Capitulo 10- Navidad:
-Aun no puedo creerme que estas saliendo con Snape.-saco el tema James enfrente de Sirius, los dos en la habitación del primero.
Sirius se sonrojo.-Bueno...algunas cosas pasaron, y James lo siento pero aun no puedo contarte nada…Severus me lo hizo prometer...además ni si quiera yo mismo se lo que pasa con él...
-Bueno esto es un poco lioso...pero tu sabrás lo que haces.-dijo simplemente James.
De repente una lechuza entro por la ventana haciendo saltar a los dos chicos del susto y dejo una carta en las piernas de Sirius.
Sirius levanto una ceja y leyó el nombre del que se la enviaba y leyó Severus Snape.
Abrió la carta y se puso a leerla rápidamente, preocupado se levanto y dejo caer la carta, James lo miro extrañado y luego vio por la ventana que su amigo salía volando con su escoba, preocupado leyó la carta en el suelo.
“Sirius por favor, es peor que la ultima vez, no me puedo mover ayúdame… estoy en Catley Hill”
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Sirius descendió de su escoba y miro las calles lúgubres de aquel pequeño pueblo de no mas de veinte casas y al fin, en un parque, pudo vislumbrar a un Severus Snape sentado en el suelo encogido en si mismo.
Preocupado fue corriendo hacia su novio y se dejo caer de rodilla enfrente de él, Severus levanto su cabeza al sentir que alguien estaba enfrente suyo, estaba asustado, pero se relajo al ver que era Sirius.
El peliazul jadeo de la impresión al ver la cara de su novio llena de moretones y algún que otro arañazo sangrante, sus ropas estaban sucias de barro y podían verse manchas de color rojo en ellas…
-Tengo que llevarte a san mungo.-por fin hablo preocupado levantándolo suavemente para no hacerle daño.
-No…a san mungo no…por favor Sirius.-suplico Severus agarrándose al Gryffindor.
Sirius lo miro reticente pero asintió.
-La madre de James estudio medimagia…ella podrá ayudarnos…tranquilo, todo estará bien.-le prometió cargándolo y sentándolo en la escoba delante suyo, pecho contra pecho para tenerlo bien sujeto.
-¿Puedes agárrate?-Severus asintió y lo hizo cerro sus ojos cansado.
Cuando volvió a abrirlos se encontró en una habitación desconocida de paredes lila oscuro y un estandarte de Gryffindor encima de la cabecera de la cama, intento moverse pero un dolor en el costado se lo impidió.
-No te muevas Snape, no es buena idea…tienes un par de costillas rotas y una pierna herida… sin contar con todas las demás contusiones.-dijo James Potter a su lado.
Severus parpadeo y intento hablar sorprendiéndose de lo seca que tenía la boca.
-Sirius…
James lo miro asintiendo.
-A tenido que salir un segundo…no se a separado de ti desde antes de ayer que te trajo, estas en su habitación. ¿Tienes sed?-le pregunto, Severus asintió un poco descentrado aun.
James le acerco un vaso con una pajita y Severus bebió.
En ese momento un Sirius Black cansado y ojeroso abrió la puerta de su habitación en la casa Potter, y al ver a su novio despierto fue corriendo hacia su cama.
-¿Como estas?
-Acaba de despertar.-le informo James.-Os dejare solos.-y salió del cuarto dejando a los dos chicos en él.
Severus cerró los ojos cansado.
-Severus por favor ¿Quien te hizo eso? Por favor…-Sirius suplicaba para que Severus le dijera quien había sido capaz de hacerle algo así.
Severus lo miro y suspiro rendido.-Sabes no recuerdo la primera vez que…esto empezó yo…es mi padre Sirius…