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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Esta nota en realidad es del capi pasado, pero siempre se me pasan xd... El título de barón es el mas bajo dentro de la nobleza, no obstante, tiene cierto aire de distinción pues no es tan común.

Ora si, al capi:

3 Lotario.

Era un espacio negro, basto. Con el solo convivan el silencio y la soledad. Su energa existencial se haba agotado tanto que ya solo era una pequea espiral, una diminuta perturbacin en el continuo espacio tiempo.

No saba si todos los fantasmas estaban atrapados en un limbo como el suyo. Ese espacio negro y basto que no tena fin. Abajo estaba formado de ruinas, encharcado en algo que a veces era agua y a veces era sangre. Cuando tena cuerpo caminaba y caminaba, a la luz de su propio espectral resplandor, la nica luz que haba ah. Hacia arriba no pareca tener fin. Era una bveda celeste desprovista de estrellas, sostenida por enormes y ruinosas columnas.

Ah no haba manera de orientarse. No existan el sol ni la luna, el norte ni el sur. Pero a cualquier direccin que se dirigiera no llegaba a ninguna parte.

Era un lugar muy deprimente. Acaso, como en el poema de aquel florentino, estaba condenado con cientos de miles de almas que no podan verse entre si?

Dios sabra. Dios, all, al final de aquel tnel luminoso que no quiso seguir. No mientras Teodora estuviera en este mundo. Los aos pasaron, y antes que la clepsidra que marca el periodo de los siglos hubiese dado una vuelta se hizo evidente que Teodora no segua en este mundo. Pero ahora ya no poda abandonarlo. No haba vuelto a ver aquel tnel blanco, luminoso. No sabia donde estaba.

Solo poda descansar ah. En el falso portal de la Verdad. Existir en el mundo de los vivos resultaba muy desgastante a menos que te alimentaras de ellos.

Y un caballero como l... no era digno. Sorber la fragancia de las flores. Ser un vampiro que extraa la vida de los animales o de los seres humanos: no por medio de la sangre sino de las emociones.

El Abad no tena ningn problema con asustar a los aldeanos para mantener su rechoncha forma en vida. Para poder ver y tocar esas gemas sin las cuales no estaba dispuesto a viajar por el tnel, a dejar que te absorbiera y te llevara mostrndote como si fuera la memoria misma aquello ocurrido en tu vida.

Pero el Abad no tena condicin moral. No era un noble ni un caballero. El Abad se rehus a emprender el camino al Mas All por estar con sus joyas. Lotario tambin se haba quedado por amor. Pero por amor a Teodora.

An suspiraba por ella. Le gustaba suspirar y pensar en ella en la biblioteca donde perdi la vida. Iba de paso, de Miln a Venecia, y se detuvo en una aldea al pie de una abada. Aquella misma noche la Abada se incendi. Acudi a prestar ayuda. Un monje viejo tir de su brazo. Le suplic por el amor de Dios que lo ayudara a salvar el tesoro de la ciencia, los libros de la biblioteca donde el fuego haba comenzado. Lotario era un hombre ilustrado, comprenda la angustia del monje. Entr una y otra vez al edificio octogonal en llamas, siguiendo al monje viejo y a su novicio entre la densa humareda que no permita ver ni respirar. Entraron tres veces antes de la construccin comenzara a desplomarse.

El monje viejo le grit que no entrara una cuarta vez. Aunque no hubiese estado entretenido deteniendo con su cuerpo al novicio que quera entrar de nuevo no habra podido detenerlo con sus fuerzas. Lotario estaba decidido a salvar los libros. Calculaba que lograra sacar un tanto mas, hombre en plenitud de la edad como era. Pero no sali. El humo lo asfixi antes de que el fuego consumiera su carne mortal.

Esa noche murieron tantos. Y sus huesos casi ni el mismo poda reconocerlos. Nadie lo conoca: era un gentilhombre que estaba de paso. El posadero se quedo con sus pertenencias. Los de Miln acusaron a los de Venecia de su desaparicin. Los de Venecia dijeron que los de Miln lo haban escondido. Solo Teodora lo haba buscado. Teodora, que nunca se cas ni entr en ningn convento. Teodora, por cuya causa se haba quedado. Solo y atrs, sin disfrutar de la vida ni de la muerte. Un fantasma resignado a vagar cerca del lugar donde haba muerto, pues su energa se agotaba mas cuanto ms lejos estuviera de sus huesos. Incluso ah su energa se consuma.

