El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:
Cada vez que te busco te vas, y cada vez que te llamo no estás, es por eso que debo decir que tú solo en mis fotos estas... Juanes y Nelly Furtado, Fotografía, fragmento.

44º Tú solo en mis fotos estás.

Violeta no podía concentrarse en la caricatura de Phineas y Ferb. No dejaba de pensar que quizás había sido muy dura con su hermano. O sea, el pobrecito estaba descubriendo que era gay y le gritó. Quizá Teo estaba muy estresado... si hubiera alguna manera de ayudarlo.

Apagó la tele y uso el ordenador de papá para buscar en internet algo sobre los gays. La mayoría de las paginas eran muy aburridas, y tontas. O sea, decían cosas que hasta ella sabía. Una página con un llamativo diseño rosita con flores y personajes de grandes y cutes ojos llamó su atención. Entró en ella. Yaoiland, se llamaba, y trataba sobre gays bonitos. Estaban bien bonitos los monitos, el más feo estaba de perdida como Yukito el de Sakura Card Captor. ¡Cute!!! Y había gatitos por ahí, y chicos con orejas de gatito, esos eran los ukes. ¿Qué era un uke? Se preguntó Violeta, y deslizó el ratón por los enlaces hasta que encontró uno que decía "Un uke es..."

Esa pagina si estaba bien diseñada. El uke era como la chica. Y el seme era el príncipe azul: sin lugar a dudas su hermano era seme, aunque fuera mas joven que el barón, porque así era él además el barón era más bajito, con el pelo más largo y más clarito que Teo. Al revisar la galería de semes no le quedó duda: los semes eran así como su hermano, con cara de "me desayuno niños" y más callados y pues así como que más hombres.

Había hasta mandamientos del seme y del uke: Violeta los imprimió para pasárselos a su hermano, igual y el Teo tonto que nunca se conectaba a internet no los había visto y no sabía como comportarse.

Ahí en Yaoiland había galerías de imágenes y mangas en descarga directa y hasta unos animes. Violeta miró por encima de los dos hombros para asegurarse que nadie la veía y dio click en la sección de solo para adultos: era una tontería que pusieran ese aviso de no entres si no eres mayor de edad, o sea, era tonto, ¿Quién les iba a hacer caso? Así hasta más curiosidad daba.

Violeta no se imaginaba como un chico podía hacerle el amor a otro, o sea, ¿Cómo? Ojala ahí entre esas cosas eróticas viniera como. ¡Ayayay!!! LA niña se tapo los ojitos avergonzada: si venia. ¡Wow! Que explicito, ahí venia bien como se lo metía todo el seme al uke por la cola. Auch... ¿no les dolería? Instintivamente se llevó las manos a su propia cola. Pero siguió viendo: era bien cochino eso... Violeta sentía como un calorcito en el estomago.

Parecido al que le dio cuando vio uno de los dvd's cochinos de Teo, pero mejor porque ahora no le daba asquito. Los dos le gustaban, eran chicos. Violeta pauso la investigación para entrarle a la perversión. Tendría que preguntarle a Teo si las caras de gusto del uke eran de a deveras. A veces el monito que era uke en una era seme en otra, ¿eso se valdría? Tendría que preguntárselo también a Teo, al fin y al cabo su hermano lo sabía todo ¿no? Era el más listo de la clase y todo eso.

Cuando la voz de papito resonó en el pasillo preguntando por su princesita Violeta se llevo un susto, cerró a toda prisa la página y vio que se había pasado mas de dos horas navegándola.

***

Estática de fondo y el inconfundible parloteo de comentaristas deportivos surgía del interior del castello. Extrañado de que Igor fuera aficionado al futbol (su mayordomo le era un desconocido) Enrico abrió la puerta de la sala. Pero el que estaba ahí, con una lata de cerveza y una bolsa de cacahuates abierta era Federico, su hermanito.

-¿Qué haces aquí? - le preguntó extrañado, aun cargando bolsas de restaurantes.

-Veo el mundial. - Federico señaló la pantalla de plasma, aun mas grande que la que había roto con la cabeza de Ludovico.

-¿Y esa cara? - no tenia buena pinta. De hecho parecía como si se fuera a abrir las venas de un momento a otro.

-Vamos perdiendo. - dijo - Uno cero contra Paraguay.

El hecho de que los campeones del mundo fueran perdiendo en su primer partido contra un país subdesarrollado parecía afectarlo profundamente.

-¡No! - exclamó Enrico acercándose a mirar el marcador. - Joder, es verdad.

-Mientras la escuadra azurra no se lleve una zurra como la que se llevó Australia...

-¿Qué pasó con Australia? - preguntó dejando las bolsas sobre el sofá.

-¡Perdió cuatro cero contra Alemania? ¿En que mundo vives Enrico? Todo el mundo habla de eso, estamos en el mundial!

-Cierto... me había olvidado de que tocaba el mundial. - se rascó la nuca como disculpándose.

Federico negó con la cabeza.

-Ay, el amor... - una lagrimita parecía querer asomar, así que se sorbió los mocos y bebió cerveza. - ¿Cuándo es la boda?

