Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pequeño Capricho por Livert-Girl146

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

::NOTAS INICIALES::¡Hola`s! Saiyuki, no me perítense ni sus personajes. En fin, aquí les traigo el segundo capitulo de mi fic, que de verdad se esta poniendo en algo con Sanzo-sama y el bebé, ¿Cómo podrá acertar al ser en su vientre, sin antes que se le ocurra despreciarlo? Ahora sheken y dejen reviews.

::PEQUEÑO CAPRICHO::


 


-.+.-(Gojyo x Sanzo)-.+.-


 


::CÀP.Nº2: UNA VOZ::


 


-¡Deja eso!-Le decía el peli-rojo a su chico el cual fumaba y este le quitaba el cigarrillo de la boca, ya que sabia que eso el asía daño para su estado de espera.


 


-¡Tonto duende! ¡Déjame fumar en paz!-Renegaba Sanzo ya que no le gustaba dejar de fumar y sobre todo no le pasaba la idea de la cabeza de estar en cinta.


 


-Sabes muy bien que esperas un bebé, por tu bien, no te permitiremos que te le hagas daño al bebé.-Le aclaro Hakkai votando los cigarros de este.


 


-No me importa. Yo no pedí estar así.-Se enojo mas.-Si le pasa algo no me importa.-Dijo con mucha frialdad.


 


-¡No digas eso!- Solo es un pequeño, no puedes lastimarlo así, no lo permitiré.-Dijo igual de molesto el peli-rojo.


 


-Eso a ti no te incumbe. Soy hombre, esto no puede pasar.-Sanzo no Quero al pequeño ser que se formaba dentro de él, eso le desagradaba.


 


-¡Cállate!-Exclamo Gojyo con el rostro ensombrecido.-No dejare que el bebé pase por lo que yo pase, eso no lo permitiré me oíste.-Estaba mas que decidido a no dejar que el monje despreciara al bebé, eso le dolía por que le traía barios recuerdos de su madre.


 


-¿Pensé que me amabas?-Le dijo Gojyo a su koibito.-¿Por qué no lo aceptas? Los únicos culpables somos tú y yo.-Le aclaro.


 


-¡Maldito!-Rechino sus dientes.-Si hubiera sabido que esto me ibas hacer, te juro que nunca te hubiera aceptado.-Le respondió con desprecio.


 


-¿Nan-datto?-Se sorprendió de cómo esta de frío su chico.-Sanzo…-Trato de entender lo que el chico de verdad estaba sintiendo con todo el embrollo.


 


-Lo único que haces es darme dolores de cabeza, maldito Duende pervertido. No quiero volver a ver tu cara de tonto.-Le dijo molesto mientras se iba de ahí, dejando a los 3 chicos mas que preocupados.


 


-¡Shimatta!-(¡Maldición!)-Dejo escapara el Duende de Agua más que preocupado por la situación con su chico.


 


-Esta muy quisquilloso.-Suspiro Hakkai acercándose a Gojyo.


 


-¿Los bebes provocan eso?-Preguntaba un Goku mas que confundido.


 


-No de ese modo…-Suspiro Gojyo.-¿Qué es lo que tengo que hacer para que entienda?-Se puso una mano en la cabeza sin poder hacer que su chico pudiera entender bien en lo que estaban metidos.


 


-Solo hay que darle un poco de tiempo. Se que es muy difícil para Sanzo asimilar esta situación y es que no es muy común en un hombre, tú lo sabes.-Le animo Hakkai para que le dieran tiempo al monje para poder aclarar sus dudas.


 


-¿Cuánto he de esperar?-Suspiro.-Es muy terco y obstinado.-Pucherio.


 


-Sanzo, no es tan malo.-Murmuro Goku.-Además es su bebé, cuanto lo puede odiar?-Murmuro Goku.


-Bueno, si se párese a Gojyo de seguro si lo odia.-Dijo divertidamente Hakkai.


 


-¡¿Déjate de bromas?!-Se exalto Gojyo.


 


-Guaaa, eso es verdad.-Chistó Goku sabiendo que era la pura verdad, sabiendo que Sanzo si que no lo podía ni ver en esos momentos en que deseba quitarle futuras descendencias al Duende de Agua por su resbalón.


