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Por Culpa de su Padre por Tatsuya

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Notas del capitulo:

Ohayooou :D!

 

Espero que todos esten bien, aqui les traigo el antepenultimo cap de esta fanfic (?)

 

XD

 Espero que lo disfruten y q no se mueran (?) ajajjaj xd

 

Enjoy

 

 

No pudo pegar un ojo en toda la noche, el sabor de ese beso dado lo embargaba toda la razón, la suavidad de sus labios sobre los suyos, el sabor de su boca, tan distintiva y tan bien conocida, la escena completa repasaba en su mente una y otra vez reviviendo el momento, eternizándolo.

 


- Reita me besó- repitió por enésima vez, aun sin creerlo del todo, y no era para menos, ni en sus sueños y fantasías imaginó un beso así.

 


Ahora no podía culpar al alcohol de aquel arranque del mayor, estaba en sus cinco sentidos... aunque en ese instante hubiera deseado haber sido él el alcoholizado, para haberse dejado llevar y no haberlo rechazado como lo hizo.


Uruha estaba dando vueltas en la cama, en la pieza que desde esa noche servía como su habitación, contando uno a uno los segundos del reloj, esperando que amaneciera con la firme intención de enfrentarse a Reita.

 

 


Le debía una explicación...

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Aoi tampoco había podido dormir, para su mala suerte ni Satoshi ni Ruki habían estado en la empresa cuando él fue a buscarlos, así que al primer rayo de sol saltó de la cama, ese seria el día para encontrar a Kouyou.


Tenia una docena de llamadas perdidas de su padre en el celular y mensajes en el buzón de voz, hasta cuando iba a entender su padre que ya no era un niño, sino un hombre, que no podía controlarle ni ponerle limites, a esas alturas de su vida.


Bajó al estudio, a diferencia del día anterior, ya estaba en sus cabales, así que tenia un plan trazado para ese día, lo que haría, lo que diría, a quien vería y con quien acabaría.


No había vuelta de hoja... en este mundo solo existía una lugar para uno de los dos, Akira o él, si Uruha no era para él, tampoco lo seria para nadie, prefería verlo muerto que lejos de su vida.


Abrió el primer cajón de su escritorio, el cual tenia bajo llave, y metiendo la mano sacó el arma que celosamente guardaba ahí...


La miró con detenimiento, estaba cargada.


Sin más la metió entre su cuerpo y su pantalón y la oculto con chaqueta, estaba listo para irse.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





No se llevaría más de lo necesario, una que otra prenda de vestir, tampoco esperaba quedarse mucho tiempo en el hotel, solo lo justo para aclarar si Takashima y él eran hermanos, mientras tanto no podía quedarse en el mismo lugar que el castaño, lo sucedido la noche anterior se lo demostraba, lo había besado.

 


Jamás en su vida había deseado tanto algo como ese beso.

 


Cerró los ojos rememorando, que ciego había estado, todo ese tiempo de convivencia con Uruha no había sido solo odio, sino un sentimiento nuevo que nacía, su razón encargándose de negar el sentimiento, creyendo que su reciente dedicación a cuidar del castaño era solo culpa.


No sabía exactamente si era amor, pero de que Uruha despertaba un deseo irracional en él… era cierto.


Acomodó la maleta en la entrada, se iría esa mañana, solo le encargaría todo a Masami-san, Uruha estaba seguro ahí, Aoi no le encontraría, aunque no estuvieran en el mismo lugar, lo seguiría protegiendo, ahora más que nunca no podía permitir que Yuu lo lastimara, no podría soportarlo.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Satoshi bajó del auto, y se encaminó a abrir la puerta del copiloto, Ruki iba con él, el estacionamiento estaba completamente desierto a pesar de la hora.

 


- Gracias- sonrió complacido.


- Espero que hoy tengamos noticias de Uruha... - murmuró contrariado- no sé pero no me siento tranquilo, a pesar de que este con Suzuki.


- Reita le dijo que lo protegería y la verdad, yo le creo- sonó convencido.

 


Caminaron rumbo al ascensor, Satoshi se aventuró a tomar su mano, el pequeño se sorprendió un poco por el gesto pero aceptó la caricia.

 


- Ruki- dijo deteniéndose, por el agarre entre ambos, el (ahora) castaño-rojizo también se detuvo- Sé que no es el mejor momento...


- ¿Para que?- cuestionó el sin entender...


- Debes tener la cabeza echa un lío, pensando en Uru, en su seguridad, pero creo que no puedo callar lo que siento por ti... - murmuró con mirada gacha.


- Al fin- suspiró Ruki con apremio.

 


Satoshi se tensó por tal respuesta proveniente de su chibi.

 


- ¿Creíste que no sabia que me querías? Te estabas tardando a confesarme que me amas y no puedes vivir sin mí... - se le lanzó completamente.


- Tu sabias...


- Tontito- Ruki se acercó y sin pensarlo mucho le beso cálidamente en los labios...


- Vaya par de tórtolos- dijo Aoi mirándolos a corta distancia, los chicos se separaron inmediatamente.


- Shiroyama...-Satoshi sintió como la sangre recorría furiosa sus venas al tener a ese desgraciado frente a sus ojos, quiso acercársele y molerlo a golpes, pero las manos de Ruki sujetando de su antebrazo lo detuvieron.

 


- Disculpen la interrupción pero necesito preguntarles algo... - dijo cínico.


- ...- se quedaron a la expectativa


- Quiero saber ¿Dónde esta Uruha? Y espero que me lo digan.


- ¿Qué? ¿Estas loco?- cuestionó Satoshi incrédulo- Jamás te diríamos donde esta Uruha aunque nos mataras...


- Que bueno que me dices eso- murmuró cabizbajo- da la causalidad que vine preparado- con un movimiento rápido saco la pistola de la cintura del pantalón.

 


Al ver el arma, el moreno protegió a Ruki con su propio cuerpo, no sabia hasta que punto podía llegar el idiota de Aoi, pero lo que si sabia era que lo protegería de quien fuera y tampoco revelaría el paradero de su amigo.

