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Vuelta al Mundo por Kimiko_Suzumiya

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Notas del capitulo:

Holaaa!!

Bueno, chic@s desgraciadamente ¡se nos terminó el mundial! pero no importa, el fanfic sigue jajaja!!

Perdonen por mi demora, no tengo excusas la verdad lo que pasó (aparte del maldito estudio) es muy simple: falta de inspiración. Por desgracia, he estado lejos de mis dos grandes musas: mi mejor amiga y su niña, mi ahijada... je

Así que les pido perdón, espero que aun esten interesadas!

:D

CAP II: “El Tequilazo”

 

“Es todo tan confuso en este mundo, tan enorme y tan imposible de abarcar por entero. Pero hay lugares que no pueden dejarse de lado en un viaje. Son únicos, especiales y con cierta majestuosidad que embriaga el alma de asombro. Pero sobre todo: te hacen sentir tan pequeño, tan insignificante ante su belleza que solo puedes contemplarlos… en silencio…”

 

Shuichi bostezó abiertamente y miró a su compañero de viaje, el excéntrico guía que le habían asignado. El mismo que le había alcanzado esas hojas para que leyera, pero realmente no tenía ganas de hacerlo en ese momento.

Todavía estaba muy confuso, intentando atar cabos hasta llegar al preciso momento en que se encontraba ahora: sentado en el cómodo asiento de ese avión, junto a un desconocido que dormía como si nada a su lado.

“Shindou-san, esto le permitirá acrecentar su fama a nivel mundial. Comprendo que ya es bastante famoso, pero realmente… a través de MTV usted será conocido en el mercado estadounidense y latinoamericano… créame que eso no es poco. Y es solo el comienzo.”

Palabras del Sr. Steve Gallaher. No muy convincentes.

“Shuichi, comprendo que estés dudando, pero lo que dice Mr. Gallaher es cierto. Quizás a ti no te interese la fama, pero te aseguro que será una experiencia maravillosa e inolvidable… además, te prometo… te prometemos que no durará más de lo que dura cualquiera de tus giras”.

Palabras del Sr. Rodrigo Ruiz. El extravagante guía que ahora dormía a su lado. Era un joven muy simpático, un poco mayor que Shuichi, de cabellos rizados y rebeldes. Lo cierto es que al pelirosa le había caído bastante bien, parecía ese tipo de personas en extremo sinceras y “open mind”. Extrañamente, confiaba en él.

“¡¡¡QUE YA TE DIJE QUE HAGAS LO QUE MIERDA SE TE CANTE!!  Pfff ¡¿Qué te hace pensar que me importa que te vayas por ahí a darle la vuelta al mundo!!? ¡¡POR LO QUE MAS QUIERAS, HAZME EL FAVOR Y PIÉRDETEEE!!!

(N/A: Ya sabemos de quien son estas palabras ¿no? XD )

 

Shuichi se removió inquieto en su asiento con la típica duda que siempre carcomía su cabecita (“¡¡Yuki no me quiere…!! BUUUAAA…me tiro por la ventanillaaaa!!”).

 

-¡Shuichi! Ay, Dios perdonáme ¡me dormí! ¿estás bien? –la voz de su guía lo sustrajo a la realidad… aunque no pudo entender ni una sola palabra de lo que dijo. Pero no se sorprendió, ya se había despertado otras dos veces, le decía un par de cosas en español, y se volvía a dormir. Aunque esta vez parecía haberse despertado del todo. Tratando de acomodar sus pensamientos, Rodrigo repitió lo mismo en un atolondrado japonés.

“Sí, estoy bien… bien a punto de suicidarme…”

-¡Muy bien! –respondió el pelirosa con una enorme sonrisa.

-¡Qué bueno! ¡Me encanta ese entusiasmo! Lamento haberme dormido es que estaba muy cansado, de verdad… estos vuelos me enloquecen…

Shuichi se decidió a preguntarle en definitiva cual era su destino, pues ni siquiera estaba seguro hacía donde iban, pero antes de poder finalizar la pregunta, el guía ya estaba dormido nuevamente. Su alborotado cabello le tapaba los ojos, mientras roncaba suavemente.

El pequeño se resignó e intentó dormir también, cosa que le fue imposible.

