Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

[Reviews - 339]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

In your creation heaven did decree that in your arms sweet death should dwell: Deep Silent Complete, black velvet sea; brave day sinking in endless night.

(Desde tu creacion el cielo decretó que en tus brazos la dulce muerte moraría: profundo y completo silencio, mar de terciopelo negro; el valiente dia se hunde en la noche sin fin. Deep Silent Complete, Nightwish, fragmento.)

31º Deep silent complete.

 

Javiercete llegó a media mañana. Tampoco tenía ya clases. Su ingreso a la Facultad de Ciencias Puras de la Universidad de Sevilla estaba garantizado: solo restaba dejar fluir el tiempo y el papeleo. Teo sintió alguna envidia por su amigo: tan tranquilo, sin vidas pasadas que le pasaban facturas que no estaba dispuesto a pagar, con un futuro...

-Te ves fatal. - dijo Javiercete, de pie, a su lado.

Teo echó mano de la superficie reflejante de su reloj despertador: con los pelos parados y profundas ojeras no se veía exactamente guapo. Como si lo fuera.

-Me siento mal. - se sentía terriblemente cansado, y eso que llevaba quince horas en la cama.

-¿Pues que te pasa?

Teo se mordió la pielecita al borde de la uña. ¿Por qué no confiar en esto también con Javiercete, si ya le había confiado su presunta homosexualidad?

-Me espanta un fantasma. - dijo, observando atentamente su reacción.

Javiercete se quedó con la boca abierta, frunciendo poco a poco el ceño. "Ya jodí - se dijo Teo - no me cree. ¿Quién creería algo así?" y curvaba la boca hacia abajo con amargura.

Pero lo que pasaba era que el procesador lentium de su amigo estaba coordinando causas y consecuencias nunca antes trazadas, ecuaciones jamás planteadas.

-Pues vamos a ver al cura. - dijo al cabo.

Teo levantó la mirada, conmovido, agradecido: una vez Javiercete demostraba valer mil, con su apoyo incondicional, su confianza, su colaboración. Era un verdadero compañero.

-Si, claro. - sonrió ampliamente - ¿Cómo no se me había ocurrido? Eres molón Javiercete. - le dio unas palmaditas en la espalda, que el otro adolescente agradeció con una tímida sonrisa - Me visto y vamos a ver al padre Gerardo.

-¿Vamos a ir al cementerio?

-No, a la parroquia. A ver al cura, al padre Gerardo.

-Pues el padre Gerardo murió.

-¡Que pena! - considero Teo, aunque no lo sorprendió: a sus años... - ¿Cuándo murió?

-Pues hace como cuatro meses.

-¿Y de que murió?

-Pues de un accidente. Por ir a exceso de velocidad a llevarle la extremaunción a un enfermo.

Teo hizo cara, frunciendo el ceño y mostrando los dientes. Resultaba un tanto grotesco, y cómico, imaginar al pobre sacerdote octogenario a toda leche en su moto con llamas pintadas en las ruedas, con los Santos Óleos y la Sagrada Forma en la cajita en la que el anterior dueño de la moto metía las pizzas, y luego imaginarlo accidentado, con sangre y gasolina encharcados, con trocitos de carne, metal y Santos Oleos por todos lados...

-¿Y quien es el nuevo cura?

-El padre Mikael.

-No lo conozco.

-Pues ya lo conocerás.

***

 

El padre Mikael era todo un personaje. Teo lo sospechó desde que penetró en la fresca sacristía: un paraíso contrastante con el calor infernal de los 33º grados a la sombra de las calles de Castilleja en pleno junio.

La antesala del párroco siempre había sido oscura, y fresca, situada bajo el ala derecha de la cruz de la nave, y tenia una puerta que daba a un confesionario empotrado y otra al atrio de la iglesia. Siempre había tenido el aspecto de lo que una sacristía es, la oficina de un sacerdote, con las sagradas vestiduras, los sagrados vasos, los sagrados libros y las paredes decoradas con obras más o menos valiosas de arte religioso. Lo que uno no espera encontrar en una sacristía es un equipo de computo de punta: una desktop de entretenimiento HP, con pantalla de 22 pulgadas, conectada a dos quemadores y un modem, todos trabajando con un suave run-run.

