stephan trataba en vano de separarlos, jalaba a rose para alejarla de alphonse mientras Asdrúbal se revolcaba en el suelo; muerto de la risa. El aburrimiento por fin se había acabado.

-basta rose!... eso no es de una chica!...la doncella de ojos brillantes llegara y los reprenderá!... Asdrúbal deja de reírte y ayúdame!

-ja! Y te ayudo! Que no ves que el si no se mete en asuntos problemáticos. Rose vamos a resolver esto como personas civilizadas y diplomáticamente!.- pero rose no lo escuchaba.

-diplomáticamente? Wow que palabras tan fina!.- decía excitado Asdrúbal.

-ahhh!.- grito stephan cuando también comenzaron a jalarles sus lagos cabellos.

-oigan! A Stephan no lo maltraten!.- y se unió a la pelea. Trato de sacar a stephan de allí.-ahhh.- gimió al ver que le echaban algo en los ojos.- ¡quema! ¡Quema! ¡Quema! ¡Quema!… ¡auxiliooooooo! ¡¿Ahhh quede ciego? ¡Nooooooooo! ¡todo esta oscuro! ¡no veo! ¡Estoy ciegooooooo!.- lloriqueo pero pese a eso seguía jalando con insistencia.

-¡Asdrúbal me estas quitando el pantalóooooonnnnnn!.- se quejo stephan al sentir que su compañero no lo estaba jalando a el; sino a sus pantalones.- ahhh! ¡mi cabello!.- se quejo adolorido, cuando en eso alguien entro a la estancia.

- laureen!.- exclamo alegre el de cabellos plateados, mientras soltaba a stephan, este callo sobre rose y rose sobre alphonse.

- auxilio! Voy a morir ahogado! ¡Quiétense de encima, que no ven que me aplastan!.- exclamo alphonse al ver que todos cayeron encima de el. Los demás se pusieron de pie y se arreglaron un poco ante la presencia de aquella joven.

-parece que interrumpo algo.- hablo mirando lo desaliñado que todos se encontraban.

-nah no se preocupe.- dijo con un aire despreocupado Asdrúbal.- simple juegos de niños jeje.- ante eso se gano miradas asesinas de sus compañeros, Asdrúbal tuvo la sensación de disminuir de tamaño hasta llegar a su talones de sus compañeros y ellos podían pisarlo en cualquier momento como un bicho - aunque me he quedado ciego! Nooooooo! Esto es un maldición! No esperen, esperen! Ya puedo ver! Siiiiiii puedo ver! gracias kami_sama!

-¡mi cara esta toda rasguñada! Estoy peor que una pista de hielo!.- se quejo alphonse mientras sentía los rasguño en su cara.

-ahh me duele la cabeza.- dijo adolorido stephan mientras se tomaba la cabeza con amabas manos.

-dejando eso de un lado.-hablo rose seriamente.- han penetrado el bosque y se han llevado la tama del "el camafeo de crisantemos rojos".- ante aquello la joven de largos cabellos negros abro ampliamente sus ojos.- antes de que el sol ascendiera en los cielos se lo llevaron, pero sabemos quienes han sido- laureen no podía creerlo, el bosque era un territorio fantasma en donde ningún ser vivo se atrevía a penetrar.

-ya veo, así que los rebeldes se han mostrado. No se porque motivo quieren eso, pero supongo que quieren hacer lo mismo de haces muchos años.- miro a cada uno de los presentes.- ya le han avisado a melisa del robo de la tama?.- todos asintieron.- bien, aumenten la vigilancia en los templos, aunque ya no tienen nada mas que buscar aquí. Alguno de ustedes que valla a shin makoku y avise a shinou acerca de esto.

-melisa dijo que iba directo a hablar con el.- dijo stephan.

-ya veo. Que hay de aquel individuo llamado wolfram. Lo mas seguro es que ahora vallan detrás de el; ya la noticia de su regreso se ha expandido por todos lados así que deben saber sobre eso.