 


- Fui a buscarlos a sus respectivos departamentos- refiriéndose al castaño y al rubio- pero nada- informó apuntándoles directamente, su rostro era una mueca desencajada... trastornada- así que no intenten engañarme… y hablen de una vez.

 


Ruki negó con la cabeza, el pelinegro estaba completamente loco.


No estaba para rodeos, les apuntó directamente, no deseaba perder tanto tiempo, sino deseaban cooperar los obligaría si fuera necesario.

 


- ¡Hablen!- gritó frustrado ante la poca disposición de ambos.


- No sabemos- chilló el pequeño asustasdo- y aunque supiéramos jamás te lo diríamos... ya le causaste suficiente daño a Uruha... ¡¿Por qué no lo dejas en paz?!- exclamó desesperado.


- ¿Quién quiere ser el primero? ¿Tu Satoshi?- lo apuntó directo- o mejor ¿Tu amado Takanori?- cuestionó inquisidor.


- Déjalos Aoi- habló Hiko detrás del pelinegro, con aire despreocupado- Ya te dijeron que no saben nada, y yo te lo puedo asegurar.

 


Ruki y Satoshi los miraban sin entender, la abogada le hablaba con total tranquilidad, a pesar de estar armando, y con una familiaridad desconcertante.

 


- Acaso ¿Tu sabes donde esta Uruha?- se giró a enfrentarla.

 


Asintió como respuesta.

 


- Dime ¿Dónde?- cuestionó mirándole mas sin dejar de apuntales al par, no les iba a dar tiempo para realizar alguna maniobra.

 


Hiko miró a la pareja, quien con rostros desconcertados, le suplicaban con la mirada que no fuera a hablar, los ignoró.

 


- En la antigua casa de los Suzuki’s- dijo con soltura.


- No será un engaño, o ¿Sí?


- No te estoy mintiendo Aoi.

 


Caminó directamente hasta el lugar donde se encontraba su auto, cuando estaba fuera del alcance del chico guardo el arma y abordó.

 


- ¿Por qué le dijiste?- la enfrentó Ruki con molestia.


- Deberían agradecerme, sino hubiera interferido ahora estarían muertos- sentenció con frialdad y autosuficiencia.


- Ahora resulta que te debemos darte las gracias...

 


Hiko sonrió a la espera.

 


- No hay que perder tiempo- murmuró Satoshi sacando su teléfono portátil- debemos avisarle a Reita de lo sucedido.

 


La pelirroja mostró confusión, quizás fuera momento de revelar sus verdaderos propósitos.


Dejó a la pareja ahí y marcó a la casona de los Suzuki’s... debía ganar tiempo.

 


- No contesta- alcanzó a oír que decir a Satoshi a la distancia.

 


Pocos tonos después Masami-san contestó.

 


- Buenos días mansión...


- Masami-san, necesito hablar con Reita, ¿Esta?- habló ansiosa.


- Si, Srita Hiko permítame se lo comunicó enseguida.


- Mochi mochi - después de uno corto momento la voz del rubio resonó del otro lado.


- Reita... necesito verte... creo que acabo de cometer una gran estupidez...

 

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





No supo en que momento lo había vencido el sueño, pero no era para menos, la mayor parte de la noche se la había pasado en vela.


Abrió los ojos, el dormitorio estaba en semipenumbras, buscó el control automático de las cortinas y las abrió de par en par. El reloj de pared mostró las 10.30 de la mañana.Se levantó de un saltó, no le importó andar en pijamas, salió de la habitación deprisa.


La habitación de Reita estaba justo a un lado de la suya, suspiró para calmar su creciente nerviosismo y tocó.


No obtuvo respuesta, insistió.

 


- Buenos días Joven Kouyou- saludó el mayordomo subiendo por las escaleras.


- Buenos días Masami-san... - saludó con desanimo.


- ¿Busca al joven Akira?- cuestionó al verlo parado justo frente a la puerta del rubio.


- Si- asintió a la expectativa, él seguramente sabia si estaba aun dormido o en otro sitio de la casona.


- El Joven Akira se fue muy temprano... - informó.


- Se fue... querrás decir salió- corrigió al mayor con aire divertido. Masami-san solo se confundió ante eso.


- No, se fue, me encargó que lo cuidara bien... se mudó a su departamento en la ciudad.

 


Uruha se perturbó ante eso, Reita se había ido, seguramente estaba arrepentido del beso y lo mejor, para no darle la cara, era salir huyendo dejándole solo.


El timbre de la entrada se oyó y alertó a ambos.

 


- Iré a abrir- dijo el mayor yendo escaleras abajo.

 


¿Y si era Reita, si había vuelto?


 Siguió al mayor a corta distancia.

 


Cuando la puerta se abrió la cara de expectación que tenia, se convirtió en una expresión cargada de miedo.

 


- Hola Uruha... ¿creíste que no te encontraría?- cuestionó Aoi con voz melosa.

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Hiko había dicho en el restaurante que estaba a dos cuadras de la empresa y ahí estaba.La divisó sentada en una de las mesas, cercanas a la ventana, bebiendo tranquilamente un cappuccino descafeinado.

 


- Buenos días Hiko- saludó llegando a su encuentro.


- Hola Reita, que bueno que llegaste- se mostró nerviosa y preocupada.


- Te oías muy mal por teléfono ¿Qué paso?- cuestionó tomando asiento.


- Aoi estuvo hoy en la empresa... - soltó el llanto, el rubio tomó su mano para apoyarla.


- ¿Qué hacia ese idiota en la empresa?- cuestionó confundido, era ilógico pensar que Uruha iría a trabajar, como si nada hubiese pasado, después de lo acontecido.


- Te juro que es lo único que pude hacer..


- ¿De que hablas?- no entendía de qué hablaba la pelirroja.


- Tenia un arma- limpió el par de lagrimas de sus mejillas y aspiró profundo para intentar tranquilizarse- y la sostenia amenazando a Ruki y a Satoshi...


- ¿Qué?- Preguntó  atónico, verdaderamente Aoi estaba loco.


- Los amenazó con matarlos si no le decían donde encontrar a Kouyou- un nuevo sollozo se hizo presente- tuve decírselo yo...


- ¿Tú? ¿Tú se lo dijiste?

