Fue en el ultimo día de clase. Todos los alumnos hablaban animadamente sobre a que institutos irían a hacer la secundaria alta, intercambiándose los mails, sobre las vacaciones de primavera o declarándose. Itsuki, se encontraba entre esos últimos.
Disimuladamente había conseguido llevarse a Sora a un sitio medianamente apartado y tras unos minutos de inmenso esfuerzo, se lo había logrado decir. Observó la estupefacción en los ojos de su amigo y se apresuró a intentar suavizarlo. Alegó que no necesitaba respuesta, que solo quería que lo supiera y que esperaba que eso no les afectara.
A Sora solo le dio tiempo a decir que no, que eso no quitaba que fueran amigos. Pero justo después aparecieron un grupo de chicas de su clase mirándole como idiotas.
Itsuki creyó que era el momento de escabullirse. A la vez fue maldiciendo por lo bajo a las "niñatas" por como le miraban. Aunque tal vez él lo hiciera de la misma manera...
Suspiró. Le apetecía pegarse contra la pared hasta hacerse sangre y mientras gritar "mierda" con todas sus fuerzas.
Volvió con sus amigos en un pésimo estado de animo y les dijo que se iba a casa. En un principio le intentaron convencer de que se quedara, pero al ver que no tendrían éxito pararon.
En su casa se intentó centrar en cualquier otra cosa. Se puso a jugar a la consola como un desquiciado, pero recordaba todas las veces que había jugado con él y no servia para nada.
Fue a la cocina por algo de comer y miró por la ventana. Estaba nublado, mucho. Hasta parecían nubes de tormenta... Otra vez, ahí estaba...
Los siguientes días fueron también así. Acostumbrado a verlo todos los días en clase, o fuera por hacer trabajos o estudiar juntos. Se le hacia extraño no saber de él. Pensó en llamarle para quedar alguna vez, pero no se atrevió.
Cuando tuvo que volver a clase aun no había habían hablado. Sus pandillas de amigos eran diferentes, así que como no quedaran ellos dos por su cuenta rara vez se encontraban. Ademas estaban en institutos diferentes, pues Itsuki había conseguido nota para ir a uno de mas categoría.
Tras varios días se había conseguido despejar. Pero ahora, en el aula de nuevo, un pensamiento cruzo su mente.
- Que no cambiaría nuestra relación, ¿eh?- se le oprimió el pecho. Toda aquella sensación le dolía doblemente, porque antes de haber sido la persona que le gustaba había sido su amigo...
Pasó el trimestre. Y así llego el verano. Se quedó realmente sorprendido y apenado de que no le llamara para estudiar, como solían hacer para los exámenes, ya lo dio todo por perdido. Por eso se llevo una gran sorpresa cuando, ese día en casa encendió el teléfono móvil y vio que tenía un correo de Sora.
De asunto "Hola" y su contenido simplemente una fecha, una dirección y una hora. Quedaban cuatro días, ¿qué querría? Le odió un poco. ¿Por qué cuando por fin había podido olvidarse de él volvía?
Consiguió enterarse por una amiga suya que también iba a su instituto, que la fecha y el lugar del mensaje eran la de un festival de verano. Se ofreció a acompañarle, pues el correo no decía nada de "ven solo", y la verdad era que Itsuki lo necesitaba. Ademas Yumiko y Sora ya se conocían de algunos recreos, no era como llevar a una desconocida.
La chica ayudó mucho al primer contacto. Tanto Sora como Itsuki estaban muy cortados, así que fue su labor la de sacar temas continuos de conversación. Al mismo tiempo iba y venia por todos los puestos enterándose de todo. Lo hacía para dejarles cierto espacio a los chicos para hablar, pero no parecía que avanzasen. Suspiró, ya no se le ocurría nada más que hacer. De repente vio un cartel pegado en una columna, anunciando que a las 12 habría fuegos artificiales. Sonrió satisfecha. A su amigo le encantaban y estaba segura de que Sora lo sabia. Quedaba un cuarto de hora para que empezasen, ahora sí que tenía que dejarlos solos.
Por poco se le escapó un grito de ilusión cuando vio cerca a unas compañeras suyas de clase. Las saludó animadamente antes de medio obligarlas a acompañarla al servicio. De la que se iba le guiñó un ojo a Sora.
Itsuki vio con pavor como su esperanza de que no se le saliera el corazón del pecho de puro nerviosismo desaparecía entre la gente. Deseó que se lo tragara la tierra cuando Sora volvió a mirarlo.
- Ven por aquí.- le dijo.
Lo sacó de entre el tumulto de gente y, llevándolo por un camino del que sabia luego no seria capaz de volver él solo, acabaron en una parte de la playa entre rocas, en la que no había nadie.
Itsuki tragó saliva, ahora sí, ya no había escapatoria. Por él que no lo hiciera, no hacia falta que le diera una explicación de porque lo rechazaba, hay gente que no es gay y punto, ya esta. Pensaba rápidamente en un tema, cualquiera para romper ese incomodo silencio, pero nada. Ponerse a hablar de lapas que estaban pegadas a las rocas no le pareció un tema muy fascinante. Miró por el rabillo del ojo al otro, tenía la vista puesta en el cielo como si no hubiera otra cosa en el mundo. No pudo evitar mirar él también. Pasaron dos segundos y vio explotar una flor de fuego azul, que se fue degradando hasta desaparecer. Después vino otro, y otro más. Así siguieron sin parar ante la fascinada mirada de Itsuki. Desde ahí se veían genial y no había el típico bullicio de gente gritando y sacando fotos, era perfecto.
Sora miró a su amigo sonriendo. Se cercioró de que sí, aquello que le había costado más de tres meses asimilar era verdad.
Lo llamó, apenas audible, sin llegar a saber realmente si el otro le oiría. Pero si lo hizo. Giró su rostro al oír su nombre como respuesta. Sora inspiró profundo, era ahora o nunca. Se abalanzó sobre su rostro y le besó. Con los ojos cerrados no pudo ver como a Itsuki se le ponían como platos. Le entraron ganas de llorar, de la confusión, de la alegría, de todo.
Cerró los ojos al tiempo que Sora profundizaba el beso y lo tomaba mejor entre sus brazos. Se besaban con ansia sin querer separarse, no hacia falta decir nada, con ese gesto ya se lo estaban diciendo todo.
Si Itsuki quería preguntarle algo, que lo hiciera después, no soltaría su boca por esas banalidades. Y este pareció pensar lo mismo...