- eto… señora.- hablo tímidamente Asdrúbal.- porque no simplemente sacamos el tesoro y ya. Así no correría peligro el joven rubio. Ni el ni sus súbditos.- sugirió con firmeza.- creo que desde un principio debimos haberlo hecho.

-si lo hubiésemos hechos entonces le habríamos ahorrado el trabajo.- contesto con firmeza.- el enemigo ira tras el, hemos estado tras el enemigo desde que comencé mis obligaciones aquí. Es alguien sumamente cuidadoso y puede que se trate de alguno de nuestra propia naturaleza, pero sus movimientos son tan sigilosos que no podemos averiguar de quienes se trata. Sabemos que se ha aliado con humanos pero necesitamos más información que eso.

- entonces wolfram tan solo es un anzuelo?.- dijo con cierta amargura rose.

-puede ser. Tu mas que nadie sabes el motivo por el cual esta aquí. Decidiste hacerte cargo de su vigilancia pero ahora ha llegado el momento que hemos esperado durante tanto tiempo. La tama del "el loto del tiempo olvidado" estará bien cuidado con melisa, ella es muy sigilosa en sus movimientos así que se les será difícil ubicarla. Y la tama de "la flor protegida del océano" esta con shinou, ellos irán al templo de shinou en busca de ella, seguramente será su próximo golpe. Aunque es predecible que vallan tras wolfram para obtener la llave para buscar en las cavernas de la perdición la siguiente tama. Rose mantenlo vigilado, no sabemos en que momento atacaran.

-hai!.- todos los presentes desaparecieron dejándola con sus inquietudes. Ya era suficiente con saber que sus desconciertos eran muy usuales. Necesitaba respuesta, quien era la figura que ayudaba a aquellos rebeldes.

No podía tratarse de un simple humano o un mazoku, estaba más que segura de que era alguien de los suyos pero no sabía quien podía ser. Había pasado mucho tiempo desde aquella guerra y nada satisfacía sus inquebrantables dudas.

oOo

Un caballo detuvo su andar. En la pequeña cabaña que estaba enfrente de ella se encontraba sus aliados. Abajo con agilidad del caballo, cubría con una capucha su rostro. En la entrada había un par de guardias así que suponía que su hermana estaba allí. Había comenzado a llover fuertemente, aunque estaba demasiado lejos de su tierra natal, seguramente ni en shin makoku ni en sus países vecinos estaría lloviendo.

Se adentro a la cabaña y pudo divisar a dos figuras encapuchadas. Una de ellas estaba sentada en una silla junto a una mesa redonda, la otra persona se mantenía de pie y de espaldas mirando a través de la ventana la lluvia. El cuarto estaba a oscuras y era iluminado tan solo por unas velas agotadas. Allí reinaba el más absoluto silencio.

-y bien liena?.- hablo con suma tranquilidad la figura de pie, su voz era masculina.- nos traes buenas noticias?.- cuestiono sin dejar de ver las gotas de lluvia. La persona que recientemente había llegado se quito la capucha dejando ver a una joven de cabellos ondulados.

- hai!.- respondió firme como un soldado.- mis soldados y yo hemos conseguidos penetrar el bosque erure y hemos triado esto.- mostró casi un cristal de color rojo en forma de péndulo.- esta llave es la llamada "el camafeo de crisantemos rojos".- la figura sentada sonrió complacida.

-así que lo has conseguido.- hablo con satisfacción mostrando su cara.

-después de muchos años lo he logrado miranda.- hablo con gentileza.- pero hay algo que debería saber. En todo este tiempo no se lo he dicho porque no la había visto, aunque supongo que ya debes saberlo.

- he estado muy ocupada como para andar oyendo rumores, me da igual. Si no es algo que me favorezca entonces no me importa.- hablo arrogantemente la mujer que años atrás había formado una rebelión y habían atacado el castillo. Recostó su cuerpo en el respaldo de la silla.- aunque a juzgar por la tonalidad en que lo has dicho debe ser algo importante. De que se trata.

