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Cerezos Engañosos por ShizuKai

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

 

 

Hola a todas las personitas que siguen nuestro fic…   muchas gracias por leernos y en especial a:

   x3

   Alide_Cristal_ Cirse

   dei-dei-chan

Que nos dejaron sus lindos reviews!!!!... muchas gracias esperamos que este nuevo capítulo sea de su agrado…

 

Ah por cierto sentimos a tardanza del cap… u.u pero es que tuvimos problemas técnicos con las computadoras  >.<….

Por cierto esto SÍ  es un YAOI...lento lentísimo pero en fin YAOI y si abra LEMON!!!! Jajaja ya queremos llegar a esa parte… es un pequeño aviso para que no nos abandonen ToT…

 

A continuación el capitulo!!!

*TShizuka y Kai se van a su departuski!!!*

 

 

 

Enamorándome

 

Unos suaves rayos del sol matutino se filtraban por las claras cortinas de la habitación, iluminando el rostro apacible y delicado de la pequeña Shizuka, ahí dormida, con las tibias cobijas cubriendo del frío su frágil ser, y con un pervertido Watanuki espiándola desde la rendija de la puerta...

 

- Buenos días Watanuki-chaaaan, ¿que haces?

- ¡¡Dou-Doumeki san!!

- Jejeje - fue la única respuesta del señor Doumeki ante el sorprendido chico- despiértala pronto para que desayunemos juntos, y abrígala bien eh?- termino de ordenar para retirarse dándole unas palmaditas en la cabeza y sonriendo característicamente.

 

Watanuki, mas rojo que antes, siguió observando a la linda chica que le gustaba desde hace mas de año y medio, para después adentrarse a tocar un poco su hombro, a cada paso se ponía mas nervioso, en primera porque si ella abría los ojos se convertía en un demonio-avienta-cosas donde el blanco era su propia persona, y en segundo, porque estando tan cerca solo quería tomar esa tersa y pequeña mano, como veía en cada película que miraba su abuelo Doumeki.

El pequeño estiro la mano lentamente para tocarla, trago un poco de saliva y por fin pudo percibir el cuerpo tibio y pequeño.

 

-Shizuka-chan...- dijo en susurro.

-Mmm...- fue la repuesta de la pequeña, parpadeo un poco y abrió sus hermosos ojos dorados, Watanuki se quedo inmóvil- ¿que quieres?- dijo la pequeña con su neutral y frío tono de voz.

Watanuki puso los ojos en blanco, el encanto de esa mañana había desaparecido 

- Es hora de levantarse Shizuka-chan... el desayuno pronto estará listo...-

-... bien.... Watanuki... ya puedes dejar de tocarme...- Le dijo la pequeña incorporándose, Watanuki retiro rápidamente la mano del hombro de Shizuka y  comenzó uno de sus tantos bailes y movimientos extraños que hacía cada que estaba nervioso.

- Lo... lo sientoooooo-

- Eres raro y tonto...- soltó la chiquilla sin afectarse por el comentario. Watanuki sintió un balde frío de agua caerle por todo el cuerpo. Su pequeña Shizuka era así, fría como una mañana de invierno pero hermosa, Watanuki se sentía un tanto afectado por su carácter pero no podía evitar sentirse atraído  por ella,  aun recordaba ese día en el parque un mes justo después de que se conocieran, unos niños un poco más grandes que ellos lo habían molesta y su pequeña hermanita había sido a su rescate.

 

Watanuki suspiro recordando eso, si quería estar junto a Shizuka toda su vida, como se lo había propuesto, necesitaba ser más fuerte y proteger  a su enfermiza nena. Saco una manta térmica de un baúl y se la acomodo sobre los hombros.

 

-Vamos...- dijo y ambos niños se dirigieron a la cocina.

 

- Niños- dijo Doumeki - que bueno que están aquí el desayuno está listo... Watanuki apresúrate si no llegaras tarde-

- Aaaah ¡es verdad!- grito el chico de ojos azules mientras comenzaba a atragantarse con su desayuno.

