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Family por licherni

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Notas del capitulo:

muchisimas gracias por los reviews, y como prometi aki esta el siguiente capitulo, el penúltimo del Fic asi ke keridos lectores esto se va acabando, siento ke sea algo más corto ke el resto pero no podía cortarse de otra forma


espero ke os guste


kisses

Capítulo 10: Tira y afloja

 

Se sentaron a comer en silencio, ambos estaban nerviosos y furiosos por haber sido interrumpidos y lo sentían en el otro, por eso, hasta que consiguieran tranquilizarse optaron por mantener la boca cerrada y no decir nada que pudiera hacerlos pelear. Draco no dejaba de pensar en lo cerca que había estado de probar por fin los labios de Harry y en las ganas de asesinar al elfo que tenía al frustrar su oportunidad, pero eso no iba a quedar así, ¡oh no! Como se llamaba Draco Malfoy que Potter caía en sus brazos esta noche costara lo que costara. Por otro lado el moreno intentaba controlarse para no acuchillar la carne como un energúmeno al imaginarse que la chuleta era Keacher, tan cerca, ¡tan cerca! Merlín, más le valía al elfo no tocar más los huevos durante aquel día, porque se tiraría a Draco a cualquier precio. Lo primero era sacar al elfo de la casa, lo segundo poner caliente al rubio. Se levantó con tranquilidad cuando los platos desaparecieron y empezó a ir a la cocina.

-¿Dónde vas?- preguntó Draco tras él todavía en la mesa.

-Al baño, ahora vuelvo- sonrió con dulzura y entró en la casa. Entró en la cocina donde Keacher terminaba de preparar el postre.-Keacher.

-Amo Harry, ya iba con el postre, ¿qué ocurre?

-Te voy a dar otro quehacer- respondió con una sonrisa que daba miedo.

-¿Cuál, amo Harry?

-Irás a la Madriguera, estarás allí ayudando a Molly en todo lo que puedas y si no puedes hacer nada te quedarás ahí sin molestar a nadie ¿de acuerdo? Cuando te necesite ya te llamaré, pero no puedes volver antes, no antes de que te llame ¿entendiste?

-Sí, amo Harry, perfectamente.

-De acuerdo, ahora dame los postres, yo me encargo de esto, tú vete a la Madriguera- ordenó cogiendo los platos con helado.

-Sí, amo Harry- y con un plof desapareció. El moreno cogió los platos y los llevó a la mesa con una sonrisa de felicidad.

-¿Por qué los traes tú?

-Ya que estaba he aprovechado el viaje, y he mandado a Keacher a ayudar a Molly, que lo necesita, me acaba de avisar.

-Ya veo- respondió, aunque por dentro pensó que parte podría ser mentira ¿pero qué importaba eso si se habían librado de la mayor molestia entre ambos? Ahora tenían la casa para ellos solos y nadie podría molestarnos.

 

Draco aprovechó que Harry llevaba los platos del postre para cerrar la red flu, dejando sólo la de emergencia abierta, además conectó todos los hechizos de protección de la casa para que nadie pudiera entrar de ninguna manera, ni siquiera encontrarla. Todo estaba listo, ahora lo único que había que hacer era hacer caer al Gryffindor en sus encantos, debía conseguir que él fuera quien diera de nuevo el primer paso, el gran problema residía en el cómo. ¿Tal vez tentándolo? Entró en la cocina y lo vio poniendo a fregar los platos.

-¿Harry, quieres que te ayude?- preguntó apoyándose en la encimera a su lado, seguían en bañador por lo que había mucho que enseñar.- Puedo ir secándolos, si quieres- ofreció rozándolo para alcanzar un plato limpio pero mojado.

-No hace falta- respondió tragando saliva.- Los pondré a secar  solos, podemos ir a ver una película mientras hacemos la digestión.

-Me parece buena idea, iré eligiendo yo la peli- sonrió. Desapareció por la puerta antes de que pudiera decir nada.