- el nació de nuevo después de la batalla.- aclaro con firmeza.

-el? Quien es el?.- pregunto intrigada mientras fruncía el entrecejo.

- el tercer hijo del 26° maou.- hablo determinadamente.- Wólfram Von Bielefeld.- ante aquella la mujer abrió sus ojos.

- así que aquel chiquillo resurgió de las cenizas.- dijo placidamente, con una mueca de sonrisa. Una expresión tan suave como siniestra.

-pensé que marcosius_sama te lo había dicho.- miro al joven encapuchado que aun veía la lluvia, no había hablado en todo ese tiempo.- después de todo la princesa Greta lo presento formalmente ante el como su prometido.

- entonces marcosius ya lo sabia.- dijo sin mucho interés.

-tarde o temprano te enterarías.- hablo sin darle mucha importancia al asunto.- no era algo que tenias que enterarte por mi boca.- se giro y observo a ambas damas con una sonrisa divertida.- ya todos saben de su existencia. Shinou junto con la doncella de ojos brillantes hicieron posibles eso.

-desde cuando lo sabes.- inquirió con molestia miranda, odiaba que le ocultaran las cosas.

-desde siempre.- contesto con simplicidad, como si aquello fuera la cosa mas insignificante del mundo.

Liena observo a aquel hombre. No le inspiraba confianza.

Si bien era sumamente gentil y amable con todos, nunca había mostrado amargura y tampoco había mostrado orgullo. Tampoco era arrogante ni altanero, hablaba poco y cuando lo hacia hablaba con elegancia y decía las palabras exactas. Su mirada siempre estaba llena de dulzura. Era un enemigo de cuidado.

Sin embargo su hermana confiaba ciegamente en aquel joven que no mostraba maldad alguna, como si lo que hicieran fuera cosa de todos lo días, como si la incertidumbre y los asunto de las guerras no le afectaran. Y lo que mas le extrañaba era que no buscaba poder ni dinero y tampoco era avaricioso. Parecía una persona común y corriente.

Pero ese hombre sabía muchas cosas pero se negaba compartirlas. Y cada vez que le preguntaban algo de suma importancia guardaba silencio, no un silencio de buscar una respuesta; era el silencio de alguien que sabe pero se hace el desentendido, como si nunca hubiera escuchado esa pregunta.

Aquel hombre era el prometido de la princesa Greta, aquella a la que protegía. Si bien le había tomado mucho cariño a la joven, siempre era muy amable y cuando se entero de que aquel joven era su prometido no le gusto nada. Seguramente solo jugaría con ella. Constantemente se reprendía por pensar así, a ella no tenia porque impórtale lo que pasara con ella, ya que ella era parte de una rebelión y no debía importarle lo que lo que pasara con el rey yuuri ni con su hija sin embargo ellos la habían tratado con tanta gentileza que a veces sentía que lo que estaba haciendo estaba mal. Pero había jurado lealtad a miranda, no era su hermana de verdad, pero la había considerado así porque ella la había ayudado cuando estaba en un peligro y la había sacado de la inmundicia y como tal debía seguirla sin cuestionar nada. Pero a veces se sentía atrapada como una mariposa en un frasco.

-la doncella de ojos brillantes junto con sus subordinados estuvieron de acuerdo para alejar al niño de shin makoku y de las naciones vecinas.- hablo el de cabello blancos.- El niño peligraba aquí. Que piensas hacer ahora miranda? Iras tras el chico?.- hablo serenamente.

-no, esperaremos mas tiempo. Ellos ya deben estar alerta y seguramente pensaran que iré tras el de una vez. Dicen que el banquete sabe mucho mejor si esperas a que este listo.- dijo con una inquebrantable tranquilidad pero sin dejar de mostrar esa cínica sonrisa.- después de todo, la guerra caerá como una plaga sin cura.

