Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por Culpa de su Padre por Tatsuya

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas!! Ahhh! Odio mi trabajo! estoy chata >_<!! pero eso no creo q les importe xd

 

Yo queria ver Alice9 Channel pero no podre ;o;!

 

Bueno, aqui les dejo la actualizacion, creo q les gustara xD!!

El amor no es el único sentimiento que ata dos almas...

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


En cuanto llegó a la habitación tiró el abrigo sobre la cama y aflojó el nudo de su corbata, por suerte Reita y Hiko se habían quedado en el restaurante del hotel, pues solo de pensar en alimento se le revolvía aun más el estomago, así que con la excusa de sentirse pésimo, se había alejado del grupo y retirado a descansar. Además tampoco quería hablar con el rubio, seguro iba a forzarlo y ante la presión contaría todo lo acontecido dentro de la oficina de Donovan, aunque estaba decidido a no rebajarse a semejante propuesta, tenia sus dudas.

 


Primero por Reita, seguramente ahora que había logrado de hacerse de un capital, le resultaría demasiado desagradable que la empresa pasara por una crisis económica, segundo por su padre, conocía el pasado de lucha de este, lo que tuvo que hacer para conseguir llegar a tener Maverick y tercero por Aoi, pues su padre era uno de los socios fundadores y tenia en la empresa invertido todo su tiempo y dinero..

 


Sonrió débilmente, por sus prioridades, ¿Por qué siempre ponía a Reita sobre todo lo demás?... Como lo más importante.

 


El teléfono repiqueteó sonoramente un par de veces ante de se encaminara a responder, tomó el auricular y contestó.

 


- Mochi mochi...


- Hola precioso, soy Aoi...- La voz amorosa de hizo escuchar del otro lado de la línea, había quedado de hablarle, ni siquiera lo recordaba.- Te extraño mucho... ¿Cómo esta todo por allá?- cuestionó al notar la poca disposición del castaño para hablar.


- Han pasado cosas... - la verdad no sabia si contarle, aunque necesitaba hacerlo, sentirse apoyado por él.

 


La llamada de Aoi no era pura casualidad, había tenido a su Padre gritándole por media hora, que su estúpido amante había rechazado a David Donovan, que por culpa de Takashima perderían el negocio y la amistad de muchos años con el magnate americano… Por eso estaba ahí, llamándolo, para convencerlo.

 


- Quiero que me tengas confianza...


- Esta bien- aceptó, al tiempo que tomaba asiento en la cama- el Sr. Donovan me hizo una proposición aberrante...


- ¿Qué cosa?


- Me dijo que para cerrar el trato debo acostarme con él... - su antes preocupación se volvió una profunda molestia- puedes imaginar el asco que sentí cuando se atrevió a decirme semejante...


- Hazlo- le interrumpió.


- ¿Acaso no escuchaste lo que dije?- cuestionó escéptico ante la respuesta de su pareja.


- Si, si escuche lo que dijiste, pero te das cuenta cuanto podríamos perder...


- Yuu, no me hagas esto... - dijo y sintió con la persona en que más confiaba le daba la espalda.


- Entiende algo Kouyou, solo va ha ser una noche, o sea, no una noche- se retractó- una hora, quizás menos, solo bebe más de la cuenta y veras que no sentirás nada, cuando menos lo pienses abra terminado todo- intentó hacerle entender.

 


Aoi cerró los ojos con fuerza, se hastiaba de sí mismo, al pedirle al castaño se dejara poseer por ese hombre, la expresión de su rostro se volvió ruda y desencajada, solo de imaginarlo tocándolo, acariciándolo, pero no podía evitarlo, en caso contrario Donovan se iría con la oferta de los árabes, botaría a Maverick y eso no debía suceder.

 


- La vida esta llena de sacrificios... - sentenció con voz cansada.


- ¿Me amas Yuu?- cuestionó, sus ojos vidriaron.


- Te adoro... por favor, hazlo por mí... - suplicó.


Esa frase parecía eco dentro de su cabeza.

 


Para Takashima amar era entregarlo todo, como Aoi lo hacia, el pelinegro siempre estaba a su lado, lo estuvo cuando más lo necesito, después del trágico rompimiento con Akira, si alguna vez lo había dañado, era porque él mismo lo había provocado, por no corresponder a su amor, por no arrancarse del corazón al rubio, pero ahora debía hacer lo que le pedía, porque después de esa amarga experiencia, sabia que podía seguir contar él.

 


- Solo es el cuerpo, tu alma quedara intacta...


