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El fantasma de la abadía. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Today is the day that I've been waiting for, the day that I have feared so long, the day to walk through the door. I have come to an end, passed the gates of no return. In this day of redemption I've decided to die.

(Hoy es el dia por el que he estado esperando, el dia que he temido por tanto tiempo, el dia de caminar atraves de la puerta. He llegado a un final, atravesado los portales de donde no se regresa. En este dia de redención he decidido morir. - Norther, Day of redemption, fragmento.)

65º Life is meaningful.

    (La vida esta llena de sentido.)

 

 

Durante la cena Enrico le pidió que no bebiera mucho. Sospechando porque se lo pedía le hizo caso, y a eso de la una de la mañana, cuando Ludovico bailaba una danza rusa con su achispada madre se escabulleron.

Enrico lo tomó de las manos y lo condujo al balcón. Abrió las hojas de la puerta. Un aire helado, puro, invadió sus pulmones. La tajadita de luna se alcanzaba todavía a ver y Milán era escenario de mil fiestas cuyos ecos la masa de aire polar absorbía y transmitía, atenuados.

-Se que no te gusto el regalo que te di ahí abajo...

-Para nada, no tenia uno de esos.

Enrico llevó un dedo a sus labios.

-Pero era solo para cubrir las apariencias. Lo que verdaderamente quería darte ya te lo di hace mucho. No tenia nada que darte porque todo lo que tengo es tuyo: mi corazón, mi cuerpo, mi vida...

-Enrico... - el aire frío evitaba que se le salieran las lágrimas.

-Shhh - Enrico deslizó el dedo por sus labios - Soy tuyo; todo tuyo. Yo sé que es cargarte con un peso excesivo, todo yo, pero esa es mi voluntad. No, miento. No es mi voluntad: estaba destinado a ello. Aunque ya no quisiera amarte no podría dejar de hacerlo. No soy dueño de mis actos siquiera: todo me lo inspira el amor. Tu amor. Te amo, y me entrego a ti, oficialmente, sin restricciones, esta noche.

-Enrico...

Enrico apretó sus labios.

-No me importa si tu solo quieres darme la mitad de tu vida. No me importa si ni siquiera eso puedes darme. Yo te amo y te amare sin límites. Sin límites, no hasta que la muerte nos separe. La muerte no podrá separarme, como no pudo separar a Lotario.

¡Joder! Eso si asustó a Teo: si Enrico se quedaba hecho fantasma estaba listo de papeles, porque el ya no podría regresar luego de llevarse a Lotario.

-Mi amor, no digas eso... - recogió sus lagrimas con los dedos - la muerte no separa... - lo abrazó, estaba tan frío.

-No entiendo Teo...

-Un día lo entenderás. Eres tan joven Enrico, tan tierno... - temblaban a la luz de la luna - Yo también te amo. Pase lo que pase recuérdalo, te amo. Como esa verdad no hay otra.

-Pero amor, ¿que va a pasar? No entiendo... ¿tiene que ver con Lotario?

Las preguntas de Enrico eran como dardos que atravesaban el corazón de Teo.

-No tienes que entenderlo, tienes que aceptarlo. Aceptarlo y seguir adelante. Enrico, prométeme que seguirás adelante - Enrico negaba con la cabeza - ¡prométemelo!

Teo gritó alterado. Enrico se espanto.

-Te lo prometo.

Teo sacó el cuter de su bolsillo y se cortó la palma. Luego cogió la palma de Enrico y se la cortó, pegándolas, palma con palma, como el beso santo del peregrino.

-Esta es nuestra promesa Enrico, una promesa de sangre hecha en la oscuridad de la noche. El viento frío del norte es nuestro testigo: lo aceptaras y seguirás adelante.

-Teo... - "¿vas a matarte?" era la pregunta que quería formular, pero las terribles palabras se le ahogaban en la garganta.

-No me hagas preguntas que no puedo responder. - dijo con los ojos fuertemente cerrados, entrelazando los dedos con los suyos, dejando correr la sangre.

Enrico asintió. El también tenía secretos. El también podía ser el factor que precipitara su separación.

Sus labios se buscaron en el frío, se abrazaron dándose calor uno al otro. Poco a poco se alejaron del balcón y del rayo de luna, hasta dejarse caer en el lecho. Enrico se entregaba a él con vehemencia, con ternura. Hacían el amor con el aire frío del exterior calándoles la espalda, los pies, recordándoles que afuera era hostil y que su nidito de amor era frágil, muy frágil.

