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Sencillamente Inconciliables por Arisa

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Estoy muy feliz de poder escribirles, ¡en un momento creí que la electricidad jamás volvería! TT^TT

En una línea del fic dice "...significaba un huracán, tsunami o terremoto...". Lamentablemente era cierto, aunque tenía este capítulo escrito hace al menos 6 meses. Apoyo a todos los chilenos u.u (yo soy una).

Respecto a la historia, sé que falta trama y no se ve a dónde quiero llegar, paciencia, esto tomará forma de a poco.

Segundo Partido: Dudando de la teoría.

 

Lo odiaba, lo detestaba, ¡lo odiaaabaaa! ¿Cómo era así de insoportable? ¡Toda una molestia!

 

- ¿Ahora qué?.- Preguntaba Kiba a Neji, mientras veía como Naruto fulminaba a Sasuke con la mirada.

- Compiten por saber quién domina mejor. Hasta el momento se supone va ganando el Uchiha.

- Vaya, me pregunto cuándo entrenarán en serio.

- ¿Lo dice el que intenta "sacar la vuelta"?.- Oyó la voz grave de Shino de tras de si, era quien regulaba los entrenamientos. Un futuro técnico de primera.- Vamos Kiba, empieza ya.

- Claro.- Dijo, para luego agregar por lo bajo:- Tipo insoportable, por eso las moscas te siguen.

 

Ese era un normal entrenamiento en la no muy espaciosa cancha de entrenamiento de Konoha. Como todos los días la mayoría hacía lo estipulado, algunos intentaban saltarse el entrenamiento y la dupla de oro se enfrascaba en sus propias competencias de siempre. Todos se preguntaban por qué Kakashi, el entrenador oficial que nunca se aparecía, permitía que esos dos "entrenaran" de un modo diferente. El hombre de pelo plateado tenía dos razones:

 

1.- La exigencia física de las competencias que se proponían era alta, es decir, servían perfectamente como un entrenamiento avanzado siempre y cuando no se saltaron ni el pre-calentamiento ni el calentamiento. Incluso, no cualquiera podría participar de sus competencias, por lo que resultaba ser una actividad productiva para ambos jugadores.

2.- No le daba la gana molestarse en intentar cambiar algo que, a sus ojos, jamás podría cambiar.

 

Y así pasaron las horas, dos exactamente. Ya estaban todos en el camarín apresurándose para que Kakashi no cumpliera su promesa de encerrarlos allí si se demoraban demasiado.

 

- Naruto.- Escuchó claramente el llamado de Kakashi y se acercó a él con la ilusa idea de recibir una felicitación o algo por el estilo, toda una ingenuidad de aquellas. Sasuke miraba de reojo, temiéndose lo peor.

- ¿Qué, Kakashi-sensei?

- Sasuke.- Llamó al otro también, ante la cara perpleja del rubio. El moreno soltó un suspiro, se lo esperaba. ¡Todo era culpa del Uzumaki! Siempre era él quien lo retaba a duelos y como era característico de su personalidad no iba a rechazar la propuesta para verse más débil, por eso siempre terminaban así.

- Sí...- Dijo sin el menor ánimo.

- En verdad no se por qué no son como el resto, pero tampoco me importa.- Mostró sus ojitos felices sin la sonrisa que estaba bajo la bufanda que nunca se sacaba.- Pero Tsunade-sama (dueña del club) reprueba su comportamiento, así que me obligó a dejarles un castigo. Van a ordenar todo, sin ayuda del cuidador. Guardarán los balones, los conos, las camisetas y las redes en su sitio. Ordenarán todo el desorden que ustedes mismos dejan en el camarín y trapearán el piso. El castigo se extiende por 5 entrenamientos según Tsunade-sama. Seguro a Takeshi-san le viene bien un descanso. ¡Hasta lueeego!

