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Por Culpa de su Padre por Tatsuya

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Notas del capitulo:

Al fin actualizo xD! hace dos dias entre a trabajar...y hoy tengo libre y mañana tb.. siq aproveche el momento...ademas pude bajar el nuevo album de Screw "DUALITY" lo ame >.<!!! y mañana podre ver Alice9 channel en nico nico *o*!

 

Capítulo largo... les dije a un faltaba uno para el matrimonio... pero decidi no hacerlas esperar màs siq uní los dos capitulos.

 

Disfruten! lo que muchas esperaban :D!

Reita obedeció todas las indicaciones, hasta que le dio la seña de detenerse, no era precisamente lo que imaginaba, tal vez porque nunca se había parado ni de chiste en un hotel de paso.

 


- Ahora vuelvo... tu entra por el garaje...- dijo bajándose del auto y encaminándose hacia la recepción.

 


Guardó el auto en el oculto lugar, solo había una puerta en el interior, la que seguramente daría con la habitación rentada, se bajó del auto y espero a la mujer de pie, junto a la entrada. El ruido de unos tacones le advirtió que ya venia.

 


- Aquí esta la llave- se la estiró y Reita la tomó para abrir.

 


Después de encender la luz, el lugar tomó forma, una cama, un sillón, una mesa de centró, un televisor con cable y un baño con servicio de hidromasaje.

 


- Tu pagas el hotel...- le informó quitándose el abrigo igualmente de cuero que la cubría.

 


Akira ni siquiera la había visto bien, así que ahora cuando la tenia a solo un metro de distancia, vio lo alta que era, solo escasos dos o tres centímetros mas baja que él, extraño en una mujer, un pantalón de cuero envolvía sus largas y delgadas piernas, una camisa negra disimulaba su escaso busto.

 


Ni siquiera era una mujer que le atrajera físicamente, pero la forma en que le había abordado le había evito la fatiga de elegir alguna otra, aunque comparándola con el resto de prostitutas de la esquina, era la de mejor opción.

 


Se sentía nervioso hacia mucho no sentía la cercanía de una mujer, se olvido de que aquella solo era una cuestión de dinero y se dejo hacer, ella sabiendo cual era su tarea, comenzó a arrebatarle lentamente la ropa, sin prisas. Cerró los ojos, sintiendo como sus dedos desabrochaban uno a uno los botones de su camisa, hasta que estos rozaron la firme piel de su abdomen.

 


Reconoció esa caricia, su mente comenzó a traerle pasajes, poco a poco esa laguna mental, tenida por culpa de una noche de alcohol, se disolvía como fina niebla. Pero no eran esas manos las que le rozaban, sino otras, demasiado gentiles para ser de hombre... de Kouyou.

 


- Aléjate- dijo abruptamente caminando unos pasos hacia atrás.


- ¿Qué te sucede?- cuestionó la mujer entre confusión y molestia.

 


De nuevo mas recuerdos...

 


- Reita... por favor- dijo Uruha intentando huir de su agarre.


- Shh- le acalló colocando uno de sus dedos en sus labios.

 


Había sido él quien le había pedido que hicieran el amor... no, eso no podía ser cierto, además porque tenia que recordarlo precisamente en ese momento?

 


- Toma- Sacó un puño de billetes y se los extendió.


- Pero si aun no hemos hecho nada...- comentó contrariada, tomando el dinero no muy convencida.


- Y no me quedare hacerlo, lamento haberte hecho perder tu tiempo...- se encaminó hacia la puerta.

 


Se abrochó con rapidez solo algunos de los botones de su camisa y se colocó encima el abrigo, no quería pasar ni un momento más en esta barata habitación de hotel, ni ver la cara de esa mujer mirándolo de esa forma.

 


Abrió la puerta del pequeño cuarto y la cerró solo unos segundos después, su auto estaba a unos pasos y subió con rapidez.

 


Podía sentir como si fuera en ese mismo instante las manos de Uruha proporcionando un gran placer, sintió asco de si mismo, aunque quisiera evitarlo no podía dejar de pensar en lo sucedido y como su cuerpo respondía a tales pensamientos.

 


Reita devorando los labios de Shima al tiempo que lo atraía hacia él con necesidad, Uruha deslizando sus manos ansiosas por su piel hasta llegar a su hombría, un temblor lo recorrió entero al recordar como había llegado al orgasmo, y como después lo había tomado ahí mismo, su mirada avellana cargada de deseo, su cuerpo bajo el suyo, acariciándolo silenciosamente mientras se movía rítmicamente dentro suyo, recordó la deliciosa sensación que le daba tenerlo tan cerca, se estaba volviendo loco, loco completamente.

 


Apretó el volante con ambas manos, y colocó su cabeza sobre el forro negro del volante, ¿Qué demonios le estaba pasando?

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


- Buenos días- dijo Aoi dándole un cálido beso en los labios.

