Salió de la ducha, se vistió y se dirigió a la sala.
-vamos- ordeno al par que ahí se encontraba, ambos le miraron por unos instantes para después mirarse entre sí –che ¿vienen o no?- sin más que decir, salió de la sala dirigiéndose a la salida sabiendo que le seguirían.
El par que en la sala se encontraba hasta hace unos minutos antes, se dirigió hacia la salida y sin más, se alistaron para salir a donde fuera que fuesen.
-Kanda ¿A dónde vamos?- pregunto el albino ya fuera de su departamento
-che, necesitara un par de cosas- señalo a la pequeña, la cual solo les miraba.
El albino por su parte esbozo una sonrisa, se encontraba muy feliz de que Kanda estuviese siendo considerado con la pequeña, eso era algo extraño viniendo de su parte pero no iba a quejarse.
Así fue como los 3 partieron rumbo al centro comercial más cercano, claro que era Kanda caminado por delante seguido de Allen y la niña. Yume se sentía muy feliz y emocionada, por lo que, se acerco hasta el japonés y le tomo de la mano sonriéndole tiernamente. El mayor observo de reojo a la pequeña, exclamo su típico “che” y se soltó del agarre de la menor adelantando el paso.
Yume entristeció y detuvo su andar, el albino quien, hasta ese momento había sido solo un mero espectador se acerco a la pequeña dándole la mano y brindándole su típica sonrisa.
-vamos o nos dejara atrás- la menor le miro por unos instantes antes de tomar su mano y asentir con la cabeza y empezar de nuevo su camino.
“será un día muy largo…” fue el pensamiento de un albino y de cierto japonés malhumorado mientras caminaba a su destino
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Habían pasado todo el día comprando algunas cosas para Yume, desde ropa, uno que otro juguete, uno que otro mueble, etc. Ahora los 3 se encontraban de camino a casa cargando las cosas que pudieron llevarse. Y cierto japonés iba con una enorme venita en la frente y no era para más debido al día tan “interesante” que habían tenido…
*flashback*
-Kanda podrías acompañar a Yume al baño- dijo el albino que traía consigo un montón de bolsas
-che ¿Por qué tengo que hacerlo yo?- pregunto malhumorado
-por favor Kanda, yo iré a pagar todo esto mientras le llevas ¿sí?- dijo aun sosteniendo las cosas que poco a poco comenzaban a resbalarse
-che ¿Cómo diablos sabes que quiere ir si ni siquiera habla?- exclamo con fastidio
-te la encargo, los veré después cerca de las cajas- sin más el albino se retiro directo a la caja más cercana a pagar el montón de cosas que habían comprado dejando al japonés con la pequeña.
Kanda sintió que su manga era sujetada, bajo la vista y vio como la pequeña le miraba un tanto suplicante ¿era en serio? Un ligero tic apareció en su ojo
-che- exclamo dirigiéndose rumbo a los baños seguido de la niña, la cual se había sujetado a su abrigo con tal de no perderse en aquel lugar. El japonés solo le veía de reojo sin decir nada.
Después de unos pocos minutos llegaron a la puerta de los baños.
-che ¿Qué esperas para entrar?- se cruzo de brazos recargándose en una pared cercana, por su parte la menor miraba la entrada y después le miraba a él, luego a la entrado y a él, así se la paso unos segundos hasta que…
-no voy a entrar contigo- dijo tajante el peli largo, sin embargo la niña le seguía mirando de esa forma –no voy a hacerlo, tu ya deberías saber ir sola- respondió secamente, por supuesto que no la iba a acompañar ¡era un hombre! ¡Y ese era el baño de mujeres! De ninguna manera entraría, eso jamás pasaría ¡o su nombre dejaba de ser Yu Kanda!
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Yume se encontraba intentando lavarse las manos dentro del baño, pero el lava manos era muy alto, por lo cual no alcanzaba. A su lado se encontraba cierto japonés malhumorado cruzado de brazos, con una enorme venita en la frente.
“¿Cómo diablos termine cediendo?” se preguntaba una y otra vez, ya que había terminado entrando junto con la pequeña a los baños de mujeres. Pero para su suerte no había entrado ni salido nadie, así que nadie pudo haberle visto.
Observo como la niña tenía problemas para el aseo de las manos, harto de esto, se acerco a ella cargándola un poco para que pudiera alcanzar; Yume se sorprendió un poco, pero después sonrió.
-che date prisa que pesas- la niña asintió con la cabeza y comenzó a lavarse. De repente la puerta del baño se abrió y Kanda se tenso levemente ¿Qué explicación pondría cuando le vieran ahí? Seguramente gritarían como viejas histéricas y luego lo acusarían de pervertido y todas esas cosas.
Un par de personas entraron y cerró con fuerza los ojos pensando en una salida rápida a esa situación. ¿Qué debería hacer?
