Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 2: "El final de la venganza":

 

El de ojos azules no sabría explicar muy bien cómo ocurrió todo, pero cuando se quiso dar cuenta estaba tirado en el suelo boca arriba, con Itachi sujetándole firmemente el rostro para asegurarse de que le veía a los ojos. Al tener esos ojos rojos con tres pequeñas comas negras en su interior tan cerca, los odió mil veces más.

 

Alzó una mano al aire, deseando darle un zarpazo con todas sus fuerzas en los ojos. Tal vez no era lo bastante poderoso como para matarle, pero se aseguraría de dejarle lo suficientemente dañado.

 

Para su mala suerte, Uchiha reaccionó a tiempo y de un salto se apartó hacia atrás, quedando de pie frente a él.

 

─Te pido que no intentes dañar mis ojos de nuevo, Naruto-kun ─habló serio.

─¡Odio tus ojos! ─le gritó poniéndose de pie para volver a atacarle.

─¿Odiarlos? ─preguntó con rostro inexpresivo, observando lo que hacía el otro─. No insistas. Ya te he dicho que no estoy interesado en pelear contra ti.

─¡No te irás de aquí! ─Corrió hacia él─. ¡Te mataré, Uchiha!

 

Itachi frunció levemente el ceño. Junto a sus pies halló una de sus bombas de humo. Rápidamente tomó una y la lanzó cuando Naruto estaba a unos pasos de él.

 

─¿Q-qué...? ─balbuceó sorprendido, deteniéndose en medio de la nube de humo. Sus tres colas se movían de forma errática debido al desconcierto. Se cubrió la boca con un brazo cuando empezó a toser─. ¿Qué es este humo? No hay fuego. ¿De dónde ha salido?

 

Naruto no pudo reaccionar cuando de entre el espeso humo vio aparecer a Itachi con gran velocidad. Sintió una de las manos del más alto sujetarle por la nuca y atraerle hacia él, quedando su rostro a escasos centímetros del otro. Nuevamente tenía esos ojos odiados tan cerca.

 

Pero no tuvo tiempo de pensar nada más cuando vio los ojos de Itachi cambiar de forma.

 

─¡Mangekyou sharingan!

 

Naruto abrió la boca, incapaz de emitir sonido alguno. Cerró los ojos con fuerza y se llevó las manos a la cabeza al sentir un terrible e intenso dolor.

 

El kitsune abrió los ojos, percibiendo que se encontraba en una parte del bosque que hacía más de cien años no había visitado. Había una cueva frente a él. En esa cueva vivió con sus padres. No había rastro de Itachi.

 

─Yo... ¿Qué hago aquí? ─se susurró desconcertado.

─Deja libre... a Kushina...

 

Las orejas peludas de Naruto se alzaron al instante cuando reconoció aquella voz que en ese momento se escuchó débil.

 

─Papá... ─susurró emocionado.

 

Al voltear, un grito quedó ahogado en su garganta al ver a su padre bastante malherido. Y a unos pasos de ahí, dándole la espalda, vio a su madre siendo retenida por los brazos de aquel Uchiha que tanto odiaba.

 

─Ella ahora es mía ─habló el pelinegro─. Y si para que dejes de molestar tengo que matarte, lo haré. Además, me parece interesante matar a un kyuubi. ─Sonrió burlón, sabiendo que el rubio no atacaría mientras utilizara a la mujer como escudo. Sus ojos rojos emitieron un leve brillo de diversión y malicia. Con rapidez liberó a la pelirroja al tiempo en que desenvainaba una espada y saltaba sobre el otro─. ¡Muere!

 

Minato se preparó para recibir el ataque y poder contraatacar, ahora que no utilizaba a Kushina como escudo tal vez podría darle algún golpe certero. Aunque ese Uchiha era fuerte.

 

─Cualquier cosa que quieras hacer, es inútil. El kyuubi es débil frente a un Uchiha.

 

─¡No...! ─gritó Naruto con desesperación, pero nadie parecía escucharle─. ¡Papá! ¡Mamá! ─Se cubrió el rostro con ambas manos, sabiendo que pasaría después, y él no quería volver a ver aquello.

 

Uchiha se preparó para atravesarle el pecho con su espada a Minato, pero no contaba con que Kushina se abrazaría al rubio, protegiéndole con su cuerpo. El pelinegro no pudo detenerse a tiempo aunque hubiese querido, y acabó atravesando el pecho de ambos con la espada, aunque sólo perforó el corazón del rubio. A la pelirroja le dañó la parte derecha del pecho.

 

Naruto sintió un líquido caliente salpicar en sus manos y la parte de su rostro que quedaba descubierta. Y él lo sabía, era la sangre de sus padres.

 

─¿¡Así que prefieres morir antes que quedarte conmigo!? ─Se escuchó furiosa la voz del pelinegro─. ¡Pues entonces muere tú también!

 

El pequeño kitsune se encogió levemente al escuchar el desgarrador grito de dolor de su madre acompañado del sonido de la espada clavándose en su carne nuevamente. Separó levemente los dedos para observar entre ellos de forma temblorosa, hallando los cuerpos de sus progenitores sin vida tirados en el suelo sobre un charco de sangre.

 

─¿Po-por qué estoy viendo esto otra vez? ─susurró de forma inaudible, sintiendo las lágrimas agolparse en sus ojos con rapidez─. ¿Por qué?

─¡Hum...! ─Uchiha sonrió con sorna, volviendo a coger su espada. La sacudió una vez, con fuerza, para retirar el exceso de sangre de la hoja─. Después de todo no me has servido de nada ─comentó mirando a la pelirroja.

 

Cuando las lágrimas descendieron por sus mejillas, dejándole la visión más clara, ya no se encontraba frente a la cueva. Ahora estaba donde había peleado contra Uchiha Itachi. Nuevamente le dolía la cabeza, y apenas podía mantener los ojos abiertos. Lágrimas corrían sin control por su rostro. Intentó levantarse del suelo, pero no tenía fuerzas suficientes para hacerlo.

 

¿Qué había sido todo eso? ¿Un sueño? No. Más bien una pesadilla muy nítida.

 

Su cuerpo tembló levemente, totalmente agotado, sintiéndose incapaz de seguir con su apariencia semihumana por más tiempo. Volvió a cerrar los ojos con pesadez, esta vez siendo un pequeño zorro de pelaje naranja claro, con las puntas de las orejas y la cola de color blanco.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Cuando Itachi llegó a su casa, lo primero que hizo fue dirigirse a la habitación de Sasuke. Como la puerta estaba abierta, ingresó sin más, pero su hermano no estaba allí. Vio un futón extendido junto a la cama de Sasuke, con el cobertor bastante lejos de éste.

