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Tortura por maryluz_mty

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Disclaimer: Yo no poseo a los personajes de GW, esta solo es una historia de fanáticos para fanáticos.

 

CAPITULO 2

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Duo se inclino un poco sobre su pupitre y de reojo observo el frío perfil del actor Yuy sobresalir entre el cabello oscuro de Hilde. Estaba atento al pizarrón y a lo que el maestro decía sin hacerle caso al mundo exterior.

 

Suspiro de forma cansada.

 

Hacía tres días que le había golpeado en el rostro causando un reverendo alboroto en toda la escuela. La noticia de que le había pegado a Heero Yuy se había regado como polvorín por cada rincón del lugar. Hilde no le hablaba desde entonces. En los desayunos, que era cuando les acompañaba, les había dejado solos. Trowa pensaba que se había desquitado de lo que Heero le había hecho un año antes y prefirió no sacarlo del error. Pero cuando los alumnos lo rodearon a la hora del almuerzo para cuestionarle por lo sucedido, se quedo callado diciéndoles que era algo entre el actor y él.

 

Y realmente si era algo entre ellos dos.

 

Ese día pudo ver la fría mirada que Heero le dirigió cuando se vio rodeado de todos esos chicos. Se dice que las mujeres son chismosas, pero los hombres no se quedan atrás. Todos querían saber el motivo del pleito, pero aferrándose a lo que pudo, evito hablar del asunto. Ni siquiera a su representante, Noin, le dijo el motivo por el que le había pegado a Heero. Solo le hablo para advertirle que estuviera pendiente de la demanda que le harían llegar. Jamás había escuchado a Noin tan molesta como ese día.

 

Había estado soñando con el día en que golpeara a Heero, pensando que se sentiría mejor al ver el moretón del ojo en su cara. Pero no era así. Lo que pudo ver en esos días fue el labio reventado y lejos de hacerle sentir mejor, se sentía culpable. Un sentimiento nada agradable.

 

Algo que se le hacía muy extraño, es que la noticia la sabían todos los alumnos, pero, ¿y los profesores?. Había golpeado a un alumno y no a cualquier alumno, había golpeado a Heero Yuy y la prueba era ese labio, pero no había sido mandado a detención por ello. No es que le gustara estar detenido, pero los profesores no dejaban pasar algo como eso tan fácilmente. Pero parecía que por única vez, se había salvado.

 

Ojalá dijera lo mismo de la demanda.

 

Sin embargo, ya era viernes y la demanda aun no caía. ¿Tanto tiempo se llevaban?, bueno, no conocía tanto de leyes como para saber si una demanda por agresión se tardaba más de un par de días. Pero cuando había visto en las noticias de espectáculos que Heero agredía a algún reportero, al día siguiente ya avisaban de la demanda en su contra.

 

¿Se habría arrepentido?

 

¡No, que va!, eso lo dudaba. Incluso la noticia de que un alumno lo había golpeado se menciono en el programa de chismes E! News Live. Y era poco probable que algo así fuese ignorado por el actor.

 

Lo único bueno de todo esto, es que Heero ya no había vuelto a besarle. Ojalá hubiese sabido desde el primer momento que la forma de detenerlo era golpearlo.

 

Suspiro de nuevo bajando la vista hasta la paleta de su pupitre para volverla a levantar y voltear hasta donde Heero se sentaba.

 

Sintió como un calor subía por todo su rostro cuando su mirada violeta choco con la cobalto del actor que le miraba insistentemente. Su corazón comenzó a latir de forma ruda en su pecho y se obligo a si mismo a fruncir el seño en señal de molestia. Pero la orden no era seguida por su cuerpo y sus cejas permanecían elevadas con sorpresa.

 

-- ¡Maldición que estoy haciendo! – murmuro en voz baja recargándose por completo en el pupitre haciendo que la figura de Hilde ocultara al actor en su lugar.

 

Por suerte ya era viernes, era la última hora y después de comida tenía permiso para abandonar el colegio. El trabajo no le caería nada mal, eso le obligaría a dejar de pensar en la maldita demanda que no llegaba. Y sobre todo, le permitiría ocupar su cabeza en otras cosas que no fuera el actor Yuy. Tendría todo un fin de semana de descanso, ya que no le vería más. Y la semana siguiente, por fin comenzaban los talleres que le mantendrían ocupado toda la tarde. Necesitaba regresar al taller de teatro, al de danza y al de pasarela. Y por supuesto, el nuevo curso de dicción. Lugares en los que estaba seguro, el actor Yuy no estaba inscrito.

 

Ese simple pensamiento le hizo sonreír.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

El timbre del medio día le sorprendió demasiado rápido. Había estado tan absorto en sus pensamientos que no recordaba nada de las clases. Iba a tener que pedirle a Trowa que le explicara si llegado el examen no entendía algo.

 

¡Ese estúpido actor tenía la culpa de que estuviera tan distraído en clases!.

 

Caminó a un lado de Trowa para ir al comedor. De nueva cuenta Hilde les había ignorado yendo con algunas de sus amigas y dejándolos solos. Por un lado se sentía bien de que no estuviera con ellos, por lo menos así no la escucharía alabar tanto a ese infeliz de Heero. Pero por otro, se sentía culpable de su enojo. Aun que no le había hecho nada a ella, solo lo golpeo a él.

 

-- Ella es quien tiene que disculparse – dijo en voz baja haciendo que Trowa volteara a verlo.

 

-- ¿Piensas en Hilde? – pregunto el de los ojos verdes al ver que la mirada de Duo estaba puesta en la morena a varias mesas de distancia de ellos.

 

-- Si, ella es la que se enojo. Yo no le hice nada. Yo no voy a pedir disculpas por algo que no vale la pena – se quejo girando el rostro con molestia. Trowa solo mordió una manzana sin decir nada – todavía le hubiera hecho algo, pero no. Solo golpee a ese infeliz de Heero. ¿Por que se enoja?, ni que le hubiera pegado a ella.

 

-- Será por que le gusta – dijo Trowa sin ninguna expresión haciendo que Duo volteara a verlo con molestia.

 

-- Ese maldito de Heero Yuy, ahora también ha logrado que mi única amiga se enoje conmigo por su culpa.

 

Duo giro la vista al sentir que alguien le observaba y se topo con sorpresa con un par de ojos azules detenidos en su cara de forma fija. Heero estaba muy cerca de ellos, en la mesa seguida a la suya, por lo que cualquier cosa que hablaban era seguida por los finos oídos del actor. Con molestia levanto la mano haciendo una señal obscena con el dedo. Al ver el gesto, Heero desvió la vista de nuevo hasta su libro.

 

-- ¡Duo!, deja de ser tan infantil – recrimino Trowa tomando la mano de su amigo para hacerle bajarla, al ver la señal que le había hecho a Heero.

 

-- Estoy molesto – dijo Duo dejando descansar su cabeza sobre uno de sus brazos. Pero su corazón latía a toda prisa y trataba de ocultar a toda costa el sonrojo que la mirada de Heero le había causado.

 

-- Pues haciendo señales a Heero no lograrás calmarte – advirtió Trowa – por el contrarío, si un maestro llegar a verte, iras directo a detención.

 

-- Como si no estuviera acostumbrado – volvió a murmurar. Trowa solo esbozo una media sonrisa al ver la expresión en la cara de su amigo.

 

Duo y Trowa voltearon cuando desde una mesa a espalda de ellos dos chicas se levantaron a la carrera lanzando gritos. Las conocía bien a ambas. Una era estudiante de actuación y la otra de baile. Ambas eran hermosas, pero la aspirante a actriz era sumamente coqueta y eso le encantaba de ella. No le pasaba desapercibido sus múltiples intentos por acercarse a él en las clases de teatro.

 

Al ver que ambas se dirigían a ellos, vio de reojo a Heero en su mesa, él seguía atento a su lectura. Después se enderezo en su sitió y sonrió ampliamente cuando las chicas se detuvieron a un costado suyo.

 

-- ¡Duo! Nos hemos enterado que saldrás este fin de semana – preguntó alegre la actriz sonriendo de forma coqueta. Duo sonrió a su vez.

 

-- Así es, estaré de regreso hasta el domingo en la noche o lunes por la mañana – Dijo Duo sonriendo, mientras Heero enarcó solo una ceja sin despegar su vista del libro, mientras tomaba con su mano un vaso de jugo para llevarlo hasta su boca.

 

-- ¿Puedo encargarte algo? – cuestiono la chica dejando caer su delgada mano sobre la del trenzado. Duo ensancho más su sonrisa, sin intentar retirar la mano de la suya, levanto la vista para ver los ojos de la chica y le contesto de forma divertida.

 

-- No voy a comprarte un vibrador…

 

-- ¡DUO! – grito la chica de forma avergonzada al mismo tiempo en que Heero escupía todo el jugo y comenzaba a toser. Todos voltearon hasta la mesa de Heero, mientras Duo sonreía de forma amplia al verlo, se había dado cuenta que escuchaba su conversación y por eso menciono lo del vibrador, con la firme intención de avergonzarlo y al parecer dio resultado.

 

-- Solo estaba bromeando – dijo Duo soltando la carcajada al ver la reacción de Heero. Más se reía por lo que Heero había hecho, que por el rubor en el rostro de la chica.

 

-- De todas formas ya tengo uno – dijo la chica riendo a su ves haciendo que Heero regresará su vista al libro, pero viendo de reojo a los chicos en la mesa.

 

-- ¿Entonces que quieres? – preguntó Duo riendo.

 

-- Contrabando – dijo la chica de forma seria acariciando con un dedo la mano de Duo.

 

-- Mi especialidad princesa – contestó a su ves sonriendo de forma cómplice – ¿pero de que tipo?.

 

-- ¡¡Chocolates!! – Dijo de forma soñadora haciendo que Trowa soltara la carcajada – ¿pues a que tipo de contrabando crees que me refería Trowa? Sabes que en la escuela no nos dejan meter ese tipo de comida, palabras de doña amargada “deben cuidar la línea jovencitas” – dijo imitándola haciendo que Duo volviera a reír a carcajadas.

 

-- Cuenta con tus chocolates, ya sabes que yo puedo meter a la escuela cualquier cosa…

 

-- ¿Hasta chicos? – pregunto de nuevo de forma sexy.

 

-- ¡Hey! – Recriminó el trenzado - ¿para que quieres chicos si aquí habemos muchos? – la actriz comenzó a reír, pero se acercó a Duo para intentar susurrarle al oído.

 

-- Si, lo se, pero algunos son raros – Duo se enderezó en su sitió y jaló del brazo a Trowa.

 

-- Yo no, ni mi amigo Trowa tampoco – Trowa solo lo observo sin decir nada, mientras las chicas reían de nuevo para después despedirse.

 

Duo se despidió agitando su mano. Le encantaba que le prestaran ese tipo de atenciones. Sobre todo cuando eran chicas. No le molestaba que alguno que otro chico también se mostrara atraído por él, solo le molestaba cuando era Heero quien mostraba cierto interés. Giró el rostro con molestia para ver de nuevo a su enemigo sumido en su lectura. Pero cuando levanto la vista pudo ver como Trowa le miraba de forma sería.

 

-- ¿Que pasa amigo? – Trowa era serio, pero esa mirada oscura solo se la dirigía cuando estaba molesto.

 

-- No me metas en tus asuntos Duo – reclamo. Duo comenzó a reír de nuevo.

 

-- Lo lamento amigo, olvide que tu ya tienes otro asunto en la sinfónica – dijo riendo – a ver que día voy a visitarte y me presentas a la chica – Trowa solo frunció más el entrecejo y se levanto a la carrera.

 

-- Ni lo pienses – dijo de forma sería caminando lejos de la mesa. Pero Duo alcanzó a gritarle.

 

-- ¡Prometo no quitártela! – pero Trowa ya iba muy lejos para oírle.

 

Regreso su vista hasta la mesa. Esta vez Trowa no se había llevado su charola, era una clara muestra de que estaba molesto. Pero, ¿Por qué?, ¿que había hecho para que Trowa se molestara?, o ¿era algo que había dicho?, rasco su cabeza tratando de entender la molestia de su amigo, pero no encontraba nada que pudiera aclararle. Trowa a veces se molestaba sin motivos. Sobre todo cuando le insinuaba cosas sobre las chicas, como ahora. Pero el hecho de que tuviera novia no le quitaba la vista, ¿no?. Podía admirar la belleza de las otras. No cabía duda que Trowa a veces era raro. Claro que no al tipo de raro al que se referían las chicas que acababan de irse. El único tipo raro que encajaba en esa descripción es el que estaba sentado en la mesa cerca de la suya…

 

Giro la vista de nuevo y pudo ver como Heero seguía en su mesa leyendo. ¿Que a caso este tipo no se cansaba de leer?. Por lo visto no, porque desde el lunes que le había visto, llevaba ese libro con él. A menos que, no fuese un libro y fuese una historieta. Río para si mismo al recordar el montón de libros que tenía en su habitación, cuya parte principal era una de esas revistas. Por lo menos así los maestros no le regañaban. Pero dudaba mucho que lo que Heero leía fuera una de esas.

 

Se agacho un poco sobre la mesa para poder leer el titulo del libro.

 

“Derecho Civil y Penal”…

 

No pudo evitar que algo amargo bajara por su garganta hasta el estomago. ¿Que acaso este tipo estaba leyendo ese libro para demandarlo?, ¿A caso era por eso que aun no se la enviaban a Noin?, ¿por que él estaba leyendo como hacerla?, ¿No sabía que tenía que leer un libro de derecho para entablar una demanda por agresión?, ¿Qué no son los abogados quienes la ponen?.

 

Toda una gama de preguntas inundo su cabeza, se levanto de mala gana de la mesa llevándose ambas charolas en la mano. Noin no tardaría en llegar por él y aun tenía que quitarse el uniforme. Giro de nuevo la vista hasta donde Heero seguía leyendo.

 

¿Realmente iba a demandarlo?, quizá lo mejor era preguntarle y avisarle a Noin. No, ¿por que preguntarle?, si lo iba a demandar que lo hiciera, total, ¿que tanto podría costarle un puñetazo en esa bonita cara?

 

¿Bonita?...

 

Agito la cabeza cuando esa palabra cruzo de nuevo por su cabeza. Pero para que negarlo, Heero era uno de los rostros mas conocidos en el medio y estaba dentro de los 50 hombres más sexys de la revista People. Debía tener una linda cara después de todo.

 

Agito la cabeza cuando la duda sobre la demanda le inundo de nuevo. La curiosidad y la incertidumbre eran más fuertes que él. ¿Por qué la curiosidad siempre tenía que ganarle?. Sin poder reprimirle por más tiempo, se giro sobre sus talones y se planto frente a la mesa de Heero totalmente decidido a preguntarle. Aspiro suficiente aire para hacer que su corazón dejara de latir tan aprisa y hablo.

