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AMAME ANTES DE QUE SEA TARDE por lyra

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Notas del fanfic:

QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDO ESCRIBIR UNA ADAPTACION

Este titulo ya lo había elegido para un fic que había en mi cuenta pero que no era mío, una amiga me lo iba pasando para que yo lo publicara en mi cuenta, pero tras año y medio sin saber nada de ella y que lo ultimo que me dijo fue que había borrado el fic de su ordenador, yo he hecho lo mismo y he borrado el fic de mi cuenta, quedándome con el titulo y el resumen que y misma escribí, y como míos me los quedo y uso a mi gusto.

A sus casi 13 años, Bill Trümper era un niño feliz a pesar de las circunstancias. Su familia era pobre y vivían en una pequeña casita propiedad de la familia Kaulitz. Su padre, Gordon Trümper se dedicaba a cuidar sus tierras cuando no estaba ocupado en emborracharse o maltratar a su mujer e hijo.

A pesar de todo eso, Bill era muy feliz. Tenía un buen amigo con el que quedaba todas las tardes para adentrarse en el bosque y jugar sin preocupación alguna. Charlie Kaulitz y él se habían hecho inseparables y aunque habían desatado más de un rumor, ellos los ignoraban. No eran amantes como se decía, solo eran dos niños con ganas de jugar y planear mil y una travesura.

Esa tarde, se estaban bañando en el lago. Eran los últimos días de verano y había que aprovecharlos al máximo.

-Vamos Bill, verás como te gano-gritó Charlie entre risas.

Bill sacó la lengua a su amigo y se zambulló en las frías aguas del lago echando a nadar tras él. Logró alcanzarle y una vez más le ganó por una cabeza, aunque en el fondo sabía que le había dejado.

-Eres muy bueno, Bill-dijo Charlie entre jadeos.

-Me has dejado ganar-apuntó Bill.

Charlie negó con la cabeza sin poder evitar echarse a reír. Era verdad, Bill no era muy afortunado y él siempre le dejaba ganar en todos los juegos a pesar de que Bill le había pedido muchas veces que no lo hiciera.

-Eres bueno, y punto-dijo Charlie con firmeza.

Soltando una maldición por lo bajo, Bill se lanzó a por su amigo. Le agarró por la cintura y empezaron a jugar en el agua haciéndose aguadillas y riendo como si nada.

-Espera...para...-susurró Bill de repente.

Charlie obedeció al momento, viendo como su amigo se llevaba una mano a la frente y cerraba los ojos con fuerza.

-¿Otra visión de las tuyas?-preguntó en voz baja Charlie

Bill asintió con la cabeza. Las odiaba, había descubierto que podía ver cosas que otros no podían. Lugares y personas haciendo algo que luego resultaba cierto. Lo había hablado con sus padres y solo había obtenido una buena paliza de su padre que le gritaba que eso era blasfemia, que tenía el demonio dentro de su cuerpo y se lo iba a sacar a golpes.

Por eso siempre que tenía una, se la callaba. Solo lo sabía Charlie y le guardaba muy bien el secreto.

-Respira hondo, verás como se pasa-dijo Charlie corriendo a su lado.

Puso una mano en su desnuda espalda y se la acarició tratando de consolarlo. Cada vez que tenía una visión, su amigo quedaba exhausto, como si hubiera corrido varios kilómetros. Odiaba cuando le pasaba, no le gustaba verlo tan asustado sin saber porque le tenía que pasar a él.

-¿Qué ves?-preguntó en voz baja.

-Nos están mirando-explicó Bill entre susurros-Están entre los árboles, se esconden y ríen en voz baja...

No tuvo que decir más. Charlie se inclinó y cogiendo una piedra del fondo del lago la levantó sobre su cabeza dispuesto a lanzarla con todas sus fuerzas.

-Salid donde os veamos-gritó muy enfadado.