 

Draco subió a la habitación de Sirius y cogió una caja sin título ni portada, esperando que fuera algo que lo ayudara, lo metió en el reproductor y esperó a que Harry subiera para ponerlo en marcha. Cuando el moreno ya estuvo arriba, no preguntó por el sitio ni por la peli, simplemente se sentó en el sofá junto a rubio y espero a que le diera al play. Nada más darle al botón se oyeron jadeos y gemidos, el Malfoy menor perdió el mando por el shock y Harry no sabía si taparse los oídos o los ojos, porque ver y oír a tus tutores en plena faena no era algo que pudiera soportar con facilidad. Una vez pasado la primera impresión se quedaron mirando un poco más con la curiosidad morbosa queriendo ser aplacada.

-¿De dónde sacaste el DVD?

-De una de las estanterías, no tenía ni título ni portada. Es...

-...Interesante

-Creo que intenso era la palabra que iba a utilizar, pero también es cierto- de repente se sintieron muy acalorados.- Hace...

-...Calor- el rubio asintió y ambos giraron a la vez la cabeza un poco para captar una de las posturas que Remus conseguía hacer en ese momento.- ¿Quién diría que tuviera tanta flexibilidad?

-Sí, si no lo veo no lo creo- ambos empezaron a sentir un deseo que no era suyo, se miraron mutuamente.- Tenemos que terminar algo.

-Sí, eso creo- se acercaron a la vez para juntar sus labios en un apasionado beso donde buscaban dominar y ser dominado en una lucha de lenguas, dientes y labios. Cuando se separaron por falta de aire apenas habían dejado espacio entre los dos.- Estaba deseando hacer esto.

-Yo también, pero necesito más, no puedo aguantar más.

-¿A la cama?

-A la cama- apagaron la tele y subieron entre besos hasta la habitación.

 

Enredados en el apasionado beso cayeron a la cama, Harry sobre Draco, el moreno empezó a morder y chupar el cuello del Slytherin arrancando gemidos. De mientras el rubio apretaba con deleite el redondito y prieto trasero se su amigo obligándolo a moverse de arriba abajo sobre él y crear una placentera fricción entre sus sexos. Los bañadores empezaron a molestar y desaparecieron al cambiar tornas para que el Gryffindor fuera colmado de besos, mordiscos y lamidas por su pecho hasta su erección. Se sentó para acercarse más a Draco y masturbarlos a los dos a la vez mientras se besaban con hambre.

-Dios, me pones tanto Harry, ¿sabes que eres el mejor besador que he probado nunca?- murmuró contra el cuello del Gryffindor.

-Me lo imaginaba por tu cara con lo de las cerezas, Draco, sé mío- ronroneó con la cara alzada para dar mejor acceso el rubio.

-Todo tuyo, pero ten cuidado.

-Todo el del mundo, date la vuelta- el rubio obedeció y se expuso.- ¿Te ha dicho alguien que eres matador en esa postura?

-No me mires tanto y trabaja.

 

Harry se puso a ello, primero jugó con la lengua, rozando la entrada un rato hasta que lo empezó a penetrar para lubricarlo un poco, con los dedos utilizó un hechizo lubricante para ir dilatando la entrada poco a poco con ellos hasta que ya no fueron suficientes y tuvo que utilizar otro hechizo dilatador para que no hubiera problemas en la penetración. Besó la nuca del rubio para tranquilizarlo y fue entrando con cuidado para no hacerle ningún daño, una vez dentro suspiró y se concentró para no penetrarlo a lo bestia, y es que aquello era el cielo.

-¿Todo bien?

-Un poco incómodo, pero creo que puedes moverte.

-Menos mal.

 

Empezó con suavidad para que Draco consiguiera quitarse la molestia y se acostumbrara a ello, cuando él también empezó a pedir más moviendo las caderas el ritmo fue en aumento junto con los gemidos y jadeos. Se sentían al final, pero Draco necesitaba de esos labios rojos que tenía sobre su espalda, giró la cabeza y los encontró esperándolo, se besaron como si el aire fuera infinito hasta que tuvieron que separarse para gemir sus respectivos orgasmos. Cayeron rendidos en la cama intentando encontrar el aire que les faltaba, el Gryffindor salió del interior del rubio y se tumbó a su lado para dejar de aplastarlo con su peso.

