Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Family por licherni

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

muchas gracias por los reviews, espero que el siguiente capitulo guste tanto como los anteriores


kisses

Capítulo 2: Intentándolo

 

Draco se quedó mirando extrañado al gato, sabía que existían gatos que hablaban en el mundo mágico, pero nunca se pensó que Potter, a parte de la serpiente, tuviera uno. Era un siamés de porte orgulloso y preciosos ojos azul muy claro, el minino se acercó a él con tranquilidad y moviendo la cola con parsimonia.

-Me imagino que tú eres el ahijado de Severus y el sobrino de Sirius, el pobre Pathfoot está haciendo un gran esfuerzo, sigue sin tragarte del todo.

-¿Y tú quién eres?

-Me llamo Athem, soy el gato guardián de Harry.

-Me pareces demasiado orgulloso para ser guardián de Potter.

-Él me salvo la vida, mi orgullo y honor me piden agradecérselo como es debido, además, a cambio tengo un lugar donde vivir, donde me aprecian y me cuidan ¿qué más puedo pedir? Después de oírlo hablar de ti todo este tiempo me parece que le has hecho mucho daño, aunque claro, sin saber de qué se habla uno puede cometer grandes errores.

-¿Qué pasó con él?

-Eso es algo que debe contarte Harry, aunque creo que ahora mismo su confianza en ti es de cero por ciento, sólo quédate en que fue un duro golpe.

-De acuerdo, ¿y estás aquí para ayudarme?

-Si quieres pensar eso... Yo sólo bajé a dar una vuelta y por casualidad te encontré aquí esperando a Harry, y como me ha hablado tanto de ti, de lo mucho que se arrepentía de toda esa rivalidad malsana... pues he pensado que deberías saber que no lo verás volver y que probablemente actúe como si fueras invisible.

-Es bueno saberlo, pero haré que vuelva a reconciliarse conmigo.

-Buena suerte.

 

Sirius y Remus volvieron para la hora de la cena, Severus les contó lo ocurrido y entre los tres decidieron que se arreglaran ellos dos para que aprendieran a lidiar el uno con el otro. La cena estuvo algo tensa ya que Draco hacía intentos de dar conversación que los mayores seguían pero que Harry con tono frío como el hielo cortaba enseguida. Apenas tardó diez minutos y se subió a la habitación, furibundo, Draco se apresuró a seguirlo pero ya no estaba en la habitación.

 

Intentó esperarlo despierto pero el sueño pudo con él y acabó cayendo, Harry al ver que su compañero de habitación se había quedado dormido bajó de la cúpula en silencio y se metió en la cama. Athem y Salazar lo acompañaron encima de las sábanas, cuando estaba a punto de dormirse Salazar susurró:

-Te conozco, pequeño hablador, no durarás mucho tiempo enfadado.

-No me hagas discutir y déjame dormir.

-Vas a volver loco al pobre, harás que se resienta de nuevo.

-Si de verdad quiere ser mi amigo no lo hará, ahora déjame dormir o te transformo en un bolso.

-De acuerdo Harry, odio cuando te enfadas.

 

Cuando Draco despertó Harry ya se había levantado y desayunado, estaba leyendo en el patio mientras Athem jugaba con una pelota con cascabel y Salazar buscaba ratones por el prado para comer. El desayuno de Draco apareció en la mesa en cuanto se sentó en la mesa, un zumo de naranja, tostadas con mantequilla y leche con cereales. El rubio comió despacio mientras miraba leer a Harry, los pantalones vaqueros holgados, la camiseta blanca aún más holgada que el pantalón, el pelo, como siempre, desordenado y las gafas redondas que se le iban resbalando por la nariz. A ratos bufaba, sonreía o abría sorprendido los ojos, pasaba las hojas con cuidado para no estropearlas. Al terminar con el desayuno Draco se acercó con cuidado ante la atenta mirada del gato, miró por encima del hombro del Golden Boy para leer la página en la que estaba, pero el libro se cerró de repente y el moreno se levantó y se fue ignorándolo por completo.

