¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?
Groucho Marx
Apenas Sasuke hubo cruzado la puerta del minúsculo departamento de Naruto, supo que nunca debió haberle propuesto una relación seria al rubio, y que debieron quedarse en la etapa en que cogían como poseídos sin tener que escucharse el uno al otro, ya que de ese modo seguramente no estaría viendo esos ojos azules llenos de una curiosidad que seguro no podía ser buena.
-¿Qué has hecho?-preguntó primero, con cautela. Naruto no respondió directamente, pero le indicó casi cortés que tomara asiento en el sofá aguado de su sala, mientras él iba a por galletas y té-¿Qué has hecho?-repitió cuando el blondo regresó cargado de diversos aperitivos mañaneros.
-Oh, bueno… admito que los pastelitos se los robé a Gaara y el té de violetas a la viejita del piso de abajo… pero las tazas son mías-se defendió avergonzado, señalando las tacitas de un verde lima intenso.
-No me refería a eso, estúpido-replicó haciendo una mueca fastidiada-¿por qué me llamaste ayer?-interrogó, molestó. El gestó del áureo mutó apenas hizo esa pregunta, y sus ojos parecieron adquirir una idiotez más grande de la que le había visto hasta ahora.
-¿Te parece a ti que soy violable?-soltó de golpe, bastante cansado de fingir una cortesía que nunca había existido en su relación. El moreno se quedó en silencio durante un rato, sopesando si Naruto definitivamente se había vuelto del todo imbécil o si le estaba jugando una de las bromas que no pillaba.
Tomando una galleta que parecía ser de avena, miró al rubio que esperaba, parado frente a él, con esa mueca de estúpida curiosidad que tan bien le quedaba. Al final, suspiró y le respondió con toda la amabilidad que era capaz de juntar en sus palabras:
-Te has dado contra la pared-sentenció. Por respuesta, el rubio hizo un puchero indignado y preparó sus increíbles pulmones para gritarle:
-¡Esto es serio, bastardo!-
-¿Cómo una pregunta como esa va a ser seria?-interrogó sin perder la calma, terminándose la galleta y tomando un poco de té-¿Has estado leyendo fanfics de poco contenido otra vez?-
-Ellas siempre dicen que soy “violable” y esas cosas-expreso a la desesperada-es humillante… a ti te ponen como el semental mitad morsa mitad espartano y a mí como… como…-balbuceó sin poder contener la rabia que le provocaba decirlo-¡están a nada de ponerme vagina y dos coletas!-
-Lo han hecho-le recordó el moreno, malicioso-y también te han puesto a parir mocosos-
-Ya sé… pero… ¿soy violable, Sasuke, lo soy de verdad?-interrogó. “Usó mi nombre, debe ser serio” pensó el bruno asombrado. Pocas veces hacían otra cosa que discutir o follar, pero si el rubio lo estaba llamando por su nombre de pila sin agregar antes o después un insulto, la cosa debía ir en serio.
-Dudo que la palabra siquiera exista-terminó por decir luego de meditarlo unos instantes.
-No existe… pero al paso con que se propaga, seguro la RAE está a nada de aceptarla-refunfuñó incoherente-Pero yo no te pregunté si existe, lo que pregunté fue…-
-¿Si te digo que no eres violable me dejarás en paz y despejarás tu cabezota hueca de ideas así de estúpidas?-interrogó.
-Sólo si suenas convencido-aceptó. Se vieron a los ojos, ambos sabían que desde que eran pareja Sasuke cedía un poco más que antes, pero le era muy difícil todavía bajar del todo la guardia.
-No eres violable-sentenció sin mirarlo a los ojos-a lo mucho, eres atractivo, y eso con suerte… porque esos pelos que tienes no parecen naturales siquiera.
-¡Oye!-se quejó, tocándose el cabello con algo de vergüenza; la verdad que estaba bastante despeinado y su color de patito de bañera daba lugar a dudas.
-Y ahora, ¿quieres tener sexo?-inquirió tan fresco, poniéndose en pie con cierta renovada energía, como dando por terminado un oscuro capítulo en su relación que sólo podría ser olvidada con una buena y dura sesión de sexo sin control.
-No-negó el rubito, todavía demasiado serio como para pensar en las guarradas de su pareja. El moreno puso una cara muy parecida al emoticono que se hace con una de mayúscula y un signo de igual.* Al darse cuenta de la comparación, se sintió aterrado: ahora no sólo pensaba en palabras inexistentes sacadas de fanfics, sino que ahora también veía el mundo en emoticonos. Sacudió la cabeza, pensando que su cabeza le jugaba malas pasadas, y dijo-no me vas a tocar hasta que no te crea-
-¿No me creas qué?-interrogó el moreno, bostezando de aburrimiento por la sarta de estupideces que tenía que aguantar. No es que no quisiera el rubito, pero su personalidad torva y fría no le permitía ser muy paciente con el otro.
-Que no soy violable, bastardo, que para eso te he traído aquí-A veces, a Naruto le sorprendía la capacidad de Sasuke de olvidarse hasta lo más obvio cuando estaba dispuesto a coger con él. En los fanfics, ellas describían como Sasuke se ponía como un ascético con hormonas reprimidas que saltaba apenas se le ponía enfrente. Tal vez no era tan así, puesto que Sasuke era más bien seco y demasiado imperturbable para parecer caliente, pero estaba claro que para el Uchiha el sexo era casi más importante que su relación-Dilo convencido-insistió.