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Uruha se lanzó sobre la puerta en un vano intento por cerrarla, impidiéndole el paso a Aoi, pero fue inútil. Shiroyama se adelanto a su movimiento, leyendo sus intenciones, así que aventó al anciano justo al suelo y usando toda su fuerza abrió la puerta con un duro golpe que la hizo chocar con el duro concreto, quedando de par en par.

 


- ¿Creíste que podrías librarte tan fácilmente de mi?- cuestionó mirándolo fijamente, con una mirada penetrante, su rostro transfigurado por la ira, la piel alrededor de sus ojos, a causa de las horas de insomnio, le daban un aire maligno que le erizó la piel.


- ¿Por qué no puedes dejarme en paz?- aquella más que una pregunta, era un claro reclamó, mostrando en sus facciones una creciente preocupación, le tenía miedo, realmente le temía.


- Tú eres mío Kouyou… de nadie más.

 


Aquello sonó como una sentencia dictada y en el fondo Uruha sintió que así era, que por más que lo intentara, solo o con la ayuda de Reita, jamás se quitaría ese dominio, pero no todo se sumía a solo esa alternativa, también cabía la oportunidad de enfrentar a sus demonios, brindar batalla y salir victorioso, mostrarse confundido y dominado solo serviría para mostrarse débil y sumiso dándole ventaja a la mente retorcida de su ahora ex amante para someterlo.


No debía dejarse vencer, ni amedrentar, debía ser fuerte y firme en sus palabras, sin dejar ver el horror que le infundía su sola presencia, si lo hacia se vería perdido… en ese momento no estaba ni Reita ni Satoshi que pudieran ayudarlo.

 


- Yo no soy tuyo- lo enfrentó con seguridad, tenia las uñas incrustadas en la piel de sus puños cerrados, ejerciendo fuerza, sus nudillos blanquecidos.

 


Sin importarle mucho la reacción de sorpresa de Aoi, caminó hacia el anciano y lo ayudó a incorporarse.

 


- Joven Kouyou… ¿quiere que llame a la policía?- cuestionó intentando recuperar el aliento perdido. Aquel hombre desconocido tenia muy mala pinta, además la forma tan vilenta en que se había introducido en la casona, no era de alguien con buenas intenciones.


- No es necesario Masami-san, yo arreglare esto.

 


Aoi no cabía en su sorpresa, ante la ligereza con que Uruha estaba tomando su presencia ahí, pero conocía demasiado bien al castaño o a su transparente forma de ser, denotaba que toda esa firmeza era solo una pantalla para ocultar al niño asustadizo que vivía dentro de él.


El anciano aunque obedeció la orden, se alejó a un par de pasos, manteniéndose a distancia prudente.

 


- ¿Crees que me engañas?- preguntó con sarcasmo- se que por dentro estas temblando de miedo- río estrepitosamente acercándose un par de pasos acortando la distancia, su figura encorvada y sus ojos azules fijos lo intimidaban, pero no se permitió flaquear, no esta vez.

 


A su mente llegaron momentos de semanas atrás, todo parecía tan lejano entonces, cuando Aoi lo pretendía, y su manera de actuar y de dirigirse hacia él, era completamente distinta, ni en su más horrible pesadilla imaginó lo que le deparaba a su lado, su obsesivo amor,  sus forma tan sádica de tomarlo… esa maldita noche llego a su mente, sus ojos se cerraron por inercia, tuvo que sostenerse de la pared cercana… un mareo, unas nauseas ante tal sentimiento de asco que se apoderó de su ser completo… la forma cruel en la que lo había poseído, abusando de su fuerza, de su posición, lo había violado, aun recordaba la forma bestial de su estocadas, de sus uñas clavándose en su piel sin piedad y con regocijo, era su manera de marcarlo como propio, de quitarle el último gramo de voluntad, de autoestima… pero no, no quería ser ese estúpido que deseaba complacerlo por miedo y temeroso a sus reacciones, no quería terminar con su dependencia, ser otro…

 


- Este es el nuevo Kouyou- se señaló seguro, sus ojos claros destellaban con un brillo distinto, Aoi lo notó, pero lo pasaría por alto… le parecía ese cambio tan imposible, Uruha siempre sería un ser débil- Te equivocas…- murmuró adivinando sus crudas conjeturas- no soy mas el muñeco de nadie, ya no puedes asustarme ni imponerte ante mi con tus palabras…- no agachó la mirada, tenia una postura altiva y desafiante.


- Pues no te creo…- rezongó firme- siempre estarás a mi merced y a mis ordenes… no puedes olvidarme, olvidar las veces que estuviste entre mis brazos, la forma en que te tome…saciándome de tu cuerpo hasta cansarme… jamás podrás borrar mis huellas de tu piel, seré un estigma… una maldición, jamás, escúchame ¡Jamás! ¡Podrás librarte de mi!- gritó lleno de furia.

 


Su alma se acongojó ante esa confesión, y por un momento en su rostro se distinguió la duda.

 


- Lo vez… jamás podrás terminar conmigo… me pertenecerás hasta el día que te mueras…


- ¡Estas loco!- exclamó lleno de odio, no, ese no era su destino- Estoy cansado de que intentes dominarme de crueles maneras, terminando con mi autoestima, hiriéndome con tus palabras que destrozan mi interior, no, esta vez no voy a permitirte causarme algún daño… esta vez seré yo quien te ponga un alto…


- ¡No puedes!- sentenció tajante- no esta aquí nadie que pueda ayudarte, mira a tu alrededor, estas solo! Solo!!


- No necesito a nadie para defender lo que creo, lo que quiero, soy libre de decidir, y lo que decido hoy es no caer mas en tus engaños, no dejarme someter por tu influencia vil, ni permitirte más violencia…ni de cuerpo ni de mente… no podrás acabar conmigo… será mejor que te vayas Shiroyama, porque ya no tienes influencia sobre mi.

 


El rostro de Uruha denotaba su autosuficiente confianza recientemente adquirida, como si un nuevo ser, más fuerte, más decidido, naciera dentro de él, con la capacidad de elegir, de defenderse a sí mismo de todo aquello que intente dañarlo, porque no había visto todo eso dentro de él, ¿Tanto se había equivocado? ¿Con Akira? ¿Con Yuu?