 


-Bueno dejando de lado eso, puede ser cierto que Sanzo pueda hacer algo con el bebé. No sabemos que pasa por su cabeza.-Analizo Hakkai.


 


-No, se que Sanzo no ara eso.-Dijo Goku muy seguro.-Se que Sanzo es muy malo de vez en cuando, pero si así fuera por que fue a buscarme en la montaña?, ¿por que te defendió de tu condena?, ¿porque se enamoro de ti Gojyo?-Les hizo entender.


 


-Goku…-Murmuraron los dos chicos.


 


-…-Gojyo sonrió.-Tienes razón, él no es lo suficientemente capaz para matar a un bebé.-Saco un cigarro y lo encendió.


 


 -Solo hay que confiar en que todo saldrá bien.-Murmuro también Hakkai.


 


-Hakkai…-Susurro Goku recuperando su lado infantil.


 


-¿Qué ocurre?-Le respondió.


 


-¿Cómo nacen los bebes?-Le pregunto el mono.


 


-…-A Gojyo se le cayo en cigarrillo de la boca ya que se le abrió la boca de golpe al oír esa pregunta del mono.


 


 


 


-°+.-


 


Sanzo estaba acostado en la cama de su habitación, estaba más que pensativo como de costumbre. Estaba muy enojado con su koibito, bueno mas bien ya lo consideraba su ex. Pero lo que más le sorprendía era el hecho de poder tener un bebé en su interior, era demasiada sorpresa. No era nada bueno, sobre todo el hecho de tener un bebé a bordo de su misión lo complicaba a un mas, ya que cuando se dieran cuenta los Demonios de seguro no lo dejarían en paz con tal de matar a esa criatura; era una responsabilidad muy grande, que no sabia si podía cumplir a su totalidad.


 


-¿Querer? O ¿no querer?-Susurro mientras inconscientemente se ponía una mano en su plano vientre.


 


-Si ese tonto no fuera tan arrastrado.-Pensó de nuevo en Gojyo.-No puedo hacerme cargo de él, no es algo que yo deseé.-Se sentó en la cama. 


 


-Talvez pueda…-Pensó muchas cosas.


 


Sin que Sanzo aun no lo notara alguien lo espiaba por la ventana, un aura negra y demoníaca que paresia tener algo en mente al ver la situación del monje. Pero no tardo mucho en que Sanzo se diera cuanta de su presencia; tomo su pistola y se dirigió a la ventana, abriéndola con violencia mirando por los alrededores con sospechas.


 


-Mmm…-Los síntomas lo confundían bastante. Era algo que le desagradaba bastante. Cerro de nuevo la ventana, para sentarse en la cama, pero de repente su estomago gruño por el hecho de que su retoño le exigía alimento.


 


Esto no puedo estar pasando.-Se resigno mientras se ponía la mano en la frente. Trato de que Gojyo, Hakkai y Goku no se fueran a dar cuenta de que iría a darse una vuelta por la ciudad para buscar un lugar tranquilo donde comer. Por suerte no los vio por ningún lado, sino hasta que paso por la habitación donde había estado antes, noto que sus compañeros seguían ahí, pero le resbalo una gota por la cabeza, al oír algunas explicación de Hakkai de cómo nacían los bebés.


 


-Idiotas…-Susurro con desagrado mientras silenciosamente se alejaba de ahí.


 


-°+.-


 


Estaba más que aburrido, mientras tomaba un poco de té. Que se podía hacer después de todo ya estaba con el deber encima, pero él se lo había buscado?


 


-Claro que no.-Susurro con desprecio.-El culpable es él.-Susurro de nuevo con más desagrado.


 


-Aquí tiene su orden señor.-Llego el camarero para llevarle “sus” platos de comida, que para su ver se había exagerado un poco, ya paresia Goku en esa aspecto de estar comiendo mucho, pero su panas no paresia crecer, es como si solo adsorbiera para el ser en su vientre.


