Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diario de un Shinigami Acosado por kazenoserei

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los acosadores empiezan a mover ficha. ¿Que hará Renji?

Descubranlo y disfruten de otro capítulo.

Capítulo 2: “Acosadores en Karakura”

 

Querido diario:

¡¡¡Aagghhh!!! ¡¡¡Lo hice de nuevo!!! Sencillamente me doy cuenta demasiado tarde, ¿en verdad seré tan torpe? Me estoy cuestionando ello, tantos años de hacerme el torpe creo que me fusioné con el personaje demasiado.

Bueno, dejando eso de lado y aprovechando que tengo la noche libre, continuaré con mi relato.

 

Llegamos en grupo a Karakura ya que además de Rukia y yo se nos unieron Ikkaku, Yumichika (alias: no dejo solo a mi calvito), Matsumoto-san y Hitsugaya taicho; el hecho es que encontramos a un decaído Ichigo por la derrota que sufrió. Al parecer estaba teniendo problemas con su hollow interno por lo que después de unas “palabras” de Rukia se tranquilizó un poco; Hitsugaya taicho le explicó la nueva situación con estos Arrancar y que nos quedaríamos en la ciudad hasta nueva orden; rápidamente se ofreció para hospedarme.

-Renji, podrías quedarte aquí. Sería lo mejor –dijo con una mirada totalmente pervertida.

Rukia me salvó sin darse cuenta; dijo que hablaría con Urahara para que me de alojamiento, ya que los otros se marcharon por su cuenta. Mientras Rukia convencía a la familia de Ichigo de quedarse en la casa, yo esperaba junto a éste en su cuarto; en realidad estaba siendo acorralado contra la pared.

-Renji… ¿Por qué no quieres quedarte conmigo? –susurró en mi oído mientras sus manos descansaban cerca de mi cabeza contra la pared –No haré nada que no te guste.

-Ichigo, te lo dije antes y te lo vuelvo a decir, estas bromas no me gustan –dije en un tono serio, sin mostrar ninguna reacción, aunque lo único que quería hacer en ese momento era salir corriendo.

-Y te repito que no es broma. Me gustas… y mucho –dijo lamiéndome la oreja, ante lo cual un estremecimiento me recorrió por todo el cuerpo. Juntando fuerzas lo empujé con las dos manos alejándolo de mí, tratando de que no note lo afectado que me encontraba. Lo miré lo más serio que pude y dije:

-Ichigo, soy un hombre. No continúes con estas acciones o juro que te mataré –le lancé una mirada asesina para ver si captaba el mensaje y el muy maldito haciéndome frente me contestó:

-No temo a tu espada Renji. Y me tiene sin cuidado que seas un hombre, soy muy consciente de ello y no me detendré hasta que seas mío –decía mientras avanzaba de nuevo en mi dirección. Tenía que salir rápidamente de mi gigai para demostrarle que hablaba en serio, pero más avanzaba, más me paralizaba. Antes que pase a mayores entró Rukia algo perturbada diciendo:

-Ichigo, Renji, estamos bajo ataque de los Arrancar. Seis de ellos –mostrándonos el radar –Al parecer atacaran a cualquiera que tenga reiatsu.

-¡Maldición! Debemos ir por Chado, todavía está siendo curado por Inoue –dijo Ichigo cambiando a shinigami y saliendo por la ventana seguido por Rukia y yo.

-Rukia, me comunicaré con Hitsugaya taicho, enseguida los alcanzo –dije mientras salía de mi gigai e intentaba comunicarme con los demás –Ten cuidado –le solté por lo bajo.

-No te preocupes Renji, trataré de dejar algo para ti –dijo mientras seguía a Ichigo.

Para cuando los alcancé nuevamente un extraño arrancar de pelo azulado estaba frente a Rukia e Ichigo. Vi como Rukia le gritaba algo a Ichigo siendo atacada casi al instante por el arrancar, hiriéndola gravemente. Ichigo parecía no poder reaccionar y cuando el arrancar estaba por rematar a Rukia intervine fieramente:

-¡Aúlla, Zabimaru! –grite mientras me lanzaba contra el arrancar para alejarlo de Rukia. Éste casi sin inmutarse bloqueó mi ataque y alzando la mirada me miró como quien descubre un nuevo tipo de dulce.

