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MUSUME por cho-chan

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! ¿Cómo están? Gracias a todos los que se toman el tiempo de leer esto y en especial gracias a quienes se toman la mayor molestia de dejar review, hacen tan feliz a este intento de autora T.T


 


En fin, aquí está el capitulo del mes, espero lo disfruten, el próximo será hasta el día de mi cumpleaños (lol).


 


Espero disfruten este capítulo, tiene un intento de lemon (lol)


 


También quiero decirles que para mi desgracia este fanfic no va ni a la mitad T_T


Si mis cálculos no me fallan, faltan 15 capítulos más (*llora*) oh bueno espero me sigan leyendo como hasta ahora.


 


Una aclaracion: este fanfic da saltos de tiempo, por ejemplo, el tiempo entre capitulos dentro de la historia puede ser de dias, semanas, meses, y años tal vez...


 


No les entretengo mas y a leer se ha dicho  :P


 


 

Hacía un tiempo que Yume había llegado a sus vidas, y desde entonces habían reducido mucho su tiempo juntos (el cual de por si era escaso debido al trabajo de ambos). Ni que decir de sus momentos “especiales” los cuales se redujeron drásticamente a un par de veces a la semana.

 

 

 

Debido a ello el japonés lucia más molesto de lo habitual y aunque no quisiera admitirlo, Allen se sentía igual con respecto a ese asunto. Es decir le molestaba no poder sentarse bien y que Kanda a veces se excediera con ello, pero debía admitir que le fascinaba esa sensación de ser descubiertos en cualquier momento al hacerlo en lugares nada apropiados, el placer y la lujuria extrema que el japonés le hacía sentir, ser poseído por el cuantas veces fuera…

 

 

 

Sus mejillas adquirieron un tono carmesí ¿desde cuándo se había convertido en un completo pervertido?

 

 

 

Sacudió su cabeza intentando deshacerse de esos pensamientos, no era el momento para ello, ahora se encontraba en su trabajo y debía estar atento a cualquier cosa que pudiera pasar.

 

 

 

De repente su móvil comenzó a sonar, lo saco de su bolsillo observando en la pantalla de quien se trataba, no dudo en contestar ni un segundo

 

 

 

-moshi moshi ¿Allen-kun?- se escucho del otro lado de la línea la voz de su amiga

 

 

 

-¿Qué sucede Lenalee?- pregunto un poco extrañado por  la repentina llamada

 

 

 

-escucha se que debes estar ocupado pero me preguntaba si podría llevarme a Yume este fin de semana…-

 

 

 

-claro pero ¿para qué?- pregunto sorprendido por la petición

 

 

 

-pues veras este fin de semana abra una venta especial en el centro comercial y creí que sería una buena oportunidad para comprarle algo de ropa, además me seria de buena compañía y podrían pasar un rato juntos tu y Kanda mientras estamos de compras ¿Qué dices?-

 

 

 

-me parece bien- el albino asintió feliz por la idea, pareciera que Lenalee había hablado en el momento indicado, podría pasar el día completo con Kanda

 

 

 

-está bien pasare por ella este domingo a las 8:00 a.m. nos vemos- después de esto se corto la llamada y Allen continuo con su trabajo alegremente esperando a que llegase por fin ese día, el cual pasaría junto a Kanda.

 

 

 

 

 

Ese fin de semana….

 

 

 

 

 

Lenalee había llegado unos minutos antes de lo acordado.

 

 

 

-pórtate bien Yume- exclamo el albino acariciándole la cabeza suavemente, la menor asintió

 

 

 

-démonos prisa Yume-chan o nos ganaran las mejores rebajas- exclamo la china tomándole de la mano, la niña asintió con la cabeza y se despidió de ambos para después irse junto a la peli verde

 

 

 

El albino le despidió en el marco de la puerta y Kanda tan solo chasqueo la lengua encontrándose de brazos cruzados en la pared.

 

 

 

-parece que se han ido- dijo en un tono bajo de voz el menor, una sonrisa lasciva se curvo en el rostro del japonés, el cual, ni tarde ni perezoso se acerco al otro jalándolo al interior del departamento y acorralándolo contra la pared, colocando ambas manos a los lados de la cabeza del menor.

 

 

 

-vaya Kanda no pensé que estuviese tan necesitado- dijo con la misma mirada lasciva que el otro tenia

 

 

 

-che cállate moyashi mejor usa esa boca tuya para otras cosas- se acerco hasta sus labios aprisionándolos en un beso demandante. El menor correspondió abriendo su cavidad bucal para darle paso a la lengua del otro.

 

 

 

Sus lenguas se encontraron y comenzaron un juego entre ellas mientras el japonés colaba sus manos debajo de la playera del menor acariciando sus pezones.

