Cuando Reita llegó al departamento, su tío no se encontraba ahí, a pesar de lo avanzada la noche, lo esperaría cuanto fuera necesario, sabía a la perfección que solo una persona podía darle respuestas, solo Kiyoshi lo haría entender el contenido de la carta escrita por su madre, hacia años atrás.
La verdad es que no deseaba echar a volar la imaginación, porque la suposición a la que había llegado no le gustaba para nada.
Se dejó caer con pesadez sobre el sofá de la estancia, arrojando sobre la mesa contigua el sobre y encendió la televisión para que el ruido le evitara pensar.
Había dejado a Hiko en su departamento antes de llegar al propio, ahora se arrepentía de ello, le hacia falta su compañía, además de sentirse un tanto culpable, por no compartir con ella lo escrito en la carta encontrada.
Solo notaba que el tiempo avanzaba por sus continuas miradas al reloj de pared, parecía transcurrir el tiempo con una lentitud desesperante y su tio brillaba por su ausencia, a ese paso, lo vería hasta mañana.
La posibilidad de irse a dormir y tener la esperanza de encontrarlo por la mañana, le pasó por la mente, pero la desechó al instante, estaba demasiado desconcertado como para esperar tanto tiempo, se pasaría la noche en vela si fuera necesario.
Se pegó levemente en la frente con el puño cerrado, como sin con ello fueran a desvanecerse las dudas, las preguntas sin respuesta, odiaba verse inmerso en un mar de ansiedad, al igual como se había sumergido al enterarse de que Takashima no era culpable de la ruina de su familia. Solo deseaba que ese no fuera el principio de un nuevo odio, de una nueva revancha...
Eran demasiados los pensamientos que vagaban de lado a lado en su cabeza, pero el cuerpo no obedece a la mente, habían sido demasiado emociones para un solo día, así que sin mas se quedó dormido.
Aun en sueños pensaba en lo mismo, podía imaginar al gran Suzuki Masato al leer esa carta escrita por su querida esposa, si de algo tenia la seguridad era de eso, pues de lo contrario no estaría en el despacho de su padre sino con el destinatario para quien fue escrita.
No dormía, solo dormitaba, pues oía con claridad inigualable el campaneó del reloj a cada hora que transcurría.
Abrió los ojos cuando la luz del amanecer lo inundó todo, miró el reloj nuevamente, por inercia, eran las 7 AM y su Sydney no aparecía por ningún lado.
*~*
Aoi no esperó a que fuera primera hora o que Uruha se despertara, se levantó de prisa y dándose una ducha breve salió del apartamento.
El abogado Fuchida lo había citado esa mañana para firmar la aceptación del poder que le otorgaría Takashima sobre las acciones de Maverick, tenia conocimiento de la cita que el día anterior había tenido Uruha con el abogado, le llevaría los papeles pedidos y firmaría sin contratiempo, solo su firma y podría usar a su placer el 26% que representaba el castaño en la empresa.
Sonrió ampliamente, alejaría a Uruha del cargo, lo tendría a su disposición las 24 horas del día, además con ello dejaría de traer tras suyo a su padre presionándolo, pues aceptaría la iniciativa del consejo para el proyecto Mercurio.
El trayecto se hizo nada y mas pronto de lo pensado llegó a su destino, Yuu estaba más que contento, estaba por asegurar su futuro.
*~*
El ruido de unas llaves le advirtió que su tio había llegado, y así fue, a los pocos segundos Kiyoshi entró sobresaltándose por la presencia de su sobrino en la sala de estar, lucia como si hubiera pasado muy mala noche.
Ya lo tenia todo pensado muy bien, todo el día anterior se la había pasado planeándolo, pero no seria él quien diera el primer paso, esperaría a que Akira fuera el que lo buscara, cuando lo sometiera a otro interrogatorio le diría lo considerado.
- Buenas...- fue su cortó saludo y paso de largo.
- Necesito hablar contigo...
Kiyoshi se detuvo en su andar, esperaba que fuera en otro momento, pero al mal paso darle prisa.
- ¿De que?- cuestionó a la defensiva.
- Ayer fui a la antigua casa de mis padres...
El mayor no se lo esperaba.
- ¿Y a que viene eso?
Reita se puso de pie, tomó el sobre que había colocado sobre la mesa y se lo extendió sin más. Kiyoshi lo tomó entendiendo que debía hacerlo.
- Léela...
Kiyoshi desdobló el papel y reconoció la letra al instante, era de Ami, la madre de Akira, aunque también su firma estaba al final, creyó inconveniente leerla en voz alta, por su contenido, pero no le importó.