 

-- Oye, quiero preguntarte algo – dijo a la carrera. Heero despegó su vista del libro y levantó solo una ceja – ¿vas a demandarme o no? – dijo por fin de forma seria.

 

-- ¿Quieres que lo haga? – mencionó de una forma tan calmada que hizo que los nervios de Duo se alteraran aun más.

 

-- No es que quiera o no quiera, es que siempre lo haces, además me dijiste que si te golpeaba me demandarías y hasta el día de hoy no le ha llegado nada a mi representante – acuso de forma acalorada clavando su vista violeta sobre la cobalto elevando un poco el tono de voz.

 

Heero se percató, mirando de reojo, que la mayoría de los alumnos estaban atentos a su conversación. Ya alguien había tenido la osadía de filtrarle información a la prensa. Y no quería que de nuevo algo llegara hasta ellos.

 

-- Hablemos en otro lado – dijo Heero levantándose de la silla que ocupaba al mismo tiempo en que tomaba a Duo por el brazo.

 

La sorpresa acudió de inmediato al rostro de Duo, no iba a permitir que Heero lo llevara a ningún lado. Demasiadas malas experiencias en tan pocos días acudían a su cabeza al estar a solas con él. Así que de un tirón se soltó del agarre del actor.

 

-- No voy a ir a ningún lado contigo – dijo de forma enérgica.

 

Heero vio de reojo como varios alumnos en las mesas comenzaban a girarse para ver la discusión. Incluso algunos comían alguna fruta girando por completo la silla, como si el verlos pelearse fuera una escena de teatro o un espectáculo de circo.

 

-- ¿Quieres que todo el mundo se entere? – Preguntó señalando con la mano a algunos alumnos. Duo giro el rostro hasta donde Heero le señalaba y un rubor cubrió su rostro al saber a lo que se estaba refiriendo – porque conociendo tu carácter impulsivo eres capaz de decir el motivo del pleito.

 

El color carmín se intensifico en su rostro al recordar cual era el verdadero motivo de la pelea: las tres veces en que lo había besado. Era más seguro hablar con él donde hubiera gente, pero también era imprudente. Por que cuando él se enojaba, y estando con Heero era más frecuente, no medía la magnitud de sus palabras.

 

Resignado, suspiro de forma vencida.

 

-- Esta bien, vamos a otro lado.

 

Ambos salieron del comedor con todas las miradas de los alumnos sobre sus espaldas. Era muy incomodo sentirse observado de esa forma, como si estuvieran esperando el momento clímax de una vieja película de acción, esperando que el protagonista y el antagonista se agarraran a golpes par llegar al final de la historia con uno de los dos muerto. Claro que enfrascarse en una pelea a golpes era algo que no iba a volver a suceder. Esperaba…

 

Llegaron hasta el bosquecillo que se encontraba detrás del comedor de la escuela. Heero se detuvo bajó un gran árbol que quedaba frente a los ventanales del enorme salón. Solo que los árboles y los arbustos les cubrían lo suficiente como para no ser observados por los alumnos que aun se encontraban dentro del lugar.

 

Los ojos azules de Heero no perdían detalle de los movimientos del trenzado, se notaba nervioso. Apretaba con fuerza sus puños y la vista la mantenía baja. No parecía querer darle la cara, pero él no iba a ser quien hablara primero. Solo se limitó a cruzar los brazos y esperar.

 

Duo sentía su corazón latiendo a toda prisa, debían haberse quedado dentro de la escuela, era más seguro. Pero Heero había caminado hasta ese lugar y él no se había dado cuenta hasta que su enemigo se detuvo. En su cabeza solo se repetía la misma frase:”Diablos no debí venir con él”. Pero ya era demasiado tarde, y no se iría hasta obtener la respuesta que había ido buscando.

 

-- ¿Y bien? – pregunto Duo levantando la vista, topándose con el mar azul de la mirada de Heero. Era tan gélida que daba calosfríos solo al verle – vas a demandarme, ¿si o no?.

 

La mirada de Heero no pareció cambiar ante la pregunta. No sabía que esperar del actor, no sabía como interpretar esa aparente frialdad con la que siempre se conducía. Bueno, no siempre… pero odiaba pensar en esos instantes en que el actor había lucido diferente.

 

Heero entrecerró los ojos dejando descanar media espalda en el tronco del árbol y sin abandonar la calma se limitó a hablar de una póliza de seguro que le cubría y garantizaba cierta suma de dinero si algo físico le llegaba a pasar.

 

-- Así que, cada parte de mi cuerpo tiene un valor. Y como mi cara es lo que me da trabajo, esta valuada en 2 millones de dólares, que es lo que te costaría la demanda.

 

Duo sintió como algo amargo bajaba por su estomago y le obligaba a casi devolver la comida que acaba de probar, dejándolo por completo sin palabras y totalmente asombrado. ¿Dos millones de dólares solo por haberle dado un puñetazo en la cara? Era una suma impagable, por lo menos para él, por que a pesar de ser uno de los modelos mejores pagados del medio, casi todo lo que ganaba iba a parar a manos de su familia adoptiva. Él solo tenía una cuenta corriente con lo mínimo indispensable en ella.

 

Heero observo con agrado el gesto en la cara de Duo, era fácil darse cuenta que 2 mdd era una suma demasiado alta para él… o cualquiera. Por eso los fotógrafos no le golpeaban y solo se limitaban a recibir sus puños cuando le fastidiaban. Era más fácil recibir un golpe y una buena suma, a pagar 2 mdd por agredirle.

 

-- No levanté la demanda, por que pensé que preferirías un arreglo – dijo Heero viendo fijamente el rostro de Duo. Duo pareció despertar de lo que se le hacía una pesadilla y vio al actor de nuevo. Sentía un nudo en la garganta, pero no quería dárselo a notar.

 

-- ¿Que clase de arreglo? – pregunto tratando de no sonar temeroso, pero por dentro se sentía asustado al solo imaginar lo que diría su padre cuando la demanda fuese interpuesta. Eso le podría provocar un infarto. De por si las cosas no iban bien con ellos… ser el causante de la muerte de su padre se sumaría a la aberración que su familia sentía por él.

 

-- Tu a cambio – dijo Heero de forma serena.

 

Su corazón comenzó a martillar con dolor en el pecho y abrió los ojos de forma asombrada tratando de comprender lo que aquella frase significaba. Pero no podía encontrar una respuesta satisfactoria… o por lo menos no lo satisfactoria que le gustaría. Totalmente confundido, volvió a levantar la mirada para enfrentar la fría del actor.

 

-- ¿Qué quieres decir con que yo a cambio? – cuestiono apretando los puños, comenzando a sospechar lo que aquellas palabras significaban. Un imperceptible temblor amenazaba con hacerle caer. Pero no iba a demostrarle nada. ¡No!, no a ese pesado de Heero Yuy.

 

-- Justo lo que estas pensando…

 

-- Yo no estoy pensando nada. Dime ¿qué es lo que estas tratando de decirme? – demando elevando el tono de voz. No podía creerlo, no quería creerlo. ¡No podía ser que Heero estuviera tratando de comprarlo!

 

-- ¿Tratando?... – suspiro Heero - no, te lo diré de forma directa.

 

Duo guardo silenció esperando por lo que el actor estaba a punto de decirle. Por su cabeza pasaron mil y una respuesta distinta a la que surco su mente nada más oyó lo del arreglo. Pero esa mirada fría que Heero le dirigía no podía significar nada. Sin embargo estaba nervioso de oír lo que Heero le propondría.

 

-- Se mi amante… y además de olvidarnos de la demanda, te abriré todas las puertas que necesites.

 

Un sentimiento de despreció apareció en su rostro al mismo tiempo que un intenso color carmín le inundaba. Al parecer lo que Heero le estaba proponiendo, si era lo primero que había imaginado. El coraje le embargo el cuerpo. ¿Como era posible que tan siguiera se atreviera a solicitarlo?, ¡ni siquiera era gay!.

 

-- ¡TU ESTAS LOCO!, ¿cuantas veces quiere que te diga que no soy gay? – grito de forma desesperada. No quería ni imaginar la propuesta, pero su hiperactiva imaginación le obligaba a contemplarlas sin poderlas frenar. Llevando consigo una y otra ves las imágenes del gimnasio o las del salón de clases.

 

Sacudió la cabeza de forma enérgica para apartar esas horribles imágenes de su cabeza, justo en el momento en el que Heero volvía a hablarle.

 

-- No necesitas ser gay para lo que te propongo – dijo de forma fría haciendo que la voz le causara un cosquilleo en toda la piel al escucharle. ¡No podía estarle pasando eso a él!

 

-- Tampoco estoy en venta, ¿quién crees que soy? – recrimino molesto, pero la mueca en el rostro de Heero le indico que ninguna de sus palabras le estaban causando gran impacto.

 

-- Alguien sumamente atractivo que no tiene 2 mdd para pagar una demanda.

 

¡Tenía razón!, ¡tenía toda la maldita razón!. No podía pagar semejante suma, pero tampoco estaba dispuesto a tener nada que ver con ese egocéntrico actor. No sabía ¿Cómo?, pero tenía que hacer algo, de algún modo tenía que hacerlo. No iba a dejarse tan fácilmente de ese actorcillo. Contrataría un abogado que le defendiera, eso si podía pagarlo, además, cualquier pudo haberle pegado al actor, era sumamente engreído y arrogante. No precisamente tuvo que ser él. ¡El actor caía mal a cualquiera!.

 

-- Meteré abogados, no voy a pagarte de ninguna forma. ¿Como vas a comprobar que fui yo quien te pego? Pudo ser cualquiera – dijo en voz alta sonando desesperado. Pero la mueca en el rostro de Heero no desapareció. Todo parecía indicar que esperaba que Duo dijera algo como eso.

 

-- Tengo 3 testigos que te vieron golpearme, serían 4, pero dudo que tu amigo Trowa atestigüe que te vio. Además esta mi labio reventado y las curaciones que se me hicieron en la enfermería, estas en mis manos – Duo apretó los ojos fuertemente. Tenía que haber algo que pudiera hacer. Heero le había estado acosando, quizá eso pudiera funcionar.

 

-- Pero tu me has acosado desde que llegaste a esta escuela, voy a contra demandarte – dijo sintiéndose algo más aliviado. Una contra demanda pondría en el ojo del huracán al actor y si no quería verse envuelto en un escándalo, más le valía no demandarlo por el golpe.

 

Sin embargo Heero no parecía sorprendido. Seguía con los brazos cruzados viéndole fijamente sin moverse un solo centímetro de su lugar. Era tan frío, que parecía estar hablando del clima y no de un arreglo que implicaba 2 mdd, una demanda por acoso sexual o su cuerpo. ¿Es que a caso no le importaba todo lo que un escándalo como ese le podría causar?

 

-- No tienes testigos, ni pruebas de lo que afirmas. Todo ha ocurrido estando a solas: en mi habitación, en el gimnasio después de la hora en que se cierran los dormitorios y en el salón de clases antes de que estas comenzaran. Se cuidarme Duo Maxwell.

 

“Maldición, es cierto” se dijo Duo apretando con fuerza sus manos. Al parecer Heero lo había estado planeando todo muy bien. ¿Era eso? ¿Lo había estado planeando?, No, era imposible. Aun así, el escándalo por decir que Heero lo había estado acosando sería perjudicial para la carrera del actor. Respiro un poco más aliviado al solo imaginarlo.

 

-- Pero con el simple hecho de decir que me has estado acosando, armaría un escándalo a tu alrededor. Se daría a conocer que eres gay, ¿a caso no te importa eso? – dijo Duo sonriendo.

 

-- Mejor para mi que se arme un escándalo, sería publicidad – dijo cruzado de brazos haciendo que la sonrisa de Duo se borrara – no sería la primera vez que estoy en medio de uno. Y sobre el que soy gay, es mi representante quien no quiere que se de a conocer, a mi me tiene sin cuidado que lo sepan o no. Tengo el suficiente dinero como para retirarme del medio y vivir de mis negocios. No me afectaría en nada que dejaran de ofertarme contratos.

 

Los nervios volvieron a hacer presa de Duo y cada vez se hacía mas grande la sospecha de que Heero lo tenía todo planeado.

 

-- ¿Lo tenías todo planeado verdad? – acuso de forma grave.

 

-- No, solo se presentó la oportunidad y no pienso desperdiciarla – volvió a decir Heero de forma fría.

 

-- No voy… no me agradas lo mas mínimo – trataría por todos los medios de disuadirle, si no de la demanda, del arreglo.

 

-- No necesitas sentir nada por mi, solo sería cuestión de negocios.

 

Duo apretó los dientes pensando para si mimo “dilo, solo sería cuestión de sexo desgraciado Heero Yuy “

 

-- No involucraría ninguna clase de sentimientos. Puedes odiarme si quieres.

 

-- No lo quiero, pero ya te odio Heero Yuy – masculló Duo apretando los ojos.

 

-- ¿Entonces estas aceptando?

 

-- Definitivamente ¡no! – dijo abriendo los ojos y viéndolo fijamente - has lo que se te de la gana con esa demanda, ya veré la forma de salir de ella.

 

Se giro de forma rápida para dejar de verlo, tenía ganas de salir corriendo y gritar su frustración. Si se quedaba un segundo más frente al actor le daría otro puñetazo en la cara lo cual podría causarle otra demanda o algo aun peor.

 

Pero a penas se había dado la vuelta, sintió como una fuerte mano se cerraba sobre su muñeca y como de un tirón era lanzado contra el tronco del árbol y arrinconado contra este. Cerró los ojos por instinto al sentir la rasposa corteza contra su espalda y el calor de otro cuerpo frente al suyo que le hizo estremecer.

 

No podía moverse. Sus manos estaban inmóviles, sujetas por un par de fuertes brazos. Sintió el calido aliento chocar contra sus mejillas haciéndole enrojecer. Abrió los ojos de golpe al reconocer ese aroma que inundaba sus pesadillas.

 

-- ¡Suéltame! – gritó enérgicamente, pero los fríos ojos azules de Heero le hicieron detenerse. Trato de soltar sus manos del agarre del actor, pero entre más se movía, más fuerte apretaba. Con lo delicada que era su piel, podría dejarle marcas y estaba a punto de ir a una sesión fotográfica. No debería de tener ninguna huella. Así que dejo de forcejear con Heero para verlo fijamente - ¡¿Que es lo que quieres?!

 

-- Tres días sin probar tus labios ha sido demasiado tiempo…

 

-- ¡No!...