Una sonora carcajada se escuchó y retumbó como risa diabólica en la estancia, un escalofrío recorrió la espalda del castaño, pero no se inmutó.

 


- ¿Crees que he venido a pedirte tu autorización? Si yo digo que vienes conmigo… es porque así es…

 


Con un movimiento premeditado desenfundo el arma oculta, y la mostró cual plateada era ante Takashima y el mayordomo.

 


- Ahora cambian las cosas ¿no?

 


No había creído que pudiera estar armado, ahora sus posibilidades eran casi nulas.

 


- No me asustas- inquirió- primero muerto que irme contigo… eso esta decidido y nada, ni esa arma me harán cambiar de opinión.

 


El mayordomo en un vano intento por intervenir en la situación, intento tomarlo por sorpresa y despojarle del arma… pero falló, Aoi anticipó su movimiento y le encestó un duro golpe que lo tendió en el suelo.

 


- ¡Masami!- exclamó el castaño con preocupación, iba a acercarse a auxiliarlo, pero Aoi lo apuntaba impidiéndole dar un solo paso.


- ¿Tanto te importa el viejo?-su pregunta fue contestada por la cara del castaño- si no quieres que lo mate aquí mismo tendrás que venir conmigo…

 


Uruha sabia que ya no debía enfrentarlo ni retarlo, o pudiera ser peor, quizás fingirse sumiso y abnegado, dispuesto a obedecer le diera algo de tiempo…

 


- No, por favor- rogó- no lo dañes, yo haré lo que tú quieras pero no lo mates…


- Jaja ahora pides por favor, cuando hace unos momentos eras toda una fierecilla…- se burló.


- Me iré contigo si eso quieres- comentó dispuesto, con media sonrisa en los labios.


- No creas que puedes engañarme…quieres tiempo, tiempo para que el estúpido de Reita venga a rescatarte ¡Como lo hace siempre!


- No, no, por supuesto que no… Reita se fue y no va a volver, se mudo a su apartamento…- informó.


- No estés tan seguro, ahora por ejemplo puede estar en camino hacia acá.


- Eso es imposible.


- Ni tanto, si el plan resulta como lo planee, en estos momentos Hiko debe estarle diciendo todo al maldito abogaducho.


- ¿Hiko? ¿Qué tiene que verella  en todo esto?


- Ella fue quien me dijo donde encontrarte… lo averiguó precisamente hoy…

 


¿ Hiko era aliada de Yuu? Pensó su mente, totalmente desconcertada, era lo ultimo que faltaba… ¿Con cuantas personas más se había equivocado? Aunque pensándolo bien, Hiko nunca le había caído bien.

 


- Tu cara me lo dice todo…- sonrió maléficamente- ¿Crees que Hiko llegó a Maverick por coincidencia? No, yo supe de su antiguo amor de universidad por el maldito de Reita, quería que lo conquistara para quitarlo definitivamente del medio, al verlo feliz con una mujer, tu terminarías de olvidarlo… pero ni siquiera pudo hacer eso bien…- se molestó- me hizo prometer que si me decía donde estabas, yo te llevaría lejos, a un lugar donde Reita no pudiera localizarte y ella tendría el camino libre… que estúpida...- rió alto.


- ¿Por qué dices eso? Acaso ¿no es ella tu aliada?-quiso saber.


- Ella fue a decirle a Reita que yo sabia donde estabas, para usarlo de coartada de por qué me informó tu paradero, creyendo que cuando llegara Suzuki yo estaría muy lejos de aquí… - su cara se transformó, reflejando toda la maldad que cohabitaba dentro de él- jamás podré estar tranquilo hasta que el abogaducho no represente un peligro latente… no, por eso nos vamos a quedar aquí hasta que llegue y entonces… entonces acabare con él.


- ¡No!- gritó.


- Lo vez… te preocupa lo que le pase… no puedo vivir con ese fantasma entre nosotros…así que muerto el perro, se acabo la rabia.


- No, Reita no me importa- mintió- lo que no quiero es que tu te maches las manos de sangre por mi culpa- su voz sonó preocupada y melosa al mismo tiempo.


- Jaja no soy tan estúpido para creer eso Uruha… ¡¿Por quién me quieres tomar?!- cuestionó con rabia, acercándose a él, la distancia era casi nula, podía reflejarse claramente en esos irises azulinos cargados de maldad.

 


Deslizó con dedos traviesos la punta de la pistola sobre el rostro del castaño, delineando la forma de su mejilla, la imaginó tan suave al tacto, como cuando la tocaba con sus dedos curiosos. Uruha tembló ante el contacto de su piel con el duro metal, alejó su cara solo un poco para evitar el roce.

 


- Me mostraras que realmente no te importa ese maldito, cuando lo mate como a un perro, frente a tus ojos y no vea en ti un mínimo de congoja.

 


El menor intentó tranquilizarse… no podía permitir que Aoi le causara algún daño a Reita, se moriría él también…


Alzó la mano lentamente, hasta colocarla en el borde la pistola alejándole de su rostro… su mirada asustada se volvió otra, confiada, dispuesta.

 


- ¿Para que perder tanto tiempo aquí, esperándolo?-cuestionó con voz suave, su aliento chocaba de lleno en la boca del otro.- Pudiendo escaparnos de todo, irnos a donde tu quieras, juntos a…


- Olvídalo- Lo empujó con fuerza sobre uno de los sillones, que la noche de antes de ayer, había servido de cama para él  y Reita.


- Esta decidido, nos quedaremos aquí hasta que ese desgraciado se aparezca.

 


Aoi desato las cortinas y los lazos de seda que las mantenían abiertas, ató de manos y pies al mayordomo, colocando la pistola en el suelo, a un distancia corta, para que si el castaño no quisiera pasarse de listo y tomarla en un descuido, para hacerse el valiente.


Tomó el arma nuevamente y con una de sus manos haló al anciano hasta la cocina, no es que representara algún peligro, simplemente lo quería fuera de su vista.