 


-Que molesto.-Dijo comiendo del primer plato de carne que había ordenado. A su lado había una botella de licor, la cual le pareció muy buena para arreglar su estado de ánimo, pero sabía que ahora le era muy dañino, pero era algo que no le importaba, de todos modos nunca le había importado en si su salud.


 


-…-El peli-rubio vació un poco de licor en un vasito, cuando ya lo tubo lleno, lo levanto con intenciones de tomarlo, pero solo alcanzo a toparlo con sus labios. La culpa le estaba ganando, y le impidió cometer algo cosa contra el ser que en su interior.


 


-Ssh.-Se resigno molesto alejando el vasito.-“Te odio, Sha-Gojyo. Tú, y  tus malditas hormonas” Tenia cuanto mas insultar al peli-rojo, no se lo perdonaría.


 


-…-


 


-¿…?-Un sujeto encapuchado de buena altura observaba al monje sentado en otra mesa.


 


-No es algo que a ti te importe.-Dijo con indiferencia tocándose el vientre, siguiendo consolándose con la comida y no con sus vicios.


 


-…-Paresia que le gustaban los gestos del peli-rubio quien solo le ponía cara de desprecio.


 


-Por que creo que te equivocaste de persona, porque yo no he pedido a alguien tan entrometido como lo eres tú.-Le dijo  al bebé con desprecio, solo concentrándose en sus propios problemas.


 


-…-El monje no dijo nada, de repente algo le estaba cambiando el humor, como si de nuevo la culpa lo estuviera matando por dentro.


 


-Baya si que eres difícil.-Se rasco la cabeza ya resignado.


 


A Sanzo le estaba apareciendo un poco tonto estar peleando de esa manera con un pequeño ser que apenas crecía en su cuerpo, si que se sentía entupido. Termino de comer y pagando decidió marcharse de nuevo a la posado donde estaban quedándose por el momento.


 


-…-


 


Aquella sombra se levanto de donde estaba, para seguir al monje de nuevo.


 


 


-°+.-


 


No supo como pero la tarde había caído como de repente, sin que lo pudiera notar. Llego a la posada encontrándose a un Gojyo de brazos cruzados quien se interponía en su paso, y no era para menos después de estar esperando al chico, con preocupación; tanto por su estado, como lo era de que aun el peli-rubio no le respondía de si aceptaba al bebé.


 


-Déjame en paz.-Le dijo con enojo empujándolo para poder pasar.


 


-¡Bastardo!-Tomo al monje por la muñeca deteniéndolo, arrinconándolo en la pared cercana.


 


-¡Maldito Duende de Agua!-Se molesto Sanzo al ver el atrevimiento de su chico.


 


-Idiota.-Le exclamo.-¿Dónde estabas?-Le encaro.


 


-…-A Genjo-Sanzo le creció una gran vena roja en la frente. ¿Desde cuando le daba explicación a esta persona?


 


-No sabes lo preocupado que estaba.-Le expreso.


 


-Nadie te lo pidió.-Le dijo desviando la mirada.-Además desde cuando te preocupas por mi de esa manera, sabes muy bien que no me dejo matar tan fácilmente, eso te hace un verdadero idiota.-Le dijo con ironía.


 


-Déjate de bromas, Sanzo.-Esta vez lo tomo por los hombros.


 


-Ya es suficiente que me pegues un hijo y todavía quieres burlarte de mi.-Retiro con violencia las manos del peli-rojo.


 


-Lo ves, ese es tu problema. Deja de culpara al bebé, no te ha hecho nada.-Le reclamo.-Si tienes que enfadarte con alguien, hazlo conmigo.-Le encaro mas serio.


 


-¿Por qué arias eso? ¿Lastima? O te enorgullece tu descendencia. ¡Pervertido!-Le dijo muy fríamente sin ninguna lastima.


 


-…-Su puño se aperto con fuerza por esas palabras tan frías de su chico, si el bebé le afectaba estaba seguro que ese era el motivo por el que se comportaba de esa manera tan fría.


 


-Deberías de estar feliz, por una vez en la vida puedes decir que tienes alguien que es de verdad parte de tu familia, parte de ti.-Le dijo con toda sinceridad.


