Arrullo
-¿Y bien?- preguntó Billy.
-¿Ah?- Jacob frunció el seño sin esforzarse por disimular su sonrisa y entusiasmo.
-¿Charlie? ¿Bella? ¿Cullen?-insistió Billy extrañado.
-Oh, eso- respondió Jacob enanchando aún más la sonrisa –pues resulta que tenías razón Billy- Jacob se acercó a besarle la frente.
-¿Todo bien?
-Claro, Cullen ni siquiera se apareció, no había ni rastro de ningún vampiro- dijo mientras hurgaba en el refrigerador
-¿Vampiro? ¿Desde cuándo los llamas así?
Jacob rió.
-¿Sabes? Ahora me doy cuenta que siempre has tenido razón. De hoy en adelante me tomaré las cosas con más calma. Digo, ya ni siquiera tengo a Sam hostigándome, supongo que ya no hay mucho de qué quejarme.
-¿Estás seguro de que no te ocurrió nada esta noche?- preguntó Billy, pero en realidad parecía bastante contento por el repentino cambio de su hijo.
-Puedes estar tranquilo papá, es sólo qué el darme cuenta de que todo era una paranoia me hizo recapacitar sobre mi comportamiento en las últimas semanas. Me estaba volviendo un maldito gruñón.
-Me da gusto que te des cuenta a tiempo de que estabas echando a perder tu juventud pero ¿No tendrá algo que ver Bella en todo esto?
-Probablemente Billy, pero ahora sólo quiero prometerte que de hoy en adelante no tendrás que preocuparte más por tu hijo lobo adolescente
-¿Puedes firmar eso en algún lugar?- preguntó Billy divertido, quien no podía disimular una sonrisa.
Jacob soltó una carcajada.
-Bueno, trataré de dormir un rato.
-Está bien hijo, descansa.
Jacob se tiró en la cama, pero por el momento le era imposible dormir. Aquel recuerdo del vampiro lo asechaba y no podía ignorarlo. Tenía una sensación muy extraña, ya que por un lado sentía una intensa emoción por lo sucedido. Aún podía sentir los labios helados de Edward mezclándose con los suyos, el sólo recuerdo lo hacía estremecerse. Pero por otro lado ¿Qué sucedería si alguien se enteraba de lo que estaba sucediendo? Y no era como si no tuviera de que preocuparse, sabía que hasta hoy nadie sabía nada a excepción de lo que Sam y lo demás habían visto. Pero Jacob quería más. Necesitaba más. Buscaría más.
Jacob repasó lo sucedido esa noche mientras intentaba dormir…
…después de que Edward cediera, Jacob aceleró el beso lleno de adrenalina. Cada milímetro de su cuerpo deseaba la cercanía del vampiro. Segundos después, Edward intentó retirar el rostro de Jacob del suyo, pero sin demasiado esfuerzo. En un primero momento, a Jacob le aterró aquel probable rechazo, pero no desistió, comprendió que Edward también le deseaba, probablemente el intentó por alejarlo se debía al miedo de nuevo. Deseó poder leer su mente él también.
Edward lo apartó repentinamente, pero para sorpresa del lobo, estaba sonriendo.
-Creí que detestabas a los intrusos en tu cabeza- dijo Edward.
Jacob le respondió con una sonrisa.
-Lo sé. Yo tampoco habría imaginado esto hace una semana- dijo Edward en respuesta a los pensamientos de Jacob.
¿Y ahora?
-¿Qué?- preguntó Edward.
-Pues que estamos metidos en un lío.
-No, Jake, aún no. Sospecho que tenemos un tiempo antes de que empiece a ser un verdadero problema.
-Entonces ¿Te quedarás?
-Si tú me lo pides…
-¡Quédate!- gritó Jacob sin pensarlo, como si de verdad dependiera de que lo dijera y de la intensidad con que lo hiciera.
-¿Y Bella?- preguntó Edward
-Ella estará bien, yo me encargaré de cuidarla.
Edward hizo una mueca.
-¿Qué? No estarás celoso ¿verdad?- preguntó Jacob divertido.
-Probablemente un poco, sobre todo sabiendo que tengo que mantenerme a distancia- explicó el vampiro
Jacob guardo silencio, parecía incomodo.
-¿Qué pasa?- preguntó Edward divertido
-Supongo que…- titubeó Jacob abochornado- …puedes verlo todo en mi cabeza ¿no?
-Eres un lobo estúpido- dijo Edward sonriendo
-¿Yo?- Preguntó Jacob frunciendo el seño
-Creí que sería obvio que los celos eran de saber que “tú” estarías con ella. Sobre todo por qué pareces agradarle. En realidad ella no me importa, por lo menos no viva.
Jacob sonrió.
-Sí, Jacob, así me importas. Ahora que te lo he demostrado, no hay nada que piense ocultar.
Jacob se recostó en el pecho de Edward.
-Creo que es hora de irnos, mi familia estará preocupada ¿Puedo esperarte mañana aquí mismo al atardecer?- dijo Edward mientras jugaba con el cabello del licántropo.
-¿Hasta mañana?- preguntó Jacob con el seño fruncido.
-Tienes razón- Edward sonrió –Quise decir más tarde, hoy al atardecer
-Supongo que sí.
Ambos se levantar0n y se quedaron uno frente al otro.
-Entonces hasta después, me espera una larga charla con mi hermana Alice.
-Suerte. Te espero al atardecer.
Los dos se miraron como esperando algo del otro. La situación era demasiado tensa para Jacob, quien tomo la iniciativa de marcharse primero y dar media vuelta.
A sólo unos metros Jacob se desnudó con calma para entrar en fase y llegar a La Push lo más pronto posible y no levantar sospechas.
Pero antes de recordar el momento de la partida, Jacob ya estaba soñando con una continuación alternativa en la que ninguno de los dos tenía prisas por llegar a ningún lugar, pues nadie los esperaba.