- Esta bien... solo porque tú me lo pides- sonrió con tristeza, como si Aoi pudiera verlo.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


- ¿Sabes? Hay algo que me tiene muy intrigada- dijo tomando la blanca servilleta y limpiando la comisura de sus labios.


- ¿Qué cosa?- cuestionó Reita mirándola de lleno.


- Tal vez digas que continúo con lo mismo, pero la forma en que Uruha y tu se tratan es muy extraña...


- ¿Por qué dices eso?


- Cuando lo alcanzaste en el ascensor, lo tomaste del brazo y parecías interrogarlo con la mirada, vi sus ojos... ustedes no se tratan como dos hombres socios de una misma empresa... sino...


- ¿Cómo que?- la interrumpió, deseaba saber hasta donde habían llegado las conjeturas de Hiko.


- ¿Estas seguro que Takashima no esta enamorado de ti?- el estoico gesto del rubio, así como su inquebrantable silencio, le dio la razón- Lo esta... - sonrió sorprendida- y tú lo sabes...


- Tú eres la que no sabe nada... - respondió con molestia.


- ¿Por eso dejaste de ser su abogado?-cuestionó intrigada- Ahora creo entender...


- Hiko...


- Déjame terminar, eran amigos, él te confeso que sentía algo por ti y cortaste por lo sano, por eso no sabes muchas veces como tratarlo, y esa confusión yo la note... ¿Es así?


- ¿Qué pensarías si te digo que no?- su voz era serena, que errada se encontraba su colega.


- Entonces ¿Qué es?- estaba demasiado interesada por saber como para rendirse.


- Quizás alguna vez te lo cuente... pero hoy no- sonrió melancólico- ¿Vamos a dar una vuelta?- invitó levantándose de la silla y sacando un par de billetes, los colocó sobre la mesa.


- Esta bien... - aceptó a regañadientes.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


Reita se dio el ultimo vistazo en el espejo, acomodando a regañadientes del moño de su tuxido, sentía cierta molestia, le había quedado un tanto ajustada la camisa, miró a Uruha de soslayo, hojeaba despreocupado una revista.

 


- Y tu ¿Qué? ¿No piensas cambiarte de ropa? No tarda en llegar Tora a recogernos... - comentó tomando un peine y alisando su claro cabello con movimientos descendentes.


- ¿Para que?- preguntó, pero más por el rubio para sí mismo, de todas formas terminaría desvestido.

 


Suzuki  se giró a enfrentarlo, era extraña esa manera de contestar, demasiado agresiva para el carácter tan blando de Takashima, y fue ahí que pudo notar las varias pequeñas botellas de alcohol regadas sobre la mesa ratona.

 


- ¡¿Has estado bebiendo?!- cuestionó totalmente irritado, aunque la pregunta estaba de mas, la evidencia era mas que contundente.


- Solo un poco- sonrió cínico, dejando de lado la revista, dispuesto a ir en busca de más botellitas.


- ¿Acaso no te has dado cuenta de la magnitud de las cosas? Y tu te emborrachas, no recordabas que esta noche en esa maldita recepción vas a cerrar un importante negocio para la empresa... - se encaminó hacia él dispuesto a zarandearlo un poco, pero se detuvo a unos pasos- ¿Qué demonios te pasa?


- Nada... - su sonrisa desapareció y dio lugar a un poco disimulado gesto de tristeza.


- La maldita respuesta del día- bufó con molestia- No sabes mentir Uruha... - habló muy despacio con un aire de preocupación que poco convenció al castaño, sabia que lo único que le importaba a Reita era la empresa.


- Y tú si, y me consta que sabes hacerlo muy bien... - había tanto rencor en esas palabras así como en esa mirada avellana que lo miraba con escrutinio.


- ¡Vaya que sarcasmo!- exclamó sin inmutarse, aunque no podía evitar sentir cierto malestar por tal comentario- ¿Y a que debo tal conclusión de mi persona?


- El alcohol me hizo recordar pasadas vivencias... - sus ojos vidriaron, cosa que el abogado notó inmediatamente.


- Solo un favor- lo miró con frialdad- no vayas a llorar porque se te corre el maquillaje...


- Aush- se quejó- eso si fue un golpe bajo...

 


Uruha se levantó deprisa y sintió con el suelo parecía moverse, como si temblara, solo así pudo notar cuanto había tomado hasta el momento, aunque todavía tenia conciencia, así que la ardua tarea de emborracharse apenas empezaba.

 


- Tienes razón... será mejor que me cambie... - tomó de la cama la funda que guardaba el traje rentado.


- Uruha yo no... - intentó decir, pero calló sin saber a ciencia cierta que decirle- ¿Por qué no podemos hablar como gente civilizada?