-No, espera-dijo Bill cogiéndole la mano con la que apretaba la piedra-Son tu hermano, mi primo y sus amigos.

Charlie respiró aliviado y dejó caer la piedra, viendo como Bill tenía razón. De entre los árboles se asomaron su hermano Tom acompañado de Andreas, primo de Bill, y uno de sus amigos, Gustav Schafer.

-¿Hemos interrumpido algo?-preguntó Gustav pasándose la lengua por los labios lascivamente.

-Idiota-resopló Charlie-¿Qué queréis?

-Mamá me envía a buscarte-contestó Tom dando un codazo al bocazas de su amigo-Dice que si piensas que te vamos a traer la cena al lago.

Iba a contestarle cuando una voz resonó en las profundidades del bosque.

-¡Esperadme!

Ese era el amigo que faltaba, Georg Listing. Estaba algo rellenito, demasiado para su edad y siempre se quedaba atrás. Le vieron aparecer entre los árboles e inclinarse apoyando las manos sobre sus rodillas y recuperar así el aliento perdido.

-Si te perderás algún día-resopló Gustav entre risas.

-Todo el día...corriendo de un lado a otro...-protestó Georg entre jadeos.

-Así adelgazas un poco-intervino Andreas.

Viendo que iban a enzarzase en una de sus habituales discusiones tontas, Charlie decidió que era hora de que su hermano y amigos se fueran, ya les habían cortado el juego.

-Ahora voy, díselo a mamá-dijo Charlie resoplando.

-Lo haré...adiós, Bill-se despidió Tom levantando la mano.

-Adiós...Tom-contestó Bill sonrojándose.

-Adiós Bill-canturrearon Georg y Gustav para enojo de Tom.

Quiso partirles la cara, pero le sacaron la lengua y desaparecieron por donde habían venido sin dejar de reír por todo el camino.

-Ignóralos-murmuró Andreas mirando a Tom.

-Son unos idiotas, no sé porque somos amigos de ellos-resopló Tom.

Andreas suspiró, eran los únicos chicos del pueblo de su edad que quedaban. Cuando llegaba el verano la mayoría huía a la ciudad donde poder disfrutar de un poco de aire fresco mientras que los demás se quedaban asándose de calor en el pueblo, o combatiéndolo dándose un baño en el lago, como hacían el hermano de su mejor amigo y su primo.

-Bill-le llamó antes de irse-Dice mi madre que si te quieres venir a cenar a casa.

-No gracias-contestó Bill de inmediato-Sabes que mi padre...no quiere que os moleste.

Andreas asintió de nuevo suspirando. Sabía perfectamente lo que pasaba en casa de su primo, de las palizas que tenían lugar cada que Bill o su madre hacían algo que al padre le parecía mal. Odiaba a su tío, y más a su tía por permitirlo. Bill solo era un niño, y en sus 13 años había sufrido más de lo que debía.

-Vale, si cambias de opinión sabes que te esperamos-dijo levantando la mano y diciéndole adiós con ella.

Bill asintió y levantando la mano a su vez dijo adiós a su primo...y a Tom, al que sonrió con timidez cuando le devolvió el saludo, gesto que no fue pasado por alto por Charlie.

-¿Te gusta mi hermano?-preguntó yendo al grano.

-¡Qué dices!-exclamó Bill sonrojándose.

-¡Te gusta! ¡Te gusta!-canturreó Charlie señalándole con el dedo.

Rompió a reír al ver como su amigo no sabía donde meterse y se iba poniendo cada vez más rojo.

-Vamos Bill, no te enfades-dijo dejando de reír-Si te sirve de consuelo, creo que a Tom también le gustas.

-¿Tú crees?-preguntó Bill esperanzado.

-¿Te crees que habría arrastrado a sus amigos hasta aquí solo para darme ese tonto mensaje?-preguntó Charlie a su vez-Sé de sobra que se cena a las 8 y que más me vale estar para esa hora sentado en la mesa.

