Emancipación
El sábado siguiente, Jacob se sentía orgulloso de sí mismo, pues había logrado contenerse de entrar en fase casi el 50% de las veces que se había propuesto hacerlo. El resto, había permanecido lo más alejado posible de la manada, evitando pensar en cosas concretas. Seguía frecuentándolos, pero lo hacía únicamente en su forma humana. En especial con Sam.
Estaba realmente sorprendido de su autocontrol. Ni siquiera cuando había sido humano había tenido tanta capacidad para controlar sus impulsos, probablemente porque nunca había nada que temer en caso de no hacerlo.
-¿Tienes idea de para qué quiere verte Sam?- preguntó Embry, quien había accedido a acompañarlo
-No-respondió Jacob a secas
-¿No será por eso de los Cullen verdad?- agregó- creo que incluso los otros lo han olvidado
-No tengo idea, pero no dudaría que se tratara de eso. Después de todo, a Sam le encanta hacernos saber que está por encima de nosotros y aprovecha cualquier oportunidad de echarnos en cara nuestros errores
-Creo que eres demasiado duro con Sam- masculló Embry
-¿Entonces soy yo el que es demasiado duro con él?- gruñó Jacob -¿De qué lado estas eh? Creo que después de todo no fue una buena idea pedirte que vinieras
-Sabes que estoy de tu lado amigo, es sólo que Sam cree que cumple con su obligación. No debe ser fácil ser el Alfa y cargar con la responsabilidad del bienestar de toda la reserva.
Jacob soltó una carcajada
-¡Han hecho un buen trabajo contigo eh!- dijo enfadado –en serio, no hagas que me arrepienta de haberte traído
-¿Te has puesto a pensar en lo qué harías tu en su lugar?- preguntó Embry indignado
-No, pero no creo que sea difícil, se supone que nuestro principal objetivo es mantener a La Push a salvo de los chupasangres. Y después de todo, no parece que estén interesados en crear líos. Si no lo hicieron antes ¿Por qué habrían de hacerlo ahora que saben que estamos nosotros?
-Jacob, de verdad que no te entiendo- musitó Embry mientras se acercaba a la casa de Sam.
Antes de que se acercaran, una mujer con la mitad de la cara desfigurada les abrió la puerta.
-¡Emily!- gritó Embry -¿Cómo fue que supiste que estábamos cerca?
-Sam me dijo que llegarían en cualquier momento. Bueno, en realidad sólo esperábamos a Jacob
-¿Eso quiere decir que no soy bienvenido?- preguntó Embry
-Sabes que sí. Sin embargo no sé qué le parezca a Sam
-Le encantará- respondió Jacob con sarcasmo.
Emily lo miró con recelo
-Deja que entren Emily, no hay que ser tan descorteces- dijo una voz desde adentro
-Perdón- se disculpó Emily –pasen
-Gracias- respondieron Jacob y Embry en unísono. En cuanto entraron se toparon a Sam quien estaba de pie. Jacob trató de relajar su expresión. Debía ser prudente.
-Embry, no te esperaba- musitó Sam, pero dirigiéndose a Jacob
-Creo que si escucho eso una vez más, me veré obligado a retirarme- respondió Embry.
Sam permaneció en silencio unos segundos para después agregar:
-Dejemos eso a elección de Jacob. Después de todo, son asuntos relacionado con él los que hay que tratar- una vez más se dirigía sólo a Jacob.
-Excelente- dijo Embry y se desparramó en uno de los sillones de Sam, Jacob hizo lo mismo.
Segundos después, apareció Emily con unja charola de comida y la puso sobre una mesita. Sam la miró y ella sólo asintió e inmediatamente desapareció.
-¿Y bien?- Preguntó Jacob sonriendo
-Jacob, sólo quiero preguntarte por última vez ¿Estás seguro de que deseas que Embry escuché lo que tengo para decirte?
-Completamente- respondió Jacob de inmediato, pero trago saliva. No sabía exactamente a dónde iría Sam, pero creía que el hecho de que Embry estuviera presente, lo detendría un poco. Dio por hecho que después de esa conversación, Sam lo dejaría todo en el pasado.
-Bien, entonces déjame hacer a mí las preguntas- dijo Sam
-Adelante- respondió Jacob con el tono bastante relajado
-¿Cuántas veces lo has visto desde la primera?- soltó Sam
-¿Qué? ¿De qué demonios estás hablando?- respondió Jacob consternado. No se había esperado esa pregunta, ni siquiera comprendía su sentido
-De Edward, Jacob, te lo advertí, seré directo- dijo Sam cortantemente –Sé de por lo menos el segundo encuentro que se suscitó entre ustedes y también estoy seguro de que lo has vuelto a ver.