 


-La persona que mas quería y respetaba en la vida ahora esta muerto…-Le dijo con el rostro un tanto apagado.


 


-Sabes…te seré sincero…-Se tranquilizo Gojyo para poderle decir algunas palabras que sentía al joven monje.


 


-Ya déjame en paz, tengo muchas cosas que hacer.-Le cometo queriéndose ir de nuevo, pero esta vez no fue una mano lo que le detuvo, sino un fuerte brazo que lo sorprendió mas que bastante.


 


-…-El peli-rojo lo abrazo con tanta fuerza para no dejarlo ir, necesitaba expresarse, para estar tranquilo consigo mismo.


 


-Yo también me sorprendí cuando supe la noticia de tu estado. Nunca me puse a pensar en tener un bebé, siempre me gusto jugar con mujeres.-Eso no le pareció mucho a Sanzo.


 


-No me cuentes tus cochinadas.-Se forcejeo molesto por lo que le decía.


 


-Pero cuando te conocí, te odie de una manera diferente. Tu fuiste el culpable de que ese odio y desprecio, se transformara en verdadero amor. De verdad me gustas y el hecho que te ame, es que deseo tanto que aceptes al bebé como yo lo acepte.-Le susurro con sentimiento.


 


-¿A que viene todo esto?-Estaba apunto de sacar su abanico para reprender al Duende de Agua, pero de nuevo el peli-rojo lo interrumpió.


 


-Yo siempre quise que mi madre me quisiera, a pesar de que no era mi madre de lazos de sangre, yo la consideraba de ese modo.


 


-Pero por más que le quise…por más que deseara su amor; ella nunca me lo brindo. Sanzo, no quiero que eso vuelva a pasar, no soportaría viéndote asesinara a nuestro retoño. –Le susurro para que pudiera saber como se sentía en esa situación en la que estaban envueltos.


 


-…-Sanzo tenia el rostro sombrío.


 


-No dejes que eso vuelva a pasar. Quiero otro futuro para nuestro bebé. ¿Por qué no lo entiendes?-Le dijo de nuevo.


 


-Tú no me das ordenes, Duende de pacotilla.-Rechino sus dientes zafándose del amarre del chico alto para alejarse de ahí, estaba todo confundido, necesitaba un verdadero descanso y poner en claro sus dudas.


 


-Sanzo…-Esta vez Gojyo no pudo evitar golpear la pared con mucha fuerza, ya que su chico tenía una fuerte terquedad.


 


 


-°+.-


 


Paresia que todos estaban a favor de que tuviera al ser en su vientre, pero de verdad no sabían como se sentía. No era tan simple como lo era comúnmente, era una etapa difícil, no quería ser un blanco fácil. No quería ver morir mas personas allegada a él.


 


A pesar de que Sha-Gojyo le repitiera que lo amaba y que deseaba que formaran una familia, era como pedir un imposible, aun no sabía como fue que quedo embarazado, además había la posibilidad de que el bebé, fuera mitad humano y mitad demonio, no sabia como lidiaría con eso.


 


-¿Qué estoy pensando?-Suspiro acostándose en la cama, él no era de los que dudaban o se echaban para atrás. ¿Algo le estaba pasando? Y el bebé era el culpable de su estado de confusión.  Se sentó en la cama al sentir unas fuertes nauseas, y un fuerte dolor en su estomago.


 


-¿De nuevo…?-Sabia que eran las nauseas, pero esas eran muy fuertes. Empezó a ver borroso, mareándose mucho, lo único que vio antes de desmayarse fue una silueta negra.


 


-°+.-


 


-¿Hablaste con Sanzo?-Le preguntaba Hakkai a su amigo.


 


-Sigue sin aceptarlo.-Refunfuño.


 


-Debemos de amarrarlo.-Aclaro el mono con cuerda en mano.


 


-No nos precipitemos.-Le quito la soga al Goku.


 


-Pero sino el bebé no va ha sobrevivir.-Pucherio.-¡Hara-Heta!-Exclamo al escuchar el sonido de su estomago que mas bien rugía.


 


-Tú solo piensas en comida.-Le dijo resinado Gojyo.