 


Takashima se detuvo, mas siguió dándole la espalda.

 


- ¿Recuerdas aquella pregunta que te hice en el ascensor? De sí tú y yo, en otras circunstancia, hubiéramos podido ser amigos... creo que no, nunca podríamos serlo... porque yo te amo... - no dijo más, solo abrió la puerta del baño, lo justo para entrar, y la cerró nuevamente.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


- No le han dicho que es de mala educación oír detrás de las puertas...


Hiko se incorporó un tanto apenada, había sido atrapada en pleno acto- Buenas noches Amano-san- sonrió cortésmente.


Tora tomó la mano que la hermosa mujer extendía y depositó sobre ella un ligero beso.- ¿Algo interesante?


- Nada... parece que estas puertas están hechas contra ruidos... - murmuró con una leve molestia.


- Al parecer... - sonrió meditabundo- por cierto, quizás yo pueda ayudarle en cuanto a lo que desea saber...


- ¿Sabe usted de que habló Uruha con el Sr. Donovan?- cuestionó sin mayor preámbulo, no era en si lo que buscaba oír, sino alguna otra cosa, pero era una buena excusa.


- Por supuesto, pero ¿Takashima-san no se los ha comunicado?- cuestionó contrariado.


- No, no se lo dijo a Akira, y bueno, mucho menos me lo diría a mí... pero creo que hay algo turbio en todo esto, ¿no es así?


- Tiene razón, el Sr. Donovan le ha propuesto Takashima una noche con él, a cambio de continuar con el trato estipulado.


- ¿Qué ha dicho?- cuestionó sin entender, además la forma tan fresca en la que le había soltado todo, la había hecho dudar, de que eso no fuera una broma.


- Lo que escuchó... ahora esta en sus manos si se lo dice a Suzuki-san - dijó únicamente, dejando a Hiko totalmente petrificada ante tal confesión.

 


Tora dio un par de golpes secos en la puerta, la respuesta del otro lado no se hizo esperar.

 


- Buenas noches... - saludó Reita al percatarse de quien era, la peliroja estaba a su lado.


- He venido a recogerles... - informó el abogado.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


David dejó de plática con el selecto grupo de amigos con quienes se encontraba y sin dejar de mirar ni un momento hacia la entrada, se dirigió con paso seguro hacia la barra, donde el barman atendía a un par de personas.

 


- Un whisky...

 


Un minuto después y tenia el vaso con la mitad del contenido, estaba demasiado ansioso por ver nuevamente al joven Takashima, contemplar de cerca su etérea y varonil belleza, sentía como le recorría la adrenalina por todo el cuerpo, para centrarse en su entrepierna, solo de pensar que esa noche seria suyo, lo había prometido Shiyorama padre, que su hijo lo convenciera, ahora solo contaba los minutos y los segundos para tenerlo.

 


No tardó mucho para que sus suplicas fueran escuchadas, ahí junto con Amano y el par de abogados se encontraba Takashima Kouyou, sus ojos lo recorrieron completo, lucia simplemente perfecto, dentro de ese tuxido a la medida, su cabello rebelde de hebras doradas, sus labios carnosos y rosados, su cuerpo que imaginaba vigoroso y provocante debajo de la ropa, ¡Dios! Cuanto lo deseaba.

 


- Buenas noches... bienvenidos- le saludó con sonrisa lasciva,


- Buenas noches Sr. Donovan- saludó Uruha y los demás al unísono.


- Me gustaría hablar a solas con usted- dijo Donovan directamente al castaño- para saber que decisión ha tomado...

 


Uruha sintió como parecía congelársele la sangre, pero sonrió y con un movimiento de cabeza aceptó.

 


- Esto sé esta tornando demasiado misterioso- agregó Reita mirando como el par de hombres se alejaban rumbo a la barra.


- ¿Quiere una copa?- cuestionó Tora, al tiempo que detenía el andar de uno de los meseros.


- Yo necesito una- comentó Hiko tomando una de la bandeja.  Suzuki hizo lo mismo, aunque no tenia muchos ánimos de beber, necesitaba tranquilizarse un poco, estaba realmente intrigado, con todo ese asunto de Donovan y el castaño.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


Uruha tomó asiento en los pequeños bancos forrados de oscura piel, y bebió de lleno la copa de champagne, que escasos segundos atrás había pedido al cantinero.

 


- Otra... - ordenó colocando sobre la barra el cristalino recipiente.


- Aun no me ha dado su respuesta... - comentó David, sin mostrar inquietud, no quería hacer notar lo mucho que le descontrolaba su poca disposición de no hablar.