 


Abrió los ojos completamente y tenía frente suyo a Yuu con una bandeja con lo que al parecer parecía ser su desayuno.

 


- Traje algo de fruta picada, pan tostado con mermelada de fresa y con otros de maní, un vaso de jugo de naranja y leche fresca, también cereal... yogurt natural- dijo mencionando cada alimento.


- ¿Dónde dejaste al ejército que vas a alimentar?- preguntó Uruha sonriendo, asomando apenas su cabeza entre las sabanas.


- Es que quiero que estés bien nutrido...- dijo con voz melosa y mirada coqueta, dejo la bandeja en la mesa de noche, para después inclinarse y robarle otro beso.

 


Uruha se dejó hacer, mientras Aoi se maravillaba con su boca, con sus labios, sus dientes mordisqueando sensualmente su lengua, sus manos expertas curioseando bajo la fina tela de su pijama, peñizcando sus pezones, cerró los ojos, nunca había experimentando tal placer a esa hora de la mañana.

 


- Te amo- dijo el pelinegro poniéndose nuevamente de pie.


- Yo también te amo- sonrió el chico sentándose sobre la cama.


- ¿Prométeme que nunca vas a dejarme?- cuestionó cambiando su mirada, antes alegre o por una de desconfianza, claro que paso desapercibida para Uruha.


- ...- lo miró sin decir nada, alguna vez ya había dicho amar a alguien para siempre, y eso no funcionó, ahora tenia miedo de prometer algo que no pudiera cumplir, no por no querer hacerlo, sino porque el destino no estaba escrito para nadie.


- No respondes- dijo mientras mirándole con escrutinio.


- Lo prometo- dijo al fin, la mirada penetrante de Aoi lo ponía sumamente nervioso, además no deseaba herir sus sentimientos.

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


Dejó estacionado el automóvil en el lugar reservado para los ejecutivos, y caminó con prisa, tomaría el ascensor en la recepción, ya el otro le había fallado el día anterior, no deseaba repetir la experiencia, la verdad no podía dejar de pensar en la pregunta de Aoi, y en la respuesta algo forzada que le había tenido que dar, una de las cosas que le había enseñado su padre, era a no prometer lo que no se sabe, pues siempre le había echado en cara, su poca disposición para cumplir los mandatos que le hacia, siempre decía si, solo para evitar peleas, como ir mas seguido por la empresa o dejar ese, que él le llamaba estúpido Hobby, que no era ni mas ni menos que la profesión que alguna vez deseo ejercer, la fotografía.

 


- Buenos días- dijo alguien a sus espaldas.


- Buenos días- respondió sin volverse, pero fue inevitable ver de quien se trataba una vez dentro del elevador, vaya si era terrible la vida con él.


- Yo lo conozco...- dijo Miyu mirando sonriente a un Uruha sorprendido.


- Es cierto...- respondió el castaño apenas.


- Un día fue a buscar a Akira a su apartamento- rememoró- Tal vez pueda ayudarme...


- Ah ya recuerdo- dijo con media sonrisa, no debía sentirse mal por la presencia de esa chica en la empresa, pronto seria la esposa de uno de los accionistas y seguramente se volvería cotidiano su trato- Por supuesto ¿En que puedo servirle?- cuestionó mas tranquilo.


- Lo que pasa es que fui a buscar a Akira a su oficina y vi que no hay nada...


- Seguro fue a su antigua oficina, hace apenas unos días se mudo al piso de presidencia...- informó solicito.


- ¿En serio?... ¿creerá que tuve que devolverme acá a recepción para pedir que me ayudasen?

 


La verdad no veía mucho en ella que pudiera ser atrayente, era una chica muy normal y demasiado sencilla, tanto en su forma de actuar como de vestir, tal vez lo diferente que era a Reita, resultaba su mayor atractivo para él... ¿por qué tenia que estarse cuestionado semejantes cosas? Se reprochó mentalmente.

 


- ¿Puede decirme qué piso es?- cuestionó a Uruha sacándole de sus meditaciones.


- Yo voy para allá...- respondió únicamente.


- Mi nombre es Miyu y ¿El suyo?- cuestionó extendiéndole la mano en señal de saludo.


- Takashima Kouyou- dijo al tiempo que tomaba su mano.


- ¿Es amigo de Akira?- preguntó de repente.


- No- respondió tajante, la respuesta de *fuimos amantes* le pasó por la mente- lo conozco porque ambos somos socios.


- Al parecer no tiene muchos amigos- dijo cabizbaja.

 


Para su buena suerte la puerta se abrió, señal de que habían llegado al piso al que se dirigían.

 


- Mucho gusto en conocerla Miyu- se despidió Uruha cortésmente, la verdad era una mujer muy agradable.


- Miyu...- dijo al tiempo que veía a su prometida salir del ascensor junto con Uruha.


- Hola mi amor- dijo ella encaminándose hacia Reita, para después plantar un tierno beso en los labios.