 

 

 

Se separaron del beso al poco rato para poder tomar el vital oxigeno, dejando un rastro de saliva entre ambos. El albino miraba con lujuria al mayor teniendo un leve sonrojo en su rostro. Sabía que esto era una clara provocación para Kanda.

 

 

 

El japonés se relamió el labio lujurioso ante ese rostro, se acerco a sus oídos para darle una ligera mordida

 

 

 

-con esa cara no haces más que ponérmela dura- le susurro tomando una de las manos del otro llevándola a su propia entrepierna

 

 

 

-eso tiene arreglo  ¿no lo crees bakanda?- el albino acaricio esa zona en la cual hace un rato se había formado ese gran bulto mientras le miraba un tanto provocativo

 

 

 

-entonces tendrás que arreglarlo- le cargo llevándolo sobre su hombro directamente a la habitación. Cerró la puerta tras de sí para evitar que el jodido perro interrumpiera y tumbo sobre la cama al menor

 

 

 

-deberías ser más cuidadoso bakanda- se quejo ante el trato de su pareja

 

 

 

-che cállate moyashi que lo que quiero oír ahora no son tus quejas- se posiciono sobre el menor retirando su playera y la del otro; después  comenzó a besarle el cuello. El menor soltaba ligeros jadeos mientras llevaba sus manos a la espalda del japonés recorriéndola suavemente.

 

 

 

Kanda bajo hasta sus endurecidos pezones con su lengua delineo uno de ellos mientras que el otro pezón lo acariciaba con sus dedos.

 

 

 

Después de degustar sus pezones el japonés siguió bajando hasta llegar a la entrepierna del moyashi, sonrió un poco malicioso

 

 

 

-apenas te he tocado y ya la tienes dura che que pervertido eres- dijo llevando sus manos al pantalón del albino retirándolo junto con la ropa interior

 

 

 

-cállate…que el único pervertido aquí eres tu- dijo mirándole levemente molesto

 

 

 

-Sí, pero bien que disfrutas de este pervertido…- llevo su boca hasta el miembro endurecido de Allen, le lamio en la punta, después comenzó a recorrerlo completo con la lengua. El menor jadeaba ligeramente y el introdujo de lleno su miembro en su boca de arriba abajo comenzando a masturbarle al principio lentamente, después aumentando el ritmo.

 

 

 

El albino tenía los ojos ligeramente apretados y se sujetaba de las sabanas, estaba por  demás excitado. Kanda observaba atentamente cada una de sus reacciones.

 

 

 

-nngghhh..Kanda yo me voy a…aahhhhhh…- el menor termino corriéndose después de un  rato en la boca del japonés, el cual trago la semilla del otro –Kanda…- le llamo respirando un poco agitado y el mayor se acerco a sus labios para besarle

 

 

 

-esto aun no termina moyashi- sonrió con lasciva después de separarse del beso

 

 

 

-eso ya lo sé bakanda…- rodeo su cuello y acerco su rostro para probar de nuevo sus labios

 

 

 

 

 

Mientras tanto en otro lugar….

 

 

 

-¡ey deja eso!- forcejeaba con mucha fuerza la china una blusa de color rosa pálido de tirantes – ¡yo lo vi primero!- la otra mujer no soltaba la prenda para nada, estuvieron un rato forcejeando hasta que otra mujer empujo a su adversaria haciendo que cayese y soltara la prenda en el acto, la victoria había sido para Lenalee y ahora ella saltaba de gusto al haber conseguido la blusa

 

 

 

-¡Yume-chan  mira lo que he conseguido!- exclamo gustosa mostrando la blusa -¿Yume-chan?- busco con la mirada a la menor hasta que dio con ella. Una gotita recorrió su frente al verle.

 

 

 

La menor se encontraba en una batalla como la que ella había tenido instantes atrás, el objeto en discusión era una blusita con un estampado de la familia dango en color rosa pastel. La otra niña de cabellos castaños parecía que no iba a ceder tan fácilmente, a Yume se le estaba complicando.

 

 

 

-bueno…al fin y al cabo también es una mujer…-dijo para sí la china aun observando con una gotita en la cabeza -¡ey! ¡Aléjese de ese vestido! ¡Yo lo vi primero!- corrió hacia donde se encontraba otra mujer tomando entre sus manos un vestido en color verde botella.

 

 

 

Una nueva lucha había empezado….

 

 

 

 

 

Regresando con los amantes…

 

 

 

 

 

Kanda había tomado un poco de lubricante que se encontraba en un cajón cercano, unto un poco entre sus manos y llevo un par de dedos hasta la entrada de su pareja haciendo que esta se estremeciera un poco por  la intromisión. Kanda comenzó a mover sus dedos dentro.