Bill se le quedó mirando sonriendo de oreja a oreja. Entonces...Tom solo había ido para verle...

-Que sí, que está colado por ti-dijo Charlie suspirando-Se hace el gallito delante de sus amigos, pero le conozco mejor que ellos y sé que lleva unos días preguntándome si te voy a ver y que vamos a hacer.

La sonrisa de Bill se iba ampliando cada vez más, jamás pensó que sus sentimientos fueran correspondidos. Si, era muy pequeño para saber que era realmente el amor, o si esa atracción que sentía por alguien de su mismo sexo era real...no lo podía saber con certeza, solo que cada vez que veía a Tom Kaulitz sentía que le costaba respirar y el estómago se le encogía.

-Más vale darnos prisa-dijo Charlie sacándole de sus pensamientos-Tengo que ducharme antes de la cena o mi madre me castigará.

Bill asintió y se dirigió a la orilla tras Charlie. Salieron del lago y se pusieron las ropas de nuevo sobre sus boxers mojados.

-Acuérdate de lo de esta noche-dijo Charlie tras ponerse la camiseta-El primero que llegue que haga la hoguera.

Bill asintió y una vez vestido del todo se despidió de su amigo, que se fue a su casa montado en su bici. A él no le quedó más remedio que echar a correr a través del bosque.






La plantación de los Kaulitz era la mayor de la zona. A Charlie le encantaba vivir en ella. Se llevaba muy bien con su familia, bien distinta a la de su amigo Bill. Se entendía de maravilla con su hermano Tom que a pesar de los 3 años que los separaba se preocupaba por él y siempre que le veía triste no paraba de hacer el payaso hasta arrancarle una sonrisa.

Pero no aguantaba a sus amigos. Georg se pasaba todo el día comiendo y Gustav era un salido. Siempre que por casualidad coincidía con ellos, sus conversaciones se basaban en quien la tenía más larga o si se habían hecho ya una paja...

Sacudió la cabeza alejando la repulsión que le daba Gustav y tras dejar la bici tirada en el jardín de la casa, subió corriendo al segundo piso. Tenía el tiempo necesario de darse una rápida ducha antes de la cena.

Cuando su madre iba a buscarle de una oreja, apareció por la puerta del salón y ocupó su sitio al lado de su hermano, que no levantaba la mirada de su plato. Cenaron en silencio y sus padres les dieron permiso para que levantaran. Subieron a sus habitaciones pero antes de que Tom se encerrara en la suya a hacer Dios sabe que, Charlie le cogió del brazo y se lo llevó aparte.

-Tienes que hacerme un favor-susurró mirándole fijamente-Si mamá pregunta por mí dile que ya me he acostado, que me dolía la cabeza.

-Vale-contestó Tom resoplando.

-He quedado con Bill ¿quieres venir?-preguntó Charlie esbozando una amplia sonrisa.

Le encantaba jugar con su hermano, quería que le declarase de una vez su amor por Bill pero...sabía de lo tímido que era y le vio negar con la cabeza.

-Sois dos niños pequeños, solo me aburriré con vosotros-contestó Tom resoplando.

-Pues que pena-dijo Charlie soltándolo-A Bill le hubiera hecho mucha ilusión que vinieras.

Dio media vuelta y echó a correr escaleras abajo, sin ver la cara de idiota que se le había quedado a su hermano

"Bill y Tom, sentados en un árbol besándose..."-canturreó sin dejar de correr.

-¡Idiota!-gritó Tom enfadado a su espalda-Te odio...

-Yo también te quiero-rió Charlie con ganas.

Siguió corriendo y entró en su habitación. Recogió la mochila que había dejado ya preparada y salió de casa. Montó en la bici y 15 minutos después ya tenía una hoguera preparada. De su mochila sacó una bolsa de marsmallows y cogiendo una rama de árbol afiliada la ensartó en uno y puso al fuego mientras esperaba.