-me gustaría saber que mas a maniobrado esa cabecita tuya.- dijo burlón el joven de cabellos blancos. "es linda…pero esta loca" pensó para si el joven mientras la observaba.

-tu mejor que nadie sabes que un león cociente es mejor dejarlo tranquilo.- acoto burlona.- y dime, que hay de tu hermano?.

-desde que descubrí que el era la clave se ha negado a ayudarme.- dijo con tranquilidad, como si aquello le afectase en lo mas mínimo. La imagen de su hermano gemelo bailoteo en su mente.

Una persona idéntica a el que se negaba ayudarlo, le decía que estaba loco pero aquello poco le importaba. Su hermano estaba encerrado, de hecho nadie sabia de existencia ni siquiera su padre. Solamente algunos soldados, miranda y su hermana sabia de el. Aunque sus planes no eran los mismo que los de Miranda, ella era un ejemplar humano muy soberbio.

Nadie sabia de sus planes excepto el, claro, su hermano lo sabia pero quien le creería a un demente.- pero haré que coopere si o si.- dijo con una apacible mueca de gentileza mientras la observaba con una decidida y confiada sonrisa que hacia juego con su mirada astuta.

oOo

-os estaba esperando.- dijo ulrike a una joven que había entrado en el castillo. Levanto su vista y miro hacia el interior del castillo como si la hubieran llamado silenciosamente.- su alteza shinou le espera.

-mmm…supongo que ya sabia que vendría a este lugar.- murmuro para si mientras entraba al interior. Abrió las puertas y entro. Allí vio al gran sabio sentado sobre una de las cajas demoníacas y a shinou a su lado. Se acerco lo suficiente y se hinco en el suelo en señal de respeto.

- cuanto tiempo sin verlos su majestad, su santidad. He esperado tanto tiempo este momento. Ha sido motivo de mi desvelo.- elevo su mirada y sonrió.- estoy complacida de estar a su ordenes.

- no has cambiado nada melisa.- dijo el gran sabio mientras se ajustaba los lentes sobre el puente de la nariz.- si has venido aquí, no has de traer buenas noticias.

-ah eso, directo al grano no. Y yo que quería hablar de viejos tiempos ¬¬.- suspiro.- pero bueno, que se puede hacer. La situación es critica porque ya se han llevado la primera tama, de seguro vendrán aquí lo mas pronto posible.- aquello estremeció a ambos.- mmm…no veo por ningún lado a "la flor protegida del océano" que hiciste con ella?.- pregunto curiosa

-mas que nadie sabes soushu iba a poseer mi cuerpo.- la pelirosa asintió.- si la hubiese tenido en mi poder hubiera hecho desastre al tenerla conmigo.

-entonces que has hecho con ella? Es casi imposible sentir su presencia pero puedo percibir que esta en todas partes.

-tas persuasiva como siempre.- shinou sonrió zorrudamente.- debido a que mi cuerpo ya no seria el mismo, decidí esparcir su poder.

-ya veo, así que es por eso que yuuri heika puede viajar por ambos mundo sin tu ayuda no?.- shinou asintió.- ya veo, es un plan ingenioso. El típico de ocultar un árbol entre un bosque, muy ingenioso. La mayoría de poder esta en ese collar no? Aquel que poseía Susana julia. No deberías tomarte las cosas a tan la ligera, recuerda que por eso paso el accidente de hace 4000 mil años.- hablo seriamente.

-hay cosas que no se pueden evitar. Las cosas pasan por algo no?.

- el caso es que los rebeldes se han mostrado. Entre ellos esta miranda.

- miranda?- dijo Murata.- que no había muerto en la batalla de hace 15 años?.

-pues no, al parecer fingió su muerte porque esta vivita y coleando. Y saben algo.- los presentes la miraron esperando a que hablara.- el tiempo si que la ha puesto feeeeeeeaaaaaaa.- bromeo. Tanto Murata como shinou la miraron duramente. Aquella broma no ameritaba la situación.- ok, ok lo retiro.- hablo divertida

-que has visto tu?.- inquirió hostil el rubio.