 


Akira lo tomó de sorpresa tal gesto, más porque Uruha estaba ahí.

 


- El Sr. Takashima se tomó la molestia de indicarme donde estaba tu nueva oficina- se viró a mirar al castaño.


- Muchas gracias- agradeció.


- No fue nada- respondió únicamente, la verdad se sentía un poco incomodo ante esta situación, seguro Reita tenia miedo de que le hubiese contado a su prometida su lindo romance.

 


Miyu rebuscó algo dentro de su cartera con entusiasmo y cuando lo encontró sonrió con apremio.

 


- Tome- le extendió a Uruha un sobre blanco, se imagino lo que contenía- es una invitación para nuestra boda, nos halagaría mucho contar con su presencia...

 


Simplemente se quedó sin saber que decir, pero la tomó mecánicamente, sin despegar ni un solo momento sus ojos del rostro de Reita, esperando su reacción, seguro que no le caería muy en gracia.

 


- Miyu, tal vez Takashima este muy ocupado para molestarse en asistir...- atinó a decir, estaba muy contrariado.


- No será ninguna molestia- respondió Yuu llegando de improviso, con su clásica sonrisa triunfante- ¿Verdad Uruha?- preguntó mirándole directamente.


- Por supuesto que no, estaremos felices de acompañarlos...- dijo con fingida amabilidad, la que no paso desapercibida para Reita ¿Qué pretendía Aoi incitándolo a ir a su boda?


- Usted también será bienvenido- dijo al recién llegado, era tan triste que nadie conocido de Akira fuera a el casamiento.


- No nos perderíamos tal evento, es un gran día para nuestro querido Suzuki...

 


Era lo último que le faltaba, pensó con enfado.

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


- Te hacia en el apartamento- dijo Uruha entrando a su oficina con claro disgusto, pero no quiso decir nada.


- Me sentía muy solo sin ti...- dijo atrapándolo por la espalda, envolviéndolo por la cintura- A si que pensé que seria buena idea secuestrarte para ir a festejar... primero un buen...


- Tengo mucho trabajo Yuu- le interrumpió al tiempo que se zafaba de su abrazo, cosa que irritó al otro.


- ¿Te molestaste porque acepte la invitación de Suzuki?- lo enfrentó, cambiando su agradable expresión por un gesto inquisitivo.


- No me gusto que hablaras por los dos...- se sentó detrás de su escritorio.


- Se te presentó la manera perfecta para que me demuestres que ya no te interesa Akira...- dijo mirándole con fijeza.


- Ya no me interesa- sentenció con severidad- pero tampoco tengo que demostrarte nada... sino estas seguro de mi... entonces...


- Entonces ¿Qué?- cuestionó con molestia- no me retes...- reprendió Aoi, tomándolo de la muñeca oprimiéndola con rudeza contra la dura madera de caoba.


- Suéltame...- pidió pero solo logró que ejerciera mayor fuerza.


- Ahora eres mío y siempre lo serás... al igual que siempre harás lo que yo diga...

 


Uruha jaló su mano hacia si, liberándola, había momentos en que desconocía a Aoi, su conducta ciertas veces era incoherente, pasaba de un estado tierno y comprensivo a uno violento y autoritario.

 


- Lo siento- dijo a modo de disculpa, rodeó el mueble y se hincó para quedar a su nivel- es que me dan celos de que aun pudieras sentir algo por ese tipo después de todo el daño que te hizo.

 


Aoi colocó la cabeza en sus piernas como si se tratara de un niño, su mirada azulina mostraba un gran abatimiento, Uruha simplemente le acarició los cabellos calladamente, estaba siendo muy injusto con Aoi y no podía evitar culparse de ello, pues sinceramente si había sentido celos de Miyu y si Yuu quería ir a la boda de Reita para comprobar que lo amaba solo a él, pues iría sin pensarlo, aunque eso significara que su corazón se partiera en dos.

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


Parecía que medio mundo se había confabulado para arruinarle la existencia, primero su repentina recuperación de memoria, después Miyu con su repentina visita a empresa e invitando a Takashima a la boda, y para rematar esta maldita racha de mala suerte, aparece Aoi con sus actos de caballero, aceptando, solo le faltaba que le cayera un rayo y que muriera fulminado.

 


Sentía tatuada en su mente la imagen de Uruha de total turbación ante semejante invitación, no sabia si estarle eternamente agradecido o maldecirlo hasta el cansancio, por no haberle dicho a Miyu la verdadera relación que había existido entre ellos hacia tiempo, quizás de una vez se debería haber destapado la cloaca de sus actos pasados, pero temía, temía que ella lo supiera y lo abandonara por ello, tenia tanto miedo a la soledad, si es que no lo hubo pensado ya por sus continuos pretextos para verlo, sus llamadas sin contestar o su poca disposición de ayudarla con los preparativos.

