¿Ruki había escuchado bien? ¿Reita había dicho ser hermano de Uruha?
- ¿De que demonios estas hablando Suzuki?- recriminó Aoi totalmente desencajado.
- Solo estoy diciendo la verdad- miró por un momento al pelinegro, pero después dirigió la mirada a Uruha, quien a su vez lo miraba consternado. Deseaba que leyera en sus ojos que no mentía.
- ¿De donde sacaste semejante estupidez?
Aoi se burlaba a risa suelta de lo dicho por el abogado, debía ser una mentira, la más grande y estúpida mentira que había oído en su vida, aunque conocía de poco a Akira sabia que no nunca hablaba por hablar, a menos que tuviera un buen propósito para decir tal cosa.
- Quiero hablar contigo- informó directamente al castaño- voy a explicarte el por qué de mis palabras y no te quedara duda de ello... pero a solas- enfatizó gravemente sus ultimas palabras.
- ...- Uruha simplemente estaba de piedra, pero en un impulso que en ese momento, no supo de donde provino, asintió lentamente.
- No creas que te permitiré que hables a solas con Kouyou... - realmente estaba furioso- solo quiere engañarte... ¿Acaso no recuerdas que él te odia?...
- Lo que diré solo nos incumbe a Uruha y a mí- dijo enfrentándose a Aoi- ya contigo hablare después... que te quede claro que no permitiré que le vuelvas a poner una mano encima... ¡Te quedó claro!?- le informó Reita en mal tono, estaba terriblemente molesto, la escena de abuso que había presenciado lo tenia fuera de sus casillas, pero intento controlarse.
Aoi sonrió ampliamente, por esta vez cedería, se giró a mirar al castsaño, pero este no lo miró, tenia la vista clavada en Reita, como hipnotizado, sus entrañas ardieron como brazas candentes, mas le valía que fuera verdad lo que había dicho, de lo contrario, acabaría con él con sus propias manos, por meterse en su relación con Takashima. Salio sin decir mas, la mirada inquisitiva de Ruki lo atraveso a su salida, si las miradas fueran espadas… el pelinegro hubiera caído a trozos. Él si que miraría de cerca su puño, pensó Ruki, cerrando la puerta tras ellos, Reita le debía más de una explicación al castaño.
Uruha suspiró con pesadumbre, al tiempo que se dejaba caer sobre el sillón de la pequeña salita con que contaba su oficina, mientras apenado intentaba ocultar el oscuro moretón su mejilla.
- Se te olvida que vi todo?- dijo quitándole la mano del rostro con fuerza- No lo entiendo Uruha, por más que pienso no te entiendo.
- ¿Qué no entiendes?- preguntó mirándole fijamente, estaba extrañado por la postura que estaba tomando el rubio, además eso de que eran hermanos de donde lo había sacado?
- No entiendo, como es posible que estés con ese maldito de Aoi, mira como te ha dejado.
- Lo dices como si te importara...
- Si... - titubeó- Si, claro que me importa...
Ambos callaron. Todo el camino en auto hacia la empresa, había pensando en las palabras para darse a entender con Uruha, describirle como habían sucedido las cosas en el pasado.
El menor fue el primero en atreverse a hablar.
- ¿Te importo por eso de que dices ser mi hermano?- cuestionó afligido, mas sin creerle.
- Si... créeme que también para mí fue una sorpresa enterarme, que el ser que me enseñaron a odiar sea mi sangre... - sea mi padre... agregó en su mente.
- Me confundes Reita... ¿Quien me asegura que lo que estas diciendo no es una mentira? Otras más para dañarme como dice Yuu... - su voz era triste pero firme.
- No es ninguna patraña…- Reita tomó aire profundamente, antes de aventurarse a hablar- Desde niño solo se me educó con un firme propósito, vengarme de tu familia... de ti... me hicieron creer que tu padre había sido el causante de su ruina... el culpable de que perdiéramos todo...
- Pero eso resultó solo ser una horrible mentira...
- Lo sé... por eso quise indagar, descubrir por qué Suzuki Masato inventó todo, cual era el verdadero motivo de su odio irracional...