Durante las 4 hs que siguieron  Rodrigo se despertó 3 veces hablando en español, y sin que Shuichi pudiera preguntarle nada, se volvía a dormir con una facilidad impresionante. Afortunadamente para Shuichi, la cuarta resultó ser la vencida ya que estaban aterrizando cuando el guía se despertó definitivamente. Estiró sus brazos y bostezó sonoramente para luego dedicarle una adormilada sonrisa al pequeño.

 

************

Shuichi realmente no entendía nada de lo estaba pasando. Pero sí estaba seguro de algo: su guía estaba loco. Se bajaron del avión y el tipo, sin siquiera abrir la boca, tomó su mano y se lo llevó corriendo hacia el interior del aeropuerto. Allí cruzó un par de palabras con otro hombre que aparentemente era el camarógrafo y salieron los tres corriendo con rumbo desconocido (para él, claro).

A pesar de la extraña situación, el cantante no estaba asustado, sino asombradísimo por las cosas que estaba observando a medida que corrían entre la gente. Ahora ya no le quedaban dudas: estaban en Sudáfrica ¡estaban en el Mundial! Su simpático novio tenía razón después de todo. Ahora bien… esperaba que lo de los monos secuestradores no fuera cierto… por las dudas se mantendría alejado de la vegetación y los zoológicos.

Enfrascado en sus pensamientos ni siquiera se había percatado de que Rodrigo le había soltado la mano hacía ya rato ¡y lo había perdido! Estaba solo en medio de ese mar de gente que corría, saltaba y cantaba en todos los idiomas posibles. Los colores de las distintas camisetas y banderas era lo único que Shuichi podía ver.

De pronto recibió un fuerte empujón y fue a parar de bruces al piso. El pequeño rosadito se levantó de un salto hecho una furia dispuesto a matar al imprudente que lo había arrojado al piso… pero al darse vuelta no pudo articular palabra ante lo que vio: verde, mucho verde, ¡pero qué diablos! Esa cosa parecía Hulk! Era enorme, cuadrado y ¿verde? Tragó saliva. Al menos no era un mono secuestrador.

-Oye, niño, discúlpame… no ha sido mi intención ¿estás bien?

El gigante verde estaba hablando y hasta parecía bastante simpático. Shuichi pudo reconocer el mismo idioma que hablaba Rodrigo, pero con un acento muy diferente.

-Oye, ¿de donde eres? No me digas… ¡eres coreano seguramente!

El tipo no paraba de hablar, mejor dicho gritar ya que en el bullicio que había a su alrededor, era imposible que el otro lo escuchara. De cualquier forma era inútil, pues obviamente Shuichi no entendía ni papa. Solo sonreía, contagiado por la desbordante alegría y euforia de la gente que cantaba y saltaba sin parar, los colores, las caras pintadas… no podía creer que el fútbol fuera capaz de ocasionar todo eso: personas tan diferentes entre sí, de distintas razas y creencias juntas y festejando, cada cual alentado a su propio equipo lógicamente, pero el festejo en esos momentos era general.

-No entiendes nada de lo que digo,¿ no? Me parece que estás perdido… no te preocupes, ven conmigo –el hombre tomó el brazo de Shuichi suavemente y lo alejó de la multitud.

-Mira, yo me llamo Mario, soy de México y aunque no me entiendas voy a ayudarte ¿ok? Ya encontraremos a alguien de tu país… mientras tanto te quedarás con los hinchas de la mejor selección!! Jajajajaja…!!

Shuichi se reía y no sabía porqué, en cierta forma se sentía bastante estúpido, pero que rayos! No era su culpa si su guía era un inepto que lo abandonaba al primer momento en un país desconocido.

 

************

Mientras tanto, en un lugar muy lejano…se encontraba un escritor de renombre internacional, sentado frente al televisor haciendo zapping y fumando apaciblemente. La paz a su alrededor era digna de un templo budista… o de un cementerio. Depende del punto de vista, como todo.

Miró su reloj… hacía exactamente 23hs que su molesto noviecito había partido a recorrer el mundo, gracias a la bendita MTV… y al bendito Seguchi Tohma, por supuesto… que con tal de sacarse de encima al baka lo había enviado quien sabe a donde… y lo peor: QUIEN SABE CON QUIEN.

