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Curiosidad de amigos por rina_jaganshi

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Con algo de pena y torpeza comienzo a mover mis labios sobre los del dobe, esta es la primera vez que beso a alguien. Tenía la intención de meter mi lengua dentro de su boca pero él no parece querer abrirla, así que me dedico a succionar y mordisquearle el labio inferior. Cuando se nos acaba el aire me separo lentamente, mis ojos que habían permanecido cerrados, ahora le miran, las mejillas encendidas, la boca semiabierta, rojita, húmeda me hacen querer llegar a más.

Agacho la mirada hasta su abdomen, mi mano curiosa comienza a subir por su muslo, al igual que con el brazo, la paso debajo de la camisa acariciando el vientre. Quiero ver como lo toco así que sin más le quito esa estorbosa prenda, él levanta los brazos para ayudarme. Me alegra que coopere. Ahora que su torso está desnudo, mi mano vuelve a su cometido de recorrerlo, llego a uno de los pequeños botoncitos de carne, lo tomo entre mi dedo índice y el pulgar.

—Aahhh… —Suelta un leve suspiro, yo pellizco un poco más fuerte la tetilla entre mis dedos— ¡Sasuke no! —Me aleja de él con un empujón, su cara esta rojísima.

—¿Qué pasa? ¿No te gusta? —Pregunto acercándome nuevamente a él, capturo ambos pezones.

—Aahhmm…Sa…Sasu… —Sus manos intentan quitar las mías, pero le guste o no yo soy más fuerte— Sasuke…aaahhh… —Sin dejar de jugar con los botones me lanzo a chupar su cuello, causando que suelte más suspiros y gemidos—: Ahh, de…tente… —A pesar de lo que dice echa la cabeza hacia atrás dejándome lamer su cuello a mis anchas. Desesperado lo agarro de los hombros, lo arrojo a un lado recostándolo, sin perder el tiempo me coloco a cuatro patas sobre él.

—¿Sientes ese calor? —Cuestiono al tiempo en que voy dando besitos por todo su torso— ¿Notas como esto se endurece?

—¡Ah! —Clama cuando paso mis dedos por su miembro.

—El mío…está igual —Le susurro al oído. No entiendo porqué hago todo eso, sólo quiero sentir su piel contra la mía. Me incorporo un poco para quitarme la playera aventándola al piso. Sus orbes azules miran mi pecho, estoy seguro de que él también quiere tocarme por lo que llevo sus manos a mi abdomen, de ahí las deslizo hasta mi espalda baja.

Comienza a perder el miedo, recorriendo toda mi espalda. Vuelvo a inclinarme sobre él para nuevamente degustar su cuello, lo muerdo y succiono por todos lados dejándole pequeñas marcas rojizas, voy subiendo por su barbilla hasta llegar a la boca. En comparación del primer beso en éste abre los labios permitiéndome introducir mi lengua, la cual, cuando se encuentra con la suya comienzan una batalla, no voy a dejar que sea mejor que yo besando. Su lengua choca contra la mía, se empujan, se hacen dar la vuelta enredándose, los labios empiezan a querer participar más por lo que ambos abrimos y cerramos la boca al igual que intercalamos la inclinación de la cabeza ya sea que yo estoy hacía la derecha y la muevo a la izquierda, repetimos eso varias veces hasta que nuestros pulmones casi gritan por el oxigeno.

Nos separamos con la respiración agitada, un hilito de saliva aún nos une. Nuestras miradas nuevamente se cruzan, sonreímos cual cómplices de algún delito, esto nos gusta. La mayoría de las veces no tenemos que decir nada con palabras, nuestros gestos lo dicen todo. Una vez más cazo sus labios, una de mis manos me sirve de apoyo, la otra se va a acariciar su pecho, él juega enredando sus dedos en mi cabello.

Esta vez voy ganando en la lucha de lenguas, pues mi amigo no puede evitar gemir cuando toco sus tetillas. Empieza a desesperarse de que sea yo quien domine. Haciendo uso de su fuerza nos hace rodar en la cama, ahora él está arriba de mí, realmente lo agradezco pues puedo recorrer su cuerpo con ambas manos. Separa nuestros labios para besar mi cuello, torpemente intenta tocar mi pecho pero al no ver cómo detenerse decide sentarse en mi zona pélvica.