-Abuelo...- dijo Shizuka mientras veía la comida -no quiero comer....-

-te hará bien, además está muy bueno...- 

-mmmm...-

Watanuki la miraba con un poco de pena, su querida niña siempre estaba enferma y por lo tanto tenía que tomar las lecciones de la escuela en casa, por su parte el iba a la escuela pública de la ciudad. Bajo el tazón de arroz que había devorado, dio gracias y salió con prisa pero preocupado.

 

Si Shizuka no comía su salud se vería afectada, la escuela le pareció un suspiro.

 

- ¡¡Ya se!!- Grito triunfante el pequeño y salió corriendo del salón de clases.

-Watanuki kun??.... aun no se han terminado las clases...- dijo su maestra pero era demasiado tarde el pequeño  de cabello azabache se había ido 

 

"Bien, cocinare para ella lo Hare lo mejor posible y así comerá y se sentirá mejor" 

Pensando en eso se detuvo en seco ¿que exactamente es lo que iba a cocinar? y más aun ¿con que dinero? reviso sus bolsillos y la cantidad que pudo extraer lo desanimo un poco... pero no lo suficiente. Miraba los escaparates de las tiendas hasta que dio con la respuesta: nadie rechazaba un postre, ni siquiera su linda Shizuka, así que entro al pequeño centro comercial en el que había visto la oferta del dos por uno en todos los productos de repostería. 

Encontró lo que buscaba, aunque no sabía con exactitud que era, así que empezó a leer las instrucciones y cada cosa que entendía le resultaba más complicada que la anterior. Confundido, ansioso y desesperado comenzó a hacer ademanes por medio pasillo mientras alegaba consigo mismo cosas ininteligibles, alarmando a los ahí presentes que se alejaban asustados del pequeño niño que parecía estar luchando contra alguien invisible. Bueno, todos se alejaban excepto una persona...

-Creo que esto es mejor para el objetivo que deseas cumplir-escucho Watanuki sorprendiéndose por ver repentinamente una caja para preparar una especie de gelatina blanca como la leche frente a su rostro.

- ¡¡Dou-Doumeki san!!- Vamos, ¿Cuántas veces tenía que ser sorprendido por su indiscreto abuelo?, pero no era desagradable (en cierta forma) que siempre lo descubriera, además, ese postre se veía rico y fácil de preparar- ¿Qué hace aquí?

- Comprando despensa, como normalmente se hace en esta clase de lugares- contesto mientras levantaba una canasta de compras con los ingredientes para la comida de ese día.

- Ah… está bien… entonces…- balbuceaba el pequeño tomando la caja ofrecida.

- A Shizuka le gustan las fresas, no te olvides de ponerle un poco de salsa con ellas a la pannacotta

-Pero… no me tengo dinero para comprarlas…-la voz de Kimihiro sonaba decepcionada, y el mayor lo noto, pero conociendo la terquedad de su nieto seguro que no permitía que le diera dinero para la fruta

- Entonces no me dejas más opción que pagarte por tus servicios

- ¿Servicios?- vaya, cada día que pasaba con este señor, menos lo comprendía

- Por supuesto, pequeños favores como cuidar a Shizuka, acompañar a Shizuka, preparar de vez en cuando comida a Shizuka…- Watanuki dejo de escuchar todo lo demás tan solo de pensar en un pretexto mas para estar con la linda niña, y sonrío abierta y tontamente hacia ese hecho- ¿Kimi-kun? ¿Me sigues escuchando?, bueno, te daré una paga adelantada, pero no se te olvide que lo más importante es que Shizuka-chan debe ser feliz a tu lado.

Watanuki asintió con la cabeza  y extendió su mano para recibir el dinero, Doumeki vio como el pequeño corría hacia la sección de frutas frescas y sonrió, aun no podía creer que el pequeño niño de mira ausente que había conocido hace más de un año fuera él mismo que ahora escogía fervientemente una canasta de fresas, sin duda adoptarlo fue lo que mejor había hecho en la vida.