 


-No es mi culpa, es que me preocupo mucho por Sanzo.-Lloriqueo.


 


-Yo también estoy preocupado. La bebé podría salir lastimada por su descuidos.-Murmuro Hakkai pensando.


 


-“La bebé”-Parpadearon Gojyo y Goku al escuchar eso.


 


-¿Cómo sabes si será una niña?-Le pregunto Gojyo un tanto confundido.


 


-Si, yo creí que era un niño.-Murmuro también Goku.


 


-Solo me pone feliz que podamos tener una niña en nuestro grupo. Además le podríamos enseñara a cocinar, limpiar…


 


-…-A los dos chicos les escurrió unas gotas por detrás de sus cabezas al ver la ilusión de Hakkai.


 


-¡Le diré a Sanzo que me lleve a comer!-Exclamo muy contento Goku queriendo ir con el monje.


 


-No tienes remedio.-Se resigno Gojyo.-Dudo mucho que Sanzo-sama tenga humor para salir a comer con nosotros.-Le dijo al mono sabiendo que el rubio quería estar solo.


 


-¿Ocurre algo?-Pregunto Hakkai al ver que Goku paresia confundido al entrar en la habitación del monje.


 


-…-


 


-No esta…-Exclamo al no encontrar al monje por ningún lado de la habitación.


 


-¿Na-ni?-Gojyo y Hakkai entraron pronto a la habitación viendo que no había rastro del chico, asustándolos mucho, sobre todo por que las sotana, las escrituras, estaban en la habitación, algo no estaba bien.


 


 


-°+.-


 


“Una voz que invadía mi cabeza, marchitaba mis pesadillas cada noche. No era un sentimiento común, no eran mis sentimientos. ¿De quien son? ¿Por qué razón me escogió a mí? No reconozco esa voz. Puedo sentir como me llama con mucho miedo…”


 


Sus ojos violetas se abrieron poco a poco mostrando su intenso color. Sentía una pesadez inmensa, un dolor en el vientre que no le dejaba en paz. Cuando pudo aclarar su vista, noto que estaba en un lugar muy oscuro, solo veía una luz que le alumbraba el pequeño lugar donde estaba acostado. Intento ponerse de pie, pero fallo en su intento ya que sus pies estaban sujetos en esa extraña cama donde estaba acostado, solo consiguió sentarse.


 


-¿Cómo llegue aquí?-Se pasó la mano en la cara, tratando de ver en que situación estaba.


 


-Veo que ya despertaste.-Se puso en alerta al escuchar una voz tétrica.


 


-Así que eres tú el que me tiene aquí.-Le dijo fríamente el monje buscando su pistola.


 


-Buscabas esto.-Le dijo enseñándole la pequeña pistola desterradota.


 


-¡Maldito!-Se enfureció tratando de soltarse. 


 


-Por mas que lo intentes Genjo-Sanzo, no podrás librarte de tu cómoda cama.-Le dijo un demonio de aspecto siniestro, vestido con una bata de doctor.


 


-Si buscabas las escrituras, no las tengo yo.-Le dijo seriamente.


 


-¿Escrituras?-Eso le pareció gracioso al demonio.-Lo que busco es mas importante que las escrituras.-Le tomo por el mentón.


 


 -Conmigo no juegas.-Sanzo escupido con toda rabia la cara de ese maldito demonio que tenía demasiadas malas intenciones, pero lo que no sabía era lo que le respondería.


 


-Baya que eres rudo.-Le dio una fuerte cachetada al monje, al cual le escurrió un hilito de sangre de la boca.


 


-Solo eres un simple demonio en busca de una muerte rápida.-Dijo con sarcasmo Sanzo sin dejarse intimidar.


 


-¿Me dices a mi demonio?-Se burlo.-Te estuvo observando desde que llegaste a esta pequeña aldea.-Le comento.-Pero nunca creí que trajeras contigo a un premio mayor.-Le aclaro.


 


-¿Esos tontos? Si los quieres puedes llevártelos.-Le dijo de lo bien que quería sus compañeros.


