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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

"Enrico no recordaba jamás haber sido follado cuatro veces consecutivas... por el mismo hombre."

2 5º  Sic transit gloria mundi

 

El primer paso para mejorar su desempeño sexual fue mejorar su condición física. No quería quedarse exhausto tras tan sólo una ronda.

Así que comunicó a su novio su propósito de hacer ejercicio, propósito que sorprendió por lo inaudito a Enrico. Y más aún al enterarse de que el lugar al que Teo pensaba ir no era al gimnasio sino a la Abadía. El barón supuso que Teo quería ejercitar su cuerpo al tiempo que su apreciación artística. O su valor. Enrico no hubiera ido solito a la Abadía por gusto, de eso podían estar seguros. No con las espeluznantes leyendas que habían sazonado su infancia ni con el terrible espectro que el mismo había visto.

De haberse considerado todavía el tutor de Teo le habría prohibido terminantemente semejante ejercicio. Pero siendo su novio no podía interferir en sus decisiones personales, así que se limitó a observar:

-¿Sera prudente? Recuerda que ahí se te pegó el fantasma...

Teo estuvo a punto de sonreír. Había elegido la Abadía para poder estar con su fantasma. Después de todo, su mamá decía que el mejor ejercicio era la caminata. Que tal vez lo dijera porque vendía tenis especiales para caminata no importaba demasiado. La idea de que la caminata era el ejercicio perfecto estaba implantada en su mente.

-No te preocupes.- le dijo dándole un besito leve. - Regresaremos juntos al castello y después de comer iré a dar mi caminata.

-¿Y la tarea? - Enrico frunció el ceño. Teo hizo cara de fastidio.

-Nunca me ha gustado hacerla. Mientras siga representando el 10% de la calificación (algo excesivo) puedo pasarla por alto, y aun seguir siendo el mejor promedio con nueve.

Enrico no quedó muy contento con aquella respuesta, pues no solo revelaba que Teo despreciaba el trabajo duro cediéndole todo el crédito al talento, sino que también le hacia sospechar de que durante las semanas pasadas Teo efectivamente hubiese hecho la tarea cuando decía hacerla. De hecho, varias veces lo había oído cuchichear mientras estaba encerrado en su habitación. Tal vez hablaba por teléfono como Teodorico cuando iban al colegio.

Así que después de compartir un postre cargado de miradas y chupadas de dedos Teo se dirigió a paso rápido a la Abadía. El sol calentaba cada vez más, y color oscuro del uniforme hacia que picara, como en Castilleja.

Cuando estuvo a prudente distancia del castello llamó a Lotario. Lo llamó deseando verlo de todo corazón, murmurando la frase a la que siempre respondía su amigo.

-Ven a mi...

-Teodora. - saludó Lotario, acompañándola con un leve frufrú de su capa rozando con la funda de su espada.

-Dime Teo. Es menos... - ¿sexual? - largo.

-Teo. - lo complació con evidente congoja. Lo miró con curiosidad.

-¿Qué? ¿Me ensucié la barbilla? - se la limpió.

-En lo absoluto: estáis tan pulcra como siempre. Pero... te noto diferente.

Teo se turbó un poco. ¿Acaso Lotario se daba cuenta de que ya no era virgen?

-Soy diferente. - dijo haciendo alusión  a su eterna discusión sobre de que el no era Teodora.

-Claro. - concedió Lotario - Me refiero a más diferente. De unos días a esta parte... he notado... como un brillo en tu mirada, un no sé qué en tu aura. Y hoy es mas intenso que nunca. No te sentía ayer así Teodora.

Teo se turbo más. Se sonrojó de plano.

-Debe ser el clima. Me estoy bronceando.

-No. - dijo Lotario - Hispania es mas caliente que Lombardía.

-En el verano Milán llega a superar la temperatura de Sevilla. - afirmó Teo.

-Lo ignoraba. Pero lo que os noto no tiene nada que ver con al clima. Os he visto bajo todos los cielos. - rememoró la ocasión en que Teodora llegó echa una sopa de su viaje a Umbría, calada hasta los huesos... posiblemente ahí contrajo la reuma que contribuyó no poco a su muerte. - Es algo diferente, algo que esta en ti...

Teo luchó por mantenerse indiferente. ¿Tanto se le notaba? Su abuelita juraba que se había dado cuenta del día exacto en que sus hijas perdieron la virginidad. ¿Entonces también se notaba en los hombres?

-Puede que sea... - seguía titubeando Lotario - no, es absurdo...  - se arreboló también - vos nunca... No os creo capaz...

Teo se molestó un poco: ya podía irlo creyendo capaz Lotario de acostarse con quien le diera la gana porque era verdad. Era capaz... si bien la víspera el tampoco se creía capaz.

-¿Capaz de que, Lotario? - le dijo con un timbre seco.

-De amar.