Cuando llegaron  el tutor de matemáticas de Shizuka aun estaba ahí. Kimihiro entro sin hacer ningún ruido y se dirigió a la cocina. Watanuki se paso casi toda la tarde metido en la cocina. La pannacotta no era difícil en sí, pero lo más tardado fue hacer la mermelada natural de fresas. 

-Vaya Kimi-kun eres muy bueno en la cocina, creo que a Shizuka le va a encantar lo que has preparado- comento su abuelo mientras cortaba algunos vegetales para la comida.

-.. Gracias…- dijo el pequeño sonrojándose un poco.

La hora de la comida llego y Watanuki miraba nervioso el refrigerador donde el postre  se enfriaba  lentamente, torturando al pobre chico de ojos  azules.

-Abuelo…  no quiero comer más…- replico la pequeña. Doumeki miro el plato apenas había comido la mitad de lo que le había servido.

-Shizuka si no comes no podrás probar lo que Kimi-kun ha hecho para ti… ¿verdad?- termino por decir el abuelo y sonrió.

 

Shizuka miro a su hermano con un poco de sorpresa en sus ojos dorados. Mientras tanto el pobre chico estaba más rojo que un tomate y no se dignaba a levantar la mirada. La pequeña lo miro intensamente, tal vez por tan solo unos segundos más pero para Watanuki pareció ser una hora, y cogió sus palillos para acabar el plato de comida.

 

-He terminado, Watanuki quiero lo que has preparado – dijo Shizuka con su voz neutral

-Aaah sii…- Watanuki se levanto y estuvo a punto de tirar la tetera. Saco el flan de la nevera y lo adorno con la mermelada.

-Toma Shizuka chan… espero que te guste…- dijo Watanuki mientras un sonrojo invadía sus pálidas mejillas.

 

La pequeña lo tomo y lo examino con cuidado, tomo la cucharita y se metió un bocado a la boca. La comida de su abuelo tenía un toque especial, pero aquel pequeño postre preparado por su hermano era diez veces mejor, no solo sabía a azúcar, fresas y leche, tenía un toque especial algo que por un momento confundió a la pequeña del kimono azul claro. Era como si aquel postre le devolviera las energías, perdidas por su enfermedad.

 

-Mañana quiero Ichigo daifuku…- 

-Aaah… siii…-  dijo Kimihiro sin  poder negarse, aunque en su vida había preparado  aquello.

-Tómalo como un cumplido, Shizuka no come nada que no le guste, y si quiere que le cocines es porque le encanto tu comida – dijo Doumeki 

Watanuki solo miro a su pequeña hermana, mientras ella se enfocaba en saborear lo preparado por su hermanito.

-Quiero mas- dijo ella estirando el brazo para literalmente restregar el plato en la cara de Kimihiro, mirándolo con su cara seria y la cucharilla en la boca. Él sólo atino a darle otra ración, y otra, y otra. Vaya que para ser tan pequeña no tenía fondo y pensar que hace poco tiempo no tenía apetito.

 

Terminaron de comer y Shizuka fue a su habitación a terminar su tarea, Kimihiro se disponía a lavar lo que uso para el postre, pero el abuelo Doumeki lo detuvo “Aun no has hecho lo que te encargue, y lo de mañana también necesita fresas” le dijo junto con una encantadora sonrisa, El pequeño corrió hacia donde se encontraba la niña mientras gritaba “¡trabajare muy duro, abuelito!”

Y ahí estaba, él sentado al lado de ella, ambos sin decir palabra mientras hacían la tarea

- S-s-i si necesitas algo ¡Puedes decirme y te ayudo!