 


-Me sorprendes de lo frió que puedes llegar a ser.-Tomo una pequeña cuchilla.-Pero lo que deseo no son ellos, son inservibles para mi experimento, pero él, es la clave maestra…-Con la punta de la navaja apunto al vientre del monje.


 


-¿Qué?-Sanzo se espanto al oír esas palabras del demonio, ¿acaso sabia…? ¿Acaso sabia del bebe?


 


-¿Por qué ese cambio de actitud?-Sonrió con maldad. -¿Creíste que podías ocultarlo?-Quito su navaja de ese lugar, el monje estaba muy sorprendido, y no era para menos ese demonio quería al ser en su vientre.


 


-¿Quién lo diría? No eres un humano tan normal, como pensabas. Era lo que buscaba.-Se puso serio.


 


-Nunca lo conseguirás.-Trato de nuevo de zafarse de ese estado, pero le era imposible, sus pensamientos de nuevo se aturdían.


 


-No mereces defender a ese medio-demonio en tus entrañas. Oí cada palabra que decías de que lo odiabas porque te ase un blanco fácil. Entonces, ¿porque defenderlo ahora? Cuando podrías matarlo con facilidad.-Sus palabras eran llenas de cinismo.


 


 


-…-Sanzo estaba en chock. Era muy cierto deseo a cierto punto que su estado le asqueaba, que deseaba verle morir.


 


-Lo vez.-Le señalo.-Acéptalo,  nunca lo vas acertar en ningún aspecto. Pero en cambio yo deseo quedarme con él. Corrompiendo su alma en el infierno.-Una sonrisa diabólica dejo mostrar ese demonio.


 


-Aun así no te lo daré…-Susurro el monje con el rostro cabizbajo.


 


-Eso lo veremos.-Poso su mano bruscamente en la frente de Sanzo.


 


-¡ARG!-


 


-…-


 


-“Si me das a ese bebé, te cambiare su alma por alguien más. Alguien al cual quieres más…”-


 


De repente Sanzo se encontraba en unas penumbras pero ya no se encontraba atrapado en esa camilla de tortura. Esta escuchando las palabras de ese monstruo.


 


-Tú no puedes hacer eso. Ya déjate de fachadas.-Le decía el monje guardando su compostura centrada.


 


-“Se que buscas el perdón de los muertos”-


 


-Los muertos, son muertos no buscan quien los perdonen.-Le dijo sin inmutarse.


 


Aquella voz ya no resonó en esas penumbras y para Sanzo fue un alivio. Un alivio que se trasformo en pesadilla.


 


-Maestro…-Susurro con los ojos bien abiertos al ver la imagen de su maestro el cuál estaba de espaldas a él defendiéndole, a pesar de que agonizaba por unas heridas de muerte.  


 


-“¿Por qué me dejas morir?”-Aun mas fue su angustia al oír esas palabras venir de la persona que consideraba su padre.


 


-Yo…-Trato de tocarlo pero su mano traspaso la imagen del Maestro-Sanzo Koumyou.


 


El paño de sangre pronto corrió, la pesadilla regreso más fuerte que nunca, y sus manos se llenaron de una culpa de color rojo, muy rojo.


 


-No pude salvarle…-La angustia le lleno la mente.


 


-“Entrégalo. Así yo estaré de nuevo contigo”-


 


Una mano se poso en su hombro, una voz que bien conocía.


 


-Maestro…-Susurro al verlo.


 


-“Todo estará bien. Pronto regresare a ti, solo déjalo que se baya”-


 


Esas palabras eran un veneno que estaba envenenando al joven monje, sus ojos se apagaban, se apagaban poco a poco.


 


-Solo tengo que entregar a mi bebé…y podrás perdonarme por no haberte protegido…-Le susurro ya sin ningún signo de lo que estaba apunto de hacer.


 


-“Tranquilízate, yo ahogare tu dolor, me desharé de tu espina…”-


 


Esas manos se trasformaron en garras enromes que querían sacar a ese pequeño ser de las entrañas del monje, arrancárselo sin piedad alguna.


 


-…-


 


“De nuevo escucho esa voz. ¿Por qué me torturas? Esa voz me estaba sofocando, me molesta y mas aun porque ya no me llama, sino que me llora…llora con mucho dolor. ¿Por qué me siento culpable?”