-No eres violable-recitó, más que convencido o no, parecía repetir la monserga que se le da a un loco particularmente irritante.
-¡Dilo con ganas!-
-No eres violable-repitió de la misma manera que antes. Internamente, Sasuke sonrió al observar que la paciencia de Naruto también se estaba acabando. Con un poco de suerte –y algunos insultos subidos de tono- se pondría hecho una fiera y seguro terminaban follando salvajemente en el sofá cutre de la sala. Pensando en ello, añadió-aunque bueno, si te ponen a ti ese apelativo y no a mí, lo más probable es que tenga algo de cierto.
-Serás cabrón-gruñó Naruto, acercándose con la clara intención de tomarlo desprevenido. El rubito, para lo único que era más malo que en cálculo, era para atacar por sorpresa. Lo suyo era ser directo y ofensivo, por eso nunca había logrado derrotarlo en una de sus múltiples peleas.
-Tal vez sí eres violable, ahora que te veo con más calma-siguió picándolo, a punto de retorcerse en el suelo por los gestos tan graciosos que hacía su pareja. Sin embargo, luego de contraer varias veces el ceño, su faz dio un cambio indudablemente inesperado: parecía incluso inteligente.
-Ellas también dicen que tú eres el uke-comentó como sin querer-dicen que tu nombre y tu careta hacen pensar que tú vas abajo-
Esto no era absolutamente sincero, pero sabía como de sensible era el Uchiha cuando se trataba de ser llamado “uke”. Sasuke torció el gesto, pero se apresuró a contraatacar.
-En google salen más resultado cuando pones sasunaru, que narusasu… eso debería significar algo-
-Tú siempre eres el uke nenaza de Itachi-san-
Si lo otro había sido un golpe bajo, no había nombre para lo que el rubio acababa de decir. Incluso, se sintió un poco culpable al ver lo consternado que estaba Sasuke, que poco faltó para que se fuera, indignado por tan alta ofensa.
-Está bien, me lo busqué-terminó rindiéndose el moreno luego de pensarlo un rato, suspirando de cansancio y mirando mal al otro-no sé si eres violable o no-sorprendido, Naruto lo miró con sus orbes azules llenos de incredulidad, no sabiendo muy bien si Sasuke prepara otro ataque o estaba hablando en serio- pero al menos, para mí no eres violable. Y antes de que empieces con mariconadas como que no me pareces atractivo o alguna de tus tontadas, te explicaré por qué. No me pareces violable, simplemente, porque esa palabra implica forzarte físicamente a realizar el acto sexual… ¿para que iba a forzarte si eres mi pareja? Sería una estupidez querer obtener a la fuerza algo que ya tengo.
Y a Sasuke le habían salido los sentimientos. Quizás era un poco patético, pero era lo más bonito que le había dicho el moreno, salvando aquella única vez en que se habían dicho que se amaban. Sus labios casi saltaron sin su ayuda contra los del otro, pegándose a un roce adictivo que la mayor parte de las veces no lograban parar hasta luego de un largo instante.
Al terminar ese beso particular, se observaron con un cariño que la mayoría de las veces tenían que adivinarse en los ojos contrarios, y se tumbaron en el sofá, listos para su actividad de pareja favorita…
“Bueno” pensó Naruto “ya decía yo que no era violable”.
**
-Naruto-kun, voy entrando-la hipócrita voz que tan bien conocían, los despertó del todo de la somnolencia en la que habían quedado después de toda la acción que había tenido lugar en el desvencijado sofá. Alarmados al ver que la puerta se estaba abriendo, intentaron cubrirse rápido con sus ropas, pero lo más que lograron fue echarse una camiseta encima antes de que la cabeza de cabellera negra de Sai se asomara despreocupadamente-¡buenas, Naruto-kun!-saludó-anda, ¡está el bastardo aquí!-comentó alegremente al ver a Sasuke-¿lo ves, Gaara? Si el Uchiha está aquí seguro que a Naruto-kun no le importa que entremos tambien, es una suerte que te haya dado la llave-
-Justo por esto te dije yo que tocáramos-la cara de pena ajena de su vecino pelirrojo no tenía precio, y sólo alcanzó a taparse los ojos en un intento por no traumatizarse (o calentarse) ante la vista de dos de sus amigos desnudos.
-¿Qué toquemos? Oh, bueno, sólo si el bastardo se aparta, yo me quedo con Naruto-kun y tú puedes encargarte de él-aceptó entusiasta Sai, sonriéndole a la pareja que los observaba con cierta irritación.
-No me refería a eso, idiota-Sai, aparte de ser el pervertido más grande que habían conocido, era también el loquesea de Gaara, por lo que terminó ganándose un coscorrón cortesía del taheño.
-Te he dicho mil veces que llames antes de entrar, Sai-se molestó Naruto, intentando cubrirse detrás de Sasuke para esconderse de la penetrante y negra mirada de Sai, que estaba a nada de arrojarse encima de él-
-Naruto-kun-llamó lastimeramente, acercándose con una cara que le aterrorizó un poco. El aludido miró hacía él, esperando escuchar una de sus comunes guarradas y preparando su puño para desquitarse.
-¿Qué?-preguntó bruscamente, a la defensiva.
-¡Luces tan violable así!-respondió alegremente.
Ese día, los golpes que se llevó Sai fueron dignos de Chuck Norris.
FIN