 

Duo sintió los labios de Heero de nuevo sobre los suyos. Urgiéndole a abrir la boca para dejarle introducir su lengua. No podía moverse debido a la forma en que lo sujetaba, pero tampoco estaba dispuesto a dejarse besar por Heero de nuevo. Comenzó a moverse tratando de soltarse, pero los labios de Heero le apresaban, le robaban el aliento haciéndole desesperarse. Trato de gritarle de nuevo que lo soltara, pero ese descuido fue utilizado por el actor para introducir su lengua dentro de su boca provocando que su cuerpo se sacudiera como si una fuerte corriente de electricidad le hubiera golpeado.

 

Heero soltó sus muñecas para abrazarle a su cuerpo sin abandonar sus labios. Duo aprovecho el movimiento para intentar soltarse, pero al moverse, el tronco del árbol no quedo donde mismo. El cuerpo de Heero empujo al de Duo haciéndolos caer al pasto de forma brusca. Sin embargo los fuertes brazos de Heero evitaron que se golpeara contra el suelo.

 

Estar los dos en el pasto le permitía mayor libertad al actor para moverse. Duo sintió que las manos de Heero recorrían su espalda con suma libertad, bajo su saco y sobre la camisa. Sus labios no habían abandonado su boca, sentía su lengua dentro, moviéndose con maestría, arrebatándole el aliento y los sentidos. Con sus manos trataba inútilmente de apartarlo de su cuerpo, pero su mente decía una cosa y su cuerpo otra, por que respondía con movimientos desenfrenados, agitándose y temblando ante el contacto de las manos de Heero sobre sus glúteos o espalda.

 

“¿Por que mi cuerpo no responde a mis ordenes?” se cuestiono al sentir como algo entre su entrepierna comenzaba a molestarle. ¡Era algo imposible! Y sin embargo estaba sucediendo… de nuevo.

 

Era una completa tontería…

 

Era una locura…

 

Era Heero Yuy…

 

Y El no era gay como para que su cuerpo respondiera de esa forma ante las caricias de otro hombre.

 

Abrió los ojos lanzando un fuerte golpe sobre los hombros de Heero, lo cual sorprendió al actor por un momento. Duo aprovecho ese desconcierto para empujarlo lejos de su cuerpo. No iba a dejarse, por supuesto que no iba a dejarse.

 

El coraje que sentía le hizo saltar sobre el cuerpo de Heero y sentarse sobre sus caderas con el puño alzado aprisionando ambos brazos del actor con sus piernas. No iba a permitir que Heero le besara cada vez que se le ocurría y si un puñetazo lo detuvo antes, quizá si lo golpeaba de nuevo se detendría para siempre.

 

Pero la mirada fría y serena de Heero le hizo contenerse. Con la respiración agitada y aun con el puño alzado y listo para soltarlo sobre el rostro de Heero, se puso a analizar las cosas. Si le golpeaba de nuevo, ¿Heero le demandaría por una suma de 4 mdd?, ¿Sería eso posible?.

 

-- Vamos, golpéame – dijo Heero de forma fría – si eso es lo que quieres, deberías hacerlo.

 

Duo frunció el entrecejo clavando su vista violeta en la cobalto con enojo. Podría golpearlo, total, nadie le estaba viendo. Ahora no había testigos ni nadie que pudiera acusarle. Sería la palabra de Heero contra la suya.

 

Frunció más el entrecejo apretando los dientes y levanto el brazo para dejarlo caer contra el rostro de Heero. La mirada cobalto centello por segundos, pero el brazo paso por un costado de su rostro estrellándose en el suelo.

 

-- ¡Duo!

 

Duo volteo sorprendido al escuchar que alguien le hablaba. Pudo distinguir la voz de Trowa, era probable que Noin ya hubiese llegado por él. Ya no iba a tener tiempo de cambiarse.

 

Se levanto con renuencia sin despegar la vista de Heero, quien tampoco había dejado de verle.

 

-- No vale la pena – dijo Duo con enojo, sintiendo que su corazón latía a toda prisa en su pecho.

 

-- Por el contrario, creo que vale mucho la pena – contesto Heero sentándose en el pasto bajo el árbol viendo fijamente a Duo. Duo frunció más el entrecejo al escucharlo.

 

-- ¡Vete al infierno! – grito dándose la vuelta para irse, ya que la voz de Trowa se escuchaba más cerca.

 

-- Solo si me acompañas – respondió Heero haciendo que Duo le viera solo de reojo y se alejara a la carrera.

 

¡Maldito desgraciado!, de nueva cuenta lo había hecho y no había podido responderle como le hubiera gustado. Quería volver a reventarle un golpe en esa cara, pero al saber lo que le costaría una demanda, le había hecho detenerse. ¿Cómo se supone que iba a pagar tanto dinero?. Sus hermanos iban a reclamarle toda la vida por ello, sobre todo Solo. Si en lugar de dedicarse a despilfarrar el dinero de su familia, se hubieran puesto a trabajar, quizá él no tendría por que estarlos manteniendo a todos y hubiera podido pagar ese dinero o más.

 

Pero ya no había nada que pudiera hacer. Heero iba a presentar la demanda afectando terriblemente la salud de su padre y haciendo elevar el odio de sus hermanos por él. ¿Cuánto mal causaba un solo puñetazo a la persona equivocada?

 

Trowa camino unos pasos cuando vio la figura de Duo aparecer detrás de unos arbustos. Parecía enojado. Caminaba de forma rápida con los puños apretados. Jamás lo había visto tan molesto. Sabía que había salido con Heero, la gente del comedor se lo había dicho cuando le fue a buscar. ¿Es que de nuevo se había peleado con él?

 

Si, era muy probable.

 

Traía por completo el cabello revuelto y lleno de hojas secas. Sus ropas estaban algo arrugadas y llenas de tierra. Por lo visto, habían caído al pasto en su pelea.

 

-- Duo, ya llego Noin por ti. Dice que te apures por que no quiere que lleguen tarde a la sesión – dijo Trowa cuando Duo estaba a un paso de él.

 

Pero Duo pasó por un lado sin decirle nada. Era notorio su mal humor, por lo visto Heero de nuevo le había enfadado. ¿Que tenía este actor que hacía reaccionar a Duo como ningún otro lo había hecho? Duo siempre era alegre y bromista, a pesar de que su vida estaba llena de desamor, para todos siempre tenía una sonrisa y palabras de aliento. Sin embargo, desde que Heero había llegado a la escuela, Duo se notaba algo retraído y menos alegre.

 

-- ¿Duo? – Volvió a llamar haciendo que Duo se detuviera para verle de reojo – ¿que paso?

 

-- Ese maldito de Heero Yuy va a demandarme por 2 mdd – dijo de forma seria – y todo por haberle golpeado. ¡Esta loco!, ¿de donde voy a sacar tanto dinero?

 

-- ¿No intentaste arreglarte con él de alguna forma? – pregunto Trowa viéndolo de forma fija.

 

-- ¡Prefiero irme a la cárcel que aceptar se… su dichoso arreglo! – grito con molestia haciendo que Trowa le viera extrañado. Duo se sonrojo al notar que había estado a punto de abrir la boca de más. No quería que nadie más supiera lo que Heero le había propuesto – te veo el lunes Trowa – dijo dándose la vuelta de forma rápida y corriendo hasta donde Noin le esperaba.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Pocas veces, si no es que jamás, había visto esa mirada en Duo. Era algo parecido a preocupación. Sabía que 2mdd era mucho dinero para cualquier asalariado normal. Duo era un modelo muy bien pagado. Si lo que ganaba se fuera a su cuenta bancaria, quizá tuviera eso y más. Pero no, todo lo que Duo ganaba iba a manos de su familia adoptiva. Una familia a la que no tenía por que mantener y sin embargo lo hacía.

 

Siguió caminando por entre los arbustos que estaban detrás del comedor. Duo se había marchado dejándolo algo preocupado y quería saber que arreglo le había propuesto Heero. Quizá no era tan malo y pudiera convencer a Duo de que lo aceptara. Lo vio sentado bajo un árbol mirando de forma sería al frente. Si no fuera por que no le conocía, pudiera pensar que estaba igual o más preocupado que Duo.

 

Heero levanto la vista, cuando las pisadas de Trowa se detuvieron a un costado del árbol donde estaba sentado. Su mirada azulada chocó con una verde esmeralda que le veía con interés.

 

-- ¿Puedo hacerte una pregunta? – comento Trowa viendo fijamente a Heero. Heero solo asintió sin pronunciar palabra - ¿Es cierto que vas a demandar a Duo por 2 mdd?

 

Heero desvió la vista al frente, no estaba dispuesto a discutir el asunto de la demanda con alguien que no fuese Duo. Trowa Barton podía ser su mejor amigo, pero él no lo conocía. No sabía si podía confiar en él. Duo había tenido oportunidad de decirles a los demás que era gay y hasta ahora no lo había hecho. Por extraño que pareciera, eso le hacía confiar en él.

 

-- Como no respondes, asumiré que es un si – comento Trowa aun viéndolo. Sin embargo Heero no volteo a verle, solo se limito a ver a la nada – No se si lo sepas. Pero Duo nunca podrá pagarte esa cantidad. Es demasiado dinero para él…

 

-- ¿Y que hay de su familia?, los Maxwell son los productores más ricos de la meca del cine – comento Heero sin verlo.

 

-- Duo no pertenece a la familia Maxwell, puede que tenga el apellido, pero su familia no lo quiere.

 

-- ¿Que quieres decir con eso? – pregunto Heero girando la vista para ver a Trowa.

 

-- Duo es adoptado.

 

Heero vio a Trowa por eternos segundos, tratando de ver si lo que el músico le decía era cierto o falso. Sin embargo la mirada seria del músico no parecía decirle nada. No podía saber si lo que decía era cierto o no. ¿Pero eso que diablos importaba?, si Duo no tenía con que pagarle, que aceptara lo que le proponía. ¿Qué no era eso lo que quería?. Sin embargo el asunto del arreglo solo lo vería con Duo, al músico no le diría nada.

 

-- Lo que se, es que Duo es hijo de Odiseo Maxwell y una de sus asistentes – dijo Heero desviando de nuevo la mirada. Trowa se recargo en el árbol viendo al frente mientras hablaba.

 

-- Eso fue algo que saco una revista. Y es mentira – Heero se giro de nuevo para ver a Trowa, pero este veía al frente cruzado de brazos – Duo fue abandonado en un orfanato cuando tenía 3 años. Los Maxwell eran benefactores del lugar. A los 5 años lo vieron actuando todos los papeles de una comedia que solían pasar en la TV y Odiseo Maxwell quedo muy sorprendido con la facilidad de Duo para actuar, por lo que decidió pagarle las clases en esta escuela. Solo que Duo era un niño bonito, según cuentan algunos maestros a los que conocí y fue rápidamente solicitado para hacer comerciales. Como Duo comenzó a ganar dinero, los Maxwell decidieron adoptarlo.

 

-- ¿Por dinero? – cuestiono Heero. Trowa giro la vista para verlo y solo asintió.

 

-- Con los años el dinero que Duo ganó, llevo a Odiseo Maxwell a producir películas malas, lo que le llevo a la bancarrota. Ahora todo el dinero que Duo gana, sirve para mantener a su familia adoptiva. Duo no obtiene ayuda de ellos y debido a lo que esa revista saco sobre que era hijo de una de las asistentes de Odiseo, su madre adoptiva y sus hermanos, no lo quieren ver, ni le hablan. Así que si demandas a Duo, no obtendrás ningún dinero de su parte.

 

-- No pensaba demandarlo – dijo Heero viendo al suelo, Trowa giro la vista para verlo de nuevo sorprendido – solo lo dije para molestarlo.

 

-- ¿Entonces no vas a demandarlo? – cuestiono de nuevo Trowa. Necesitaba estar totalmente seguro que lo que Heero comentaba era cierto.

 

-- No lo haré, puedes decírselo si gustas – Heero se levanto sin ver a Trowa, sacudiéndose las ropas.

 

-- Lo haré. ¡Gracias! – dijo Trowa viendo como Heero se alejaba sin ver atrás.

 

No entendía si realmente había convencido al actor de no demandar a Duo, o si realmente él nunca había pensado hacerlo. Pero por lo menos, Duo ahora tendría la certeza de que Heero no iba a demandarlo. Ojalá que esa noticia le regresara su buen humor.

 

Caminó alejándose del lugar, él también tenía que cambiarse antes de que llegaran por él. Sonrió al recordar que la persona que pasaba a buscarle cada viernes, era la misma con la que se veía entre semana en el bar. Quizá algún día le contara esa parte a Duo, pero de momento, debía callar.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Duo iba viendo por la ventana las nubes en el cielo. Desde que había abordado el auto no había dicho una sola palabra. Le preocupaba mucho la demanda que Heero iba a poner en su contra.

 

Solo sería el primero en reclamarle. De por si siempre lo acuso de que su padre lo quería más que a él, ahora le reclamaría por tratar de dejarlos en la calle y si su padre enfermaba o moría… ¡Dios!, eso iba a ser un infierno. Todas las propiedades de Odiseo Maxwell estaban a su nombre. Otra cosa más por la que su familia le odiaba. Jamás comprendieron que había sido un artilugio para despistar a los acreedores que amenazaban con despojarlo de todo, cuando se quedo sin dinero a causa de las malas películas que había producido en el pasado.

 

“Solo jamás comprenderá”, suspiro con pesar.

 

Solo era el mayor de sus hermanos adoptivos, quien se supone debía llevar las riendas del negocio cuando su padre se retirara. Pero había resultado ser un jugador empedernido. Había sustraído las pinturas más costosas de la mansión Maxwell y las había apostado y perdido. Para sacarlo de los problemas que el juego le había causado, su madre le había dado sus joyas, pero aun así Solo seguía apostado. Su padre al descubrir lo que hacía su hijo y verse inmerso en problemas financieros, decidió poner las propiedades a nombre del menor de sus hijos, aun que adoptivo, era su hijo. No podía ponerlas a nombre de Middie, por que su hermana tenía la mala costumbre de casarse con hombres que solo iban en busca del dinero de los Maxwell. Ya iba por su quinto matrimonio y el hombre había resultado ser un estafador. Por eso Odiseo decidió poner las propiedades a nombre de Duo.

 

Y cuando Solo se entero, la discusión que tuvieron mando a Odiseo al hospital con el primer infarto. Claro que Solo le acuso de ser él quien se lo provocara.

 

Desde entonces no había vuelto a la mansión Maxwell. Ya tenía 3 años sin pisar esa casa. De por si nunca se había sentido a gusto en ese lugar. Sus hermanos adoptivos lo despreciaban. Odiaba a Middie que siempre que iba de visita lo vestía como muñeca y le hacía salir a la calle de esa forma. Solo siempre le acuso de quererle quitar el cariño de su padre. Y la señora Maxwell simplemente le ignoraba. El único que sentía un poco de cariño por él era Odiseo Maxwell, pero sus múltiples obligaciones en el cine, le impedían pasar algo de tiempo con él o con sus otros hijos.

