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No puedes comprar mi amor por zandaleesol

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Título: “No puedes comprar mi amor”


Personajes: Harry Potter/Draco Malfoy


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Post Deathly Hallows, sin Epílogo. Esta historia comienza a desarrollarse justo cuando faltan dos días para el primer aniversario del enfrentamiento final entre Harry y Voldemort.


Capítulo 26. Reconciliación


1



Lucius no tenía ninguna duda de cual sería en definitiva la decisión de Potter con respecto a su hijo, estaba enamorado y eso era todo. No pensaba preocuparse en lo más mínimo. Le daba igual si Potter le odiaba más que antes, lo que importaba era que su objetivo se había cumplido.


Esa mañana, era la primera vez que pisaba el Ministerio. Desde los juicios del año anterior no había tenido el “placer” de presentarse en las instalaciones nuevamente. Y aquella visita le resultaba bastante agradable, no porque le simpatizara el Ministro o la gente que trabajaba ahí, simplemente era divertido ver los rostros de esos estúpidos que, no hacía ni quince días cuando se los encontraba en algún sitió le miraban con repugnancia, pero ahora le miraban con enojo y… Algo que parecía envidia. Oh sí, aquella vieja sensación de vanidad le hacía revivir los tiempos gloriosos en que él se paseaba por el lugar como si fuese el Ministro mismo.


Derrochando arrogancia se encaminó con paso lento hacia el ascensor. Su entrevista con Umbriedge no podía esperar, aunque en realidad no se había tomado la molestia de pedir una. Estaba seguro que esa bruja no se negaría a recibirlo. Se detuvo frente a las puertas del ascensor, unos segundos después este se abrió y los empleados se disponían a bajar. Lucius celebró que entre ellos se encontrara Weasley padre. Las miradas de los dos hombres se cruzaron por una milésima de segundo.


Arthur le miró como si estuviese viendo a una asquerosa cucaracha, pero Lucius no se quedó atrás y le respondió del mismo modo. Sin embargo, lo de Arthur no fue más allá y se dispuso a salir del ascensor, sin embargo Lucius no estaba dispuesto a dejarlo ir así nada más.


——Weasley, ¿no piensas felicitarme por el matrimonio de mi hijo? ——preguntó con tono burlón el rubio.

Las demás gentes que bajaban del ascensor se detuvieron al igual que Arthur al escuchar la pregunta.


——¿Por qué debería hacerlo? ——preguntó Arthur volteándose para enfrentar a Lucius ——. Lo que haga tu hijo me tiene sin cuidado.

——Bueno… Para nadie es un secreto lo mucho que deseabas que Potter se convirtiera en el esposo de tu hija.

——Quiero a Harry como si fuese un hijo más, pero no estaba enamorado de mi hija y eso lo respeto.

——Me alegra oír eso Weasley, creo que por primera vez te comportas como un mago razonable ——respondió Lucius con tono condescendiente.

——Lo que piense un Mortífago no me interesa en absoluto ——respondió Arthur dándole la espalda para seguir su camino, pero Lucius no iba a privarse del placer de restregarle en la cara que Harry Potter, era ahora parte de su familia.

——Harry estuvo ayer por la noche en mi casa presentándose oficialmente como el esposo de mi hijo. Supongo que como los considera a ustedes casi una familia también estuvo por ahí hablándoles de mi hijo.


Arthur sonrió, comprendía la intención de Lucius. Se volvió a mirar a éste una vez más.


——Pues sí, Mafoy. Harry estuvo hace dos noches en mi casa y nos contó de su matrimonio con tu hijo. Como puedes ver, nos enteramos antes que tú.


Lucius sonrió de modo despectivo y luego sin más se metió en el ascensor sin dedicarle otra mirada a Arthur.


Los que se habían quedado cerca oyendo la conversación enseguida se apartaron fingiendo que no habían escuchado nada, pues Arthur les dirigió una mirada bastante hostil. Luego se dirigió al sector de las chimeneas, pensando en la miles de formas en que le gustaría torturar a Lucius Malfoy.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Lucius salió del ascensor y se encaminó lentamente hacia la oficina de Dolores Umbriedge. Golpeó la puerta solo por una mera cuestión de educación. Al escuchar el “adelante” que pronunció la mujer con su desagradable voz, empujó la puerta. En cuanto la bruja le vio su rostro adquirió un tinte morado y se puso en pie.