 

Y abandonó a ambos chicos que, por decir lo menos, estaban estupefactos. ¿¡Más tiempo al lado de ése!? Imposible. ¡El destino conspiraba en su contra! -Pensamiento mutuo-.

Intercambiaron una mirada de completo fastidio y comenzaron la recolección de todos los objetos de la cancha sin intercambiar palabra alguna. ¿Por qué no les avisaban antes? Ahora la ducha que se habían dado iba a ser completamente desperdiciada, cuando perfectamente podrían haberse duchado luego.

 

No demoraron demasiado en ello y terminaron en un silencio absoluto, ni ganas de hablar. Pero llegó la hora de trapear y allí tenían que ponerse de acuerdo, lo que implicaba un intercambio de palabras.

 

- De esa banca a la derecha tú, a la izquierda yo.- Fue lo más escueto que encontró Sasuke para dejar en claro el acuerdo.

- Hmn.- Fue la agradable y satisfecha respuesta.

 

Comenzaron rápidamente. Naruto tomó la botella del limpiador de pisos y esparció un poco en éste, dejó la botella sin tapar en el piso para luego tomar el escobillón forrado con un trapo y comenzar a trapear con todo el mal humor del mundo. ¿¡Cómo se atrevían a dejarle semejante castigo!? ¡Si él era la estrella!

 

Por otro lado, Sasuke no tenía mejor humor y ánimo que el otro, y estaba muy molesto, más que con cualquiera, consigo mismo. ¿Por qué era que siempre le seguía el juego al rubio? Ya era tiempo de dejarse de juegos, pero reconocía haberse repetido a si mismo eso un montón de veces antes y aún así no comprendía cómo era que igual siempre terminaba en lo mismo.

 

De un momento a otro Naruto retrocedió unos pasos mientras aseaba y empujó la botella del blanqueador, que al estar destapada, cayó dejando correr el líquido. Con tan mala suerte que Sasuke estaba tan cerca que el líquido azulino que terminó manchándole los pantalones de jeans negros.

 

- ¡Dobe, mira lo que has hecho! ¿¡Es que no tienes ojos!?

- ¡Cállate teme! ¡Eso le puede pasar a cualquiera! Además no eres tan niñita como para ponerte a reclamar por tu ropita, ¿cierto?.- Respondió enojadísimo y burlón, ¿Qué el tipo no veía que había sido un accidente?

- ¡Sólo eres un despistado que lo único que sabe hacer es meterse y meterme en líos!.- Respondió también fastidiado y desafiándole con el tono de su voz.

- ¡Cállate im--!.- Iba a dar un paso hacia delante, con toda la brusquedad que su furia hacía notar, pero algo salió mal...

 

El piso, mojado por el líquido, estaba muy resbaloso, lo que hizo que sus zapatillas chirriaran antes de que, con el mismo impulso que llevaba, cayera del todo sobre Sasuke.

 

La situación pasó de tensa a... ¿...?

En realidad era demasiado difícil definir lo que pasaba por sus mentes o como se sentían.

Naruto se separó un poco, afirmándose con los brazos a los costados de la cabeza de Sasuke, restándole bastante de su peso sobre él. Sus miradas se encontraron y se perdieron por un tiempo prolongado. Ambos pares de ojos se miraban sorprendidos. Los azul cielo sólo podían demostrar abiertamente su desconcierto y los negro noche se mantenían incrédulos ante la situación.

 

Sin saber cuándo ni cómo, los latidos de sus corazones empezaron a acelerarse. Quizás era por el susto repentino de verse en el piso o tal vez...

Pero aún así estaban tan inmóviles que cualquiera creería que estaban posando y esperaban pacientemente el flash de la foto. ¿O en realidad sólo habían pasado 4 segundos?

 

Apartaron la vista rojos como tomates al mismo tiempo, a lados contrarios.

El rubio se paró con rapidez, pero con cuidado de no volver a resbalar. Sasuke sólo se sentó. Estaba empapado. La blanca camiseta estaba pegada a su espalda, ya que el líquido la había mojado.