 

-- Duo

 

La voz de Noin le distrajo de sus pensamientos y le hizo voltear a verla. Los ojos azules de la mujer dejaban ver cierta preocupación por él. La conocía desde hacía muchos años, si tenía una madre, esta era Noin. Siempre le aconsejaba y cuidaba. Quizá era una madre muy joven, pero así la veía.

 

-- ¿Sucede algo Noin? – pregunto Duo al ver la preocupación en los ojos de la mujer.

 

-- Has estado muy callado desde que subiste al auto y eso me preocupa. En otras ocasiones tu charla me distrae tanto que el camino al lugar de trabajo se me hace muy corto. Pero hoy, no has dicho nada. ¿Qué es lo que tanto te preocupa? – Duo suspiro, sería mejor decirle a Noin de una vez lo de la demanda. Quizá entre los dos podrían pensar alguna forma de salir de ese lío.

 

-- Heero va a demandarme por 2mdd… - La sola mención hizo a Noin abrir los ojos de forma enorme – se que es impagable, no se como salir de esto Noin. Cuando papá se entere, me temo que he de causarle otro infarto – dijo con sumo pesar viendo al suelo del auto.

 

-- Hay… hay que consultar a un abogado de inmediato – dijo Noin tratando de calmarse – también voy a hablar con Zech, el representante de Heero. Quizá podamos lograr algún acuerdo con él.

 

-- ¿Acuerdo? – dijo Duo viéndola fijamente mientras su corazón comenzó a martillar en su pecho. Como decirle que clase de acuerdo quería Heero. No iban a poder convencerle de aceptar esa locura.

 

-- Si, quizá Heero se conforme con una disculpa de tu parte – una enorme sonrisa surco el rostro de Duo.

 

-- Si, soy capas de pedirle disculpas de rodillas y besarle los pies si eso quiere. Pero que no me demande, ¡por dios!, no quiero ser el causante de otra disputa familiar como la de hace tres años.

 

-- Tranquilo Duo, hablare con Zech antes de hablar con el abogado – dijo Noin tomando la mano del trenzado entre las suyas para darle ánimos. Sabía de antemano que Duo era capas de humillarse de esa forma ante cualquiera, con tal de no provocar un mal a su padre.

 

El sonido de un celular les distrajo y Noin metió la mano a su bolso para sacar el aparato que sonaba. Duo siguió cada movimiento con interés, era extraño que Noin recibiera llamadas a su celular. Ella vio el identificador y no reconoció el número, así que lo abrió para contestar.

 

-- Lucrecia Noin al habla… ha, eres tu… claro, esta a mi lado, en seguida te lo paso – dijo Noin extendiendo el aparato a Duo – es Trowa – Duo sonrió y tomo el aparato de las manos de Noin.

 

-- Hola amigo, ¿que sucede?... ¿estas jugando? – dijo Duo abriendo enormemente los ojos – No puedo creerlo, ¿estas seguro?... ¡Trowa!, no sabes el peso que me has quitado de encima, te lo agradezco mucho amigo. ¡Gracias!, ¡gracias! y ¡gracias por avisarme!, ahora si podré disfrutar de este fin de semana. Te veo el lunes - Duo colgó muy feliz la llamada y le entrego el aparato a Noin.

 

-- ¿Qué paso, para que te quería tu amigo Trowa? – pregunto Noin intrigada.

 

-- Heero no va a demandarme – dijo feliz, haciendo que Noin se sorprendiera – no se como le hizo Trowa, pero parece que lo convenció de no levantarla.

 

-- Tienes un buen amigo – dijo Noin sonriendo – no sabe de todo lo que te ha salvado.

 

-- Lo se, ¡lo se!. Trowa es como el hermano que me hubiera gustado tener – dijo sonriendo haciendo que Noin sonriera a su vez. Por fin le veía sonreír de nuevo.

 

Trowa bajo de forma lenta el auricular del teléfono para colgarlo. Iba sentado en un amplio sillón de aquel auto lujoso desde donde le había llamado a su amigo para avisarle que la demanda no se llevaría a cabo.

 

-- ¿Se lo dirás?

 

Esa voz angelical le hizo girar un poco el rostro para verle. Y sonrió un poco al notar su brillante mirada fija en su rostro.

 

-- Si, pero no ahora – contesto a la pregunta que le hacía desde hace unos meses - Duo no esta listo para saber de nosotros aun. Lo entiendes ¿verdad? – cuestiono al ver esa huella de dolor en su mirada.

 

-- Claro amor - sonrió al sentir la mano morena tomar la suya y darle un fuerte apretón. Esperaría hasta el final de los días, mientras él estuviera a su lado.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Duo entro corriendo al estudio donde se llevaría acabo la sesión fotografía para la nueva campaña de Calvin Klain. Su buen humor había regresado gracias a la llamada de Trowa. Por ese fin de semana se olvidaría por completo del maldito actor Heero Yuy y pondría todas sus energías en sacar su trabajo adelante.

 

Noin había dado la vuelta en otro de los pasillos para ir a las oficinas a revisar el contrato y asegurarse de que todo estaba en orden, mientras él se dirigía al lugar de la sesión.

 

Abrió la puerta a la carrera sin tocar, todo mundo lo conocía y le saludaba alegremente. Ya tenía varios años haciendo campañas para la marca Calvin Klain y algunas otras. No le sorprendía que le llamaran para hacer los catálogos o algún comercial para la televisión. Hacía ya varios años que no desfilaba en pasarelas, pero no lo extrañaba. Prefería mantenerse en un solo lugar, cosa que no haría si le pedían desfilar. Esos contratos quizá lo llevaban a varias partes del mundo, pero odiaba tener que trasbordar los aviones y cambiar de horarios le mataba. Por eso mil veces hacer comerciales para televisión, que desfilar en Paris o Milán. Además la paga no era muy buena.

 

Unos ojos marrones le sonrieron cuando le vieron pasar. Al parecer estaba tan distraído saludando a los iluminadores y la gente de vestuario, que no le había visto. Pero ya le conocía y sabía que Duo no le había ignorado apropósito.

 

-- Te ves muy contento Duo.

 

Duo giro la vista cuando escucho su nombre y sonrió de forma luminosa al reconocer a la mujer que estaba parada detrás de él.

 

-- ¡Sally Po! – dijo con una enorme sonrisa en su rostro – que gusto verte de nuevo.

 

-- El gusto es mío Duo, veo que no has cambiado nada desde la última vez que nos vimos. Aun sigues siendo un distraído.

 

-- ¿Por que dices eso?

 

-- Por que yo estaba justo detrás de ti y no me viste – dijo riendo – pero no me siento ofendida por eso – Duo soltó la carcajada.

 

-- Si tú estas aquí, eso quiere decir que Wu también vendrá a esta sesión de fotos.

 

-- Por supuesto Duo. Wufei y tú serán parte de esta nueva campaña. Él ya esta probándose la ropa

 

-- ¡Fantástico! – dijo Duo con emoción – hace mucho tiempo que no veo a Wu, será divertido trabajar con él. Adoro estarle haciendo bromas y ver como se enoja – dijo entre risas, haciendo que Sally sonriera a su vez.

 

-- Cuando Wufei se enteró que trabajarían juntos, casi me hace cancelar el contrato. Me parece que aun no olvida el último que hicieron – dijo Sally tratando de ocultar la risa con su mano.

 

-- ¡Yo no tuve la culpa! – se excuso Duo a la carrera – el perro se me soltó de las manos, ¿como iba yo a saber que la correa se iba a enredar en sus piernas y le haría caer sobre el pastel del comercial? – Sally ya no se aguanto la risa y comenzó a reír de forma sonora.

 

-- No creo que ese haya sido el problema Duo, el problema fue que todo quedo grabado y al cliente de Kleenex(1) le gusto tanto la secuencia que decidieron dejarlo. Así que Wufei es conocido como el novio que cayó al pastel el día de su boda y se limpio el betún con los kleenex.

 

Duo también comenzó a reír al recordar por todo lo que tuvieron que pasar ese día. Y cada vez que veía el comercial en la televisión, no podía contener la risa al ver a Wufei enredado con la correa del cachorro y cayendo encima del pastel. Lo siguiente que se veía, era a él, que era el padrino de la boda, dándole un kleenex para que se limpiara la cara.

 

-- Pero bueno Duo, dime ¿como te va en la escuela?, ¿ya casi sales? – pregunto Sally limpiándose una lagrimita por la risa al recordar el último trabajo que habían hecho juntos los dos chicos. Duo sonrió enormemente para contestarle a Sally.

 

-- Estoy en segundo año, el siguiente es el último. Lo bueno de esta escuela es que sales con un titulo – dijo riendo – aun que no se para que te sirve. Según nos comentan los profesores, si dejas la carrera de la farándula te puedes dedicar a otra cosa. Pero yo adoro esto… y si dejo la carrera de modelo, me dedicare a actuar.

 

-- ¿Y estas tomando clases de actuación en algún otro lado? – pregunto Sally interesada.

 

-- No, allí mismo en la escuela dan clases de actuación, de danza, incluso de pasarela – dijo extrañado viendo a Sally – creí que lo sabías, la escuela es muy famosa debido a esos talleres.

 

-- No lo sabía. Pero les dices talleres a esas clases, ¿puede alguien de afuera irlas a tomar?, o ¿solo se las dan a los internos?

 

-- ¡Claro que pueden ir los de afuera!, Se pueden tomar como diplomados aquellos cursos que les interesan a otras personas – Dijo Duo con entusiasmo – a veces vienen artistas con renombre a tomar uno que otro taller y nos brindan su experiencia.

 

-- Eso suena interesante y dime, ¿cuando comienzan los talleres?

 

-- El próximo lunes.

 

Un hombre maduro les distrajo de la plática al llegar por Duo. Ya era hora de que se cambiara por que la sesión debía comenzar. Duo le sonrió a Sally y se despidió de ella dejándole el teléfono de la escuela, para que preguntara por los talleres al verla tan interesada en ellos.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

“Ok”

 

Estaba acostumbrado a posar para la cámara usando la ropa que le daban para modelar. En más de una ocasión había sido modelo exclusivo de Calvin Klain y salía en los catálogos modelando ropa interior. Pero…

 

-- ¡Me niego!

 

La voz de Duo resonó por cuarta vez en todo el lugar por el eco. Las luces de dos enormes lámparas iluminaban la pequeña habitación donde el fotógrafo, Jan Paul De Martí, explicaba a sus dos modelos lo que pretendía dar a entender con esas poses.

 

-- ¡Me niego!, ¡me niego! – Volvió a repetir de forma enérgica – ¡no quiero ser esposado a la cama!

 

-- Vamos Duo, solo son fotos para la campaña. La nueva ropa interior de cuero merece ser expuesta como algo novedoso, algo retro, algo…

 

-- No voy a ser esposado, ¿por que no es Wufei a quien esposan y no a mi? – cuestiono con el ceño fruncido, haciendo que los ojos oscuros de Wufei centellaran con enojo.

 

-- Vamos Maxwell, sabes perfectamente que no voy a hacerte nada – dijo de forma burlona – aun estando totalmente indefenso… no voy a abusar de ti. – Duo volteo a verlo con sumo enojo.

 

-- ¡No lo digas ni en broma Wufei!

 

-- ¡Vamos!, sabes que solo estoy jugando. Yo soy hombre y como tal me gustan las mujeres. Aun que… - volvió a detenerse para ver a Duo de arriba abajo – por ti puedo cambiar de lado.

 

-- ¡!!WUFEI!!!

 

Jan Paul y Wufei comenzaron a reír viendo el sonrojo en el rostro del trenzado. Al parecer por primera vez Wufei lo estaba embromando y él estaba cayendo en sus bromas. Otra cosa más por la que debía echarle la culpa a ¡Heero Yuy!.

 

Quizá si Heero no le hubiese estado acosando desde que llego a la escuela, él no estaría imaginando que quien lo esposaba era ese egocéntrico actor. Desde que vio las ropas que usaría para la campaña, no pudo evitar que en su imaginación apareciera el rostro de Heero recorriéndolo con esa mirada fría. Y ese solo pensamiento le ponía los pelos de punta.

 

-- Vamos a comenzar con las fotos Duo, debemos terminar mañana mismo.

 

-- ¡Me niego! – volvió a insistir Duo.

 

Wufei tomo las esposas que Jan Paul le tendía y camino hasta Duo sonriendo de forma burlona. La mirada violeta estaba detenida en esos trozos de metal redondos. No quería ni imaginárselos puestos y sujeto a la cama con ellas. Pero en algo Jan Paul tenía razón. Era parte de la campaña. La ropa de cuero necesitaba ser mostrada de forma distinta a la usual. Y él había firmado un contrato para hacer esa sesión de fotos. Y tenía palabra e iba a cumplirla.

 

-- Está bien – dijo de forma resignada estirando ambos brazos.

 

Sintió el frío metal cerrase sobre sus muñecas algo enrojecidas debido a la forma en la que Heero lo había sujetado en la mañana. Pero esas esposas cubrían ese leve color en su piel. Subió a la cama y ambos brazos fueron lanzados hacía atrás para ser sostenidos al respaldo por la contraparte de las esposas. Ahora si que estaba indefenso.

 

-- ¡Ahora si eres mío!

 

Las palabras que Wufei le dijo le hicieron levantar la mirada con temor. Un profundo rubor le cubrió el rostro cuando pudo ver como Wufei sacaba su lengua y recorría sus labios con ella en una muestra que le había visto hacer cuando hablaba de alguna chica que le gustaba. Más nunca lo había visto dirigírsela a él.

 

-- ¿Wu… Wufei? – tartamudeo con temor el nombre de su compañero al ver que el chino se subía a la cama y se sentaba sobre sus piernas haciéndole abrir los ojos de forma sorprendida - ¡QUE CREES QUE ESTAS HACIENDO!

 

Una sonora carcajada retumbo en todo el cuarto mientras Duo no perdía de vista el rostro sonriente de su amigo. Pero en su imaginación, quien lo tenía esposado a la cama y se sentaba sobre sus piernas no era otra más que Heero. Y eso le atormentaba. ¿Por que su imaginación era tan hiperactiva, al grado que ni en el trabajo lograba sacar a ese maldito actor de su cabeza?

 

-- Esa cara me gusta Duo, ¡no la cambies!.

 

-- ¿He?

 

Duo giro el rostro solo un poco, cuando vio que el flash de la cámara comenzaba a centellear y Jan Paul se movía en todas direcciones haciendo su trabajo.

 

Debía olvidarse de todo lo que había pasado esa semana en la escuela… debía olvidarse que Heero Yuy le había besado ya en cuatro ocasiones… debía olvidarse de todo y solo concentrase en hacer bien su trabajo.