-Potter, quiero hablar contigo.

-Pues yo contigo no- respondió cogiendo su escoba y dejando el libro en la mesa.

-Pues al menos escúchame.

-No quiero oír lo que tengas que decir Malfoy, ya tuve suficiente con lo de ayer.

-Pues me va a oír.

-Inténtalo- lo retó antes de despegar a toda velocidad y perderse en el bosque al otro lado del prado. El Silver Prince oyó una risita cerca y se giró a mirar al gato que jugaba con su pelotita sin mirarlo.

-¿Y tú de qué coño te ríes minino?

-Mejor no te respondo a eso, no te iba a gustar- respondió Athem yéndose de allí.

 

La semana siguió de la misma forma, Sirius y Remus se iban temprano por la mañana, volvían a la hora de comer y volvían a irse hasta la hora de la cena. Draco se enteró de que ambos habían montado una empresa de vehículos mágicos y que trabajaban en ella mientras que Severus estaba de vacaciones por seguir en la plaza de profesor de pociones en Hogwarts. Al tercer día de la llegada de Draco y su pelea con Harry el Gryffindor ya tenía notorias ojeras bajo los ojos de acostarse tan tarde y levantarse tan temprano en el intento de coincidir lo menos posible con el Silver Prince. Esto empezó a preocupar a los mayores, sobretodo a Remus quien mimaba en exceso a ambos menores. El viernes por la tarde Sirius y Remus se cogían fiesta por la tarde y por eso Remus preguntó a ambos chicos si iban a acompañarlo a la cuidad para dar una vuelta juntos y comprar algunas cosas que faltaban.

-Yo me apunto Remus, llevo aquí toda la semana, querría ver la cuidad.

-Yo no voy, no me apetece.

-Pero Harry, habíamos quedado en que también iríamos a comprar ingredientes para tus platos y sin ti no sé qué tengo que coger, cachorro.

-Te haré una lista- el licántropo lo miró algo dolido mientras se iba.

-Joder qué cabezón es- suspiró Draco levantándose para seguirlo. Corrió escaleras arriba y lo cogió justo cuando entró en su habitación. Lo cogió del brazo y cerrando la puerta lo pegó a ella impidiéndole cualquier salida.- Ahora me vas a oír y no podrás escaparte.

-Suéltame- siseó peligroso.

-Mira Potter, puedes clavarme las uñas, darme de patadas, morderme, hacerme cualquier tortura pero tú me vas a oír aquí y ahora- le dijo convencido.- Sé que no nos hemos llevado bien todos estos años, ahora también sé que los pasteles que tanto me gustaban los hacías tú, sé que el venir aquí fue idea tuya, lo sé todo salvo lo de Kyle, pero ya me han avisado que eso es tema tabú y no pienso comentarlo más. He sido un gilipollas y un cegato por no ver que intentabas que nos lleváramos bien, que me estabas ofreciendo una segunda oportunidad para ser amigos, no sabes cuánto he deseado que pasara esto y no sabes lo que me ha jodido el que volviera a estropearlo. No suelo hacer estas cosas pero merece la pena pedirte perdón mil veces si con ello consigo que lo intentemos. Si no quieres perdonarme podré entenderlo pero no siguas así, si quieres ignorarme hazlo pero no dejes de desatender a quienes tanto te quieren y tanto se preocupan por ti, has ofendido mucho a Moony diciéndole lo que le has dicho.

-De acuerdo, tú ganas, no puedo estar enfadado con alguien tanto tiempo ni dejar que se preocupen tanto por mí por culpa de mi cabezonería. Lo intentaremos, sólo tienes una oportunidad Malfoy, según lo que me has dicho ya sabes que lo del impresentable me dolió muchísimo así que no lo comentes más y ten cuidado de cómo actúas. Recuerda, sólo una oportunidad, yo intentaré hacerlo lo mejor que pueda- terminó con una dulce sonrisa en los labios.