-Cualquier día después del 17 de octubre. - contestó Enrico, y Teo se quedo pasmado de que supiera la fecha de su cumpleaños pues nunca se la había dicho - Teo no puede casarse hasta que sea mayor de edad.

-¡Gol, goool!!! Empatamos, el honor esta salvado! - se paró agitando las manos, pero al reparar en la ceja arqueada con que su cuñado lo miraba volvió a sentarse - Lo siento. Así que en octubre, que bien. ¿Organizara Teodorico?

-Pues... - miró a Teo y lo invitó a sentarse - ¿tu que opinas?

-¿La organizaría como las bodas de algo de tus padres?

-Más maniática y perfeccionista.

Teo pareció sopesar mentalmente el despreocuparse de detalles contra estar a la merced de un frikki del estilo.

-Por mi esta bien.

-Hecho. - dijo inclinando la cabeza sobre su hombro. El gesto hizo asomar lágrimas a los ojos grises de Federico - ¿Lloras de felicidad por mi? - preguntó en tono irónico Enrico.

-Es que... - comenzó Federico - vamos empatando en el mundial y... ¡Oriana reclinaba así su cabeza sobre mi hombro! - rompió francamente a llorar y Enrico, apenado, le facilitó un pañuelo.

Teo notó que mientras que él, en ninguna de las crisis de su vida había tenido a mano un pañuelo, su novio siempre estaba prevenido con todo.

- Ya, ya...- lo consolaba Enrico. Teo lo imaginó consolando a sus hijos, sonrió: Enrico seria un buen padre... la sonrisa se volvió amarga al preguntarse qué hijos podrían tener... No había hijos en su futuro... ¿había futuro? - Todo va a estar bien. - le besó la mejilla. Federico dejó de llorar.

-Tienes razón. - dijo - Aunque Italia pierda podría ganar Alemania. ¿No descendemos del sacro emperador romano germánico después de todo? La victoria de Alemania también seria la nuestra.

-Claro Federichi. - alzó la mano para revolverle el cabello - Si un lado es negro, el otro blanco. Como el ying-yang.

-O la simetría... - murmuró Teo - o el intercambio equivalente... - memorias de un libro de alquimia a la luz de una palmatoria que no podían ser suyos vinieron a su mente. Sacudió la cabeza: desde que la gitana lo hipnotizara tenia acceso a las memorias de Teodora Ortelano, y no estaba seguro de que aquello le gustara. - Llevaré la comida al refri.

-¿Trajeron carne? - preguntó ilusionado Federico.

-No. Si quieres carne puedes ir a comprarla o a cazarla, lo que prefieras.

-¡Cierto! No recordaba que el veto de caza no aplica para el señor feudal. Cuando acabe el partido iré a ver si cazo algo.

-Y siéntete libre de asarlo con leña en el patio trasero. - Enrico se levantó para ir a la cocina a ayudar a Teo con los platillos para congelar. - Pobre Federico... pensé que Oriana si lo quería. - Teo asintió sin saber que decir - Que sería la indicada... ¡como me alegro de tener yo ya a mi alma gemela!

Abrazó a Teo y buscó su boca. Tras morderse los labios un instante Teo le correspondió. Fue un beso dulce y largo, con la puerta del refrigerador abierta. Finalmente Enrico se separó.

-¿Vienes a ver el partido?

-No me gusta el futbol. - se excusó Teo.

-¡Vaya! Te veo mas tarde, entonces. - su guiño prometía que mas tarde, en la noche, lo pasarían bien.

Melancólico, Teo deseo ir a la Abadía, pero aquel santuario de paz estaba invadido por policías y forenses que dictaminaban la edad de los huesos esparcidos. Si entre aquellos huesos estaban los de Lotario... si lo enterraban en sagrado, ¿Qué pasaría con él? Debió haberle preguntado eso a la gitana cuando la tuvo enfrente, pero había recibido tanta información que algo se le tenía que pasar. Ahora ni modo de pedirle a Enrico que volvieran solo para ir a consultarla.

Si alguien en Castilleja pudiera írselo a preguntar... ¿pero quien? Javiercete no, no porque no confiara en su amigo sino porque era demasiado para su capacidad mental. Su padre no estaba enterado, Violeta tampoco... Recordó al cura de la descarga eterna. ¿Era el padre Mikael el único que podía ayudarlo? Estaba lo bastante loco para no tildarlo a él de loco por semejante encargo. Fue por su notebook, la conectó y buscó al padre otaku entre sus contactos.

***

Ahí estaba, como siempre, en el mesenger. Si alguien quisiera escribir el cuento mas corto sobre padres otakus solo tendría que poner: "y cuando despertó el padre otaku aun estaba ahí." Bueno, no era padre otaku en internet, sino MikaElric4ever. Como aquel nick parecía de chica Mikael a veces recibía mails, invitaciones, propuestas y peticiones poco apropiadas para un sacerdote.

Pero cuando vio aquel mensaje depositado hacia 57 minutos, de Teo_de_Haro (siempre estaba conectado como disponible y se iba) la petición le pareció flipante: que fuera a Sevilla a contactar con una mesera con poderes sobrenaturales. Contestó de inmediato que si.

Teo_de_Haro dice:

¡No se ponga como conectado cuando no este! ¿Cuándo puede ir?