—Aahm —No puedo evitar gemir cuando siento su peso hacer presión sobre mi miembro. Lo tomo de las caderas y comienzo a moverlo de atrás hacia adelante.

—Sasuke… ¿qué haces? —Pregunta mi amigo un tanto inquieto.

—No, no tengo ni la menor idea pero, mmm se siente bien… —Respondo sin dejar de restregarme su redondito trasero en mi entrepierna que cada vez está más dura.

—¿Quieres que yo también me mueva? —Cabeceo en forma afirmativa, al instante siento sus manitas en mi abdomen, empieza dando suaves brinquitos que me llenan de placer —¿Así?

—Siii, ahm —Necesito sacarme los pantalones, por lo que uso todo mi autocontrol para detenerlo en seco —Ya es hora de quitarnos esto ¿no? —Lo muevo para dejarlo sentado a un lado pero…

—¡Aahh! —Ambos volteamos hacía la tele, con todo esto había olvidado la película.

Nuestros ojos se abren con sorpresa pues uno de los tipos tiene su miembro dentro del trasero del otro.

—Creí que sólo podíamos meterlo dentro de una mujer —Susurra el rubio, yo desabrocho mi pantalón, me lo quito al igual que los bóxers, dejando mi problema expuesto, a pesar de haberme excitado antes nunca había estado tan dura y levantada.

—Hay que hacer eso —Digo con decisión, mi amigo voltea a verme pero su mirada se baja al darse cuenta de que ya estoy desnudo.

—Siempre nos bañamos juntos y jamás me fije en tu…bueno ya sabes —Habla con una sonrisa zorruna—: ¿De verdad crees que podamos hacer eso? —Pregunta observando nuevamente la tele.

—Si ellos pueden no veo porque nosotros no —Me acerco a desabrocharle el short, él sigue viendo la película—. Levántate un poco —Sin mirarme me obedece y yo le saco sus prendas para quedar en las mismas condiciones.

—De acuerdo pero hay que hacerlo como ellos para que nos salga bien —Apunta hacía la pantalla, uno está a cuatro patas mientras el otro arrodillado para darle. El kitsune se levanta yendo al filo de la cama. Una vez ahí grita entusiasmado—: ¡Yo voy atrás!

—Olvídalo dobe —Me coloco a su lado.

—¿Por qué? —Cuestiona con los brazos cruzados.

—Porque yo soy más grande. —sonrío de lado.

—Siempre que quieres algo dices eso —Hace un puchero, luego, me da la espalda, no puedo evitar mirar sus glúteos, definitivamente tengo que ser yo el que vaya atrás.

—Está bien, que sea a la suerte —Bajo de la cama, lo hago voltear hacía mí—. Piedra, papel o tijeras, quien gane va atrás.

—¡Está bien teme! —Cierra sus puños y sonríe, ambos escondemos una mano en la espalda. El dobe siempre escoge tijeras.

—¡Piedra, papel o tijeras! —Gritamos los dos al mismo tiempo, como yo dije él hace tijeras y yo piedra.

—Hn, gane dobe, ponte como en la película —Palabras inentendibles salen de su boca. Aún así se coloca a cuatro patas en el suelo, yo me arrodillo para estar a su altura— ¿Estás listo? —Pregunto con ansias, veo como cabecea en forma afirmativa así que tomo mi miembro para dirigirlo hacía su entrada. La punta intenta hacerse paso pero…

—¡Aahhh! ¡Sasu-chan me duele! —No entiendo porque no puedo meterlo, una mano se posa en su cadera y con la otra sigo sosteniéndomelo, vuelvo a empujar— ¡Aaahh! —Veo como se retuerce de dolor, me detengo.

—Kuso, está muy chiquito —Un calor inmenso se apodera de mí, por alguna extraña razón no puedo dejar de observar ese pequeño agujerito y me entran unas ganas inmensas de tener mi miembro dentro de el, por ello vuelvo a insistir—. Relájate dobe —No pienso darme por vencido todavía, con ambas manos le separo los glúteos, acerco mi longitud.