- Necesito silencio- contesto con un tono que parecía algo molesto, sin dejar de mover el lápiz sobre el libro de texto

-Aaah, si… esta bien- contesto de forma triste el de ojos azules, decepcionado de ser una molestia para ella- oye…

-¿Qué?- seguía escribiendo, sin mirarlo

-¿Por qué me salvaste? Quiero decir… porque me ayudaste en el parque, no deberías hacer estado fuera además de  que se que fue hace mucho y que tal vez no lo recuerdes pero…

- Porque se me dio la gana

-¿Qué?-pregunto algo sorprendido, no esperaba esa clase de respuestas, alzo la mirada para verla y descubrió que ella lo miraba fijamente, el lápiz descansaba en la mesa

- Porque quise, simple- esos ojos, esos profundos ojos, hacían que Watanuki perdiera la noción de donde estaba o como se comportaba, lentamente acercaba su mano a la de ella, sus mejillas comenzaban a sonrojarse.

- Shi-shizu-ka, veras… tu me… bueno, yo… yo…- decía, y su rostro mostraba un color rojo intenso, parecía algo mareado, el rostro de su hermana mostraba preocupación ante el hecho, realmente parecía algo enfermo

-¿Tu que?

- Yo… YO NO SE COMO PREPARAR LO QUE ME PEDISTE, PERO LO AVERIGUARE AHORA MISMO- grito Watanuki perdiendo el poco control que poseía, corriendo y moviéndose súbitamente como un loco hacia la biblioteca del templo, dejando a Shizuka sola, ella solo miro como se alejaba su hermano, volteo a la mesa, tomo su lápiz y continúo escribiendo

 

Watanuki se estaba convirtiendo en el amo de los postres, o al menos eso pensaba el abuelo Doumeki, ya que a su pequeña nieta día con día se le antojaban postres tan raros que ni el mismo tenia idea de cómo se hacían, por consecuencia la complexión sumamente delgada de Shizuka iba en aumento lo cual era un buen síntoma, Watanuki por su parte  iba perfeccionando su forma de cocinar, y pronto se dio cuenta de que si quería mas saludable a la pequeña necesitaba algo más que postres.

-¿Shizuka chan?…- 

-Mm…- dijo mientras miraba con atención un libro.

- Me estaba preguntado si… amm si no quieres que te cocine algo que no sea postre…- dijo Watanuki sonrojándose y desviando la mirada.

Escucho el ruido de la pequeña cuando se levanto de la mesa, por un momento el corazón del pequeño se paralizo, ¿lo abandonaría por atreverse a decir eso?... sin embargo  eso no sucedió, su pequeña hermana se sentó junto a él, tan cerca que sus hombros se rozaron.

-Quiero esto…- dijo la niña señalando una ilustración del libro que estaba leyendo

-¿¡Que!? …- grito el pequeño de anteojos al ver lo raro que se veía el platillo. Shizuka lo tomo del brazo para evitar que se moviera como siempre lo hacía.

-Míralo bien lo quiero justo como se ve aquí- termino de decir y lo jalo para acercarlo más al libro. Watanuki asintió, ambos miraban la ilustración tan cerca, que el aroma a champú de fresas que usaba  su hermana llegaba a su nariz, con solo girarse podría besar su mejilla. Watanuki sintió que las orejas le ardían de lo rojo que se estaba poniendo.

-Watanuki…- dijo Shizuka.

- ¿Sii?- El  pequeño se giro, y miro a su hermana más cerca de lo normal.

- Quiero té…- dijo la niña se levanto y salió rumbo al jardín. Watanuki se dejo caer sobre el tatami de la habitación sentía que el corazón se le saldría del pecho y las manos aun le sudaban.

-“Era mi oportunidad….”- se dijo el chico  tristemente.

 

Watanuki había prometido no querer a nadie nunca más, no quería tristes despedidas de nuevo pero su nueva familia lo hacía sentirse bien, sentía un gran respeto por Doumeki y un gran amor por su hermanita.

 

 

Notas finales:

 

No olviden mandar sus REVIEWS…. Un comentario nos hará felices...

 


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