 

Se arrodilló junto al futón, observándolo minuciosamente, como esperando encontrar algo. Y efectivamente, algo halló: un corto pelo de color rubio.

 

─Es de Naruto-kun, sin duda ─se susurró, incorporándose.

─Hermano, ¿cuándo has llegado? ─preguntó Sasuke desde la puerta de su habitación. Llevaba ropa más cómoda, una toalla colgada sobre los hombros y tenía el cabello algo húmedo después de su reciente baño.

─Ahora mismo ─contestó mirándole.

─Te esperaba desde hace horas. Antes de marcharte a la misión dijiste que regresarías al décimo día por la mañana, y ya casi es de noche. ─Se revolvió los cabellos con una mano por detrás, queriendo despeinarlos un poco─. ¿Ha habido algún problema en la misión? ─preguntó con aire casual, adentrándose en la habitación.

─Ninguno ─fue toda su respuesta─. Sasuke... ¿quién ha dormido aquí en mi ausencia?

─Nadie ─respondió sereno.

─¿Y qué hace ahí ese futón?

─Lo saqué... para poder buscar una cosa en el armario.

─¿Una cosa? ─repitió.

─...unos kunai que guardé ahí hace tiempo ─dijo finalmente.

─Un armario no me parece el lugar indicado para guardar las armas, Sasuke.

─Ya... Ya... ─Rodó la mirada con hastío mientras se aceraba y empezaba a doblar el futón con cierta prisa para después guardarlo en el armario junto con el cobertor.

─Sasuke...

─¿Y ahora qué?

─¿Recuerdas cuando eras pequeño y te hablaba sobre los kitsune de Inari-sama?

 

El menor se detuvo unos segundos antes de cerrar el armario. Volteó a ver al mayor con cierto aire de intriga y desconfianza a la vez.

 

─Más o menos... ¿Por qué?

─Recuerdo que por aquel entonces me dijiste que no creías que los kitsune existieran. Pero ahora... ¿lo crees?

─No. Sigo pensando que son cuentos fantasiosos para niños que no quieren dormir.

 

Itachi observó con fijeza a su hermano al escuchar esa respuesta. Sasuke mentía.

 

─Sasuke... ─le llamó nuevamente─. Si alguna vez por casualidad vieras un kitsune...

─Ya te he dicho que no creo en... ─interrumpió, pero él también fue interrumpido por su hermano.

─Me lo dirías, ¿verdad? Sabes que desde hace años deseo encontrar a un kyuubi para medir mi capacidad.

─No te lo diría porque nunca voy a ver un estúpido kitsune, porque... no existen ─recalcó.

─Claro, Sasuke... Como digas. ─Le observó unos segundos antes de salir de allí.

 

El menor frunció el ceño. Todo aquello había sido muy raro. De la nada Itachi llegaba hablando sobre los kitsune y kyuubi. Pero era imposible que supiera algo sobre lo ocurrido en su casa esa tarde si acababa de llegar ahora después de haber estado fuera diez días en una misión... ¿Verdad?

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

A la tarde siguiente, Sakura y Sasuke caminaban por las calles de Konoha con tranquilidad. Hacía unos minutos se habían despedido de Sai y Kakashi sensei. Acababan de llegar de una misión.

 

─Ne... Sasuke-kun ─le llamó dubitativa, observándole de soslayo con cierta timidez. Todavía se sentía algo avergonzada por lo ocurrido la tarde anterior en la casa del pelinegro─. ¿Te apetece que salgamos esta noche? Mn... ya sabes... una cita ─se atrevió a decir. Después de todo Sasuke ya sabía sobre sus sentimientos.

─No ─fue todo lo que dijo, sin dejar de mirar al frente.

 

La chica se quedó de piedra un instante, pero rápido reaccionó.

 

─Oh, entiendo. Hoy estás ocupado. ¿Entonces salimos mañana? ─preguntó con una sonrisita forzada.

─Tsk...

 

Estaba por contestar con otra negativa cuando una pareja de ancianos se detuvieron frente a él, cortándole el paso.

 

─Sasuke-kun, ¿es cierto lo de Itachi? ─preguntó la anciana.

─¿Mn? ─Arqueó una ceja, sin entender la pregunta.

─Dicen que ayer capturó un kyuubi ─habló esta vez el hombre de voz algo ronca.

─¡No era un kyuubi! ─le discutió su mujer─. Yo sólo le vi una cola cuando pasó corriendo junto a mí. Era un ichibi.

─¿Qué? ─logró articular Sasuke.

─El caso es que... Sasuke-kun... ─volvió a hablar la anciana─. Este año estamos teniendo mala cosecha, y como dicen que los kitsune atraen las buenas cosechas, nos preguntábamos si Itachi nos prestaría por un tiempo a su kitsune.

─Sasuke-kun, ¿qué está pasando? ─preguntó Sakura sin entender.

─...no ─le contestó Uchiha a la mujer, ignorando a su compañera.

─¿Qué? ─respondió ésta, sorprendida por la negativa.

─Quiero decir... que Itachi no capturó a ningún kyuubi, ni kitsune... ¡Ni nada de eso! Esas criaturas no existen ─quiso zanjar el tema con esa afirmación rotunda.

─¡Claro que existen! Cuando yo era niña, un kitsune me salvó de morir ahogada en un río porque no sabía nadar. ─Se llevó una mano a la barbilla, pensativa─. Aunque... pensaba que ahora estaban extintos.

‹‹¡Genial...!››, pensó el pelinegro con un marcado sarcasmo, rulando la mirada.

─¡Pero ayer vi uno corriendo con una velocidad increíble, y tu hermano le estaba siguiendo! ─agregó.

 

Sasuke mostró una expresión seria ante esas palabras. Itachi había visto a Naruto. Ahora entendía por qué le hizo aquellas preguntas.

 

─Itachi no logró capturarlo al final ─fue todo lo que dijo.

─¿Cómo era ese kitsune, señora? ─preguntó Sakura con amabilidad.

─Tenía el cabello rubio, y vestía ropas de la aldea. Mn... y no puedo decir más. Ya os digo que corría demasiado rápido. No pude verle bien la cara. ¡Ah, sí! Iba descalzo.

─Muchos aldeanos se han adentrado hoy en el bosque para buscar al kitsune ─esta vez fue el anciano quien habló─. Si yo fuese más joven también habría ido a capturarlo, pero a mi edad no hay mucho que yo pueda hacer.

─Sasuke-kun... ─susurró preocupada la chica, observando al mencionado.

 

Uchiha frunció el ceño al escuchar aquello. Sin decir nada y dejándose llevar por un impulso aunque fuera extraño en él, salió a correr en dirección al bosque, perdiéndose de vista en unos segundos. Todavía llevaba colgada la mochila que había llevado a la misión, pero no pensaba perder tiempo en pasar primero por su casa y dejarla allí.