—¡Sasuke no! —Grita mi amigo nuevamente, yo regreso a la realidad, me alejo de él, se sienta y me mira— ¿Cómo diablos le hicieron esos tipos? —Pregunta secándose unas poquitas lágrimas que salían de sus ojos. ¿Tanto dolerá? Y si es así no quiero lastimarlo— ¿Retrocedemos la película? Tal vez ahí venga como —ensimismado asiento de forma afirmativa.

Observo cómo se levanta para retroceder el video. Por mi cabeza pasan esas imágenes pero los protagonistas son sustituidos por mi rubio amigo y por mí. Necesito entrar en él pero ¿Cómo? Se me ocurre algo, mientras él ve que es lo que hay que hacer, yo voy a un cajón, busco lo que necesito y vuelvo a donde está el ojiazul.

—¿Qué es eso? —Pregunta viendo el tubito de mis manos.

—Es vaselina —Contesto al tiempo en que me unto un poco en mi miembro— ¿Ya se vio como le hicieron?

—No —Sigue retrocediéndole— ¿Para qué es la vaselina?

—Para que resbale ¡Espera déjale ahí! —Detiene la película, el tipo tiene dos dedos dentro— Ponte como estabas.

—¿Ya sabes cómo? —Arquea una ceja.

—No estás viendo que le metió primero dos dedos para hacer el agujero más grande, usuratonkachi— Contesto burlesco.

—¡Baka! —Infla sus mejillas ofendido. Después se pone como antes, no sin antes advertirme—: Pero ponme vaselina, no quiero que me duela teme.

—Lo sé dobe —Sonrió, sinceramente por más ansioso que esté yo tampoco quiero que le duela. Con dos de mis dedos comienzo a aplicar el ungüento a la rosadita piel, hago un poquito de presión, fácilmente el índice entra.

—¡Ah! —Da un pequeño quejido retorciéndose en el proceso.

Meto más mi dedo y empiezo a moverlo en círculos, el pequeño hoyito comienza a ampliarse. Con cuidado introduzco el segundo. Otro jadeo esta vez acompañado de un saltito por la intromisión, le acaricio la espalda para que se relaje ya que pude sentir como apretó el esfínter. Al parecer mis gestos funcionan permitiéndome así mover los dedos con más libertad. Los meto y saco despacio, no sé cuánto tiempo tenga que hacer esto. Necesito que esté lo suficientemente dilatada como para que pueda entrar sin problemas. Sigo pensando en todos esto hasta que noto algo.

—¿Te gusta? —Inquiero un tanto divertido pues sus caderas se mueven al compás de mis dedos.

—Aaaahh…ssii…se…siente…rico…aaahhh… —Me muerdo el labio inferior, escucharlo suspirar de ese modo hace que me excite de sobre manera, así que saco mis dedos— ¡Teme! —Chilla.

—Calla, ahora es mi turno —Sonrió prepotente y me acomodo para lo que viene. Dirijo mi miembro a su entrada, esta vez tengo que poder. Lentamente el glande se desliza.

—Saa….Sasu…ke…aah… —Su respiración se acelera al igual que la mía— Duele… —me hace saber.

—Aguanta, un…poco… —Voy por la mitad, realmente se siente delicioso, ya quiero que esté completamente dentro, concentrado en esto termino de meterme de una sola estocada.

—¡Aahh! —Gritamos los dos al unísono, yo de placer y él de dolor. ¿Cómo lo sé? Pues porque ha comenzado a retorcerse e intenta gatear para alejarse de mí, yo estoy que me vuelvo loco, mi miembro está siendo apresado por sus paredes internas, húmedas y cálidas.

—¡Sácalo! ¡Sasuke! —Con sus manos se empuja hacia adelante pero lo regreso hacia mí, esto provoca que entre y salga de su interior.

—Ssshhhh…tranquilo…aaahhh…

—No…ya…sal… —Vuelve a desesperarse. Sigue tratando de alejarme, ahora moviendo también sus piernas, ya cansado de eso le tomo de los brazos provocando que caiga al suelo de cara, lo bueno es que tengo alfombra. Con mucho cuidado me voy acostando sobre él hasta que sus piernas quedan abiertas conmigo en medio de ellas.