 

Pero tener a Wufei casi encima de él, simulando que le estaba tocando, no le estaba ayudando mucho a olvidar las manos del actor que si le había tocado…

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

La sesión fotográfica se llevo toda la tarde, parte de la noche y aun faltaban algunas cuantas que era necesario repetir en el transcurso del domingo. Cada vez que se quedaba fuera del colegio, Noin pedía para él un cuarto en un hotel que estuviera cerca del lugar donde trabajaría. Así no tenía por que regresar a la escuela y podía llegar al trabajo rápido al siguiente día.

 

Había llegado temprano al estudio para ver como habían salido las pruebas. Jan Paul estaba emocionado por que las fotos estaban mejor de lo que esperaba, a pesar de la renuencia de uno de sus modelos a posar como se lo pedía, las fotos habían quedado magnificas.

 

-- ¡No puedo ser yo! – dijo Duo con asombro en voz baja al ver una de esas fotos con una lupa.

 

En la foto aparecía solo, viendo hacía arriba con el rostro sonrojado y los ojos semi cerrados. Las esposas se veían de forma clara sostener sus brazos al respaldo de la cama. Los boxers de cuero dejaban entre ver parte de su abdomen. Al parecer Jan Paul había tomado la foto cuando estaba discutiendo algo con Wufei… o quizá, mientras trataba de sacar de su cabeza la imagen de Heero.

 

-- Vamos a repetir solo algunas. Pero necesitare que te vuelvas a poner las esposas – dijo Jan Paul a espaldas de Duo. Duo dejo de ver la foto para sonreír al fotógrafo.

 

-- Está bien – dijo regresando la vista a las fotos.

 

-- ¿Te gustaron Duo? – pregunto al ver el interés de Duo en su trabajo.

 

-- Se ven… he… no parezco yo – dijo sonrojado sin voltear a verlo. Jan Paul comenzó a reír.

 

--- Tu mirada es distinta a las anteriores campañas – Esta vez Duo volteo a verlo con curiosidad – es verdad Duo. Tu mirada es muy distinta a las anteriores y quiero que eso se vea en la campaña. Estoy seguro que nuestra directora de marketing y publicidad opinara lo mismo. ¡Te veías maravilloso! – dijo el fotógrafo emocionado haciendo que Duo se sonrojara por lo efusivo de la reacción del hombre - Espero que la mirada que mostraste ayer, no la hayas olvidado hoy.

 

-- ¿Mirada?, ¿que mirada? – Pregunto rascando su cabeza – mi mirada es igual que siempre. Mis ojos siguen siendo violetas, ni modo que los haya cambiado a verdes – Jan Paul soltó la carcajada a la broma del trenzado.

 

-- No es el color de tus ojos lo que cambio, si no, en si, tú forma de mirar. Se veía… mmm – dijo poniendo una mano sobre su barbilla para tratar de explicarle - soñadora, temerosa, algo confundida… ¡enamorada! – dijo por fin con alegría.

 

-- ¿QUE?, yo no estoy enamorado de nadie, ¿como puedo tener una mirada así? – dijo Duo parándose de su lugar con el seño fruncido.

 

-- Yo no he dicho que estés enamorado de alguien – dijo el fotógrafo riendo – puedes estar enamorado de tu trabajo, del día, de la ropa, etc. El que hayas dicho que no estabas enamorado de alguien me da a entender que en tu subconsciente tienes a alguna persona en mente.

 

-- ¡Claro que no! – se defendió Duo a la carrera con molestia.

 

-- No te enojes Duo, solo es mi forma de ver las cosas. Yo creo que es una mirada enamorada, pero solo tú sabes si estoy en lo correcto o no – río – ahora vamos con Wufei, que ya debe estarnos esperando. Tengo que salir antes de las 2:00 pm, porque tengo una cita.

 

Duo volteo a ver de reojo las fotos en miniatura que descansaban sobre el escritorio de Jan Paul. No podía creer en lo que decía el hombre. Esta bien que en las fotos se veía algo distinto, pero él pensaba que era debido a la ropa y la iluminación que se había usado para las fotos. Nada tenía que ver su mirada en esa toma.

 

¡Enamorado!, tonterías…

 

Volvieron a la habitación donde se llevaban a cabo las fotos. Tomaron de nuevo sus posiciones y se limitaron a acatar las ordenes de Jan Paul. Esta vez Duo no estaba tan nervioso como el día anterior y Wufei parecía un poco más serio. Por lo menos esta vez no lo había embromado haciendo que sus nervios se crisparan.

 

Mientras posaba para la cámara de Jan Paul, no podía evitar en pensar en las palabras que el fotógrafo le había dicho. “Enamorado”, pero que tontería le había dicho. De la única persona que se había sentido enamorado era de Hilde, solo que el choque de caracteres de ambos les hacía discutir constantemente y eso les había llevado a romper a los pocos meses. Ahora solo sentía un amor fraternal por ella. No había ninguna chica en su cabeza, ni nadie que le gustara… bueno, que le gustaba había muchas, pero nadie en especial. Jan Paul estaba equivocado, totalmente equivocado. Había dicho que había confusión en su mirada, si, eso si era posible. ¡Y todo debido a ese idiota de Heero Yuy!.

 

De nueva cuenta el nombre y la imagen del egocéntrico actor cruzo por su cabeza. Si se suponía que iba a pasar todo el fin de semana trabajando era precisamente para olvidarse de su presencia y parecía surtir el efecto contrario, porque no podía sacarlo de su cabeza. Y estar esposado a la cama no le ayudaba en mucho a olvidarlo. No podía evitar el imaginarse a Heero sujetándolo fuertemente de las muñecas o peor aun, esposándolo a la cama como estaba ahora.

 

-- Maxwell, ¡pon atención a lo que dice De Martí! –recrimino Wufei al ver que Duo solo miraba a la nada y hacía caso omiso a las recomendaciones del fotógrafo, haciéndoles repetir las poses más de una vez.

 

Una serie de risas femeninas les distrajo de lo que hacían haciendo que Jan Paul parara de dispara la cámara. Jan Paul gustaba del silenció cuando trabajaba y las risas que se escuchaban retumbaban en todo el lugar.

 

-- ¡Querido Jan Paul, perdona por llegar antes!

 

Duo comenzó a sentir que su corazón latía a toda prisa al reconocer la voz de la chica que hablaba. Trato de soltarse de las esposas sin lograrlo, tenía que salir de allí antes de que se le ocurriera entrar.

 

-- ¡Wufei!. Quítame estas esposas, rápido, rápido – dijo con desesperación viendo al chino.

 

-- Esta bien Maxwell – dijo Wufei parándose de la cama y tomando las llaves de una pequeña mesa que estaba aun lado de las lámparas.

 

-- ¡Date prisa, date prisa, tengo que salir de aquí! – dijo de forma desesperada.

 

Wufei sonrió al ver la forma desesperada en la que Duo trataba de soltarse. Al parecer la chica que acaba de llegar tenía algo que ver con la desesperación del trenzado por soltarse. Así que le haría sufrir un rato.

 

-- ¡Wufei que esperas! – grito Duo viendo que el chino caminaba muy despacio.

 

-- Vamos, no te desesperes, que tengo que ver cual llave es de cual esposa – dijo riendo, subiéndose a la cama y sentándose sobre sus caderas para estirar los brazos y tratar de soltarlo.

 

-- No seas pervertido Wufei, bien puedes soltarme sin subirte me encima, ¡estas muy pesado! – pero Wufei solo rió.

 

La puerta se abrió y tanto Duo como Wufei voltearon al mismo tiempo para ver como Jan Paul hacía entrar a alguien a la habitación donde trabajaba.

 

Duo cerró los ojos fuertemente, mientras un profundo sonrojo pintaba por completo su cara.

 

-- ¡Por dios!, ya es demasiado tarde… ¡mátame!, ¡mátame! – murmuro haciendo que Wufei solo le viera de forma confundida.

 

Una sonora carcajada retumbo en todo el lugar haciendo que el corazón de Duo latiera a toda prisa y Wufei se diera prisa en bajarse de él sin soltarlo.

 

-- Hay Duo, no te conocía esas mañas – dijo la chica entre risas burlonas – ahora entiendo por que nunca me has hecho caso – Duo abrió los ojos asombrado – jamás me imagine que estuvieras enredado con el chico del pastel.

 

-- ¿A quien le dices chico del pastel? – gruño Wufei a la chica que no dejaba de reír viendo a Duo. Los ojos celestes de la chica se giraron para ver al chino con burla.

 

-- Por supuesto que a ti querido. Hubiera sido más dulce que en el comercial aparecieran casándose los dos y no tú como el novio y Duo de padrino de la boda. Pero supongo que ahora nos deleitaran con algo más atrevido – dijo riendo.

 

-- ¡Estas equivocada Dorothy!, esto es parte de la campaña de Calvin Klain y entre nosotros no hay nada, ¡no mal interpretes las cosas! – dijo a la carrera. Pero Dorothy siguió riendo a carcajadas.

 

-- Por supuesto, por supuesto y yo soy el mago de OZ – dijo de forma sarcástica entre risas.

 

-- ¡Por favor, saquéenme de aquí! Lo último que me faltaba era que una maniática de las burlas me encontrara esposado a una cama, en ropa interior y con un hombre encima.

 

-- ¿Jan Paul, me regalarías algunas fotos de esta campaña? – Pregunto Dorothy sonriendo, haciendo que Duo la viera de forma fija – pienso usarlas como chantaje para llevarme a mi modelo favorito a Nueva York.

 

-- ¿Que? – dijo Duo abriendo grandemente los ojos por la sorpresa. Dorothy era su amiga desde hace algunos años, incluso, desde antes que se hiciera famosa. Por lo cual la acompañaba de vez en cuando a algún evento, provocando los conocidos chismes en el medio. Pero ir a NYC con ella, ya era darles a entender que eran mucho más que solo amigos.

 

Dorothy arrebato de las manos de Wufei las llaves mientras caminaba de forma coqueta hasta la cama donde Duo permanecía esposado, ignorando el enojo en la cara del chino, mientras Duo la seguía con la mirada. Se sentó y le mostró las llaves.

 

-- Este miércoles se llevan a cabo los Academy Awards of NY y quiero que me acompañes – dijo riendo introduciendo una de las llaves en las esposas para soltarlo.

 

-- Lo siento Dorothy, pero NYC esta lejos, deberé faltar tres días a la escuela y no quiero. Las clases de teatro, danza y pasarela comienzan esta misma semana. Además no quiero viajar en avión, ya estoy cansado de andar en los aeropuertos – dijo Duo sudando al ver como Dorothy agitaba las llaves en su mano, pero no le soltaba.

 

-- Insisto en que me acompañes, o si no, no he de soltarte – dijo volviendo a agitar las llaves. Duo volteo a ver a Wufei y a Jan Paul, que solo reía al verle.

 

-- Jan paul debes tener una copia de las llaves, ¡sácame de aquí! – dijo tratando de soltarse, pero Dorothy volvió a reír.

 

-- Sabes que tengo algo que te convencerá de acompañarme a NYC – dijo Dorothy de forma seria sacando algo de su bolsa mientras Duo solo la observaba – en la campaña que hiciste para Calvin Klain del año pasado, alguien te tomo esto…

 

Duo abrió los ojos con sorpresa al contemplar en las manos de la rubia una fotografía en la que aparecía con los boxers abajo dejando ver su trasero, mientras le gritaba algo a alguien.

 

-- Espero que la recuerdes – dijo Dorothy sonriendo al ver la expresión en el trenzado.

 

Claro que la recordaba, uno de los de vestuario le jugo una mala broma al jalarle la prenda para que le fotografiaran. Pero estaba seguro que esa foto había sido quemada. ¿Por que la tenía Dorothy en sus manos?

 

Estiro su mano libre para tratar de arrebatársela a la rubia, pero esta la retiro de forma rápida del alcance de Duo. Por más intentos que Duo hacía por alcanzarla para quitársela, no podía, debido a que su mano aun seguía esposada al respaldo de la cama.

 

-- Te la doy solo si me acompañas a los premios de Nueva York – dijo riendo la rubia. Duo solo la observo de forma sería mientras veía de reojo a Wufei y Jan Paul que discutían algo olvidándose de ellos.

 

-- No quiero ir a Nueva York, te acompaño a otros si quieres, pero no me convencerás de ir hasta esa horrible ciudad. Puede que tengas esa fotografía, pero aun y cuando me amenaces con dársela a los medios para que la publiquen, vas a convencerme – Dorothy frunció los labios de forma desilusionada.

 

-- No me pongas esa cara Dorothy, esta vez no va a funcionar – dijo Duo tratando de no verla. Siempre que la rubia quería algo de él, ponía una cara de tristeza con la que lograba convencerle. No por nada era una de las mejores actrices y estaba nominada en el rubro de mejor actriz para los globos de oro de ese año.

 

-- Por favor Duo, necesito llevar a alguien que logre que los reporteros voltean a verle. Y tú eres especial para eso – dijo suplicante haciendo que Duo levantara la vista para verla – si, eres sumamente atractivo y cuando los reporteros te ven, les haces girar la vista. Quiero que todo el mundo me vea, y no preste atención a esa estúpida de Relena – dijo con fastidio.

 

-- ¡Ah vaya!, ya me imaginaba que la rubia esa tenía algo que ver con el que yo fuera a los NY Academy Award – dijo sonriendo – pero no me necesitas Dorothy, con tu sola presencia tienes para que volteen a verte – Dorothy sonrió y metió la llave en la última de las esposas.

 

-- Te ganaste tu libertad con ese comentario – dijo acercándose al rostro de Duo para depositar un beso en su mejilla – pero aun así quiero que me acompañes. Solo para demostrarle a esa tonta, que mis amigos son los más guapos.

 

-- No se por que traen ustedes ese pleito. Ya se parecen a Britnhey Spears y Cristina Aguilera – dijo Duo entre carcajadas.

 

-- No insultes a mis amigas – dijo Dorothy molesta - Bri y Cris son mucho mejores que Relena – Duo guardo silenció al ver la reacción de la rubia – además, quiero que se muera de envidia al verme contigo. Dudo mucho que la persona que “afirma” le acompañara, realmente lo haga. En cambio, tu si vendrás con migo, ¿cierto? – dijo pestañeando de forma rápida y sonriendo de forma coqueta – no dejaras a una de tus mejores amigas desamparadas ante esa bruja, ¿verdad Duo?

 

Duo suspiro resignado. Cuando Dorothy decía todas esas cosas no podía negarse. Le estaba chantajeando emocionalmente, además de con esa fotografía. Pero realmente si era una de sus mejores amigas y no quería dejarla sola.

 

-- Está bien - dijo Duo resignado haciendo que Dorothy diera un salto en su lugar – pero no iré a Nueva Cork, si quieres te acompaño a algún otro evento que se celebre, aquí, en Los Ángeles – Dorothy sonrió de forma amplia y se acerco a Duo entregándole la foto.