 

¿Y qué era esa historia de que Itachi perseguía a un kitsune? Sin duda era Naruto, y pudo asegurarlo con aquella mala descripción que dio la anciana. Había contestado que Itachi no capturó al kitsune para que le dejaran en paz, pero no sabía siquiera si ese usuratonkachi seguía en el bosque.

 

En los primeros tramos del bosque se encontró con alguna que otra persona poniendo trampas, buscando por los matorrales y árboles, y a otros simplemente observando mientras caminaban. Cuando se aseguraba de que nadie le veía, retiraba algunas trampas, aunque su mayor urgencia era encontrar a Naruto.

 

Pensó en buscar por la zona del incendio del día anterior, ya que allí fue donde le encontró, pero rápido descartó la idea ya que con todo carbonizado el kitsune no tendría lugar donde esconderse de la gente ahí.

 

Se adentró mucho más en el bosque, hasta tal punto que dejó de encontrar gente, aunque todavía había alguna que otra trampa. Era como si toda Konoha hubiese sembrado el bosque de trampas.

 

─Tsk... El muy idiota se dejó ver ayer así como así y mira lo que ha provocado. ¡Ese kitsune es estúpido! ─masculló.

 

Caminó un poco más, pero se detuvo al sentirse observado.

 

─¿Naruto? ─Pero sólo escuchó el trinar lejano de algunos pájaros como respuesta─. ¡Oi, dobe! ¡Si estás aquí, contesta! ─ordenó.

 

El leve crujido de una rama al romperse le alertó a tiempo para poder darse la vuelta y ver un kunai que se dirigía directamente a su rostro. Se movió un poco para esquivarlo, pero éste le acabó haciendo un corte largo y leve en la mejilla izquierda.

 

Al instante llevó una mirada ceñuda hacia el lugar proveniente del arma, encontrando a Naruto de pie en una alta rama del árbol frente a él. No sabía si era su imaginación, o culpa de la luz del sol, pero juraría que el día anterior Naruto no era tan pálido y no tenía esas feas ojeras bajo los ojos.

 

─¿¡Se puede saber por qué me atacas!?

─No he podido darte en el ojo. Qué lástima ─fue todo lo que dijo el rubio con una voz totalmente sincera, sacando otro kunai de entre sus ropas─. Esta vez no fallaré.

─¡Usuratonkachi! ─le gritó irritado, apretando los dientes después─. ¿¡Qué pretendes!?

─¿Por qué no me sorprende que tú también hayas venido a intentar cazarme? ─preguntó antes de lanzar el kunai.

 

Sasuke dio un ágil salto hacia atrás, y el arma quedó clavada en la hierba.

 

─¡No vengo a cazarte!

─Entonces vienes a pelear ─afirmó sujetándose del tronco del árbol. Todavía se sentía débil por lo que le hizo Itachi el día anterior, y a ratos tenía que adoptar su apariencia de zorro para recuperar energía.

─¡No! Yo...

─Ah... ─interrumpió─. Ahora resulta que tú tampoco estás interesado en mí.

─Escucha, dobe... No sé qué demonios estás pensado. Pero yo sólo he venido a...

 

Sasuke enmudeció. No sabía exactamente por qué había ido allí con esa desesperación. Simplemente cuando escuchó que ese kitsune idiota estaba en peligro, su cuerpo se movió solo, pensando únicamente en ver que Naruto estuviera bien.

 

─No quieres cazarme... No quieres pelear conmigo...

 

“¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo?”

 

─Quieres matarme ─afirmó tranquilo tras recordar las palabras de Sasuke el día anterior.

─Lo que tú digas, bola de pelos ─contestó dándose por vencido. No tenía caso pelear con ese kitsune tan terco.

 

Naruto saltó de la rama, cayendo al suelo con algo de torpeza y tambaleándose un breve instante antes de erguirse.

 

Uchiha observó con preocupación disimulada al rubio. Obviamente no estaba bien. Frunció levemente el ceño cuando un desagradable olor le llegó a la nariz. Unos pasos a su derecha había una trampa: una cuerda preparada para que si alguien la pisaba, le atrapara el pie y le dejara colgando boca abajo, y como cebo había un considerable trozo de carne en bastante mal estado.

 

La voz de Uzumaki le llamó la atención.

 

─Cada día pienso con más firmeza que los humanos son idiotas. ¿De verdad creen que me voy a comer eso? ¿O que voy a caer en alguna de sus trampas? Ni siquiera un zorro ordinario lo haría.

 

El pelinegro cogió el kunai clavado en la hierba y se acercó a la trampa, cortando la cuerda.

 

─Si haces eso la trampa no funcionará ─comentó Naruto como si sólo él supiese eso.

─Gracias por decírmelo ─contestó serio, pero con un leve tinte de sarcasmo.

 

Naruto nuevamente no entendió ese tono, así que ladeó un poco la cabeza. Observó cómo Sasuke cortaba la cuerda de otra trampa.

 

─¿Por qué haces eso?

─Me gusta cortar cuerdas.

─...eres un humano algo extraño. ─Arqueó una ceja, confundido.

 

Revisó con la mirada que no hubiese más trampas a su alrededor. Ese kitsune se veía tan débil que era capaz de caer en la trampa más absurda.

 

─¿Por qué te dejaste ver ayer en la aldea, usuratonkachi? ─preguntó volteándole a ver─. Mira lo que... provocas.

 

Finalizó la frase en un susurro cuando al girar no encontró a Naruto tras él. ¿Se había marchado? Había sido muy silencioso. Afiló la mirada al ver a un pequeño zorro de tamaño más o menos mediano sentado donde hace un momento se encontraba Naruto. Estaba por ignorarlo, pero se percató de que su pelaje era anaranjado claro, y las puntas de sus orejas y cola era blanca. Igual que las de ese dobe.

 

─¿Naruto...? ─preguntó inseguro, agachándose.

 

El animal le gruñó levemente antes de salir corriendo y perderse de vista tras unos matorrales.

 

Sasuke no dudó en seguirle. Estuvo un rato corriendo en línea recta hasta llegar a un claro donde había un río. Allí encontró al rubio arrodillado en la orilla, nuevamente en su apariencia semihumana, tomando agua con ambas manos y bebiéndola con cierta desesperación.

 

─Deja de seguirme. ─Giró la cabeza para verle al tiempo que se retiraba el agua de los labios con el dorso de la mano.

─Dobe... ¿estás bien? ─preguntó serio, agachándose a su lado─. ¿Alguien te ha atacado?

 

Los ojos azules observaron fijamente al otro, intentando disimular su enojo. Tomó un poco de agua con ambas manos e inclinándose levemente se empapó el rostro, secándoselo después con la camiseta.