-mis predicciones no son muy exactas así que no te daré a conocer lo que he visto, pero si son ciertas entonces te digo que al final de todo esto será como un triste cuento de hadas, los inocentes pagaran el acto de sus precedores.

oOo

Conrad galopaba por el bosque, tenia tres días fuera del castillo y quería ver al rubio. Quería llegar rápido al castillo, se conformaba con tan solo verlo, pero primero tenía que pasar por el templo de shinou para dejar unas cosas.

Había algo que le intrigaba, no sabía si había sido un sueño o había sido verdad.

Después del incidente con wolfram; este no había ido a su habitación. Ya había pasado dos semanas desde entonces.

La puerta se abrió sacándolo de sus pensamientos.

Era wolfram.

No dijo y nada y se metió en el lecho y le dio la espalda. Conrad tampoco dijo nada, solo observo el cabello rubio esparcido por la cama.

-wolfram?.- llamo suavemente.

-mmm?.

-lamento de la otra noche.- se disculpo.

-no importa.- dijo sin poner mucha importancia en el asunto.-podrías…abrazarme…?.- la petición le sorprendió pero obedeció. Acerco su cuerpo a el y lo abrazo de espalada. Pudo sentir el aroma de su cabello. Wolfram siempre olía bien.

-hueles bien..- susurro lentamente. Wolfram se sonrojo pero no dijo nada.-…wolfram.- susurro lentamente, podía sentir su calido aliento en su cuello su cuerpo se estremeció pero conrad no lo noto.- te quedarías conmigo…para siempre?.- había hecho nuevamente esa pregunta, aquella que le hizo el primer día que llegaron al castillo pero que el rubio no había respondido. No sabía porque hacia esa pregunta, era algo que le nacía cuestionarle. El rubio trago saliva en un acto nervioso.

-…si.- respondió después de unos segundos. Conrad sonrió y hundió su rostro en el cuello del joven.

-gracias…

Susurro. Pasada unas horas se quedo en la misma posición. Cerró sus ojos para poder dormir pero no podía. Sintió entonces como wolfram se daba la vuelta y quedaba cara a cara con el.

Sintió que el rubio le quitaba de la frente algunos mechones de cabello y luego con acaricio su cara, el gesto era casi imperceptible pero ese gesto hizo que su corazon se agitara, nunca antes le habían acariciado el rostro de esa forma…tan sutil, tan cariñosa, tan sumisa… se sentía agradable pero luego con sus dedos delineo sus labios. Aquella acción fue tan sutil pero logro estremecerlo e hizo que su corazon latiera por mil.

Y entonces algo lo sorprendió.

- -te quiero.- dijo el bajito pero logro escucharlo. Quería abrir los ojos para seccionarse de que seria un sueño o seria real, pero no tuvo el valor de hacerlo y permaneció con los ojos cerrados. Wolfram se puso de pie y se marcho de la habitación, entonces abrió los ojos pero wolfram no estaba allí.

Se pregunto si habría sido un sueño o había sido algo real. Pero no se lo preguntaría a wolfram, no podía hacerlo…

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al llegar al templo, elevo su mirada y observo la majestuosa construcción y entonces observo que una joven salía acaballo del templo.

-valla, pero que sorpresa.- dijo la joven de cabellos rosados.- cuanto tiempo sin verlo conrad.- reconoció esa voz.

-melisa?.- cuestiono incrédulo.

-que bueno que me recuerde, y yo que pensé que ya se había olvidado de mi.- le sonrió.

-que hace en este lugar?.