-Yo también, lo prometo, pero ahora, vamos a bajar, vamos a darles la buena noticia y nos vamos a ir con Remus a la cuidad.

-De acuerdo.

 

Draco dejó espacio a Harry para apartarse y abrir la puerta, bajaron con una sonrisa en los labios y dieron la noticia sin muchos detalles de lo que había ocurrido arriba, Moony los abrazó totalmente eufórico por ellos y los mandó arriba a cambiarse para poder irse. Ante el horror del Slytherin Harry se puso ropa que era tres veces su talla y ni trató de peinarse, volvieron a bajar mientras el rubio se prometía registrar el armario de su nuevo amigo y si se daba el caso arrastrarlo hasta la cuidad para renovarle el fondo de armario.

 

La cuidad era mitad muggle mitad maga, había una parte de ella en la que se podían encontrar todo tipo de artículos mágicos, incluso había un punto de aparición, en donde se aparecieron, que estaba cerca del bar que conectaba con la parte muggle. Pasaron primero por las tiendas del lado muggle para conseguir los ingredientes del nuevo plato con el que experimentaría Harry. Draco aprovechó para tomar nota de las tiendas de ropa que había por si tenía que volver con el moreno. A la vuelta pasaron por la tienda de Quidditch para coger los productos de mantenimiento de escoba y aprovecharon para comprarle una Saeta de Fuego a Draco en nombre de los cuatro. El rubio estuvo discutiendo con Harry y Remus diciendo que no podía aceptarlo y que no había falta, pero el mayor lo ignoró comprándosela mientras que Harry lo callaba y lo hacía aceptar amenazándolo con no volver a hablarle en la vida.

 

Para cuando volvieron casi se había hecho de noche y la cena ya los esperaba en la mesa, se encontraron a Severus sentado en el sofá leyendo y a Sirius con la cabeza apoyada en sus piernas y sentado en el suelo dibujando. Se levantaron nada más verlos para besar y abrazar a Moony y los dos menores.

-...Y luego hemos ido a por la escoba de Malfoy- contaba Harry.- ¿Os podéis creer que lo he tenido que amenazar con retirarle la palabra para que acepte la Saeta? De verdad Malfoy, hacerme llegar a ése extremo me ha parecido demasié, que sólo es una escoba hombre.

-Sigue siendo la mejor del mundo Potter, y me parece demasiado regalo para no tener ningún motivo.

-¿Te parece poco motivo celebrar el que pases un tiempo con parte de tu familia? Además ahora serás tan rápido como yo, las probaremos después de cenar.

-Tendréis cuidado ¿verdad?

-Moony no te preocupes, estás hablando de los dos mejores jugadores de Quidditch de Hogwarts.

-Me preocuparía menos si estuvierais tan compenetrados como los gemelos, al menos estaría seguro de que si uno se va a caer el otro estará a tiempo para cogerlo.

-Remus tú apenas has visto un par de partidos suyos- respondió Sev.- Yo no me he perdido ninguno y te puedo asegurar que están tan compenetrados como los Weasley.

-Sólo que en vez de ir a cogerlo si se caía intentaban tirarlo en el menor signo de debilidad- bromeó Sirius.

-Eso no me ha hecho gracia cielo.

-Bueno, bueno, lo nuestro está arreglado y tendremos cuidado, no te preocupes Moony, juro por lo que más quiero que no tiraré a nadie de la escoba y muchísimo menos a Malfoy, ¿qué clase de amigo sería si lo hiciera?

-Tranquilo Remus que si le da por hacer alguna maniobra de las suyas y se cae yo lo recojo, al segundo bote.

-Ja, ja, ja, qué gracioso Malfoy, pero no me voy a caer, no te preocupes- terminó con el postre de un bocado y se levantó limpiándose con una servilleta.- Bueno yo ya estoy, iré cambiándome.

-Enseguida voy yo- se comió su último trozo de fruta y subió detrás de Harry. Se lo encontró metido en el armario poniéndose unos ajustados pantalones blancos y una camiseta del mismo color algo menos pegada.- ¿Por qué te vistes así?