 

─Ayer... ─empezó a decir, observando su reflejo en el agua─… encontré al asesino de mis padres.

─¿De verdad? ─No pudo esconder su sorpresa.

─... Uchiha... Itachi... ─Observó al pelinegro, esperando su reacción─. Tu hermano. Pensabas que no lo descubriría nunca, ¿verdad? ─Esbozó un intento de sonrisa, haciendo que sus ojeras se marcaran más─. No debiste de haberme salvado del fuego. Mataré a Uchiha Itachi, y después a ti.

 

Sasuke abrió los ojos de par en par al escuchar todo eso. Él sabía que su hermano tenía una estúpida obsesión con los kitsune. Itachi siempre había querido encontrar uno, en específico un kyuubi, y pelear con él para comprobar su capacidad. Pero de ahí a matar sólo por un capricho... No, se negaba a creer eso.

 

─¡Mi hermano no es un asesino!

─¡Sí lo es! Incluso ayer casi me mata a mí. ¡No tuvo suficiente con la muerte de mis padres! No sé qué fue lo que me hizo con esos ojos rojos, pero todavía no me recupero del todo.

─¿Qué...?

─No puedo utilizar mis poderes todavía. Apenas y puedo mantener mi apariencia humana. Así que... ─Todavía de rodillas, se giró para quedar frente al pelinegro─. Ahora es tu oportunidad para matarme, porque te aseguro que cuando me recupere no tendré piedad con vosotros. Si vas a matarme, hazlo ahora. Supongo que conoces mi único punto débil, ¿no?

─¿Punto... débil...?

 

Naruto tomó a Sasuke de la muñeca y colocó la pálida mano sobre su pecho, a la altura del corazón. Esperó a que Uchiha hiciera algo para terminar con su vida, pero éste parecía haberse quedado pasmado sintiendo el latido de su corazón golpear contra la palma de su mano.

 

“¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo? He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.”

 

─Y... ¿qué harás cuando me mates? ¿Te beberás mi sangre para volverte más poderoso?

 

Al escuchar la pregunta sin rastro de sarcasmo, pareció reaccionar, observando a Naruto con el ceño fruncido. Se sintió asqueado de sólo imaginarse bebiendo sangre.

 

─¡No quiero matarte, kitsune estúpido! ─Apartó la mano con cierta brusquedad─. ¿No se supone que los kitsune sois criaturas bondadosas? Todo el mundo dice que vuestra misión es proteger las aldeas, bosques y las personas que estén en peligro. ¡Pero tú sólo piensas en odio y muerte! ─finalizó con exasperación.

─Sí... Inari Kami-sama debe de estar muy enojado conmigo ─habló algo ausente, apartando la mirada─. Pero no me importa, aceptaré el castigo de Inari Kami-sama cuando muera después de mataros a vosotros. Mis cien años de entrenamiento no habrán sido en vano. Itachi parece ser fuerte, pero tú te ves bastante normalito.

 

Sasuke habría mandado a Naruto al agua de un puñetazo en su bocaza, pero no lo hizo porque en todo lo que dijo hubo algo que le llamó la atención completamente. Naruto había dicho: "Mis cien años de entrenamiento." Y entonces recordó algo más:

 

“Sí. Cuando eso ocurrió yo era pequeño, pero lo recuerdo como si fuese ayer.”

 

“Tengo ciento dieciséis años.”

 

Si ese dobe llevaba cien años entrenando para vengar la muerte de sus padres, quería decir que hacía más de cien años que sus progenitores fueron asesinados. Se llevó una mano a la frente, pensando que realmente ese kitsune sí que era estúpido, pero con mayúsculas.

 

─Usuratonkachi... ─Se apartó la mano de la frente, observando con el último resquicio de paciencia que le quedaba al chico frente a él─. Tus padres... ¿fueron asesinados hace más de cien años? ─Quiso asegurarse.

─No te hagas el tonto. ¡Sabes que sí!

 

Una venita palpitante apareció en la frente de Sasuke, pero habló lo más calmado que podía.

 

─Oi, dobe. Por casualidad... ¿sabes cuánto tiempo solemos vivir los humanos?

─En realidad no sé. ─Se encogió de hombros─. ¿Siglos? ─preguntó inocente.

─¡Jum! Para un humano, llegar a los cien años es un milagro.

─¿Tan poco? ─casi gritó, sorprendido.

 

Uchiha esperó paciente para ver si Naruto llegaba a la misma deducción que él, pero al parecer el kitsune era lento, o tal vez sería que se encontraba tan mal que ni podía pensar bien.

 

─Bueno... ¿y a mí qué me importa cuánto viven los humanos?

─Debería importarte. El asesino de tus padres ya está muerto.

─Claro que no. ¡Quieres engañarme!

─Si era un hombre maduro cuando asesinó a tus padres, probablemente haya muerto hace más de cincuenta años ─insistió con mirada seria.

─¡No! ─gritó.

─¡Sólo piensa un poco, dobe! ¡Utiliza la cabeza para pensar en algo que no sea matar! ─Tomó el rostro del rubio con ambas manos, obligándole a que le prestara atención viéndole a los ojos─. Si ya llevas cien años entrenando, es imposible que ese Uchiha siga vivo. ¡Entiéndelo!

 

Uzumaki permaneció en silencio, procesando todo lo que había dicho Sasuke. Se negaba a creerlo, pero... ¡No quería que eso fuera cierto! ¡No podía estar muerto, y menos desde hace tanto tiempo! Todo su esfuerzo... y entrenamiento, había servido para nada. ¿Y ahora cómo vengaría a sus padres? Abandonó a los demás kitsune cuando se marcharon del bosque únicamente por eso. Y ahora...

 

Sasuke notó como el rostro del otro se volvió algo serio, y eso le hizo suspirar al pensar que por fin lo había entendido. Pero se preocupó al ver cómo esa seriedad se iba transformando en una expresión triste y angustiada al tiempo en que las anaranjadas orejas caían hacia delante, acentuando su tristeza. Se arrepintió por un momento fugaz de haberle abierto los ojos a Naruto, pero tampoco iba a permitir que les asesinaran a su hermano y a él siendo ellos inocentes.

 

─Naruto... ─apenas le llamó, pareció hacer reaccionar al otro y fue interrumpido.

 

El rubio alzó la mirada al tiempo en que sus ojos se volvían rojos y mostraba sus afilados colmillos, gruñendo bajito.

 

─¡Te odio!

 

El grito llegó acompañado de una mordida en uno de los brazos de Sasuke. Le clavó los dientes a conciencia hasta que se separó asqueado al notar un leve sabor metálico de sangre en su boca. Escupió un par de veces. En un segundo sus ojos volvieron a su color azul y tomó su apariencia de zorro, agotado física y mentalmente.

