CAPITULO 1: EL FAN ENAMORADO
Un día como cualquier otro hacia su aparición, mientras por las calles de un pequeño pueblo se veía a un lindo chico caminar perdido en sus pensamientos.
Un joven de tan solo 17 años de estatura media y piel levemente bronceada. Sus cabellos levemente ondulados castaños eran brillantes y suaves; lo más sorprendente eran los ojos que poseía: grandes y brillantes zafiros que mostraban una mirada dulce e inocente, eran unos ojos que podían hipnotizar a cualquiera.
Andaba por las calles que lo encaminaban del colegio a su casa, portando el uniforme negro que debía llevar cada día de clases, analizando una y otra vez la idea que tenía en su mente desde hace tiempo:
Sabía que era lo que le faltaba y estaba dispuesto a ir a buscarlo. Si era necesario, iría hasta el fin del mundo para conseguirlo. Sin embargo, no podía hacerlo, pues sus padres no le dejarían irse de casa hasta que cumpliera los 18 y terminara la preparatoria.
Debía esperar, al menos un año más a que el tiempo le diera la llave de su libertad, haciéndole sentir un poco de envidia por su primo, quien se fue a Tokyo para cumplir su sueño: ser un Idol J-pop. El también quería irse, dejar ese pequeño pueblo y cumplir su más grande anhelo: conocer a su ídolo.
Ese chico de hermosa voz y espectacular cuerpo, aquel chico del que escuchó por primera vez gracias a su primo y del que quedó prendido en cuanto lo vio...
Podía considerarse su fan número uno ya que, según él, conocía absolutamente todo acerca de su amado... o como a el le gustaba decirle: "My Kuma".
Llegó hasta su casa, se sacó los zapatos, también la chaqueta del uniforme y la dejó sobre el sofá junto con su mochila, sentándose a un lado de esta y tomando el control remoto.
Sus padres trabajaban y no llegarían hasta las 6 de la tarde, lo que indicaba que estaría solo unas tres horas, tiempo en el que prepararía la comida y realizaría sus labores escolares, pero eso sería después de despejar un poco su mente y descansar su cuerpo...y nada mejor que viendo televisión un rato.
Comenzó a cambiar los canales, uno tras otro, sin encontrar nada que fuera interesante: películas que ya había visto, noticias, videos, telenovelas, caricaturas, deportes, etc. Le dio vueltas a los canales, los recorrió dos veces completas y cuando estaba a punto de darse por vencido, apareció la imagen de su ídolo.
Aquel joven de cuerpo esbelto y sexy, esa piel bronceada; esos cabellos desordenados de color ébano que le daban un toque rebelde, esos ojos tan oscuros y brillantes como una noche sin luna y con estrellas...esa mirada tan salvaje y ardiente; haciendo juego con sus carnosos labios que dibujan una sonrisa llena de confianza. Perfecto, ese chico era simplemente perfecto ante los ojos de cualquiera.
Se quedó absorto mirando la pantalla no pudiendo apartar su mirada de esa figura, como deseaba poder conocerlo en persona...que supiera de su existencia...ser algo para él...
Escuchó su voz, entonando aquellas notas de forma perfecta, altos y bajos por igual; esa, era su última canción, aquella que se escuchaba por todos lados. En esos momentos, él se encontraba embelesado, sin poder retirar su mirada azulada de esa imagen, de esos movimientos, de ese hombre que lo había hechizado desde la primera vez que lo vio. Todo en él le gustaba, su voz, su presencia, su cuerpo y la sonrisa que le regalaba a sus fans; era imposible sacarlo de su mente...y de su corazón.
Sintió el palpitar en su pecho: fuerte, rápido, rítmico...al mismo tiempo que las mejillas se le teñían en un intenso color carmín, podía sentir como la garganta se le secaba y las palabras se le borraban de la mente. Siempre era lo mismo, siempre que le miraba se quedaba en blanco, si eso le pasaba viéndolo en TV... ¿Qué sería de frente?, de solo imaginarlo se le revolvía el estomago y los nervios lo inundaban...conocerlo...poder hablar con él...escuchar su voz en persona...sería lo más maravilloso del mundo... ¿Cómo sería estrechar su mano en un saludo? Escuchar un: gusto en conocerte Ryuichi.