-Interesante, otro shinigami. ¿Quién eres tú? –dijo relamiéndose.

-Abarai Renji, teniente del sexto escuadrón del Gotei 13. “Arrancar” –dije con furia por no haber impedido que mi amiga saliera herida.

-¿Así que un shinigami de alto rango? Esto se pone más interesante, Renji –dijo acercándose desafiantemente hacia mi.

Intenté atacarlo, mis alarmas se dispararon cuando el arrancar dijo mi nombre de esa manera tan desafiante, sin embargo, antes de darme cuenta estaba a mi lado. Este tipo era realmente fuerte, y para el colmo todavía no nos daban carta blanca con los sellos de los limitadores. Con mi nivel actual no le haría ni un mero rasguño, así que di un paso para liberar mi bankai y allí estaba otra vez, pero ahora agarró mi mano que empuñaba a zabimaru, arrebatándomela y tirándola lejos.

-¿Qué rayos? –dije asustado del poder de éste tipo –Cuando…

No pude continuar porque sosteniendo todavía del brazo, me estampó con violencia contra una pared y acercándose a mi oído dijo:

-No es “arrancar”, mi nombre es Grimmjow –y aspirando cerca de mi cuello, continuó –Hueles delicioso, Renji…

-A… Aléjate –me removí con furia sin lograr moverlo a pesar de mis esfuerzos.

-Dime una cosa, ¿hasta donde llegan estos tatuajes? –dijo mientras recorría con sus dedos los tatuajes de mi cuello.

-¡Tú, maldito! –escuché a Ichigo gritar –Aleja tus zarpas de Renji. Él es mío –dijo Ichigo mientras atacaba al arrancar llamado Grimmjow.

-¿Quién demonios te crees? Estúpido shinigami sustituto –grité enojado, dejándolos enfrascados en su pelea para ir a atender la herida de Rukia. En ese momento no me importó quien ganase, al sobreviviente lo mataría con mis propias manos por pervertido; sin embargo la pelea entre Ichigo y Grimmjow no duró demasiado ya que apareció de repente el ex-capitán Tousen para llevarse al arrancar. Antes de irse me gritó:

-Recuérdame Renji, la próxima vez que nos crucemos te llevaré conmigo.

-Nunca te lo permitiré, Grimmjow –le contestó Ichigo antes de que pudiera abrir mi boca.

-Kurosaki Ichigo, tu patético poder no podrá impedirlo. Te arrebataré al pelirrojo tan fácilmente como quitarle un dulce a un niño, es una promesa –dijo Grimmjow antes de desaparecer junto a Tousen.

-¿Que se creen que soy? –les grité enojado, esto ya había pasado mi limite de tolerancia.

Después de ello, llevamos a Rukia donde Inoue, quien curó sus heridas. Ichigo estaba sospechosamente callado, como si las palabras que le había dicho el arrancar le hubieran afectado notablemente. Era cierto que no podíamos hacer frente a esa fuerza que representaba el enemigo pero tampoco era para deprimirse, desde mi punto de vista, sólo teníamos que entrenar más duro para hacernos más fuertes; pensamiento que al parecer compartimos todos, ya que unos días después Ichigo se fue a buscar la forma de dominar a su hollow y así hacerse más fuerte. Rukia e Inoue fueron a la Soul Society, después de que Urahara-san se negara a entrenar a Inoue; el Quincy ya llevaba tiempo sin aparecer y Sado fue puesto a entrenar conmigo a pedido de Urahara-san, como pago por el hospedaje que me brindaba (maldito tendero manipulador).

En ese tiempo disfruté el hecho de entrenar con Sado, en realidad mis alarmas se tomaron un buen descanso de tanto acoso. Pero nada es para siempre y mis sentidos de alerta pronto volverían a dispararse.

Fue durante una noche, después de casi dos meses de comenzar a entrenar con Sado, Urahara-san nos dio por fin un descanso y yo había salido, sin mi gigai, a dar un paseo por los alrededores y de paso vigilaba la actividad de los hollows. En las inmediaciones de un parque algo me paralizó; un extraño reiatsu se sentía en el aire y no lograba a identificarlo.

-¿Qué es esta sensación? –recuerdo haber preguntado –Se siente como si fuese… -y no pude decir más nada porque surgiendo de las sombras apareció Ichigo.