 

Uchiha ahogó una queja de dolor, llevándose al instante una mano a la zona que empezaba a sangrar levemente. No esperaba que Naruto reaccionara así. No tuvo tiempo para hacer o decir algo, ya que el zorro nuevamente salió a correr.

 

El pelinegro tan sólo le observó marchar. Esta vez no le iba a seguir. No tenía motivos para preocuparse por él, ya le había abierto los ojos, aunque hubiese sido doloroso, y ya no había nada más que él pudiera hacer. Por lo menos ya no tendría que preocuparse de que le quisieran matar sin razón.

 

Se lavó un poco la herida del brazo y la mejilla en el río, y emprendió el camino de regreso a Konoha. No le sorprendió seguir encontrando todavía gente por el lugar, y evitaba preguntarse con qué intenciones querían cada uno de los aldeanos cazar a Naruto.

 

─¡Ya te tengo!

 

Otro impulso. Nada más escuchar aquello, Uchiha corrió en la dirección de esa voz masculina que estaba bastante cerca. Atravesó unos bajos matorrales, encontrando a un adulto con un zorro entre las manos.

 

─Ah, Sasuke, ¿tú también buscas al kitsune? ─afirmó en una pregunta el otro shinobi─. Pues lo siento por ti, pero yo lo he encontrado. ─Alzó un brazo, sujetando al zorro por el pelaje de la parte de atrás del cuello─. ¿Me pregunto qué poderes tendrá...? ─No pudo terminar de formular la pregunta, ya que un kunai pasó a toda velocidad, haciéndole un buen corte en la muñeca que provocó que soltara al animal─. ¡Uchiha! ¿¡Qué demonios te pasa! ─le gritó, pero el aludido ya se iba corriendo detrás del zorro─. ¡Sasuke, maldito niñato!

 

Sasuke estuvo un buen rato corriendo tras el zorro, y le extrañó el hecho de que corriera tan rápido cuando era obvio que Naruto se sentía bastante débil.

 

─¡Dobe, detente! ─le gritó, pero fue ignorado.

 

Unos minutos más corriendo, y no muy lejos pudo divisar un cachorro de zorro junto a la salida de una madriguera. El zorro al que estaba persiguiendo tomó al cachorro con la boca por el pelaje de la parte de atrás del cuello y entró en la madriguera rápidamente.

 

Sasuke se detuvo tan repentinamente que levantó algo de polvo con los pies. El zorro al que perseguía...

 

─¡Tsk...! He estado persiguiendo a un zorro ordinario ─masculló con los dientes apretados.

 

Y ahora que recapacitaba, aquel animal tenía el pelaje rojizo y Naruto lo tenía anaranjado claro. Además... que él supiera, Naruto no tenía hijos. Se llevó una mano a la cara, murmurando una maldición por su estupidez y sus impulsos del demonio.

 

Ahora que estaba completamente en silencio, volvió a escuchar algo lejano el rumor del agua del río. De nuevo estaba allí. Dio un salto y se subió a la rama de un árbol, sentándose en ella para descansar y pensar un poco. Pronto anochecería, pero si regresaba corriendo no se le haría de noche en el bosque. Paseó la mirada a su alrededor con cierta pereza, observando el paisaje: árboles, más árboles, el río, montañas, una cueva al pie de una de las montañas, Naruto...

 

─¡Naruto! ─susurró.

 

Sí, no había duda. Aquel zorro sentado en la hierba y que observaba la cueva frente a él con fijeza tenía que ser Naruto. Esa cueva tal vez era su hogar. La verdad, no se imaginaba a Naruto viviendo en un agujero bajo tierra como un zorro ordinario.

 

Con sigilo saltó al suelo y caminó hacia él intentando no hacer ruido. Pero cuando vio las decaídas orejas alzarse levemente en señal de alerta, supo que había sido descubierto a pesar de que Naruto estuviera dándole la espalda. Suspiró hondo y empezó a caminar con normalidad hasta arrodillarse a su lado.

 

─Así que aquí es donde... vives ─afirmó, casi convirtiéndolo en una pregunta al final.

 

Como respuesta, los ojos azules le observaron un par de segundos, antes de volver a fijar toda su atención en aquella cueva.

 

─Naruto... puedo entender cómo te sientes. ─Llevó también la mirada a la cueva, como si tuviese algo especial. Tras un breve silencio, continuó hablando─. Tampoco tengo padres, murieron cuando tenía siete años.

 

Sasuke se sintió realmente raro empatizando con alguien, y más con un... zorro, o lo que sea que fuese Naruto. Nunca antes había hecho algo así.

 

─¿...entonces también te sientes solo? ─preguntó Uzumaki casi en un susurro.

 

Uchiha parpadeó, viendo ahora al rubio en su apariencia semihumana, agachado y con las manos apoyadas en la hierba.

 

─Bueno... tengo a mi hermano.

─¡Qué bien! ─Intentó esbozar una sonrisa que no consiguió mostrar.

 

─¿Tú tienes hermanos?

 

Naruto negó lentamente con la cabeza, observando la hierba que sobresalía entre los dedos de sus manos.

 

─Entonces tendrás amigos de tu especie ─supuso.

 

El otro permaneció en silencio unos largos segundos en los que Sasuke pensó que no le respondería.

 

─No tengo... ─Ladeó el rostro hacia el pelinegro, cerrando los ojos e intentando nuevamente esbozar una sonrisa entre dientes─. No tengo a nadie.

 

‹‹¿Está completamente solo?››, se preguntó sorprendido.

─Deberías regresar. Está anocheciendo.

 

Uchiha se puso de pie dispuesto a marcharse. Por un momento se había olvidado de que el sol ya estaba ocultándose. Aun así, todavía podía llegar a tiempo a Konoha.

 

─El bosque está lleno de trampas ─le dijo, disfrazando su preocupación por el kitsune.

 

─Ah, sí... ─habló desganado─. Seguramente hay muchas cuerdas que podrás cortar, antes dijiste que te gusta hacer eso. Ten cuidado entonces.

─¡No lo digo por mí, usuratonkachi! ¡Lo digo por ti! ─Al dejar al descubierto su preocupación por accidente, bajo notablemente el tono de voz─. Eres tan idiota que seguro caes en alguna.

 

Como toda respuesta vio a Naruto inclinar el rostro al tiempo que se encogía de hombros. Como si le diera exactamente igual si caía o no en alguna de esas trampas. ¿Que ya acaso no le importaba si le capturaban, mataban, o lo que sea?

 

Sasuke prácticamente podía palpar con las manos el aura de soledad que rodeaba a Naruto.

 

¡Maldición! ¡Así no podía marcharse tranquilo!

 

Sin decir nada, dirigió sus pasos hacia la cueva.