-¿Padre? - Teo caminó hacia la puerta que daba al confesionario, pero ahí tampoco estaba el padre.

Javiercete estaba parado en medio de la sacristía, bajo una vetusta araña aun con restos de cera en los polígonos de cristal. Teo se acercó al escritorio de roble y vio que el mouse del padre tenia forma de Picachu, y el tapetito también era de Pokemon. Una USB conectada tenia colgando un muñequito ninja, de la serie esa de Naruto, si mal no ubicaba Teodoro.

Estaba a punto de mover el mouse para ver que estaba haciendo el padre cuando este apareció por la puerta del atrio.

-Uf... - exclamó. Era rubio y blanco; venia enrojecido por la exposición al sol andaluz. Traía una bolsita de papel de estraza apretada contra el pecho y una bolsa de ir al mercado con viandas en la diestra. - ¡Ah! - reparó en la presencia de los muchachos - Hola hijos. - avanzó y dejó las viandas junto a la puerta del confesionario, la bolsita de papel destraza sobre el escritorio. Movió el mouse y dio algunos clicks, luego se volvió hacia Teo, pues Javiercete seguía en la misma posición desde que entraran - ¿En que puedo ayudarlos?

Teo se mordió el labio inferior: aquel padre era muy joven. ¡Hasta tenia acné! Su aspecto era rubio y desenfadado, un poco tímido, también. Lamentó el fallecimiento del padre Gerardo. Miró la bolsita de papel de estraza, temiendo que fuera borrachín, pero lo que se asomaba era una revista enrollada. Una de anime. Pobre Teo: no sabía que un padre aficionado al anime es peor que uno aficionado al vino de consagrar.

-Este, padre, yo...

-¿Te quieres confesar hijo? El horario es de 6 a 7, después del rosario y antes de la misa, pero con mucho gusto te confieso ahorita, ¡oh! - uno de los quemadores expulso el dvd - Un segundo por favor. - el padre tomó el disco, rotuló "Shounen Onmiuyi 1 temporada", guardó en un portadiscos que ponía Supernatural-Shonen, metió otro dvd al quemador y se entretuvo en la computadora, poniendo a quemar otra cosa. La 2ª temporada de Shonen Onmiuyi, quizás. - Listo. - el padre le sonrió tímidamente - Tu disculparas, pero aun no consigo ama de llaves y tengo que hacerlo todo por mi mismo.

-¿Y doña Mercedes? - Teo preguntó por la anciana ama de llaves del viejo padre Gerardo.

-Estaba muy anciana, la pobrecita, no sabía hacer nada: ni poner una descarga, así que la jubile.

-Ah. Vaya. Este... padre...

-¡Ah, si! Tu confesión. ¿Tu amigo también viene a confesarse? Es muy devoto, ¿verdad? Viene los viernes con su abuelita a rezar el viacrucis y lo reza todo hincado.

-Pues vengo con mi mamá. - dijo Javiercete, sin dejar de mirar su reino, que no era de este mundo sino del de las matemáticas.

-Ah, lo siento. A ti no te había visto hijo, ¿eres nuevo?

-Acabo de volver de Italia. - dijo Teo.

-¡Genial! Bueno, ¿ya hicieron examen de conciencia?

-Este, no venimos a confesarnos padre.

-¡Ah! Bueno, tu me dirás, entonces.

Teo se volvió a morder los labios. Ni modo: a falta de pan, semitas.

-Un fantasma me molesta padre.

El padre abrió mucho sus ojos claros, al tiempo que formaba un círculo con su boca.

-¡Oh! ¡Genial!!! - el padre aplaudió - ¿No me engañas verdad hijo?

-No padre. - atinó a decir Teo.

-¡Genial! ¿Ves gente muerta?

"Solo en la morgue" estuvo tentado de contestar Teo.

-¿Tienes un don para ver a los fantasmas? - como Reiko Mikami, pensó Mikael.

-No, solo veo a un fantasma. Me acosa.

-Wow! ¡Como Shirogane sama a Akira Nikaido! - pensó en voz alta, comparando con el anime de Monocrhrome Factor.