- Creo que de antemano sabia lo que iba a responder... - de nuevo la copa vacía y pidió llenarla nuevamente, aun sentía tanto asco con solo verlo, necesitaba más alcohol.


- ¿Eso es un sí?- cuestionó evitando que se le escapara la sonrisa de triunfo que estaba a punto de brotar en sus labios.


- Es un si- respondió tajante pero sin emoción alguna, le arrebató la botella al barman, indicándole que ahora era él quien iba a servirse.


- ¿Brindamos?- cuestionó Donovan, mientras su mano que reposaba sobre la barra se colocaba comprometedoramente sobre la pierna del castaño.

 


Cosa que no paso desapercibida para la mirada de cierto rubio, que los observaba a la distancia.

 


El tenue sonido de las copas al chocar se oyó, Uruha no desperdició la oportunidad y alejó su mano, y el liquido efervescente fue tomado de un sorbo, cerró los ojos levemente, estaba comenzando a aturdirse, pero el que no perdió tiempo fue Donovan, quien a presentársele la oportunidad, saltó como zorro ante la liebre y dejando su asiento se acercó mas al menor con la intención de besarlo.

 


- No aquí... - fue la corta respuesta que susurro Takashima en su oído, al notar la cercanía del mayor.


- Entonces iremos a otro lugar como lo deseas...

 


Su aliento chocó sobre la piel fresca de su rostro, solo asintió levemente, el olor a madera, proveniente del perfume de Donovan, que le enervó los sentidos, estaba demasiado confundido, ni siquiera había notado en que momento Reita se había acercado, hasta que habló a su lado.

 


- Podemos hablar un minuto Uruha... - habló el moreno, con la vista clavada en el rostro de Donovan.


- Claro- atinó a decir, solo sintió el tirón de la mano del rubio sobre su brazo, alejándole de la barra.

 


Tenía los ojos entrecerrados, sentía que de un momento a otro iba derrumbarse, Suzuki estaba fuera de sí, solo cuando encontró un lugar solitario, en una esquina del salón, lo soltó.

 


- ¿Qué demonios te esta pasando?- cuestionó a corta distancia, en un tono de voz modulada, no quería armar un escándalo.


- Nada, no ves que me estoy divirtiendo... - su voz denotaba un sarcasmo puro y una sonrisa de burla apareció en su rostro, quería irse no tenia nada que hablar con él.


- Donovan se te esta insinuando... ¿No te das cuenta?- lo tomó del brazo evitando que se fuera.


- Lo sé y no es tu asunto- recriminó con desfachatez.


- ¡No puedo creer que Aoi te deja un momento solo y ya estas viendo como meterte en la cama del primero que ves!- exclamó Reita totalmente desencajado.

 


Uruha simplemente lo miró con una mirada, que si pudiera matar, el rubio hubiera caído fulminado, el abogado deshizo el amarre, Shima no pensaba decir absolutamente nada más, en parte por el gran asombró que le producía esa extraña actitud de su acompañante, además para ese entonces tenia tanto alcohol en el cuerpo que le era imposible hilar una idea coherente dentro de su cabeza, así que solo atinó a salir de ahí, aun tenia algo que hacer esa noche.

 


Por su parte Akira sentía que le hervía la sangre por dentro, ¿Cómo alguien podía caer tan bajo? Desconocía la desfachatez con la que Uruha lo había ignorado.

 


Salió detrás de él, pero este ya estaba nuevamente al lado de Donovan, en lo que parecía ser una amena y erótica platica, se encaminó al otro lugar del salón donde Hiko lo esperaba.

 


- ¿Qué te sucede Reita?- cuestionó en cuanto lo tuvo a corta distancia, tenia la piel del rostro enrojecida y sus labios tan tensos, por causa seguramente de un disgusto.


- Estoy harto de Takashima... harto...


- Tranquilízate o te va a dar un infarto... -mitad exageración mitad verdad.


- Necesito un poco de aire fresco...- Fue lo ultimo que dijo antes de salir con Hiko detrás, rumbo al jardín.


- Ahora quiero que me expliques ¿Qué es lo que te sucede?- le enfrentó una vez a solas.


- ¿Acaso no te diste cuenta del numerito que esta haciendo Uruha y el vejete de Donovan?- dijo señalando con su dedo índice hacia el interior de la mansión.


- Si no te conociera pensaría que estas celoso...


Reita tomó de lleno el contenido de su quinta de copa de champagne de la noche.- Pues si- dijo sin pensar- me estoy muriendo de celos, solo de pensar que ese maldito le va a poner las manos encima... - sus ojos vidriaron ante la sola idea.