—No pasa…mmm…nada…Naru-chan… —Le hablo al oído de forma cariñosa, solamente le digo “Naru-chan” cuando sé que tiene miedo. Relaja su cuerpo cuando empiezo a dar besitos en su nuca, lo poco que me queda de razón la uso para controlarme y no comenzar a penetrarlo como poseso.

Ladea su rostro quedando de perfil, yo agradezco ser un poco más alto pues no me cuesta nada llegar hasta su mejilla para poder besarla. No imagino cuanto debe doler, supongo mucho pues para que haya soltado varias lágrimas siendo que son contadas las veces que lo he visto llorar. No puedo evitar sentirme culpable, dije que no quería lastimarlo y lo hice, cejado por el placer que sentí no pude contenerme.

—Mmmm… —Jadeo al apreciar que sus caderas se mueven— Aahhh… ¿Ya no te duele?

—Ah…po…quito… —Nos incorporamos para quedar como antes, él a cuatro patas y yo arrodillado— Sólo, hazlo con cuidado…

Mis manos se van a ambos lados de su cadera, tomándola con fuerza. Despacio saco mi miembro, sólo hasta la mitad para enseguida meterlo nuevamente. ¡Exquisito! Es una sensación magnifica. Repito una y otra vez mi última acción, puedo apreciar cómo se estremece ante cada embestida que le doy, su espalda se arquea, tiene sus uñas clavadas a la alfombra, su cabeza la echa hacía atrás para clamar mi nombre de la manera más erótica que jamás creí llegar a escuchar.

No puedo evitar que de mi garganta salgan unos cuantos gruñidos, es tan estrecho que me hace perder la noción de todo, no me importa nada que no sea entrar y salir. Todo mi ser pide a gritos ¡Más rápido! ¡Más hondo! ¡Más fuerte! Y no puedo ignorarlos por lo que comienzo un vaivén más intenso.

—Aaahhh…Sasuke…aaahhh… —Sonrió satisfecho al escucharlo gemir, más bien al hacerlo gemir para mí.

Noto como sus manos sufren de ligeros temblores, de un momento a otro caerá al suelo y eso no es lo que quiero. Giro la cabeza hacía la cama, una idea cruza por mi mente.

—Mmm, dobe…ven —Me levanto rápido para sentarme al filo de la cama, realmente me costó detenerme— Anda usuratonkachi…quiero regresar a mi lugar —hablo jadeante.

—Teme, tú eres el que se salió —Dice con un puchero en la boca, camina hasta donde yo estoy, se detiene mirándome sin entender— Y ¿cómo me pongo? —pregunta por fin, yo sonrío.

—Siéntate en mí… —Muerdo mi labio inferior cuando le veo abrir las piernas y subirse a la cama, coloca su entrada justo arriba de mi erección, se apoya en mis hombros. Mis manos automáticamente se van a sus nalgas para separárselas— Baja ya dobe —Las ansias me carcomen por dentro al sentir como vuelvo a introducirme en esa deliciosa cavidad.

—Aaahhh…mmm… —Su respiración se agita nuevamente, ahora puedo deleitarme con los gestos que hace cuando me tiene completamente dentro de él. Cierra los ojos con fuerza, las mejillas se le tiñen de rojo, por su boca se escapa un hilito de saliva como invitándome a que la limpie, oferta que no puedo rechazar. Con mi lengua lamo todo el líquido, llego a los labios entreabiertos y sin previo aviso profano su boca— Mmm… —Trata de quejarse y se revuelve nervioso cuando mis manos le obligan a subir y bajar.

Mío, siempre y ahora más que nunca es mío. Su cuerpo, sus pensamientos, todo su ser me pertenece. Y eso es algo que me llena de satisfacción. Dejo de devorarle la boquita para bajar a su cuello, he de dejarle algo para que los demás se den cuenta por fin que no pueden alejarlo de mí, cabe mencionar que ya lo han intentado. Succiono la suave piel con fuerza.