 

- Perfecto.- Murmuró de forma casi inaudible.

 

La culpa la tenía el Uchiha, finalmente él había sido quien había convertido aquello en una discusión ¿no? Era lo que el rubio se decía, pero no podía evitar sentirse algo culpable. Sabía que el otro no iba a tener ya otro cambio de ropa. Oyó el ruido de las zapatillas de Sasuke cuando éste se levantó.

 

El ojinegro vio caminar a Naruto hacia el lado de los bancos y sacar de su bolso una camiseta azul. Miró en su dirección y estiro la mano, lanzándole la prenda. La recibió sin esfuerzo y enarcó una ceja al responderle con una silenciosa mirada.

 

- Cámbiate.- No recibió respuesta alguna, el otro chico ni siquiera se había movido y le seguía mirando con la ceja alzada.- ¡Está limpia!.- Dijo enojado, ¿acaso imaginaba que la había ocupado él antes? ¡Lo odiaba!

 

Entonces Sasuke caminó al extremo limpio de la habitación y se cambió en el más profundo silencio. Por su lado, Naruto terminó con su parte.

Al cabo de unos minutos el moreno también terminó con el suyo.

Guardaron sus cosas, cerraron con llave, la que luego entregaron a Takeshi-san antes de dirigirse a la salida.

 

Ya en la reja de hierro forjado se disponían a abandonar el recinto. Entonces algo increíblemente imposible sucedió.

 

- Adiós.- Dijo Sasuke, muy claro y rápido, y comenzó a caminar a paso seguro en sentido sur de la calle. Naruto le vio irse con su mochila cargándola en su hombro derecho.

 

¡Se había despedido, por Kami-sama! Naruto no salía de su asombro. Por muy pequeño que el gesto hubiese sido, algo era algo. ¿Sería una sumisa forma de agradecerle por lo de la camiseta? Muy en el fondo sabía que todo era responsabilidad compartida. Pero... qué importaba. Una despedida no significaba nada.

Comenzó a andar hacia el norte, sentido contrario.

 

Lo sabían, que por mucho que le echaran siempre la culpa al otro por todo lo que sucedía, nada empezaba sólo porque sí. Uno desafiaba y el otro nunca se negaba. La responsabilidad de todo era y sería siempre compartida. Pero se odiaban, sin ninguna duda.

 

Entrenamiento día Jueves.

 

Y allí estaban una vez más. Daban las 19:30 exactamente, hora del término del entrenamiento.

Nada parecía haber sido distinto durante el pasar del día. Algunos seguían buscando forma para saltarse el calentamiento, otros respetuosamente sólo acataban a las instrucciones y aquellos dos simplemente volvían a sus competencias. Pero algo cambiaba a las 19:30, pues a esa hora todo terminaba para los demás, mas no para ellos.

Sasuke y Naruto veían llegar con resignación el minuto en que sus vidas se volvían desdichadas para cumplir con un tedioso castigo que, como todo el mundo sabía, nada ayudaría en su relación y tampoco ayudaría a cambiar sus actitudes en los entrenamientos.

 

- Naruto...- Kakashi le llamaba nuevamente. El rubio ya se esperaba lo que venía.- Esa pelota, que por estar jugando con Sasuke, lanzaste al terreno del lado y golpeó a esa adorable ancianita, que me vino a golpear con su cartera por TU culpa...- A Naruto le dio un escalofrío.- ...era del club y ahora está perdida. Me has estado metiendo en problemas. Primero tengo que defenderte frente a Tsunade-sama y ahora la adorable ancianita me golpea. Tu comportamiento es reprochable. Cualquier cosa "mala" que suceda a partir de ahora y estés involucrado significará que para el próximo partido sólo juegues medio tiempo.

- ¡Pero Kakashi-sensei! ¡Es la final!

- Por lo mismo, ten cuidado si quieres participar.- El hombre se dio media vuelta y desapareció como hecho una nube de polvo.