-¿Estás bien?- preguntó preocupado.

-En cuanto encuentre oxigeno perfectamente- sonrió, ambos se rieron.- Dios, ha sido genial, ¿cómo sabes esos hechizos?

-Ser gay desde antes que tú tiene ventajas, ya me había dolido el cuerpo durante mucho tiempo como para permitir que me siguiera doliendo más, así que investigué- contó, el rubio asintió aceptándolo.- ¿Qué somos ahora Draco?

-¿Qué podemos ser? ¿Me quieres?

-Desde antes de que lo supiera, ¿tal vez desde que te conocí?

-Puede que yo también, me hablaron tanto de ti cuando era pequeño, siempre estabas en mi mente, y aquél día, en Madame Malkins, eras tan bello, con carita de no saber dónde estabas, de haberte metido en un mundo de fantasía que siempre habías soñado... Creo que fue un flechazo, desde entonces quise tener tu atención siempre en mí, daba igual la forma.

-Me pasó algo parecido, eras tan guapo, tan seguro de ti mismo, y yo estaba tan asustado, tan perdido en aquél mundo que me pareció que iba a desaparecer de un momento a otro... y de repente me ofreciste tu mano, enseñarme todo lo que podía ofrecerme ese mundo, hiciste que todo fuera real. ¿Sabes por qué te seguía las peleas?

-¿Porque era y soy irresistible?- bromeó, Harry se rió y le dio un pico.

-Algo así, tú eras mi puente entre el mundo al que yo no quería volver y ese nuevo al que de repente pertenecía, tenía miedo de que si te perdiera perdería también toda la felicidad que me había proporcionado descubrir la magia. Pero una vez convencido de que todo era real seguí sin poderte dejar escapar y no entendía por qué hasta que tu madre vino a verme y quise saber de ti como un heroinómano necesita su droga.

-¿Heroiqué?

-Un adicto a una droga muggle.

-Ah, ¿entonces, cómo quedamos?

-¿Te parece bien que lo vayamos intentando? ¿Poco a poco y sin prisas?

-Me gusta la idea- se abrazó a su cintura y apoyó la cabeza en su pecho.- ¿Crees que se alegraran por nosotros?

-Creo que lo esperaban desde hace mucho tiempo, ¿tú no?

-Sí, todos me han dicho que hay química entre nosotros, qué vergüenza.

-¿El qué? ¿Que supieran que me quieres?

-No, que mi padre me diera a entender que sería pasivo cuando ni siquiera tenía del todo claro qué sentías por mí.

-Pues indirectas te mandé.

-No si ya, pero prefería estar seguro. Habría que llamar a Keacher ¿no? Estará histérico por no poder hacer nada.

-Todavía no, quiero que pruebes cómo se siente mi piercing.

 

Pasó una semana entre revolcones, juegos y risas, la convivencia era más o menos pacífica pero muy cariñosa y agradable. Ya era la víspera del regreso de los mayores por ambos casos y estaban emocionados e intranquilos por darles la nueva noticia. Estaban sentados en el sofá viendo una película cuando Harry sacó el tema.

-¿Qué vamos a hacer cuando vuelvan nuestros padres?

-Decírselo, por supuesto ¿por qué? ¿Has cambiado de opinión?- preguntó preocupado Draco.

-No, no es eso, mi amor, por supuesto que se lo diremos, quería decir si viviremos los dos aquí, en otro sitio, si nos quedaremos por separado...

-¿Quieres que estemos separados?

-No estaría mal que pasáramos un tiempo con nuestros padres a solas, ¿no crees?

-Espero que no estés diciendo lo que creo que estás diciendo.

-Sólo digo que sería buena idea pasar un tiempo con ellos ahora que vuelven y luego decidir dónde vivir nosotros.

-Creo que sigo entendiéndolo mal, ¿quieres que estemos separados para estar con nuestros padres? ¿No podemos estar juntos y visitarlos de vez en cuando?

-Puede que haya muchas cosas de las que hablar Draco, además, quiero que estés a salvo mientras se arregla lo de Kyle.

-¿Me ves cara de doncella desvalida, Potter?