——¿Usted? ——preguntó la mujer con tono indignado ——¿Cómo tiene el valor de presentarse aquí después de lo que ha hecho?


Lucius se adentró en la oficina sin siquiera esperar invitación, pues sabía que no la habría.


——Yo no hice nada Umbriedge. Fue mi hijo el que decidió casarse en secreto con Potter.

——Sí claro, pero me pareció que usted no estaba demasiado molesto con la idea ——le espetó la mujer.

——Aunque Potter no me agrada, debo reconocer que es un excelente partido para mi hijo… Es el “Salvador”.


Los colores de Umbriedge abandonaron su rostro al oír la descarada confesión de Lucius.


——¿Y qué? ¡Mi hermano no lo era también!

——La verdad jamás vi a su hermano como alguien digno de mi hijo.


Umbriedge sintió aquello como una bofetada, entrecerró los ojos con furia indescriptible.


——No. Pero según recuerdo fue usted quien estaba desesperado por casar a su hijo con Magnus. Los antecedentes de su hijo no le hacían un buen partido para nadie.

——Pero a la luz de los hechos podemos deducir que Potter no piensa igual que usted.

——Potter… Ese miserable entrometido. No es más que un idiota, igual que usted. Ahora que todo el mundo sabe que Potter se casó con Draco no crea que la comunidad mágica seguirá adorándolo.

——La comunidad mágica le debe la vida a Potter y tendrán que tragarse su coraje.

——No debería ser tan optimista al respecto, Malfoy.


Lucius alzó la ceja en forma burlona, prácticamente Umbriedge había escupido su apellido.


——Estarán molestos por un tiempo, pero luego lo olvidarán y todos felices.

——Sí era todo lo que tenía que decir ya puede marcharse ——dijo Umbriedge con tono agrio.

——No, no es todo. Necesito que hablemos de mi oro, ese que le entregué para que intercediera por mí ante Rathbone.

——¿De qué habla?

——De los miles de Galleons que le entregué para que consiguiera que el Wizengamot fuera más indulgente con mis “errores”, a eso me refiero.

——¿A caso pretende que le devuelva ese oro?

——Naturalmente. Los dos sabemos que usted no movió un solo dedo para evitar mi condena. Fue el testimonio de Potter ante el Wizengamot lo que evitó que mi hijo y yo termináramos en Azkaban.

——Así que eso piensa. Por lo que veo Potter se ha convertido en su héroe también ——dijo la bruja con tono mordaz.

——No, jamás veré a Potter como un héroe. No es más que un mocoso entrometido y torpe, pero nos libró de Azkaban y se casó con mi hijo, para mi es suficiente como para estar dispuesto a soportarlo el resto de mi vida.


Umbriedge prefirió ignorar esas palabras.


——No puedo devolverle su oro, forma parte de las arcas del Ministerio, para beneficio de las víctimas de la guerra… Y aunque pudiera tampoco lo haría.


Lucius sonrió con satisfacción, era un buen momento para hablarle a esa bruja de la falsa profecía, pero decidió postergar ese placer, prefería dejar a Umbriedge mascullando su rabia un poco más de tiempo. Ya llegaría el momento de asestarle el golpe final.


Sin decir palabra y con arrogancia salió de la oficina, no recordaba la última vez que se había sentido tan feliz.


2



La noche para Harry había sido pésima. A parte de sentirse horriblemente solo en esa cama, tenía una sensación extraña en el estómago. Como si presintiera que algo muy malo podía suceder, pero no quiso dejarse llevar por esos pensamientos funestos. En ese mismo momento iría a la mansión y le pediría a Draco que regresara con él. Salió de la cama y se fue a la ducha, el sol ya estaba muy alto en el cielo, debía pasar el mediodía.


No tenía mucho apetito así que cuando entró a la cocina sólo comió una manzana que era parte de las provisiones que Draco había comprado la mañana anterior.


