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Makeover Naruto por RyU_von

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Notas del capitulo:

Wuow, no pensé en tener tantos comentarios. Al verlos quise escribir enseguida el siguiente capitulo. Por cierto gracias por los reviews.

 

Y miren qué tal... Es larguiisimo xD

Naruto estuvo a punto de agradecerle, lo miró,  agrandó los ojos, la rabia se adueñó de él y con el puño cerrado le propinó un golpe en la mejilla a su ayudante…

 

-¡Te divertiste. ¿Ya te sientes satisfecho?! –le gritó apretando  más los puños para en cualquier momento asestárselo nuevamente.

 

-Maldición, eso dolió –se quejó el pelinegro- De acuerdo lo admito, fingí estar enfermo y me divertí por una semana, pero no es manera de recibirme. El trabajo de profesor es tan agotador –comentó con voz dramática. Naruto agrandó los ojos y miró al hombre que había confundido por un momento con el idiota de Sasuke. No supo que decir, sólo se quedó allí, de pie analizándolo. ¡Maldita sea! Era la copia exacta del Uchiha bastardo. Apenas podía ver a uno, cómo soportaría a dos. La diferencia entre los físicos sólo cambiaba en el cabello largo de la persona frente a él y aquellas extrañas ojeras que marcaban su cara.

 

-Oye, ¿Estás bien? –preguntó. Detalló al rubio por unos momentos- creo que fue una pregunta estúpida –dijo tomando un mechón cubierto de lodo.

 

-Si –apoyó Naruto con tristeza- yo… Tengo que irme –avisó al fijarse que aún circulaban estudiantes y se burlaban de su estado, pero al pasar de largo el pelinegro lo detuvo del brazo.

 

-Ven, te llevaré a casa –Naruto trató de negarse y más aún al ver el lujoso auto rojo. Puso de escusa, una verdadera, que no quería manchar de barro todo pero aun así terminó en el asiento del copiloto.

 

-Mi nombre es Itachi –comentó una vez que el rubio le dio la dirección de su casa y salieron del estacionamiento.

 

-N… Naruto Uzumaki.

 

-Naruto –llamó sorprendido, para luego reír- tú eres leyenda en la sala de profesores –ese comentario puso nervioso el rubio, ya sabía a dónde se dirigía el tema de conversación, primero hablaría de su apodo, luego de sus malas notas y por último los problemas en los que se ha metido. Típico, era como un bufón para los estudiantes y un dolor de cabeza para los docentes, qué más podía pedir. Y como él pensó, así fue el tema de conversación hasta su hogar.

 

-Entonces el chico nuevo vio la foto y decidió enseguida confesarse en uno de estos días. Yo tú mantendría la distancia. Es un chico mala influencia, además no creo que sea tu tipo –comentó estacionando frente la pequeña casa.

 

-Disculpe las molestias. Itachi-sensei.

 

-¡Eres tan lindo! –exclamó este al oír la forma tímida en que le llamaba sensei. Estuvo a punto de abalanzarse sobre él y abrazarlo pero el cinturón de seguridad lo mantuvo en su sitio. Por instinto Naruto se alejó, ya que ese hombre daba miedo.

 

Agradeció y entró rápidamente al interior de la casa, dejando primero las pocas cosas que tenía en la habitación y dirigiéndose luego directamente a dar una ducha. Una vez limpio, brillante y perfumado, se dirigió a la cocina a beber algo mientras se trenzaba el cabello. Pero casi le daba un infarto al cerrar el refrigerador y encontrarse a Itachi sonriendo y sentado en la mesa.

 

-¡¿Cómo entraste?! –preguntó asustado.

 

-Por la puerta –respondió Itachi alegre. Naruto no sabía qué hacer, ni qué rayos hacia aquel supuesto profesor dentro de su casa. Por un momento pensó en llamar a la policía por precaución pero el teléfono estaba al otro lado de la casa, así que optó por aceptarlo dentro. No sabía qué quería o algo por el estilo. Así tan distraído estaba que se había olvidado de cerrar la puerta de su propia casa, Tsunade lo hubiera matado por aquella falta de seguridad. Como su abuela le enseñó, sirvió de beber a la visita sin decir una palabra y se sentó en silencio frente a él, mientras este le miraba fijamente sin perder la sonrisa.

 

-Tienes un cabello hermoso. Por el lodo no se notada –Naruto se sonrojó levemente, muy pocas personas lo alagaban, y se alegró de que Itachi no fuera uno de esos burlones.

 

-G… gracias –se estaba incomodando un poco ante aquella mirada que mandaba el pelinegro. Se encogió de hombros mientras pensaba en qué más decir.