 

─¿Eh...? ─preguntó el otro, confuso al ver hacia dónde se encaminaba Sasuke─. La aldea está por allí. ─Señaló en un gesto inocente el camino correcto.

─Ya no tengo tiempo de regresar sin que se me haga de noche en el bosque ─mintió, volteándole a ver con un rostro serio─. Es tu culpa, bola de pelos, me has hecho perder mucho tiempo. Tendré que dormir en esa cueva.

 

El de ojos azules se puso de pie y alcanzó a Sasuke, parándose a su lado.

 

─¿En serio? ¿Se te haría de noche en el bosque? Entonces debes de correr muy lento, ¿no?

─Seh... ─contestó serio pero a la vez con cierto desgano, sintiendo una gota de sudor resbalándole por la sien─. Después de todo soy bastante normalito, como tú dijiste.

─¡A mí me daría tiempo de ir a Konoha corriendo y regresar sin que se me haga de noche! ─presumió con una sonrisa sincera.

─¡Te felicito! ─exclamó sarcástico, retomando su camino a la cueva.

─Na, tú... ¿Por qué a veces utilizas ese tono tan raro? ─preguntó siguiéndole─. No lo entiendo.

─¿Qué tono?

─Ese tono en el que dijiste: "¡Te felicito!" ─imitó la voz del otro bastante mal─. Esa felicitación no sonaba sincera. ─Le miró con un mohín de disgusto.

─Porque no lo era. Estaba siendo sarcástico, dobe ─explicó, tomando asiento en el suelo mientras se quitaba la mochila.

─¿Y qué es eso? ─preguntó sentándose junto al pelinegro, aunque no muy cerca.

─Es cuando... ─De sólo pensar que tendría que hablar demasiado, perdió las ganas de explicarlo─. Olvídalo.

 

Naruto apoyó la espalda en la pared rocosa, pensando que Sasuke era muy raro, pero no dijo nada. Se encontraba muy cansado.

 

Observó la cueva con detenimiento, ese lugar le traía muchos recuerdos alegres y otros dolorosos. El último recuerdo que tenía de esa cueva, fue cuando todos los kitsune decidieron irse después de que asesinaran a sus padres.

 

─Aquí... ─comenzó a decir Naruto con voz suave─. Hace cien años que no venía a este lugar, y apenas ha cambiado.

─¿No vives aquí?

─Vivía... ─le corrigió─… con mis padres y los demás kitsune. Ahora no tengo un hogar fijo, cualquier parte del bosque está bien.

─¿Y dónde están los otros kitsune?

─No lo sé. ─Dejó escapar un suspiro lánguido─. Todos huyeron cuando Uchiha asesinó a mis padres. Mi padre era el más fuerte de todos nosotros, era un kyuubi, y con su muerte todos se sintieron desprotegidos y huyeron. Pero yo no podía huir, tenía que quedarme aquí para... ─Hizo una breve pausa y finalizó en un susurro entristecido─. Para nada.

 

Lo último que vivió hace cien años en ese lugar volvió a su memoria, y no pudo evitar relatarlo al tiempo que rememoraba:

 

Después del asesinato de sus progenitores, los kitsune se hallaban reunidos en la cueva, discutiendo sobre marcharse o quedarse. Todos aceptaron la idea de huir, excepto Uzumaki.

 

─¿Estás seguro de querer quedarte aquí, Naruto? ─preguntó una mujer kitsune de expresión amable pero preocupada a la vez─. Deberías venir con nosotros.

─¡No puedo irme! Tengo que vengar la muerte de mis padres.

 

Todos los kitsune observaban con preocupación al rubio, y algunos otros con cierta admiración por su valentía al querer enfrentarse a ese humano.

 

─Pero ese Uchiha es muy fuerte ─comentó un hombre─. Si pudo matar a Minato, podría con todos nosotros en un instante.

─Naruto, ven con nosotros ─habló otra mujer.

 

Pero el aludido no quería escuchar y siguió en una actitud obstinada.

 

─¡No! ¡No me iré! ─negó rotundo.

─¡No tienes poder suficiente! ─le riñó otra voz femenina─. Apenas y puedes mantener tu apariencia humana. ¡Eres un ichibi todavía! Vendrás con nosotros ─sentenció.

─¡Ni hablar! Entrenaré duro y os buscaré cuando le asesine. ─Asintió, dando por hecho que sin duda cumpliría su objetivo. ─¿Hacia dónde iréis? ¿Al norte? ─tanteó.

─Es lo más probable. Pero no sé si para cuando mates a ese Uchiha, si es que lo logras, seguiremos en el norte.

 

Naruto frunció el ceño al escuchar ese "si es que lo logras". ¿¡Por qué nadie creía que él podría matarle!? Era consciente de que tendría que entrenar muy duro para al menos lograr estar al mismo nivel de aquel humano tan fuerte, pero entrenar era algo que haría cada día hasta que su cuerpo no lo soportara más.

 

Y sus pensamientos le hicieron recordar algo. ¿Quién le enseñaría nuevas técnicas y cómo controlar su nuevo poder cada vez que consiguiera adquirir una nueva cola? Si todos se marchaban, no tendría a nadie que le enseñara todo eso.

 

─¿Todos... os marcháis? ─Hizo una breve pausa─. ¿Todos? ─reiteró.

 

Varios asentimientos de cabeza y algunos contundentes "Sí" fueron su respuesta.

 

─Pero si todos os marcháis... ─balbuceó─. Necesito que al menos uno de vosotros se quede para ayudarme con mi entrenamiento.

 

El de ojos azules observó con frustración cómo varios de los presentes desviaban la mirada a cualquier punto que no fuera él, como si el asunto no fuera con ellos.

 

Hasta que una voz varonil se escuchó en un claro tono despectivo.

 

─¿Y quedarme más tiempo cerca de esa aldea de La Hoja? ¡Ni de broma! No pienso proteger más este lugar. Esos aldeanos no lo merecen.

─¡Cierto! ─secundó otra voz al fondo.

 

Una mujer se unió a ellos, asintiendo con la cabeza un par de veces.

 

─Además, está ese clan Uchiha ─comentó temerosa.

─¿¡Pero entonces cómo podré hacerme más fuerte para asesinar a ese Uchiha!? ─preguntó el rubio algo acelerado.

─Para empezar, Naruto... ─comenzó a hablar con seriedad una mujer de negros cabellos lacios─. Los kitsune tenemos terminantemente prohibido dañar a los humanos. ─Se cruzó de brazos─. Inari Kami-sama se enojaría muchísimo con nosotros, y no quiero ni imaginar qué clase de castigo recibiría quien le desobedezca. Nuestro deber es proteger. ─Le recordó─. Proteger las aldeas, los bosques y sobre todo a los humanos. Tenemos que utilizar nuestro poder para hacer cosas buenas.