 

 

 

El japonés comenzó a besarle en el cuello dejando ligeras marcas en él, el moyashi gemía ante el placer que comenzaba a recorrerle, a pesar de haber pasado tantos años ya, seguía sintiendo lo mismo al hacerlo como la primera vez. Maldijo entre dientes a Kanda por hacerle sentir aquello.

 

 

 

El mayor se detuvo de golpe ganándose una mirada de reproche de parte del albino, se quito la poca ropa que le quedaba ante la atenta mirada del moyashi.

 

 

 

Una vez libre de toda prenda estorbosa, abrió, más las piernas de su pareja, acercando su endurecido miembro a la entrada de Allen y comenzando a penetrarlo poco a poco. El menor coloco sus brazos alrededor de su cuello mientras entraba en el.

 

 

 

-tan estrecho como siempre moyashi…- dijo entre dientes el japonés –a pesar de llevar tantos años follando…tu culo aun no se acostumbra del todo- dijo con sorna sin moverse aun

 

 

 

-cállate bakanda- exclamo un poco molesto el menor mientras le miraba algo enfurruñado, Kanda comenzó a moverse sin borrar de su rostro esa sonrisa burlona, el albino continuo observándole de esa forma pero al instante comenzó a soltar ligeros gemidos. El mayor lo acallo juntando sus labios con los suyos, el albino correspondió al instante.

 

 

 

Mas el beso no duro demasiado, pues al poco tiempo el menor se separo para poder respirar.

 

-ahh...Kanda...hhmmm…- gemía mientras el japonés continuaba embistiéndole, llamándole entrecortadamente, aferrándose a él.

 

 

 

El movimiento de su caderas de hizo cada vez más rápido,  sus gemidos se hicieron más fuertes, llamando una y otra vez a su pareja entre cada uno de ellos. Arqueo su espalda, sintiendo como Kanda había tocado ese punto que le hacía sentir un placer inigualable.

 

Inevitablemente se corrió manchando ambos cuerpos. Unas cuantas embestidas más y Kanda también se corrió en su interior.

 

 

 

El japonés se dejo caer un poco sobre el cuerpo agitado del menor, sus pechos subían y bajaban tratando de recuperar su respiración normal. Salió de su interior al poco tiempo mientras comenzaba a besar su cuello.

 

 

 

-hmm…Kanda espera…acabamos de hacerlo…y…mhhh…- intento alejar a su pareja, pero no puso demasiada resistencia ni demasiada fuerza

 

 

 

-silencio moyashi, que quiero follarte hasta que te desmayes- continuo recorriendo de nueva cuenta el cuerpo que tenia debajo suyo, lo tomaría una y otra vez hasta el cansancio, porque solo él podía hacerlo sentir de esa manera, solo él podía complacer y llenar su existencia.

 

Porque, después de tantos años juntos, era imposible no amarle como ahora lo hacía.

 

 

 

 

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

 

 

 

 

-aahhh..espera…bakanda…aahh..Yume y…Lenalee…deben estar por…llegar y…aahhh…- el albino intentaba frenar los deseos de su pareja, observo el reloj, la hora en la que Lenalee había quedado de llegar con Yume se acercaba –aahhh…podrían…vernos así y…aahhh-

 

 

 

Mas el mayor no tenía la mas mínima intención de detenerse, después de hacerlo en su habitación, a Allen le había dado un poco de hambre y se había marchado a la cocina por algo de comer, mas Kanda le siguió y digamos que retomaron lo que en el cuarto habían dejado pendiente.

 

 

 

El menor se encontraba apoyado en la mesa, dándole la espalda al japonés mientras el otro le embestía una y otra vez. SI seguían así Yume y Lenalee regresarían antes de que terminaran y a eso hay que sumarle que estas traían llave para entrar. La china sabia de la relación que este poseía con Kanda, aunque le daría muchísima vergüenza que les encontrara de esa forma y…

 

 

 

Estaba Yume, ¿Cómo le explicarían aquello? ¿Cómo explicarle a una niña el acto que ahora se encontraban realizando? Definitivamente tenía que hacer algo para detener la fuerte libido que Kanda poseía.

 

 

 

¡¿Pero cómo?!

 

 

 

-por favor…Kanda…aaahh…- sintió de repente como el semen del otro recorría su interior, escucho su respiración cerca de su oído, ahora solo tenía que limpiar el desorden que había causado y limpiarse claro.

 

 

 

Observo de nueva cuenta el reloj, podría hacerlo si es que al otro no le daba por repetirlo. Se movió un poco, Kanda salió de su interior y antes de que se le ocurriera seguirle, le detuvo colocando sus manos sobre su pecho.