Cuando Uruha se vio solo, pensó que quizás tuviera oportunidad, pero temía por la vida de Masami… no podía arriesgarse a hacer alguna idiotez en su afán de librarse del pelinegro.

 


- ¿Me extrañaste?-cuestionó amoroso Aoi, sentándose justo en el sillón de enfrente.- Nos podremos cómodos entonces- acomodó su cabello negro que caía desordenado sobre su rostro por el esfuerzo, y cruzó las piernas, normalizando su semblante, sonrió plácidamente- Ahora solo nos queda esperar a Suzuki…

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Reita condujo a toda velocidad, debía llegar lo antes posible a la casona, ya había perdido tiempo valiosísimo en el trayecto de ida a la ciudad, otro más con Hiko en el café y lo que llevaba de camino de retorno, la carretera parecía más y más larga, y el tiempo transcurría con una rapidez desquiciante.


Solo rogaba al cielo que Uruha estuviera bien, que el loco de Aoi no hubiera cometido una estupidez, que aun les alcanzara en la mansión, porque de lo contrario tendría muy pocas posibilidades de encontrarlo fuera de ella, Aoi podría llevarlo a cualquier sitio, donde no pudiera hallarlo.


Odiaba esa incertidumbre, ahora que entendía mejor sus sentimientos, la sola idea de no volver a ver a Uruha lo aterraba, ¿Cómo había durado tanto tiempo para darse cuenta de lo mucho que el castaño significaba en su vida?


Recordó la noche cuando lo vio en aquella fiesta, su encuentro nocturno, sus ojos avellanas llenos de alegría, el blanco de su piel brillando aun mas por la luz de luna… su confiada sonrisa llena de inocencia… sus besos tímidos, los llenos de pasión, sus caricias bajo la ropa, su abrazos, todos sus muestras de amor que por venganza se negaba a disfrutar.


Y después cuando todo paso, cuando Uruha se enteró de que su relación era una farsa, su reacción, su intento de suicidio… sus ojos oscuros vidriaron ante aquel recuerdo, el cuerpo del castaño dormido, conectado a un sin fin de maquinas, sus brazos heridos… su alma destrozada, y él, el único culpable…


En medio de toda aquella confusión, un sentimiento aun más fuerte que su misma venganza había nacido, negado desde el principio, oculto por temor a haber sido arrancado de raíz por él mismo, ahí a la expectativa, esperando el momento mas propicio para mostrarse…


¿Amor? ¿Realmente ese era el nombre de ese sentimiento? ¿Eso era lo que realmente sentía por Takashima? ¿No culpabilidad? ¿No remordimiento?


Las veces que estuvo dentro de cuerpo, la pasión de su entrega, el deleite con sus besos, Uruha siempre habló claro sobre su sentir, lo amaba, a pesar de todos sus actos, sus actitudes, sus hechos, aun en ese corazón puro, existía la llama de un amor para él.


¡Que idiota! Exclamó su mente, ¡Que injusto! ¡Que egoísta! Tanto tiempo sin darse cuenta, sin detenerse, sin razonar, ¿Por qué hasta este momento? Cuanto dolor le hubiera podido evitar al castaño, si se hubiera sincerado consigo mismo, si hubiera dejado a un lado tan terrible destino, tan irracional promesa, tan indigna venganza.


Una lagrima surcó su mejilla solitaria en un inicio, después otras se unieron en su afán por proporcionarle algo de alivio a su corazón, hacia tanto que no lloraba, que no se liberaba de esa faceta de indiferencia, todo ese cambio se lo debía a ese tonto de Uruha, a ese hombre que se había sabido ganar su afecto y a quien deseaba proteger de quien fuera, sonrió, aun entre el llanto, cuanto deseaba devolverle al castaño la sonrisa, su sonrisa confiada y sincera que desde siempre odio, porque era lo mas hermoso que hubiera visto nunca.


La casona se divisó a la distancia… respiró aliviado cuando pudo distinguir a la perfección el auto estacionado de Shiroyama cerca de la entrada…


Ahora debía trazar un plan para que aquel asunto terminara bien, no podía olvidar el factor de que el pelinegro estaba armado.


Bajó con rapidez, el portón estaba abierto, se acercó a la pequeña caseta, el guardia de la entrada estaba tirado sobre el suelo, inmovilizado con una par de sogas, no tenia herida aparente, seguramente solo ese golpe en la cabeza que fue dado para hacerle perder el conocimiento.
El cable de teléfono al exterior estaba roto.


Caminó el trayecto hacia la casa escondiéndose en los arbustos que rodeaban el camino, no podía darse el lujo de que Aoi lo viese, debía utilizar el factor sorpresa.


No entraría por la puerta principal, sino por la puerta de la cocina, sabia desde siempre que la llave de la puerta era ocultada en una de las macetas, manía de Masami para evitar inconvenientes.
Hurgó entre la tierra mojada, tomó la llave y abrió sin hacer ruido, ahí en el piso de la cocina se hallaba el anciano, igualmente atado y amordazado… los ojos del mayor se abrieron como platos cuando le vio llegar.


Se acercó con sigilo y le quitó el pañuelo que le impedía hablar.

 


- Joven Akira- habló al tiempo- ese hombre quería llevarse al joven Kouyou, he oído sus voces, aun están en la sala de estar- informó angustiado.


- Quédate aquí- sugirió, desatándolo- llama a la policía…- se detuvo, no quería invocar a la mala suerte, pero igualmente debía estar preparado para lo que fuera a suceder- y a una ambulancia- dijo cediéndole su teléfono portátil, por la rapidez con que habían acontecido las cosas, no había pensado en pedir ayuda, su primera reacción fue ir y salvar a Uruha del peligro que representaba Aoi

 


Los labios de anciano temblaron levemente ante esa alternativa, que alguno de esos dos jóvenes que tanto apreciaba, pudieran resultar lastimados por ese hombre de aspecto sicótico.


Su andar fue lento y ocultándose detrás de los muebles, conforme se acercaba al lugar señalado por el mayor, las voces se volvían más nítidas…


Después de unos segundos pudo verlos a ambos, Uruha tenía un golpe en la mejilla, sangraba.
Aoi como energúmeno caminaba de un lado a otro, empuñando la pistola, a momentos apuntándole sin ningún miramiento.

