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Por Culpa de su Padre por Tatsuya

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Notas del capitulo:

Naoooooo!! se q tije q actualizaria el jueves, pero mi internet murio xdd gomen u_u a todos tambien >_

 

Aqui les dejo el cap 31 >_

 

Disfruten!

 

Tenia la vista perdida entre el ir y venir de los autos, su mente no dejaba de repasar, como de una obra de la cual solo era espectador, todo lo acontecido durante esa mañana, Reita conducía en silencio, podía sentir como de vez en cuando se giraba a mirarlo, pero no deseaba pensar en eso tampoco, quizás en nada.


Era horrible darse cuenta en el hoyo oscuro en el cual se había convertido su existencia, sin metas que cumplir, ni sueños que deseara volver realidad, el ultimo año y medio transcurrido, fácilmente se podía resumirse en dos palabras: engaño y dolor.


Se había enamorado perdidamente de un hombre, que solo buscaba consumar una venganza, que de buenas a primeras lo dejo sumido en la más insondable desesperación, por quien estuvo a punto de arrebatarse lo único que realmente le pertenecía, su propia vida. Pero de los errores siempre o rara vez se aprende, como dicen el ser humano es el único animal que cae dos veces con la misma piedra y claro, él no fue la excepción a la regla, se unió a Aoi con el solo fin de olvidar y ser feliz, quiso dejar a Reita atrás, creer que con ello iniciaba una etapa mejor para él, pero solo fue otro abismo más grande en el cual caer, si, más grande y más oscuro, sin saber si podía volver a salir de él.


Siempre había pensado que seria feliz si encontraba el amor de una persona, olvidando que la felicidad no se busca en otros sino en uno mismo, no se puede amar a alguien sino se ama uno mismo.


Recordó su niñez, quizás de ahí databa toda esa escasez de fuerza de voluntad, siempre había anhelado que su padre lo amara, que lo viera más que el niño débil y llorón que vivía tras las faldas de su madre.


Le asustaba la oscuridad, recordaba con claridad cada regaño que ese hombre mayor de mirada dura le daba, para después apagar la luz y prohibirle encenderla de nuevo.

 


- ¿Estas bien?- cuestionó Reita rompiendo el largo silencio.

 


Faltaba poco para llegar a la vieja casona de sus padres, estaba algo lejana de la ciudad, pero serviría como un buen refugio para Uruha, o por lo menos eso creía él.


El castaño creyó escuchar que el mayor le había hablado, pero estaba demasiado metido en sus cavilaciones, que no respondió.


Sola, como llega una vaga idea, recordó el lugar al cual siempre iba a resguardarse después de cada pelea con su padre, cuando festejaba algo importante...

 


- ¿Recuerdas la cafetería a la cual te lleve la noche en que nos conocimos?- cuestionó Uruha meditabundo.


Reita lo miró de reojo, un tanto incrédulo de lo que el castaño le preguntaba.


- ¿La recuerdas?- insistió alzando un poco más la voz, creyendo que anteriormente no había sido escuchado.


- Si- fue la corta respuesta.


- ¿Podríamos ir?- preguntó con tono anhelante.


- Un día de estos... - Suzuki suspiró con pesadez, con sinceridad, lo único que él buscaba era llegar a su casa e instalar a Uruha, para después...


- ¿Por qué no hoy?- le interrumpió girándose a mirarlo con ojitos suplicantes...

 


Claro que recordaba ese lugar, además algunos de sus encuentros anteriores habían sido ahí, cuando le entregó aquel anillo de compromiso, lo había citado en ese sitio Uruha y aquella chica, la mesera de la cual no recordaba el nombre, le había ayudado a planearlo todo, pagando al policía, comprado el anillo, todo.


- Quiero un chocolate caliente - comentó el castaño.