Se detuvieron y se miraron cara a cara; Teo hacia arriba, Lotario hacia abajo.

-Pero juraría que ese brillo que ilumina vuestros ojos y vuestra alma es... amor. - susurró ésta ultima palabra.

Teo tragó saliva. ¿Se refería Lotario a amor, amor amor o a un eufemismo de sexo? El jovencito había caído en el mismo error de su vida pasado al suponer que cuando Lotario hablaba de amor se refería al sexo. Lotario era todo un caballero, correcto de acuerdo a las normas éticas y morales de su época, y de plano consideraba a Teodora incapaz de entregarse a prácticas licenciosas, cediendo a bajas pasiones. La consideraba tan pura como la nieve, tan intocable como esta, que no puedes tenerla en tus brazos porque se derrite.

Había amado a Teodora como se suponía que debía hacerlo un noble de su época: adorándola en su trono, sin mancillarla ni mancillarse con toques impuros. Un objeto ideal que esta ahí para ser adorado, y nada más.

-Hablemos de otra cosa. - suplicó Teo.

Lotario asintió, en su interior tan inquieto como su amada. No podía creer que fuera amor, que de verdad Teodora anidase ese sentimiento por él, que finalmente después de tanto tiempo su esperanza se estuviese haciendo realidad, ella correspondiéndole.

Porque Lotario, en su mundo noble y limpio de toda maldad había olvidado a aquel Enrico que Teodora llamaba en sueños. Se había convencido de que se alarmó sin fundamento y ya ni siquiera consideraba la posibilidad de que Teodora amara a otro, pues aquel acto, una traición en regla según cualquier tratado moral del siglo XIII era una bajeza de la que consideraba a Teodora incapaz per se, es decir, por propiedad intrínseca de su nobleza y bondad. Era, simplemente, incapaz de cometer tal acto. Y el se había envilecido al considerarla, aunque fuera por un momento y en arrebato amoroso, capaz de semejante acción.

Habló de otra cosa, cuidando de no malograr aquel retoño, aquella cosita naciente por la que había esperado más de una vida.

-Entonces - dijo, tocando un tema que avivaba su curiosidad - ¿Cómo hacéis para que vuestra ropa se ajuste sin necesidad de cordones?

-¿Qué? ¡Ah! El resorte... - Teo no conocía la historia del resorte, era algo tan simple, tan ordinario, que nunca se lo había preguntado - Pues usa fibras elásticas, que creo que se inventaron con el plástico.

Lotario tenia atentos sus ojos grises a su boca.

-No he traído la notebook... a ver si tengo saldo para consultarlo por el móvil. -dijo sacando el aparatito, que seguía asombrando a Lotario a pesar de habérselo explicado Teo.

-¿Llamaras a una persona para que te lo diga?

-No, voy a buscarlo en Wikipedia, es... una enciclopedia en línea. - ¡joder! No tenia saldo. Por otro lado Lotario estaba con cara de no entender nada. Claro, se dijo Teo, la enciclopedia es del siglo XVIII y Lotario del XIII  - No te he contado que fue la Enciclopedia, ¿verdad? - Lotario negó con la cabeza como un parvulito atento - Bueno - dijo Teo guardando el aparato y atravesando el imponente pórtico de la Abadía - En la época en que los franceses derrocaban a su rey...

 

***

 

La gloria mundana es pasajera. Lo dijo san Pablo y lo repite hasta el cagatintas ése de Coelho. Cinco años después de sucedido ya nadie recordaba los tenebrosos eventos de Saint Patrick of the Shore. Ya nadie reconocía en la calle al padre Henno Gui. Las heridas o se curan o te matan. Y como el templario seguía caminando hemos de asumir que estaba tan curado como podía estarlo.

No de balde los medievales representaban la Fortuna como una rueda de molino. Cinco años atrás, degradado a soldado raso, Henno había padecido las torturas de ese sádico de Felipin. Cinco años después ostentaba el grado de coronel, y se rumoraba que cuando monseñor Spada, ese viejo fortachón, perdiera la batalla que nadie puede ganar Gui seria elegido Gran Maestre de los Templarios.

¡Gran Maestre de la Orden del Temple, él, que de pequeñito no tenía para comprar caramelos a sus hermanitos! Sin duda alguna, la Iglesia es mecanismo de movilidad social.

Asumiría la responsabilidad, si se daba el caso. Pero aquel éxito, por el que Gervese dei Conti di Segni tanto anhelaba, no tenia sabor en la vida de Henno.

Su corazón se había quedado congelado en la época en que era un capitán joven y lleno de ilusiones, el que tenía por compañera a la única mujer templario. Cuando veía una media luna a 30º del horizonte volvía a estar en los desiertos de Sahara, derrotando en compañía de Gracia al demonio que se hacia llamar Rey de los Escorpiones.