- ¡¡TU CULPA!!.- Gritó poniendo una cara que más parecía graciosa y señalando con el dedito acusador a Sasuke. Éste sólo le miró con cara de "eres lo más escandaloso que conozco".

 

Al igual que la vez anterior la mayor parte del castigo se cumplió en absoluto silencio. No tenían de qué hablar, al fin y al cabo. Nunca habían sido amigos ni lo serían, por lo que apenas conocían nada de los gustos del otro.

Esta vez habían decidido partir por el trapeado, para empezar lo más tedioso con un poco más de energía y así luego terminar con algo más sencillo.

 

Al terminar de limpiar, el piso brillaba como nunca, gracias al esfuerzo de ambos chicos y a todas las amenazas que fueron entregadas a los demás jugadores si se les ocurría ensuciar aunque fuese un poco las baldosas.

Sacaron sus mochilas y cerraron la puerta. Naruto, con llaves en mano, intentaba poner cerrojo cuando oyó su nombre ser pronunciado por la boca del otro, lo que era todo un acontecimiento suponiendo que entre si los únicos "nombres" que se utilizaban eran "dobe" y "teme" u otros insultos parecidos. Se giró y sólo supo a qué se debía semejante acto cuando recibió su polera doblada. No hubo un ‘gracias' de por medio, pero tampoco era como si se esperara.

 

- El sábado no quiero tener problemas.- Comenzó Naruto, mientras Sasuke se giraba para descubrir por qué el rubio le dirigía la palabra.- Así que será mejor que no me molestes. No quiero tener problemas por tu culpa.

- Sabes que el que siempre empieza los problemas eres tú.- Respondió calmadamente, sacándole una mirada enfadada al otro.

- ¡No es así!.- Se cruzó de brazos y miró hacia un lado, acto infantil.- ¡Sólo cumple con eso!.-El moreno se encogió de hombros.

 

El ocaso era maravilloso, se mostraba hermoso frente a sus ojos. Sobre la cancha el cielo parecía teñido por mantos de colores cálidos que se volverían fríos en cuanto la noche se tomaba el firmamento. Amarillo, rojo, naranja, rosa, violeta, un poco de morado. Era difícil no asombrarse ante tal espectáculo natural.

Al terminar todos sus quehaceres los chicos se sentaron en el pasillo exterior del pequeño edificio a descansar un minuto, en la parte que daba a la cancha.

No se habían puesto de acuerdo, pero ambos estaban allí observando el crepúsculo y su belleza. No tenían más que hacer.

No tenían la más mínima razón, mas pronto descubrieron que sus corazones parecían estar más inquietos de lo normal.

Naruto se preguntaba por qué. Era cierto que la belleza de la tarde era magnífica, pero no era razón suficiente para emocionarle al punto de que su corazón latiera algo más rápido de lo normal. No había nada diferente a un día cualquiera, excepto claro... la compañía. Pero no podía ser por eso ¿cierto?

Miró a su lado y observó calladamente el rostro de Sasuke.

Está bien, debía reconocer de que por algo las chicas le perseguían y todo eso. De un momento a otro mantenía toda una conversación visual con el Uchiha, ni se había dado cuenta cuando el ojinegro correspondiera su mirada.

El sonido de pasos sobre la madera les hizo reaccionar, ¿¡Qué diablos hacían mirándose como tontos!?

 

Volvieron la vista al frente sin realmente observar nada. Algo ruborizados por tan estúpida situación, era vergonzoso hallarse a si mismos como embobados viendo a su mayor enemigo. ¡Kami-sama, ¿qué sucedía?!

 

- ¿Ya se van, chicos?.- Preguntó Takeshi-san, el cuidador del recinto.

- Sí.- Respondió Naruto, mientras el hombre ya mayor se despedía y entraba a una salita pequeña donde pasaba el tiempo.

 

Se levantaron en silencio y abandonaron el lugar.