 

-- Como sabía que te negarías a los premios de NY, confirme nuestra asistencia a la entrega de los Broadcost Film Critics Choice Awards que se llevaran a cabo este mismo viernes en el restaurante Beverly Hills Hilton – dijo Dorothy riendo haciendo que Duo se sorprendiera por la noticia – mandare un auto por ti a tu escuela. Recuerda que debes ir muy guapo, vamos a salir en el canal E!.

 

-- Un momento, un momento. ¿Como sabías que terminaría por asistir? – comento Duo sorprendido.

 

-- Por que siempre logro convencerte – dijo riendo – lo malo es que no puedo convencerte de todo lo que quisiera – dijo dejando deslizar un dedo por la mejilla del trenzado. Pero Duo la detuvo.

 

-- Eres una mujer demasiado liberal para mi gusto – dijo a sabiendas de lo que Dorothy pretendía.

 

-- ¿No me digas que eres de los que busca una virgen? – Duo la observo frunciendo el entrecejo.

 

-- No precisamente una virgen, pero si por lo menos que no se vaya con el primer hombre que le cierra un ojo – Dorothy soltó la carcajada.

 

-- Esas chicas son demasiado aburridas. No creí que fueras tan conservador mi amigo. Las chicas como nosotras tenemos una enorme ventaja sobre esas remilgosas como Relena. Pero como me conoces, he de decirte lo que haremos – Duo solo la observo – me acompañaras en la alfombra roja y en la ceremonia de entrega. Pero en la celebración después de la entrega de premios, cada quien por su lado. Puedes quedarte en mi casa una vez que se termine todo, pero quizá yo no te acompañe – rió de forma amplia.

 

-- No esperaba menos de ti – dijo de forma sarcástica.

 

-- ¡Oh!, tu me conoces Duo, seguramente no llegare en todo el fin de semana. Pero mi casa siempre esta abierta para ti – dijo sonriendo – estoy segura que esa arpía de Relena no ira con quien dice – murmuro para si misma, pero lo suficientemente alto para que Duo le oyera.

 

-- De nuevo sacas a Relena a la platica – dijo Duo sonriendo – por lo visto no te sentirás a gusto hasta que puedas vencerla en algo.

 

-- ¿En algo?, ya la he vencido en varios premios. El viernes le quitare de las manos el de mejor actriz y si soy nominada al oscar, también pienso ganárselo.

 

-- Estás muy segura.

 

-- Por supuesto – dijo Dorothy levantándose de su lugar para dirigirse hasta donde Jan Paul y Wufei se encontraban – es hora de irnos querido – dijo tomándolo del brazos para sacarlo del cuarto, pero antes de salir volteo a ver a Duo – nos vemos el viernes Duo – Duo solo asintió.

 

-- Esa mujer esta realmente chiflada – murmuro Wufei viéndolos salir. Duo solo sonrió en respuesta.

 

Ni modo, Dorothy sabía como convencerlo. Siempre lograba llevarlo a esos aburridos eventos. Le fastidiaba mucho tener que desfilar por la alfombra roja y contestar a las insinuantes preguntas de los periodistas. Varias veces había acompañado a Dorothy a eventos del mismo estilo y casi siempre, en alguna revista sacaban que eran novios, que vivían juntos o que estaban comprometidos.

 

Nada más lejos de la verdad…

 

Dorothy era una buena amiga a quien conoció en un comercial. Se habían llevado bien, habían salido unas cuantas veces, pero nada más. El carácter de Dorothy era muy voluble. Lo mismo podía decir que le gustaba alguien hoy y mañana ya le gustaba otro. Lo que le había llevado a salir con un sinfín de estrellas de cine, de teatro, cantantes, directores y un largo etc. No negaba que Dorothy era hermosa, pero definitivamente no era para él, no sentía por ella más que amistad.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Era tarde y Noin ya le esperaba para llevarlo al hotel. Jan Paul se había despedido para irse con Dorothy, pero antes le había dado un regalo a Duo para que lo tuviera como recuerdo por el trabajo que había hecho.

 

¡Y vaya regalo!…

 

Duo observo por enésima vez lo que Jan Paul le había regalado al salir del estudio fotográfico. Estaba loco al pensar que las iba a usar alguna vez. Abrió de forma rápida su armario, saco unos zapatos de su caja y arrojo los dos juegos de esposas que le dio Jan Paul dentro. Antes de cerrar la caja volvió a verlas. Había sido el trabajo más extraño que hiciera desde que hacía comerciales o catálogos. Sin embargo, había sido divertido. Coloco la tapa y las acomodo al fondo del armario.

 

Ya era tarde, tenía que llegar a clases antes de que el timbre sonara y le fueran a poner retardo.

 

Salio corriendo de su cuarto rumbo a los salones de clase. Debido a que había salido directamente del hotel, ya había desayunado. Si hubiera llegado el domingo por la noche, seguramente no hubiera tenido ni tiempo de presentarse en el comedor. Ya que Trowa no le hubiera despertado.

 

“Trowa siempre llega tarde los lunes…”

 

Esos retardos ya tenían poco más de seis meses. En un principio pensaba que era debido a la presentación de la sinfónica en bellas artes. Pero desde que salía por las madrugadas a verse con alguien, era de suponerse que los domingos los pasara con ella y debido a eso se presentara hasta el lunes por la mañana en la escuela.

 

“Si yo estuviera en sus zapatos haría lo mismo…”

 

Pero como no lo estaba, tenía que apurarse a llegar a clases.

 

-- ¡Duo Maxwell!

 

La voz gruesa de un hombre le hizo detenerse de golpe y voltear para ver quien era. Se sorprendió al ver al maestro de literatura caminando hasta él con un paquete en la mano.

 

-- Buen día maestro, ¿se le ofrece algo? – pregunto al ver que el maestro se detenía sonriendo.

 

-- Realmente sí – dijo sonriendo – hace rato llego un paquete a la escuela y quiero que se lo entregues al propietario – Duo se sorprendió un poco, pero tomo el paquete que le daba el hombre.

 

-- ¿Y a quien debo dárselo?

 

-- A un tal Duo Maxwell – dijo sonriendo el maestro. Duo sonrió ampliamente al darse cuenta que el paquete era para él. Ese maestro siempre bromeaba mucho con ellos, por eso todos los alumnos le querían.

 

-- ¡Muchas gracias profesor!

 

-- De nada muchacho, ahora será mejor que te vayas a clases y te veo más tarde en la mía, ¿de acuerdo?

 

-- ¡Si!

 

El maestro se despidió y Duo se dio la vuelta para seguir hasta el salón. La mayoría de los alumnos deberían ya estarse dirigiendo también allí, si es que no estaban ya todos dentro. Las clases estaban por dar comienzo. Debería correr para llegar a tiempo, pero la curiosidad por saber que traía el paquete era mucha. Generalmente el correo se entrega los miércoles en la noche en la sala de estar. Así que recibir un paquete de mediano tamaño en lunes y por la mañana debería ser algo realmente importante.

 

Sin detener su marcha, pero si disminuyendo la velocidad, comenzó a abrir el paquete. Dentro traía un sobre de color manila algo grueso. Al abrirlo se dio cuenta que eran las fotos que Jan Paul tomara para la campaña de Calvin Klain. En una breve nota le explicaba que eran las fotos que más le habían gustado y se las regalaba. Ya le avisaría con su representante, cuales serían las seleccionadas para el catalogo y los panorámicos que aparecerían dentro de un par de meses por toda la ciudad.

 

No pudo evitar que la risa acudiera a sus labios cuando vio algunas de las fotos en las que aparecía esposado a la cama. Serían un gran recuerdo, por lo que las guardaría bajo llave en el cajón de su cómoda.

 

Sin dejar de pasar las fotos dio vuelta en uno de los pasillos que le conducían al salón, cuando de pronto sintió que chocaba con alguien, a quien debido a su distracción, no había visto. Sin poder preverlo, todo lo que llevaba entre sus brazos se vio regado por el suelo.

 

-- ¡Lo siento, lo siento mucho! – Dijo Duo a la carrera agachándose a recoger sus cosas – no me fije por donde iba.

 

Con manos temblorosas comenzó a recoger las fotos, era demasiado vergonzoso que alguien las viera antes de que saliera la campaña. De reojo pudo ver como la persona con la que había chocado también le ayudaba a recoger sus libros, por lo menos no parecía poner atención a las fotos.

 

-- ¿Que diablos es esto?

 

No pudo evitar que su corazón comenzara a martillar en el pecho al reconocer esa voz. Levanto la vista a la carrera para ver como Heero mantenía levantada una de las fotos a la altura de sus ojos. Sus cejas estaban fruncidas y se veía una clara muestra de enojo en sus facciones. Pero no podía ser por ver la foto, ese maldito actor siempre se veía enojado.

 

La mirada cobalto se giro para clavarse como dos puñales en su mirada. Parecía aun más fría que antes. No pudo pronunciar palabra ante la frialdad con la que Heero le veía. Sintió como su boca estaba seca y su cuerpo temblaba.

 

No podía permitir que la mirada de Heero le intimidara. Pudiera ser que las fotos fueran algo… “especiales”, pero era un trabajo honesto y limpio. No tenía nada de que avergonzarse.

 

Recuperándose un poco se levanto a la carrera para tratar de arrebatar la foto de las manos de Heero. Pero el actor se levanto igualmente rápido elevando la foto y retirándola del alcance del trenzado.

 

-- ¿Que diablos es esto? – volvió a preguntar Heero en tono más alto haciendo que su voz retumbara en el solitario pasillo. Duo frunció el seño con molestia.

 

-- ¿Que diablos te importa? – contesto estirando la mano para tratar de quitarle la foto, pero Heero de nuevo la retiro de su alcance.

 

-- Si estas son las fotos de tu portafolios (2), no dudo que tengas mucho trabajo – dijo Heero de forma fría, viendo de nuevo la imagen – aun que dudo que sea como modelo – aclaro viéndolo de reojo.

 

Duo frunció aun más el entre cejo. Ese maldito de Heero Yuy no se cansaba de tratarlo como una basura. Pero no se iba a dejar. Quizá había decidido no demandarlo, pero eso no le daba ningún derecho a insultarle.

 

-- Cierra la boca témpano de hielo Yuy – ese comentario hizo que Heero clavara su vista con furia en el rostro de Duo – y si realmente quieres saber, esa foto es parte de la nueva campaña de Calvin Klein, supongo que conoces esa marca de ropa interior, ¿no?

 

-- Y si es parte de la campaña, ¿por que la tienes tú? – cuestiono sin cambiar su tono frío.

 

-- Por que me las regalo Jean Paul, el fotógrafo de la campaña – aclaro.

 

-- ¿Regaló?

 

-- ¡Si!, ¡me las regalo! – dijo exasperado de la actitud del actor.

 

-- Entonces me la puedo quedar – dijo Heero introduciendo la foto en la bolsa interior del saco. Si Duo quería quitársela tendría que forcejear con él, pero el trenzado no estaba dispuesto a hacerlo. Así que solo apretó los puños con furia.

 

-- ¡Has lo que se te de tu regalada gana! – dijo dándose la vuelta llevando consigo sus cosas.

 

-- Ahora podré masturbarme frente a tu foto – dijo Heero haciendo que Duo se detuviera en seco y se volteara a verlo con el ceño fruncido y totalmente rojo.

 

-- Eres un desgraciado Heero Yuy, ¡vete al infierno!

 

-- Ya te dije, que solo si me acompañas.

 

Pero Duo ya no volteo a verle. Se sentía furioso con el actor. ¿Como era posible que tuviera que lidiar con él todos los días?, Soportar su frialdad, su sarcasmo, su arrogancia… Y para acabarla de amolar, aun y cuando no estaba en la escuela, tenía que lidiar con sus pesadillas y su hiperactiva imaginación...

 

¿Masturbarse?...

 

“!Ho dios no!”, ahora ese imagen también aparecía en su loca imaginación. Cuanto odiaba a Heero Yuy por torturarlo de esa manera, realmente lo odiaba.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Cuando llego al salón ya estaba lleno, pero el maestro aun no hacía su aparición. Trato de borrar de su cabeza las últimas palabras de Heero y se dirigió sonriente a ocupar su lugar, mientras daba los buenos días a todos sus compañeros.

 

En cuanto Hilde lo vio, levanto el rostro de forma altiva sin dirigirle la palabra. Eso le molestaba un poco, ¿hasta cuando esa chica iba a estar enojada con él por la tontería de pegarle a Heero?. Bueno, él no iba a ser quien se disculpara.

 

Se giro al asiento de Trowa y como lo sospechaba aun no llegaba. Sonrió al imaginar que sus sospechas fueran ciertas.

 

La puerta se abrió de nuevo y todos tomaron asiento a la carrera creyendo que era el maestro, pero se relajaron al ver entrar a Heero. La mirada cobalto del actor se dirigió de inmediato al último asiento de la tercera final, chocando con la mirada violeta de su dueño que al verle entrar frunció el entrecejo con molestia y desvió la mirada.

 

El corazón de Duo parecía querer salírsele del pecho al ver aquella mirada fría dirigirse exclusivamente a él. ¿Por que no podía mirar para otro lado?, estaba seguro que si mirara a alguien más se sentirían feliz por ello, no como él, que odiaba esa mirada de autosuficiencia que siempre le dirigía. Le ponía nervioso. Era como si solo al verle, le estuviera diciendo al mundo entero que quería que fuese su amante. O que le había besado en varias ocasiones. Pero solo era su imaginación, ya que nadie parecía darse cuenta que siempre que Heero llegaba al salón después de que todos habían entrado, era a él a quien dirigía su mirada dura.

 

Duo escucho como Hilde saludaba de forma cortes al actor y giro la vista solo para ver si el egocéntrico tenía la amabilidad de contestar al saludo que la tonta siempre le dirigía. Hasta el viernes, ella solía saludarle y él ignorarla. ¿Que podía haber cambiado en esos dos días en que no estuvo en la escuela?

 

Absolutamente nada…

 

Heero se sentó sin mirarla y sin contestar a su saludo. Hilde había bajado la vista con tristeza y se dispuso a seguir con lo que hacía. ¿Por que la tonta se molestaba en seguirle insistiendo?, ¿Hasta cuando se iba a cansar de dirigirle un saludo al témpano de hielo que tenía a aun lado?

 

-- Tonta – murmuro cerca del odio de la morena haciéndola voltear – ¿hasta cuando vas a entender que no le importas?, es demasiado frío como para darse cuenta que hiere tus sentimientos.

 

Hilde frunció el ceño con enojo y estaba a punto de decirle algo cuando la puerta se abrió de nuevo dejando ver al maestro. Todos tomaron asiento de forma ruidosa, pero eso no evito que Hilde pudiera mover los labios diciendo a Duo que se callara.