Ahora que era viejo (porque ser joven o viejo no tiene nada que ver con la cuenta de los años) solo le restaba la melancolía. Comprendía que era lo que los ojos perdidos de todos aquellos ancianos refugiados en los asilos católicos veían, porque el también lo veía.

El único recuerdo feliz que tenia después de la muerte de Gracia, Sor Dei Gratia lo tenia del lugar que era un verdadero purgatorio. Ese recuerdo que le permitió darse cuenta de que la felicidad seguía existiendo aunque el no la poseyera tenia nombre y apellidos, y según la ultima postal recibida, una nueva parroquia en Andalucía.

Al salir del RERIPSRC ayudó a Mikael a demostrar con el Derecho Canónico en la mano que era ilegal que lo excomulgaran por ver anime, y habían permanecido en contacto. El arzobispo de Pamplona y Tudela no quería verlo ni en pintura, luego de que le demostrara su recalcitrante "herejía". En su fuero interno declaró incurable a ese sacerdote otaku y lo regaló, es decir, traspasó, a su amigo el Arzobispo de Sevilla.

Este destino a Mikael como párroco de un pequeño pueblito (para que sus barrabasadas no trascendieran) y el joven cura, luego de tomar posesión de su parroquia y contratar el servicio de internet (en ese orden) escribió desde su nueva locación en Castilleja a su amigo, para comunicarle que ahora ahí estaba al servicio divino y al suyo. Y también que estaban sacando un nuevo anime de Fullmetal Alchemist.

 

***

 

Enrico no habría podido imaginar cuanto iba a gozar con un seme más joven que él. Tanto vigor, con periodos refractarios de escasos minutos. Enseñarlo era una delicia, como amaestrar un potro purasangre.  Apenas estaba reponiéndose de un orgasmo cuando Teo estaba duro de nuevo, listo para empezar otra vez.

Enrico no recordaba jamás haber sido follado cuatro veces consecutivas... por el mismo hombre.

Teodoro era un tesoro. Se desplomó exhausto después de su última cabalgata, acurrucándose en su pecho y acariciándolo. Escuchando el aun desacompasado sonido de su corazón. Estaba dormido ya. Se mordió los labios temiendo comportarse como un vampiro, chupando la salvia de la vida del delicioso Teo. Consumiéndolo en sesiones diarias de sexo desenfrenado...

Sacó la lengua y recorrió la distancia del centro de su pecho lampiño a su pezón izquierdo, succionándolo, sintiendo ahí debajo los latidos de su corazón, ese corazón que el aceleraba hasta la taquicardia cuando le enseñaba algún nuevo truquito.

-¿Quieres más?

Había despertado a Teo y este lo miraba lánguido por entre sus largas pestañas. Tenía los labios hinchados de tanto besar.

Enrico lamió desde su pezón hasta su barbilla.

-No quiero abusar de ti.

-El que va a resultar abusado vas a ser tu como no cooperes! - le dijo en tono juguetón, tomándolo de los brazos y girándose con el para dejarlo abajo suyo.

De un rodillazo le abrió las piernas y su pene erecto se aplastó con su pene flácido.

-No Teo... - protestó débilmente Enrico, para provocar aun más a Teo.

Teo tomó sus labios y coló su lengua. Llevó su mano al cuádruplemente fornicado culo de Enrico y lo preparó con los dedos. Aun conservaba humedad de las cogidas anteriores, así que solo lo dilató abriendo suavemente los dedos en su interior. Enrico rodeó su cadera con sus piernas y Teo se tiró a fondo por quinta ocasión.

Ya reza el viejo dicho que no hay quinto malo, y ese no lo fue. Más lento, pero más profundo: en cada embestida Teo le llegaba a Enrico, lo llenaba, resbalando por su interior. Tan suave, tan dispuesto...  El barón de Belcançone era la mejor cosa sobre la que se podía estar.

Acunándolo entre sus brazos, estrechamente unido a él, piel contra piel, moviendo solo la cadera en el ritual del mete y saca.

-Enrico... - susurró muy quedito en su oído, muy ronco. El aludido se estremeció todito - Enrico... - repitió de manera mas gutural, llenándolo en ese sexo casi tántrico - Te amo.

De no haber estado experimentando un orgasmo Enrico se habría echado a llorar. No era la primera vez que le decían aquellas palabras, pero si la primera que las creía.

Se aferró a Teo y no lo soltó ni estando dormido.

 

Continuará...

 

Notas finales:

¡Proximo capitulo: el tiempo pasa y el dia prometido, digo, el fin de curso se aproxima! ¿Que terribles eventos se aproximan?

Actualizo lunes y viernes, salvo causas de fuerza mayor.

Besitos fantamales.

pd: quiero compartir una frase de coña de Chuck Norris que se me ocurrio: Superman usaba los calzones por dentro hasta que Chuck le hizo calzon chino. Lol.


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