—Aaahhh, teme ¿ahora qué haces? Aahhh… —No respondo y sigo, quiero que realmente quede una marca visible— Teme —chilla cuando clavo mis dientes en su cuello.

—Ssshh, calla y sigue saltando…mmm… —Una vez que la marca rojiza está hecha concentro mi atención en lo que más me gusta y eso es verlo a los ojos cada vez que lo penetro.

—Aaahhh… —Desvía su mirada cuando nota la mía, una de mis manos se queda en su cintura para ayudarlo a subir, la otra le toma del mentón para que me vea a los ojos —Es…aaahhh, vergonzoso ¡Aaahhh! —Empiezo a mover mis caderas al tiempo en que él da los saltitos sobre mi miembro— Ahí, dale…otra vez…aaahhhh… —Al parece di en un punto el cual le gusta demasiado, suelto su mentón para con las dos manos sostenerle del trasero, él vuelve a gemir—: Aaahhh…si…ahí….ahhh…

…l mismo con ayuda de sus rodillas se mueve desesperado, se abraza a mi cuello provocando que su extensión roce en mi abdomen. Descubrimos la sincronización perfecta, él menea sus caderas de arriba hacia abajo mientras las mías se van de atrás hacia adelante. El ritmo de un momento a otro se vuelve más salvaje.

—Sa…Sasu…más…más…rápido…aaahhh…dame…más… —Sus peticiones son como ordenes que acato al instante.

Todos sus gemidos los hace justo en mi oído llevándome directo a la gloria y provocando que los movimientos se vuelvan frenéticos. Mis sentidos comienzan a nublarse, algo está a punto de suceder, no sólo en mi cuerpo pues mi amigo está sufriendo pequeños espasmos, entrecortando se respiración más de lo que ya estaba.

—Sa…suke…Sasuke…aaahhh…Sa…Sasu…ahhh… —Sus ojos se abren al máximo, echa la cabeza hacia atrás pues su espalda se ha arqueado exageradamente, se detiene dejando la punta de mi miembro dentro de sí— ¡Aaaahhhh! —Suelta su semen manchándome el pecho, su esfínter se contrae, ha quedado como perdido por lo que yo tengo que hacer que vuelva a bajar para introducirme de lleno, en cuanto lo hago no soy capaz más que de dar dos o tres embestidas, al estar tan apretado el pequeño agujerito me ha hecho llegar a la cima del placer.

—¡Aaaaggghhh! —Me aferro a sus caderas arremetiendo una última estocada para enseguida explotar dentro de él. Después de eso mi cuerpo comienza a relajarse, al igual que el del rubio que cae rendido a mis brazos— Aaahhh…ahhh… —Trato de regular mi respiración. Lo miro, está totalmente agotado— Levántate dobe… —Saco mi longitud de su interior.

—Aah…baka… —Me mira con un puchero dejándose caer de lleno a la cama y boca abajo.

—¿Qué? —Pregunto divertido recostándome a su lado pero de perfil —¿Nunca antes te habías corrido?

—¡Claro que no teme! Yo no soy un pervertido, además…tú lo has hecho dentro de mí —Esconde su rostro entre la almohada, yo me apoyo en mi brazo para alcanzar a ver su entrada, justamente mi semen escurre por ella. Sonrió satisfecho.

—Bueno, ahora tendré que hacerme cargo del bebe que venga en camino, si quieres podemos casarnos y… —No puedo continuar pues estrella una almohada en mi cara.

—¡Baka! ¡Soy un hombre! ¡No puedo quedar embarazado! —grita colérico.

—¿Estás seguro? —Alzo una ceja incrédulo.

—¡Que si teme! —Suelta un golpe que esquivo.

—Ya va —Bajo de la cama, me visto para acomodar un poco el desorden, saco la película, me encamino a la puerta. Le escucho preguntarme a dónde me dirijo por lo que le contesto—: A dejar esto en su lugar —No digo más, salgo.

Entro al cuarto de mi aniki y dejo la película donde la encontré, antes de que regrese a mi habitación escucho sonar mi celular, por lo que corro escaleras abajo hasta donde esta mi mochila para sacarlo y contestar.

—¿Qué?