-mmm solo vine a hablar con su majestad shinou.- aclaro sin mucha importancia. Conrad dirigió una mirada inquisitiva, como si sospechara que sabía más de lo que admitía.- bueno, ya es hora de que marche.- anuncio animada.- le deseo suerte con wolfram.- le guiño el ojo, el castaño palideció violentamente.- ah veo que ya se ha dado cuenta de sus sentimientos... Seguro que wolfram también.- esto ultimo lo dijo para si misma, conrad no alcanzo a escuchar esto ultimo.

-debería ir a ver a wolfram, estoy seguro que su compañía le gradara.- sugirió con una sonrisa.

-ah tiene razón, ya me pasare a verlo. Que pase un buen día Sir Weller.- y tras aquellas palabras espoleó al caballo con los talones y partió al galope tendido. Conrad la observo marcharse.

oOo

Después de haber entrenado a sus soldados se dispuso a descansar. Camino un poco y fue cuando se dio cuenta de algo. A sus pies se extendía un parrete de flores azules "conrad sobrevive en la tierra" ni los jardines le dejaban pensar en el.

Se arrodillo y acaricio una de las flores.

-así que tenia razón.- dijo una voz detrás de el.- ya te has dado cuenta de tus sentimientos.- se incorporo y miro a quien le había hablado.- ah si que has crecido.- la joven de cabellos rosa se acero a el y le revolvió los cabellos dorados.

-melisa…?

-me sentiría muy mal si no me recordaras.- a diferencia de rose, melisa seguía siendo la misma persona que había conocido tiempo atrás.- me alegra que por fin te hayas dado cuenta de tu amor hacia conrad.- dijo divertida.

-no hables tan alto!.- regaño mientras un leve sonrojo surcó las facciones del joven, mientras miraba en todas las direcciones para verificar si alguien les había oído.- nadie puede saber eso.

-no crees que algún día se enteraran?

-no! Porque nunca se lo diré a conrad!

-aaaaandaaaaaaa díseloooo!.- rogó con un brillo inocente en sus ojos.

-no!.

-daaaleeee.

-que no!

-daaaleeee.

-que no!

- díselo, díselo, díselo. Díselo siiiii.

-¡oblígame!.- se cruzo de brazos con el seño fruncido. Melisa suspiro cansada, nada iba a hacer que la actitud del rubio cambiara, sin embargo lo que pasaría esa tarde lo delataría por completo

-seguro que no se lo dirás?.- esta vez hablo sin presionarlo, solo sentía curiosidad.

-que si!

-seguro?

-¡si!.- respondió ofuscado por tanta pregunta.

-si tu lo dices…

-ya basta de tanta pregunta, tu que haces aquí?.- hablo molesto, no por la presencia de la joven sino por tanta insistencia en que le dijera sus sentimientos a conrad. De nada serviría; después de todo el estaba comprometido y nada cambiaria eso. Melisa lo miro analizando su expresión sin embargo no le pregunto nada mas referente al asunto y comenzó a caminar en compañía del rubio por los jardines.

-Vine a ver como estabas.- contesto.- Por el camino me encontré a conrad, el me sugirió que te viniera a visitar.

-conrad?.- la miro curioso.

-ahhh lo que hace el amor… Amor, amor, amor.- canturreo divertida al ver la expresión del rubio.

-cállate!.- dijo molesto y sonrojado.- a mi…no me importa lo que pase con el!.- dijo aparentando indiferencia.

-admítelo, te mueres por ganas de verlo.

-¡e-eso no es cierto!.- melisa río por lo bajo y camino unos pasos mas que el y se acerco a un rosal y tomo una rosa. Se acerco al rubio y se la dio. Una de las espina se enterró en sus dedos. El rubio se quejo y melisa retiro la rosa, miro aquel líquido rojo que comenzaba a salir.

Con un dedo limpio la herida y miro a wolfram mientras le señala su dedo cubierto por la sangre de el.

-sabias que puedo penetrar el pasado y el futuro de una persona con tan solo probar un poco de su sangre?.- wolfram se sorprendió. Melisa llevo el dedo lleno de sangre y lo probo como si estuviera probando un dulce.- mmm interesante.- dijo para si.