Cuando terminaba de abotonarse la túnica unos golpes en la puerta lo alertaron. El corazón le latió desbocado en el pecho, era Draco, tenía que ser él. Se precipitó sobre la puerta y la abrió con una sonrisa amplia, pero enseguida se le borró, no era Draco. Ron y Hermione intercambiaron una mirada de preocupación estaban seguros que su amigo se alegraría de verlos.


Los dos chicos se quedaron en la puerta sin saber como reaccionar. Pero Harry al instante corrigió aquello y les sonrió con algo de tristeza.


——Me alegra verlos.

——Pues no parece ——dijo Ron ——¿No será que somos inoportunos?

——Nada de eso Ron, pasen.


Hermione intercambió una mirada con su novio.


——No tienes buena cara, ¿a caso estás enfermo? ——preguntó la chica.

——No te preocupes Hermione, no estoy enfermo es sólo que no tuve una buena noche.


Ron sonrió algo malicioso.


——Bueno, pero eso es normal, te acabas de casar Harry ——apuntó Ron con un tono medio jocoso.


El rostro de Harry fue cruzado por una sombra de tristeza.


——¿No será que Malfoy y tú ya tuvieron su primera pelea de casados? Con el carácter que tiene no sería nada raro ——dijo Hermione.

——Bueno sí, hemos tenido dificultades, pero ha sido por un asunto ajeno a nosotros.

——¿Es por lo que se publicó en El Profeta? ——preguntó Ron.

——No es por eso Ron, es mucho más complicado.

——No me digas que Umbriedge ya les está dando dificultades ——dijo Hermione.

——No ——dijo Harry sintiéndose abatido de pronto. Tendría que contarle a sus amigos la verdad, era lo justo, se sentó en el viejo sofá con la cabeza gacha.

——¿Qué pasa Harry, hay algo que podamos hacer? ——preguntó Hermione.

——Hicieron demasiado por mí Hermione, y es lo que más me duele de todo esto.

——Harry, ¿no digas por favor que Malfoy y tu rompieron para siempre? ——dijo la chica con tono preocupado.

——No es lo que deseo en realidad, lo amo y quiero continuar nuestro matrimonio a pesar de lo que ha sucedido.

——¿Qué ha sucedido? ——preguntó Ron.


Harry dejó escapara un suspiro. Comprendía que sus amigos tenían derecho a saberlo después de todo se habían involucrado demasiado en toda esa historia.


——Anoche acompañé a Draco a la mansión, nos llamó Lucius. Creí que deseaba hablar sobre la noticia de El Profeta, pero se trataba de otra cosa.

——Harry… ¿No te habrás peleado con él verdad? ——dijo Hermione en tono de advertencia.

——La verdad es que tuve deseos de matarlo.


Ron y Hermione se miraron impactados.


——Cómo pudieron llegar a algo así Harry, él parecía estar conforme con la idea de tu boda con Draco ——apuntó Hermione.

——La verdad no sé como decirles esto, me siento como un idiota y lo peor es que los involucré a ustedes.

——Harry, deja de dar rodeos y habla de una vez, somos tus amigos nadie te comprenderá mejor que nosotros ——dijo Hermione.


Pasaron unos cuantos segundos antes de que Harry se animara a decir algo.


——Anoche acompañé a Draco a la mansión porque su padre quería hablar con él, pero también conmigo. No se imaginan siquiera lo que ese miserable a hecho.


Ahora a los muchachos les tocó sentir miedo.


——¿De quién hablas Harry, te refieres a Lucius? ——preguntó con asombro Ron.

——¿Es qué conocen a alguien más miserable que ese sujeto?

——¿Qué fue lo que te hizo Harry? ——preguntó Hermione mientras cruzaba los brazos.

Harry se revolvió el pelo con gesto nervioso.


——Todo fue mentira ——declaró de golpe.


Ron miró a Hermione con evidente señal de no comprender.


——¿Qué fue mentira, Harry? ——indagó Hermione.

——No existe ninguna profecía, todo fue un maldito invento de ese asqueroso de Lucius.


Pese a que la respuesta de Harry había sido lo suficientemente clara ninguno de sus amigos pudo comprender realmente de que hablaba el muchacho moreno.


