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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

A todos les llega su hora.

11º   Ajuste de cuentas.

 

El padre Schuffo era un chipriota grueso y moreno, con tal afición al ajo que su presencia se anticipaba por el aroma a dicha especia que lo antecedía por varios metros.

Los estaba esperando a la puerta del colegio y les rogó encarecidamente que lo acompañaran un momento a su despacho.

Teodoro y Enrico, que se sentían incómodos juntos no pudieron sino seguir a su rotunda paternidad. En la antesala, la cara de caballo, tan típicamente inglesa, del padre Lawrence, culpable del borlote, no aparecía por ningún lado.

La poltrona de cuero crujió bajó el peso del padre Schuffo. Ambos se concentraron en su cara bonachona, que solo la tenia para disimular pues fácilmente habría estado en su elemento como banquero en la época en que Italia era una provincia de España. Para su dolor, les habló de frente. La peste a ajo casi los echó atrás.

-Barón Benzo, señor De Haro; lamento profundamente el terrible incidente producido en mi ausencia.

Enrico para nada estaba modosito ahí. Mantenía la nariz en alto, como en un gesto de estar oliendo algo profundamente desagradable. Igual solo era causado por la halitosis del director.

-El padre Lawrence, movido sin duda por su exceso de celo hacia la observancia de las reglas se condujo de una manera que delata la típica torpeza de su isla.

Ok: eso iba por buen camino. Lawrence debería estar lavando los inodoros del colegio con un cepillo dental como castigo, calculó Enrico.

-Es impensable que el señor barón se condujera de ese deleznable modo propio de los turcos. Hartas pruebas tenemos de su generosidad y de su bondad. - Enrico movió displicente una mano - Por otro lado tampoco creemos que el señor De Haro consentiría ese tipo de abusos.

Los inteligentes y vivaces ojos del director atravesaron los de Teo.

-Naturalmente. - dijo Enrico.

-El señor De Haro, a pesar de sus perfectas notas, debió expresarse mal, pues el padre Lawrence, en su atolondramiento, jura que le dijo que usted penetró en su habitación.

Ok: el director buscaba reconciliación pero sabia (o creía saber) que había algo sospechoso. El pobre inglés, siempre tan despistado, no había sabido tratar el asunto con el tacto debido. Este ajudo no quiere perder mi apoyo pero quiere dejarme bien claro que su colegio no es mi lupanar, pensó Enrico. Tiene la astucia de un judío. Lo que pase entre nosotros es cosa de nuestra conciencia siempre y cuando no embarremos su preciado colegio.

Teo estaba a punto de contestar cuando Enrico lo calló con un ademan.

-No, reverencia. Teodoro se expresó correctamente y el padre Lawrence lo entendió bien. Entre en su habitación sin consultárselo, como también lo había llevado a partidos de fútbol y al cine. Quería mostrarle  las actividades recreativas propias de Belcançone, pero creo que se me pasó la mano al entrar de noche a su habitación con el fin de despertarlo para que mirase una estrella fugaz.

-¡Mamma mia! - el director junto las manos y miró al cielo - Un malentendido.

-Así es.

-Entonces no hay lugar para la demanda que su abogado nos ha hecho llegar. - con un vaho de ajo Schuffo mostró el funesto folder.

-Como usted me ha explicado que el padre Lawrence obró de buena fe, retiraré mis cargos contra él. - concedió Enrico y el director sonrió - Pero la trabajadora social, el médico y los dos policías que violentaron a mi pupilo enfrentaran las consecuencias de sus actos.

-La parábola del hijo prodigo nos enseña a perdonar... - comenzó el padre Schuffo con su gesto mas bonachón.

-Pero ninguna parábola nos enseña a desnudar y toquetear a un niño usando la violencia y en presencia de terceros, reverencia.

¡Wow! Enrico era capaz de ser cortante como un bisturí. Teo le lanzó una miradita. Schuffo suspiró.

-Sea la voluntad de Dios. ¿Permitiríais que el padre Lawrence os presentara sus disculpas?