“Querido mío, siento que cada minuto que pasa es una condena injusta, el destino se nos ha tornado incierto y muero por tu lejanía. Masato sospechaba algo, pero lo he tranquilizado, aunque a veces quisiera gritarle a la cara cuanto lo aborrezco, que nuestro matrimonio arreglado se ha vuelto peor que un infierno y que continuó a su lado solo por temor, que al enterarse de nuestra relación termine con nuestras vidas, además tu matrimonio y mi gran amistad con tu esposa, es un obstáculo muy grande, que me hace sentir el peor ser humano del mundo, por lo que pienso que seria mejor conformarme con la vida que me ha tocado vivir, por oscura que sea y olvidarme de ti para siempre.
Además deseo aferrarme a la luz que me da este hijo de los dos, que crece en mis entrañas, quien será el único consuelo para mí.
Te amo con toda mi alma, pero lo mejor será renunciar a ti, espero que te vyla bien y no me busques más, la vida nos negó la oportunidad de querernos, nos dio un amor a destiempo imposible de vivir.
Adiós
Siempre tuya... Ami “
Por la cercanía que existía entre las familias Takashima y Suzuki, Masato creyó, erradamente, que el amante de Ami había sido Takashima Keisuke, solo dos personas conocían la verdad, Etsuya, el padre ed Aoi y él, el descubrimiento de esa carta en este momento, no podía ser más perfecto.
- Quiero una explicación y la única persona que puede dármela eres tú...- Reita estaba sin expresión alguna, solo su inseparable semblante serio.
- Creo que más claro no puede estar...
- ¡Tu no entiendes!...- le arrebató el papel de golpe.
Reita se volvió hacia la ventana que daba a la calle, sentía un gran pesar, no recordaba como era su madre, pero nunca la creyó mala persona, tal vez las circunstancias la habían orillado a serle infiel a su padre ¿Era él, el producto de esa infidelidad? ¿O tenia un hermano que no conocía, o quizás mas si su padre biológico era casado, debía tener una familia hecha?
Se tomó la cabeza con ambas manos... no quería llenarse la cabeza de conjeturas. Kiyoshi lo notó, y sintió un tanto de lastima por él.
- Yo conocí a Ami... era una mujer muy hermosa, pero siempre triste... extraños y conocidos sabían del arreglo familiar que era su matrimonio con Masato... de la infelicidad que eso conllevaba. Solo uno se inmiscuyó.
- Takashima... - le salió el nombre sin pensar...
- Tenía una larga amistad con Masato, sus esposas eran amigas, se frecuentaba con demasía, quizás en esas circunstancias...
- ¿Me estas dando a entender que fue él? ¿Takashima Keisuke fue el amante de mi Madre?- cuestionó temeroso de la respuesta.
- Sí...
Hubo un largo silencio por parte de ambos, Reita no quería hablar, necesitaba escuchar todo lo que Kiyoshi supiera.
- Tu Padre se enteró pero a pesar de ello, amaba a Ami, para salvaguardar su honra, y quizás la propia también, decidió callar, se alejó de Takashima, terminó con la larga amistad con él y le prohibió a tu madre volver si quiera a verlo, se tragó el orgullo, el dolor de la traición de las dos personas que mas apreciaba, por eso cayó en el vicio, perdió todo en el juego, pero todo empeoró cuando murió tu madre... fue un golpe muy duro para él.
- ¿Y el niño? ¿Qué fue de él?.
- ¿Cuál niño?- cuestionó Kiyoshi sin entender que parte de la narración se había perdido... ¿acaso no estaba claro?...
- ¡El hijo de Takashima y mi madre!- gritó exasperado.
- Ami solo tuvo un hijo y fuiste tú...
*~*
Cuando la puerta del elevador se abrió Aoir salió deprisa, estaba que se lo llevaba el demonio, su abogado le había indicado que el procedimiento de cesión de derechos de parte de Kouyou hacia él, estaba detenido, el castaño no había firmado los últimos papeles entregados por el abogado.
Eso solo le indicaba una cosa, Uruha se resistía a dejar la empresa, y para ello solo existía un motivo... con nombre y apellido, Suzuki Akira...
Ruki no estaba en su puesto, solo esperaba que no estuviera dentro de la oficina, aunque poco le importó, dando vuelta a la manija irrumpió en el lugar, Uruha se levantó de golpe, debido a la sorpresa, se hallaba solo. El castaño se encaminó a su encuentro, pero al distinguir la rabia que delataban sus facciones, se detuvo.
- Vengo de ver a Fuchida... me dijo que el tramite esta detenido por tu culpa... falta tu firma... - recriminó con desconcierto e ira.
- ...
Uruha simplemente se quedó sin que decir, todo lo que pudiera decir en ese momento, sonaría a excusa.