 

 

 

-no…tardan en…regresar...y…debemos limpiar esto…- le observo y noto al instante la cara de fastidio que había hecho, tal vez había entendido la situación en la que se encontraban y con algo de suerte, quizá había logrado que desistiera.

 

 

 

-ni creas que te escaparas de la follada que te daré esta noche-  dicho esto se marcho de vuelta a la habitación. Allen enrojeció ligeramente, esa noche no dormiría  gracias a Kanda, pero estaba bien, mientras que no siguiera con eso en ese lugar no había problema, supuso.

 

 

 

Se dispuso a limpiar después de vestirse y limpiarse un poco. Se encontraba en la cocina arreglando el desastre que habían causado cuando escucho el sonido de la puerta abriéndose.

 

 

 

-ya hemos regresado- se escucho la voz de Lenalee, fue de inmediato a recibirlas con una sonrisa

 

 

 

-bienveni…- se paralizo al verles -¿Qué es todo eso?- señalo las enormes bolsas y cajas que ambas traían consigo

 

 

 

-es lo poco que pudimos comprar ¿verdad?- le pregunto a la niña, la cual asintió con la cabeza devolviéndole la sonrisa

 

 

 

-poco- exclamo sorprendido por la cantidad de cosas que había traído consigo –poco- repitió mientras una gotita de sudor resbalaba por  su frente

 

 

 

-si bueno es que no pudimos ganar algunas cosas, pero mejor esto que nada ¿cierto?- le comento divertida la china –me divertí mucho con Yume-chan hoy, espero repetirlo en otra ocasión- le revolvió un poco los cabellos a la niña

 

 

 

-seguro Yume estará contenta de acompañarte de nuevo- sonrió un poco el albino, la niña asintió a su palabras

 

 

 

-Yume-chan ¿por qué no le muestras a Allen-kun el primer vestido que tomaste?- sugirió la china, la niña observo a Allen

 

 

 

-me gustaría verlo Yume- le sonrió, la menor tomo una de las bolsas y se fue a su habitación a ponerse el vestido para poder mostrárselo.

 

 

 

La chica se acerco a Allen después de haber metido todas las cosas de la niña con ayuda de este.

 

 

 

-¿Qué tal el día con Kanda?- pregunto acercándose a su oído, Allen enrojeció al instante al recordar lo que estuvieron haciendo todo el día –jeje supongo que estuvieron “ocupados” ¿no es así?- se alejo de él riendo un poco divertida

 

 

 

-¿he? ¿Ya te vas?- pregunto al verle acercarse a la puerta

 

 

 

-sí, es algo tarde, además el taxista está esperando con mis cosas y no quiero hacerlo esperar más, nos vemos Allen-kun despídeme de Yume-chan y salúdame a Kanda-

 

 

 

-Lenalee- le llamo ella se giro a verlo -gracias- ella sonrió; hizo un ademan con la mano y se marcho.

 

 

 

-che ¿Qué es todo esto?- de repente apareció Kanda detrás de él observando todas las cosas que había en la entrada

 

 

 

-son las cosas de Yume- se giro para verle –oh, Yume- ambos observaron a la pequeña que se encontraba detrás, con un vestido de tirantes, de color rosa pálido en la parte superior y un poco más oscuro en la parte inferior, con pequeños holanes en la parte de abajo.

 

 

 

Se le veía un poco apenada. Más el albino se acerco a ella y se agacho a su altura,, colocando una mano sobre su cabeza.

 

 

 

-te ves muy linda Yume- le dedico una sonrisa tierna, la menor seguía un poco apenada -¿no es así Kanda?- se giro para ver a su pareja, mas este no dijo nada solo exclamo su típico “che” y se cruzo de brazos –en idioma Kanda eso es un sí- comento alegre a la menor, la cual le devolvió la sonrisa.

 

 

 

Al menos en ese día la habían pasado “tranquilos” y…

 

 

 

-Kanda ¿Dónde está Tim?- recordó de repente mientras observaba al japonés, este tan solo sonrió de medio lado, por alguna razón no le gustaba esa sonrisa

 

 

 

 ¿Dónde había metido Kanda a Tim?

 

 

 

Esos eran los pensamientos del albino mientras que en otra parte de la casa cierto animalito rascaba la puerta del cuarto de lavado. El cuarto estaba hecho un desastre, pero el animalito ahora tenía otra necesidad…

 

 

 

Necesidad que estuvo satisfecha sobre una de las playeras de Kanda….

Notas finales:

Bueno ¿Qué les pareció? Dejen review para la causa “se que te haces mensa con los capítulos, deja de hacer el vago y ponte a escribir ¡floja!”


 


n_nU


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