- Creo que esto se te esta saliendo de las manos Akira... - sentencio totalmente contrariada- ¿Estas enamorado... de Kouyou?- cuestionó totalmente aturdida, por la reciente confesión...


- Claro que no... – se apresuró a desmentir tan descabellada idea.


- ¿Entonces por que sientes celos de él?


- Tú no lo entenderías...


- Deja de decir eso y habla de una vez...


- No, no estoy enamorado de él- respondió después de un corto silencio... - el motivo por el cual Miyu no quiso casarse conmigo, fue por que se entero de mi relación con Uruha...- Hiko quedó petrificada, mil pensamientos se hicieron remolino dentro de su cabeza, encabezados de periódicos y revistas amarillistas, parecía todo tener sentido ahora.


- Dime que no es lo que estoy pensando... tu no eres ese amante desconocido de Takashima Kouyou, que mencionaron las revistas... el causante de su intento de suicidio, o ¿sí?

 


Parecía que el silencio del rubio, decía más que mil palabras, la forma en que había desviado la vista ante sus cuestionamientos, delataba la verdad.

 


- Jamás creí que tú fueras...


- ¿Gay?- sonrió a medias- ¿Quieres saber porque me acerque a Kouyou?- cuestionó y parecía que al fin podía sacar toda la amargura que traía por dentro, al fin podía confesarle a alguien, lo que había vivido- me acerque a él por venganza- la mirada de total turbación de Hiko, al pronunciar esa palabra, lo incitó a continuar- si, como escuchaste, por venganza, mi padre me pidió que le quitara todo a su familia, siempre me hizo creer que ellos eran los culpables de su bancarrota, lo hice, seduje a Uruha y recupere algo, que al fin de cuentas ni siquiera me pertenecía, porque después me entere de las existencia de unos documentos que presentaban que la ruina de mi padre fue causada por su adicción al juego... nunca me lo dijo, me envenenó contra él de la peor manera, Uruha se entero de mis verdaderas intenciones, supo que no lo amaba como se lo había hecho creer y en un arranque de locura, intento quitarse la vida...


- Akira... te desconozco... - dijo casi en un susurro.


- Tal vez esta sea la única vez que vaya decir algo así- una lagrima rodó por su mejilla- no es amor lo que siento por Uruha, es culpabilidad, yo le robe la voluntad, yo estuve en el hospital cuando se cortó las venas y me sentí el ser más despreciable al haberle ocasionado tal daño, siento que todo lo que le pasa desde entonces ha sido mi culpa, ¿entiendes eso?- se tapó el rostro con ambas manos impidiéndole ver como brotaba el llanto de sus ojos.

 


Tora se acercó con paso tranquilo, depositando sobre la fría mesa de herrería, una humeante tasa de café..

 


- ¿Qué hace aquí?- cuestionó Hiko con reproche, temía que ese hombre hubiese oído parte de la conversación.


- Le traje una tasa de café al Sr. Suzuki... - sonrió mirando fijamente la silueta recargada del abogado, sobre el barandal- tal vez él sea el único que se anime a hacer lo correcto...- la peliroja no supo que decir...


- ¿De que hablan?- cuestionó girándose a enfrentar al recién llegado, limpiándose de tajo el rostro.


- Veo que su amiga no le ha puesto al tanto... los dejo solos... aunque dese prisa... el Sr. Donovan y el Sr. Takashima se han retirado con dirección a las habitaciones...- Tora los dejó a solas y Hiko tembló levemente, había olvidado la escasa ropa que traía puesta, pero no fue solo por eso, temía de la reacción de Reita.


- Uruhaesta con Donovan para salvar la empresa...


- Explícate- se acercó sigilosamente, con desconfianza.


- Donovan le pidió a Takashima que se acostara con él, para cerrar el trato de otro modo no lo haría...


- ¿Qué?... y ¿Por qué no me lo dijiste antes?- reclamó furioso.


- Me entere justo antes de venir, además desconocía el tipo de relación que te ataba a él... pero bueno, ya lo sabes, si decides evitarlo... - calló, se sentía tan mal.


Ni siquiera tuvo que tomar un sorbo de café, sintió con volvía a sus cinco sentidos y el alcohol perdía todo su efecto.

 


No le dijo nada a Hiko que la veía expectante, solo atinó a caminar directo hacia el segundo piso de la casona de Donovan, donde momentos antes el abogado del mayor había dicho, debía impedir que ese hombre cometiera semejante bajeza.