 


Tal vez por eso, se había tragado su enojo y su visita inesperada la había tomado con más tranquilidad, olvidando su arranque de invitar a Kouyou y hasta la había besado apasionadamente una vez dentro de la privacidad de su oficina.

 


Se había comportado más cariñoso que nunca en un año, le había tomado de la mano mientras le platicaba emocionada cada detalle de la iglesia, del lugar donde se realizaría la recepción, lo mucho que regateó a la asistente de la boda, en los precios de las flores para la decoración - ¡Es un robo! - Había exclamado con sus ojitos claros cargados de agitación, pero él solo le había dicho que no se molestara por pequeñeces, el dinero es lo de menos le había respondido.

 


Sintió mucha paz estando a su lado, como desde hacia mucho tiempo no lo hacia, los recuerdos le habían atormentado, y a decir verdad también aun continuaba sintiéndose culpable, pues había intentado acostarse con una mujerzuela, tal vez hasta en eso tenia que habérselo agradecido a Uruha.

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


Unos leves golpes en la puerta le sacaron de su concentración en el trabajo, aunque tampoco era mucha, pues después de su forzada promesa y el arranque de Aoi, no podía tener la mente en otra cosa que en ese par de acontecimientos.

 


- Adelante... - dijo despegando los ojos del computador para atender al frente.


- Shima te busca Yukata Uke- informó Ruki desde la entrada.


- ¿Kai?- cuestionó sorprendido, aunque era una sorpresa muy agradable-


- ¿Qué le digo?- preguntó por costumbre.


- Hazlo pasar... - respondió sin disimular la emoción que sentía.

 


Takanori se fue e inmediatamente la puerta se abrió de nueva cuenta.

 


- Buenos días- dijo el morocho entrando a la oficina de Uruha con sonrisa amigable.


- Que gusto volver a verte- dijo sinceramente, mientras se levantaba de su asiento e iba a su encuentro- Te perdiste un buen tiempo ¿Qué te habías hecho?.


- Hice un viaje de negocios a Korea pero ya estoy de vuelta- informó- pero cuéntame tu ¿Cómo estas?


- Bien... muy bien- respondió con ánimo, recorriendo el tramo hasta la pequeña sala de estar dentro de la oficina.


- Me imagino por qué, no fue difícil enterarme por las revistas que estas saliendo con Shiroyama Yuu- sentándose también.


- ¡Vaya! Nada de mi vida la pasan por alto... bueno- corrigió entristeciendo su expresión- nunca se enteraron de mi relación con Akira.


- Solo lo mencionaron alguna vez como el “novio fantasma” pero fue hasta que intentaste... - se detuvo, no deseaba recordarle esos amargos sucesos, no definitivamente no venia a eso- a los dos no nos ha pintado bien la vida, bueno ahora a ti si- dijo con cierta melancolía en su voz que opaco un poco su vivaz sonrisa.


- ¿Ya no estas con el Dr. Mizuki?- cuestionó mirándole detenidamente.


- No... la fidelidad no era uno de sus fuertes...


- Lo siento...


- No te preocupes- dijo restándole importancia- ya las cosas no andaban también, desde que supe que fingió ser el medico de Suzuki... - de nuevo lo mencionaba.


- Lo único bueno que me dejo Reita fue tu amistad... - sonrió con aprecio.

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 


El tiempo siempre pasaba demasiado rápido, tal vez demasiado para el gusto de muchos, aunque para Reita era un alivio.

 


Abrochó el ultimo botón de su camisa blanca y acto seguido se colocó en el cuello el elastizado moño negro, en poco menos de una horas se casaría con Miyu, juraría en el altar amarla y respetarla todos los días de su vida, ya no había vuelta de hoja, aunque tampoco se arrepentía de no darla, al fin una vez en su vida estaba seguro de lo que hacia, se esmeraría por entregarse por completo a la mujer que amaba.

 


Se colocó el saco que hacia juego y estuvo listo, tenía el tiempo justo para llegar.

 


El trayecto en automóvil se le hizo muy cortó, conforme se acercaba a la iglesia podía ver la pila de autos de los que seguramente eran los invitados, los estacionó lo mas cercano posible, se bajó de prisa, la costumbre era que el novio debía de esperar a la novia en la entrada, se sentía sumamente nervioso, hasta un pequeña sonrisa difusa podía verse en rostro.

 


Expresión que no paso desapercibida para sus conocidos, entre ellos Uruha.

 


- Buenas tardes- saludo Aoi, acercándose al recién llegado.


- Buenas tardes- respondió clavando su vista en el castaño.


- ¿No vas a darle su regalo de bodas, Uru?- cuestionó el pelinegro sonriente.


- ¿Regalo?- preguntó el novio sin entender.


- Toma- le extendió unas llaves- son de la vieja casona de tus abuelos, quería dártelas antes pero no encontré oportunidad- explicó contrariado.


- No te preocupes...


- ¡Ahí viene la novia!- gritó alguien de los presentes, viendo como el carruaje que traía a Miyu se acercaba.