Teo se quedó con cara de que onda. Javiercete seguía en su mundo, aparentemente.

-Padre, ¿se burla de mí?

-No, para nada hijo. Me parece guay. Bueno - dijo con un leve rubor - no que seas molestado por un fantasma sino porque es la primera vez que sé de un fantasma de verdad.

-¿Usted cree en los fantasmas padre?

-Claro que si. Son una realidad. Lo dice la Biblia: recuerda que en la historia de Lázaro el hombre rico quería regresar como fantasma para aprevenir a sus parientes de que el infierno les esperaba si seguían siendo avaros. Siéntate hijo, por favor. Siéntate tú también chico. - pidió a Javiercete. - Um, ¿Cómo se llaman?

-Teodoro de Haro y Javier María Velazquez.

-Cuéntame de tu fantasma.

Si seguía mordiéndose los labios, Teo se iba a sangrar.

-Pues... se me pegó en Italia, en una abadía ruinosa... - confiar en las personas era difícil para Teo, pero decidió que si quería librarse de Lotario tendría que confiar en el especialista y contárselo todo. - Padre, ¿usted cree en las vidas pasadas?

-Claro hijo, también lo dice la Biblia: San Juan Bautista era la reencarnación del profeta Elías.

-Pero ¿Por qué la doctrina no las acepta? - esto daba mucha curiosidad a Teo desde que había descubierto que el había tenido una vida pasada.

-No es exactamente que no las acepte hijo, sino que son un tema... delicado, ambiguo. Todas las pruebas bíblicas sobre la reencarnación son del Antiguo Testamento, antes de la Nueva Alianza; después de la Salvación muchas cosas cambiaron: los justos salieron del Seno de Abraham para ir por fin al Paraíso... tal vez también cambio lo de la reencarnación, tal vez después de la Salvación ya no fueron posibles las múltiples vidas.

Aquella explicación no dejo muy satisfecho a Teo. Respiró hondo y le contó al padre y a Javiercete como un fantasma aseguraba que el era la reencarnación de su amada, como lo perseguía y como había hecho daño a un ser querido (no especifico relación) por celos. Al terminar el relato Mikael estaba extasiado: aquello era tan emocionante como un anime. Hasta Javiercete tenía la boca abierta, y de asombro.

-Así es que por eso me quiero deshacer de ese fantasma. Creí que alejándome del lugar donde esta enterrado lo perdería, pero anoche me asustó.

-Bueno hijo,  esa es una equivocación muy común. - de algo le había servido a Mikael su amistad con el mejor exorcista de la Orden del Temple - Cuando un lugar es el que esta afectado ya sea por demonios o por fantasmas si basta con irse de ese lugar para que cesen los problemas, si la casa es la que esta embrujada basta mudarse de casa para que cese el embrujo, pero si, como en tu caso, es una persona la que es el objeto de la actividad sobrenatural, no importa donde este esa persona, el ente lo seguirá porque él es quien esta embrujado.

Teo se sintió sumamente desalentado al oír aquello.

-¿O sea que no podre quitármelo de encima?

-No, no sé. - Mikael se toco la barbilla con el índice - Hay varias cosas que podemos probar. - dijo rememorando todos los animes sobre el tema que había visto. Otro quemador expulsó su dvd. Mikael se quedo girándolo en su dedo - Necesito hacer una lista. Regresa mañana hijo, y veremos que podemos hacer.

-Gracias padre. - Teo se colgaba a la más pequeña esperanza. Afrentaba muchísimo a su libre albedrio el que un fantasma le fuera impuesto. - Vámonos Javiercete.

Javiercete asintió, cogió la mano del padre y la beso a la vieja usanza. Luego Mikael los acompañó a la salida. Y regreso a consultar que habían hecho en una situación similar a la suya Mikami la cazafantasmas, Akira Nikaido, la bruja Yuko y todos aquellos personajes del anime que conocía.

 

***

 

-Enrico... Enrico... ven a mí...

Una dulce voz lo llamaba, lo oía entre sueños, pero la noche era muy profunda. Hacia frio y se sentía solo, y triste. ¿Por qué tenia tantas ganas de llorar?