 


Subió las escaleras lo más aprisa que pudo, temía que llegara demasiado tarde, y ese mismo temor parecía entumirle las piernas para caminar más rápido, aunque solo era su imaginación, supo al instante donde se encontraban, la puerta estaba custodiada por uno de los guardaespaldas del rico empresario y su inseparable abogado.

 


Tora lo miró y una mueca difusa, que simulaba una sonrisa apareció en su rostro, le agradaba sobremanera que estuviera ahí.

 


El guardaespaldas al instante le impidió la entrada.

 


- Pobre de ti si no me dejas pasar- amenazó Suzuki con la mirada cargada de furia y encrespando sus puños.


- Retírate- le ordenó Shinji, el hombre obedeció.

 


Abrió la puerta temiendo lo peor, ahí, frente a él estaba Uruha semidesnudo, mientras con mirada morbosa lo observaba el mayor, ambos se giraron haber quien irrumpía de improviso. Reita se quitó el saco deprisa y se lo colocó por los hombres al castaño, este lo miró extrañado.

 


- ¿Qué haces?- cuestionó irritado.


- Vamonos de aquí y tú- le dijó a puntándolo con el dedo índice- olvídate del maldito trato...


- No te metas en lo que no te importa... - sentenció Donovan acercándose a Uruha- deja que él decida lo mejor para su empresa, él es el director general.


Uruha se giró tomándolo de los hombros, debía hacerle entender el porque de su actitud.
- Tengo que quedarme- dijó en murmullo, que apenas ambos oía, la mirada de frustración del rubio se avivo.


- ¿Qué dices?


- Debo hacerlo, te das cuenta de todo lo que esta en juego- tenía los ojos desorbitados debido al alcohol, Reita lo tomó de las mejillas obligándole a mirarlo directamente.


- No vale la pena... nada vale tanto como para que pierdas así tu dignidad... - era demasiado sincero, que le dolía hablar- Vamonos por favor- suplicó, no le importaba lo que tuviera que hacer, no iba a dejar que sucediera tal atropello.


- Esta bien... - aceptó, sabía el carácter de Reita y sabia que nada que dijera iba a hacerle cambiar de opinión.

 


Uruha metió los brazos a las mangas del saco y Reita tomándolo por los hombros lo guió hacia la puerta, el castaño estaba demasiado mareado como para caminar por sí solo, lo mejor era que se sostuviera de él.

 


- Nos vemos en el juicio- remató el abogado al furioso Donovan, quien inmediatamente que se fueron comenzó a patear y aventar los muebles.


- Esta vez llego demasiado lejos Sr. Donovan- habló Tira recogiendo uno a uno los objetos tirados.
En la puerta de la mansión se hallaba Hiko, junto a ella dos taxis esperaban, Akira lo introdujo en el vehículo y subió a su lado.


- ¿Cómo esta?- cuestionó un tanto asustada asomándose por la ventanilla, se había dado cuenta que había perdido el sentido.


- Demasiado intoxicado como para permanecer despierto- sentenció con burla y preocupación.


- Nada que un buen baño y una tasa de leche caliente no mejore- sonrió ante el comentario- Lo sigo en el otro taxi, nos vemos en el hotel.


- Esta bien- dijó y el conductor emprendió la marcha.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 


- Gracias por ayudarme a desvestirlo, aunque esto no este dentro del contrato...


- No te preocupes, no todos los días puede verse un chico guapo desnudo e indefenso, así que aproveche la oportunidad- bromeó...


- ¿… Dónde estoy?- Uruha estaba totalmente desorientado, no pudo evitar asustarse cuando se vio sentado y sintió el chorro del agua caerle en la cabeza.


- Tranquilízate Shima- Reita se agachó para quedar a su nivel...

 


Y simplemente Hiko se dio cuenta que ya no era requerida, no pudo evitar sonreír con tristeza ante la escena, ojala fuera cierto que Reita no lo quería, que en ese tiempo de convivencia, no hubiera suplantado al odio, otro tipo de sentimiento mas fuerte, así por lo menos tendría una oportunidad, de lo contrario... no quiso pensar mas en ello.

 


- El servició ya trajo el chocolate caliente que ordenaste... - habló pero al parecer nadie le prestaba mucha atención, el rubio estaba demasiado ocupado intentando mantenerlo quieto- Estoy cansadísima así que me voy a dormir- informó.


- Muchas gracias Hiko, por todo- dijo girándose un poco para verla, la peliroja sonrió y salió del cuarto de baño.


- Me duele horrible la cabeza- se quejó tocándose el cabello húmedo.


- Afuera hay chocolate caliente, ven conmigo... aun no entiendo como ibas a hacer semejante cosa... - comentó, intentando levantarlo del suelo, pero antes las pocas fuerzas del castaño, tuvo que usar mayor fuera para no caer.