—¡Sasu chan! ¿Por qué no me dijiste que saliste temprano? —Oigo el reclamo de mi aniki. Miro el reloj, son las dos de la tarde.

—¿Ya saliste? —Pregunto al tiempo en que regreso al cuarto. Mi amigo se ha quedado dormido. No puedo evitar mirar su cuerpo, me acerco a la cama y deslizo mis dedos por sus delgadas piernas, subo hasta los glúteos los cuales acaricio con toda la palma de la mano, paso por su espalda delineando su columna…

—¡Sasuke me escuchas! —Vuelvo a la realidad.

—¿Qué quieres? —Tapo el cuerpo que segundos antes acariciaba para que no me distraiga.

—Pues me preguntaste que si ya salí y si.

—Ah, sirve de algo y de camino a casa pasa al Ichiraku.

—¿Qué?

—Que traigas ramen para comer —Hablo cansado.

—¡Ah! ¡Eso quiere decir que Naru chan está ahí! —Grita cual fan que ve a su cantante favorito— ¡Pásamelo!

—Está dormido idiota.

—¿En mi cuarto? —No digo más y le cuelgo.

Ahora entiendo muchos de los comentarios que le hacía mi aniki al rubio. “Naru-chan quiero tenerte cabalgando sobre mí” o “Naru ven a dormir conmigo y te enseñaré como se usa tu parte trasera” Sin mencionar que a diario intenta tocarle precisamente el trasero. Si antes no lo dejaba ahora menos. Observo a mi amigo revolverse.

—Oe dobe, será mejor que te pongas algo, Itachi llegará como en quince o veinte minutos y no creo que sea bueno que te encuentre así.

—Si… —Se talla los ojos incorporándose lentamente, las sábanas resbalan por su piel como si se tratase de seda. Nota mi mirada— ¿Qué pasa? —Pregunta con las mejillas sonrosadas.

—Nada, anda cámbiate —Me levanto para ir por su uniforme, el cual le aviento. Me recargo en la pared sin dejar de recorrer su cuerpo con mis ojos, me siento bien sabiendo que soy el único que puede verle, tocarle y sentirle de esa manera tan íntima.

—Sasu… —Presto atención ante el llamado, él se pone el pantalón y va por la camisa— ¿Lo que hicimos está bien? —Inquiere observándome.

—No lo sé, supongo que no tiene nada de malo, además, ahora entiendo muchas cosas. —reflexiono para mí mismo.

—¿Mmm? ¿Qué clase de cosas? —Camina en dirección de mi persona con la camisa desabrochada.

—Pues por ejemplo ¿recuerdas al amigo de Itachi, Deidara? —Con parsimonia me dedico a abotonarle la prenda.

—¿El rubio? —alza una ceja.

—Si, Itachi siempre le dice a Deidara que son amigos con derecho a roce y creo que lo que hicimos ellos también lo hacen. —aclaro, terminando de cerrarle la camisa.

—¿Y tú como sabes eso? ¿No será que lo espías pervertido? —me mira acusador.

—¡Claro que no usuratonkachi! —Me calmo al verlo sonreír— Lo que pasa es que me ha tocado escuchar ciertas conversaciones que tienen —En su cara puedo leer la duda, por lo que creo que tengo que ser más especifico— Ya sabes como Itachi lo trata y pues el otro le reclama que quiere que sea más cariñoso y no sólo un algo en donde meter a su amigo ¿ya entendiste?

—¡Aahhh! entonces ¿Tú y yo ahora somos eso? —Su mirada se torna un tanto triste.

—¿Qué pasa? —cuestiono.

—¿Las cosas van a cambiar? —Sonrió con ternura, le tomo del mentón para depositar un suave beso en sus labios.

—Claro que no dobe, solamente, digamos que ahora podemos tocar partes que creíamos prohibidas —Una sonrisa zorruna se posa en su boca ante mi comentario.

—¡Está bien teme, pero la próxima vez yo voy atrás! —Sale del cuarto, yo le sigo.

