Observo el desconcierto en la cara del albino al verle llegar con quien menos esperaba; luego le vio quedarse ahí sin moverse.
¿Acaso había sido tanto el shock?
No, no era para tanto…. ¿o sí?
Comenzó a preocuparse un poco; pero antes de que pudiese hacer o decir algo, la niña se acerco al inglés, sacándole de su momentáneo trance.
-okaerinasai Yume- le sonrió dulcemente y le acaricio la cabeza un poco
-che- exclamo molesto, se adentro al cuarto de baño encerrándose, necesitaba relajarse y pensar un poco.
Se quito la ropa y entro a la regadera poniendo en claro sus pensamientos
-estúpido moyashi- exclamo mientras el agua caía sobre su cuerpo desnudo; cerró los ojos.
¿Cómo era posible que el brote de habas tuviera tal control sobre él?
Es decir, el no quería hijos y se había molestado con su garbanzo por decir que quería uno
¿Qué no estaban bien así? ¿Solo ellos dos?
Y el estúpido perro claro….pero ese no contaba…
Sabía que tener un hijo era una gran responsabilidad; tendrían que ajustar sus horarios para poder cuidarle, también sabía que un hijo requería de muchas cosas, tales como: ropa, uno que otro juguete, comida, educación, amor, atención, mucha pero mucha paciencia (cosa que no tenía); además de muchas otras cosas.
Pero sobre todo; tendría que compartir a SU moyashi; ya tenía suficiente con compartirlo con el estúpido perro como para compartirlo con alguien más; además de que pasaban cada vez menos tiempo juntos; por lo que con un hijo, su tiempo juntos seria poco o nulo…y eso solo significaba una cosa; la más importante de todas y por la que se había negado rotundamente a tener uno….
Ya no podrían tener sexo desenfrenado en cualquier parte de la casa; dígase la cocina, la sala, el pasillo, la mesa, el recibidor, el sillón; podrían seguir haciéndolo en la recamara y tal vez en el baño pero no seria de la misma manera con un niño en casa.
Chasqueo la lengua molesto mientras el agua seguía cayendo sobre su cuerpo.
Siendo sinceros él NO quería ni necesitaba un hijo pero; por alguna extraña razón que no alcanzaba a comprender del todo, a el moyashi le hacía mucha ilusión tenerlo y aun más si se trataba de aquella niña.
Pudo ver en sus ojos el anhelo, el deseo y la esperanza y sintió una extraña sensación en el pecho. Era algo que deseaba más que nada y él se lo daría; ¡diablos! lo haría aunque estuviera en contra y por mucho que la idea le desagradara; lo haría, ¡maldita sea! Lo haría; porque le importaba; porque le gustaba verle sonreír.
Quería hacerlo feliz, verle feliz…
Pero sobre todo, lo haría porque lo amaba; lo amaba más de lo que quisiera hacerlo.
Volvió a chasquear la lengua ¿Cómo era posible que el albino le hubiera cambiando tanto?
¿En qué momento se hizo débil ante él? ¿Cuándo se había enamorado perdidamente de alguien así?
*flashback*
-¿Por qué quieres un hijo?- escucho preguntar a su pareja quien ni siquiera le veía, y seguía comiendo sin expresión alguna en el rostro
-quiero ser padre- respondió con una sonrisa triste
-¿por qué tan de repente?- pregunto el mayor aun sin verle pero sin dejar de comer
-no es de repente…llevo tiempo pensándolo…- dijo mirando el plato de comida
-tsk- chasqueo la lengua molesto –no es fácil adoptar un escuincle cualquiera- dijo tajantemente
-no es un niño cualquiera…es Yume- contesto algo molesto
-¿Quién es Yume? – arqueo una ceja
-es una niña del hospital….-
-todo el día convives con mocosos ¿para qué quieres uno?- le pregunto un poco molesto
-no es uno, es ella; quiero darle un hogar junto a la persona que amo- le miro fijamente. El japonés no dijo nada por unos momentos volviendo a ese tan incomodo silencio.