- Gracias- dijo como lo más sincero que nunca dijo antes

 


Parecía un extraño cuento de hadas, solo que este no era un príncipe y una princesa, eran dos hombres, uno perdidamente enamorado de un imposible y el otro próximo a casar con la bruja del cuento... aunque tampoco tan bruja, una mujer, que para colmo de males, hasta le caía bien.

 


Lo vio alejarse, si hubiera sido otra época, tal vez hubiera creído leer en esa mirada un poco de afecto, pero seguramente estar en medio de su boda le estaba afectando, porque este era el adiós definitivo.

 


- Vamos- dijo Aoi tomándolo del brazo.


- Si..

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 

 

Mil pensamientos, conforme se arreglaba, conforme se vestía... tal vez estar a punto de casarse le había dado la lucidez que en todo ese tiempo le había faltado.

 


¿Cuándo fue la ultima vez que le había dicho te amo? Pero un te amo que no fuera provocado, premeditado, un te amo que le erizara la piel al solo oírlo, hacia tanto que poco recordaba esa sensación plena.

 


Ojala estuviera equivocada, ojala Kami-sama le permitiera que todo fuera solo una loca invención de su mente, ojala solo fuera eso y no más...

 


Pero su frialdad, su poco interés, aunque había intentado remediarlo, lucia tan fingido, lo conocía, así había sido siempre, frío y distante, pero entre esa frialdad y distancia sabia que la amaba... ahora dudaba de ello.

 


Y después esa carta que había mandando un perfecto desconocido...

 


El carruaje de majestuosos caballos blancos, se detuvo justo frente a la igualmente hermosa parroquia, Misato, el padre de Miyu se acercó a él para ayudarle a su hija a bajar, pero desde donde se encontraba, solo pudo ver como sostenía un pequeña conversación y el mayor atareado se dirigía hacia él.

 


- Miyu quiere hablar contigo- informó el hombre con gesto severo, extraño en el.

 


Reita le escuchó sin entender, se volvió hacia la joven que lucia radiante con su bello vestido blanco, un gran velo de tul le cubría el rostro.

 


- No entrara a la Iglesia hasta no hablar contigo...- habló nuevamente el hombre.

 


No tuvo mas remedio que encaminarse hacia donde ella se encontraba, la gente comenzó a detener su caminar hacia el interior del templo ante lo inusual de la situación, Aoi y Uruha permanecieron a la expectativa.

 


- ¿Qué sucede Miyu?- cuestionó mirándola detenidamente, no comprendía el por qué de su conducta- debemos entrar- dijo tomándola del brazo, las personas presentes en la iglesia les miraba extrañada y varios de ellos comenzaban a cuchichear, aunque no podían escuchar la platica, se notaba que algo raro sucedía.


- No...- dijo con decisión- debemos hablar antes.


- ¿Hablar?- preguntó sorprendido- después tendremos todo el tiempo del mundo para hacerlo- sonrió para reconfortarla, seguramente estaba nerviosa, al igual que él.


- Dije que no- su voz sonaba demasiado convincente como para insistir, así que la dejo hablar- primero que nada quiero que me expliques el contenido de esta carta- dijo sacando de uno de sus guantes el papel mencionado.

 


Reita la tomó por inercia y conforme su vista avanza por cada línea escrita, un horror creciente se reflejaba en su rostro, detalle que no paso desapercibido para Miyu, no podía refutarlo era verdad... no reconocía al Akira que tenia al frente.

 


Ese papel contenía en claras frases su tormentoso amorío con Takashima Kouyou y el cómo había obtenido lo que poseía ahora, la verdad que tanto temía había sido revelada, como le había ocultado todo frente a sus propios ojos, no podía creer que alguien pudiera haberle hecho eso.

 


- Ni siquiera puedes negarlo...- se sentía profundamente herida- no te importó que lo invitara a la boda- dijo entre llanto y palabras cargadas de rabia- seguramente todo lo que tienes y hasta esta fiesta se la debemos a él, ¿hasta cuando pensabas ocultarme que te habías acostado con ese hombre?... si es que no lo has continuado haciendo...


- Te equivocas... créeme- respondió con ira, pero no contra ella sino contra aquel que le había ocasionado todo y desconocía el nombre, porque había mandando su veneno sin firmar siquiera- Déjame que te explique, por favor, todo fue producto de una estúpida venganza que mi padre me pidió cumplir en su nombre...- quería hacerla entender sus motivos....


- No puedo, no puedo casarme contigo, menos sabiendo esto, no te conozco...


- ¿Qué dices? ¿Por qué?- cuestionó escéptico, eso no podía estarle pasando.


- Jamás creí que pudieras albergar esa clase de sentimientos, además me lo ocultaste todo... tuve que venirme a enterar por una tercera persona... ni siquiera pudiste ser sincero conmigo... porque debería creerte ahora... que ingenua he sido- se tapó el rostro con sus manos.