-¿Nunca has volado entre las estrellas?

-No.

-Bueno, pues hoy será tu estreno, te va a encantar, ponte cualquier cosa blanca que tengas, cuando salgamos entenderás el porqué.

-De acuerdo.

 

El Gryffindor esperó a que se cambiara y bajaron juntos de nuevo al comedor, los tres mayores sonrieron al verlos vestidos casi igual. Cada uno cogió su escoba y se guardó la varita en el bolsillo por si acaso la necesitaban, luego los cinco salieron al patio. Severus hizo aparecer algunas esferas de luz para que pudieran ver dónde estaba la casa al volver. Se subieron a sus escobas y despegaron, Harry indicó a Draco que lo siguiera y salió disparado con el rubio detrás. Cuando se hubieron alejado de la casa el Gryffindor aminoró la marcha hasta pararse.

-¿Y bien, qué te parece?- le preguntó al rubio extendiendo los brazos.

 

El Silver Prince miró a su alrededor, pareciera que estaban rodeados de estrellas, su luz los alumbraba a ambos con una luz azulada que se reflejaba en las ropas blancas resaltando las figuras y haciendo más fácil ver al otro. La brisa veraniega soplaba a su alrededor, el cielo estrellado los envolvía en una masa de luces azul-blanquecinas y oscuro fondo.

-Es impresionante.

-¿Verdad que sí? ¡Vamos!

 

Volvió a acelerar con el Slytherin a su lado, volaron entre árboles, brillantes hadas y sobre el agua. Se dejaron caer por una cascada hasta quedar a ras de la superficie del agua, volvieron a subir a velocidad vertiginosa haciendo piruetas, bailaban en el aire, totalmente acompasados, como si fuera uno el reflejo del otro. Cuando ya se cansaron decidieron que era hora de volver y se dirigieron con tranquilidad y en silencio de vuelta a la casa, donde las esferas seguían encendidas pero los mayores ya se habían ido. Guardaron las escobas y Harry se encargó de apagar las luces, Draco quiso hablar pero él puso un dedo en sus labios pidiéndole silencio sin palabras. Subieron a la habitación con sigilo y con la luz de la varita de Draco para molestar lo menos posible, una vez arriba y con la puerta cerrada Harry habló.

-Es una pasada ¿verdad?

-Inigualable.

-Pues espera a que haya luna llena, es aún mejor, me ducho en cinco minutos y te dejo el baño, ¿vale?

-De acuerdo, mientras iré buscando mi ropa- cada uno fue a la puerta que les correspondía en silencio. Harry tardó cinco minutos justos en ducharse, salió con una toalla a la cintura y dejó entrar a Draco, que había preparado su ropa encima de la mesa, mientras él iba al armario a cambiarse.- Me encanta tu ducha, tiene la temperatura perfecta y el agua no hace ruido al caer en la tina.

-Lo sé, le puse un hechizo silenciador para que cuando volvía a estas horas no molestara a nadie.

-Una buena idea- ambos se metieron en sus camas.- ¿Sabes? Hoy me lo he pasado genial, me habría gustado disfrutar de momentos así desde antes.

-Ahora no te lamentes más por eso, mientras estés aquí podré enseñarte cosas parecidas y podremos hacer esto todas las noches que quieras, incluso podemos jugar Quidditch, lo que tú quieras.

-Tengo la sensación de que hace tiempo que no te divertías.

-Sí, un poco, mañana hablaremos de eso, ahora Morfeo me reclama y creo que voy a dejarte con la mosca- dijo bajando cada vez el tono hasta que casi no se le entendió.

 

El sol los despertó a ambos cuando estaba justo en el centro de la cúpula, Harry bostezó y se estiró como un gato sobre su cama mientras Draco hacía lo propio en la suya. Ambos se miraron y se echaron a reír, el moreno por el pelo despeinado y las pintas desaliñadas de Draco y el rubio por el parecido con un felino que tenía Harry al estirarse.