 


Reita lo miró por un largo momento, sin saber que decir, creía que las cosas resultaría literalmente fáciles para él, saber que Takashima era su hermano le vino a cambiar la vida, pero hasta ese momento se daba cuenta de que tanto, pero no por la petición de ir a esa cafetería, sino porque al fin caía en cuantas que de ahora en adelante cuidaría de él, no era solo sacarlo del infierno en que lo tenia sumido Aoi, era ayudarlp en todo los sentidos, darle su apoyo incondicional, con paciencia, respeto y... cariño.


La última palabra le quedó bailando largo rato en la mente, debía querer a Uruha como un hermano... cosa que no sabía si seria posible.

 


- Quiero ir... - se acurrucó en el asiento escondiendo el rostro.

 


Por un momento sintió que no había pasado el tiempo, que Uruha seguía siendo el mismo chico alegre y aniñado que conoció en aquella recepción de esa gran mansión. A decir verdad lo prefería mil veces así… como deseo volver el tiempo atrás… no deseaba verlo más como el muñeco humano en que se había convertido al lado de Aoi, aunque también él había contribuido en gran manera a ello, debía enmendar el error cometido, debía encontrar la forma.

 


- Sí...

 


Uruha lo miró contrariado, no sabía si aquello era una afirmación a su petición, o la respuesta a aquello que mantenía a Reita tan pensativo, pero cuando Akira sin importarle mucho el tráfico, dio una vuelta en u, su pregunta fue contestada.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Ruki terminó de beber el ultimo sorbo de su café, solo le faltaban un par de líneas el informe que debía entrar esa a tarde a su querido amigo, aunque viéndolo bien, quizás Uruha no volviera a trabajar, por lo menos no ese día.

 


- Ojala no volviera nunca... - comentó, escapando de su mente el pensamiento.


- ¿Quién?- cuestionó Satoshi  llegando... habían quedado de ir a comer juntos.


- Uru...


- ¿Por qué?- lo interrogó de nueva cuenta. El castaño oscuro esta a la expectativa.


- Por todo lo que sucedió hoy, por todo lo que ha tenido que padecer desde su llegada a la empresa, por no dedicarse a lo que realmente le apasiona y ha tenido que abandonar...


- Mhh..- fue la corta respuesta del otro.


- ¿Te parece poco?- cuestionó entre sorprendido y enojado. No tenia nada que comentar sobre su amigo?


- No quise sonar a que no me importa lo que le suceda a nuestro amigo- intentó explicar- es solo que...


- ¿Qué?- preguntó a la defensiva.


- Para bien o para mal, las cosas que le han sucedió a Uruha lo van a hacer madurar...


- ¿Estas diciendo que todo tiene un lado bueno?


- Si, por así decirlo... - murmuró.


- ¿Qué tienen de bueno, los maltratos que tuvo que sufrir por parte del tipo ese? ¿Qué tiene de bueno...?


- Ruki... - lo interrumpió- eso no tiene nada de bueno, viéndolo así, pero piensa que esto le puede servir a Uruha para abrir los ojos y darse cuenta lo que equivocado que estaba respecto a Shiroyama, además ahora tiene un hermano, que le puede servir de soporte.


- Si ahora Reita se ha portado bien con él... hasta dijo que iba a golpear a Aoi...


- Creo que a más de dos nos encantaría darle una paliza a ese pelinegro abusivo y psicópata- Ruki sonrió ante tal descripción, al fin se le despertaba el carácter a Satoshi- pero tampoco seria lo más correcto.


- Viéndolo bien, solo espero que lo deje en paz...


- Si, yo también lo espero...

 

 


Hubo un largo silencio entre los dos, Kouyou siempre había sido como un hermano para ellos, les dolía profundamente todo lo que había tenido que pasar calladamente.


El teléfono comenzó  a sonar sorprendiendo a Ruki, lo tomó por inercia.

 


- Lo ultimo y nos vamos a comer- le dijo a Satoshi que lo esperaba- Maverick buenas tardes...

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





El padre de Aoi hnnntenia el auricular en la mano, escuchaba atentamente los datos que se le daban, después apartándose el objeto del oído, dio por terminada la llamada colocándolo en su lugar.

