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Despertar de primavera por x_tirana

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Notas del capitulo:

Holaaaa a todos!! GOMENASAIIIII POR EL RETRASO T^T

espero que les guste a pesar de todo (trate de redimirme un poco por el "lemon" del capitulo anterior...

gracias por leer!!

matta ne!!

Byakuya se entrego completamente al beso que le propinaba su subordinado. Podía sentir sus carnosos e inexpertos labios deslizarse tímidamente sobre los suyos. Había comenzado violentamente pero poco a poco fue mostrando esa faceta torpe e inocente que tanto le fascinaba. Se notaba a simple vista que esta era la primera vez que se dejaba llevar por un impulso de esta clase y eso le gustaba. Su primera vez... no pudo evitar sonreír ante la idea. Quería enseñarle todo lo que sabía y más. Miles de pensamientos pervertidos cruzaron todos juntos por su mente. Tal vez hasta lo obligue a que me diga “profe”, pensó. Ese colorado de tatuajes sexys era un lienzo en blanco sobre el cual dibujaría gustoso todas sus fantasías.

 

Tomó el control de la situación de inmediato. Lo atrajo por la cintura para poder unir sus cuerpos y lo besó apasionadamente. Exploró con su lengua inquieta toda su boca una y otra vez. Solo la maldita necesidad de aire los hacía separar pero por un instante para luego volver con desesperación a su tarea. No podía más, tenía que llevar las cosas al siguiente nivel. Ya sentía como su erección se clavaba en el miembro despierto de su amante.

 

- Tenía razón, realmente eres todo un niño...- dijo con tono pícaro. Renji lo miró extrañado- …y uno muy malo. Por suerte estoy aquí para mostrarte como se deben hacer las cosas. Eso sí, tendrás que hacer todo lo que te diga…

 

- O sea, como siempre…- bromeó con una simpática mueca y lo besó nuevamente. Se soltó el cabello, quería estar lo más cómodo posible. Byakuya tomándolo del pelo con suavidad, lo empujó hacia el suelo hasta dejarlo arrodillado frente a él mientras se quitaba con asombrosa rapidez la parte inferior de su uniforme. Su hombría saltó de su encierro ante sus ojos.

 

- Lámela como si fuera una paleta- ordenó con media sonrisa. La respiración del colorado se aceleraba. Al fin una orden que cumpliría sin replicar. Se relamió casi sin darse cuenta. Estaba a punto de agarrarlo cuando lo interrumpió- pero no uses tus manos…aun…

 

Quien pudiera resistirse a una petición así. La morbosidad en su voz lo excitaba. Devoró por completo su entrepierna sin preámbulos. Había imaginado ese momento muchas veces como para dejarse intimidar. Jugueteó con la punta, presionándola con sus labios. Succionaba y humedecía su glande con devoción; movía su cabeza de adelante hacia atrás recorriendo toda su longitud, abarcando todo lo que podía. Lamía repetidamente a los costados hasta llegar a la base donde se concentraba en sus testículos, masajeándolos dentro de su boca.

 

- Ah… Ren…ji….- Byakuya estaba que explotaba, le gustaba demasiado como para contener sus gemidos o apartar sus ojos de él. Verlo lamer su anatomía frenéticamente a sus pies… no encontraba palabras para describirlo. Se dio cuenta que se vendría en cualquier momento.

 

Lo levantó del suelo y lo abrazó a su cuerpo. Sin darle tiempo a reaccionar lo besó con deseo mientras le desataba el Obi. Sus ropas cayeron al suelo de inmediato. Renji no tenía ni idea de lo que le tenía planeado su capitán, pero a esta altura francamente le importaba muy poco si seguía sintiéndose así de bien. El noble estrujó la erección de su amante frotándola contra la suya. El colorado gimió de manera escandalosa, ya no se creía capaz de obedecer la orden de su taicho de no tocarlo. Masturbándose mutuamente y devorándose la boca llegaron al anhelado clímax.

 

La espera realmente había valido la pena: fue mucho mejor de lo que lo había imaginado y esto apenas estaba comenzando. Allí lo tenia, jadeante y semi recostado sobre su vientre cubierto de la semilla de ambos. Era una imagen realmente sexy. Acarició esa adictiva cabellera rojiza para llamar su atención y llevó sus dedos a la boca, no sin antes acariciar en forma provocadora el semen esparcido encima suyo. Tragó todo lo que había recogido ante la mirada atenta de su teniente y sin decir una sola palabra los metió en su entrada mientras estimulaba su pene. Jamás pensó que su taicho pudiera llegar a ser tan descaradamente pervertido. Boquiabierto, Renji no paraba de tocarse. Verlo allí recostado con las piernas completamente abiertas, retorciéndose, tratando que tres de sus dedos llegasen tan profundo en él como les fuera posible realmente lo sorprendió. Se sentía como un animal salvaje. Quería abalanzarse sobre él de inmediato, hacerlo suyo ya y hacérselo decenas de veces. Si seguía así se vendría solo con escuchar sus gemidos.