Enrico enroscó las piernas sobre las nalgas de Teo, se abrazó a él, no quería soltarlo, quería que estuviera adentro de el por el resto de su vida, sobre el, cubriéndolo con su cuerpo, con su calidez. Teo se dejaba querer, si aquella era la última vez quería recordarla para siempre, llevarse para el más allá el aroma del cuello de Enrico y la calidez de su cuerpo. Lo sentía sacudirse de placer, de amor... lágrimas de gratitud bañaron el rostro de su esposo debajo suyo. Le había dado tanto, ¡tanto!... no podría retribuírselo ni aunque lo intentara.

Cuando terminaron dejó su cabeza reposar sobre el cuello de Enrico, abrazado a el hasta que se quedó dormido. El acompasado latido de su corazón lo arrullaba, y aunque no quería dejar de estar así con su amado, se quedó dormido.

Tuvo un sueño. Un sueño recurrente. Un sueño recurrente en el que ya había estado y al que pronto regresaría. La faz de la Guardiana sin rostro era lo último que veía antes de sumirse en la más profunda de las oscuridades.

Y lo escuchaba, lo escuchaba llamarla por su nombre. Estaba perdido en la oscuridad, Lotario estaba perdido en la oscuridad y el no podía hacer nada, solo escucharlo llorar. Escucharlo llamarla por su nombre. Y se sentía tan mal. La impotencia amenazaba con quebrarla, con ahogarla de dolor. El llanto desesperanzado de Lotario, un llanto que hería su alma, un llamado que le partía el corazón. No supo cuanto pasó en ese infierno de impotencia, donde creía volverse loco. Loco. Seguían llorando, y llamándolo por su nombre. ¿Pero era la voz de Enrico? Si, era él... ¿o era Lotario? Enrico y Lotario se confundían en su dolor. Enloqueciéndolo de impotencia. Pero el dolor más agudo se alzó sobre el otro. Su nombre fue pronunciado por la voz que más lo necesitaba.

Se dirigía a donde la voz de Enrico salía y le decía lo siento, no puedo ser para ti. Lo siento. Y acudía al llamado de Lotario, a calmar su llanto. Y seguía sintiendo impotencia por la otra voz que lo lloraba en la oscuridad.

Despertó. Por el intenso frío, calculó que debía faltar poco para el alba. El alba de Navidad. No iba poder acudir a misa. Menos mal que el padre Mikael ya lo había absuelto por anticipado de todos los pecados que cometiera hasta el domingo.

Era hora: no podía soportarlo más, o iba a perder la razón.

Oscar Wilde dijo una vez que Dios escucha a las niñas de corazón puro. Teo confiaba en que aquello fuese cierto, y valido también para los niños.

De todo corazón, desde lo más profundo de su alma, rogó por muerte. Muerte, muerte, muerte! ¡Ven a mí! Era casi placentero pedir algo con tanta intensidad. Sus músculos vibraban, temblaba sobre la cama, cada vez mas rápido, cada vez más fuerte, como en la apertura de una opera.

Hasta que sucedió: sintió abrirse la gloria, pudo visualizarla como una puerta que se abría de par en par. Su espalda se arqueó mientras exhalaba con la boca muy abierta. Insistió en su ruego a Dios y el Todopoderoso separó su alma de su cuerpo. No dolió, fue mas como una caricia. La dulce vida se desvaneció en el aire.

 

 

*

**

***

 

At the gates of Manala.

 

 

Teo se sintió de pronto tan liviano. Se atrevió a abrir los ojos.

Lo primero que vio fue a Enrico, dormido, estático, como un ángel congelado. Después miró su cuerpo unido al de Enrico. Se volteó con violencia. Apretó puños y parpados.

Llamó a Lotario. Nada mas arribar, se dio cuenta de lo que su amigo habia hecho.

-Teodora, ¿¡que has hecho?!

-Lo que tenía que hacer. - replicó con su típica sonrisa agridulce.

-¡Teo! - Lotario se le abrazó. Sentía su alma más unida que nunca a la de su amor. -¿Por qué lo hiciste amor mío? No debiste, la vida era dulce para contigo.

-Ni tan dulce, pues la veteaba de amargura saberte infeliz. Ven amigo mío, es tiempo de llevarte al paraíso. No tengas pena, me hace mas feliz hacerte feliz a ti que hacerlo feliz a él.

En aquel momento Lotario fue más feliz que nunca. Su amada lo prefería a él e irían juntos al paraíso. Una expresión de absoluta felicidad estuvo a punto de dibujarse en su cara, pero se frustró al recordar a Enrico, al considerar su dolor y su pérdida. Se frustró porque la perfecta alegría no existe en este mundo.

-¿No vas a despedirte de él?

-Si lo hago no tendré fuerzas para seguir adelante. - suspiró.