- ¿Por qué no haces lo que te digo, cuando lo digo?- preguntó, al tiempo que se acercaba a él con paso firme.
- No he tenido oportunidad de ir... - susurró apenas.
- ¡Maldita sea Kouyou!- exclamó rabioso a lo que la piel del mas joven se erizó, no sabia por qué pero le tenia miedo cuando estaba así. – ¿No ves la importancia de ese asunto?- le tomó del brazo con fuerza, levantándole del asiento, el castaño estaba asustado.
- Lo siento, lo siento- intentó zafarse pero no pudo, Aoi lo afirmaba con una rudeza descomunal.
- No sirves para nada...
Lo soltó empujándolo al suelo con brusquedad, en la oficina solo se escuchó el golpe seco, mientras ya varios curiosos se asomaban para saber lo sucedido, Aoi no se había tomado la molestia de cerrar la puerta, sus gritos se oían hasta fuera.
Uruha estaba sobre el suelo a un metro Aoi caminaba de lado a lado como energúmeno.
- Eres un inútil... - sentenció, mientras se detenía y clavaba sus ojos azules en los miel de Takashima- Si me quisieras hubieras firmado desde hace tiempo- dijo modulando su voz hasta que fuera solo un hilo, sabia la forma de chantajearlo.
- No Aoi, yo te quiero- murmuró intentando ponerse de pie, sabia que la reacción de su amante había sido su culpa, sus dudas lo habían hecho retrasar el tramite de la cesión de derechos, quiso tocarlo pero no alcanzó a hacerlo, Aoi le había encestado un duro golpe sobre el rostro dejándolo recostado a sus pies.
Para ese entonces ya los rumores de una pelea entre dos accionistas era noticia sabida por todos, Reita estaba llegando a su oficina cuando escuchó cuchichear a Aya con otra secretaria.
- Hubieras visto- decía la otra mientras abría sus ojos castaños de par en par y su cara redonda demostraba asombro – Le dio un golpe que lo sentó en el suelo, ese tipo lo trató como si fuera basura, pobrecito.
Reita frunció el entrecejo con pesadez, las mujeres y sus telenovelas, estaba apunto de llamar a su asistente pero se detuvo cuando esta intervino en la platica un tanto molesta.
- Pero también Kouyou-san que se deja, yo que él ya lo hubiese mandando a volar, tan hermoso que es...
¿Estaban hablando de Uruha? Se preguntó sorprendido, era imposible...
- ¿Aya?- la llamó molesto, estaba de pie detrás de ambas mujeres con sus carteras en mano ya que era la hora de comida.
- Sr. Suzuki - se sobresaltó la chica al tiempo que se sonrojaba.
- ¿Por qué tanto alboroto?
No tuvo que preguntar dos veces pues ambas mujeres comenzaron a narrarle con lujo de detalles lo acontecido en presidencia.
*~*
- Te prometo que hablare hoy mismo con Fuchida, le pediré una nueva cita, si es posible para hoy mismo, pero no te enojes conmigo- dijo Uruha ya de pie, con una mirada suplicante en los ojos.
- No sé si creerte- contestó Aoi con desdén, por una muy retorcida razón disfrutaba sobremanera de tenerlo así a su merced, eso es lo que había deseado desde el principio.
- Te lo juro- lloraba, tanto por la humillación como por el ardor en su rostro, hasta el momento había logrado que nadie se enterara, pero después de hoy todos lo sabrían, como sus amigos e incluido Reita.
Se acercó con sigilo, Uruha retrocedió unos cuantos pasos, pero no los suficientes, Aoi lo atrapó del cuello de su chaqueta.
- Solo te daré una oportunidad más, si no veo el poder en mis manos lo antes posible créeme que te arrepentirás...
- ¿Qué piensas hacerle, matarlo?- cuestionó Reita desde el marco de la entrada.
Aoi lo soltó debido a la interrupción, más por sorpresa que por miedo, pero la sorpresa duro poco, así que se giró a enfrentarlo, momento que Uruha aprovechó para darles la espalda apenado.
- ¿Qué demonios te sucede? ¿Por qué te metes en lo que no te importa?
Reita pensó mucho en lo que iba a decirle como respuesta a esa pregunta, tal vez no era el momento, pero encontrar a Uruha en esas circunstancias de abuso, por parte de Shiroyama, detonó en él un sin fin de sentimientos, entre ellos el odio hacia ese ser despreciable que tenia por nombre Yuu.
Ruki llegó corriendo de donde estaba, no podía creerlo lo que rumoraba por los pasillos.
- Eres un cobarde... - sentenció con fuerza...
- ¿Quién te crees para inmiscuirte en asuntos que solo conciernen a Uruha y a mí?- cuestionó de nuevo.
- El hermano de Kouyou...
Continuara....