-Buenos días.

-Buenos días, ¿qué hora tenemos?- Harry miró la cúpula.

-Las dos y poco del mediodía.

-¿Cómo lo sabes?

-Por la posición del sol en la cúpula, está hecha para que a las dos esté en el centro, y ya ha pasado un poco del centro, serán y cuarto o y media.

-Interesante- su estómago gruñó de hambre.- ¿Bajamos a comer?

-Nos vestimos y vamos, me da vergüenza salir en pijama.

-Pero si estás monísimo- bromeó.

-Claro que sí, ¿y el gran Draco Malfoy piensa salir totalmente despeinado aunque su pijama parezca de gala?

-Creo que es mejor que nos cambiemos- aceptó el rubio, Harry sonrió divertido y ambos se metieron en el armario, cada uno buscando algo que ponerse.- ¡Ah no! ¡Eso sí que no! ¡Por encima de mi cadáver Potter!- le dijo el rubio al ver que el Golden Boy pensaba ponerse una camiseta en la que entrarían dos Harrys y sobraría sitio y unos pantalones que iban por el mismo camino.

-¿Qué pasa?

-Son un horror, no lo digo por ofender, pero te quedan fatal, es como para alguien que tiene tres veces tu anchura, lo siento Potter pero tienes pésimo gusto para la moda.

-Estoy en casa, ¿qué importa?

-Pues que llevas unas pintas que ni Weasley en el baile de Navidad de cuarto, menos mal que hiciste que sus hermanos le compraran una túnica nueva.

-¿Cómo te enteraste de eso? Según creo era secreto.

-Te lo contaré si te pones otra cosa.

-De acuerdo- buscó en su armario y se decidió por unos pantalones piratas beige y una camiseta de manga corta marrón.- ¿Mejor?

-Infinitamente, aunque parece más para salir a la calle.

-No tengo otra cosa.

-¿En serio?- el Gryffindor asintió.- Bueno, ponte los vaqueros más ajustados que tengas y la camiseta que quieras, luego miraré qué se puede hacer con tu ropa.

-Qué quisquilloso eres para la ropa.

-No es que sea quisquilloso, es que me han educado para ir siempre vestido para la ocasión, venga cámbiate que mi estómago pide a gritos algo para comer.

-Voy, voy- se puso los vaqueros más ajustados que tenía y se dejó la camiseta.- Ya está, vamos.

 

Cuando bajaron al comedor los mayores los estaban esperando sentados en los sillones cada uno enfrascado en su actividad. Al verlos llegar se levantaron y los cinco se sentaron en la mesa para empezar a comer.

-¿Y bien? ¿Qué tal anoche? ¿A qué hora volvisteis?

-Creo que eran las tres de la madrugada, hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien- respondió el Golden Boy ilusionado como un niño.

-Fue increíble, jamás había pensado que algo así fuera posible, parecía que volábamos entre estrellas, incomparable.

-Veo que lo disfrutasteis, me alegro, ¿pensáis volver a salir esta noche?

-Creo que sería mejor que esta noche hiciéramos otra cosa, dentro de un par de días será luna creciente y será mejor, podríamos esperar hasta entonces para volver a salir y dedicarnos a otra cosa mientras.

-Me parece bien, ¿qué pretendes que hagamos hoy?

-Hoy debe de haber concierto en la cuidad, ¿qué te parece que vayamos?

-Me parece bien.

-Perfecto entonces- terminaron de comer con tranquilidad y ambos fueron al baño para limpiarse los dientes y volvieron para sentarse en el patio. Athem se subió al regazo de Harry y se quedó ahí enroscado para que su amo lo acariciara mientras que Salazar se enroscó el la silla que ocupaba el Silver Prince.- Creo que no he hecho las presentaciones pertinentes, Draco te presento a mi serpiente Salazar, es un regalo que me hizo Sev cuando vine a vivir con ellos, y éste mimoso de aquí es Athem...