——Caí en una trampa, ese bastardo miserable me tendió una trampa para que me casara con su hijo ——dijo Harry con todo el coraje que aún llevaba dentro.


Pasaron unos segundos mientras sus dos amigos asimilaban aquella información. La primera en decir algo fue Hermione.


——Umbriedge no escuchó ninguna profecía de la profesora Trelawney, ¿es eso?

——Así es Hermione, la profesora Trelawney sigue manteniendo su record, sólo ha hecho dos profecías en su vida, jamás hubo una tercera.

——¿Entonces lo que tú oíste en el Caldero Chorreante el día de la conmemoración que fue?

——Lucius le implantó un recuerdo falso a Umbriedge, esa bruja nunca escuchó nada de la profesora aquella noche en que fue a despedirla cuando era Inquisidora en Hogwarts.

——La estadía de ese hombre en Azkaban le frío el cerebro, ¿para qué demonios hizo eso? ——dijo la chica morena sin contener su furia.

——Según él la Navidad pasada descubrió que Draco estaba enamorado de mí y quiso hacer feliz a su hijo.


Ron miró a Harry estupefacto.


——¡Qué! ——exclamó Ron impactado a más no poder ——¡Draco enamorado de ti!

——Es lo que dijo ese imbécil de Lucius.

——¿Y es verdad? ——preguntó Hermione con tono dudoso.

——Creo que sí. Dijo que nunca ha estado en la ruina, que mucho antes que de que Voldemort regresara él se había encargado de resguardar su fortuna en un banco mágico de Francia.

——¿O sea que ese bastando sigue siendo tan rico como siempre? ——preguntó Ron.

——Entonces no necesitaba casar a Draco con el hermano de Umbriedge ——dijo Hermione.

——No. Su objetivo era casar a Draco conmigo y me tendió una trampa, contaba con que yo sintiera curiosidad por esa relación suya con esa bruja, planeó fríamente cada detalle, contaba con que el odio que yo siento por Umbriedge y mi complejo de héroe me haría desear desbaratar sus ambiciosos planes, la engañó tanto a ella como a mí.

——Ese hombre está completamente loco ——terció Ron.

——Harry si todo fue un invento eso significa que te sacrificaste casándote con Draco por nada——señaló Hermione muy enojada.


Harry guardó silencio. A esas alturas no consideraba su matrimonio con Draco un sacrificio, lo amaba.


——Hay algo más ——dijo Harry ——. Draco sabía el motivo por el cual me quería casar con él, sabía lo de la profecía.

——¿Lo planeó junto con Lucius? ——preguntó Ron enojado.

——No, no tuvo nada que ver en el invento de Lucius. Pero la noche en que fue con su madre hasta la Madriguera usó el Imperius contigo Ron, te sonsacó toda la verdad, lo ha sabido desde el principio.


Ron entrecerró los ojos y frunció los labios en una mueca de evidente enojo.


——Ya decía que el muy miserable no era mejor que su padre. ——dijo el pelirrojo.

——¡Ron! No hables de ese modo, es el esposo de Harry y él lo ama, ¿Por qué aún lo amas cierto?


Harry asintió en silencio.


Ron miró a su amigo con algo de lastima.


——Lo siento amigo, de verás.

——Detesto a Lucius, pero a Draco no puedo odiarlo y menos estar enojado con él, después de todo yo también le mentí.

——¿Lo estás justificando Harry? ——preguntó Hermione.

——No, ambos nos ocultamos cosas. …l aceptó casarse porque me amaba, yo lo hice porque creía estar salvando al mundo mágico, y sin embargo a él no le importó, ¿cómo podría odiarlo? Draco es muy diferente a su padre, ahora lo sé.

——Eso significa que continuarás tu matrimonio con él ——dijo Ron con tono enfadado.

——Sí Ron, lo haré. La verdad ha salido a la luz, ya no hay secretos ni mentiras. Ahora mismo pensaba ir a la mansión a buscarlo, anoche le dije que no podía estar a su lado, pero no es así, necesito y quiero estar con él.


Ron y Hermione no dijeron mucho más. Era más que evidente el amor que Harry sentía por Draco y ellos no deseaban que sufriera.