 

-- ¡Pues sigue sufriendo! – dijo Duo elevando el tono de voz y haciendo que todos le escucharan.

 

La mirada cobalto se clavo en su rostro, pero la violeta esta vez no se retiro. Era clara la muestra de desafío en sus facciones. No le iba a permitir que le siguiera perturbando con su forma de mirarle o de tratarle. ¡Ya no más!.

 

-- Maxwell, cierre la boca y saque la tarea y esta vez no quiero ningún pretexto. Aun que haya estado todo el fin de semana trabajando, debió dejar tiempo para resolver los problemas que les encargue.

 

“¿Problemas?, ¿Qué problemas?”, no recordaba que el maestro hubiese dejado nada de tarea. Sacó su libreta a la carrera y busco la última hoja. Y sí, definitivamente había dejado algo por resolver. ¿Como había sido tan descuidado como para no darse cuenta?

 

El que no lo recordara era culpa de ese témpano de hielo Yuy, él por tenerlo tan preocupado con la demanda que sabía no iba a poner. Pero el viernes estaba demasiado distraído como para poner atención a ese o cualquier otra clase.

 

Un sudor frío comenzó a recorrerle la espalda. El profesor de contabilidad era el más estricto de todos. Si reprobaba su materia, no habría poder humano que le hiciera rectificar su calificación. Y ese hombre tomaba muy en cuenta las tareas. Lo único que podría salvarle, era Trowa, pero aun no llegaba.

 

-- Bien Duo Maxwell, dígame el resultado del problema 5 – pregunto el maestro viendo unas hojas sin prestar atención a la clase.

 

¿Como podía responder si no lo traía resuelto?. Si Trowa estuviera presente, de forma disimulada se asomaría a su trabajo y le diría el resultado al maestro salvando la calificación de ese día. Pero con Hilde enojada con él y sin Trowa, estaba totalmente perdido.

 

Se levanto de forma lenta del banco, tomando la liberta entre sus manos. Veía fijamente el problema, tratando de resolverlo de forma rápida en su cabeza. Pero estaba tan nervioso que confundía las sumas con las multiplicaciones y en lugar de darle un margen de ganancia, le daba una completa pérdida.

 

Levanto la vista derrotado, sintiendo que habían pasado horas desde que el maestro le pidió el resultado y él se había levantado de su asiento, cuando solo habían pasado unos cuantos segundos.

 

Tratando de hallar una última solución giro el rostro para todos lados y su vista se quedo fija en una hoja de liberta en blanco que mostraba un número en todo lo largo y ancho.

 

-- Y bien Duo, ¿cual es el margen de ganancia? – regreso la vista hasta el maestro, que ésta vez si le veía de forma fija. Sin saber ¿Por qué?, sintió que podía confiar en el número de aquella hoja.

 

-- 25 profesor – dijo de forma segura, sintiendo que la saliva se atoraba en su garganta seca haciéndole toser levemente – 25 % de ganancia – volvió a repetir solo para asegurarse.

 

-- Respuesta correcta, puede sentarse.

 

Duo se dejo caer en el asiento sintiéndose aliviado y volteo de nuevo hacía donde había visto el numero, solo para ver como Heero borraba algo en su libreta sin voltear a ver a nadie.

 

“¿Había sido la liberta de Heero la que había visto?, claro que debió ser su libreta. ¿Que otro alumno estaba sentado en el último asiento de la última fila?. ¿Pero por que le había ayudado?, ¿A caso era para tener algo más con que fastidiarle la vida?.

 

Su vista no se retiro cuando la cobalto se giro para verle. Mantenía el ceño fruncido y una clara muestra de fastidio curveaba sus labios. Pero en su mirada el hielo parecía haber desaparecido por unos momentos.

 

La puerta del salón se abrió dejando entrar a Trowa y haciendo que todos voltearan a verle. Al parecer, ese año escolar Trowa estaría llegando a las 8:00 am en lugar de a las 7:30.

 

-- ¡Trowa Barton! – grito el maestro cuando el alto de ojos verdes paso a ocupar su lugar sin decir nada.

 

-- Si, ya lo se – se dio prisa en contestar mirándolo desde su lugar – tengo retardo.

 

-- Así es jovencito, a mi clase debe llegar a las 7:30, con su tarea hecha. Espero que la traiga.

 

-- Por supuesto – dijo de forma fría, sacando sus libros.

 

Duo se acerco a su amigo para hablarle. El profesor había seguido con la lista preguntando los resultados de la tarea al asar. Pero Trowa sería el último a quien le preguntaría, eso ya lo sabían.

 

-- Te harán hacer veranos con tanto retardo – dijo Duo entre murmullos, Trowa solo sonrió.

 

-- Este verano la sinfónica va a Europa, así que los retardos es lo menos que me preocupa ahora – Duo solo sonrió, Trowa se veía contento. Era extraño que dejara ver sus emociones de forma tan clara, por lo que asumía que estaba enamorado de la chica con quien salía y era la que lo había cambiado un poco. Ahora por lo menos hablaba más, por que antes, solo se limitaba a escucharle.

 

Las clases continuaron igual de aburridas que siempre. No sabía por que la novedad en el medio era graduarse de actor, cantante o alguna de tantas carreras que existía en la escuela en la que estaba. Antes no era así. Uno se podía ir a probar suerte en el medio sin necesidad de estudiar. Claro que estando en una escuela, era más fácil conseguir trabajo, que yendo puerta por puerta a rogar por una oportunidad.

 

La misión, según los directores de varias de las escuelas del mismo ramo, era crear profesionales, que no solo supieran actuar, cantar, bailar o pintar. Si no, que también tuviera la suficiente cultura como para revisar sus cuentas personalmente y no tener que contratar a un contador. O que supieran venderse bien en el medio sin la necesidad de un representante que pudiera estafarlos.

 

Era buena la idea… pero las clases eran aburridas.

 

Bostezo de forma cansada cuando sintió que algo rebotaba sobre su brazos y caía entre su mano y la libera. Se dio cuenta que era un papelito doblado. Se dio prisa en abrirlo para saber de quien era y que decía.

 

Sonrió de forma amplia y giro la cabeza para ver hasta el quinto asiento de la primera fila. La rubia aspirante a actriz le sonrió en respuesta y comenzó a hacerle señas. Duo contesto de igual forma indicándole que había leído el recado y que la esperaba después de clases en el bosquecillo detrás del comedor. La chica sonrió y asintió levantando un poco la falda de su uniforme para dejar entre ver que no traía ropa interior. Duo se sonrojo al ver las piernas de la chica, no entendía que quería darle a entender, pero se sentía algo nervioso con ese acto tan desinhibido.

 

El timbre sonó haciendo que regresara la vista al frente para ver la tarea y apuntarla de forma rápida. La chica le grito un “Te espero afuera” y salio a toda prisa. Duo solo sonrió de forma amplia.

 

-- ¡Deja ya de hacer eso! – la voz de Hilde le hico voltear a verla. No sabía a que se refería, pero le agradaba que de nuevo le dirigiera la palabra.

 

-- ¡Vaya!, ¿Por fin vas a hablarme? – pregunto sonriendo. Sentía que la felicidad le embargaba. Hilde era su mejor amiga y el que estuviera enojada con él le entristecía un poco.

 

-- Deja de coquetear con ella – reclamo de nuevo ignorando su pregunta. Tenía el ceño fruncido y las manos en la cintura. Era una clara señal de que estaba molesta, pero no entendía ¿Por qué?.

 

-- ¿Con ella?, ¿con quien? – pregunto levantándose de su lugar tratando de ignorar su pregunta. Pero Hilde era demasiado testaruda y no lo iba a dejar tan fácil.

 

-- No te hagas el tonto, te vi. Estabas coqueteando con esa chica, Duo no te conviene – trató de hacerle entender cambiando el tono de voz. Se notaba una cierta preocupación por él. ¿Sería cierto?

 

-- ¿Estas celosa? – optó por bromear, soltando la carcajada, ignorando el ceño fruncido en el rostro de la morena.

 

-- ¡Por supuesto que no Duo!, solo te lo digo porque no quiero que te haga daño, esa chica no es lo que aparenta – pero Duo volvió a reír. Quizá si estaba preocupada por él, pero no tenía por que hacerlo.

 

-- Me encanta que te preocupes por mi Hilde – dijo sonriendo tomándola por la barbilla - pero sabes, yo se cuidarme solo – dijo soltándola y dándose la vuelta para salir del salón, mientras Hilde se quedaba enojada por su actitud.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

El sol del medio día se colaba entre los árboles del bosquecillo. En un par de horas comenzaban los talleres y le urgía entrar a ellos. Extrañaba sus clases de danza y actuación, también quería volver al curso de pasarela y tomar el nuevo de dicción. El primero de ese día era danza. Aun tenía que regresar a su habitación a cambiarse de ropas.

 

Pero aun tenía tiempo de esperar a la rubia del recado. Había salido poco después de comer y ahora se encontraba recargado en el mismo árbol en el que había discutido con Heero a penas el viernes.

 

No quería pensar en eso…

 

Sonrió cuando vio a la rubia dirigirse hasta él con una sonrisa en los labios. Caminaba de forma coqueta, dejando que su cabello se agitara con forme sus movimientos. Ensancho más su sonrisa al verlo parado viéndola de forma detenida.

 

-- ¿Los trajiste? – pregunto acercándose a él de forma seductora y arrastrando cada palabra.

 

-- ¡Claro!, como crees que se me iban a olvidar – dijo Duo mostrándole la caja de chocolates que le había encargado. La chica levanto las manos para tomar la caja de manos del trenzado dejando que sus dedos rozaran con los de él.

 

-- ¡Gracias!, ¡gracias! – dijo de forma emocionada para después verlo fijamente a los ojos – ¿como he de pagarte? – dijo de forma coqueta. Duo se sonrojo al verla tan cerca de él y retrocedió un poco.

 

-- No te preocupes por eso, lo hice con mucho gusto – dijo a la carrera, pero ella dejó recorrer un dedo por su pecho.

 

-- Por que no te das la vuelta esta noche por el dormitorio de chicas y te pago debidamente – Duo comenzó a reír al escuchar la propuesta. Ya sabía que la chica estaba interesada en él, pero no le agradaba la reputación que tenía. Bien podría tomarle la palabra, solo divertirse un rato y después dejarla. Pero desde lo de Hilde, se había hecho la firme promesa de no volverse a involucrar con chicas de la escuela. Así que siguiendo su propia filosofía, más valía decir “No gracias”. Claro, de una forma sutil.

 

-- Una de tus vecinas es Hilde y tiene un sueño muy ligero. No me gustaría meterme y meterte en problemas – dijo de forma sería, pero sin perder su sonrisa.

 

La chica no pareció molesta u ofendida. Ya esperaba una bofetada o un reclamo de su parte, sin embargo la chica solo le sonrió. Levanto sus manos hasta su cuello y sin esperárselo le planto un beso en los labios que no duro mucho.

 

-- Bueno, tu te lo pierdes – le dijo riendo, para luego marcharse por donde había llegado.

 

Duo se quedo confundido viéndola partir. Le había besado sin esperar nada más. Pero no había sentido absolutamente nada con ese beso. Quizá era por que solo había juntado sus labios con los de él y no había esperado una respuesta de su parte.

 

Levanto la mano para tocar sus labios. A veces, cuando salía con las chicas del bar, los besos eran distintos. Más apasionados y reaccionaba a ellos, quizá después de un tiempo de estarse besando. Los besos de Heero eran distintos… un simple roce de esos labios le hacía estremecer.

 

“¿Pero en que demonios estaba pensando?”

 

Giro de lleno cuando escucho como algo caía del árbol en el que había estado con la chica. Y abrió grandemente los ojos cuando con sorpresa vio una fría mirada azul cobalto clavada en su rostro. Heero le veía fijamente, con el ceño fruncido, aparentaba estar molesto. Pero eso no era de extrañarse, siempre veía de esa forma a todo el mundo.

 

-- ¿Que diablos estabas haciendo allí arriba?, ¿a caso me estabas espiando? – cuestiono Duo frunciendo el ceño a su vez al solo imaginarse que hubiera estado escuchando todo.

 

Pero Heero no le dijo nada, solo dio dos pasos para estar más cerca de él. Esta vez no iba a retroceder, ¿quería decirle algo?, ¿quería golpearlo?, ¡que lo intentara!, estaba listo para agarrarlo a golpes. Quizá había desistido de la demanda, quizá le había ayudado con la tarea de contabilidad, pero eso no le daba el derecho a tratarlo mal.

 

Levanto los puños, listo para defenderse, cuando sintió como los brazos de Heero lo apresaban de forma salvaje recargándolo contra el árbol y como sus labios eran asaltados por los del actor sin darle tiempo a nada.

 

Al solo contacto de aquellos labios sintió que la sangre circulaba por todo su cuerpo lanzando electricidad por sus venas. Apretó los labios evitando que la lengua de Heero le asaltara como antes, pero Heero presionaba demasiado, obligándolo a abrir la boca y a recibir su lengua como en las ocasiones anteriores.

 

Quería soltarse de las vigas de acero que eran esos fuertes brazos, pero su cuerpo no respondía de forma satisfactoria a las órdenes dadas por su cabeza. De forma inconsciente se encontró cerrando los ojos y dejando que la lengua de Heero hondeara en su boca, saboreando y chupando sus labios. Jugando con su lengua de una forma que hacía que su pecho subiera y bajara por lo acelerado de su respiración.

 

“¿Por que con Heero mi cuerpo reacciona distinto a con la otra chica?”

 

“¿Será por que soy gay?”

 

-- ¡NO!

 

Con un grito desesperado logro empujar a Heero lejos de su cuerpo, pero al momento de hacerlo, sus brazos se estrellaron en el pecho del actor lanzándolo hacía atrás y haciéndole perder el equilibrio, mientras Heero solo le veía desde su lugar.

 

-- ¡Maldito infeliz!, ¿que pretendes besándome de esa forma? – cuestiono Duo enojado y sonrojado tratando de recuperar el aliento mientras veía a Heero desde el suelo.

 

-- Tú sabes lo que pretendo – respondió Heero de forma calmada. Sin embargo era notoria su respiración acelerada.

 

-- ¡Yo no soy gay!, ¿Cuantas veces he de repetírtelo? – cuestiono Duo levantándose para volver a encararlo. Se sentía muy enojado por todo lo que Heero le hacía sentir con un simple beso. Pero no era gay, claro que no lo era.

 

-- Por que en lugar de tratar de convencerme a mi, no lo intentas contigo mismo – dijo cruzando los brazos viendo fijamente los ojos violetas y confundidos del trenzado - Cada vez que te beso encuentro menos resistencia de tu parte.