Lotario se preguntaba que ocurrira si dejaba que su energa se consumiera por completo. Su alma y su mente se separaran y disolveran en la nada primigenia? Encontrara el tnel? Lotario no haba tenido el valor de averiguarlo.

Se alegr de no haberlo hecho cuando algo le dijo que fuera a la biblioteca. Estuvo a punto de desvanecerse de puro gozo. Se qued arrobado en su presencia. Teodora! Despus de tantos siglos. Si una pequea espiral, si una leve perturbacin del continuo espacio tiempo pudiera llorar diramos que Lotario lo hizo. Teodora! Era otro cuerpo, y tal vez otra mente, pero el alma estaba ah. Esa alma resplandeciente, inigualable, esa Beatriz, citando al florentino...

Teodora!

***

Teodoro senta al irresistible impulso de ir a la abada una vez ms. No poda dejar de pensar en esas ruinas, en lo que sinti ah. Era una obsesin tan fuerte que era casi como si alguien le llamara.

Se encontraba en el mismo trance que las heronas de la novela decimonnica: arda en deseos de acudir a la cita con el galn pero estaba custodiada, ridculamente custodiada, por el padre. O mejor dicho el tutor. Desde el da del incidente Enrico no lo soltaba. Teo sospechaba que Enrico se planteaba el comprar una correa de perro para sujetarlo con ella, o meterse al bao con l...

Bueno, eso era una exageracin... pero estamos hablando de Enrico. Y Enrico es un exagerado. Mejor dejarle muy claro que no permitir que entre al bao conmigo ni que me ponga la correa de "Buen chico", anot Teo en sus tareas mentales.

Enrico lo traa arriba y abajo, como calzn de puta, en el dudoso caso de que las putas de ahora usen calzones. Teodoro tena que ir al banco al salir de clases y hacer los deberes en tanto se cumpla la hora de salida de Enrico.

De ah se iban a comer juntos, la mayora de las veces al castello. Sino a un restoran. Lo llevaba al cine o a la estacin de juegos o al deportivo a pesar de que ninguno de los dos era capaz de patear o hacer rebotar un baln. Aquello era como tener un novio hiperactivo e hiperceloso.

Teo lleg a la conclusin de que si quera visitar la abada tendra que fugarse de noche, con el riesgo de congelamiento que la aventura supona.

El ltimo da de enero Teo, equipado con lo ms similar que pudo conseguir para una expedicin del ms puro alpinismo se descolg del balcn de su habitacin con el decimonnico recurso de las sabanas rasgadas y atadas. (Si le funcion a Angelina de Gravillac porque no iba a funcionarle a l?) Total: si se iba a las once y volva a las cuatro no haba manera de que Enrico lo descubriera, verdad?

No a menos que Enrico se metiera a su cuarto de noche.

Continuar...

Notas finales:

Huy, ora si hay un chorro de notas (y eso que las reduzco para no hechar a perder la magia del novelista desvelando mis secretos)

1ª Para el mundo metafisico de este relato utilizo los criterios de la alquimia clasica (como la que pueden encontrar en el excelentisimo manga de "Fullmetal alchemist): el ser humano esta compuesto de cuerpo, mente, y alma. Estas tres entidades forman un ser humano. Lotario ha perdido su cuerpo, pero se nego a ir al siguiente plano astral y su mente y su alma siguen juntas. Teodora murio y su alma volvio a nacer con otro cuerpo y otra mente: Teodoro.

2ª Para el mas alla y al mas aca utilizo una mezcla de dos corrientes: la alquimia y la tradicion catolica. El mas alla, el paraiso, donde habita Dios es la Verdad. Nuestro mundo es la Realidad. Lotario no esta ni aqui ni alla: esta en un limbo que es como un falso mas alla, un lugar intermedio creado entre la Verdad y la Realidad.

Sobre ambas cosas ya se profundizara mas dentro del relato.

3ª "el florentino" es, naturalmente, Dante Alighieri, autor de la Divina Comedia.

Besitos!!!

 


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