-¿Ichigo? –pregunté sorprendido y queriendo corroborarlo -¿Este reiatsu es tuyo? –Ichigo asintió acercándose lentamente.

-He logrado dominar a mi hollow interno y gracias a ello mi poder ha aumentado. ¿No es esto bueno?

-Claro Ichigo, en realidad ahora todos hemos estado entrenando para hacernos un poco más fuertes, pero como siempre eres asombroso, siempre un paso adelante de nosotros –dije esto sin envidia alguna, era la realidad. Casi podía decir que Ichigo era un prodigio en esto de aumentar su poder, ya lo había demostrado en el rescate de Rukia cuando en solo dos días dominó el bankai.

-Y ahora nadie podrá arrebatarte de mi lado –dijo a escasos centímetros de mi cara.

-¿Eh? –dije mientras pensaba: ¿En que momento llegó a mi lado? –De nuevo con eso Ichigo, ¡vamos! –y cambiando mi expresión a una más seria continué –Te lo diré una vez más Ichigo, ¡me gustan las chicas!. Te considero un amigo, por favor no dañes esta amistad por algo tan egoísta, ten en cuenta mis sentimientos –y dando media vuelta para volver donde Urahara-san dije a modo de despedida –Debo volver al entrenamiento, deberías hacer lo mismo. Nos… -y no pude terminar la frase porque sentí como me jalaba del brazo y me ponía contra un árbol.

-I… Ichigo… -trastabillé con las palabras al sentir su cuerpo sobre el mío, sus manos sosteniendo las mías por sobre mi cabeza y su cara apenas separada de la mía.

-Renji, eres tú quien no considera mis sentimientos. Todo este poder que alcancé lo hice pensando siempre en proteger lo más preciado para mi, y eso eres tu, ¿es tan difícil aceptarlo? –sus ojos me parecían tristes –Por favor no me digas otra vez tan directamente que te gustan las chicas, eso duele –susurró por lo bajo y hundiendo su cara contra mi cuello, dejó mis manos libres para abrazarme.

Un sentimiento de culpa me invadió de pronto, tal vez había sido demasiado cruel con él; pero rápidamente ese pensamiento abandonó mi mente. El muy desgraciado aprovechando que había bajado la guardia, empezó a mover sus manos por mi espalda.

-Ichigo, ¿Qué estás haciendo? –dije enojado –Tú no quieres que yo sea cruel contigo pero ¿que me dice de tu comportamiento? Basta –intentando separarme de él.

-Renji… No me rechaces –dijo con una extraña voz ronca –Por favor, déjame estar así solo un momento más.

-Pero mantén quietas tus manos o te las corto –le advertí suspirando resignado ante el extraño comportamiento de Ichigo. Nunca voy a aprender, soy demasiado amable ante la suplica de alguien; así que lo dejé estar por unos instantes, como si de un hermano menor se tratase.

-Ichigo, ya es suficiente. Debo volver a lo de Urahara-san –dije cuando había pasado un tiempo prudencial. Además, sentir el aliento de Ichigo cerca de mi cuello no era agradable; mis alarmas centellaban en todos colores.

-Renji… -murmuró y sentí sus labios presionando fuertemente en mi cuello. Para cuando pude separarme, haciendo acopio de toda mi fuerza para alejarlo, el cuello me ardía allí donde había apretado el desgraciado. Masajeando mi cuello, recuerdo haberle gritado:

-¡Eres un idiota! No te vuelvas a acercar a mi, maldito Kurosaki Ichigo. ¡Pervertido! –y salí a toda velocidad, dejándolo solo. Y yo que lo había considerado un amigo y un hermano; me sentía enojado por lo estúpido y torpe que era al confiar en él por unos instantes.

Cuando llegué a la tienda de Urahara-san, Sado y Urahara estaban tomando té. Estos me miraron raro e intercambiando una mirada entre ellos me dijeron:

-Abarai-san, ¿Qué te pasó? ¿Acaso te encontraste con algún hollow? Lo digo por el moretón en tu cuello –dijo Urahara-san escondiendo su rostro detrás de su abanico.

-¿Eh? –contesté sorprendido y sin más me dirigí rápidamente al baño donde en un espejo descubrí para mi horror una gran marca en la parte derecha de mi cuello. Fui directamente al cuarto a recostarme, maldiciendo internamente a Ichigo por la vergonzosa marca que ahora tenía.