 

-Naruto-kun –llamó Itachi divertido- ahora que me fijo, sí pareces una chica.

 

-¿Algún problema con eso?. Ya me cansé de que sigan molestándome con eso. Espero que tu si puedas retener esta información Itachi-sensei. “Yo-soy-un-hombre”. Un hombre.

 

-Eres idéntico a un amigo mío –explotó a carcajadas mientras Naruto lo miraba confundido- no tiene nada de malo tu apariencia Naruto-kun. Eres muy lindo. Te molestan porque saben que te harán enojar. No les prestes atención.

 

-Itachi-sensei…

 

-No sigas con el sensei, me haces sentir mayor. A menos que… –se inclinó un poco hacia el- dime Naruto-kun ¿prefieres a los mayores?.

 

-¡¿Qué le pasa sensei?! –exclamó el rubio rojo como un tomate.

 

-No, no, no…  Sólo Itachi. O Itachi-sama.

 

-Usted es raro –Itachi colocó una cara pícara.

 

-¿Prefieres los raros?

 

-¡Suficiente! –avisó Naruto apoyando las palmas sobre la mesa y levantándose- Qué es lo que quieres, sen… Itachi –esto último lo dijo en un susurro por vergüenza a decir su nombre sin más.

 

-Qué te ocurrió antes de tropezar conmigo –preguntó Itachi seriamente. Naruto lo miró sorprendido, a nadie le importaba las cosas que le sucedían, ni a los senseis; los supuestamente amigos y segundos padres de los alumnos, ni ellos mismos se creían esa farsa; ya que para ellos era por decir una simple costumbre del día a día verlo enfrentar bromas pesadas. Miró a Itachi dudoso, tal vez no debía de contarle a un extraño, por así llamar al sensei medio pervertido que acababa de conocer en plena mañana.

 

-Una broma. Unos… compañeros, quisieron hacerme una broma.

 

-Una de mal gusto. Compañeros ¿eh?. ¿Quiénes fueron? –eso sí que no pretendía decirle, ya se había visto algo parecido en una película: el sensei que trabajaba en el instituto probablemente si decidía ayudar al pobre protagonista, ratón de biblioteca y sometido, castigando a los responsables luego volvería a sufrir consecuencias peores cuando ellos se liberaran. Quién sabe de qué otra cosa era capaz de hacer ese pequeño grupo.

 

-No lo sé –mintió. Itachi entrecerró los ojos mirando al rubio que apartaba de vez en cuando la vista para no mirarlo directamente.

 

-Entiendo –comentó levantándose y dirigiéndose a la entrada seguido de Naruto.

 

-Escucha, Naruto-kun, tal vez no confíes mucho en mí, pero de verdad me encantaría ayudarte cuando lo necesites. Nos vemos mañana en clases –se acercó y besó la mejilla del despistado rubio y sonrió antes de subir a su auto.

 

Naruto quedó paralizado en la puerta mirando la esquina donde cruzó Itachi. ¡Qué diablos había sido eso!. No sabía en qué pensar, si en los alagos, la conversación o el beso. Empezaría por el beso, no lo podía creer parecía una nena muerta de nervios por un simple beso en la mejilla, Itachi era todo un hombre no es muy común que chicos como el muestren afecto a otro hombre o persona, da igual. Y lo que aún no procesaba era el hecho de que Itachi no lo había tratado como a una chica, claro, eliminando el hecho de que preguntaba cuál era su tipo de chico, pero el sólo deseaba una novia normal, común y corriente que lo tratara bien; pero eso no importaba en ese momento ya que se sentía feliz. Esperaba poder conversar con él al día siguiente. Tal vez, por lo menos tendría un amigo.

 

Itachi manejó de regreso al instituto ya que aún era temprano y no había logrado librarse de su hora de clase. Pero aún así no pudo sacarse de la mente aquel tierno chico embarrado de lodo, esta vez se habían excedido en bromas. Llegó la hora de la salida y esperó en la entrada a que su hermano menor saliera.

 

-¡Sasu-chan! –exclamó a los cuatro vientos logrando que varias personas voltearan la mirada y que Sasuke le lanzara una mirada de muerte, al igual a sus amigos que reían sin importarles el Uchiha.

 

-Idiota, no me llames de ese modo –le susurró estando ya cerca.

 

-Por qué –preguntó con fingida inocencia- prefieres Sasukito, Sasu-ototo, ototo, chibi-sasu o…

 

-De acuerdo, llámame como quieras.

 

-Hola chicos, qué tal las clases.