-Ven a mí...

La voz era calida. Podía confiar en ella, pero era tan difícil ponerse en pie... ¡oh! ¿Por qué lo habían despertado? Estaba tan a gusto ahí, dormido, en paz. ¿Por qué lo habían vuelto a la conciencia, al sufrimiento, al dolor, a la soledad? ¿Por qué sentía tanto desconsuelo? No recordaba nada, pero los sentimientos estaban ahí. ¿Por qué esos girones de luz rasgaban la abrigadora oscuridad? La luz era agresiva, le hacia doler los ojos.

-Regresa Enrico: Teodora te necesita.

¡Teo! ¡Era verdad! Teo lo amaba, Teo lo necesitaba. El era Enrico y aquel era Teodoro y podían definirse uno en función de otro porque se amaban. Enrico amaba como no creyó amar a Teo y el niño era tan puro que no podía mentir cuando decía que lo amaba. Por eso sentía ganas de llorar, porque la belleza de ese amor era demasiado grande.

-Enrico...

Giró y giró en un túnel de luz y sombra que se alternaban, formando dibujos a veces espeluznantes, como dedos que se alargaran para asirlo. Sintió miedo y se agarró a aquella voz. Cerró los ojos y se dejo llevar, hasta que sintió como una mano asía la suya y luego, una caricia calida le hizo abrir los ojos.

Lotario da Milano estaba a centímetros de el y sus ojos expresaban una tristeza tan desgarradora que un nudo se le formó en la garganta.

-Teodora te necesita.

Enrico negó con la cabeza; su nariz rozó la de Lotario.

-Teodoro es tuyo. - ese era el motivo de su tristeza, que por mucho que amara a Teo no podía poseerlo porque ya tenia dueño - Yo nunca debí intervenir. Fue mi culpa; yo lo enamoré.

A Lotario cada silaba le dolía: ese hombre fue capaz de lo que el no.

-Perdónalo, es tuyo.

-Teodora no me ama. -afirmó el fantasma con voz serena - Te ama a ti. Vosotros estáis vivos: soy yo el que sobra aquí.

-¡Lotario! - era la primera vez que lo llamaba por su nombre. No sabia que decir. Dejó que su corazón lo guiara - No te vayas. - se aferró a sus brazos.

-No voy a irme... - Lotario lo tranquilizó abrazándolo - aún. Primero tengo que curarte, para ella.

Enrico no entendía.

-¿Curarme?

-Si. Tienes que descansar, y no caer en la engañosa comodidad de la sombra. Necesitas ponerte bueno, para ella. Para que te cases con ella si tal cosa es posible, porque le has robado el honor.

-Lo siento. - dijo Enrico muy avergonzado - Ya no es virgen, pero, si tu lo amas, eso no debería ser motivo para... - se interrumpió al ver la triste sonrisa de Lotario. - ¿No lo amas?

-Al contrario. La amo más que tú. Por eso acepto que debo renunciar para que ella sea feliz a tu lado. Ya estuvo una vida conmigo... - dijo a punto de llorar - pretender que sacrifique otra a mi lado es pecado de ambición.

-Lotario... - le tomo la mejilla - ¿Por qué eres tan bueno?

-Descansa. - Lotario retiró su mano y se la puso sobre el pecho - Y desea vivir.

Enrico quiso replicar algo más, pero Lotario comenzó a alejarse, como un poste en la carretera. Se alejaba rápido, y mientras más se alejaba mas débil se sentía.

-Lotario... - llamó Enrico.

En la realidad, Madonna brincó de su asiento y pulso el botón para llamar a la enfermera al ver que su hijo movía los labios.

-Aquí estoy mi amor. - apretó su mano. Acercó su oído a la boca de su angelito. Se quedo estupefacta al entender la siguiente palabra, susurrada con más claridad:

-Teodoro.

Continuara...

 

Notas finales:

Disculpen la tardanza pero ayer tuve un dia de locos. Para el viernes ya tengo contestados sus reviews, que me da mucho gusto leerlos.

Besitos fantasmales!

pd: el link a la cancion del capitulo: http://www.youtube.com/watch?v=zJ9SrLkYzRY

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).