——Sé que ya han hecho mucho por mí, pero aún así quisiera pedirles que toda esta historia quede entre nosotros. Ron no quisiera que tu familia sepa la verdad, creo que es mejor que sigan pensando que estoy enamorado de Draco desde hace mucho, si supieran de la trampa de Lucius me temo que jamás aceptarían a Draco.

——No te preocupes Harry, te prometo que nada saldrá de mi boca. También creo que es lo mejor ——apoyó Ron.


3



La noche para Draco había sido un infierno. Desde que había recibido la marca tenebrosa y ese loco mestizo le encargara la muerte de Dumbledore no había tenido pesadillas. En su mente se repetían una y otra vez las palabras de Harry: “ahora no puedo estar contigo”. Una parte de él comprendía, pero la otra no se resignaba, ese ahora le había dejado dolido e inquieto, podía significar muchas cosas. Tal vez significaba que nunca más Harry lo aceptaría a su lado, o quizá necesitaba un tiempo para poner sus ideas en orden. Pero demonios cuánto podría él soportar esa espera, no quería esperar aunque su madre le había dicho por la noche, cuando había estado en su habitación que tuviera paciencia, que Harry recapacitaría porque le amaba de verdad.


Pero él no pensaba esperar mucho porque si lo hacía acabaría en San Mungo completamente desquiciado. Necesitaba a Harry como el aire para respirar. En este caso el orgullo Malfoy no serviría de mucho, si estuviera seguro de que Harry no le quería pues simplemente tendría la fuerza necesaria para olvidarse de él, pero Harry también lo amaba con esa misma intensidad, con ese mismo fuego abrazador e impetuoso.


Ya era pasado el mediodía y él aún estaba en la cama con pijama, ni siquiera pensaba levantarse de la cama para tomar una ducha. Un elfo le había traído su desayuno favorito y ni siquiera lo había mirado, no quería nada, sólo a Harry.


Cuando Narcisa entró a la habitación de su hijo y lo encontró aún en la cama y con los ojos hinchados sintió mucha consternación. Era la primera vez que le veía a punto de darse por vencido y eso no le gustó nada.


——Draco, aún estás en pijama y ni siquiera probaste el desayuno.

——No quiero nada madre, sólo quiero estar solo.

——Hijo, puedo comprender que estés afectado por lo sucedido anoche con Harry, pero tu eres un Malfoy y debes comportarte como tal.

——¿A sí? ¿Y eso que significa madre?

——Un Malfoy no pierde la dignidad ni en las peores circunstancias.

——Dignidad, ¿cuál madre? O es que hay algo digno en todo lo que hizo mi padre.

——Lo que tu padre hizo no fue correcto, pero lo hizo porque te ama.

——Es increíble la facilidad con la que Lucius te convence de cualquier cosa madre.


Narcisa apretó los labios en señal de disgusto, pero sabía que en Draco ese momento hablaba el coraje.


——Creo que debes olvidar como empezó todo esto y simplemente idear un plan para recuperar a Harry. El te ama y no debes darte por vencido antes de intentarlo.

——Tal vez no quiero hacerlo, dijo que no podía esta conmigo.

——Es cierto, no podía no que no quería.


Draco iba a responder, pero unos golpes en la puerta le interrumpieron.


——Si es mi padre dile que no quiero verlo hasta dentro de unos cuantos años.


Narcisa suspiró y salió de la habitación.


Draco volvió a recostar la cabeza sobre la almohada, no podía comprender como podía en apenas unos días haber pasado de la dicha total a la tristeza más insoportable. Si su padre no hubiese descubierto su secreto amor por Harry nada de eso estaría sucediendo.


La puerta de la habitación volvió abrirse y Draco se cubrió la cabeza con la almohada.


——Madre, por favor ya deja de torturarme. Quiero estar aquí sintiéndome deprimido y miserable aunque sea por un día, mañana estaré mejor y comenzaré a pensar como haré para recuperar el amor de Harry, te lo juro, pero ahora sólo déjame en paz, te lo ruego.


Narcisa no respondió, pero Draco tampoco la escuchó abandonar la habitación.