- Estas equivocada... tu me amas... debes poder comprender... tu deberías comprenderme- pidió con desesperación, no pudo evitar que gruesas lagrimas se resbalaran por sus mejillas.

 


Los padres de Miyu permanecían alerta ante la escena, no entendían ni media palabra de lo que su hija decía, su madre rompió en llanto.

 


- Por favor, no hagas esto aun más difícil de lo que es- pidió entre lágrimas.


- No me dejes- suplicó, pero ella no volvió su mirada.

 


No podía estarle pasando eso, no supo porque pero se quedo de piedra mientras Miyu le pedía al chofer que emprendiera su marcha, deseó escapar, ni los gritos de su padre la detuvieron, ni el tampoco movió un dedo para hacerlo, estaba tan sorprendido y herido a la vez, todo se había tornado en su contra, ni siquiera prestaba atención a los cuchicheos de la gente que le miraban con lástima.

 


Se dejó caer de rodillas con pesadez, Uruha no cabía del asombro, jamás había visto a Reita en tan mal estado, quiso ir con él, pero la mirada retadora de Aoi y su opresión repentina en uno de sus brazos lo paró.

 


Miyu se fue por donde vino, siguió su marcha con ojos vidriosos, jamás pensó que lloraría por ella, jamás creyó que ella también lo abandonaría, se tocó el pecho apretando su mano muy fuerte la tela de su saco negro, justo donde estaba su corazón, dolía, dolía demasiado.

 


Los invitados comenzaron a esparcirse, por lo visto no habría boda que celebrar.

 


- Vámonos- le dijo Aoi, pero no le hizo caso- ¿No me escuchaste?- cuestionó con molestia.

 


Reita se levantó de repente y se fue sin mas, Uruha miró a su alrededor, debería ir alguien a auxiliarlo, ahí estaba su tío, lo identificó por el incidente en el departamento del abogado, simplemente contemplando la escena, lucia contento, sintió una gran rabia por el, no le importó entonces Aoi, solo se encaminó hacia el mayor.

 


- Vaya tras él, no ve que puede cometer una locura- pidió con preocupación.

 


Pero por respuesta solo obtuvo una mirada de asco y un escupitajo cercano, para después irse por el lado contrario al de su sobrino.

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


Habían sido varias horas de buscarlo, en su apartamento, en la casona, tenia la esperanza de que hubiera ido allá pero nada, hasta que se le ocurrió otro sitio y ahí estaba, lo supo pues su auto estaba estacionado en la empresa.

 


La puerta se entreabrió y con la ella pudo colarse la luz del exterior, la cual le encandiló por un momento, había estado tomando en medio de la oscuridad de su oficina ya varias horas, no quería ir a su departamento, ahí estaría su tío y no deseaba soportarlo.

 


Abrió los ojos poco a poco hasta que logró distinguir una silueta dibujada en el marco de la entrada.

 


- ¿Qué haces aquí?- cuestionó poniéndose de pie con rapidez, mareándose un poco, al percatarse de quien se trataba- ¿Te hice una pregunta Takashima?- preguntó nuevamente lleno de molestia.
No cabía duda que sabia lo que había sucedido, lo había visto con sus propios ojos y estaba ahí solo para burlarse, para disfrutar su dolor.


- Se por experiencia propia lo frío de estas oficinas, así que traje algo para que puedas cubrirte- dejó la manta y la almohada que había llevado en el asiento cercano- si es que piensas quedarte a dormir.


- No tenías porque preocuparte- dijo con fastidio- si es a lo único que venias, ya puedes irte, lo menos que deseo ver en este momento es tu rostro. Tomó la botella que estaba frente a él y se la empinó de golpe, solo quería emborracharse hasta perder la conciencia y no pensar, pero al ver a Uruha un grave pensamiento se le vino a la mente.


- ¿Fuiste tu?- preguntó de golpe, mientras le sorprendía tomándolo por el cuello de la camisa.


- ¿De que hablas?- cuestionó totalmente conmocionado por la pregunta y por la reacción de Suzuki.


- Tú le mandaste a Miyu esa maldita carta donde le cuentas lo que te hice...

 


Podía sentir su aliento afiebrado chocándole de lleno en su rostro, el olor a alcohol proveniente de su boca, estaba doblemente sorprendido, de repente comprendía la reacción de la joven, el motivo que la orillo a no casarse... sabia la verdad.

 


- Te juro que no fui yo... jamás te hubiera hecho algo así...- dijo mirándole directamente a los ojos y a esa distancia era factible... Reita lo soltó.


- ¿Entonces quién fue? ¿Quién escribió este maldito papel?- preguntó a la nada, al tiempo que sacaba el doblado papel de su bolsillo y lo tiraba al suelo, sentándose nuevamente.

 


Uruha lo tomó para inspeccionarlo, la persona que lo había hecho, lo tenia todo calculado, era extraño pues solo pocas personas sabían de la relación que habían mantenido, debía de saber el día de la boda y donde encontrar a Miyu, pero tampoco había dejado rastro de su identidad, la carta estaba escrita con letra de computador.

