Hiroki nunca había visto de esta forma a su amigo, ni siquiera podía creer que le estuviera casi rogando. Akihiko siempre se había mostrado como el señor todo poderoso que hacia lo que quería cuando quería y ahora se estaba rebajando a pedir un favor
-De acuerdo –contesto el castaño-
-Gracias –la cara del escritor se ilumino al pronunciar estas palabras. El maestro saco su celular y marco un número
RING RING
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-Profesor Miyagi, soy kamijou
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-Necesito que me haga un favor
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-Saque al director de su oficina ahora mismo
-
-No importa para que, usted sólo hágalo
-
-Gracias
Una vez que termino la llamada le pidió a Akihiko lo siguiera. Caminaron por varios pasillos hasta llegar al final de uno, en la puerta se apreciaba una placa que indicaba que era la Dirección. Sin embargo no se acercaron pues la secretaria estaba ahí; optaron por quedarse a unos cuantos metros, no paso más de un minuto cuando vieron salir al director en compañía de Miyagi, quien lo había sacado de aquella oficina con el pretexto de tener que contarle algo muy importante de su hijo. Sin mas que decir el rector le dijo a su secretaria que tenia cosas importantes que tratar con el profesor y que no volvería hasta después de la comida.
Cuando kamijou vio que el director ya se encontraba bastante lejos, se acerco a la secretaria y la saludo cortésmente, pero esta le respondió fríamente pues conocía de sobra las actitudes del maestro, ya en otras ocasiones le había gritoneado, según él, por tardarse en darle las listas de asistencia.
-Acabo de encontrarme con el director–dijo el castaño-
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-Me pidió que le dijera que puede irse a comer
-¿En serio?
-Claro que si –contesto el profesor tratando de contestar con normalidad-
-Bueno, está bien
La mujer recogió sus cosas y se fue, restándole importancia al profesor, no le prestó atención al otro hombre quien parecía sólo estar checando un mapa.
Una vez que vieron el panorama seguro, ambos hombres se adentraron en la oficina.
El docente de inmediato se acerco a la computadora, para su suerte no pedía ninguna contraseña.
-Vamos a ver, aquí deben de estar todos los datos de los alumnos, si no me equivoco
-Pues mas te vale que no te equivoques –sentencio el peligris-
-¿Disculpa? ¿Quién pidió ayuda a quien?
-Está bien, está bien, lo siento
-
-¿Ya? –Pregunto impaciente el escritor-
-¿Quieres esperar un minuto?, hay 10 bases de datos aquí
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-A ver, ¿Cuál dices que es su nombre?
-Takahashi Misaki
-Aquí esta –exclamo feliz el profesor al mismo momento que señalaba la pantalla para que su amigo la viera-
-mmm… no, esa no es –contesto el ojilila- esa es la dirección de su sempai-
-Entonces –retomando nuevamente su puesto delante de la pantalla- debe estar en la otra base de datos… aquí hay otra mira, según esto apenas fue actualizada el viernes
-Sí, esa debe ser –imprímela-
-Ok
En menos de dos minutos, la oficina y computadora del director estaba como si nada y ambos salieron de ahí. Una vez que se alejaron de aquella zona, el docente estaba muy nervioso pues apenas había caído en cuenta de que violo las reglas y todo por ayudar al estúpido de Akihiko.
-¡Gracias, te debo una! –escucho decir al peligris mientras este se alejaba
-Maldito, se va así como si nada
Una vez que Usagi llego a aquella dirección, toco la puerta fuertemente pero nadie le abría por lo que reviso la hoja para ver si no se había equivocado pero no había duda, esa era la casa. Se fijo bien y se veía que no se encontraba nadie en aquel lugar… así que decidió esperar, Misaki tenía que regresar en algún momento así que no se iría de ahí sin aclarar todo lo que había pasado.
Por otra parte Shuichi despertaba algo tarde, pues el cansancio mental de la noche anterior lo había acabado. Al ver el departamento en aquel silencio pensó que probablemente el ojilila aun no se despertaba por, lo que se dirigió a la habitación de este para saber cómo estaba. Abrió lentamente la puerta pero se dio cuenta de que el novelista no se encontraba ahí. Le extraño de sobremanera y estuvo tentado en llamarlo a su celular pero no tuvo valor.
Ahora que ya habían pasado unas horas de aquel incidente y tras una reparadora noche de sueño, por lo menos para su cuerpo, ya no se sentía con la seguridad suficiente como para llamar a Usa-chan “novio” y menos de presionarlo.
Salió de aquella habitación y se dirigió a la oficina para tomar algo ligero e irse directamente a NG. No pasaron ni 15 minutos cuando el vocalista ya caminaba por las calles, en dirección a su trabajo, aun faltaba grabar un par de canciones y no podía darse el lujo de faltar eso sin contar que K no se lo permitiría.
Estaba a una calle de llegar a su destino cuando vio en la entrada de la disquera a una multitud de reporteros, quien tras reconocer al pelirosa se abalanzaron como cazadores a su presa.
-Por favor Shindou-san cuéntenos que fue lo que sucedió –cuestiono una peliroja-
-¿Es verdad que su relación con Yuki Eiri ha terminado? –Cuestiono una peliazul-
-Desde hace cuento tiempo engaña a Yuki Eiri con Usami Akihiko?
-¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUEEEEEE?????????? –Pregunto conmocionado el menor-
-Por favor Shindou-san queremos su versión
De pronto se escucharon varios disparos que asustaron a los reporteros, un par de ellos corrieron a esconderse sin embargo la mayoría sólo se agacharon pues no estaban dispuestos a perder semejante nota.