 


- Vendrás conmigo…y no intentes pasarte de listo… porque estoy dispuesto a llegar a las ultimas consecuencias- amenazó desencajado- creeme que no tengo nada que perder…

 


El castaño lo miró asintiendo en silencio, sin saber que sentir o que pensar, con un miedo creciente, un temor a la muerte, pero no a su muerte, sino a la de Reita, Aoi estaba dispuesto a acabar con él, no lo había dicho abiertamente, pero esas eras sus intenciones… matarlo.


Sentía el escozor de la piel de su mejilla, ardía el desgarre, sentía el espeso liquido brotando de ella, para secarse unos centímetros mas abajo… en una distracción de Aoi, al servirse una copa de licor, intento tomarlo desprevenido, pero no fue tan rápido y lo único que consiguió fue que el pelinegro lo golpeara con la pistola, devolviéndolo a su posición anterior, sobre el sofá…


Y la actitud calmada se había vuelto otra vez a volverse violenta…


Casi podía ver cual filme, su vida de los últimos años, con el remordimiento de los errores cometidos, entre ellos su relación tormentosa con ese hombre frente a él.


Que tonto había sido al cree que Akira podía protegerlo del loco de Aoi, su mente desquiciada siempre iba a un paso delante de ellos, no pudieron sacarle ventaja, ni suponer los pasos que daría.


El rubio se lanzó sobre Aoi en su intento por quitarle el arma, forcejearon durante segundos que para Uruha se volvieron eternos, imaginaba, como en las películas, que un tiro podría escaparse y herir alguno de ellos, la sola idea le aterraba, y aun si fuera Aoi el herido, no le deseaba ningún mal, solo quería verlo lejos de su vida, no muerto.

 


- Maldito Suzuki... - murmuró empujándolo con fuerza, estrellándolo contra una de las paredes.

 


Estuvo a punto de perder el conocimiento por el golpe propinado pero se recuperó...

 


- ¡Suelta esa arma, Yuu!- ordenó el padre de este, poniéndose en el marco de la entrada.


- ¿Tu que haces aquí?- cuestionó el pelinegro mirando al mayor completamente contrariado.


- Yo le avise- murmuró Hiko sin ocultar creciente preocupación, sus ojos vidriosos.


- Eres una maldita traidora…- siseó entre dientes, empuñando con fuerza el mango del arma… preparándose… en cierta forma se sentía acorralado, pero no, se negaba a aceptarlo… tenía un plan desde el inicio… matar a Akira y llevarse a Kouyou con él.


- Baja el arma antes de que cometas otra estupidez…- habló de nuevo el viejo, deseando intimidarlo, su hijo debía obedecerle, darse cuenta del terrible error que estaba cometiendo.


- ¡Cállate!- le ordenó con aire de superioridad, no le importaba su rango… ahora él tenia el poder de su lado, ni siquiera su padre podía hacerlo desistir… nada que le dijera podría hacerlo, estaba decidido a todo- esto va ha terminar aquí y ahora…

 


Aoi levantó el arma nuevamente, apuntando directamente al rostro de Suzuki que instintivamente protegió con su cuerpo al castaño… si de algo esta seguro es que no iba a permitir que Aoi lo dañara aun más, más de todo lo que ya lo había dañado. No importaba si para eso tiene que arriesgar su propia vida.


- Aléjate de él, Suzuki…- ordenó, pero el rubio no se movió ni un solo centímetro, no iba a dejar que se lo llevara, sobre su cadáver.

 


Uruha prefirió alejarse de Reita, el rubio lo miró de reojo sin entender, aun después de todo Takashima ahora lo esta protegiendo.

 


- Vámonos Aoi- pidió suavemente, caminando despacio hasta él… Yuur lo miró con ojos ilusionados, por un momento quería dejarse llevar y creerle… pero por otro, su mirada se endurece… no puede dejar a Reita con vida… viviría siempre con la incertidumbre…


- ¡Basta ya Aoi!!!- Gritó su padre perdiendo la paciencia… -¡Termina de una vez con esta locura!-Y aquel grito fue como un detonante, como una orden equivocada, o más bien una interpretación errónea, o aun mejor… conveniente.

 


Le quita el seguro a la pistola, su mirada azulina se fijó en los ojos oscuros del abogado, decidido, colocó su dedo en el gatillo, fue solo un segundo de duda y después… todo pareció aclararse.


Reita solo esperó el impacto, no va iba a darle el gusto de rogar por su vida, quizás en el fondo es lo que buscaba, porque sintió que lo merecía… El también dañó tanto a Kouyou…

 


- ¡No!- el grito de Uruha inunda el lugar, aturdiendo a los presentes… y luego el sonido de un disparo, los colocó a la expectativa.

 


Hiko giró el rostro, queriendo no ver como había terminado todo, no deseaba saber quien había sido el blanco de ese tiro, si Reita o Kouyou quien en un intento por impedir su muerte corrió hasta Aoi.


Reita tenía en el rostro tatuada la confusión, en una fracción de segundo había cerrado los ojos… y ahora esta ahí, Aoi mirándolo perdido…. el cuerpo de Uruha sobre la alfombra…


Solo el padre del pelinegro realmente sabía lo que haba pasado… Uruha se lanzó sobre la mano de Aoi que empuñaba el arma, desviando el tiro, pero el pelinegro por la inercia, aventó al castaño y este calló golpeándose fuertemente en la cabeza con la mesa ratona… y para después terminar sobre la alfombra sin sentido.

 


- ¡Uruha!- gritó Reita acercándose hasta él, arrodillándose a su lado…

 
- No esta herido- informó Etsuya, con un dejo de menosprecio, denotando su poco interés en Takashima.

 


Aoi no contaba con eso, de que su castaño pudiera impedirle matar a Reita… se da cuenta por consiguiente que ninguno de los dos ya vale la pena… ambos deben de morir… si es que Uruha no lo estaba ya después de ese golpe.

 


- Hay que llamar una ambulancia- murmuró Suzuki con preocupación- ¡Hazlo!-ordenó directamente a Aoi- ¡No decías quererlo!?