─¡No me importa! ─negó Uzumaki, frustrado─. ¡No es justo que los humanos puedan dañarnos todo cuanto quieran, y nosotros no podamos hacer nada!

─Así son las cosas, Naruto ─volvió a hablar ella─. Por eso es mejor que vengas con nosotros. La gente de esta aldea se ha vuelto peligrosa y sedienta de nuestro poder.

 

El rubio apretó los puños con rabia, observando a todos los presentes. Todos y cada uno de ellos era un cobarde. ¡Si unían sus fuerzas nadie podría contra ellos! Pero claro... por miedo a recibir un castigo de Inari Kami-sama, lo mejor para ellos era huir y buscar un lugar más pacífico.

 

─¡Está bien! ¿¡Queréis marcharos!? ¡Por mí perfecto! ─les gritó encorajado─. Yo me quedo. No me importa desobedecer a Inari Kami-sama. ¡Mataré a ese Uchiha pase lo que pase!

 

Se sentía tan enojado que apenas y podía seguir manteniendo su apariencia humana. Después de todo estaba aprendiendo todavía a hacerlo y cuando se alteraba le resultaba difícil. Respiró jadeante, intentando tranquilizarse, pero no podía. Ellos tenían razón, esos aldeanos no merecían ser protegidos, así que desde ese momento no lo haría. Es más... empezaba a sentir un irrefrenable odio hacia los humanos.

 

Naruto salió de sus recuerdos, cabizbajo y parpadeando con pesar.

 

─Ahora los extraño a todos ─casi susurró, sin mirar a Sasuke─. Me gustaría saber dónde están en este momento.

 

Nunca, ni siquiera en el momento en que todos los kitsune se fueron, Naruto se sintió solo. Pero ahora que no estaba cegado por su odio y venganza, se daba cuenta de su soledad. Y por primera vez también, se preguntó qué clase de castigo le pondría Inari Kami-sama cuando muriera por haberle desobedecido tan tercamente en todo. Aun así, sus ganas de proteger a los aldeanos de Konoha seguía siendo nula después de ver cómo todos intentaban darle caza de esa forma tan insistente.

 

Varios segundos después, Sasuke se decidió a romper el silencio.

 

─¿...irás a buscarlos?

─Me gustaría. Pero me temo que estaré vagando sin rumbo y no los encontraré.

─Pero si no hay ningún kitsune aquí, ¿entonces quién protegerá...?

─Konoha sólo necesita ser protegida de ella misma ─interrumpió─. Y ahí yo no puedo hacer nada.

─¿Qué insinúas? ─preguntó repentinamente serio.

─Esas personas están sedientas de poder. ¡De poder! ─enfatizó señalándose a sí mismo─. No pienso, ni quiero, proteger a unos humanos que serían más felices viéndome muerto para robarme mi poder. ¡Apenas me vieron ayer unos segundos, y mira cómo han dejado el bosque! ─exclamó señalando el exterior de la cueva─. Nadie en esa aldea merece ser protegido.

─¿Nadie? ─reiteró con el ceño levemente fruncido─. ¿Ni siquiera Sakura? Ella te curó de las quemaduras que estúpidamente te hiciste.

─¿Sakura-chan me curó? ─Arqueó las cejas en un gesto de sorpresa─. Yo pensaba que mis heridas se habían curado solas con mi poder de sanación.

─¿Poder de sanación? ─repitió con cierto hastío.

─¡Sí! Mis heridas sanan solas en un santiamén. ─Sonrió orgulloso─. Lo que me sorprende es que los humanos también tengan un poder de sanación.

─Eh... Algo así. Sólo los ninjas médico pueden hacer algo como eso.

─¿Ajá? ─Ladeó levemente la cabeza, sin entender demasiado.

 

Sasuke se sintió ligeramente molesto de la ignorancia del otro.

 

─Oye... ¿es que no sabes nada de los humanos? ─masculló.

─No. Nunca me habéis interesado ─se sinceró, encogiéndose de hombros.

─¡Jum! Esto es reciproco. Los kitsune nunca me han interesado, es más, aseguraba hasta el cansancio que no existíais.

─Que mentiroso ─murmuró observándole de soslayo, pero fue escuchado por el otro que le fulminó con la mirada─. Dices que nunca te han interesado los kitsune, pero habías venido a cazarme, como todos los demás.

─¡No insistas con eso, bola de pelos! ─exclamó exasperado─. ¡Ya te dije que no venía a eso!

─¿Entonces qué hacías en el bosque? ─Le observó con desconfianza. Recordaba haber escuchado a Sasuke llamándole antes de lanzarle aquel kunai que le cortó en la mejilla.

 

El pelinegro abrió la boca para contestar, pero enseguida la volvió a cerrar, desviando la mirada. No le iba a decir la verdad.

 

‹‹Eso me pregunto yo también. ¿¡Qué demonios estoy haciendo aquí!?››

 

Se sentía idiota preocupándose por una criatura que apenas había visto unos minutos el día anterior. Y él nunca se preocupaba por nadie, sólo por sí mismo y tal vez un poco por su hermano mayor. ¡Nadie más! Ese dobe no había hecho nada para ganarse su preocupación. ¿Entonces por qué le preocupaba?

 

─Eso es asunto mío ─contestó serio.

─¡Claro! ¡Ahora lo entiendo! ─casi gritó, provocando que Sasuke le mirara─. Tu plan era bueno, ¡pero te he descubierto!

─¿...plan? ─Arqueó una ceja.

 

Con rapidez, Naruto tomó un kunai que sobresalía del estuche en la pierna del pelinegro y lo blandió, apuntando finalmente al blanco rostro.

 

─Por eso te has quedado aquí, conmigo. En realidad tenías tiempo de sobra para regresar a tu aldea.

 

Sasuke abrió los ojos de par en par. ¿De verdad había sido descubierto? Tal vez ese kitsune no era tan idiota como aparentaba. Lo que no entendía, era por qué le estaba apuntando con el kunai, aunque no puso ninguna pose defensiva.

 

─Me matarás cuando me quede dormido, ¿cierto? ¡Vamos, no lo niegues! Te he descubierto, Uchiha bastardo.

 

El recuerdo de las palabras que Sasuke dijo la primera vez que se vieron, volvieron a su cabeza:

 

“¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo? He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.”

 

─Quieres beberte mi sangre ─continuó hablando, sin dejar de apuntarle con el arma─. Pero no te culpo por desear poder, después de todo eres un humano, y peor aún, un Uchiha.

 

En un segundo varias venitas palpitantes le aparecieron a Sasuke al tiempo que fruncía el ceño. Le llamaba "Uchiha bastardo", y encima hablaba como si ser humano y un Uchiha fuese peor que una maldición.