-que has visto?.- pregunto.

-no-te-lo-diré.- canturreo.

-ehhh? Y porque no? Hurgaste mi vida sin mi permiso! Tengo derecho a saber que pasara!.- hablo airado.

-es que mis predicciones a veces no son muy cierta.- le saco la lengua. Wolfram sintió que una vena se formaba en su sien.- pero puedo decirte que esta tarde pasara algo interesante entre conrad y tu…además.- se acerco al oído del joven y le susurro algo. Después de hablarle, wólfram quedo con cara de ¡¿what?.- pero no me creas mucho, a veces no todo lo que veo es cierto jeje.

Y entonces fijo su vista en algunos soldados que entrenaban, de entre todos ellos observo a un pelirrojo de ojos azules.- bueno wolfy, ya tengo que irme. Suerte!.- dijo y comenzó a marcharse pese a las protestas del rubio.

Se acerco un poco a los soldados. El joven pelirrojo la miro, ella asintió con la cabeza y se alejo un poco.

 

 

 

 

 

 

 

 

Observo el cielo azul y las nubes, parecían como si hubieran dado pinceladas. Se había alejado un poco, un lugar en donde casi nadie pasaba. Se encontraba de pie y tenia su cuerpo recostado en el tronco del árbol, entrecerró sus ojos disfrutando de la paz que se respiraba

-hola.- dijo una voz. Entreabrió sus ojos y observo al soldado que le había llamado la atención.

-no te conozco pero a juzgar por tu esencia tu eres…- el joven asintió.- valla, esto si que es una sorpresa.- sonrió.- como están todos por aya?.- pregunto mirando las aves que pasaban por el cielo.

-las cosas no están nada bien. La guerra llego y muchas personas han muerto.- aquella noticia no le agrado nada.

-tu nombre? Aquí en esta tierra como te identificas? Porque imagino que no le habrás dicho a nadie quien eres realmente o si?

-me creerían loco si se los dijera melisa_san.- hablo en joven mientras se sentaba en el suelo y recostaba su cuerpo en el tronco del árbol.- aquí me llamo Ariel.

-Ariel? Mmm bonito nombre.- hablo con una sonrisa.- que hay de tu padre y de tu tío?

-ambos han muerto. Sir Weller murió en la guerra al igual que mi padre. Mi madre me mando hasta este lugar con la intención de poder hacer algo…pero es algo difícil…- suspiro con pesar.

-ya veo, debiste haber tenido una infancia muy dura.

-yo dedique mi juventud al estudio y al entrenamiento. Allí no había cosas como jugar, reír o amar alguien.- hablo mientras entrecerraba sus ojos y prosiguió.-… esta guerra es un castigo por nuestro sacrilegio.- agrego con pesar después de un largo silencio. Ni el ni melisa dijeron nada, tan solo se quedaron escuchando a los pájaros cantar. Cada uno con una duda en su mente, podían saber muchas cosas pero eso no significaba que podan cambiarlo.

oOo

Wolfram después de unas horas supo que conrad ya haya regresado. Quería verlo pero a la vez no quería verlo. Era una pelea interna y al final opto por no buscarlo.

Recorrió gran parte del castillo para ver si lo veía, resoplo molesto. Pese a que había regresado nadie sabía su paradero. Camino un poco más hasta que se canso. Decidió pasear un poco entre los grandes árboles y fue entonces cuando lo vio.

Nunca pensó que fuera en tales circunstancias.

Los árboles se mecían con una imperceptible brisa y las flores estaban en pleno florecimiento. Se acerco a el con pasos lentos.

Conrad se encofraba sentado en el suelo con su cuerpo recargado en el tronco del árbol. Estaba dormido.

Algunos rayos de sol se colaban a través de las hojas y retejaban el rostro de conrad, sereno y calmado.