-¡No! No es eso, simplemente quiero estar seguro de que no te puede pasar nada, sé mejor que nadie que puedes defenderte pero siempre pueden cogerte por sorpresa, a ti y a cualquiera, y quiero estar seguro de que no exista esa posibilidad contigo.

-Todo eso suena a excusa para mantenerme lejos.

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Jamás!

-¡¿Entonces porqué quieres estar a solas con tus padres?! ¡¿Por qué insistes tanto en que yo esté también con los míos?!

-¡Porque me parece buena idea!

-¿Por qué?

-Porque... No lo sé, sólo sé que quiero estar un tiempo con Remus, Sev y Sirius sintiéndome su hijo, y creí que tú también querrías algo así.

-Sigue sonándome a excusa- respondió levantándose del sofá.

-¿Dónde vas?

-Se me han ido las ganas de ver la película.

-Vuelve aquí, haremos lo que tú quieras.

-No gracias, creo que necesito un tiempo con mi sombra, para entendernos mejor- comentó en el tono más sardónico que tenía. Harry se dejó caer rendido en el sofá al verlo ir, no entendía qué había hecho mal.

 

Ya era tarde por la noche cuando Draco bajó con sus maletas en silencio al salón, estaba dolido, cuando había vuelto Harry se había encerrado en la cúpula y todavía no había bajado, le habría gustado que volvieran a hablar pero parecía que eso no iba a ocurrir así que hizo lo que le parecía más sensato, desaparecer, tal y como le parecía que quería el Gryffindor. Frente a la chimenea encontró a Athem tumbado tranquilamente, el gato abrió un ojo cuando llegó frente a él y luego lo volvió a cerrar.

-¿Qué crees que estás haciendo?- le preguntó.

-Lo que al parecer Harry quiere que haga.

-Hay cosas que no se le dan bien explicar, y menos cuando es la primera vez que las siente- comentó volviendo a abrir un ojo.

-No comprendo.

-¿Cuánto tiempo ha tenido Harry padres? Me refiero a padres de verdad que lo quisieran, lo cuidaran y lo mimaran, ¿cuánto tiempo?

-Cuando sus padres vivían y ahora.

-¿Cuánto tiempo ha sido él consciente de todo el amor que le dan?

-Este último tiempo.

-Cuando volvías de Hogwarts tenías a tu madre esperando, en navidades siempre tenías algún regalo suyo, y en tu cumpleaños también, todo cuanto pidieras tu padre te lo daba, imagina que te faltara todo eso durante años y de repente te lo den, si tus padres se ausentaran durante un tiempo ¿no los echarías de menos?

-Me lo imagino.

-Lo que le pasa a Harry y lo que no sabe explicar es que echa de menos a sus padres, quiere estar seguro de que no perderá ese cariño. Te quiere, mucho, y sabe que si él se siente así aún habiendo tenido algo de familia que se preocupara tanto por él, tú que acabas de recuperar lo que en realidad es una familia querrías lo mismo que él, antes de formar una nueva disfrutar de la que ya tienes.

-Tal vez tenga razón, ¿pero por qué está ahí arriba encerrado?

-Tal vez crea que dejándote algo de espacio para pensar puedas tranquilizarte antes, y seguramente esté buscando la forma de arreglar su error.

-Puede ser.

-Es lo más probable, ya lo conoces, pero yo te dejo con tus pensamientos, creo que ya he influido suficiente en esto, espero que tomes la mejor decisión- y con su paso tranquilo se fue alejando.

 

Draco se quedó solo en la sala, cogió un puñado de polvos flu y se quedó en la chimenea pensando si volver o no. El gato tenía razón, Harry no sabía explicarse porque nunca había sentido nada igual, nunca había echado de menos lo que no tenía, pero ahora que sí lo tenía no se daba cuenta de que también lo echaba de menos. Tenía que quedarse y disculparse, parte había sido su culpa, pero por nada del mundo quedarían separados más de dos días. Fue a salir de la chimenea cuando alguien apareció en ella entre llamas, le tapó la boca e hizo que soltara el polvo de la mano pronunciando una dirección más que conocida.

-¡Malfoy Manor!


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