 


- Lamento lo que sucedió- comentó sin moverse siquiera de su lugar, Reita estaba muy irritable y no deseaba pelear- nadie quiso venir a ver como estabas- comentó con molestia.


- Ah si que viniste tú ¿no?- preguntó con sarcasmo- ¿no crees que eres el menos indicado?

 


Tenia razón, pensó y lo miró bien, Reita se veía devastado, vestía aun el tuxido del novio aunque completamente desaliñado y olía tremendamente a alcohol toda la habitación, signo de que ya llevaba varias copas encima y la evidencia de un par de botellas vacías sobre la alfombra lo confirmaba todo, pero pese a ello parecía estar en sus cinco sentidos, respondía con rapidez, hasta sabia como herirlo con sus palabras, tenían la frialdad que le caracterizaba, siempre a la defensiva.

 


- Si querías verme derrotado, la vida te ha dado el gusto- sonrió forzadamente- estoy pagando por todo el daño que te hice...


- Nunca he deseado verte sufrir, siempre quise aliviar tu dolor, tan semejante al mío, pero no lo logre- dijo con tristeza.


- Supuestamente tu ¿Cuál es ese dolor?- preguntó incrédulo, que iba a saber Takashima de él?.


- Que nunca nadie te ha amado ni has amado de verdad- respondió viéndole directo al rostro, con la nitidez que la escasa luz emanaba.


- ¡Vaya! Debo admitir que tienes razón... creo que si Miyume hubiera amado, me hubiese entendido... pero no quiso oír razones...- sonrió con sarcasmo- pero... ¿Y tú? ¿Tú no cuentas?... tú decías amarme- comentó cínico.


- No decía amarte, te ame y te amo- confesó desviando la mirada, aunque seguramente eso al rubio no le importaba- pero yo no cuento, porque nunca me diste la oportunidad.

 


Reita se levantó como pudo del sillón y se dirigió con paso inseguro hacia Uruha, cuando estuvo a escasa distancia alzó la mano y lo tomó del mentón, obligándole a enfrentarse a su mirada, los ojos café claro del castaño lucían acuosos debido a los recuerdos que vagaban por su mente en esos momentos y a su vez por enfrentar ese par que parecían interrogarle.

 


- Nunca entendí con certeza, porque me amabas- dijo Reita meditabundo, siguiendo con la vista el curso de sus dedos por la mejilla de Uruha.

 


No era una caricia, apenas era un roce, pero tembló con solo sentir sus dedos sobre su piel, no sabia que era el alcohol o la depresión pero a Reita le pareció sumamente tersa, más aun que las mejillas de Miyu.


El cuerpo de Shima se tensó debido al toque, mientras la reciente declaración hacia eco en su cabeza, o tal vez habían sido una pregunta, prefirió esperar, pues Reita parecía tener ganas de seguir hablando.

 


- A pesar de mis intentos, nunca pude dejar de ser frío e inexpresivo contigo, me sorprendía de lo ciego que estabas- dijo sin ningún tono impreso en su voz, era como una confesión- no se como después de que para mi no significaste nada, puedes decir que me amaste... puedes estar aquí preocupado por mi... y si yo fuera tu... tal vez estaría brindando por tu desgracia...

 


Uruha suspiró profundo y lo miró fijamente, era cierta toda esa indiferencia, muchas veces tuvo dudas, la sintió, no estaba del todo perdido, pero también logró percibir otros sentimientos con claridad.

 


- Tal vez tus actitudes ciertas veces fueron crueles, pero ¿Cómo olvidar nuestros, no se si decir fingidos, pero bellos momentos?- dijo con amargura en su voz, alejándose del roce del rubio.


- ¿Bellos momentos?- cuestionó escéptico.

 


Kouyou se alejó unos pasos, su mirada se perdió en el enorme ventanal con que contaba la oficina y podía verse un hermoso panorama nocturno de la ciudad.

 


- Fueron muchos- sonrió al recordar- la mudanza, te reíste como un loco de mi, cuando casi hice explotar tu cocina, tus celos de Kai, se que los negaste, pero vi claramente como te molestaba la cercanía con él, también los celos que tuviste por Aoi, tu preocupación esa noche que me espero en el estacionamiento, además nuestras salidas, los abrazos que nos dimos, la vez que te convencí y abandonamos la oficina temprano, caminamos durante toda la noche y terminamos viendo el amanecer en la banca de un parque, ¿No los recuerdas?- cuestionó con melancolía y girándose para ver su reacción.

 


Quería encontrar en sus ojos aunque sea un dejo de nostalgia, quería que esos momentos fueran sentidos por Reita como lo eran sentidos por él, a Uruha aun le quemaba la mente pensar en ellos, la desesperanza que lo embargaba al saber que no volverían.