- ¿Por qué le dices asi?- cuestionó cayendo cuenta que no le había llamado padre.
- Porque hoy me entere que no es mi verdadero padre... Takashima Keisuke lo es.
- ¿Qué has dicho?- Uruha estaba completamente perplejo, Akira y él tenían el mismo padre.
- Por eso Masato lo odiaba, mi madre, le había sido infiel con su mejor amigo, pero el amor hacia ella lo cegó, ocultó todo, le hizo creer a medio mundo que yo si era su hijo ¿qué mejor venganza que poner en contra tuya a tu propio hijo? él lo pensó también- conjeturó con dolor, su vista se nubló levemente y un temblor en la voz le impidió continuar.
- ¿Tienes pruebas de lo que estas diciendo?- estaba realmente impactado.
- Una carta de mi madre y la confesión de mi tio Kiyoshi... lo peor de todo es que sus palabras concuerdan...
- ¿Mi padre lo sabia?- estuvo a punto de decir “nuestro”.
- ¿Nunca te has preguntado por qué Takashima Keisuke me dejó la mitad de su fortuna?- respondió una pregunta con otra pregunta.
Era verdad, también lo había pensado, ahora que sabia el verdadero motivo, le asustaba pensar en ello, ¡Reita era su hermano! Gritó su mente, pero en ella no cambio su expresión taciturna, Keisuke siempre fue alguien severo y con principios morales de roca, jamás lo aceptó abiertamente por sus preferencias sexuales, ¡Con que cara le recriminó la vez que le contó sobre sus prefencias?! ¿Acaso hubiera preferido un hijo macho, que regara hijos por doquier como él lo había hecho?
- No te perdiste de mucho Akira, como hijo de Takashima Keisuke... - recapacitó- aunque estoy seguro que te hubiera preferido mil veces a ti que a mí... - su tono de voz sonó demasiado hiriente- Lo peor de todo es que aun muerto me sigue dañando... ahora resulta que soy hermano del único hombre que he amado en mi vida... - esta vez una mueca de burla se dibujó en su rostro.
Reita lo pensó, fue el castaño quien lo dijo.
- Que irónica es la vida.
*~*
Kiyoshi literalmente voló hacia casa de Shiroyama, tenia que tenerlo informado sobre la platica sostenida con su sobrino Akira, no quería que lo tomara de sorpresa, seguro que se ganaría una reprimenda de su parte, pero eso no podía hablarse por teléfono era demasiado importante, aunque tampoco estaba de más pedirle un poco de dinero por el favorcito hecho.
- Espéreme aquí no tardare mucho- le pidió al taxista y bajo del.
- Eso le costara el doble... - refutó el hombre al volante con gesto rudo.
- Si, si, lo que quieras...
No le prestó mayor atención y tocó el timbre, también era un deleite ver las curvas de la mulata que tenia como mucama su viejo amigo. La mujer habló por el intercomunicador y Kiyoshi sonrió glorioso, como si se deleitara con solo oírla.
- ¿Qué tal preciosa? ¿Esta Shiyorama-san?
- Un momento- se oyó responder la voz molesta de esta.
Minutos después la puerta se abrió en respuesta, miró sin remordimiento el contoneo de la ayudanta alejándose, Etsuya lo encontró en su entrada.
- ¿Cuándo dejaras de ser un viejo rabo verde?- cuestionó mezcla de reclamo y burla.
- Cuando a ti deje de molestarte todo lo que hago...
Kiyoshi rió estrepitosamente, pero Etsuya apenas sonrió, aunque para Kiyoshi eso no era para nada extraño, conocía casi de una vida al viejo Shiroyama y podía decirse que sabia interpretar cada reacción, además de que nunca había sido demasiado expresivo, siempre con cara larga, pero eso solo era parte de su personalidad, cosa que le hizo recordar el motivo de su visita.
- Antes que comiences a regañarme como si fuera un crío, te digo que mi visita es justificada...
- Eso ya lo veremos…- Con una de sus manos le indicó pasara al despacho, ahí podrían hablar con mayor privacidad.