 

Sin levantarse, alzó una pierna con rapidez, golpeando de forma certera la muñeca de Naruto y haciendo que soltara el kunai. Sin darle tiempo al otro de reaccionar, le dio un fuerte puñetazo en la mejilla. ¿¡Qué demonios pasaba con ese kitsune!? ¡Estaba obsesionado con la idea de que quería matarle, y que él recordara, no le había dado motivos para que pensara eso! ¡El preocupándose como un idiota, y...!

 

─¡Ya deja esa estúpida obsesión! ¡No quiero tu poder, no me interesa! ─Respiró agitado por el enojo, viendo cómo Naruto permanecía con el rostro ladeado por el golpe y se sujetaba la mejilla con una mano─. Es más... desde mi punto de vista te ves bastante débil.

 

Uchiha vio claramente cómo un estremecimiento recorrió el cuerpo del rubio tras sus últimas palabras y después inclinaba más el rostro. Sin duda escuchar aquello le había dolido, pero no le importaba, y mucho menos se iba a disculpar.

 

─Ya, bola de pelos, entiende de una vez que no...

─Cállate... ─masculló con voz algo ronca.

 

Lentamente giró el rostro para encarar al pelinegro, dejando ver sus ojos rojos con las pupilas rasgadas. Alzó una mano entrecerrada, mostrando sus uñas afiladas que habían crecido un poco al igual que sus colmillos. Lanzó un zarpazo hacia el rostro de Sasuke, pero éste se hizo hacia un lado con rapidez y sus uñas quedaron clavadas en la pared rocosa.

 

El pelinegro observó con sorpresa mal disimulada aquello. Si ese ataque llega a alcanzarle, le habría destrozado la cara. Vio a Naruto forcejear por desincrustar sus uñas de las rocas, y cómo en un arranque de desesperación, lanzó un zarpazo con su mano libre, tomándole ésta vez desprevenido. Apenas le dio tiempo de retirarse, pero por suerte sólo recibió un arañazo en el protector de la frente.

 

─¡Naruto, cálmate! ─ordenó, poniéndose de pie de un salto para guardar distancia.

 

El aludido también se puso de pie cuando consiguió liberar su mano, dejando ver dos ondeantes colas a su espalda mientras gruñía quedo. Con rapidez saltó hacia el pelinegro, tirándole al suelo con él.

 

Uchiha se quejó levemente por el brusco golpe en la espalda, pero al instante tomó un kunai de su estuche para poder defenderse. Le extrañó que Naruto no hiciera nada, sólo permanecía tirado sobre él, quieto. Ya ni siquiera gruñía.

 

─¿Dobe...? ─se atrevió a decir.

 

El estómago de Naruto rugió, rompiendo el silencio. El kitsune alzó levemente el rostro, dejando ver sus ojos azules brillando de cansancio. Todavía no había recuperado sus poderes completamente.

 

─Tengo hambre ─susurró tranquilo, como si hace un momento no hubiese intentado despedazar a Sasuke con sus propias manos.

 

El otro no supo cómo reaccionar durante unos segundos, hasta que finalmente optó por volver a guardar el kunai.

 

─¿No has comido?

─Je... No desde esta mañana. ¿Cómo hacerlo con más de media Konoha buscándome? Apenas y pude beber agua del río. ─Con pereza se movió hasta levantarse y quedar arrodillado en el suelo, sobándose el estómago con ambas manos. Observó el exterior de la cueva y comprobó que ya había anochecido─. Tendré que esperar a que amanezca para buscar algo ─se lamentó.

 

Algo dubitativo, Sasuke se incorporó y se acercó a su mochila para sacar algo envuelto en papel que le mostró al rubio.

 

─Es todo lo que tengo ─fue lo único que dijo, desenvolviendo lo que tenía en las manos que resultó ser una bola de arroz que le había sobrado en su comida durante la misión de la que había regresado aquel día.

 

A Naruto le brillaron los ojos de emoción al ver la comida que Sasuke le ofrecía. Agitó levemente la cola con felicidad. Tomó aquella bola de arroz y con unos pocos bocados se la comió. No era suficiente, pero le ayudaría a saciar un poco el hambre hasta que amaneciera.

 

─¿Tú no tienes hambre? ─preguntó antes de empezar a chuparse los dedos en un intento de saborear hasta el último rastro de arroz.

─Estoy bien así.

 

El kitsune se acomodó en el suelo, preparándose para dormir, pero sin quitarle la mirada de encima a Sasuke.

 

─Eres un humano raro. Pensaba que los humanos también comíais de noche.

─Y lo hacemos, idiota.

─Entonces debes tener hambre ─aseguró, ignorando el insulto─. ¿Por qué me has dado tu comida?

 

Sasuke no dijo nada. Colocó su mochila en el suelo y se recostó, apoyando la cabeza en ella a modo de almohada.

 

Y Naruto siguió hablando.

 

─Insisto en que eres raro. Hace un momento quería arrancarte los ojos, y tú me das toda tu comida.

─¿Qué problema tienes con mis ojos? ─Le observó ceñudo, desviando de paso el tema de la comida.

─No me gustan. Son iguales que los de ese Uchiha asesino.

─Tsk... Eso es porque soy un Uchiha ─masculló.

─¿Entonces tú también tienes esos ojos rojos? ─preguntó algo temeroso.

─¿Te refieres al sharingan? ─afirmó en una seria pregunta.

─Supongo.

─Sí. Y ahora duérmete ─instruyó, zanjando cualquier tema de conversación.

 

Cerró los ojos después de decir aquello, pero sentía la fija mirada de Naruto sobre él, y era realmente incómodo. Entreabrió los ojos con molestia, viendo cómo el otro le observaba fijamente con una expresión que delataba nerviosismo y con los labios apretados.

 

─¿Y ahora qué te pasa, bola de pelos? ─preguntó hastiado.

─Hace años que no he dormido con alguien. ─Ondeó levemente la cola─. Creo que me siento nervioso.

─¡Sólo cierra los ojos! ─fue lo último que "amablemente" dijo antes de darle la espalda y cerrar los ojos.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

¡Hola de nuevo!

 

Gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review. Bueno, quería publicar hoy también un dibujo que he hecho correspondiente a este capítulo, pero no me ha dado tiempo *suspiro*

 

Aunque sí tengo un dibujo correspondiente a este fic que dibujé hace mil siglos, pero que publiqué hace no mucho. Aunque creé el dibujo antes que la historia, así que por eso hay varias diferencias, como la ropa que lleva Naruto en el dibujo, por ejemplo.

 

Ve a mi perfil, donde están todos los dibujos de “Kitsune no kokoro” y “Naruto no kokoro” y selecciona el primer link que se llama: “Naruto kitsune de Takaita Hiwatari”

 

No quedó muy decente, pero bueno, jaja...

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).