No sé si pueda darle el gusto de ir atrás pues siendo sincero me fascinó estar dentro de él y si lo repitiéramos…esperen, es más que seguro que lo vamos a repetir, después de todo él lo acaba de decir. En fin, ya veremos qué pasa cuando nos encontremos nuevamente en esa situación, aunque claro que voy a buscar más cosas en el cuarto de mi aniki, quiero saber todas y cada unas de las cosas que puedo hacerle al kitsune.

Llegamos a la sala en donde salta al sillón. Veo que hace una mueca de dolor, me siento a su lado.

—¿Qué pasa ahora? —Me mira con las mejillas infladas y el ceño fruncido.

—Me duele… —No puedo evitar soltar una carcajada, de esas que sólo él me puede sacar—. ¡Teme, no es gracioso! —grita, enseguida, disminuye la voz para decir—: Ya verás cuando sea mi turno y sientas lo que yo —La felicidad se esfuma con ese comentario, sé que cuando se propone algo lo cumple.

—No es para tanto dobe, por cierto no enciendas la tele y mejor saca tu cuaderno para explicarte lo de cálculo.

—¡Pero no quiero estudiar! —Habla como un niño pequeño.

—Pues no me importa —Contesto imitando el mismo tonito. Hace comentarios entre dientes sobre lo maldito que soy, no le presto atención y me acerco más a él— ¿Qué es lo que no entiendes?

—Nada —Le miro arqueando una ceja— No entiendo nada de eso de las devidaras —Resopla molesto subiendo los pies al sillón, trae el cuaderno en manos.

—Son derivadas dobe. —le corrijo, él hace un puchero.

—¡Lo que sean! El punto es que no las entiendo. —suspiro.

—Sólo tienes que aplicar la formula —Estiro mi brazo para alcanzar mi mochila de donde saco un formulario, después tomo su cuaderno revisando los ejercicios que nos dejó el maestro— Mira, ésta que es sencilla. Lo único que tienes que hacer es multiplicar el coeficiente por el exponente y después al exponente le restas uno, la literal siempre queda igual, a menos claro que desaparezca porque su exponente sea uno por lo que si le restas uno queda cero, entonces, cualquier número elevado a la potencia cero es igual a uno. ¿Entendiste? —Volteo para ver su rostro.

—… ¿Cuál dijimos que era el coeficiente? —Un tic nervioso aparece en mi ojo izquierdo.

—Por dios dobe eso es de primero, que digo de primero de ¡kínder!

—¡No es cierto! —Infla sus mejillas, yo, nuevamente, suspiro resignado.

—El coeficiente es el número que multiplica a la literal —Observo su cara nuevamente con duda— La literal es la letra, en este caso x.

—¡Aahh! Entonces, si tengo 3x² la derivada es… —Se pone a escribir en el cuaderno— ¿Cuál es el exponente?

—El numerito que está arriba de la x. —señalo el cuaderno.

—Ok, entonces es ¡6x! —Grita emocionado.

—Exacto, si ya decía yo que no puedes ser tan burro —Sonrió de forma prepotente, él no tarda en lanzarse hacía mí haciendo que quede recostado en el sillón con mi amigo sentado en el abdomen y un cojín en el rostro.

—¡Baka engreído! —Tomo impulso para poder levantarme y hacerlo caer hasta el otro extremo del sillón, sus piernas han quedado abiertas conmigo entre ellas. Mis manos le sujetan las suyas arriba de su cabeza. Nos miramos fijamente por unos segundos antes de juntar nuestros labios.

No voy a negar que ya antes hubiera deseado que nuestras peleas terminaran de este modo. Ambos devorándonos la boca con ansias, metiendo nuestra lengua en la cavidad contraria para degustarla y si es posible memorizarnos cada rincón. Nuestra saliva mezclándose hasta hacer una sola. Nos separamos al acabársenos el aire pero no tarda mucho para que volvamos a besarnos salvajemente.

Voy recostándome poco a poco hasta que logro quedar sobre él, comienzo a moverme como lo hice en mi recamara, de adelante hacia atrás golpeando suavemente sus caderas contra las mías. Suelta pequeños gemiditos que se ahogan en mi boca.

—¡Ototo-chan! ¡Naru-chan! —El grito de mi aniki provoca que nos separemos un tanto desconcertados, habíamos perdido completamente la noción del tiempo.