 


- ¿Qué te dijo esa estúpido que tiene como secretario?- cuestionó Aoi con desprecio, mientras hacia apagar el cigarrillo sobre uno de los ceniceros próximos, como clara señal de impaciencia.


- Lo que pensamos- habló con total tranquilidad- que Takashima no esta en la empresa y la secretaria de Suzuki me dijo que tampoco se encontraba su jefe.


- ¡Maldita sea!- exclamó poniéndose de pie.


- Seguramente están juntos- dedujo Kiyoshi dándose dotes de inteligencia.


- ¿Qué mas?- preguntó irónicamente Aoi intentando controlar su cólera, pero sin mucho éxito.


- Antes que nada ¡Contrólate!- le ordeno su padre- sino terminaras echando todo a perder... - lo más conveniente seria que esperaras un par de días antes de volver a presentarte ante Takashima y...


- No, ¿Sabes lo que haré? Iré al departamento a pillarlos in fraganti, seguro que estos momentos están ahí llevándose hasta la ultima cosa de Uruha...


- Seria lo mejor...


- ¡NO! ¡¿Sabes que seria lo mejor?!- cuestionó totalmente desencajado y dirigiéndose con grandes zancadas hasta donde se hallaba al tío de Akira- Que este maldito viejo no hubiera abierto su estúpida boca!!

 


Lo tomó del cuello de la camisa que vestía y lo alzó, hasta su nivel, Kiyoshi tuvo que ponerse de puntitas para no quedar volando y tomándole de las manos que lo atenazaban intentó soltarse.

 


- ¡Cálmate Yuu!- intervino su padre, sujetándole de un brazo, para que desenganchar al otro, pero sin resultados satisfactorios- Por esto todo siempre te sale mal... - comentó frustrado alejándose de su hijo y del viejo- eres en extremo impulsivo, nunca piensas con la cabeza fría... eres demasiado visceral.

 


Aoi por si mismo, comenzó a soltarlo de a poco, Kiyoshi pudo respirar con mayor facilidad una vez que sus pies tocaron el suelo e inmediatamente se alejó del joven, como si de un demonio se tratase – Vaya…  Pobre Takashima- Pensó.

 


- Quiero que por un segundo te pongas en mi lugar... - su mirada felina fue dirigida hacia su progenitor- tu no sabes lo que es sentir la llama de los celos quemándote por dentro- su voz era fuerte y contenida- no me importa que Uruha y Reita sean medios hermanos, lo que me importa es que eso no va a hacer cambiar los sentimientos que Uruha tiene hacia él.


- Puede ser... - aceptó su padre, con aire comprensivo, por un momento una antigua sensación le inundó el pecho, asfixiándole, pero no había tiempo para sentimentalismos baratos- Como te dije, solo queda esperar... debes hallar el momento propicio para acercarte a Takashima, ahora solo conseguirás asustarlo- comentó rememorando lo que habían planeado minutos atrás.

 


Aoi suspiró con pesadez, con que facilidad podía perder la cabeza, pero es que ¿Acaso nadie entendía lo que Takashima Kouyou significaba para él? No eran sus acciones en Maverick, ni el terror que podía enfundarle al castaño y que lo hacia sentir poderoso, era ese cúmulo de emociones que se despertaban en su interior tan solo con su sola presencia, la alegría que lo inundaba besarlo sin miramientos, poseerlo sin consentimiento o con él. ¡Dios! Estaba perdidamente enamorado de Uruha...

 


- Debo acercarme y hacerle entender que lamento todo lo sucedido, prometerle que jamás volverá a sufrir un maltrato de mi parte, que vuelva conmigo porque sino me moriré sin él a mi lado... que lo amo mas que a nada ni nadie... – enlistó con voz trémula.


- Suenas convincente... - halagó su padre, sonriendo con tranquilidad.

 


Aoi colocó su mano en el hombre de su padre en búsqueda de apoyo y el mayor correspondió con igual gesto, no se despidió del otro hombre, solo salió sin decir más. Necesitaba un trago y estar solo.

 


- Etsuya... - se atrevió a hablar el otro- mi taxi esta afuera esperándome...


