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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Quantum physics lead us to answers to the great taboos. We create the world around us; God is every living soul.

La física cuántica nos guía a las respuestas de los grandes tabúes. Nosotros creamos el mundo a nuestro alrededor, dios es cualquier alma viviente. (Kingdom of heaven, Epica, fragmento.)

 

6º  Creamos el mundo a nuestro alrededor.

 

Teodoro estaba acostado sobre las ruinas del altar mayor, casi intacto salvo por un borde. Miraba el cielo iluminado por el débil sol invernal, masticaba una pajita. Observaba las revoluciones de las nubes en lo alto del cielo, esos cirros que presagiaban frío.

Tenía hambre pero no quería ir a casa. ¿Con que cara se le iba a presentar al barón después de la chingadera que hizo? Sacó la notebook de la mochila, le conecto su banda ancha, ese dispositivo hijo del USB y la telefonía móvil que te permite acceder a internet desde cualquier lugar del mundo con la condición de que pagues y haya señal.

Los padres de Teo habían pagado y las ruinas de la abadía había señal. Accedió a su correo: mails de Violeta y spam. ¡Oh, y espera! Un mail de Javiercete. Lo abrió, la mera idea de su mejor amigo escribiendo era flipante. "Hola como estas" era todo lo que decía. Pero viniendo de Javiercete era un exfuerzo intelectual de peso pesado. "Bien gracias" le contestó.

Violeta le contaba sus cosas. Demasiadas. También le mandaba cadenitas, algunas buenas, la mayoría ridiculeces de que el amor te llegara si mandas esto a 30 personas. Anda, una alerta de video. Le picó. Épica en vivo. Le subió el volumen a todo lo que daba. Apartó los ojos de la bella pelirroja enfundada en cuero negro y mejor miró a su alrededor. Symphonic metal y las ruinas de una abadía de 1300: la vida aun era hermosa.

Los monjes y los campesinos que construyeron aquella iglesia hacia casi mil años jamás imaginaron la clase de música, profana, que se escucharía entre sus paredes. Seguramente no imaginaron que ardería pronto. Y el invento que permitía a Teo escuchar música sin que los ejecutantes estuvieran presentes les habría parecido cosa de brujería. De magia.

Niels Henrik David Böhr tampoco imaginó el alcance de las justificaciones filosóficas que encontró para la dualidad onda-partícula de la luz. No supieron lo que hicieron, los hombres que reinventaron el mundo a principios del siglo XX.

Albert Einstein, Max Plank, Niels Böhr, Werner Heisenber, Erwin Schorödinger (y su gato), Wolfgang Pauli, Paul Dirac, Louis de Broglie: los principales.

Friedrich Nietzche quedaba como un bocazas diciendo que el había matado a Dios.

A dios lo mataron los científicos que inventaron la física cuántica. Sin darse cuenta, sin pretensiones porculizantes. Teo sentía simpatía por ellos. Empatía. Eran un grupito de nerds fans de las películas de genero western. Böhr, quien sentía una patológica necesidad de explicárselo todo elaboró una teoría sobre porque el bueno siempre ganaba.

Era simple: el bueno, con la Verdad y la Justicia paradas en el hombro cual loro de pirata, no sentía culpa al tirar del gatillo. El malo, por el contrario, sabiéndose moralmente reprobable, dudaba antes de disparar, y ese segundo de tardanza que el bueno no padecía era el que le hacia perder.

Ingenua, ¿no? Casi tanto como decir que algo solo existe cuando lo vemos. Pero así eran ellos. Genios descomunales que descubrieron todo lo que era posible descubrir. Niños que jugaron con cubitos armables, los cubitos elementales del universo.

Solo Einstein, el humanista y visionario Einstein, vislumbró las gravísimas consecuencias de su juego. Interpretó el papel de Casandra, la profetisa a quien nadie escucha.

"Dios no juega a los dados" solía decir, y Teo tenia la íntima convicción de que Einstein se murió maldiciendo la hora en que abrió la bocota para decir que el tiempo y el espacio eran la misma cosa.

Porque siguiendo su ejemplo otros chiquillos traviesos dijeron que la materia y la energía eran la misma cosa. Otros niños desarrollaron sus ideas, las llevaron hasta la última consecuencia. Niños menos traviesos y más codiciosos.

Su notebook y su banda ancha eran juguetes diseñados por esos niños. Artefactos diseñados con la teoría perfecta que lo explicaba todo. La computadora, inventada como un juguete y entronizada como un dios en una cultura que ya no necesita de dioses para explicarse nada.

Que aburrida seria la existencia cuando hubiera respuestas para todas las preguntas, cuando todo funcionara a la perfección.

Pero, se dijo Teo, las computadoras fallan. Necesitan un sacerdote que les oprima el botón de encendido. Nos deben la existencia, a nosotros, los humanos, que creamos el mundo a nuestro alrededor por el solo hecho de observarlo.

Y tal vez, siguió con optimismo, nunca llegue la perfección porque el humano es imperfecto. Aquello le alegró mucho. Todos cometían errores: el cometía el error de acusar a su tutor como un niño pequeño, la banda ancha fallaba en virtud del mal clima, a la cantante de Épica se le iban unos "gallos".