De pronto Draco pensó que ese silencio era demasiado raro, pero igual mantuvo la almohada sobre su cabeza. Ella se sentó a su lado, pero lo extraño para el muchacho fue que no percibió el aroma tan característico que usaba su madre. Finalmente apartó la almohada de su cara, pero no era Narcisa quien se había sentado a su lado, era Harry.


La impresión le dejó sin habla. Al instante sintió una terrible vergüenza de que le viera de ese modo tan vulnerable, el sentimiento de bochorno se acrecentó, Harry había escuchado que deseaba sentirse miserable y deprimido. Un cúmulo de emociones se agolpó en su pecho y le subieron hasta la garganta provocándole una sensación dolorosa.


——¿Qué haces aquí? ——preguntó el chico rubio mientras se incorporaba en la cama, pero sin mirar al otro muchacho a los ojos.

——Necesitaba hablarte.

——No era necesario que vinieras, podías haberme enviado una carta.

——Lo que tengo que decirte no se escribe en una carta.


Draco sintió una punzada en el pecho. Harry venía a romper su matrimonio, aunque fuese sólo simbólicamente, pues según la ley mágica el vínculo perduraría hasta que uno de los dos muriera.


——Odio a tu padre por lo que me hizo.

——Lo sé.

——Entiendo que no fue culpa tuya. Te oculté el verdadero motivo por el cual quería casarme contigo y tú me ocultaste que en realidad conocías mi motivo, así que creo que estamos a mano.

——Sí, así es.

Harry hizo una pausa.


——Anoche dije que no podía estar contigo…

——Lo entiendo, y no pienses en disculparte por eso.

——No pensaba hacerlo.


Las facciones de Draco se tensaron.


——Me parece bien.


Hubo otra pausa.


——¿Es cierto eso que dijiste?

——¿Qué cosa? ——preguntó Draco fingiendo no saber a que se refería Harry.

——Eso de que mañana pensarías en la forma de recuperarme.

——Ah… Bueno… Sí.


Harry sonrió imperceptiblemente.


——¿Y ya tienes alguna idea en mente?

——Hmm… No aún no, pero algo se me ocurrirá.

——No tengo ninguna duda al respecto, parece que es un don de familia el ir elaborando planes para lograr todo lo que se proponen.


Draco no quiso responder nada a eso.


——Creo que no es necesario que elabores ningún plan. Dije que no podía estar contigo, no que no quería.


Draco levantó la mirada hacia Harry por primera vez, con algo parecido a una esperanza.


——¿Entonces sí quieres estar conmigo a pesar de lo que hizo mi padre?

——Quiero olvidar que tu padre existe a lo menos por un largo tiempo. Pero a ti no puedo olvidarte, no quiero ni siquiera intentar olvidarte.


Draco no soñó jamás con oír esas palabras, se echó en los brazos de Harry bruscamente.


——Harry… entonces me amas a pesar de todo lo que ha pasado.

——Claro que te amo y no renunciaré a ti por nada de este mundo.


El muchacho de ojos esmeraldas correspondió a ese abrazo con la misma intensidad. Solo una noche había estado sin Draco y fue como un siglo.


——Oh Draco… No puedes imaginarte cuanto te extrañe anoche, creí que me volvería loco. Extrañé tanto tu calor, tu aroma, tus besos… Nunca más dejaré que pases otra noche en otra cama que no sea la nuestra.


Draco olvidó como por encanto su tristeza. Fueu reemplazada por una urgente necesidad de amar a Harry de volver a sentirse dentro de él.


——Oh Harry… te amo… quiero hacer el amor contigo.

——Yo también Draco… anda date prisa regresemos a nuestra casa.

——Podemos hacerlo aquí…

——Lo prefiero en nuestro cuarto, en nuestra cama.


Draco no dijo más. Sólo buscó una capa de viaje en su armario y la abotonó con prisa, se calzó los pies con lo primero que encontró y salió con sigilo del cuarto. Condujo a Harry hacia el final del pasillo entraron a una habitación que tenía una escalera de caracol. Bajaron por ella y se encontraron en el invernadero de Narcisa de ahí salieron a los jardines; caminaron con prisa hasta la verja de la entrada y en cuanto la cruzaron desaparecieron. Draco regresaba a su verdadero hogar.



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