En la mañana desperté de muy mal humor, toda noche había tenido pesadillas en donde yo era un minúsculo ratoncito en las garras de unos hambrientos gatos. Me dirigí sin desayunar al área de entrenamiento, lo sentía por Sado pero hoy sería duro; necesitaba descargar mi rabia y que mejor para ello que entrenando; sin embargo no sería mi día de suerte. No había terminado de bajar cuando se sintió la apertura de una garganta y el reiatsu de cuatro espadas sobre la ciudad.

-¡Día completo! –grité al aire. Bueno al menos podría ir a luchar con alguno de ellos y sacarme la rabia de encima. Al menos eso pensé, ya que al subir nuevamente, Urahara-san no permitió que fuéramos al campo de batalla, aludiendo que necesitábamos descanso, por lo que nos dejó a cargo de la tienda y fue en nuestro lugar.

Por las dudas me aposté fuera de la tienda, dejando descansar a Sado. Ya que no podía luchar al menos estaría alerta por cualquier cosa que ocurriese.

No había terminado de apostarme fuera de la tienda cuando sentí la presencia del arrancar llamado Grimmjow, ¡justo a mis espaldas! Sorprendido me giré para confirmarlo y era cierto, allí estaba, aunque algo había pasado ya que noté que tenía solo el brazo derecho.

-Nos volvemos a encontrar, Renji –lo dijo lentamente, relamiéndose con cada palabra.

Me puse en guardia al instante y el arrancar, en un microsegundo, estaba frente a mí acariciándome la mejilla.

-¡Oh, rayos! Aquí vamos otra vez –murmuré por lo bajo.

-Dime Renji, ¿acaso me extrañaste un poquito? –seguía con su mano en mi mejilla.

-Ya déjate de palabras “arrancar”. Pelea si es que vas a pelear o lárgate de una vez –furioso, aparté su mano violentamente.

-Es Grimmjow, no “arrancar”. Tendré que castigarte… -me miró sobresaltado -¿Qué rayos es eso en tu cuello?

-¡Que demonios te importa! –le grité y agregué –¿Acaso yo te pregunto por tu brazo? Déjame adivinar: metiste tu mano donde no debías y te la cortaron por pervertido.

-No cambies de tema. Fue ese Kurosaki ¿verdad? Porque si es así, lo buscare y lo haré picadillo en este instante. Nadie marca lo que es mío –dijo tomándome por la ropa y acercándome a él.

-¿Quién es tuyo? No te la creas tanto arrancar –separándome violentamente de su agarre y enfrentándolo zanpakutou en mano.

-¡Tsk! Solo son pequeños detalles; si yo digo que algo es mío lo es y punto. Pero antes de irme… -a pesar de solo contar con un solo brazo debo admitir que era muy fuerte porque en un segundo me desarmó, (todavía tenía el limitador por eso pudo hacerlo sino pareciera que soy un debilucho) y me mordió enérgicamente en el lado izquierdo de mi cuello.

-¡Suéltame maldito desgraciado! –le grité tratando de zafarme. La mordida me estaba doliendo horrores y si forcejeaba mucho me arrancaría un pedazo de cuello, por lo que lo intenté de otra forma:

-Hadoh no sanjuuichi: “Shakkahou” –rápidamente me soltó, alejándose un poco. Para mi mala suerte, solo pude rozarlo con ese ataque; aunque fue milagro que no me estallara en mi propia cara, dado que soy poco hábil con el uso del kidoh.

-Eres malo Renji –con una gran sonrisa en la cara –Ahora que ya tienes mi marca, solo me resta deshacerme de la competencia y serás todo para mí. Volveré por ti luego –marchándose tan rápido como había llegado.

 

Esto ya era desesperante; primero Ichigo y ahora el arrancar. Lo que me llevaba a preguntarme que era lo que había hecho para merecer todo esto. Y esto era nada comparado a lo que tenía reservado el destino para mí.

 

Continuará

 

Notas finales:

Espero que les halla gustado. Realmente agradesco el trabajo que se toman de leer este fic. Gracias!!

No olviden de dejar comentarios, que eso, aunque parezca tonto, me hace feliz :P

Bss!

Bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).