Ryuichi, su nombre escapando de sus labios...esos labios dulces y sensuales que se moría por probar...
Y entonces, la voz que tanto le gustaba comenzó a bajar de volumen, dejándola únicamente como fondo musical.
- - Noticia de último momento: está confirmado, Tatsuha, el ídolo más reclamado mundialmente hará una canción a dueto con un joven cantante que hace poco empezó a ser conocido en Japón.
Ryuichi escuchó atento cada palabra, ¿Dueto? Eso no lo sabía... ¿Con quién lo haría? Debía ser alguien muy talentoso para cantar al nivel de su amado...
- - El nombre del artista es Shindo Shuichi; un joven que tiene una corta carrera artística, con solo un disco a la venta que ha fascinado a miles de personas; tanto que hubieron muchos fans que estuvieron preguntando cuando podrían escuchar una canción escrita y cantada por estas dos estrellas. Esto llego a oídos del manager de nuestro aclamado moreno; decidiendo cumplir con el deseo de los fans...-
El castaño se quedó en shock, ¿Había escuchado bien? ¿Shindo Shuichi? ¿El Shindo Shuichi que él conocía?...
En la pantalla pusieron una foto del chico, de grandes ojos violáceos y cabellera rosa...ya no había duda, era él ¡Su primo! ¡Y cantaría a dueto con su ídolo! Aquella persona que era inalcanzable para cualquiera.
Estaba feliz, emocionado, quería gritar, llorar, celebrar, pero su cuerpo no reaccionaba, el shock era tan grande que le era imposible siquiera coordinar mente con cuerpo...
Se obligó a sí mismo a hacerlo, ¡No podía dejar escapar esa oportunidad! ¡Podía ser la única! Si su primo iba a hacer una canción con su amado, él...él podría usar eso para ir a verlo...para que su sueño se haga realidad...
Por fin salió de su estupor al analizar las cosas y parándose de un salto se dirigió al teléfono para hacerles una llamada a sus padres...no debía perder tiempo.
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El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte cuando la familia Sakuma ya se encontraba reunida en la mesa.
Ryuichi estaba nervioso, viendo fijamente a sus padres. Tras plantearles la idea de ir a Tokyo el mutismo se hizo presente. Ambos padres se preguntaban la razón que tenia para esto, ya que no se tragaban el cuento de que: "quería ir a visitar a su primo porque lo extrañaba"
- - Dinos la verdad, Ryuichi ¿Por qué quieres ir a Tokio? Aquí lo tienes todo: una familia que te quiere, casa, comida, escuela, amigos. - Dijo su madre con voz conciliadora.
- - Si. Pero... Extraño mucho a Shu-chan; además, es una forma de empezar a independizarme ¿no creen? - Eso era una verdad a medias, ya que si decía su verdadera razón era más que obvio que no lo dejaran.
- - ¿Y tus estudios? No puedes dejar el colegio. - Replicó el hombre, quien tenía una voz firme pero tranquila.
- - Puedo buscar una escuela en Tokio; tienen mejor nivel académico que en esta prefectura.
Tras la llamada que le hizo a sus padres, tuvo tres largas horas para pensar en una respuesta para cada pregunta que sus padres lanzaran, los conocía tan bien que incluso se sabía el orden de estas; sabía que si daba un solo titubeo en alguna de sus respuestas, sus padres no lo dejarían, por eso se mostraba lo más seguro que podía, para no perder su única oportunidad.
Quería irse; no era que quisiera dejar a su familia, pero ansiaba tanto cumplir su sueño y conocer a ese joven que le había robado el corazón.
- - ¿Qué dicen? ¿Puedo ir?
- - ... - La mujer exhalo el aire de sus pulmones. - No lo sé. ¿Qué opinas, cariño? - Miró a su marido.
- - ... - El hombre se levanto de la silla en la que se encontraba y observó a su único hijo. - Tu madre y yo lo platicaremos esta noche; mañana te diremos si puedes ir o no.
Esa respuesta no se la esperaba el joven estudiante, sin duda alguna sería la noche más larga de su vida.
Aquella noche no durmió, no dejaba de dar vueltas en su cama, mirando la oscuridad mientras su mente divagaba en la respuesta de sus padres.
Si le decían que aún era muy chico para dejar la casa, que algo le podía pasar, que no conocía la ciudad, que esperara un año más... ¡¿Y si le decían que no?!