- Ya no me importa… El jamás será completamente mío- su tono era neutral, su mirada perdida, vacía, como si con ese intento de Uruha por salvar a Reita, se hubiera ido el delgado lazo que lo ataba a la realidad.- siempre estuviste tú… siempre esta tú, siempre lo estarás- murmuró sin sentido… acariciando con dedos curiosos el frío metal del arma que aun sostenía en sus manos.


- Entonces nunca lo amaste…- corrigió Akira, completamente frustrado


- Si el no es mío no lo será de nadie…

 


Reita volvió a sentirse el blanco de Aoi, sentía los ojos de él y también se giró a mirarlo con resentimiento y lastima.

 


- No eres más que un pobre loco- rió, poniéndose de pie, y sin temor caminó los pasos que lo separaban del pelinegro, la punta de la pistola chocó con su pecho- Dispara si quieres, aunque lo dudo… eres un cobarde- los ojos de Reita lucían vidriosos.


- ¿Qué?- cuestionó sin entender, el rubio también se estaba volviendo loco.

 


¿Qué pretendía Suzuki con todo eso? No podía evitar preguntárselo el padre de Aoi ante semejante actitud del chico, ahí ofreciéndose sin temor, pero él no podía permitirlo, no iba a hacerlo.

 


- Aléjate- se encaminó hasta ellos- No te expongas de ese modo-susurró.

 


Aoi saía que esas palabras no iban dirigidas a él… ¿su padre preocupado por Akira?... lo miró desconcertado, ¿Qué significaba eso? Su Padre miraba a Suzuki con aire protector, con ojos orgullos, jamás vio en ellos sentir algo igual dirigido a él ¿Qué demonios estaba pasando ahí?

 


- Yuu no puedes matarlo.

 


Le habló a él, pero sus ojos están fijos en el rubio, Reita también lo notó extrañado, Shiroyama Etsuya lo observaba de manera extraña… Bastante

 


- No voy a permitírtelo…- su voz era segura, firme.


- No estoy pidiendo tu permiso- respondió rebelde, su padre jamás le ha ordenado algo, no empezara en aquel momento.

 


Su padre puso su mano sobre el marco del arma…

 

- No puedes ni debes matarlo Aoi…


- ¿Por qué?- esta vez preguntó el rubio, quiere solo reafirmar lo que la mirada del anciano le ha dicho, al clavarse de esa forma en su rostro, al mirarlo con esos ojos cargados de pesar, podía leer claramente en ellos una triste palabra “Perdón”


- Aoi… Reita es tu hermano… - dijo sintiendo que con esa confesión se había caído un gran peso que cargaban sus hombros.


- No…- murmuró incrédulo- Reita es hermano de Uruha- sonrió tétrico.

 


Akira simplemente no supo que decir, ni pensar, a diferencia de lo que Aoi crea, la idea, para él, no era tan descabellada… ¿Pero cómo era posible? ¿Por qué le había hecho creer entonces que su padre era el de Kouyou?


Etsuya respiró con dificultad, sintiendo su corazón acelerarse, ahora Aoi lo apuntaba a él…

 


- Quiero la verdad…- murmuró, sus ojos azules están desbordados en llanto…

 


Hiko estaba oculta mirando todo como una mera espectadora… contando los segundos para que esa pesadilla terminara, culpándose mentalmente de todo lo que esta pasando, remordiéndole su conciencia de haber ayudado a Aoi a encontrar al castaño.


Las sirenas de patrullas acercándose causó una gran expectación, esperanza para algunos y para Yuu solo el final… aquello… todo estaba fuera de control… su mente no daba para más… fue como un mecánico movimiento… su arma sobre su sien…

 


- ¡Yuu!- gritó Akira impidiéndole cometer tal acto… ambos cayeron al suelo, la pistola un poco mas allá…

 


Lo sujetó fuerte para que no tuviera oportunidad de tomarla nuevamente… sus rostros tan cercas, los ojos de Aoi mirándole con ¿Ternura? Los suyos desconcertados… Aoi era su hermano…

 

 

 

 

 

 

 


*~*

 

 

 

 

 





Reita terminó de hablar con el oficial, sabía que era rutina, todo había acontecido dentro de su casa, así que no podía hacer otra cosa que acceder y responder a sus preguntas…


Hubiera dado lo que fuera con irse en la ambulancia con Uruha, saber como se encontraba, aunque el paramédico le había dicho que solo había perdido el conocimiento por el duro golpe, aunque claro tenían que hacerle los exámenes de rutina y un par de radiográficas para descartar alguna lesión cerebral…


Pero algo lo mantenía inquieto, la mirada que le dio el rubio cuando despertó en medio de la revisión, lucia desorientado… quizás no debía tomarlo tan en cuenta… seguro estaba perdido, no sabía como era que todo había terminado y como había parado dentro de la ambulancia, que se lo llevaría hasta el hospital más cercano.


Aoi… no pudo evitar pensar en él, también se lo habían llevado en ambulancia, sufrió una crisis nerviosa terrible… su mente se había extraviado en el centro de los sucesos, saberlo su hermano terminó con la poca cordura que le quedaba… Hiko prefirió irse en la ambulancia que quedarse a enfrentarlo, sabia que había cometido muchos errores, errores que le impedían volver a verla de la misma manera.


Miró a Etsuya, quien a su vez lo miraba tambien, se quedó, sabía que lo esperaba para hablar… y la verdad es que se lo agradecía… tenia tantas dudas, tantas cosas que quería saber…


Poco a poco todas las patrullas se fueron despejando el área, hasta MAsami-san había sido llevado a rastras para ser revisado por un medico… se sintió aliviado de que todo hubiera terminado y nadie hubiera muerto.

 


- Akira… yo quisiera…- habló llegando hasta él, animándose al fin, sacando al abogado de sus profundos pensamientos.


- Yo también quisiera…- murmuró con todo neutro…

 


Shiroyama padre asintió en silencio, con una débil sonrisa en los labios, la expresión siempre oscura, se suavizó débilmente.