Se estaba retrasando, pero ni en sueños se le ocurriría pedir permiso para levantarse de la mesa a pesar de que esa noche su padre estaba de muy buen humor.

-Hemos tenido una buena colecta de fresas-explicó Gordon Trümper a su familia-El señor Kaulitz me ha dado un cesto lleno.

-Podíamos hacer mermelada de fresas-dijo Lilith Trümper con timidez.

-Mmmm...-se relamió Gordon sonriendo ampliamente-Me encanta la mermelada de fresas.

Bill asintió con la cabeza sonriendo a su vez. Raras eran las veces en la que su familia se comportaba como si fuera feliz y estuvieran muy unida.

-¿Dónde habré puesto la parafina? Sé que la dejé en algún armario desde la última vez que la usé...-murmuró Lilith.

-¿Cómo?-preguntó Gordon dejando de sonreír-¿Me estás diciendo que me mato a trabajar y pierdes lo que te compras con ese dinero que tanto me cuesta ganar?

-No...está en un armario de la cocina, pero no recuerdo en cual...-susurró Lilith echándose a temblar de miedo.

-Está en la alacena superior-intervino Bill para ayudar a su madre-Detrás del bote de harina.

Lilith negó con la cabeza al tiempo que Gordon miraba a su hijo con la frente arrugada.

-¿En la alacena superior?-preguntó levantándose de la mesa.

-S-si...-susurró Bill tragando con esfuerzo.

-¿Y cómo es posible que lo hayas sabido?-siseó Gordon abriendo el armario y viendo que efectivamente ahí estaba la parafina.

-Me habrá visto ponerla-dijo Lilith con un hilo de voz.

-O tal vez lo haya visto en una de esas visiones-escupió Gordon-¿Cuántas veces te he dicho que no debes tenerlas? Eso significa que estás mal de la cabeza. Yo te sacaré esas visiones del cuerpo aunque me tire el resto de mi vida.

Viendo sus intenciones, Bill se levantó de la mesa y echó a correr a su habitación mientras que su madre enterraba la cara en las manos y negaba con ella. Su padre se llevó las manos al cinturón y se lo quitó mientras salía tras él.

Había buscado refugio en el armario de su habitación, donde se pasaba muchas horas escondido de su padre cuando estaba borracho. Pero su padre sabía de su escondite y no dudó en sacarlo de el cogido de los pelos. Le tiró boca abajo en la cama con brusquedad y alzando el cinturón lo dejó caer con todas sus fuerzas sobre su espalda una y otra vez...






No supo cuánto tiempo había estado inconsciente, cuando abrió los ojos era ya de noche y la espalda le dolía horrores. Se acordó de que había quedado con Charlie y una vez más llegaría tarde. Trató de levantarse de la cama sobre la que aún estaba, pero cayó al suelo ahogando un gemido de dolor.

De repente...lo vio claro en su mente. Charlie sentado al fuego, levantando la cabeza porque había escuchado un ruido.

”Llegas tarde Bill"-le escuchó decir poniéndose en pie.

-No...no soy yo, Charlie ...--susurró cayendo de rodillas al suelo.

Vio como los ojos de su amigo se abrían y susurraba un "Tú..." antes de caer al suelo de espaldas. Cerró los ojos con fuerza, no quería ver lo que iba a suceder a continuación pero...aún con los ojos cerrados, las imágenes flotaban en su cabeza.

Vio como Charlie rompía a llorar al sentir una manos manosearle de arriba abajo, como llegaba a sus pantalones y se los bajaba arrastrando su ropa interior....como era violado sin que él pudiera hacer nada por impedirlo, siendo solo un testigo mudo de la violación y muerte de su mejor amigo...
Notas finales:

pista: esta basado en una peli, que se basa a su vez en un libro de Nora Roberts (ya me base en otro de sus libros para otro fic)


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