 

-Aburridas –comentaron todos a la vez.

 

-Y más aún sin Naruko-chan cerca –Itachi giró a ver a Sai atento a lo que comentaba.

 

-¿Creen que aparezca mañana? –preguntó Kiba.

 

-Quien sabe.

 

-Qué le ha pasado a Naruko-chan –preguntó Itachi interesado.

 

-Nada –interrumpió Sasuke- vámonos -Una vez ambos hermanos en el auto se mantuvieron en silencio hasta mitad de camino.

 

-Hoy vi a un chico embarrado de lodo –comentó Itachi. Sasuke no respondió y siguió mirando por la ventana- ¿No dirás nada al respecto?.

 

-Por qué debería.

 

-Deberías conocerlo. Es hermoso, rubio con cara de ángel. Me provocó comerlo en aquel instante –hablaba Itachi emocionado.

 

-No me interesa, Itachi.

 

-Qué humor. No crees que te pasaste tan solo un poco.

 

-Estás igual que Gaara –bufó Sasuke.

 

-Por lo menos uno de cinco tiene conciencia.

 

-Se lo merecía.

 

-¿Acaso te humilló, golpeó tu preciado orgullo o algo por el estilo? –Sasuke no respondió e Itachi lo miró serio- eres un idiota. Espero llegar a ver el día en que puedas conocer el dolor que sienten los demás.

 

-Te estás poniendo sentimental, Itachi.

 

-Ríete todo lo que quieras, Sasuke. Pero ya verás lo que te esperará en el futuro.

 

-Mira cómo tiemblo –comentó irónico.

 

El día siguiente apareció, por fin el viernes y dos días extras de descanso. El hecho de que fuera viernes no era importante ya que Naruto estaba preocupado en ese momento en otra cosa, cómo rayos iba a volver a la escuela a aguantarse las burlas por el accidente del día anterior. Lástima que a nadie se le olvidaban las cosas de un día para otro. Se hizo una trenza y respiró profundo antes de salir de casa. Camino unas cuantas cuadras y controló el impulso de regresarlas, no quería seguir siendo objeto de burlas. Respiró hondo nuevamente y continuó su camino.

 

Al llegar pasó directo a su casillero y tomó los libros de su primera clase. Llegó sin problemas al salón y se mantuvo tranquilo observando por la ventana, normalmente el profesor de historia siempre llegaba tarde así que no había problema en llegar luego de la campana. Los minutos que pasaban se hacían largos y Naruto se moría porque llegara la hora del receso ya que el día anterior no había comido nada en todo el día. Luego de unos veinte minutos el profesor alto, de cabello plateado con un peinado extraño; apareció llamando a Naruto una vez instalado en su escritorio.

 

-Estás castigado luego de clases -¡Lo que le hacía falta!, un viernes y él castigado hasta el atardecer.

 

-Pero Kakashi-sensei, yo no he hecho nada –se defendió.

 

-Ayer te escapaste de clases, eso es una falta, así que no hay escusa –sonrió bajo el tapaboca que tenía y su único ojo visible, color ámbar, lo miraba divertido. Kakashi-sensei se podía decir de él que era un pervertido de primera y una de las muy pocas personas que lo trataban- No te preocupes, Naru-chan, no serás el único castigado. Sasuke-kun –el nombrado salió de su ensoñación y miró al sensei- tu también te quedarás después de clases. Ayer hubo un gran desastre con el barro esparcido.

 

Por un lado Naruto se alegró totalmente de que el Uchiha acabara castigado pero, a la vez, hubiera deseado quedarse en casa. Llegó el receso y Naruto se dirigió al patio donde se sentó en un banco rodeado de arbustos de rosas, luego procedió a comer el bentou que le preparó Tsunade. Tal vez no era la cocinera perfecta pero lo importante era que si podía ser comestible y tenía algo de buen sabor. Vio a Itachi pasar a lo lejos, estuvo a punto de llamarlo pero no hizo falta ya que él se estaba acercando.

 

-¡Naruto-kun! –exclamó animado- ¿Me extrañaste? –Naruto no respondió y una gota de sudor le resbaló por la sien.

 

Entablaron conversación durante un rato y Naruto acabó comentando lo de su castigo con algo de vergüenza a lo que Itachi rió a todo pulmón. Sabía perfectamente lo del castigo ya que él mismo lo había planeado.

 

-Aceptaría mi castigo si el estúpido de Sasuke no estuviera –suspiró rendido.

 

-Jajaja, así que Sasuke-ototo también está castigado.