Luego agarró aire. Agarró fuerza. El instinto y el recuerdo la guiaron al túnel, ultimo auxilio de su cuerpo mortal. Cogió con fuerza a Lotario.

-No te separes de mí.

-No lo haré.

Cogieron velocidad. La vida de Teo desfilaba rápida. ¿Cómo podía haber tantos momentos dignos de recuerdo con lo breve que había sido? Lotario se aferraba a él, sentía miedo, miedo de las manitas que se extendían y trataban de agarrarlo. Trastabilló al llegar al final del túnel y caer en la explanada blanca. Teo no, tenía experiencia. Lo sostuvo. Delante de ellos se alzaba una enorme puerta. Al buscar a la Guardiana se encontró con una silueta de hombre sin rostro. Sonrió. Por supuesto que tenia que ser un Guardián, pues esta vez era un hombre.

-Así que volviste con tu amigo.

-Te dije que lo haría.

Lotario se refugiaba en los brazos de Teo. Aquella silueta desconocida le daba miedo. Le extrañó que Teo le sonriera, y más le extrañó cuando una boca, un esbozo de boca, apareció en la faz de la silueta para devolverle la sonrisa.

-Supongo que quieren pasar.

-Supones bien. Vamos, Lotario. - lo animó Teo - No hay nada que temer. Esto es solo la siguiente aventura.

Lotario confió en él, inclinando su cabeza contra su hombro. El Guardián sin rostro se apartó y la puerta se abrió de par en par, más luminosa que mil supernovas, más luminosa que la creación del universo. Tomados de la mano, Teo y Lotario entraron en ella.

 

 

***

**

*

 

 

La sensación de haber llorado toda la noche se aunaba al presentimiento de que algo había sucedido. No quiso abrir los ojos hasta asegurarse, por el tacto, de que Teo todavía estaba con él. Estaba entre sus brazos, sentía su peso sobre el pecho. Sonrió. Abrió los ojos. Acarició la cabeza de Teo, su mejilla... estaba fría. Un escalofrío lo recorrió; se incorporó. Vio el balcón abierto y suspiró aliviado. La ventana, la estúpida ventana... se llevó la mano al rostro para cubrírselo como hacia siempre que se sentía tonto. Y sintió que no estaba tan frío.

Llevó su mano al pecho de Teo y lo sintió inmóvil, tibio apenas. La realidad cayó sobre el como una pesada cortina. Lágrimas de puro dolor cayeron sobre el rostro sin vida de Teo, silentes, nacidas de un dolor tan grande que no podía expresarse con ruido.

Su Teo. Acarició sus ojos, peinó sus cejas. Estaba muerto, se le notaba en la cara. Su carita. Tenía una expresión entre la dicha y el dolor. Hasta ese momento, Enrico cayó en cuenta de que jamás había visto a su esposo con una expresión que pudiese calificar como de pura alegría. Siempre había un toque agridulce, incluso el día de su boda.

Supo que Lotario tampoco estaba más en este mundo: su alma sentía dos perdidas. No podía enojarse con ellos por haberse ido. Pero le hubiera gustado que lo llevaran con él. Al sonarse los mocos con la mano se fijó en su corte, recordó su promesa. ¡Vaya si Teo le había encomendado una tarea difícil! Aceptarlo y seguir adelante, con el amor que sentía por el como único impulso.

No dudaba de que bastara. Ese amor era tan grande. Cuando por fin pudo hablar reprocho dulcemente al cadáver de Teo:

-Al final te fuiste sin decirme adiós.

 

Continuará...

 

Notas finales:

I've been living to see you, dying to see you, but it shouldn't be like this... This was unexpected, what do I do now?  Could we start again please?

(He vivido solo para verte, muriendome por verte, pero esto no deberia ser asi... Esto fue inesperado, ¿Qué hare ahora? ¿Podemos empezar de nuevo, por favor? - Jesucristo superestrella, Could we start again, please?, fragmento.)

Could we start again link - http://www.youtube.com/watch?v=aiOkdne9eMk

At the gates of Manala (Apocalyptica, 7th symphony) link - http://www.youtube.com/watch?v=O12M7DK745Q

Day of redemption link - http://www.youtube.com/watch?v=LpB2efs9SB4

Dudas, aclaraciones, comentarios, lo que sea menos peticiones de que Teo y/o Lotario resusiten, en el cuadrito que pone review.

Por cierto que hoy me he emocionado con los revies, tengo 333! tres tres!

PD: El Tesoro de Shion, el secreto de la Amatista de plata, (la mejor novela de esta pagina y de todas, a mi criterio) esta llegando a su fin tambien.


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