- Bien, te mantendré informado de las novedades, igual tu... - sentenció con dureza, dirigiéndose a la salida del estudio.


- Si, ¿Tienes algo de dinero para pagar?- cuestionó con desfachatez... - seguro que va a quererme cobrar una fortuna...


Etsuya metió la mano dentro del abrigo y sacó su cartera.


- Toma- le tiró los billetes, que el otro, precariamente, alcanzó a tomar.


- Te los pagare cuando pueda...


- Con que te largues de una vez me doy por bien servido... - le miró inquisidoramente.


- Si, si, por supuesto... - y sin perder mayor tiempo se fue.

 


Una vez solo caminó hacia su escritorio con paso cansado, abrió el pequeño cofre que descansaba sobre este y sacó una sola llave dorada. Se agachó y metiéndola dentro del ultimo cajón lo abrió con ella.

 


- Hacia tanto que... - intentó hablar pero las palabras murieron antes de ser pronunciarlas.
Jaló la gaveta con lentitud, con mirada temerosa, sus ojos se humedecieron levemente, cuando se mostró ante el esa vieja fotografía, que guardaba como si de un tesoro se tratase.

 


Estaba un tanto gastada por el tiempo, pero podían verse claramente los rostros que en aquel entonces posaban contentos para la cámara. De derecha a izquierda, el primero era Takashima Keisuke sonriendo ampliamente, a su lado Kaori su esposa después y novia en aquel entonces, Kiyoshi abrazando a Masato y este a su vez abrazando a Ami, después él, con su cara seria habitual, esa foto era lo único que conservaba de aquella época de juventud.


Si su hijo supiera que lo entendía a la perfección, nadie más que él había sentido en carne propia la agonía que proporcionaba la ira y los celos, la lejanía del verdadero amor.

 


- Perdóname... - habló perturbado- aunque sé que desde tu tumba me estarás maldiciendo...

 


No soporto más y guardó el retrato nuevamente con rapidez.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Reita se estacionó justo enfrente de la pequeña cafetería, en cuanto apagó el motor se giró para ver a Uruha, solo había sido 15 minutos de trayecto, pero el castaño se había quedado dormido.


Lo contempló por un momento, sabia que debía despertarlo, seguro se pondría feliz de estar ahí, pero verlo tan tranquilo lo detuvo.


Estaba recargado sobre la ventana, su boca levemente entreabierta, podía oír el leve sonido de su respiración que empañaba a momentos el cristal, su cabello caía con gracia sobre su frente e impedía ver sus ojos cerrados, pero sabia que dormía.


Jamás, ni antes cuando vivió con él lo había examinado de esa manera, a simple vista se veía que tenia una piel perfecta, pero a poca distancia uno se podía dar cuenta de la frescura que emanaba cada uno de sus poros.


Quizás fue la inercia de verle el rostro cubierto por su cabello castaño, que en un movimiento lo acomodó, y sin querer rozó su frente con la yema de sus dedos, comprobando su teoría, su piel era sumamente suave, su mandíbula se tensó cuando quedo a la vista el color verdusco de su piel lesionada.

 

 


- ¿Cómo pudiste permitir... - la preguntó murió en sus labios.

 


Se recostó sobre la esquina de su asiento, sin dejar de contemplarlo... escuchó un pequeño gruñido de parte del otro, seguro estaba algo incomodado, se estiró un poco y cambió de posición, ahora su rostro estaba justo frente al de Reita.


Sus ojos se abrieron poco a poco, y lo primero que se encontró fue con las pupilas de Reita mirándole fijamente.

 


- Listo... - sentenció con seriedad- ya estamos aquí...

 


Uruha no respondió, solo siguió contemplando al rubio, sus ojos siguieron la simetría de faz, sus labios delgados y rosáceos, su nariz respingada, la espesura de sus pestañas largas y ese par de pozos chocolatosos, en que podía disiparse.

 


- ¿Me escuchaste?- cuestionó con un dejo de preocupación.