Se arrodillo y lo observo. Le encantaba verlo dormir. Recordó que su madre le dijo una vez que disfrutar ver a la persona que te gusta dormir significaba que la amabas.

Respiraba tranquilamente, seguramente estaba muy cansado por la misión. Aquellos ojos avellanas estaban sellados por largas pestañas.

Le amaba tanto.

Amaba su sonrisa.

Amaba su carácter.

Amaba su mirada.

Amaba cada parte de su ser.

Recordó que en su vida pasada conrad había sido muy cariñoso con el. Conrad era su koonichan. Recordaba que cuando se enojaba por su culpa el lo abrazaba.

Cuando se recargaba en su hombro el le besaba la frente.

Cuando se enfermaba conrad se quedaba despierto toda la noche para velar sus sueños.

Cuando el estaba aburrido jugaban a los soldados.

Cuando no podía dormir y conrad le leía un cuento.

Cuando rompió una ventana en casa de uno de los nobles el se hecho la culpa para que no castigaran a wolfram.

Y cuando creció y lo trato mal conrad siempre le sonrió, nunca le dijo una ofensa y pese a su rechazo el siguió con el.

Se preguntaba de donde sacaba conrad paciencia en momentos en lo que el le prendería fuego a todo lo que estuviese en su camino.

Sonrió, era la amarga sonrisa que se esboza cuando se tiene algo que todavía esta pero que se sabe que algún día se perderá. Se pregunto porque siempre se enamoraba de la persona equivocada? Primero yuuri y ahora conrad.

Aquello debía ser un castigo o una condena por todas las cosas malas que había hecho, o tal vez era una burla del destino el enamorarse de la persona equivocada.

El viento meció sus dorados cabellos. Mechones de pelo caían tímidamente sobre el rostro pausado de conrad, quien seguía en su mundo de sueños sin percatarse que alguien lo observaba. Aparto algunos mechones y de repente conrad sonrió. Wolfram se sobresaltó. Pensó que le había despertado

¿Qué estaría soñando? ¿En quién? ¿Quién tenía la capacidad de hacer reír a conrad hasta en sus sueños? ¿Quién era el o la afortunada que había conseguido colarse entre los sueños del castaño?

Le acarició una vez más, hasta llegar a sus labios. Repasó estos mil veces, disfrutando del contacto. Se le antojaron repentinamente demasiado deliciosos. Demasiados perfectos, demasiada... tentación

Poco a poco acerco su cara a la de el y tentativamente coloco sus labios sobre los de el. Un paso casi suicida al tocar sus labios.

Pero conrad no se daría cuenta, después de todo estaba dormido. Con lentitud se alejo y aun mantenía los ojos cerrados. Los labios de conrad eran suaves, muy suaves.

Lentamente abrió sus ojos y se llevo una gran sorpresa al ver unas pupilas cafés mirándolo completamente anonado y sorprendido.

La respiración se le acorto. Sus ojos verdes mostraron horror al ver su reflejo en los ojos del castaño.

 

 

 

Conrad se había despertado.

 

 

 

 

Pero eso no era lo pero. Lo pero era que lo había pillado robándole un beso.

Notas finales:

Tama: significa joya.

Koonichan: supongo que ya muchos saben que significa hermano mayor pequeño.

Yusukichan tienes toda la razón: me gusta hacer sufrir a los lectores XDDD dejarlo hasta allí si que soy cruel no?

Ok, ok les seré sincera empecé a escribir y entonces cuando me fije ya llevaba 16 paginas en Word me quede O.O wow ya pase las quince! -_-|||| aja hasta aquí dejo el capi, ya sobrepasado el límite, además así los dejaría picados por dejar el capi hasta alli1 jajaja.

Recordad que si queréis matarme no vais a poder saber lo que pasara en el siguiente capitulo, les adelanto que posiblemente haya lemon, lean bien "posiblemente" de todas formas aun no se con exactitud =P

Próximo capitulo: "el dolor de un contacto y los recuerdos que dejan sobre la piel"


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