-¿has pensado en que será para ella tener 2 padres?- dejo los palillos de lado y le miro seriamente, el albino no respondió nada, solo asintió levemente con la vista fija en la mesa - ¿sabes lo que pasara cuando vaya a la escuela y los niños se burlen de ella por tener 2 papás maricas?-
-lo sé pero…- no pudo terminar la oración pues fue interrumpido por la voz del mayor
-¿te das acaso cuenta de lo que estas pidiendo?- pregunto de nuevo
-sí, pero…- alzo la vista para verle pero de nuevo fue interrumpido
-¿Y si me niego?- el mayor se cruzo de brazos y le miro muy fríamente
El albino sabía desde un principio que algo así podría pasar pero, muy en el fondo quería creer que, el japonés le apoyaría…aunque fuera un poco…
Que equivocado estaba…
-no quiero hijos - fue lo que escucho a continuación
-yo sería quien la adoptaría y seria su tutor, solo necesito tu aprobación ya que eres mi pareja y…- se levanto de la mesa de golpe mientras decía aquello y le miraba esperanzado…sin embargo… de nuevo no pudo terminar de hablar ya que el pelilargo había tomado de nuevo la palabra
-me niego- fue la respuesta que dio antes de salir completamente molesto.
*fin flashback*
Después de que salió molesto, camino sin rumbo un buen rato, llegando a un parque; ese mismo donde se habían conocido años atrás. Se sentó en una banca; perdiendo su vista en las nubes.
De repente el viento comenzó a soplar y recordó aquel día cuando le vio por primera vez; observo el parque y se dio cuenta de algo. Era exactamente la misma banca en la que se encontraba cuando él llego a su vida. Soltó una sonrisa irónica. Se puso de pie marchándose el lugar.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que había llegado al hospital central, el lugar donde el menor trabajaba. Se pregunto qué demonios hacia ahí. Entro y, sin importarle nada; empezó a buscar al albino con la vista; le encontró caminando cabizbajo hacia el área de pediatría. Le vio entrar y cambiar su expresión con la niña que ahí se encontraba.
Así que esa era Yume. Observo la escena un buen rato, cuando la niña le miro atenta y le sonrió; se dio cuenta entonces que debía marcharse antes de que el otro le viese.
Le costó mucho trabajo, pero después de aquello; se dirigió al lugar que sabía que tenía que ir.
*flashback*
-¡Yuu -chan!- le llamo en un tono Muy meloso cierto pelirrojo mientras corría hacia él; siendo recibido por…un puñetazo.
-che no me jodas ahorita imbécil; no tengo tiempo para tus estupideces- entro en el lugar. El segundo hogar del moyashi; Black orden.
-¡Yuu-chan! ¡¿Por qué eres tan malo conmigo?!- comenzó un semi berrinche acercándose de nuevo al japonés. El cual solo se detuvo, lo sujeto por el cuello alzándolo un poco y si las iradas mataran; Lavi hubiera sido asesinado un sin numero de veces en tan solo unos segundos.
-vuelve a llamarme así y te mato sin chistar – lo soltó después de eso; dejándolo caer al piso y dirigiéndose a la oficina de Komui.
Entro a lugar y como de costumbre estaba hecho un tiradero. En medio de todo ese desastre estaba lo que podría ser un escritorio, y sobre este se encontraba lo que se podía decir un “humano”. Se abrió paso entre el motón de hojas y llego hasta el escritorio, quedando frente al supuesto humano que dormía (como de costumbre).
-tsk- no tenía mucha paciencia; por lo que opto por el práctico y súper rápido remedio para despertarlo. No, no era “Lenalee se va a casar”. Era uno que a Kanda le funcionaba de maravilla.
Se hizo un poco para atrás, levanto el pie y…pateo con fuerza el escritorio, fue tanta la fuerza usada que el escritorio se volteo cayendo encima del hombre de lentes.
Un rato después….
-¿se puede saber que te trae aquí Kanda-kun?- se acomodo las gafas
-che…Quiero que hagas algo de utilidad- estaba cruzado de brazos, sentado frente a el
-no deberías ser tan grosero Kanda-kun…. ¿y bien que puedo hacer por ti?- le sonrió amablemente
-Yume- dijo secamente
-¿Yume? –
-che ¿estará aquí o no una niña llamada Yume?- dijo con poca paciencia
-mmm…déjame revisar…- movió el montón de hojas sobre el escritorio buscando -¡ha, aquí esta! – Exclamo sacando unos papeles desde abajo –Veamos ¿es esta niña Kanda?- le mostro la fotografía anexa a los papeles, el japonés asintió al verla –bien pero se podría saber ¿para qué quieres saber de esta niña?- solo hubo silencio -¿Kanda-kun?- no obtuvo respuesta de nuevo.