- Era eso o la ruina- respondió mirándolo fijamente, estaba tan cerca uno del otro, que sintió como cada bello de su piel se erizaba.


- ¿Pero como ibas a dejar que te tocara?...- calló de golpe, solo de imaginar, sentía nauseas.


- ¿Quieres saber realmente como?- su voz se hizo modulada, casi sensual- Le iba a mentir a mi mente, iba a ser de cuenta que eras tu. - una de sus manos se elevó tocando su rostro, sus miradas chocaron, sus rostros tan cercanos- que eran tus manos las que me acariciaban, tus labios los que me llenaban de besos...

 


Fue el castasño quien dio el primer paso, se acercó con cautela, ya sin temor al rechazo, tal vez por algo dentro de sí mismo, le decía que eso no iba a suceder, tocó sus labios apenas con los propios, su cuerpo templó, era demasiada perfecta esa sensación.

 


- Uruha... no- intentó decir, pero su boca fue apresada, por un dulce beso que se tornó apasionado en un corto instante, para después ser cortado de golpe- Esto no puede ser...


- No es lo que dice tu cuerpo... - susurró con el aliento afiebrado, mientras su mano descendía suavemente hasta palpar donde la tela del pantalón lucia abultada.


- Es que hace tanto que no... - confesó apenas en un murmullo.

 

 

El castaño sonrió imperceptiblemente, sentía cierto orgullo de haber sido el ultimo que hubiese tocado su cuerpo. Un nuevo beso, uno furioso y reclamante, Reita dejó de pensar y se dispuso a sentir, lo tomó por la cintura, sin importarle que con ello pudiera mojarse también, sin dejar de besarse y sin importarle chocar con cada pared llegaron hasta la recamara.

 


- Te amo Akira- susurró Uruha muy despacio, como si hubiera sido un detonante de cordura, el rubio se separó levemente- no debí decir...


- Uruha yo...


- No me importa que no me quieras... - el castaño lo abrazó y comenzó a dar suaves besos sobre su cuello- déjame amarte esta noche...

 


Reita cerró los ojos, era tan placentera y deliciosa esa sensación, el escalofrío que provocaba en su piel el húmedo rastro de sus labios, Uruha se detuvo pero solo los justo, para alcanzar de nueva cuenta su boca, aprensando con la suya propia, no quería y no podía detenerse ya, lo deseaba tanto.

 


El castaño descendió lentamente, acariciando con sus labios cada tramo de piel a su alcance, su vientre, haló el cierre del pantalón y con boca sedienta aprisionó el miembro erecto del rubio, este cerró los ojos al instante y su respiración se aceleró notoriamente, tenia una batalla interna, debía detener a Uruha, exigirle que dejara de... un nuevo espasmo lo recorrió entero y eso acabó con su poca convicción, había estado sin actividad por tanto tiempo, que su mismo cuerpo le era extraño, no podía pensar en el placer que la boca del castaño le proporcionaba.

 


Uruha se detuvo y se puso en pie, se despojó rápidamente de la ropa que lo cubría e hizo lo mismo con Reita, que a pesar de lo que pudiera imaginar, se dejó desvestir sin objetar, fueron cayendo una a una las prendas, la camisa, el pantalón, dejando ver la desnudez de sus masculinos cuerpos.

 


Sabia lo que continuaba, recordaba haberle tomado en su habitación, cuando vivía con él, pero ahora no podía escudarse detrás del alcohol, para fingir demencia al día siguiente, este recuerdo lo seguiría día a día de su existencia y tenia miedo de que resultara tan o más placentero de lo que recordaba.

 


Uruha se recostó sobre la cama a la expectativa, Reita lo observaba inmóvil, no podía negar que tenia un cuerpo, que le resultaría atractivo a cualquier mujer, pero él solo lo veía como la forma de desfogar sus necesidades de hombre.

 


Puso sus manos sobre los costados y sus piernas en medio de las de Uruha...

 


- No quiero lastimarte... - dijo con un dejo de preocupación en su voz, a Uruha se le hizo tan tierno ese gesto.


- No te preocupes- sonrió para animarlo.

 


Reita lentamente comenzó a penetrarlo con un dedo, buscando en su interior. Le lamió los muslos, yendo poco a poco hasta su entrepierna y lamiéndola. Se separó de él y lo alzó un poco, dándole la vuelta y volviendo a penetrarlo, pero esta vez con dos dedos, besándole el cuello y la espalda.