 


Y si, Akira recordó, pero también el sentimiento mal sano que lo había orillado a acercársele aquella noche en esa mansión, cada día y cada noche después de aquella, su sufrida conquista, su insoportable venganza.

 


- Perdón- se disculpó Uruha al notar la turbación en esos ojos oscuros- Tal vez solo fue mi imaginación jugándome una mala pasada- una lagrima rodó por su mejilla con extrema lentitud- tu tienes tu propio dolor y yo... perdona mi estúpida actitud de rememorar ese pasado... que seguramente aborreces... que inoportuno he sido- comentó frustrado.

 


Fue tan largo el trayecto, hasta que esta resbaló de su rostro y cayó al suelo emitiendo un sonido casi imperceptible, sus miradas se volvieron a encontrar pero Uruha ya no vio nada, siempre seria así, cuando más cercano estaba a adentrarse dentro del corazón de Reita, este lo cubría con una capa hermética e impenetrable.

 


¿Qué estaba haciendo ahí? Se preguntó mentalmente, ¿Qué buscaba encontrar?

 


- Perdóname... escogí el peor momento para cuestionarte... - dijo apenas. El otro solo lo miró irse en silencio...


- No te vallas- pidió apenas en un susurro- no quiero estar solo...

 


Se encogió en sí mismo, escondiendo su cabeza con sus brazos y dejo que fluyera todo el llanto que necesitaba salir, ya no le importaba que Uruha estuviera ahí, solo quería un poco de consuelo... se sentía demasiado solo interiormente y sumándole la ausencia del cuerpo...

 


Shima se acercó y tomó asiento en la mesa de centro, se agachó solo un poco para quedar a su nivel... acercó sus manos a su cabello, moría por acariciarlo, pero no sabia que hacer, ¿Abrazarlo? No sabia como iba a reaccionar... mando al demonio esos pensamientos y se arriesgo... Reita lloraba desconsoladamente. Sus brazos se cerraron lentamente alrededor de sus hombros y tal vez por miedo a que fuera rechazado, muy despacio lo guió a su pecho, para su sorpresa el rubio no se rehusó a su toque... lo abrazó tan fuerte como pudo.

 


Sintió un tibio calor envolverlo, no quiso ni siquiera abrir los ojos, solo se dejó abrazar y envolver por ese suave aroma proveniente de Uruha, que seguro se sentía ahora, tan cómodo, se sentía protegido, deslizó sus brazos y se afirmó a la cintura del castaño.

 


- Todo va ha estar bien- susurró en su oído.

 


Reita se alejó con lentitud, tenia los ojos rojizos a causa del llanto, y sus pupilas chocaron de lleno con la mirada penetrante del castaño, que hermosos y preocupados lucían, tal vez en todo el mundo, a la única persona que le interesaba era a él, no supo porque solo comenzó a acercarse nuevamente, hasta que sus rostros estuvieron a centímetros y cerrando los ojos, le besó.

 


Uruha se quedó petrificado por el gesto, Reita tenía sus labios sobre los suyos, que deliciosa sensación le recorrió por completo, igualmente cerró sus ojos y comenzó a profundizar el beso. Fue una suave caricia, sus labios se rozaban apenas, sus alientos se confundían, se reconocían, las manos del rubio lo tomaron del rostro, su lengua tímida jugueteó con la del castaño, necesitaba tanto de ese amor que decía profesarle, poco a poco comenzaron a adormecerle cada músculo, como si ese beso fuera un sedante para su cúmulo de emociones, le invadía como un manto invisible, hasta que terminó por vencerle.

 


Uruha sintió como los labios del otro se alejaban, abrió los ojos y para su sorpresa, el rubio estaba dormido en sus brazos.

 


- Miyu... - susurró entre sueños...

 


- Dame la receta mágica que usaste para olvidarme... para no pensar en el daño que me hiciste y seguir adelante, superarlo todo... porque yo no puedo... porque para mi no ha sido fácil arrancarte de mi corazón y mirar al frente... dejarte ir como tu lo hiciste conmigo- Lo acomodó sobre el sofá, para que estuviera más cómodo y lo cubrió con las mantas que había llevado, ya no tenia nada que hacer allí.

 


- Me quede estancando en el pasado y en los por qués, y aunque finjo que no me importas, aun tengo tatuado en mi cuerpo esa noche de pasión, aunque única, tan bien lo fue inolvidable... No entiendes que te hice mío, pero no para un momento sino por toda la eternidad.


Uruha solo lo miró y se fue en silencio, la escasa luz que entraba por la puerta abierta había desaparecido pues esta había sido cerrada y ahora Reita quedaba nuevamente solo.

 

 


Continuara...

Notas finales:

Que tal?

 

Ahí esta su respuesta sobre el matrimonio xD!

Espero que les haya gustado n_n! gracias por los reviews del cap anterior, siq ahora me voy a responder los q me faltan n_n

Muchas gracias a todos n_n!


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