-Naturalmente. - sonrió Enrico, mostrando un colmillo.

Schuffo tiró de una campanilla y el padre Lawrence apareció, rojo hasta las orejas. Aquello era el equivalente moderno de presentar su cabeza, aun sangrante, en bandeja de plata. Esos italianos daban miedo, pensó Teo.

-Barón Benzo, señor De Haro, les ruego que acepten mis más sinceras disculpas. - se inclinó, muy inglés - Pequé sin maldad.

-Errar es humano, padre Lawrence. Solo procure ser más prudente la próxima vez.

-Oh, me olvidaba comentarles. - interrumpió Schuffo- Como el padre Lawrence se preocupa tanto por los niños le he asignado como profesor del grupo de kínder. - el chipriota era inclemente - Permítanme presentarles a mi nuevo secretario, el padre Aramis.

Un francés bajito, con bigotito y una palm top en la mano entró, dio un caderazo al caballón padre Lawrence,  y saludó.

Enrico sonrió. Diabólicamente, añadirían en los folletines. Schuffo sonrió de igual modo. Se levantó.

-Padre Aramis, acompañe al barón a la salida. Señor De Haro, sus clases ya han comenzado. ¡No se apure! Su profesor sabe que llega tarde por culpa mía. - salían ya cuando alcanzaron a oír - ¡Padre Lawrence, hombre de Dios! ¿No recuerda usted que tiene que recortar el fomi para que los niños decoren su salón para el día del amor y la amistad?!

 

***

 

El padre Tezza disertaba sobre el problema ortodoxo en Erasmo de Rotterdam. Teo mordisqueaba el palito de su notebook en un evidente síntoma de fijación oral. Los estudiantes miraban a otro lado más o menos disimuladamente: pocos tenían la capacidad o las ganas de seguir el ritmo del doctor en filosofía.

En otra situación Teo habría encontrado interesante el disertar sobre si Erasmo de Rotterdam (Erasmus Desiderius) era o no un hereje. Pero en aquellos momentos tenia un problema de ortodoxia más urgente:

Disertemos sobre si un chico cuya única experiencia sexual y afectiva ha sido con su mismo sexo es o no homosexual. El cien por ciento de la evidencia esta en su contra: todas sus relaciones sexuales y afectivas han sido con su mismo sexo. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que la muestra es reducidísima: solo una. Con 1 no se puede sacar media ni moda. La estadística pierde validez.

El chico en cuestión no había besado antes. A nadie. No le había gustado ninguna persona. Había visto films eróticos en la tele y pornografía en internet y se había hecho pajas pensando en cuerpos femeninos. Culos y tetas. ¡Ahí va otra! Le gustan más los culos que las tetas: ¿es eso un criterio valido para determinar o no la homosexualidad?

Elisabetta la de la sonrisa atornillada le lanzó un papelito. Menuda ridiculez: ganas le daban de lanzarle un libraco encima a ver si por osmosis se le pasaba algo de contenido a esa cabeza hueca... ¡Diablos! Otro punto: ¿era misógino o solo detestaba a Elisabetta por gilipollas?

No, no; relájate Teodoro, no estas enfocando bien el problema.

¿El barón Enrico Benzo me gusta como ser humano o como hombre?

Esto esta mucho mejor. Enrico me puede gustar como persona, si fuera mujer me gustaría igual. Enrico me puede gustar porque es hombre, si fuera mujer no me gustaría igual. Personas o sexos: he ahí el dilema.

Enrico, ¿podrías por favor volverte transexual para ver si siendo mujer me sigues gustando y resolver así mi pequeño problema existencial?

¿Quién esta siendo exagerado ahora?

La notebook estaba encendida. A pesar de que lo tenían absolutamente prohibido, Teo conectó su banda ancha para acceder a internet. Se quedaría castigado rezando o recortando fomi con el padre Lawrence si lo pillaban. Pero el padre Tezza flipaba con el "Elogio de la estulticia", así que...