 

- Ahora es tu turno… - jadeó. El colorado salió de su trance. Obediente, humedeció sus dedos los metió en lugar de los de Byakuya. Los movía en círculos y los introducía lo más que podía mientras jugueteaba con sus endurecidos pezones. Este niño aprendía con rapidez. Realmente era tan inocente como pensaba? Sus manos no dudaban al tocarlo, su boca le propinaba besos en los lugares más inconvenientemente adictivos. Dónde estaban o qué estaban haciendo allí? Eso no importaba en ese momento, solo ellos. Ya no recordaba la última vez que había sentido tanto deseo por otra persona o si es que alguna vez lo había hecho. Inclusive aquel que le había enseñado todo lo que sabía no era comparable a su querido teniente. Para esa persona su cuerpo no era más que un juguete que le traía placer por algunas horas. En cambio Renji le estaba dando a conocer toda una gama de sensaciones que nunca había sentido. Con él era distinto. Ellos se amaban y lo sabía. Era como hacer el amor a colores… colores brillantes. Sí, su maestro fue el primero en su vida pero eso era algo que no había podido enseñarle.

 

Byakuya estaba al límite otra vez, retrasar el orgasmo le estaba resultando una tarea difícil. No quería llegar sin tener la oportunidad de sentirlo dentro.

 

- Ahhh… métela… Renji métela… - estaba completamente entregado. No quería admitirlo pero estaba nervioso. Este niño estaba haciendo estragos con su personalidad. No era común en él sentirse así, todo lo contrario, él era el que provocaba esto en los demás. Sin pecar de vanidoso, sabía que podía tener a sus pies a quien quisiera cuando quisiera. Y ahora encontrarse en esa situación por alguien siglos menor era vergonzoso. Observó el sudor escurrir por su cuerpo perfectamente torneado, delineando sus abdominales, siguiendo las líneas que dibujaban sus tatuajes hasta perderse en sus caderas. Ok, qué estaba diciendo?

 

Su teniente, de pie frente a él, lo miró por un instante que le pareció una eternidad. Se acercó nuevamente mientras se dedicaban miradas llenas de deseo. Comenzó a penetrarlo con delicadeza sin perder detalle de cada expresión en el rostro del moreno. Sus piernas ya no le respondían. Se debilitaban con cada centímetro que su hombría se adentraba en el noble. Casi pierde todo el control en el preciso instante en el que sintió el cuerpo de Byakuya reaccionar violentamente a su roce: sin dudas había tocado ese punto que lo volvía loco de placer. Comenzaron a mover sus caderas al unísono. Renji estrujó las nalgas de su amante con sus manos para impulsarse mejor, masajeándolas con fuerza. Cada gemido proveniente de los labios de su capitán provocaba que sus estocadas fueran más bruscas y rápidas. Byakuya cerró sus ojos y apretó sus manos al borde de la mesa. Solo los sonidos de su ronca respiración lograban escaparse de su boca. Quería gritar “MÁS” para que todo el Seiretei pudiera escucharlo pero concentró todas sus fuerzas en disfrutar al máximo de lo que su subordinado le estaba dando. Y de qué manera…

 

Lo besó con la misma desesperación que antes mientras movía su mano de arriba abajo sobre su pene. Estaban llegando. Sentía como un choque eléctrico se apoderaba de su cuerpo, aumentando a cada segundo su intensidad. Un último gemido ahogado entre sus besos. Una última caricia. Renji terminó primero inundando el interior de su taicho. Este lo siguió segundos después de sentir esa deliciosa descarga.

 

El colorado se sentó a un costado cubriendo precariamente sus partes intimas con su uniforme mientras veía a Byakuya vestirse. Estaba algo confundido: cómo continuaba todo esto? Ya eran oficialmente una pareja o qué? Se había dejado llevar todo este tiempo y su escasa experiencia en este campo no ayudaba mucho. El novio de Byakuya Kuchiki. Esa idea cruzó por su mente y le agradaba como se oía. Tal vez debería preguntárselo o no? Después de todo eso es lo que tenía planeado hacer antes de que sus hormonas tomaran el control. Renji no llegó ni a abrir la boca cuando su taicho lo interrumpió.

 

- Renji,- dijo sin mirarlo- tengo que llevarle la información que encontramos al Comandante Yamamoto. Te veré más tarde en el escuadrón.- y sin decir otra palabra se dirigió a la salida.

 

El colorado no lo podía creer: se había ido y lo peor de todo, lo había tratado como si nada hubiera pasado. Genial, la incertidumbre volvía. Ahora no sabía si pensar si lo había usado o si quería prevenir que Aizen lo lastimara.

 

Byakuya caminaba con prisa hacia el primer escuadrón sumido en sus pensamientos. Las calles estaban casi desiertas, era aun muy temprano. No estaba acostumbrado a ese sentimiento. Estaba feliz. Estaba feliz. Aun después de repetírselo a si mismo cinco veces sonaba raro. Repasaba en su mente una y otra vez esa fantástica noche. Inclusive ya estaba planeando lo que le haría la próxima oportunidad. A cada paso se convencía más de que no dejaría que Renji se apartara de su lado. Haría que las cosas funcionaran a cualquier costo. Impediría que Sousuke arruinara su vida… otra vez.

 

 

Notas finales:

*¬* espero que este capitulo haya cumplido... por lo menos a mi me gusto escribirlo (e imaginarlo XD)

hasta la proxima!!

 matta ne!!


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