- Ya hable con Akira... - informó de lleno.
Etsuya apenas y había alcanzado a cerrar la puerta tras de él, y un dejó de reproche se leyó en sus ojos, mitad por eso y mitad por ansiedad.
- ¿Qué le contaste?- preguntó girándose para mirarle, Kiyoshi ya había tomado asiento.
- Bien, primero te diré que Akira fue a la antigua casa de sus padres...
A Etsuya se le aceleró el pulso levemente.
- Encontró una vieja carta que Ami le escribió a su “amante”, no pudo ser mas que perfecto... al igual que Masato alguna vez lo pensara Reita creyó que Takashima Keisuke era su padre biológico...
- ¿Y tu corroboraste esa hipótesis?- cuestionó un tanto molesto.
- Por supuesto... – sonrió triunfante y a la espera de una felicitación que no llego.
- ¡Los años te han vuelto estúpido, Kiyoshi!- exclamó casi en un grito.
- ¿Qué demonios te sucede? ¿No era eso lo que querías? Que Reita no siguiera investigando sobre su origen, investigación que podría llegar hasta nosotros...
- Si, pero no mides los estragos que esa verdad a medias provocara...
- ¿A que te refieres?- cuestionó aun sin entender, y deseando que Etsuya le explicara su reacción.
- No ves que ahora Akira cree que Kouyou es su hermano... eso no nos ayuda en nada... Aoi casi consigue que ese estúpido mocoso le firme el poder de manejar Maverick, seguramente ahora Reita intervendrá... además no es un tonto, debiste pensar algo más coherente y menos peligroso...
- ¿Cómo que?- cuestionó esta vez con molestia- Eres muy bueno para dejar por los suelos mis ideas, pero no eres bueno para decirme algo inteligente para resolver este problema...
- Tienes razón, debí ser yo quien resolviera esto y no dejarlo a tu estúpida imaginación...
*~*
- Yuu-san buenos días- saludó la sirviente al verlo llegar.
- ¿Mi Padre?- cuestionó sin prestarle la mínima atención.
- En el despacho con una visita- su expresión amable cambió por una muy seria, al recordar a aquel tipo.
Aoi no escuchó más, necesitaba hablar con su padre y no le importaba interrumpir su reunión, así estuviera con la mismísima Reina de Inglaterra.
Abrió la puerta sin previo aviso y si se encontraba molesto esto, solo venia a empeorar las cosas ¿Qué demonios hacia el tio de Suzuki en casa de su progenitor? Cuestionó en su mente y sus ojos centellaron de la rabia, la sangre de Kiyoshi se le heló en las venas, pero no advirtió a su amigo, quien se encontraba tan molesto como para darse cuenta de la intromisión.
- …Todo menos decirle a Akira que Takashima era su padre...
- ¿Qué tienes que ver tú en eso?- debatió Aoi con voz firme.
Etsuya se giró sobre su eje, con una expresión indescifrable en el rostro, no había sido obra de su imaginación, Aoi estaba ahí realmente, cuestionándolo.
*~*
Durante casi una hora, ambos no habían dicho ni media palabra, Uruha estaba totalmente ensimismado, ahora se hallaba tras su escritorio y Reita justamente sentado frente a él, pero sin mirarlo.
Si para el rubio había resultado un duro golpe, no podía siquiera atreverse a imaginar lo que esta verdad descubierta significaba para el menor.
- No quiero que me veas como tu hermano de la noche a la mañana... llevara su tiempo el acostumbrarnos a vernos de esta manera... - divagó el rubio.
- Me acosté contigo... me acosté con mi propio hermano... - susurró totalmente ido.
Eso le había hecho que el poco valor moral se le fuera al suelo, Suzuko había contribuido en gran manera para que eso sucediera, al saber que Uruha era homosexual, la forma más horrible de vengarse de él, era enamorándolo, ahora se arrepentía de ello, Dios sabia que estaba más que arrepentido.
- El pasado es algo que no podemos cambiar, el presente si... - atinó a decir Reita.