Justo en aquel momento, cuando la placidez de Teo se regodeaba en los errores y las fallas un misterio, una de aquellas preguntas sin respuesta que el mundo aún atesoraba, tocó sus hombros con sus gélidas manos de espectro y le resopló al oído.

El muchacho abrió los ojos con el corazón saltándole. La respiración helada en su oído fue tan real como las manos transparentes, como de humo solido, que sin embargo eran lo bastante corpóreas para sostener un enorme anillo de colores.

Ambas cosas fueron reales, pero fueron solo durante un segundo. Cuando Teo se sentó y volteó no había nada.

Asustado, con el corazón latiéndole aceleradamente  guardó sus cosas y emprendió el camino al castello, caminando muy de prisa, mirando atrás de tanto en tanto.

Por primera vez se planteó la posibilidad de que acercarse a la abadía no fuera buena idea.

 

***

 

Teodoro se encontró con Enrico a medio camino. El barón venia en su ferrari, a riesgo de estropearle la suspensión en el camino de terracería.

-Sabía que estarías ahí. - le dijo al detenerse a su lado. Teo se quedó cabizbajo - Anda, sube.

El descapotable rojo solo tenía dos plazas: el conductor y el acompañante. Teo se acomodó lo más lejos posible del barón y se quedo calladito. El auto de lujo dio media vuelta.

-¿Cómo estás? - no había reproche ni ira en los enormes ojos azules. Mas bien... preocupación.

-Bien. - mintió Teo - Estaré bien. - aseguró.

-El abogado de mi padre esta haciéndose cargo de todo. De momento me ha prometido que el medico y la trabajadora social serán cesados y los policías puestos en periodo de prueba.

Teo lo miró sorprendido.

-No será... ¿demasiado?

-Es lo que se merecen. - resopló Enrico- Ellos si que te violentaron...

-Barón...

-Dime.

-Lo siento mucho.

Enrico miró al jovencito. Se veía tan apenado, sus ojos estaban brillantes... soltó el volante para abrazarlo. Teo se abrazó a él y se estrecharon con fuerza. El ferrari dio un tumbo y Teo gritó:

-¡El volante!

Enrico lo agarró y siguió conduciendo.

-Lo siento mucho. Me comporte como un niñato...

-Yo también me porte mal. No debí entrar en tu habitación sin tu permiso y... - Enrico de nuevo soltó el volante para gesticular - debí explicarte nuestras creencias y tradiciones... - señaló la abadía, cada vez mas pequeña y atrás.

¿Debería contarle lo de la mano con el anillo?... mejor no.

-Ya no... ya no me fugare a la abadía. - ¿Por qué le dolía tanto decirlo? ¡Acababan de espantarlo ahí!

-Te llevaré el domingo. Haremos un camping y traeré a uno de los del patrimonio cultural para que te explique todo, ¿vale?

Teo asintió.

-Servirá, además, para que nadie crea que te he "llevado al huerto". - Enrico soltó una risa desprovista de alegría.

Teo se fijó mejor en él: nunca había visto al barón así.

-Barón, ¿Por qué insistían tanto en que usted había abusado de mi?

-Por mi fama. - dijo Enrico - Soy bisexual. - lo miró a los ojos - Me gustan ambos sexos y no lo oculto. No es nada de que avergonzarme, pero tampoco de que sentirme orgulloso. No soporto a esos horteros del LGTB. La sexualidad es una elección mas, como el corte de pelo. Como el auto. - acarició su ferrari - Pero mis conservadores vecinos  creen que un bisexual es algo así como un licántropo moderno, un monstruo depredador sexual. Que se esconde detrás de las esquinas para saltarle encima a lo primero que se le ponga enfrente.

-Que estupidez. - dijo Teo.

-Pues si. Hasta se me hacia raro que en el colegio no te hubieran preguntado antes si no me comportaba raro contigo. - lo miró con travesura... ¿o era coquetería? - Cada que alojo a una chica es lo primero que le preguntan... bueno,  el padre Schuffo siempre fue mas razonable, que lo hayan elegido director me parece genial.

-Barón... - Teo quería decirle cosas como no les hagas caso, eres guay, pero lo único que le salió fue - ... le pagaré las sábanas.

-Muy bien. Serán € 250.

Teo tragó saliva. Pero quería hacerlo. Y el barón lo sabia, por eso lo dejaba.

Llegaron al castello. Comieron. Enrico se fue diligentemente por otro lado. Teo recordó que aun no había impreso las fotos de la noche pasada. Cuando lo hizo se llevo otro sobresalto.

 

Continuara...

 

Notas finales:

 

Tratar de explicar las nociones basicas de la fisica cuantica en las notas de un fanfic seria una estulticia. Todo lo que se dice en el fanfic respecto a esto es cierto, si alguien esta interesado en saber mas puede empezar por Wikipedia, una de las mejores enciclopedias que conozco.

Epica es una banda holandesa de symphonic metal muy molona, su cancion Kingdom of heaven, de su mas reciente album Design your universe, ha sido aclamada por la critica como su mejor composicion. A mi me dejo flipando.

El video de esta cancion es el que esta viendo Teo ;)

El enlace abajo:

http://www.youtube.com/watch?v=NPdM6kMp75k

Besos, gracias a quienes me leen, mas a quienes me comentan. Nos leemos el lunes.


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