EL RIESGO DE AMAR por AICEN

- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:
Final cutre, chungo y rapido donde los haya, y pido mil y una disculpas, me niego a dejar algo inacabado, y sinceramente, la inspiración y las ganas se me han ido al carajo.

Perdonadme todos y todas por decepcionaros.

si algún día encuentro nuevamente a mi musa colgaré EL ELEGIDO sino aqui se quedan mis tres historia para la posteridad.

muchas gracias por su apoyo y sus comentarios.

Y DE VERDAD, SIENTO MUCHO COLGAR ESTA PIFIADA DE CAPITULO.

Pocos meses después de que comenzasen su relación, tanto Aioros como Camus les anunciaron la misma a sus compañeros, que lo aceptaron con una sonrisa y haciendo una pequeña celebración.

La vida seguía tranquila, el restaurante y el hotel funcionaban de maravilla y ellos eran felices.

Ocho años les había costado darse cuenta de lo mucho que se amaban, ahora, no tenían inconveniente alguno en demostrar abiertamente su relación.

Peor hubo algo que no se esperaban, y ocurrió aquella mañana, cuando ambos estaban preparando el comedor para las comidas.

-esto chicos-dijo Marcos

-¿pasa algo?-preguntó Aioros.

-hay afuera, hay un chico que dice que es tu hermano-dijo el español.

-¿Aioria?-dijeron mientras se miraban el uno al otro.

Salieron fuera y fueron hacía la zona de recepción, efectivamente cuando llegaron, encontraron a Aioria esperando de pie, llevaba una bolsa de viaje colgada en la espalda, y una maleta en el suelo a su lado.

-¿Aioria?-dijo Aioros.

-¿podemos hablar?-preguntó.

-yo no tengo secretos para Camus, si quieres que hablemos seremos los tres-dijo el de sagitario.

-por mí no hay problema-contestó.

-Gio, ocúpate de todo, vamos al despacho grande-dijo Camus avisando al italiano.

-no se preocupen, yo me encargo-contestó.

Condujeron a Aioria a un despacho de muebles oscuros, que tenía un sofá y varios sillones de color gris, y no pudieron evitar fijarse en que el de leo había ganado algo de peso y las profundas ojeras que adornaban su rostro.

-¿qué ocurre Aioria?-preguntó Aioros.

-veo que ahora sí que sois pareja-comentó Aioria al verlos cogidos de las manos.

-lo somos-contestó Camus.

-eso está bien, vosotros más que nadie merecéis ser felices después de lo que os hicimos-dijo el de leo.

-eso forma parte del pasado, ¿a qué has venido Aioria?-preguntó Aioros.

-comprendo que me odies Aioros, yo renegué de ti, y te aparté de mi lado, dije palabras odiosas y crueles, y me merezco tu desprecio, pero, necesito tu ayuda-dijo Aioria.

-¿mi ayuda?-contestó el de sagitario.

-digamos que Shaka, no era lo que todos creíamos-dijo el de leo.

-¿qué ha ocurrido?-preguntó Camus.

-al principio todo iba bien, el era todo lo que yo podía desear, amable, cariñoso, dulce, todo lo que le puedes pedir a tu pareja-comenzó a relatar Aioria.

-todo comenzó un día después de los entrenamientos, aquella mañana me tocaba entrenar con Mu, en una de las ocasiones, tropecé y perdí el equilibrio y él me ayudó a levantarme.

-cuando llegué a casa, Shaka comenzó a gritarme, diciendo que no era necesario que me acercase tanto a mis compañeros, yo al principio no le di importancia, pero la cosa comenzó a agravarse.

-insultos, gritos, y finalmente los golpes, incluso varias ocasiones prácticamente me forzó a hacer el amor con él, yo lo soportaba porque le amaba, pensé que por algún motivo estaba estresado, inventaba mil y una excusas para perdonar su comportamiento-continuó.

-luego, había ocasiones en las que él se arrepentía y me trataba como a un rey, dándome mucho amor y cariño, llenándome de atenciones y de regalos.

-pero…hace poco, Kanon y Milo tuvieron una preciosa niña, y yo les pedí que me dejaran cogerla en brazos, cuando iba a enseñársela a Shaka, él salió de la habitación sin decir nada.

-incluso siendo como soy el guardián de leo, aquella noche no pude casi ni defenderme de la paliza que me dio, estaba colérico, diciéndome que ni se me ocurriese traer a un mocoso al mundo, que como se me ocurriera nos mataría a mí y al bebé.

-cuando conseguí recuperarme, el comenzó a tener un extraño comportamiento, se iba temprano por las mañanas y volví ya de madrugada, con chupetones en el cuello y oliendo a alcohol y a un perfume que no era el suyo, tarde mucho tiempo en darme cuenta de que tenía un amante-continuó el de leo.

-finalmente, me enteré de que llevaba seis meses manteniendo una relación con Mu, el día que le dije que si ya no me amaba podíamos arreglarlo y quedar como amigos, el se volvió loco, me dio una paliza mayor que la anterior y prácticamente me violó, amenazándome con que a él no le abandonaba nadie y cosas por el estilo.

-luego se marchó del templo y estuvo dos meses sin aparecer, viviendo con Mu, manteniendo su relación con él.

-vino hace tres semanas y me dijo que se acababa, que ya no me amaba y que me abandonaba-finalizó.

-lo siento Aioria-dijo Camus.