 


Solo vio como sus labios se entreabrieron y dijo algo que a lo cual no quiso poner atención, solo se levantó poco a poco, como en cámara lenta y cuando pudo, se lanzó sobre sus labios.


El rubio solo sintió como unos labios cálidos se incrustaron en los suyos, y aunque quiso alejarse, los brazos de Uruha le rodearon el cuello, tenia los ojos abiertos como platos, incrédulo ante tal situación, sentía como la boca de Takashima saboreaba sus labios, besándolos con suavidad, con ternura, con devoción, una mezcla de sentimientos indescriptibles, no cooperó en el beso, pero tampoco lo rechazó... simplemente se había quedado sin saber que hacer...


En cuanto pudo reaccionar movió los brazos y los colocó a los costados de Uruha, lo separó sutilmente. Takashima se rehusó al principio, pero después cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, había besado a Reita... a su hermano.

 


- Lo lamento... - murmuró entre apenado y confundido volviendo la cara a un lado para no mirarlo.


- No importa... - dijo intentando sonar tranquilo, pero interiormente estaba perturbado, Uruha seguía queriéndolo, aun a sabiendas de los lazos de sangre que los unían. ¿Qué esperaba? ¿Qué lo olvidara así nomás?- ¿Aun quieres tu chocolate o no?- cuestionó fingidamente molesto, el castaño lo miró creyendo que el enojo era real, pero a cambio de eso, Reita tenia una mueca difusa en el rostro, que bien podría pasar por una sonrisa.


- Sí... todavía...


- Entonces vamos... además a comer algo no nos caería mal...

 


Reita se bajó del auto, y en cuanto Uruha lo hizo también, activó la alarma. El menor entró sin preámbulo, el lugar tenía el aroma hogareño que lo caracterizaba, el olor a almendras dulces y vainilla francesa.

 


- ¿Te parece bien esa mesa?- cuestionó Akira señalando una de las mesas vacías más cercana.


- Si... - asintió sonriendo.


- ¡Los milagros existen!- exclamó Natsuki desde la caja, al ver al par de chicos que habían entrado a la cafetería, así que de un salto brincó la barra y con grandes zancadas llegó hasta ellos.


- Hola Natsu-chan!- saludó Uruha interceptándola.

 


La joven morocha lo abrazó efusivamente, mientras miraba por encima del hombro a Reita.

 


- ¡Por Dios Santo!- exclamó la chica muy asombrada- ¿Qué te paso?- cuestionó mirando el moretón en el ojo de su amigo.


- Un asalto- mintió de nueva cuenta.


- Si, la inseguridad- segundó Reita con fastidio, odiaba ese estúpido pretexto, además le agriaba el carácter solo recordar el verdadero motivo de ese golpe.


- ¿Y tu que?- cuestionó regañona, al recién entrometido- ¿No saludas?


- Buenas tardes... - fue su frío saludo.


- ¿Qué? ¿Acaso dormimos juntos o que?- cuestionó soltando al castaño y dirigiéndose al mayor.

 


Uruha intentó aguantarse la risa, la verdad la morocha era muy chistosa, y que decir de la cara de Reita completamente apenado, tenía la vista de todos clavada en él, debido al escandaloso regaño de la chica.

 


- Siempre tan simpática... - se puso de pie y le ofreció la mano por cortesía.


- ¿Cómo le decía tu amigo? Témpano, ¿Verdad?- esta vez cuestionando a Uruha, y Akira tenia cara de no entender- le va bien el apodo.

 


Tomó la mano, pero solo para tomarlo desprevenido y abrazarlo fuertemente.


Uruha tomó asiento y una vez que Reita logró liberarse, no muy fácilmente, del abrazo de oso, se sentó también.

 


- ¿Qué les ofrezco?- cuestionó acomodándose el delantal, y sacando de el, una libreta y un lápiz.


- Un chocolate caliente... quizás un pedacito de pie de frutilla... - dijo sin ver la carta el castaño.


- ¿Y a ti? Témpano... - preguntó con descaro...