 


-…-


 


-“No dejes que eso vuelva a pasar. Quiero otro futuro para nuestro bebé”-


 


Algo le hizo entrar en razón, unas palabras que cruzaron precisamente  por su mente como un rayo de luz. Endureció sus ojos con odio, con pena, pero más bien como lastima de si mismo.


 


-…-


 


Miraba la luz de la lámpara que lo alumbraba, paresia con la mirada perdida, mientras la sangre se impregnaba en su camisa negra.


 


-…-El demonio sonreía con maldad. -…-Se hizo añicos por un disparo que le habían propinado con una pequeña pistola, que precisamente habían podido coger de sus garras sin que pudiera siquiera notarlo, acabando con él en una muerte sin valor.


 


-Nunca regresara conmigo. Los muertos están con los muertos.-Susurro sabiendo que era una triste ilusión pensar que cambiar a su bebé por su maestro le traería la felicidad, cuando le dejaría una pesadilla peor.


 


El peli-rubio como pudo logro liberarse de su prisión, tambaleante consiguió caminar poco a poco. Tenia que salir de donde quiera que estuviera. Alejarse de ahí sin mirar atrás. Solo deseaba…deseaba…


 


-°+.-


 


-¡Sanzo! ¡Sanzo! ¡Sanzo!-


 


Gritaban el nombre del monje los 3 acompañantes de este, en busca de él, sin tener una idea clara de lo que había ocurrido con él, el más preocupado era Gojyo. Estaba que moría por la preocupación. Sus dos personas más importantes de su vida se le habían escapado y lo que mas le dolía es que no pudo hacer nada, a pesar de que estuvo muy cerca de los hechos.


 


-No te preocupes se que lo encontraremos sano y salvo. Se que no le aria nada al bebé.-Le dio ánimos Hakkai, a su amigo.


 


-¡Kiu!-Exclamo Hakuryu el cuál volaba junto a ellos.


 


-Eso espero.-Dijo con dolor.


 


-¿Sanzo?-Exclamo Goku alumbrando con una linterna, al ver una silueta que se acercaba con lentitud apoyándose en algunos árboles, ya que se encontraban en un bosque. -¡Si, es él!-Exclamo muy contento de encontrarlo.


 


-¡¿Sanzo?!-Corrieron en su ayuda al ver lo manchado con sangre.


 


-…-


 


El mono fue el primero en llegar para ayudarlo, seguido de los demás.


 


-¿Te encuentras bien?-Le preguntaba Goku muy preocupado.-¿Estas sangrando?-Le interrogo.


 


-¡¿Sanzo?!-Tiro de lado al mono para abrazar a su chico.


 


-¡¿OYE?!-Se molesto mucho el chiquillo.


 


-No es bueno que lo tomen a la ligera.-Le dijo Hakkai preocupado de que Gojyo y Goku con sus abrazos lo pudiera lastimar.


 


-¡¿Sanzo estamos preocupados por ti?!-Jamaqueaban Goku y Gojyo al peli-rubio.


 


-…-Unas grandes venas rojas se posaron sobre la frente del peli-rubio.


 


-¡Plos!-


 


Basto con un poco de dolor con un abanico de papel para que los dos chicos lo soltaran y lo dejaran respirar.


 


-¡Idiotas!-Les regaño ya hasta con el cabello alborotado que le habían dejado por tanto abrazo.


 


-Veo que estas bien.-Chisteo Hakkai al verlo con tantos ánimos.


 


-¿Dónde estabas? Te buscamos por todas partes.-Le dijo Gojyo ya recuperando su compostura.


 


-Es verdad. Estábamos preocupados por los dos.-Le murmuro Goku tomando en cuanta al bebé.


 


-Creímos que…-No sabía el peli-castaño si terminar las palabras que le quería decir al chico.


 


-Que me desharía del crío.-Termino las palabras de Hakkai con tranquilidad.


 


-…-Los 3 se miraron sorprendidos.-Si.-Respondieron.