 

Heero se dio la vuelta para retirarse dejando a Duo sumamente molesto. Apretaba los puños con fuerza viendo al suelo. En su cabeza las palabras de Heero retumbaban como una acusación con pruebas. ¡Pero era mentira!. ¡Una total y rotunda mentira!.

 

-- ¡YO NO SOY GAY! – grito con fuerza lanzando su puño cerrado, para descargar su frustración, sobre el tronco del árbol – ¡!AUCH!! – grito de dolor retirando su mano lastimada del tronco.

 

“Maldición”, ahora tendría que ir a la enfermería a que le revisaran la mano. Por culpa de ese infeliz de Heero ahora podría tenerla fracturada. Eso significaría dejar de trabajar en algunas cuantas campañas y tener que soportarlo incluso los fines de semana.

 

Sintió como alguien tomaba su mano lastimada de forma gentil, cuando levanto la vista, pudo ver como Heero analizaba la herida de forma detenida. Quería retirarla, pero algo le impedía moverla. La mano de Heero le sostenía la muñeca y le doblaba los dedos con sumo cuidado. La sangre en los nudillos cubría parte de su mano, pero por todo lo que Heero hacía no parecía estar fracturada.

 

Vio como de la bolsa del saco sacaba un pañuelo blanco y lo enrollaba de forma cuidadosa en su mano evitando que la sangre siguiera brotando.

 

-- Eres un idiota – recriminó Heero por fin haciendo un pequeño nudo a la punta del pañuelo y soltando la mano del trenzado.

 

Duo solo lo vio por eternos segundos sin decir nada. Era extraño verlo comportarse de esa forma tan gentil y más con él. Heero volvió a darse la vuelta para irse sin decir nada más. Solo podía ver su espalda, pero era suficiente para recuperarse.

 

-- Tú eres el maldito desgraciado que me hizo darle el golpe a ese árbol, me enfureces – grito Duo haciendo que Heero se volteara con una mueca en forma de sonrisa en la cara.

 

-- Procura no darle otro golpe al árbol, ya no traigo más pañuelos – dijo Heero dándose la vuelta para seguir con su camino.

 

Duo gruño por el enojo. Al parecer su sufrimiento le divertía al actor y no pensaba seguir siendo su burla. Camino a la carrera pateando todo lo que se atravesaba a su paso. Sin embargo se detuvo de golpe levantando su mano herida. Heero le había curado usando su pañuelo para detener la sangre.

 

“¡Pero el maldito fue el que la causo!”, se dijo a si mismo furioso reanudando su camino hasta la escuela. Aun tenía que cambiarse para ir al curso de danza.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Por suerte las clases pasaron muy rápido ese día. Estando en danza pudo olvidarse del maldito actor Yuy, había terminado tan cansado del primer día del taller, que ni a cenar se había presentado. Había puesto la cabeza en la almohada y no había despertado hasta el siguiente día y solo por que Trowa lo sacudió en la cama, si no, no hubiese despertado hasta el medio día. No sería la primera vez que le pasaba.

 

Su mano aun permanecía adolorida, pero procuraba no prestarle atención a las raspaduras. Estaba seguro que sanarían pronto. Por suerte el siguiente fin de semana no tenía trabajo, solo iba a salir con Dorothy al dichoso evento en el Beverly Hills Hilton. Pero contaba con regresar antes de que cerraran las puertas de la escuela. O quizá se quedara en el departamento de Dorothy y al siguiente día iría a visitar a su amigo a la sinfónica para conocer a la chica de la que estaba enamorado.

 

El problema ahora, era saber que traje usar para la entrega. Estaba demasiado distraído tratando de pensar en que ponerse. Debería tenerlo decidido para antes del viernes. Sin embargo, no sabía cual sería la mejor elección.

 

-- Un Armani – murmuro en voz baja sin ver a ningún lado.

 

No debería preocuparse tanto por la ropa que debería usar, pero a sabiendas que sería fotografiado con Dorothy Catalonia, la nominada de ese año como mejor actriz, debía lucir lo bastante elegante como para no ponerla en vergüenza. Y un Armani sería la mejor opción; era de corte clásico y un hombre se veía sobrio y elegante con él. El problema, era que hacía un par de años se había enfrascado en un pleito con el director de mercadotecnia de la firma y él había jurado jamás usar un traje de ese diseñador. Traize Khrushrenada se había querido propasar ofreciéndole la firma del contrato de una campaña millonaria, solo si él aceptaba pasar una noche en un hotel con él. Claro que la respuesta fue un rotundo ¡No!. Quizá lo mejor era usar un Oscar de la Renta, o algún otro modelo no tan clásico.

 

-- ¡Definitivamente necesitó algo de ayuda! – dijo volteando a ver a Hilde – lo mejor será preguntarle a mi diseñadora de modas de cabecera – se dijo sonriendo para después volver a voltear al frente y tratar de prestar atención a las clases.

 

Trowa volteo a ver a Duo. Desde hacía rato lo había visto algo distraído y no podía entender el ¿Por qué?. Desde el día anterior había querido preguntarle sobre la demanda que Heero iba a interponer en su contra. No sabía si ya le había preguntado algo al actor o por lo menos dado las gracias por no ponerla. Pero cuando había intentado preguntarle, Hilde había llegado a la mesa y se la había pasado discutiendo con Duo por un asunto, que según entendió, había sido un coqueteo entre el trenzado y la chica aspirante a actriz a la que le había traído los chocolates. A veces esos reclamos de la morena le hacían pensar que ella seguía enamorada de Duo. Pero las constantes miradas que le dirigía al actor Yuy le hacían dudar.

 

Después Duo había desaparecido del comedor y debido a que era el inicio de los talleres ya le fue imposible verlo el resto de la tarde y como no se presento a cenar, decidió irlo a buscar a su habitación. Toco varias veces sin obtener una respuesta del trenzado y decidió entrar en su cuarto para encontrarlo profundamente dormido. Seguramente había terminado muy cansado y eso le había hecho caer a la cama con todo y ropa. Decidió no despertarlo y esperar hasta el siguiente día para preguntarle.

 

Pero ese día por la mañana, tuvo que entrar a su habitación y sacudirlo en su cama para que despertara. El despertador estaba sonando a todo volumen y el muy flojo no se levantaba. Por fin logro que se despertara, pero lo mando solo a desayunar, ya que aun tenía que bañarse y cambiarse. Cosa que logro a penas, ya que arribo a clase unos segundos antes de que el maestro entrara y llevaba aun el cabello escurriendo agua en su trenza.

 

Hasta ahora no sabía nada de la demanda. ¿Heero realmente había desistido de ella, como le había comentado?.

 

Levanto un poco más la mirada y vio a Heero en su lugar observando a su vez al trenzado. Eso era extraño. Pero no era la primera vez que lo veía observando detenidamente a Duo. A veces, cuando Heero llegaba después que todos los demás, claramente veía que su mirada cobalto se dirigía hasta el lugar del trenzado. ¿Cuál era el motivo por el que Heero le veía tanto? A veces volteaba para ver que hacía el actor y en algunas ocasiones lo había sorprendido viendo a su amigo cuando esté estaba distraído… como ahora.

 

Pudo ver como la mirada de Heero se elevaba para verle. Por segundos pudo notar como el actor parecía sorprenderse al verse descubierto, pero solo fue un leve momento, de inmediato se había recuperado para volver a ver al frente.

 

“Extraño, muy extraño” había pensado Trowa regresando su vista a las clases.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

El timbre sonó para dar paso a la hora de comida. En un par de horas comenzaba el curso de pasarela y estaba ansioso por que ya empezara. Quería olvidarse de sus preocupaciones, aun que tener a Heero Yuy tan cerca no le ayudaba en nada.

 

-- ¡Hilde espera! – grito Duo a la morena al ver que casi salía del salón. La morena se detuvo en la puerta y le observo con curiosidad – necesito un poco de tu ayuda.

 

-- Claro Duo, dime en que necesitas mi ayuda.

 

Heero paso por un costado de ambos dirigiendo su mirada a la violeta por solo unos segundos. Pero en esta ocasión Duo no aparto la mirada, no le permitiría que lo intimidara. Sin embargo Heero desvió la mirada y siguió su camino sin ver a nadie.

 

-- ¿Y bien? – cuestiono Hilde viendo a Duo con el ceño fruncido. Pero Duo sonrió tomándola del brazo y conduciéndola al comedor.

 

-- Voy a una entrega de premios y necesito tu ayuda para elegir el mejor traje.

 

-- ¿Que evento es al que vas? – pregunto con curiosidad caminando a su lado.

 

-- A los Broadcost Film Critics Choice Awards de este viernes – respondió Duo de la forma más tranquila. Pero Hilde se detuvo con los ojos muy abiertos viendo a Duo de forma fija.

 

-- VAS A LOS PREMIOS TRANSMITIDOS POR E! – dijo casi gritando, haciendo que más de uno se parara para verlos. Hilde volteo para todos lados y sonrojándose bajo la vista – lo siento, lo siento.

 

-- Ya sabes que no es la primera vez que voy, no son nada del otro mundo – dijo sujetándola del brazo y caminando a la carrera rumbo al comedor.

 

-- Quizá para ti no, pero espero que algún día yo pueda acudir a uno de esos, o por lo menos alguno de mis diseños – dijo sonriendo a Duo. Duo le contesto la sonrisa.

 

-- Estoy seguro que llegaras muy lejos, tus diseños son muy buenos. Solo necesitas que alguien famoso use uno de esos y tus bonos subirán hasta las nubes.

 

-- Y donde se supone que encontrare a alguien famoso, ¿he? – cuestiono la morena llegando al comedor y seleccionando su charola para recoger la comida. Duo la siguió.

 

-- Pues se supone que aquí, ¿no?. La mayoría de los que estudian en esta escuela serán famosos algún día. Solo unos cuantos ya lo son. Bueno, uno ya lo es – dijo con fastidio. Hilde solo rió un poco – ¿pero irías a mi habitación a ayudarme a seleccionar el traje? – dijo viéndola fijamente y sonriendo - ¿por favor?

 

-- Solo cuida que nadie te vea Hilde – dijo Trowa apareciendo detrás de ellos y asustándolos – o escuche.

 

-- Hay Trowa, que susto me metiste – dijo Hilde suspirando algo aliviada – por un momento pensé que era uno de los maestros. Pero no te preocupes, que nadie me vera entrar, usaré la ventana, como antes – dijo riendo mientras se sentaba a la mesa.

 

-- Dejaré el lazo, no quiero que subas por el árbol, no vayas a caerte – aclaro el trenzado sentándose frente a sus amigos. Pero al levantar la vista, pudo darse cuenta que no había elegido el mejor lugar, ya que frente a él, el actor Yuy se encontraba observándolo fijamente. Frunció el entrecejo y desvió la vista hasta su plato.

 

-- No me gusta el laso para subir, prefiero el árbol – dijo Hilde de forma queda. Todos guardaron silenció por unos momentos para comenzar a comer, pero entonces Hilde volvió a hablar – ¡Pero que envidia me das!, estarás rodeado de estrellas de cine y gente muy importante en los Broadcost Film Critics Choice Awards.

 

Duo levanto la vista a la carrera para ver como Heero elevaba solo una ceja y le observaba detenidamente. No quería que Heero se enterara y ahora lo sabría. Generalmente el presumido del témpano de Hielo Yuy no se presentaba en premios inferiores, según su criterio. Solo se contemplaba la posibilidad de que asistiera a los globos de oro, más no a ningún otro evento. En los otros, alguien más los había recogido por él.

 

¿Se atrevería a aparecer en los premios de la crítica este año?, rió un poco al solo imaginarlo. Eso lo dudaba. Si los medios lo veían, era seguro que lo acecharan como en cada evento en el que aparecía. Así que no había por que preocuparse por el actor, simplemente confiaría en el juicio de los expertos, quienes decían que no se presentaría ese año.

 

Hilde siguió haciendo comentarios sobre los premios, la ropa que solían llevar y como le gustaría que algún día esos famosos usaran sus diseños. Duo les platico con quien asistiría y la forma en la que le había obligado a aceptar acompañarla. De nueva cuenta Hilde se había molestado por eso, pero Duo se dio prisa en aclararle que Dorothy no era su tipo, lo que provoco que Hilde se tranquilizara un poco.

 

Varios alumnos comenzaron a murmurar algo a sus espaldas. Pero ninguno de los tres prestaba atención al alboroto. Al parecer alguien acababa de llegar y nadie le conocía. Y las murmuraciones circulaban sobre lo guapo que era el recién llegado.

 

Trowa y Hilde levantaron la vista justo en el momento en el que alguien se paro detrás de Duo. Heero despego la vista del libro que leía cuando vio como las manos de alguien, que vestía con el uniforme de la escuela, se elevaban para tomar a Duo de la cabeza y empujarlo contra el plato de comida que estaba frente a él.

 

-- ¡Con un demonio! – gritó Duo enfadado levantándose a la carrera con toda la cara llena de comida. Pero al ver a su agresor se quedo por completo en silencio.

 

-- Maldito trenzado boquifloja, ¿por que tenías que decirle a Sally que las clases de pasarela y fotografía se podían tomar como diplomados?, ¡Ahora me ha obligado a venir 2 veces por semana a tu maldita escuela! ¡Y a usar estas malditas ropas! - dijo jalándose la camisa del uniforme y las mangas del saco – Duo comenzó a reír limpiándose la cara.

 

-- ¡Bienvenido amigo Wuuuu! – dijo con jubilo abrazando al chino, pero este lo empujo sumamente enojado.

 

-- ¡Me llamo Wufei Chang!, trenzado entrometido… pero esta me la pagas… ¡claro que me la pagas! – dijo de forma amenazante el modelo, pero Duo estaba riendo a carcajadas sin hacerle caso.

 

Todos en el salón comedor se quedaron viendo al recién llegado, mientras Duo se terminaba de limpiar los restos de comida de la cara con una sonrisa. Heero solo enarco una ceja al ver lo que él chico había hecho. Por poco y se levanta de la mesa para contestar a la agresión que le hacían al trenzado. ¿Por que de pronto había surgido dentro de él el sentimiento de ayudarle? Solo buscaba venganza y un poco de diversión. No tenía por que haber nada más involucrado con ese chico trenzado que ahora abrazaba al otro chico de apariencia china.

 

Sin embargo… no podía quitarle la vista de encima.

 

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

 

Continuara…

 

  1. Kleenex: Marca de pañuelos desechables.

  2. Portafolios: Muestra varios tipos de trabajos en los que ha trabajado el modelo. Generalmente son fotografías de antiguas campañas o de estudio.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por los reviews recibidos. Se que les debo el epilogo de esta historia y prometo ponerme a escribirlo cuando termine Entre Sombras. Asi que quizá lo suba una vez termine de subir por completo el fic a esta pagina. Recuerden, debo dividir algunos capitulos porque no me permite subirlo todo.


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