En aquel apartado tribunal, el ambiente frio y desolado que se sentía no era producto de corrientes de aire o de un entorno solitario, sentado en las plataformas solo formaba parte de uno de los tantos magos que habían sido citado o había acudido al juicio.
Era un juzgado igual que los que había en los niveles mas bajos del Ministerio de Magia, circular, al lado opuesto de la entrada, de forma elevada, se podía apreciar al conjunto de personas que harían de jueces, los espectadores y testigos estábamos sentados en las tribunas de ambos lados, en el medio había un circulo de arena protegido con escudos poderosos de magia a pesar de que no se apreciaran a simple vista, en el centro, el criminal se encontraba encerrado en una jaula estrecha de acero irrompible que el menor de los movimientos le causaría un gran dolor
“Y se merece cosas aun peores” a diferencia de las mayorías de las acusaciones y razones que tenían la gente para querer que el prisionero fuera juzgado, Remus Lupin tenia unas razones mas particulares por las que odiar y querer ver al reo ser juzgado para simple en Azkaban
“Fenrir Greyback había sido el hombre lobo que lo había mordido”
A pesar de ser el también un hombre lobo y estar en contra de los juicios encontrar de los de su especie, debido a que cuando entraban en ese estado perdían toda voluntad o razón, no existía argumento que pudiera defender los hechos realizados por ese monstruo.
El lo hacia con toda intención, buscando durante su estado racional colocarse en sitios que al transformarse pongan en peligro a gente inocente, como una vez lo fue él.
Al principio había creído que el líder de los hombre lobos era una persona agresiva, temperamental, algo chiflada, pero de buen corazón… como se pudo equivocar tanto, en el momento que le revelo que el había sido él quien lo mordió y que lo había hecho con premeditación, no pudo imaginar a un ser mas despreciable que el que en este momento seria juzgado.
“Al menos se hará justicia” frunció el ceño y miro de manera desdeñosa al malhechor
Con una sonrisa de seguridad y sin una pisca de arrepentimiento, el prisionero lo veía directamente a él de forma desafiante. Su estado demacrado y casi esquelético no podía ocultar su aun impresionante tamaño, el pelo le llegaba hasta los hombros de un color castaño con hebras blancas, sucio y desarreglado como toda su vestimenta, su ropa era la misma que con la que lo capturaron meses atrás, una túnica negra que en lo único que había cambiado es que ahora se veía viaja, mal oliente y ya no le quedaba tan ajustada por la perdida de peso.
-El tribunal entra en sesión- dijo uno de los juzgadores, desde el sitio que se encontraba no podía apreciar con claridad lo que lo ocupaban, pero tampoco era que le interesara mucho, solo quería escuchar el final, varios testigos pasaron a dar su versión de lo hechos, entre ellos yo.
No me sorprendió que a medida que pasaba el tiempo la sala se fuera quedando desierta, la mayoría solo había venido por obligación, querían irse y no volver a recordar este lúgubre suceso, pero yo no, solo había venido por el final.
El tribunal había tomado un receso para deliberar las pruebas y alegatos presentados. Fue en ese momentos que unas personas del publico llamo mi atención, era difícil verlas con la cantidad de gente que había en un principio, pero al estar la sala tan desierta como lo estaba ahora, no dudaba que fuera ellos, ”eran cinco hombre lobo”, no me sorprendida por que fueran hombre lobo, ya que varias de las personas con su condición se encontraban en ese juzgado, lo que le sorprendía es que fueran los cinco hombre lobos mas devotos y files de su clan
“Esto me huele mal” pensó Remus maldiciendo la norma que prohibía la entrada al tribunal con varitas “tenia que llamar a uno de los aurores que custodiaba la sala”
Se puso de pies a la vez que el Tribunal notificaba que habían llegado a una decisión.
-Por el poder que represento… este tribunal a decidido absolver al prisionero de sus cargos- se paralizo al oír esa resolución.
El hombre que había dicho esas palabra salió de entre las sombras y salto a la arena donde esta el cautivo, con una vara rompió los escudos.
La gente empezó a gritar aterrorizada intentando salir, cosa que fue en vano pues las puertas del recinto se cerraron.
Sin pensárselo actuó como el auror que era, a pesar de no tener varita sus años de práctica y el nivel que tenía, tenían sus frutos
-Expeliarmus- dijo apuntando con su mano al hombre lobo que se había hecho pasar por juez y que había roto el escudo. Hacer magia sin varitas es una habilidad muy difícil de adquirir y que solo se usa en casos de emergencia, ya que el degaste que sufre el mago es mayor y la potencia de los hechizos menor
“Pero así muriera en el intento no dejaría que ese canalla huyera”
-Flipendo- con dos hechizos bien dirigidos tumbo a dos de los hombres lobos que intentaron acercarse al centro de la sala con intención de liberar a su jefe
Solo dos aurores con varita se encontraban dentro y no eran muy capacitados, ya que el resto de los hombre lobos logro someterlos con facilidad, se encontraba solo.
-Accio varita- un eco se escucho a su voz cuando dijo esas palabras, no había sido el único que invoco la varita de los aurores caídos, con horror vio como Fenrir tomaba entre sus garras una varita y con un simple hechizo se liberaba de la jaula.
Apretó con fuerza la varita que había llegado a sus manos.
-Depulso- grito con fuerza dirigiéndolo al ahora libre, hombre lobo
-Protejo- se defendió
-Cadenas Mágicas- con el hechizo logro encadenar a dos de los hombre lobos que estaban en la sala, al ver que los otros pretendían atacarlo apunto al suelo
-Deprimo- un gran agujero se creo en la instancia, haciendo temblar a todos los presente
-Dissaparate- con ese encantamiento podía desaparecer unos segundos trato de acercarse más al fugitivo para sorprenderlo
-Homenu Revelio- dijo el hombre lobo antes cautivo, invocando un primer hechizo de forma rápida seguido del siguiente -Finite encántate- el primero le había revelado mi ubicación y el segundo acabo con el encantamiento
- Everte statum- sentí como el hechizo lanzado por uno de lo hombre lobo que quedaba en pie me alcanzaba, salí disparado por la sala estrellándome contra una pared, se escucharon aun mas gritos de horror, sentí como la sangre resbalaba por mi espalda.
-Idiota- gruño Fenrir a la vez que se acercaba a mí, el golpe le había dejado desorientado pero aun así apretó con más fuerza la varita que aun tenia en mano y le apunto
-De…- pero el otro fue mas rápido y me lanzo un hechizo antes que acabara
-Desmaius- pude percibir como todo se volvía oscuro y alguien me tomaba del suelo… pero el resto solo fue sombras y silencio.