-Tienes hasta 3 si no quieren ver su cráneo esparcido en el pavimento –grito un norteamericano embravecido mientras comenzaba a acercársele al vocalista- Unos cinco reporteros retrocedieron pues ya habían experimentado en carne propia lo que ese loco podía llegar a hacer- ONE… TWO… THREE -y al instante aventó una granada que fue a dar a los pies del pelirosa quien sin darse cuenta ya había sido cargado como vil costal de papas dirigiéndose veloz a la entrada de la empresa donde de inmediato se abrieron las puertas para dejar pasar a ambos hombres. Una vez dentro el cantante pudo ver como una barrera de guardaespaldas se ponía en la entrada disparando a aquellos que intentaran atravesarlos.
-¡Ah! Ya bájame K
-OK, OK –el chico fue puesto en el suelo y se dio cuenta frente a él estaba el histérico Sakano, Suguro y Hiroshi
-¿Estás bien Shu? –Pregunto este último-
-Hai, ¿pero que fue todo eso? –pregunto confundido-
-¡¡¡¡Ay shu!!!–Contesto incrédulo el pelirojo- ¿qué no viste los periódicos? ¿No viste la tele? Me sorprende que hayas podido llegar en una pieza a NG
-¿De qué hablas?
-Ya te lo explicara Seguchi –declaro el americano-
-¿Eh?
-Quiere hablar contigo, a solas –aclaro el productor-
-Pero… ¿para qué? –pregunto nervioso el ojivioleta, porque dentro de él intuía el tema. Siempre que había pedido hablar con él a solas era porque quería tratar un asunto de índole personal y el único tema personal que tenían en común era: Yuki
-Vamos te está esperando –insistió el productor-
-Hai
El cantante trato de hacer el recorrido a la oficina del dueño de NG lo más lento posible pero el elevador no ayudaba en nada.
-Pensándolo bien, Seguchi-san y yo ya no tenemos nada en común, es decir Yuki y yo ya terminamos. mmm… si fuera por eso… ¿Por qué espero hasta ahora para decirme algo?
En menos de tres minutos ya se encontraba frente a la puerta de la presidencia, la secretaria ya le había dado el pase pero no terminaba de juntar valor.
-Ah! Al mala paso darle prisa –susurro el muchacho para sí mismo, dando un suave golpe a la puerta y enseguida entrar-
Tohma Seguchi estaba esperándolo, cual rey imponente sobre su trono y con su impávida sonrisa que mas que brindar cordialidad causaba temor pues el pelirosa sabia de sobra que ésa era la mascara que ocultaba las verdaderas intenciones del ojiesmeralda-
-¡Shindou-san muy buenos días! Anda pasa y siéntate, no seas tímido, tenemos mucho de que hablar
-¡Muy buenos días Seguchi-san! –Contesto el pelirosa firme pero cautelosamente, al tiempo que tomaba asiento frente a su jefe-
-Me ha dicho Sakano que el disco está prácticamente listo, es increíble todo el esfuerzo que han hecho. Te felicito… a ti y a Bad Luck, por supuesto.
-Arigatou Seguchi-san
-Supongo que ya sabes el motivo por el cual te llame
-Lo intuyo –contesto serio el pelirosa-
-Seré claro –contesto el mayor- dejando a un lado aquella sonrisa para dar paso a unas facciones más altivas- Quiero que me expliques lo que sucedió anoche
-¿Anoche? No sé a qué se ref... –el rubio no lo dejo terminar pues de una de las carpetas que tenía en su escritorio saco una revista y prácticamente la arrojo al pelirosa, quien al ver la portada de aquella publicación no pudo más que abrir los ojos de par en par. Había dos fotos, una de ellas tomada cuando Akihiko había tomado al ojimiel de las solapas del saco y otra cuando Shuichi ayudo al peligris a levantarse, después de que el rubio lo golpeara.
-¡QUIERO RESPUESTAS SHINDOU!! –Exigió el mayor- Y LAS QUIERO AHORA
El pelirosa estaba muy sorprendido, ahora ya entendía el acoso de los reporteros, pero… ¿Qué le iba decir a Seguchi? ¿Qué por azares del destino él y Akihiko habían ido al mismo restaurante donde cenaban Yuki y el ex del peligris? Explicarle a su jefe implicaría contarle la historia de Akihiko y Misaki ¿Qué derecho tenia él a hacerlo? ¿Qué derecho tenia Seguchi de saberlo? NINGUNO
-Shindou ¿Por qué Usami Akihiko golpeo a Eiri-san? –bramo el otro pero Shuichi no iba a permitir que su jefe se saliera con la suya-
-Pues… ¿Por qué iba a ser? Por defenderme, Usa… Akihiko sabe todo lo que yuki me hizo
-Shindou-san ¿enserio crees que me voy a tragar eso? –Pregunto socarronamente- estoy seguro que las cosas no fueron así, había alguien más involucrado
-No sé de qué habla
-Shindou-san, sabes que es cuestión de tiempo para que me entere de todo –dijo con una sonrisa fría en su rostro- Pero, no creas que las cosas se van a quedar así, me voy a encargar de que Usami Akihiko pague lo que le hizo a Eiri-san
-¿Es una amenaza?
-Shindou-san ya deberías de saber que yo no amenazo –sin quitar esa mueca de satisfacción de su rostro- ya puedes retirarte
El pelirosa se levanto de su asiento y se dirigió a la salida, estaba apenas girando la perilla cuando escucho nuevamente la voz del ojiesmeralda
-Una cosa más, es mentira que le hayas contado a Usami “TODO lo que Eiri-san te hizo”, porque ni tú mismo sabes lo que Eiri-san hizo por ti
Shuichi estaba desconcertado pues no entendía a que se refería el rubio con aquellas palabras pero estaba seguro de que no le diría nada mas así que con la duda sembrada en su ser salió de aquella oficina.
Continuara…