-el caso, es que he tenido que renunciar a mi armadura y a mi templo por ciertos motivos y ahora no tengo ningún sitio al que ir-dijo el de leo.

-¿qué motivos has tenido para renunciar?-dijo Aioros.

-estoy embarazado, de cuatro meses, quiero tener al bebé, pero no deseo que se crie en el mismo ambiente en el que lo hicimos nosotros-dijo Aioria.

-¿y quieres quedarte aquí?-preguntó Aioros.

-ahora lo comprendo Aioros, cometí un fallo demasiado grande, fui un irresponsable y un inconsciente, actué movido por el orgullo, por el que dirán, por rencor y porque sabes que de entre los dos, yo siempre he sido el idiota de la familia-dijo Aioria.

-Aioria, voy a serte sincero, me hiciste mucho daño, destrozaste mi vida y me causaste gran dolor, pero a pesar de todo eso, yo sí que sigo considerándote mi hermano pequeño, puede que no pueda perdonarte desde un primer momento, pero si algo me ha enseñado este tiempo es que prefiero arriesgarme una vez más, a perder a mi hermano-dijo Aioros.

-gracias-dijo el de leo mientras ambos hermanos se abrazaban por primera vez en muchos años.

Los compañeros de Camus y Aioros, aceptaron y acogieron a Aioria como uno más, a pesar de su estado, el de leo comenzó a ayudar en el restaurante y en el hotel, y fue recuperando muy lentamente la relación con su hermano, aunque distaba mucho de ser perfecta, se iban ayudando el uno al otro.

Estando Aioria embarazado de ocho meses, Camus y Aioros le expresaron su deseo de casarse, y el de sagitario le pidió a su hermano que fuese su padrino de boda, cosa que el de leo acepto llorando a lágrima viva y pidiéndole mil y una veces perdón.

Fue una boda hermosa, decoraron un pequeño parterre en el jardín con lazos blancos, e invitaron a los clientes y a sus compañeros a la ceremonia, también acudió la diosa, a la que avisaron poco antes con una llamada telefónica, Saori fue la madrina de Camus.

El de acuario iba vestido con una sencilla camisa blanca y un pantalón azul oscuro, y Aioros, iba vestido con una camisa en un amarillo muy pálido y un pantalón de color marrón, la ceremonia fue corta pero hermosa, con la bendición de Atenea y de Aioria.

Poco después nacía Siro, el hijo de Aioria, un bebe regordete y hermoso, que heredó la castaña cabellera del de leo y los azules ojos de Shaka.

La vida continuó, trabajando en aquel que ahora era su hogar, con aquellos que ahora eran su familia, siguieron manteniendo contacto con la diosa, un año después de su boda, conocieron la noticia de que Shura y Saga se habían separado, pero aquello no les afectó, se notaba que eran felices, que estaban en paz y tranquilos, cuidando del pequeño Siro, que crecía poco a poco y era un motivo de alegría para todos.

Cinco años más tarde, Aioria comenzó una relación con Gio, que se enamoró de él nada más verle y que quería mucho al pequeño Siro, el italiano curó las heridas del corazón de Aioria, le supo dar su tiempo y luego, le entregó todo el amor que sentía.

También Oskar y Will se habían casado, y Ewan y Takesi decidieron marcharse, querían comenzar una nueva aventura juntos, recorrer mundo y afianzar una relación que acababa de comenzar, les prometieron que mantendrían el contacto.

Aioros tuvo dos abortos, pero al tercer intento, Camus y él se convirtieron en los padres de una niña a la que llamaron Lía.

Una de las pocas ocasiones en las que volvieron a tener noticias de santuario, fue cuando su diosa se presentó con un muchacho de quince años de pelo azul larguísimo y ojos marrones llamado Serehio.

Era el hijo de Saga y Shura, la diosa les informó de que el caballero de capricornio había renunciado a su armadura y templo y había desaparecido, y que el de géminis, había comenzado una nueva relación con uno de los guerreros divinos de Asgard y se había desentendido del muchacho.

Sabiendo del carácter noble que tenían los antiguos caballeros de acuario y sagitario, les pidió que acogieran al muchacho bajo su tutela. Un muchacho que les cogió cariño prácticamente en el momento en el que les vio, y al que a pesar de ser quien era, los caballeros adoptaron sin problema alguno.

En alguna ocasión recibieron cartas de Kanon, después de todo era el tío del muchacho, pero nunca fue a visitarle, nada se supo nunca del paradero de Shura, de si estaba vivo o muerto, y años más tarde, Saga se casó nuevamente y formó una familia alejado de un hijo al que olvido por completo.

Kanon dejó de enviar cartas a los dos años, Atenea al cabo de cuatro.

Camus, Aioros y Aioria junto a sus hijos, siguieron viviendo en Bérgamo, regentando aquel hotel restaurante que acabaron ampliando, el de leo se casó con Gio y tuvieron una hija en común a la que llamaron Samara.

Camus y Aioros, tuvieron a los mellizos, un niño llamado Serón y una niña llamada Reiven.

Nunca volvieron al santuario, y tampoco volvieron a saber nada de sus compañeros.

Pero ellos se arriesgaron a amar y salieron victoriosos, y cualquier dolor, cualquier pesar, fue olvidado y sustituido por el amor que sentían el uno por el otro.

Notas finales:
Hasta la proxima historia. un beso desde Valencia, España.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).