El japonés solo estaba ahí sentado con los brazos cruzados y con los ojos cerrados. Fue entonces cuando el cerebro de Komui empezó a atar cabos.
-¿acaso quiere adoptarla Kanda?- nuevamente no obtuvo respuesta. Los ojos del chino adquirieron un brillo – ¡eso es muy lindo viniendo de ti! ¡¿Quién diría que alguien como tu fuese capaz de esto?! Seguro es por Allen-kun- exclamo con una expresión bastante tonta en el rostro. Dejo de hacerlo cuando sintió que su vida corría peligro. Rio nervioso.
-che ¿Qué es lo que tengo que hacer?- el hombre de lentes tosió un poco acarándose la garganta.
-Básicamente tienes que cumplir ciertos requisitos y procesos para poder adoptar ¿estás seguro de que quieres empezar los tramites?- pregunto bastante sorprendido el hombre de gafas tras el escritorio.
La persona frente a él asintió.
-bien primero tienes que llenar esta solicitud para tu certificado de idoneidad*; después te haremos una valoración y algunas pruebas físicas y mentales…créeme que no será un proceso fácil ni corto, podría tardar mucho tiempo y…-
-por eso vine porque quiero que tú hagas algo más rápido…-interrumpió la persona frente a él
-francamente no sé si podría ayudarte a acelerar el proceso pero hare lo que esté a mi alcance- se acomodo las gafas y mira nuevamente las hojas que se encontraban sobre su escritorio leyéndolas detenidamente….-Yume Asami…- susurro para sí, esa niña llegaría a Black Orden en unos días y ya iba a ser adoptada… -dime ¿por qué quieres adoptarla precisamente a ella?- le observo esperando su respuesta…
Mas sin embargo, no hubo respuesta de esa persona
-está bien si no quieres decirlo, créeme que nunca me hubiera esperado esto de ti pero me hace muy feliz la idea- le salieron corazoncitos y se movió de un lado a otro graciosamente después dejo de hacerlo, se aclaro la garganta un poco y prosiguió -empezaremos cuanto antes….- sonrio de medio lado; recibió todas las indicaciones y se puso de pie.
-si le dices algo a alguien, principalmente al moyashi…- comenzó a amenazarle
-soy una tumba- rio nervioso; y _Kanda se marcho de ahí volviendo a dejar en k.o. a un pelirrojo curioso.
*fin flashback*
Una vez que hubo empezado los tramites, se dedico a buscar un lugar más grande, estuvo buscando mucho y la verdad es que terminaba cansándose de aquello, ningún lugar le parecía el apropiado, hasta que encontró uno que le parecía el adecuado, era más grande que el lugar donde vivían y se encontraba cerca del hospital de albino. Decidió que ese sería su nuevo hogar.
Y lo demás…es historia….
Completo todo lo necesario para poder adoptarla y…
*flashback ese mismo día*
-bueno aquí está la pequeña Yume- se acerco Komui con la niña tomada de la mano, la cual caminaba insegura.
-che- exclamo y observo a la pequeña
-Yume-chan este es Kanda-kun, él quiere adoptarte- la niña le miro detenidamente y después le brindo una sonrisa muy dulce. Como odiaba esa sonrisa. –escucha Kanda-kun tienes que cuidarla muy bien, o de lo contrario mama Allen no te lo perdonara- puso de nuevo esa expresión tonta.
El japonés le miro asesinamente, Komui recupero la compostura cuando de repente…
-¡Yuu-chan va a hacer al moyashi-chan mama!- llego un muy alegre pelirrojo que termino semimuerto en el piso. Noto como la niña se divertía de aquello.
-vamos- exclamo Kanda haciendo una señal con la cabeza, tomando las cosas de la niña y dando la vuelta caminando a la salida; la pequeña hizo una reverencia a Komui y siguió muy feliz al japonés, tomándole de la mano.
-che- exclamo y se marcho junto a ella en dirección a su nuevo hogar.
*fin flashback*
Estúpidos sentimientos que le obligaban a hacer ese tipo de cosas.
Estúpido conejo que no entendía cuando debería cerrar el hocico.
Estúpido perro que no hacía más que joderle la vida, maldecía el día que lo había encontrado. Y se maldecía por haber pensado que era un buen regalo para el moyashi.
Pero sobre todo; estúpido moyashi que le hacía tan vulnerable y débil.