Uruha se giró ante el comentario, que fácil resultaba para el rubio, él no podía simplemente hacer borrón y cuenta nueva...
Reita al sentir esa mirada sobre él, sintió un leve estremecimiento, sabia que cualquier cosa que dijera sonaría tan estúpida como en su mente, así que prefirió cambiar el tema, hablar sobre Aoi...
- Quiero decirte, que lo que dije lo voy a cumplir- su mirada se intensificó- no permitiré que Aoi vuelva a lastimarte en ningún sentido.
Si el comentario anterior le había causado gran malestar, esa intromisión de Reita en su vida le había despertado una ira incontenible.
- Tu no vas a meterte en mis asuntos, que ahora seas mi hermano no te da derecho a hacerlo, si lo haces por obligación moral, pues te quito la responsabilidad...
- No es por obligación...
- ¡Que me vas a decir! ¡¿Qué por amor fraterno?!- cuestionó levantándose del asiento estrepitosamente.
- Ese carácter no deberías sacarlo conmigo sino con Shiroyama...- también se levantó para enfrentarlo, solo un metro de distancia había entre ellos y Uruha sintió como si algo dentro de él, se hubiera roto y sin remedio… y dolía, dolía muchísimo.
- Me da pena ver en lo que te has convertido, no te has dado cuenta que Aoi solo quiere tus acciones, con ese 30% tendrá el control de decidir en la junta directiva y aceptar la fusión, eso contra lo que ambos nos hemos opuesto todo este tiempo.
- ¿Crees que no lo sé?- preguntó apesadumbrado por tan cierta descripción de su persona, pero al mismo tiempo herido.
- ¿Entonces?- preguntó también un poco exasperado, Uruha parecía no querer darse cuenta de las cosas.
- No me importa que este conmigo por mi parte de esta empresa, porque algo dentro de mí, me dice que no es solo por eso, él dice que me ama y yo le creo, él si me toca, si me hace el amor sin un whisky en las venas y me besa a pesar de que media empresa nos mire, no se oculta del ojo de la gente por pensar en el que dirán, se que el único daño que puede hacerme es físico, que es menos que el daño que le hicieron a mi corazón.
Reita se quedó en silencio ante aquel argumento, sabia que su idea era incorrecta, pero que podía hacer él? Si el cambio sufrido en la personalidad de Uruha era su culpa, él había contribuido para volver del castaño un ser débil y mediocre, esa era una de las metas de su venganza, ¿no?
- Di lo que quieras, pero no vas a evitar que le rompa la cara- terminó por decir antes de darse media vuelta y salir de la oficina dando un sonoro portazo.
Uruha se sostuvo del escritorio para no desfallecer, cada conversación que tenia con Reita era agotadora, saber que lo único que le importaba seguía siendo la empresa, la forma de recalcárselo, sin detenerse un minuto en pensar en sus sentimientos… le hacia más daño… aun más que todos los golpes propinados por Aoi.
Por su parte Reita estaba sumamente irritado, había tenido unas ganas enormes de golpearlo también, por su estupidez, por su conformismo, no se había detenido en ningún pasillo hasta que llego a su oficina, cerró la puerta con llave y golpeó una de las paredes para descargar un poco su frustración, ¿Por qué Uruha permitió todo eso? Se preguntó mentalmente, mientras servía un poco de vino en un vaso de cristal, sabia que era temprano para beber pero tenia unas ansias de ahogarse en alcohol, la verdad recién descubierta, el maltrato de Aoi contra Uruha, esa hermandad desconocida, era demasiado para él.
Se dejó caer sobre su sillón ejecutivo, conteniendo las inmensas ganas de llorar, ahora debía ser más fuerte, tenia que alejar al pelinegro de Uruha, aunque fuera lo último que hiciera.
*~*
Todo no se había repuesto de la anterior platica con Suzuki, así que la interrupción del rubio en su oficina solo lo sobresalto aun más.
- ¿Ahora que quieres?- cuestionó con fastidio.
- Ahora mismo iremos al apartamento de Aoi empacar tus cosas... - informó.
- ¿Para que?
- Vendrás a vivir conmigo...
Continuara...