- Un emparedado de pollo y un refresco de durazno... - respondió omitiendo el comentario de la mesera, había olvidado por qué nunca termino de gustarle ese sitio.


- Si, claro... tu siempre tan saludable- comentó antes de alejarse a atender la orden.


- ¿Qué significó eso?- cuestionó Suzuki mirando a Uruha, el cual sabía perfectamente a que se refería.


- Nada... ya sabes que a Natsuki le falta un tornillo...

 


Reita no preguntó mas, además que esa mujer le ponía de mal humor.

 


- Aquí tienen... - dijo la chica acomodando cada platillo en el lugar de cada uno- ¿Algo más?


- Si- habló Akira sin siquiera mirarla, colocándose la servilleta de tela sobre sus piernas.


- ¿Qué?- preguntó extrañada, mirando la mesita, había llevado todo.


- Algo de privacidad...


- Ja-Ja-Ja que simpático- imitó la voz del rubio- Para la otra ven solo y platicamos- comentó bajito al castaño, quien asintió sonriendo.

 


Si, claro, pensó Uruha y perderse semejante espectáculo, eso si que le levantaba el animo, Reita y Natsuki siempre terminaban peleando, en cada ida a la cafetería, aunque claro todo era en broma, interiormente creía que ambos disfrutaban de reñir así.

 


- Gracias por traerme- dijo para después meterse un trozo de pai en la boca- Mmm delicioso- se deleitó.


- De nada- sonrió levemente, le agradaba ver a Uruha así de contento.

 


Ninguno de los dos comentó nada más, además que ambos ya tenían bastante apetito, Uruha pidió otro trozo de pai y Reita otro emparedado de pollo, la chica paso a molestarlos un par de veces más, pero todo estaba muy bien, el castaño no podía dejar de pensar que eso le recordaba a otra época de su vida, cuando Reita y él aun eran novios... además Natsuki aun creía eso, que eran pareja.


Reita miró su reloj de pulsera, eran ya pasado de las 5 de la tarde, podía ver tras el cristal de las ventanas como el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Uruha notó el movimiento de sus ojos del reloj a la puerta, seguro, ya deseaba irse.

 


- Si quieres podemos irnos ya- comentó tomando levemente su mano, para llamar su atención, aunque claro el simple toque fue una descarga eléctrica para ambos.


- Si, me parece bien- aceptó alejando su mano por inercia, mas inmediatamente se arrepintió, aquello podía entenderse como un rechazó.

 


Uruha alzó la mano y la chica fue inmediatamente.

 


- Nos das la cuenta por favor... - solicitó el, al tiempo que sacaba la cartera...

 


Sacó la libretita del delantal y clavó la vista en la orden.

 


- Son mil del témpano- Reita gruño ante el apodo- y lo tuyo bombón va por cuenta de la casa... - sonrió divertida.

 


Reita sacó un par de billetes y los puso sobre la mesa.

 


- No esperes propina... - recalcó con fastidio... - dale gracias a tus malos modales...


- Lo que tu digas... además no me haces ni mas pobre ni mas rica... - le volteó la cara.


- Parecen dos niños de jardín... – regaño el castaño con fingida dureza.


- Díselos a tu amiguita... - se defendió Reita...


- Yo que tu cambiaba de novio, este es un ogro...

 


El comentario les cayó como balde de agua fría, Uruha no dijo nada, además para que, él sabia que Reita no tardara en corregirla.

 


- ¿Y tu porque no te buscas una vida?- cuestionó molesto.


- ¿Y tú porque no te compras un poquito de humor, cariño?


- Eres un fastidio...


- Si, si lo que tú digas- se acercó a Uruha y le susurró muy cerca- llévate a tu témpano enojón, que me va a hacer nevar aquí a adentro...


- Esta bien... - sonrió alegremente- Nos vemos pronto- la abrazó cariñosamente.


- Cuídate cielo... - le besó en la mejilla…- ¿Y tu?- se giró para ver al otro nuevamente- Cuídate también sino a quien molesto...


- Bien...

