Si había algo que a Yuu Kanda le molestara más que otra cosa, más que el estúpido conejo, más que casi todas las cosas, era el estúpido perro.
Desde que había llegado a sus vidas, se había dedicado a joderle la existencia en más de una forma; no solo mordía los muebles, rompía las cosas (principalmente las de Kanda), mordía/orinaba el calzado del japonés, les interrumpía en contadas ocasiones mientras tenían relaciones, se restregaba sobre la ropa limpia, bueno un sinfín de cosas habidas y por haber.
Aquella mañana, a Kanda se le había hecho un poco tarde para ir al trabajo ¿la razón?
Ejem…bueno digamos que encontró una forma muy “practica” de despertar a su moyashi, una cosa llevo a la otra y…ahora estaba retrasado
Tomo sus cosas entre manos, se dirigió a la entrada, se coloco los zapatos, sintiendo una húmeda extraña en ellos, una venita apareció en su sien, ese ya era el colmo de los colmos
Y, como si eso no bastase, escucho un sonido un tanto peculiar proveniente de la sala, sabía que no sería nada bueno(al menos para él), se dirigió rápidamente al lugar donde provenían aquellos ruidos y se quedo mudo al ver lo que ahí pasaba, el lindo Tim, había sacado a Mugen y ahora no dejaba de mordisquearla mientras la sujetaba entre sus patas y soltaba ligeros gruñidos.
-deja de morder a Mugen perro del demonio- se acerco corriendo al animal e intento quitarle a Mugen del hocico, el perro se resistió y forcejeo mucho
-Kanda ¿Qué es lo que está pasando?- apareció de repente, en el marco de la puerta -¡Ha! ¡Tim deja eso!- se acerco a ellos mientras continuaba el forcejeo, el animalito soltó a Mugen haciendo que Kanda cayera al piso, éste observo a Mugen, la funda y el mango se encontraban completamente mordisqueadas.
Definitivamente mataría a ese perro, desenfundo su espada, mirando con completo odio al objeto de sus pesadillas, se levanto y comenzó a acercase a él, el albino al notar esto se interpuso entre ambos
-no lo hagas Kanda, sabes que Tim no lo hizo a propósito- ahí iba otra vez la patética escusa de siempre, el japonés chasqueo la lengua molesto
-hazte a un lado moyashi o te degolló con todo y perro- amenazó, pero el otro no se movió pata nada
Le volvió a amenazar, pero de nuevo no se movió, estaba dispuesto a defender al animal a toda costa, el mayor bufo molesto, guardo su katana y antes de que el albino dijera algo, se dirigió a la salida
-esto no se quedara así moyashi- le dijo pasando por un lado suyo y abandonando la sala y marchándose a trabajar. Allen suspiro cansado, sabía que lo pagaría de nueva cuenta al modo del japonés, no es que le disgustase del todo, pero su trasero era el que terminaba pagando. Giro su vista hacia su mascota y le miro seriamente
-sabes que no debes hacer eso y sin embargo lo sigues haciendo ¿acaso te gusta verme sufrir?- le reclamo a modo de puchero, el animal solo movía la cola mientras le miraba -¿Qué voy a hacer contigo?- se llevo su mano hacia su frente negando con la cabeza.
Unos días después….
Las vacaciones habían llegado y ese día habían decidió salir a dar un paseo temprano y almorzar algo fuera. Habían decidido llevar consigo al lindo Tim, el cual se había mostrado tranquilo (bajo amenaza de Kanda claro) y hasta ese momento no había hecho nada extraño, se había comportado decentemente.
Así pues, después de un rato de caminata, fueron a almorzar algo en uno de esos restaurantes en donde las mesas se encontraban al aire libre, tanto las mesas como las sillas estaban hechas de madera con algunos acabados.
Se acercaron a una de ellas, tomaron asiento y amarraron a Tim en la parte de debajo de la mesa para que no hiciera de las suyas
-mas te vale comportarte- le miro amenazante el japonés por debajo de la mesa, el perro tan solo le observo. Kanda se incorporo un poco y así los 3 comenzaron a ordenar lo que iban a comer. Al cabo de un rato, sus pedidos llegaron y fueron colocados sobre la mesa (los de Kanda y Yume porque los de Allen fueron puestos en un carrito debido a la cantidad tan exagerada).
Al olfatear la comida, Tim se levanto y se sentó a un lado del mayor, le ladro y movió la cola haciéndole entender que quería probar de lo que fuera a comer
-púdrete jodido animal del demonio- fue la contestación que obtuvo a su suplica
El animal rasguño ligeramente la pierna del japonés y chillo un poco
-che- el mayor volteo en otra dirección fingiendo que no le había visto ni escuchado, de ningún modo le daría nada, la niña observo la escena, tomo un poco de su almuerzo –ni siquiera lo pienses- le respondió el mayor ante lo que iba a hacer, ella se detuvo y de inmediato giro su vista hacia el albino
- lo siento Yume le daremos cuando lleguemos a casa- respondió el otro con una sonrisa y una ligera gotita en su cabeza
La mascota chillo de nuevo y agacho la cabeza
-itadakimasu- exclamo feliz el albino con gran felicidad y con unos cuantos platos en la mesa y en tenedor en la mano, el japonés lo dijo en un tono más bajo y en un porte serio, mientras que la menor solo junto sus manos y cerro unos instantes sus ojos antes de probar bocado.
El primero en clavarle el tenedor a la comida fue el albino, pero cuando lo hizo, la mesa donde se encontraba la comida fue jalada causando que todos los platillos se cayeran al piso
-¡TIM!- se paro rápidamente de su asiento llamando a su mascota, la cual se había echado a correr persiguiendo una mariposa que había pasado volando por el lugar –Yume quédate aquí y no te muevas- se fue corriendo detrás del perro y Kanda se fue tras él para poder atrapar al animal, el cual era más escurridizo que una lombriz.