-Tu gato guardián, me lo dijo él, tuvimos una corta conversación el otro día.

-¿En serio? ¿Y de qué hablasteis vosotros dos?- le preguntó al gato más que al rubio. El minino se encogió de hombros bufando.

-Nada importante.

-Siempre que dices nada importante me preocupo más, pero mejor no pregunto ¿no? Puede que no me guste.

-Exacto, aprendes rápido joven amo.

-Lo sé, ¿y bien Malfoy? Creo que tienes que contarme algo todavía, me he cambiado de ropa tal y como me has pedido.

-Ah, sí, no me acordaba. No tiene mucho misterio Potter, Pansy estaba en Madame Malkins haciéndose las nuevas túnicas para el colegio y entraron los gemelos, la otra dependienta los atendió y ella oyó toda la conversación, ellos le dijeron a la dependienta que buscaban una túnica de gala para su hermano, le dieron las medidas y mientras la mujer buscaba algunas posibilidades ellos comentaban los pros y contras de de decirle a Weasley que el dinero con el que se la compraron era el que ganaste con el torneo. Como comprenderás Pansy me vino con el chisme porque ella es incapaz de controlarse cuando hay una noticia bomba, sobre todo cuando ellos dijeron que era mejor mantener en secreto de donde había salido el dinero, aunque como luego vino todo eso de que estabas loco y tal pues se le olvidó.

-Pues sí, no tiene misterio ninguno- se rió el moreno.- La verdad es que Fred y George a veces carecen de disimulo, aunque claro, eso también es parte de su encanto, de no ser así no habrían tenido tanto éxito con su tienda.

-Bueno, pues yo ya he cumplido, ahora tienes que responderme al comentario de anoche, parecía que no te lo habías pasado bien en mucho tiempo.

-La verdad es que has dado en el clavo, hace un tiempo que no me divertía tanto, suelo pasar bastante tiempo en casa, menos cuando salgo a los conciertos de los sábados y las salidas nocturnas en escoba.

-Ya veo, ¿y tus amigos? Pensé que Granger, Weasley y el resto de tus leoncitos vendrían a verte- Harry hizo una mueca extraña y Draco se alarmó.- ¿He tocado un tema que no debía tocar?

-No del todo, es simplemente que todos están ocupados, Seamus y Dean han empezado a vivir juntos y están con los típicos problemas de pareja, Neville está estudiando duro para poder entrar a trabajar como profesor de Herbología en Hogwarts porque la profesora Sprout se jubila y necesita sustituto, y como hay más peticiones que la suya Dumbledore ha pensado en hacer un examen de acceso.

-¿Y Granger y Weasley?

-Están de luna de miel, se casaron hace un par de semanas, estarán en Túnez, los gemelos tienen la tienda abierta todos los días y como también están buscando más ayudantes para abrir otras tiendas en Hosmade y en la cuidad de al lado andan bastante ocupados. Cuando vienen a la cuidad se pasan para comer con nosotros pero ahora están centrados en Hosmade porque están a punto de cerrar un trato con Zonko.

-Ya veo, así que ninguno puede venir a verte y tú no tienes a nadie con quien estar a parte de tus padrinos ¿no?

-Exacto, entre semana Moony y Pathfoot se van a trabajar, hasta el viernes por la tarde no puedo estar con los tres a la ve. El único que está entre semana es Severus, pero él a veces se encierra en su estudio a preparar sus clases de este curso que viene o a mejorar algunas pociones. A veces me quedo a verlo, sinceramente me apasiona su soltura frente al caldero, y otras le hecho una mano para practicar y mejorar en pociones, pero hay días en los que no me apetece y no sé qué hacer, es por eso que he desarrollado el hobby de cocinar y hacer pasteles.

-Entiendo, y me imagino que algunos viernes los tres querrán estar juntos un rato y tú no tienes nada que hacer ¿verdad?

-En el clavo, ¿cómo me entiendes tan bien?

-Yo también he vivido esto, me imagino que también te has leído como mínimo una estantería completa porque no se te ocurría que hacer y has desarrollado otro hobby a parte del de cocinar.