 

- Chao.- Esta vez Naruto se despidió y cuando se dio cuenta de ello se arrepintió.

- Adiós.- Dijo el otro, ya caminando y dándole la espalda al hacerlo.

 

Entrenamiento día Sábado.

 

Ese día todo había sido normal, ecepto por algo, ¡¡LA DUPLA NO HABÍA DISCUTIDO!! (Lo que se traducía en el anticipo de un huracán, un tsunami o un terremoto.) Por el contrario, ni una sola palabra había circulado entre ambos.

Al final del entrenamiento Naruto estaba en calma, Kakashi no tenía razón para un nuevo castigo.

 

- Naruto.- Llamó. El rubio ya se veía siendo llamado por el peliplateado el resto de su vida.

- Ne, Kakashi-sensei, ya no tiene razón para regañarme.- Sonrió de una manera que podría ser descrita como zorruna.

- Claro que la tengo.- Aquello desconcertó al de ojos azules.- Anteayer te entregué las llaves para dejar todo bien cerrado para cuando terminaran. Hoy Takeshi-san me dijo, algo preocupado, que la puerta había quedado sin seguro. ¿Tienes alguna explicación?

 

El Uzumaki intentó recordar y pronto descubrió que, por haber recibido la camiseta de manos de Sasuke, olvidó terminar de poner el seguro. Ya no había modo de inventarse algo. Estaba regañándoselo a si mismo cuando Sasuke habló.

 

- Fue mi culpa. Yo iba a cerrar la puerta, lo siento.- Dijo, los otros dos le miraron. Naruto no dijo nada, tampoco quería quedarse sin el partido.

- Bien. Tengan más cuidado.- Dijo, lanzándole esta vez las llaves a Sasuke. Sabía perfectamente que había sido descuido del rubio y tenía una sarta de suposiciones de por qué el Uchiha le ayudaba. Pero al menos aquello representaba un avance en la relación de ambos, aparecía el compañerismo.

 

Se iniciaba una nueva etapa del Gran Castigo.

 

- ¿Por qué?.- Preguntó Naruto, cuando ya estaban por irse, cerca de la reja. No lo entendía, en verdad que no.

- Porque sí fue mi culpa.- El ojiazul le miró casi impactado por la respuesta.- Después de todo el mundo entero sabe que cualquier cosa que hagas estará mal, así que siempre hay que revisar lo que hagas. Y olvidé eso.- Naruto le lanzó una mirada iracunda, estando a punto de ‘saltarle encima' -y nótese que para nada más que golpearlo, ejém-.

 

Sasuke pasó por su lado caminando tranquilamente, con la típica sonrisa de medio lado pintada en el rostro. Cuando le daba la espalda alzó ligeramente la mano e hizo un pequeño gesto a modo de despedida, mientras Naruto le fulminaba con la mirada.

Sólo cuando estuvo solo se dio cuenta de que había sido muy descuidado. Era un farol y él ni se percató. No había respondido su pregunta... y quizás si lo haría alguna vez.

 

 

 

Últimamente me confundes aún más que siempre.

Quieres convertirte en mi pesadilla,

Es eso, ¿cierto?

Me fastidias tanto que pienso en mi vida sin ti,

pero extrañamente dejo de sentirme normal.

Reemplazo mi odio por algo más,

por ningún motivo lo quiero aceptar...

Pero tal vez, sí, sólo tal vez, ya no te odie tanto.

Olvídalo, ya ni sé qué sentir.

Olvida todo, menos esto,

sólo lo diré una vez, creo que:

 

No Te Detesto Tanto.

Notas finales:

¡Agradezco a quienes comentaron! ¡¡Muchísimas gracias!! (Contesto todos los reviews, aunque me demoro!)

Creo que me demoraré un poco más en la continuación, puesto que ahora ya no tengo nada más escrito x3

Espero haya sido de su agrado.

 

Adiós, Arisa.


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