Al cabo de un par de horas de haber perseguido a Tim, regresaron al restaurante, pidieron disculpas y tuvieron que pagar todos los daños hechos más la comida que se había desperdiciado.
En la noche…
-debemos hacer algo con tu estúpido perro- exclamó el japonés, el cual se encontraba sentado en la mesa tomando una taza de té
-lo sé pero ya no se qué hacer con él- suspiro cansado el otro mientras tomaba asiento frente a el
-el imbécil de Mustang me dio informes sobre una escuela de entrenamiento- le miro fijamente
-suena bien pero me pregunto si funcionara….ya sabes Tim es…bueno es Tim- dijo con resignación y giro la taza de té entre sus manos
-el animal del demonio esta fuera de control- bebió un poco de té
-está bien ¿Qué podríamos perder?- comento un poco más convencido de ello, solo esperaba que con eso pudieran controlar a Tim
Un par de días después…
-bueno señores déjenme ver si entendí bien- comento una mujer de edad mediana, un tanto robusta, de cabellos recogido en una trenza, era de cabellos castaños y ojos del mismo color- el perro ha roto cosas, se ha orinado en loso zapatos, ha rasguñado y mordido varios objetos, la mayoría suyas- señalo a Kanda-una conducta inapropiada-
-si es y ya no sabemos cómo controlarlo, no digo que sea un mal perro, pero es que creo que esta fuera de control- bajo su vista mirando a su mascota, la cual solo movía la cola alegremente
-díganme ¿quién es el macho alfa?- les pregunto mirando a ambos, estos se le quedaron viendo con cara confusa no entendiendo a lo que se refería, la mujer suspiro y después explico - es por regla que en la naturaleza debe haber un macho dominante, a partir de este, los demás obedecen y se acatan a sus órdenes, si esta figura no existe el animal estará fuera de control y hace lo que quiere- la pareja presto atención a lo que decía la mujer, uno interesado en ello y el otro…pues tan solo chasqueo la lengua.
-eso quiere decir que Tim necesita una figura de autoridad para que deje de ser tan travieso ¿no es así?- comento con una gotita en la cabeza el albino, la mujer asintió
-por ello necesitamos que uno de ustedes sea el que tome el mando- el albino observo de reojo a Kanda, el cual estaba de brazos cruzados –díganme ¿Quién manda en la casa?-
-yo- contesto secamente el japonés sin moverse de su posición actual
-estoy hablando en serio- respondió la mujer con seriedad, causando una leve molestia en Kanda
-yo también- le contesto el
-seguro- le dio por su lado mientras observaba a Tim rascarse detrás de las orejas, al parecer el animal tenia completo control sobre el hogar.
Kanda chasqueo la lengua molesto y se retiro a sentarse junto a Yume en una banca cercana cruzándose de brazos mientras se sentaba. Esto bajo la atenta mirada de la entrenadora y Allen
-no es un problema que no se pueda resolver, verán que con esfuerzo y con un entrenamiento intensivo obt…. ¡¿Qué estás haciendo?!- grito un tanto horrorizada al ver que Tim se había montado a su pierna para hacer “cositas” nada santas
-¡TIM!- el albino intentaba alejarlo de la mujer mientras que la distancia Kanda esbozaba una sonrisa de medio lado al ver la escena, no le agradaba el perro pero debía reconocer que por fin había hecho algo productivo, por su parte Yume volteo hacia otro lado un poco avergonzada por lo que Tim había hecho.
Al cabo de unos segundos llegaron varios instructores para retirar a la mascota de la pierna de la entrenadora, a la cual le había adquirido un “cariño” especial.
Allen se disculpo por lo ocurrido realmente apenado por ello.
Ese mismo día en la noche….
Recién habían regresado a su hogar después de un largo día de disculpas, vergüenzas y facturas por daños a pagar…. ¿la razón?
No es otra que cierta mascota hiperactiva que no conforme con haber “congeniado” con la pierna de la entrenadora, destruyo/mordió toda correa, aparato, mueble, artículos varios, etc. Desobedeció todas y cada una de las instrucciones dadas, se orino sobre la pierna de la instructora (2 veces), etc.…un largo etc.…
Por ello, ya cansados de ello, los encargados decidieron que lo mejor era mantener lo más lejos posible al animalito (principalmente lejos de las piernas de la instructora). Allen se disculpo como tonto todo el día, Kanda se la paso divertido por ello pero disimulándolo muy bien, Yume sentía vergüenza ajena pro lo sucedido y al final…bueno digamos que Allen tuvo que pagar los platos rotos de Tim….otra vez….
-¿Qué vamos a hacer contigo Tim?- suspiro resignado el albino sentado en el sofá mirando a su mascota que se encontraba sentada frente a él.
-che no es para tanto – exclamo Kanda sentándose frente a ello con una sonrisa de medio lado
-eso lo dices porque tú fuiste quien más disfruto con lo que paso hoy- le dijo el albino frunciendo levemente el ceño, la sonrisa de Kanda aun no se borraba, claro que no le gustaba que fuesen a su persona y odiaba más que nadie al animal del carajo, pero reconocía que había sido divertido verlo en otros para variar.
-aunque contrates al mejor entrenador del mundo el animal ese no va a entender- recargo su mano sobre su mejilla observándole
-creo que tienes razón…- se resigno, pasara lo que pasara Tim era difícil de manejar y comenzó a creer que no había ser en el mundo que pudiera controlarle…
Después de todo, intentar cambiar a Tim era como si quisiese cambiar a Kanda…
Era una misión imposible….