Después de lo sucedido en la playa, las cosas entre Naruto y Sasuke estaba mas relajada cada uno se mantenía a distancia, pero estando junto al pequeño Sho, ambos se mostraban nerviosos; nadie mas que ellos se daban cuenta, ese abrazo había significado un poco mas…
-diablos no puedo creer lo que hice- pronunciaba el pelinegro en su despacho con las manos en la cabeza, se sentía frustrado y…-¿Por qué tengo esa sensación de deseo?- susurro para si mismo…
Todos en la casa estaban apresurados debido a que la boda ya era al día siguiente, además de que había mucho trabajo por hacer, Sasuke en ese momento trataba de no toparse con el rubio, pero era imposible, no podía evitar esa sensación de fuego quemándole todo el cuerpo, solo pensando en el trabajo podía olvidar lo que sentía, en eso entro el pequeño Sho…
-tío, vanos a jugar- sonrío el niño con gusto a su tío, viendo que iba a negarse puso la famosa técnica de los ojitos no jutsu, sin poderse negar, después de salir del la encerrada oficina, llegaron al jardín donde se encontraba Naruto acariciando a la mascota del lugar llamada Pakkun (n.a= wiiii adoro a ese inu *-*), en el momento en que ambas miradas se encontraron no pudieron evitar sonrojarse….
-Naruto-san ¿ya sabe que va a ponerse para la boda?- pronuncio la abuelita, haciendo que las miradas rompieran su conexión
-si traje un conjunto que me gusta mucho - sonrío Naruto con felicidad viendo como Sasuke jugaba con el pequeño, en eso Sasuke volteo a ver a Naruto, indicándole a su sobrino que en un rato regresaría para seguir jugando.
-¿Naruto-san podría acompañarme a la oficina?- el rubio miro a Sasuke con cara de al menos un por favor, haciendo bufar al pelinegro -por favor- lo dijo carraspeando con fuerza, haciendo que el otro sonriera y lo acompañara como pidió.
Al llegar le indico que se sentara, mientras Sasuke se disponía en su lugar, lo miro y comenzó a buscar algo en su cajón hasta que encontró lo que buscaba tendiéndoselo al ojiazul.
-¿Qué es esto?- pronuncio dudoso al ver la elegante cajita alargada de terciopelo
-es un pago por asistir a la boda y tus molestias de fingir - el rubio solo pudo sonrojarse molesto por las palabras que había salido de la boca del otro, tomando la cajita entre sus manos y aventándosela en la frente de Sasuke.
-puede quedarse con sus regalitos esas cosas a mi no me importan dattebayo- salio hecho una furia hacia su cuarto, mientras el pelinegro se sobaba el golpe que había recibido de Naruto.
-¿Qué ellos no son iguales?- se hablo así mismo confundido, guardando la cajita.
El día continuo, ambos tratando de evitarse peri pasando tiempo con su sobrino y en la cena, ellos ni siquiera se miraron como si ninguno de los dos existiera, pero platicando amenamente con las demás personas; la noche llego haciendo que todos se fueran a dormir y a pesar de que se encontraron en el pasillo para entrar a sus cuartos ni siquiera se miraron.
Un nuevo día empezó, gente estaba despierta desde muy temprano arreglando la casa para el evento, ya que seria en la noche la fiesta, todos se movían ayudando a los novios, indicando donde iba cada cosa y tratando de aliviar el dolor que tenia el pequeño al ver que le quitarían a su “nana” (n.a= lo siento no pude evitar decirle nana a Sai *---* Sai: nunca pensé que me dirían eso todavía niñero pero nana =_=U).
Naruto no sabia bien que hacer, lo único que hacia era distraer al pequeño y que se animara, ambos nadaban en la piscina…
-tío Naru- el rubio volteo hacia el niño que flotaba en una llanta de colores
-Sho-chan descuida Sai-san estará contigo pronto de nuevo pero en mientras tienes que entender que el tiene alguien a quien amar y que desea estar junto con el - dijo sonriéndole al pequeño que le correspondió, comenzaron a jugar de nuevo, pero mientras eso ocurría ambos eran observados por cierto azabache, que miraba con profundidad al rubio…
-se parecen tanto y a la vez…¿Qué los hace tan distintos?- siguió mirándolos, hasta que su madre toco a la puerta para decirle que se vistiera ya que era tarde y cuando regreso ni Sho ni Naruto estaban.
Todos los familiares, de cada uno de los novios habian llegado siendo acomodados, como los hermanos de Gaara y el hermano de Sai, dejando a la familia Uchiha para acompañar al novio, Sasuke buscaba a Naruto, hasta que lo vio llegar con un kimono de color azul como sus ojos con el dibujo de unos pétalos, todos miraban maravillados a Naruto, todos excepto uno…el pelinegro que su mirada de deseo paso a ser una de total rencor, aun con eso la boda continuo tranquilamente, la ceremonia había conmovido a muchos debido a las palabras de Sai que habían hecho sonrojar a su ahora esposo, la fiesta era disfrutada por cada uno de las personas, hasta que el pequeño Sho tenia sueño, siendo llevado por la abuela a su cuarto para ella también descansar, todos bailaban incluso el amargado de Sasuke.
Hasta que ya casi llegaba el final de la fiesta Naruto decidió retirarse del lugar, pero no conocía aun bien la casa, Sasuke lo miro y le hizo una seña con su mano de que lo siguiera, llevando por un camino lleno de hortensias, llenándolos con su aroma, hasta que lo vio parado en una puerta, haciendo correr al ojiazul hacia el entrando sin observar el lugar, hasta que fijo su vista, llegando a una habitación con una enorme cama y la luz tenue…
-¿Qué significa esto?- pronuncio el rubio y al voltear de nuevo a la puerta, sus labios era tomados por Sasuke con pasión.