—Kuso… —Maldigo sentándome correctamente y permitiendo a mi amigo hacer lo mismo.

—¡Naru-chan! —Como lo hizo en la mañana lo toma de la cintura para elevarlo, después de abrazarlo un poco se sienta sentándolo a él en sus piernas— ¿Cómo les fue en su primer día?

—Bien, no tuvimos muchas clases —Contesta mi amigo sonriendo.

—Itachi podrías soltarlo, en el sillón cabemos perfectamente los tres —Casi le asesino con la mirada cuando veo que sus manos se cierran entorno a su cadera.

—Pero me gusta tenerlo aquí, a ti también te gusta ¿verdad Naru-chan? —Le hace dar un saltito, antes no entendía el porqué pero ahora que yo hago lo mismo, hace que me hierva la sangre. Está loco si cree que voy a dejarlo meter su cosa dentro de mi amigo. Únicamente yo puedo hacerlo.

—Deja de hacer estupideces —Agarro de un brazo al rubio para jalarlo— ¿Trajiste lo que te pedí?

—¡Es verdad! ¡Naru te traje ramen, está en la mesa!

—¡Ramen! —Los ojos azul cielo brillan con emoción al escuchar nombrar su comida favorita— ¡Ramen! ¡Ramen! ¡Sasu vamos a comer ya! —Se levanta para salir corriendo en dirección al comedor.

—Sasuke… —Miro a mi hermano a los ojos cuando me llama, me observa fijamente.

—¿Qué? —Pregunto con el ceño fruncido.

—Nop, nada —Sonríe para enseguida ir hacía donde está el kitsune, yo le sigo.

No me gusto para nada esa sonrisa ni la forma en la que me miró ¿Será que se dio cuenta de lo que hice con el dobe? No lo creo ¿Cómo podría? Tal vez solo estoy imaginando cosas, además si se entera mejor, así le queda en claro que no puede tocar lo que es mío. Soy bastante posesivo pero no puedo evitarlo. En fin, este año parece prometer mucho, debo agradecer a mi curiosidad, la cual aún no queda satisfecha.
Notas finales: Rina: Bien, otra actualización, sé que quieren las otras notas finales, bueno, las que vinieron con el fic XD

Sasuke: No hay duda que tus frases no tienen sentido ¬_¬U

Rina: T_T el punto es que, para mi suerte, tengo esas notas, así que irán como si fuera la primera vez, así los que realmente lo leen por primera vez creerán que es la primera vez que lo leen o algo así… @_@

Rini: Ya se confundió ella misma ¬_¬

**//**Notas originales XD**//**

Rina: ¡¡Waaaa!! ¿Cómo que los caps están quedando largos? ‘_ô ¿?

Sasuke: Sseee *¬*

Rini: *w*

Naruto: El coeficiente por el exponente y… ¡¡8x + 5!! ^o^

Itachi: Yo te puedo enseñar una forma de estudiar, solo tienes que quitarte la ropa *¬*

Sasuke: ¡¡Aléjate de él!! ¬_¬#

Rini: ¡Hey! Itachi también puede tocar a Naru ¬_¬

Sasuke: ¡NO! ¡El dobe es mío! ù_ú

Naruto: ¿Qué hago cuando es una división? ‘_ô ¿?

Rina: ¡¡¡Sí!!! Ahora todos sufrirán lo que yo con las derivadas Jajaja (Risa maniaca) Y espérense a que empiecen las integrales jajaja.

Rini & Sasuke: ¬_¬U

**//** Fin de las notas originales XD**//**

Sasuke: Esto me parece realmente estúpido

Rina: Nadie pidió tu opinión >o< -el Uchiha la mira fijamente por unos segundos, enseguida la chica se esconde detrás del rubio- ¡Naru, tu novio me mira feo T_T!

Naruto: Deja de asustar a Rina con esa cara Sasuke-baka

Rini: Naru, no le pidas demasiado, ya venía con esa geta de bastardo XD -el azabache le propina un zape- Auch, yo intentaba defenderte.

Rina: jeje, en fin, ya me voy a jugar Mortal Kombat deadly aliance (XD) me despido, como siempre es un placer.


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