 


- Tu padre me presentó a tu madre solo unos días después de que él pidiera su mano…yo recién había pedido a Akemi, la madre de Yuu- recordó, un gran dolor se prendió en su pecho y se extendió por todo su cuerpo, sus ojos aunque acuosos, no dejaron caer ninguna lágrima, una mueca difusa en su rostro ante el recuerdo- desde que la vi, caí perdidamente enamorado de ella, y tiempo después supe que Ami había sentido lo mismo al conocerme… fue amor a primera vista…


- Quiero oír el resto…- intervino, con ojos anhelantes… ¿Ese hombre era realmente su padre?

 


Etsuya sonrió débilmente, asintiendo levemente con la cabeza, ver esa mirada en los ojos de Akira sentía que volvía a ver los de Ami décadas atrás… cuanto se parecía Reita a su madre.

 


- Nos seguimos viendo a escondidas, yo le prometí terminar mi compromiso con Akemi, ella lo haría con Masato… cuando quisimos enfrentarnos a sus padres, ellos se negaron… tenían un negocio en puerta con la familia Suzuki, si deshacían el compromiso este se vendría abajo y ellos no podían darse ese lujo… así que sin mas Ami se casó y yo por despecho hice lo mismo, me case- se detuvo.

 


Lagrimas traicioneras surcaron su rostro, intentando darle consuelo, tenia todo aquello guardado desde hace tanto que rememorarlo, era como quitar la gruesa costra de una profunda herida y de nueva cuenta comenzaba a doler y a sangrar, como recién hecha.

 


- Fue el momento mas duro de mi vida, ver a uno de mis mejores amigos casándose con la mujer de mi vida… pero no terminó ahí- murmuró con pasión- no podíamos arrancarnos el sentimiento así sin mas, olvidarnos de todo lo que tuvimos, todo lo que vivimos, dejar de vernos, y cuando nos veíamos actuar como si no fuéramos nada, más que viejos amigos… ¡no podíamos!- su voz se quebró con su sollozo, miró hacia el cielo, intentando recobrar la compostura, rogándole al cielo que le diera la fuerza para continuar y su alma no doliera mas.


- Engañaron a mi padre…… ¿Siguieron viéndose?- cuestionó, un nudo en la garganta lo ahogó por un momento, quería saber como había sido concebido, tenia derecho, no?


- Nos volvimos amantes…- confesó apenado y poco hombre, mas por manchar la memoria de su amada- pero ya teníamos todo planeado, abandonaría a Masato y huiríamos juntos, a donde pudiéramos ser feliz juntos y con…- miró a Reita y se atrevió a alzar la mano y tocar el rostro del rubio…- contigo… ella ya estaba esperándote a ti…- sonrió con satisfacción.

 


El menor se sintió tan raro ante aquella repentina caricia, pero no se alejó, en el fondo quizás la necesitaba…

 


- Pero ¿Aoi?- cuestionó, ¿También iba a dejarlo a él?


- Lo quería, lo quiero- corrigió- más que a nadie en el mundo, pero sabía que él estaría mejor al lado de su madre, en ese entonces solo tenia 3 años, no podría entenderme…


- ¿Se vieron durante casi 4 años? ¿Y nadie se enteró?- siguieron las preguntas emanando una tras otra.


- Solo el padre de Kouyou…- murmuró- se enfureció conmigo, quería obligarme a hablar, a decirle todo a Masato…pero no tenia el valor… después tu madre enfermó, su embarazo era de alto riesgo así que no podía exponerla… decidimos esperar a que nacieras…

 


Toda tristeza se menguaba un poco ante el hecho de frente a él, tenía a su hijo, a Akira… el fruto de su amor con Ami.

 


Su rostro se oscureció nuevamente, ante el fatal recuerdo.

 


- El resto lo sabes… tu madre murió en el parto… Suzuki ya tenia sus dudas sobre ti, seguro fue esa carta que encontraste… ya sin Ami nada importaba, de nada servia hacer sufrir a Akane con mi abandono así que deje las cosas como estaban…


- Fuiste un cobarde…- era su turno de hablar- dejaste que mi padre- no podía dejar de llamarlo así, bueno o malo, lo crió, y quiso a su modo- creyera que Takashima era el traidor y no tú, dejaste que su odio creciera hacia él, que quisiera vengarse de él y no de ti, el verdadero traidor… que cómodo de tu parte- recriminó severo, su ceño levemente fruncido, sus manos apretadas fuertemente.


- Lo se… pero no quería perder lo que tenia… a mi esposa, a mi hijo...- quiso excusarse, aunque fuera vano su intento.


- ¿Y yo?- cuestionó desilusionado- yo también era tu hijo y me dejaste… dejaste que Suzuki Masato me llenara de odio contra Takashima, que me obligara a vengarme, que me hiciera prometérselo en su lecho de muerte, no te importó Kouyou, que yo me desquitara de él, dejaste que Yuu me odiara… no me diste la oportunidad de conocer a mi hermano, quizás si yo hubiera conocido la verdad, si hubiera estado cerca de él, nada de esto hubiera pasado…

 


Reita desvió la mirada… sentía que tenia un enorme rencor brotando en su pecho y no, no quería volverse a llenar de esa clase de sentimiento, ahora que tenía la oportunidad de decirle todo a Uruha, de darse una posibilidad con él.

 


- ¿podrás perdonarme?-cuestionó llamando su atención…


- No lo se…


- ¿Me odias?- interrogó nuevamente.


- No quiero hacerlo… - sonrió suavemente…- pero tampoco esperes algo de mi…

 


Se encaminó hacia donde había dejado su auto, ahora que conocía la verdad, no había nada que le impidiera estar junto a Uruha, la mentira se había caído, aunque el castaño no lo supiera… quería ver su reacción cuando le contara, cuando se diera cuenta que él también lo quería…


Subió al auto y encendió el motor deprisa… por un momento se sintió tan tranquilo… ya nada podía opacar esa creciente sensación de bienestar que brotaba su interior...

 

 

 

 

 

O ¿Sí?

 

 

 

 


Continuara…

Notas finales:

Chan chan chaaaan...

 

 

que les parecio??

 

Gracias por los reviews del cap anterior, se los agradezco enormemente n_n!

 

Espero que les haya gustado esta parte n_n

 

Qué pensara que sigue???


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