 


-Nunca dejaría que algo le pasara a mi bebé.-Susurro con tranquilidad.


 


-¿Na-ni?-Habían oído bien. ¿Sanzo aceptando su paternidad, bueno más bien su maternidad?


 


-Cabezas huecas.-Susurro caminando de vuelta a la posada, no dejaría ver lo que sentía en esos momentos.


 


-¡Espera! ¡Espéranos!-Corrieron tras de él.


 


-…-


 


-Eso significa que ya aceptas tu estado?-Le pregunto Gojyo a su chico.


 


-¿Y que si lo acepto?-Lo miro gélidamente.


 


-Pero…será muy peligroso.-Le recordó.


 


-Habrán muchos demonios que intentaran atacarte mas por tu embarazo.-También le repitió Hakkai


 


-Y podrían querer comerte al bebé.-Le dijo Goku.


 


-¿Eh?-Murmuraron los 3 al oír lo que dijo el mono.


 


-Se supone que ustedes dijeron que protegerían al bebé. Así que no se echen para atrás, porque yo no me pienso proteger siempre.-Les recordó.-En especial tú, pervertido de pacotilla. Tú responsabilidad es servirme y protegerme.-Le encaro con molestia al peli-rojo.


 


-…-Gojyo se sobresalto asustado pero luego se tranquilizo sonriendo. -Eso me hace feliz…-Le hecho el brazo por el hombro.-Gracias…-Le susurro en el oído.


 


-…-Lo único que noto de expresión del monje fue un pequeño sonrojo que tiño sus mejillas.


 


-Pero si se párese a ti, no lo voy a querer…-Le susurro con seriedad el monje, asiendo que Gojyo se asuste.


 


-Déjate de bromas.-Le reclamo.


 


-¿Quién hablo de bromas?-Le dijo.-Además si hablamos de bromas. Tú eres un verdadero chiste.-Le encaro.


 


-¡Maldito monje!-Le reclamo el peli-rojo por lo que le decía.


 


-Ja-ja-ja, párese que Sanzo y Gojyo se han recuperado sonreía Hakkai.


 


-Eso quiere decir que si tendremos un bebé en el grupo?-Pregunto el mono.


 


-…-Hasta el dragoncito blanco asintió.


 


-Así es Goku.-Suavizo sus ojos al ver que de verdad Sanzo tenía que aceptar tarde o temprano a la cigüeña, así como lo estaba asiendo en esos momentos.


 


-…-


 


“Oigo esa voz de nuevo, pero esta vez ya no llora. Me transmite una tranquilidad que no puedo explicar. Una sensación que me hizo recordar las palabras de Gojyo en esos momentos”


 


Sabía que a partir de ese momento tenia que defender a toda costa al ser en su vientre. Humano o no, era su sangre y ya no dejaría que la confusión le ganase. Era cuando mas necesitaba ser un demonio sacado de lo más profundo del infierno.


 


-“No dejare que muera por no poder proteger lo mas importante para mi. Estaba seguro que esa voz no me dejaría en paz, pero por alguna razón…quería oírla para tranquilizar mis pesadillas”-


 


  -¡Comida! ¡Vamos a comer!-Exclamaba contento Goku adelantándose junto con Hakuryu.


 


-No grites, mono tonto.-Corrió Gojyo tras el mono.


 


-Solo piensas en comida.-Le susurro Sanzo.


 


-Ja-ja, me alegra que estés de nuevo con nosotros Sanzo-sama.-Le sonrió.


 


-No te burles.-Le susurro con desagrado.


 


-Ja-ja-


 


 


::Continuará??::

Notas finales:

::NOTAS FINALES:: ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado tanto como a mi, por fin Sanzo pudo darse cuenta que lo mas importante era su bebé. Ahora le queda luchar para protegerlo de todo peligro que se le viene, pero sus compañeros le ayudaran en eso. Lo importante es que se vienen los 9 meses de Sanzo-sama, ¿Cómo podrá afrontar este nuevo cambio en su cuerpo? ¿Cómo lo ayudaran sus amigos? Eso se vera en el capitulo 3, espero contar con sus reviews para seguirlo. ¡Salù!


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).