-oh, mira que tierno, la mama ayuda a la hija a lavarse- exclamo una de esas personas
-tiene razón, debe ser una mama muy cariñosa- exclamo la otra
Yume sonreía ante lo dicho mientras que un aura asesina empezaba a formarse cerca a ella. El responsable de esta volteo de manera algo siniestra a mirar a ambas mujeres que recién habían entrado, sobra decir que las mujeres salieron volando del baño ante tal amenaza.
Después de aquello se corrió el rumor que en los baños femeninos había un espíritu de una mujer vengativa. Sobra decir que nadie más volvió a entrar a esos baños en todo lo que quedo del día…
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Caminaba de regreso al área de cajas, como siempre era Kanda por delante y la niña siguiéndole muy de cerca; de nueva cuenta la pequeña se acerco a él tomándole una parte de la manga del abrigo, pues no quería perderse. Kanda chasqueo la lengua y siguió caminado hasta sintió como su manga era jalada y detuvo su andar volteando a observar a la pequeña. Ésta se encontraba con la vista fija en algo, busco con la mirada lo que ella veía y dio con un singular objeto.
Lo que ella veía era una pila de peluches un tanto extraños, es decir ¿Qué clase de niño querría un peluche de algo redondo con ojos y nada más? ¿Qué clase de padres le comprarían a su hijo e….
Giro su vista hacia Yume y noto como miraba con cierta curiosidad y a la vez con cierto anhelo aquellas cosas. Kanda la observo por algunos segundos para después decir algo.
-¿de verdad quieres “eso”?- señalo con un ligero tic a los peluches extraños. La menor volteo a verle y se noto en su mirada indecisión, ella de verdad quería uno de eso pero no quería molestar al japonés, negó con la cabeza para después sonreírle.
-che- exclamo con cierto enfado –si lo quieres tómalo de una vez y vámonos- la niña se sorprendió por aquello ya que el mayor a su punto de vista, parecía una persona que no solían dar ese tipo de detalles, por eso le miro con cierta confusión. –Agarra el estúpido muñeco y larguémonos de aquí de una vez- exclamo cruzándose de brazos y mirando a otro lado.
Los ojos de la niña se abrieron un poco y en su rostro se vislumbro una alegría, se acerco a la pila de peluches y tomo uno de color azul claro de entre varios que había ahí. Kanda chasqueo la lengua ¿Por qué cedía tan fácilmente?
-oh ¡mira qué lindo! su mama le está comprando un muñeco de la familia dango- exclamo una joven
-sí, se nota que su mama le quiere mucho- exclamo su acompañante
Sobra decir que otra enorme venita apareció en la frente de Kanda junto con el aura asesina. Las mujeres sintieron un leve escalofrió recorrerles el cuerpo. El japonés jalo a la niña llevándosela de ahí para poder pagar el estúpido muñeco y largarse lo más pronto posible.
Se acerco a la caja y le atendió una mujer joven.
-bunas tardes ¿es todo lo que va a llevar? ¿Encontró lo que necesitaba?- pregunto ella amablemente.
Kanda no respondió, solo chasqueo la lengua y miro a la niña indicándole que soltara el estúpido peluche para poder pagarlo. La niña asintió y entrego el muñeco para que pasaran el precio.
-aquí tienes- la mujer le sonrió a la niña entregándole el peluche-tiene usted una hija muy linda- dijo esto mirando a Kanda- es igual de linda que su mama- dijo esto último aun mirando al peli largo.
¿Acaso le había dicho “mama”? ¡¿Le había llamado MAMA?!
De nueva cuenta el aura asesina hizo acto de presencia…
Sobra decir que los rumores de la mujer vengativa se extendieron hasta por todo el lugar y sus alrededores….
*fin flashback*
Apretó con fuerza las bolsas que llevaba consigo al recordar aquello ¿Cómo era posible que le confundieran con una mujer? ¡¿Qué acaso estaban ciegos los pendejos?! ¡¿O que mierda tenían en la cabeza?!
Seguía caminando como de costumbre delante del par que le acompañaban hecho una furia por lo que había ocurrido ese día. Sin embargo su mente se calmo momentáneamente cuando sintió un agarre en su mano libre. Miro de reojo y observo como la niña caminaba sin mirarle solo observando el suelo.
Detrás de ellos, el albino observaba la escena y antes de que cualquier otra cosa pasara, se acerco a ella y tomo de la otra mano a Yume, el peli largo le observo y éste solo le brindo una sonrisa. Kanda no se quejo, y así los 3 caminaron de regreso a casa…
-pero que linda familia- exclamo una anciano que por ahí pasaba
-tienes razón, aunque su papa se ve muy joven y tiene el cabello canoso…- exclamo una anciana que acompañaba al hombre - aunque la pequeña no se parece a él, más bien diría que es idéntica a su mama- dijo sonriendo
-Kanda…- sonrió nervioso el albino sintiendo el aura asesina que emanaba de su pareja, quien termino explotando y…
Bueno digamos que las consecuencias las termino pagando cierto albino durante su “tiempo juntos” esa misma noche…Claro tenía que demostrar que si tenía cojones….esa sería una larga noche…principalmente para el moyashi…