 


Ambos chicos salieron, Uruha no podía negar que estaba triste, se la había pasado de maravilla, pero algo lo estaba molestando, y era ¿Por qué Akira no había corregido a Natsuki?, Antes, si alguien se hubiera atrevido a suponer que eran algo más que amigos, lo hubiera agarrado a golpes, pero ahora que realmente no eran nada, sentimentalmente hablando, no lo había hecho.

 


- Sé lo que tienes... - dijo una vez dentro del auto- no se lo dije, porque... simplemente no lo sé...


- Entiendo... - murmuró mirando al frente- te entiendo perfectamente...

 


Uruha giró el cuerpo y el rostro hacia la ventana, además de que deseaba ver el paisaje que daba el atardecer, no deseaba que Reita lo viera pensativo, sabia muy bien que podía leer bien sus gestos, para el mayor siempre había sido como un libro abierto, además ahora que estaba solos nuevamente, le volvía la vergüenza de haberlo besado horas atrás.


Se abrazó a sí mismo, haciéndose ovillo en el asiento, estaba refrescando conforme avanzaban, la casona de los padres estaba a las afueras de Tokyo, sumado a que casi ya no podía verse el sol, pronto haria un frío que le calaría hasta los huesos.


Reita sintió que la temperatura descendía, con la pelea que había protagonizado frente a Ruki en la empresa, ni siquiera le había dado tiempo para sacar su abrigo ni maletín de dentro de su oficina, solo llevaba puesto una camisa, que claro no cubría mucho, él también sentía un poco de escalofríos, con un rápido movimiento, dejando ver por un momento el camino, tomó el abrigo que se encontraba en el asiento trasero y lo haló hacia adelante.

 


- Toma- se lo ofreció a Uruha, quien en seguida se cubrió con el.


- ¿Y tú?- cuestionó un tanto preocupado.


- No tengo frío... - mintió aunque solo en parte, miró de reojo, el control de la calefacción del vehículo, estaba al máximo.

 


Cuando divisó la puerta principal de la casona, se sintió un poco más aliviado, comenzaban a helársele las manos y los pies debido a la inmovilidad de los estos, volvió a mirar a Uruha, se había acomodado en el asiento mirando al frente, al ver que se acercaban a la mansión.


Abrió la ventanilla del vehículo y un aire congelado llenó el interior del auto, Takashima se cruzó de brazos para proporcionarse calor, Reita sacó la mano y tocó el timbre.

 


- ¿Quién es?- cuestionó el guardia desde la entrada de la caseta, el rubio nunca lo había visto, seria que nunca había ido de noche, sacó la linterna y le alumbró el rostro a Akira y Kouyou.


- Suzuki Akira...- informó.


- Joven Akira... inmediatamente le abro la reja- se metió nuevamente a la caseta y apretando uno de los botones la reja se abrió- es el día libre del mayordomo y como no aviso que vendría no hay nadie dentro de la casa...


- Ya nos las arreglaremos solos, gracias...

 


El hombre miró al otro que iba dentro del vehículo, creía haberlo visto antes, pero ante la oscuridad no podía reconocerlo.

 


- Que tenga buena noche...


- igualmente...

 

 

Akira cerró la ventanilla y se introdujo al jardín, siguiendo el trayecto de tierra y piedras.

 


- Ya llegamos... - bajándose del auto...- espérame aquí, iré a abrir la puerta...- mostró el manojo de llaves que recién sacado del bolsillo.


- Bien... - asintió.

 


Reita corrió el metro que lo separaba de la puerta principal, mas por necesidad que por prisa, así por lo menos entraría en calor.


Tomó la llave e introduciéndola en el cerrojo abrió, si a fuera estaba frío, a dentro parecía el polo norte, seguro que como no estaba el mayordomo no estaba prendida, encendió la luz y vio el interruptor de la calefacción y la encendió.

 


- Me tome la confianza de guardar el auto... - comentó Uruha desde la entrada, cerrando la puerta nuevamente.


- Gracias- dijo intentando no mostrarse sorprendido, pero si le había dado un buen susto.