 

El castaño hizo una mueca de dolor apretando los dientes, sabia que iba a doler, pero no le importaba, eso dolía, pero el podía aguantarlo. Empezó a relajarse dejándose llevar y notando las caricias de Reita, sus besos y lamidas, cada parte que el tocaba vibraba de placer.

 

 

El rubio lo giró de nuevo, quería verlo a la cara. Sin decir nada, pero advirtiéndole un poco con la mirada, le separó aun más las piernas y las subió hasta sus hombros, comenzando a penetrarlo y sintiendo el calor y la resistencia que ejercía, excitándose aún más.

 

 

Uruha soltó un gruñido de dolor, eso dolía, pero no más de cómo lo había hecho con Aoi la ultima vez, apretó las sabanas bajo sus manos con fuerza. Reita siguiendo con el movimiento, pero esta vez acariciando su sexo para distraerlo, besándolo apasionadamente y entrando por completo en él... Quedándose un momento quieto para que el otro se acostumbrara.

 

 

-El dolor pasará - le susurró con voz ronca.

 

-Mmmm -medio jadeo, medio gruño al notarlo todo dentro, aun dolía, pero ahora empezaba a acostumbrarse - ya no duele... - susurró como dándole la indicación de que podía seguir, y moviéndose un poco él para dejárselo mas claro.

 

 

El rubio comenzó a moverse con un suave vaivén, haciéndolo más fuerte cuando pasaban los segundos. Jadeó un poco, penetrándolo con más fuerza. Uruha gimió audiblemente desde lo mas hondo de su ser al notar que el chico acababa de tocar un punto dentro de el que lo volvía loco - ahí... mas... fuerte... - lagrimas de placer cayeron por sus ojos abrazando el cuerpo de su acompañante y clavando los dedos en su espalda, sintiendo como si todo a su alrededor hubiera desaparecido, solo sentía a Reita encima suyo, penetrándolo, estaba experimentando un placer que desde la última vez que estuvo con él no había sentido... ni si quiera con Aoi.

 

 

Reita sintió el sudor resbalando por su rostro, el cabello sobre su cara y las uñas de Uruha en su espalda. Lo subió a sus piernas, penetrándolo con más fuerza como le pedía, besándolo imperiosamente, posesivamente. Sentía algo demasiado intenso y no lo comprendía. Sentía que su corazón iba a explotar.

 

 

El chico le devolvió el beso con tanta pasión como pudo, mezclando lenguas, saliva y dientes, sentía una necesidad enorme de correrse hasta reventar, pero quería aguantar hasta que no pudiera más, quería que eso duraras hasta la eternidad. Se separó un poco para respirar, entrecerrando los ojos por el placer y mirando fijamente a Akira, sonriéndole un poco, para seguidamente besarlo esta vez con un sentimiento muy diferente a la pasión, lo beso lentamente, como saboreando cada fibra de su ser, mientras soltaba gemidos que morían dentro de la boca del otro, lo beso con todo el amor que sentía, poniendo todo en ese beso.

 

 

Reita cerró los ojos. Uruha hasta en esos momentos resultaba muy tierno. Comenzó a masturbarlo... Sabía que ninguno de los dos iba a durar demasiado. Le mordió un poco el hombro, lamiéndoselo después, sintiendo como comenzaba a llegar el orgasmo.

 

 

Uruha se mordió el labio inferior gimiendo y jadeando, estaba que no podía mas, estaba en el limite, si no se corría ya moriría, aunque esa forma de morir le resultaba muy atrayente. Sonrió por sus pensamientos notando la mano de Reita en su dureza, como subía y bajaba al mismo ritmo que sus embestidas

 

 

- Ya... ya no puedo... - susurró casi llorando por tenerse que aguantar y notando las contracciones del orgasmo - ..Re-reitah - gimió con fuerza corriéndose y besando al chico con toda la pasión que aun le quedaba y de paso Akira corriéndose con él.

 

 


Todo su cuerpo se adormeció conforme el orgasmo pasaba, lo ultimo que vieron antes de que sus ojos se cerraran, fue a Uruha mirarlo con inmensa ternura, se sentía también estar entre los brazos de Takashima, sus labios lo besaron por última vez antes de que lo venciera el sueño.

 

 

 


Continuara...

Notas finales:

Gracias por todos sus revies, otra vez.. aunq ponga esto en cada cap q suba, no puedo dejar de decirlo n_nU. Perdon por no respodnerlos pero el tiempo se me hace realmente corto ahora >_<.

 

Bueno, espero que les haya gustado =3

Y no me pregunten de donde Reita aprendio a hacerlo con un hombre XDDDDDDDDDDDDD

 

Matta ne!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).