¡¿Qué haría en ese caso?! Podía escaparse de casa por un fin de semana, con ese tiempo le bastaría para ir a Tokio, encontrar a su primo, rogarle que los presentara, saludarlo, platicar unos momentos con él y volver a casa. ¡¡Por Dios!! ¿A quien quería engañar? No se atrevería a fugarse de casa por dos días ¡Vamos! Si no se atrevía a saltarse un día de clases, MENOS a irse de casa.
Se mordió el labio inferior y miro el reloj... solo unas horas más para tener la decisión final. Sabía que quedándose despierto el tiempo no correría más rápido, pero la angustia por la incertidumbre impedía que llegara el sueño hasta él.
Esperar es muy difícil.
Siguió dando vueltas de un lado a otro, los nervios lo mataban ¿Qué pasaría si no le dejaban ir? Tendría que esperar un año más para independizarse e irse ¡No! No quería esperar ¡No podía esperar! Haría todo lo posible para que le dejaran ir, si era necesario lloraría o haría berrinche. Iría si o si.
No pudo cerrar los ojos ni un solo momento, viendo como el sol comenzaba a salir y dar luz por su ventana... ya no podía esperar más ¡¡No más!! De un brinco se levanto de la cama y corrió hasta la habitación de sus padres; entró azotando la puerta, despertándolos por aquel estridente ruido.
- - ¡¡¿Qué decidieron?!! - Se subió a la cama, quedándose hincado en ella como un dulce y pequeño niño, ladeando la cabeza a un lado haciéndolo parecer muy inocente.
- - Ryu-chan ¿No podrías esperar por lo menos a que suene el despertador? - Apenas el hombre termino de decir esas palabras, el mencionado aparato comenzó a sonar como campanillas.
- - Ya sonó ¿Qué decidieron?
- - Te decimos después del desayuno ¿vale? - Sugirió su madre
- - ¡Nooo! Díganme de una vez. - Dijo con lagrimitas en los ojos
- - Pero Ryu
- - Por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor por favor. - Tenía la carita de un ángel mirándolos con sus grandes e ilusionados ojos azules
Sus padres se miraron, peguntándose con la mirada que hacer, habían estado toda la noche evaluando los pros y los contras, pero no pudieron llegar a una respuesta.
No querían que su querido hijo se alejara de ellos, pero el chico tenía razón, sería una buena forma de independizarse, además estaría con su primo.
Shuichi era un chico joven e hiperactivo, pero muy centrado y responsable; además, el nivel académico de Tokio era muy bueno.
Podían ver claramente las ansias que tenía Ryuichi, los deseos fehacientes de querer ir ¿Cómo negárselo? Era su único hijo, pero además era un chico dulce y bien portado, nunca les había ocasionado problemas y sus calificaciones eran buenas, se merecía tener eso que ansiaba con todo el corazón; aunque para ello tuviera que dejar la casa por algún tiempo.
Suspiraron a la vez cuando supieron lo que debían hacer; era seguro que lo extrañarían pero no podían negarles ese único pedido que les hacía
- - Está bien, puedes ir. - soltó el hombre con tranquilidad pero feliz de darle a su hijo aquello que tanto anhelaba.
- - ¡¡......!! - El rostro se le ilumino, sus ojos brillaron con intensidad y la sonrisa en su rostro se engrandó. ¿Escuchó bien? Le habían dicho que si ¡¿Que podía ir?! - ¿De verdad? - Preguntó más que nada para estar seguro.
- - Si, cariño. - Dijo la mujer cariñosamente
- - ¡¡Muchas gracias!! ¡¡¡Los quiero mucho!!! - Se lanzó a sus padres, tomando a cada uno con uno de sus brazos para estrecharlos a ambos, le acababan de dar la noticia más fabulosa de todas
Estaba muy feliz, habían ayudado a hacer su sueño realidad... ahora era posible conocer a su ídolo, a "Su adorado Kuma".
Pero lo que no sabía, era que los sueños a veces se pueden volver una verdadera pesadilla, y lo descubriría por las malas. Ya que las ilusiones son hermosas cuando se sueñan pero no siempre son verdaderas.
Y Tatsuha estaba lejos de ser su príncipe azul.
CONTINUARÁ...