- Esta helando afuera... - dijo quitándose el abrigo.


- Aquí tardara en ambientarse pero pronto no tendrás frío... - informó frotándose las manos para darse calor, se sentía un poco culpable de la circunstancias, si hubieran ido a un hotel, no tendría que verse en esa precaria situación.

 


Uruha lo miró preocupado, tenia las mejillas completamente sonrojadas, debido al frío y las manos seguro estaban tan mal como se veían, se acercó apresurado y sin pensarlo mucho lo tomó de las manos.

 


- Están heladas- dijo mientras las envolvía con las suyas... - No es necesario- quiso librarse del contacto pero la mirada decidida de Takashima lo detuvo- Había olvidado lo testarudo que eres... - sonrió a medias...

 


Rreita no podía quitarle los ojos de cada movimiento que las manos del menor hacían sobre las suyas, masajeándolas a momentos con firmeza y otros con extremada atención, poco iba recuperando su temperatura corporal.

 


- Prenderé la chimenea- dijo terminado con el toque, mientras con pasos rápidos se dirigía hacia esta y encendiendo un fósforo que estaba sobre el mueble cercano, la encendió.

 


Al principio la llama fue débil, pero conforme iba tomando oxigeno y abriéndose paso el fuego dentro de los troncos, la llama se volvió más viva y comenzó a inundar con su calor.

 


- Traeré unas mantas para dormir aquí... - dijo señalando a los sillones de la estancia y la alfombra- las habitaciones deben estar muy heladas


- Si... - dijo acercándose al fuego que seguía avivándose más y más. Uruha curioseó por un momento, recordaba alguna vez haber estado en ese sitio, pero no hacia poco, porque lo recordaría a la perfección, fue en otro tiempo, hacia muchos años, quizás de niño... ahora que lo pensaba mejor, si sus padres eran tan amigos, seguro que alguna vez tuvo que haber ido, la idea de haber conocido a Reita de pequeño lo lleno como una luz reveladora.


- Aquí tienes...- dijo el mayor extendiéndole un par de las cobijas y una almohada, las cuales Uruha tomó

 

- Gracias...- se acomodó sobre uno de los sillones y se acomodó las mantas sobre las piernas- No me gusta beber- recordó, mas por lo acontecido en Nueva York- pero en estos momentos solo eso me calentaría un poco- dijo tiritando

 

- Si deseas buscare algo... pero yo no deseo beber, después no recuerdo las estupideces qu...- se detuvo, no había medido la magnitud de tal comentario...- quiero decir que..


- No intentes arreglarlo- aconsejó acostándose sobre el sillón, su rostro brillaba debido a la luz de los leños encendidos, las llamas danzaban dentro de sus ojos claros, tan tristes- se que has cometido muchas cuando has bebido... más cuando estas conmigo...- completó, recordaba que las veces que él y Reita habían hecho el amor, sólo porque el otro había estado tomando.

 

- Entiende que no quise decir eso- intentó explicar...


- Olvídalo... mejor hay que dormir...- sentenció girándose hacia el respaldo del sillón, dando por terminada la conversación. Reita se quedó un momento más de pie, mirándolo, a pesar del frío, aquello no pintaba bien y esto solo era el principio, la convivencia a penas empezaba.

 

 


Continuara...

Notas finales:

Reita sigue igual de tonto kjdasjkasd

 

Aparecio una nueva incognita XDD que piensan sobre eso? XD!

 

 

Nos leemos en el prox cap!

 

GRACIAS por sus reviews!

Gracias a Miyuki, sweett, aghy, Nao xd!, _Kuroneko_, hela_24, YesyUru, waby, kyoaku, Shanista0, DarkxSweetxFlower, Shiotaka, alex takashima, Merlouck, Mika, Kiki Nice, Suzutaka, Okonashi, Kiharu, sesshinu, Uruha_Aoi y a muchos mas >_

 

Muchas gracias m(_ _)m

 

Ya empieza la cuenta regresiva!! *o* XD!!!

 

Nos leemos! :D

 


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