Sí…podía negarlo cuanto quisiera, podía jurar que era a causa del aburrimiento mortal, de la cerveza que estaba tomando, de la falta de sexo…podía consolarse  y agradecerle a Buda por la paz de la cual disfrutaba… pero al final no le quedaba de otra mas que aceptar que lo estaba extrañando, fuera por la razón que fuera, no podía pasar siquiera un día sin el maldito baka ese. Lo odiaba profundamente por haberlo convertido en un ser tan vulnerable y dependiente, lo odiaba porque, paradójicamente, lo amaba mas que a nada en este mundo.

Suspiró profundamente. Tenía sueño, pero no quería irse a dormir porque bien sabía que el hueco en su cama no le ayudaría a conciliar el sueño, y muchos menos con todos los pensamientos que acudían a su mente. Recién acababa de percatarse que no tenía idea de con quien estaba Shuichi, solo sabía que se encontraba en Sudáfrica ya que así se lo había informado su amable cuñadito. No quiso preguntarle nada, no podía permitir que los demás pensaran que a él realmente le importaba el cantante.

 Sólo esperaba que estuviera bien, pero sobre todo… que volviera pronto…

 

 

************

 

 

 

Shuichi nunca había conocido gente como aquella. Si bien era cierto que la euforia en las calles de Sudáfrica era común a todos, los mexicanos que acababa de conocer estaban más que descontrolados.

De pronto, salida quien sabe de donde, apareció frente a sus ojos una botella de una extraña bebida color ámbar, de nombre “El Charro”. Shuichi la obervó con curiosidad, le parecio bastante pintoresca la ilustración. Lo que siguió después inquietó un poco al pequeño: misteriosas botellas de misma índole comenzaron a surgir misteriosamente entre la hinchada verde.

Y eso no era todo: ahora también aparecían limones. Antes de que pudiera reaccionar, ya lo habían arrastrado hacia la playa que estaba allí cerca, mientras seguían cantando quien sabe que cosa. Mario, el gigante bonachón, no se había apartado de el en ningun momento, parecía haberse tomado muy en serio su tarea de ayudarlo.

-¡¡Vamos a hacer el juego del “medio limón”!! –gritó de pronto una muchacha de largo cabello negro.

Todos estuvieron de acuerdo, se colocaron en ronda, y comenzaron a organizarse para jugar. Shuichi se limitaba a observar cada movimiento con cara de susto: no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando allí, y aunque Mario intentaba explicarle resultaba imposible. Al final, el grandote decidió rendirse, después de todo era inútil.

Estaban todos prontos para dar comienzo al juego, solo faltaban los limones y la sal, de lo cual se estaban encargando ya un grupo de jóvenes.

Finalmente, el juego comenzó…

Al cabo de una hora más o menos el juego ya había terminado… para Shuichi, porque los demás seguían entretenidísimos. El cantante, que con su pequeña contextura, sonrisa alegre y cabello rosa, se había ganado la simpatía de todos, se encontraba tirado boca arriba en la arena y riéndose solo como un loco. Lo cierto es que se habían apiadado de el, ya que obviamente como no entendia nada perdía siempre, y lo habían alejado de la ronda pese a su resistencia. ¡Que pena! Se estaba divirtiendo como nunca con esa gente y esa misteriosa bebida que le quemaba la garganta.

No era la primera vez que se emborrachaba obviamente, ¡si siempre que salía con Hiro terminaba tirado en algún lado! Pero eso solo pasaba cuando se peleaba con Yuki, lo cual ya hacía algun tiempo no pasaba. Además, esa bebida era muchísimo más fuerte que el sake que ellos solian tomar.

 Sea como sea, el primer día de Shuichi en Sudáfrica estaba culminando con el cantante tirado en la arena, en un terrible estado etílico, perdido completamente y con un destino muy incierto.

 

 

Suerte para él que no se había perdido en la selva, porque sino a esta altura ya se lo habrían llevado los monos.

 

 

 

Notas finales:

Bueno, ¿que les pareció?

¿Sobrevivirá Yuki a la ausencia del baka? xD!

¿Sobrevivirá Shuichi al tequilazo?? pobrecito jaja

Espero que les haya gustado, en el próximo capi... se viene el primer partido xP

Acepto sugerencias de cualquier tipo!!

:D

 


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