Mail. Para Javiercete. "Creo que soy gay." Oprimió el botón de enviar. Añadir mas solo confundiría a Javiercete. A Javiercete había que darle lo mínimo, como a un procesador. Y sacaba conclusiones asombrosas que callaban la boca de todos los que lo consideraban subnormal.

Ahora solo cabía aguardar la respuesta de su mejor amigo. Apagó el aparatito, levantó la mano y espero a que el padre Tezza le preguntara:

-¿Si de Haro?

-La clase ha terminado hace treinta y siete minutos, padre.

-¡Treinta y siete minutos! Uff, muy bien. Podéis iros. Deberes: redactar tres cuartillas de conclusiones sobre el particular.

Teo se volvió a quedar sentado perezosamente. Elisabetta la de la sonrisa atornillada paso contoneándosele delante. Cada día llevaba la falda un centímetro mas arriba, en promedio... saquemos cuentas, en un mes ya no traerá nada. ¿Y si me tirase a Elisabetta?, se planteó Teo... imaginó a Elisabetta, desnuda, debajo suyo, en el jardincito detrás de la capilla... seguro que se sabia de memoria todos los trucos de la revista Cosmopolitan para una vida sexual candente. ¿Se lo felaría? Si, se lo felaría, mientras se metía los dedos, la muy descarada. Estaría depilada, por supuesto... ¿Enrico estaba depilado? ¡No, las tetas! Concéntrate en las tetas. Que te lo frotara entre las tetas, ummm, si, chupándote la puntita... umh, si, hasta corrértele en la cara a la sucia puta... ¿sucia puta? ¿Trece años de educación entre curas te implantan en el subconsciente la idea, por otro lado ya nunca mencionada, de que la mujer es vehículo de iniquidad? ¿Es eso? ¿Si me lio con otro hombre no peco, no cometo verdaderos actos sexuales?

-Despierta perezoso. - abrió los ojos y vió el hermoso rostro de Enrico, enmarcado por los dos mechoncitos que dejaba sueltos...

El deja vú lo absorbió. Se vio sin ropa frente a un Enrico que ya estaba vestido porque ya había solucionado su pequeño problema existencial sobre ser homosexual, bisexual o heterosexual. Símbolos, claros símbolos freudianos.

-No estaba dormido.

-Tardabas horrores en salir, y tengo hambre. - Enrico se sobó la pancita... ¡maldición! ¿Cómo no había aprovechado la noche anterior para tocarle la pancita y todo lo demás... Bajó la mirada: ¡contente, no lo mires de ese modo!

-Yo también; es que la note no se apagaba.

Enrico asintió.

-Suele suceder. Le pedí a Tomasa que preparara comida china... ¿no te gusta?

-Mientras no sea pescado crudo... - cogió sus cosas y anduvo a la salida - ... no pienso comer nada que este crudo a menos que tenga que hacerlo para sobrevivir.

Enrico se rió y montaron en su auto favorito.

 

Continuará...

 

Notas finales:

¡Gente lectora!!! ¿Que os parecio el capitulo? ¿El padre Aramis? ¿El complejo existencial de Teo? ¡Dios, que horrible es la adolescencia, que bueno que ya la deje atras!

¡Proximo capitulo: "Tu mano sobre la mia"! Incluso si giro y giro volvere a encontrarte...

Nota:

Erasmus Desiderius o Erasmo de Rotterdam: mi puto ídolo!!! Su "Moriae Encomium", que se tanto como "Elogio de la estulticia" como "Elogio de Moro", Santo Tomás Moro, su amigo (a quien Enrique VIII hizo perder la cabeza literal y metaforicamente) es mi libro favorito.

Pensador del Renacimiento, demasiado genial para ser ortodoxo, amigo e inspiracion de Lutero a quien sin embargo termino fostiandose para frenar el avance de la herejia en Europa...  Hay demasiado que hablar de el, se llenarian libros y libros y todavia habria tela de donde cortar.

Si alguien gusta checarse su enlace en la Wiki, http://es.wikipedia.org/wiki/Erasmo_de_Rotterdam lo menos se quedara pensando.


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