-¿Acaso has perdido la cabeza?
-¿Vas a negar que lo volviste a ver?
Embry dejo de comer y los miraba a ambos con la boca abierta
-Lo vi una vez más, pero…
-Estaba en nuestros territorios Jacob, y tú estabas con él, ¿Cómo pudiste hacernos esto al atraerlo hasta acá?
-¡Maldita sea! Yo no lo atraje, él apareció de la nada-. De no ser por la práctica que había tenido Jacob durante los últimos cuatro días, habría entrado en fase. Pero aún así, parecía estar a punto de hacerlo.
-De ser cierto, ¿Por qué no nos lo dijiste? Sabes que eso es grave
-Porqué no era necesario, todo fue muy rápido, y de repente se fueron.
-Lo que hicieron fue violar el tratado, pudimos haber actuado
-Deja de pretender que estamos en guerra Sam. No hicieron nada. Además, yo hice lo mismo y ellos no nos atacaron. Dejémonos de niñerías. Nadie ha hecho nada que propicie una guerra o algo por el estilo- Jacob estaba muy exaltado y Embry lo miraba asombrado
-Jacob…
-Embry, te suplico que no te metas en esto- interrumpió Sam- ¿Sabes? Me parece que tienes razón Jacob.
Tanto Embry como Jacob, lo miraron asombrados sin decir una palabra.
-Tú fuiste quien los provocó primero y no sabemos cómo lo hayan tomado ellos. Probablemente estén planeando algo.
-Eres imposible- gruñó Jacob
-Jacob, escúchame- farfulló Sam –No comprendo esta fascinación tuya por los vampiros, pero esto tiene que terminar. Aunque a ti no te parezca, son nuestros enemigos.
-No existe ninguna fascinación y no entiendo a dónde vas ¿Piensas matarme Sam?- preguntó
-¿Qué pretendes demostrar al negarlo, Jacob? Vi lo que había en tu cabeza después de que Edward intentara matarte…
-No creo que fuera a matarme…
-Déjame terminar- interrumpió Sam- No sé si acostumbres poner atención a lo que hay en tu cabeza. Alcancé a percibir tu falta de repulsión, por llamarlo de alguna manera, cuando él se acercó a ti. Pareciera que incluso desearas su cercanía.
-¡Vaya que eres estúpido Sam! Lo único que deseaba era que me matara, lo decía sinceramente.
-Como quieras Jacob, no voy a discutir lo que no me corresponde aunque sepa que tengo la razón. Pero como Alfa de la manada, te voy a pedir lo que sí me corresponde. Aléjate de ellos. Tu amistad con ese vampiro puede perjudicarnos a todos.
-¿De qué amistad hablas? ¿De dónde sacas tantas idioteces?
-¿Cómo justificas entonces tus desapariciones y tu resistencia a acercarte a nosotros en forma de lobo?
-El que no esté contigo no quiere decir que esté desaparecido y sabes cómo detesto que estén en mi mente.
-Está bien, eso no lo puedo probar, pero te voy a pedir que te mantengas cerca siempre que entres en fase. Es una orden.
-¿Y qué si no quiero?- lo desafió Jacob
-No puedes desobedecerme
-¿Y si lo intento?
-¿Qué vas a hacer?
-Lo que quiera- respondió Jacob, se levantó enfurecido y abrió la puerta. En cuanto salió de la casa de Sam, entró en fase y empezó a correr.
Jacob, regresa. Ordenó Sam. No tiene sentido lo que estás haciendo
Para mí lo tiene. No pienso seguir acatando tus órdenes
Jacob siguió corriendo e ignorando las voces de Sam. De repente le sorprendió que ya no las escuchara con tanta claridad, para por fin, dejarlas de escuchar definitivamente.
Cuando se sintió seguro, se detuvo. Sabía que Sam estaba lo suficientemente lejos para que no lo escuchara. Sin embargo, segundos después de que se hubiera detenido apareció frente a él. Jacob se quedó atónito. Hurgó un poco en su cabeza, pero no encontró nada. Sam ya no estaba. Ambos se miraron perplejos. Sam lo escrutó minuciosamente. Segundos después, dio media vuelta y se fue.
Entonces Jacob lo comprendió todo. Desde ese momento supo que ya no escucharía esas voces nunca más. Cuando él decidió abandonarlos ellos, también las voces lo abandonaron, aparentemente para siempre.
Jacob aulló con todas sus fuerzas. Se sentía feliz. Se sentía libre por primera vez en los últimos meses. Tanta libertad le parecía increíble y ahora era completamente real.
Hugo Lovegood