 

-Sí, y el muy bastardo le gusta mucho molestarme, de seguro aprovechará para hacerme alguna maldad más e incluso… -Naruto guardó silencio unos minutos- I… Itachi, dijiste “Ototo”.

 

-Sí –respondió alegre sin perder la sonrisa.

 

-¡Eres hermano del Uchiha bastardo! –exclamó Naruto levantándose y señalándolo de manera acusadora.

 

-Ese sobrenombre le queda perfecto pero como también es mi apellido creo que mejor es eliminarlo.

 

-Antes pensaba en… Sasuke bastardo.

 

-¡Perfecto! –Estalló a carcajadas- hubieras visto tu cara. ¿No pensaste en el parecido?

 

-No es gracioso. Estuve hablando mal de tu hermano menor –Naruto puso cara de pánico- Le dirás cómo le he llamado y me hará la vida imposible.

 

-¿Más que este momento? –Naruto tragó saliva en seco y asintió- Naruto, si te gusta tu físico no tienes por qué prestarle atención a Ototo y sus amigos. Deberías ser un poco más orgulloso.

 

-Detesto mi apariencia –susurró.

 

-¿Has intentado usar una tijera para ese cabello?.

 

-No quiero correr el riesgo de tener un mal corte y seguir con las burlas.

 

-Bueno tu situación no es grave, Naruto-kun. Cambiemos tu apariencia. Ve al lugar donde dice esta tarjeta, mis amigos te recibirán con los brazos abiertos. Espero que no quieras desperdiciar esta oportunidad.

 

-¡Por supuesto que no! –exclamó feliz el rubio tomando la pequeña dirección- muchas gracias Itachi-san. Tengo que irme, las clases volverán a comenzar dentro de poco.

 

-¿San? –susurró Itachi sonriendo.

 

Bien, para él era una oportunidad indispensable, no perdería el tiempo, se asomaría cuanto antes al local que Itachi le recomendó. El Sábado, fue el día que declaró. Esperó el final de clases y decidió acabar su castigo lo antes posible para ir a casa. Entró al último salón al que debía sacudir el polvo de los borradores, frunciendo el ceño al encontrarse al Uchiha menor sentado con las piernas apoyadas en la pequeña mesa y la mirada fija en el techo. Naruto se acercó un momento sin saber qué decir. Tomó una silla y se sentó en ella.

 

-¿Tienes alguna otra broma planeada? –preguntó.

 

-Estoy pensando en una –respondió Sasuke sin más a lo que Naruto frunció el ceño. Sasuke suspiró y llevó su vista al rubio que enseguida se enderezó- siento lo de ayer.

 

-¿Qué? –pensó oír mal o algo así. Luego rió fuertemente- buena broma, esta superó las anteriores. Me lo creí por un momento –Sasuke agrandó los ojos al ver aquella cara de felicidad mal disimulada. Los ojos de Naruto eran tan expresivos que no pudo apartar la vista de ellos. ¡Qué rayos le pasó!. Se levantó rápidamente y trató de huir de aquel chico antes de que se embobara más con su sonrisa.

 

-Hmp, piensa lo que quieras dobe –respondió indiferente. Maldijo a Itachi por lo bajo por insistir en tener orgullo de hombre y disculparse por aquella estupidez.

 

-¡Hey!. Aún no termina nuestro castigo. Te lo encargo ya que te gusta sacudir borradores.

 

-Maldito, teme.¡Me dejaste limpiando, solo, los salones!

 

-Tu merecido por hacer que me castiguen.

 

-¡Fue tu culpa! –exclamó siguiendo al pelinegro por los pasillos.

 

-Deja de molestar y vuelve a tu trabajo –Naruto lo tomó del brazo y lo miró seriamente.

 

-Faltan tres salones así que me ayudarás a arreglarlos.

 

-Y qué te hace pensar que te ayudaré –Naruto comenzó a halarlo hacia la clase en la que se encontraban.

 

-Así los dos terminaremos más rápido –respondió sin más, girándose a sonreír de oreja a oreja. Sasuke no era tan malo que se diga, una vez que lo conoces pero, ese Teme seguía teniendo algo que lo molestaba, esa actitud arrogante era detestable pero bueno, terminó por aceptarlo. Que él sepa, nunca lo había escuchado pidiéndole disculpas. Era un progreso, estaba seguro que las burlas acabarían pronto.

 

Notas finales:

Qué tal quedó ^^

 

Nunca pensé en adelantar un fic tan rápido, jajaja, bueno espero que lo hayan disfrutado. Dejen sus comentarios y hasta el siguiente cap.

 

^-^ Bye!


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