-Cierto, toco el violín, y compongo canciones.

-¿En serio? Nunca lo habría pensado de ti, no me malinterpretes, lo que quiero decir es que... no sé, nunca te había imaginado con un violín entre las manos.

-Tienes razón- se rió.- Yo hasta que tuve uno en las manos tampoco me vi capaz de tocar ninguno.

-Yo toco el piano, desde pequeño, fue una experiencia extraña el cómo empecé. Mi madre quería que tocara la flauta travesera, así que me llevó a una tienda de música para comprarme una y empezara a aprender, pero cuando entré en la tienda mi vista se quedó en un precioso piano de cola blanco mármol. El dependiente notó que la mirada se me iba al piano mientras mi madre hablaba con él sobre flautas y me preguntó si quería probarlo. Dije que sí sin pensármelo, en cuanto me senté en la banqueta pareció como si aquello estuviera hecho exclusivamente para mí, abrí la tapa y descubrí que las teclas parecían adaptarse a mis dedos en vez de ser al contrario, sin darme cuenta estaba interpretando para Elisa de Beethoven con lo que recordaba de haberla escuchado anteriormente. La verdad es que fue una sorpresa para todos, mi madre acabó por comprarme el piano en vez de la flauta totalmente eufórica de que su hijo fuera tan buen pianista sin siquiera haber tomado clases.

-A mí me ocurrió parecido, recién llegado aquí fui con Moony a la cuidad para comprar la comida y pasamos por frente de una tienda de música, un violín que estaba en el escaparate me llamó muchísimo la atención y entramos a verlo. Cuando el dependiente me ofreció probarlo casi me da un síncope porque no sabía nada de violines pero como insistió accedí y de repente supe qué tenía que hacer, empecé a tocar una canción que me iba inventando. Remus no dudó un instante en comprármelo, me compró también un atril, unas partituras y unas hojas con pentagramas y una vuelapluma para que fuera escribiendo mientras yo tocaba.

-No he visto el violín ni las partituras en ningún sitio.

-No las tengo en el dormitorio sino en la cúpula.

-Ya veo, me gustaría oírte tocar alguna vez.

-Mañana lo harás, aunque sería bueno que trajéramos un piano para que tocaras mañana conmigo, estoy seguro de que quedaría estupendo.

-¿Qué pretendes hacer?

-Es un hábito que he cogido sin darme cuenta, mañana te lo explicaré mejor, ahora vamos a que me registres el armario, no quiero que me eches en cara muchas más veces mi pésimo gusto para vestir cuando no es culpa mía.

-¿Cómo que no es culpa tuya? ¿Nunca te han llevado de compras cuando eras pequeño?

-Nanai, mis tíos nunca me han tratado bien, yo era su criado, la ropa que llevaba era de mi primo, que era tres veces yo, así que entenderás mi manía con la ropa que es tres veces mi talla.

-Lo entiendo, bueno pues ya que nadie te ha llevado de compras lo haré yo, el lunes por la tarde nos vamos los dos a la cuidad. Ya verás lo que es llevar ropa de verdad y no esos trapos, ¿tito Sev nunca te ha llevado a que cambies tu fondo de armario?

-Lo de Sev no es el shopping- se rió el Gryffindor.- Se estresa en las tiendas, no tiene paciencia y nuestros gustos no coinciden nunca así que pensamos que era mejor no intentarlo.

-Está bien, se lo acepto, veamos qué tenemos aquí- el rubio entró en el armario y miró al lado de Harry. Empezó a mirar las camisas que estaban colgadas y a coger las que no le gustaban dejándole sólo con cuatro de manga corta, una blanca, otra negra con tirantes, una roja sin mangas y otra verde esmeralda.- Éstas son las únicas que te acepto.

-Son pocas.

-No te preocupes, tu armario volverá a rebosar el lunes.

-De acuerdo.

Notas finales:

gracias por leerme


Kisses


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).