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Por Culpa de su Padre por Tatsuya

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Reita bajo de su auto con dirección en mano, miró incrédulo a su alrededor, a juzgar por el nombre y la apariencia pulcra del lugar, parecía un hospital reconocido y prestigioso. En cierta forma dudaba de encontrar ahí lo que estaba buscando, mas Aoi con firmeza le había dicho que era el indicado.

 


- Debes preguntar por él- recordó las palabras exactas provenientes de la boca de Shiroyama, hasta el tono seductor de su voz que le crispaba los nervios- es de los tipos que dejan la ética de lado por un par de ceros, no tendrás ningún problema con él.

 


Dejo de lado sus pensamientos para encaminarse con paso lento a la entrada, subió un par de escalones y antes de que pudiera mover su mano hacia la puerta de cristal, esta fue abierta por uno de los guardias, agradeció con solo un movimiento de cabeza y prosiguió su camino.

 


No había mucha gente en la sala de espera, solo un hombre que a juzgar por su apariencia desaliñada, podía decirse claramente que tenia varios días ahí, se le quedó mirando fijamente, lucia tan abatido y desesperanzado que le recordó a sí mismo, en un lugar semejante, a la espera de que el medico le diera noticias buenas sobre la salud de su padre. Se giró de golpe al percatarse de que era observado, sacó de su bolsillo un pañuelo y secó su frente con rapidez, le dolía recordar la agonía de su padre, esos eternos días en el hospital, además no había tenido tiempo de llorarle, fue tan rápido el inicio de su venganza, que no había podido sacar todo ese dolor de la perdida paterna.

 


Sacudió la cabeza levemente, no era momento de debilidades, estaba ahí por un motivo, se peinó las hebras de cabello rubio que se habían desacomodado debido al movimiento y se dirigió con gesto serio hacia la enfermera, que detrás del amplio mesón como recepcionista. La joven al verlo sonrió con nerviosismo y al instante se sonrojo apenada.

 


- Buenos días, ¿Puedo ayudarle en algo?- se ofreció gustosa la chica.

 


- ¿Puede decirme donde se encuentra el consultorio del doctor Mizuki?- cuestionó directamente sin prestarle mayor importancia a la mirada coqueta de la enfermera ni a las de aquellas que se había reunido en una esquina para mirarle curiosamente, seguramente no tenían nada mejor que hacer, pensó para sí.

 


- Claro, solo siga por el corredor- indicó con una de sus manos- es la tercera puerta del lado derecho- sonrió nuevamente.

 


Suzuki ni siquiera agradeció el servicio, no tenía humor, después de los recuerdos tenidos y la cara de boba de la enfermera le había comenzado a dar un dolor de cabeza terrible, así que inmediatamente se dirigió por el rumbo señalado.

 


Era corto el trayecto, así que no se le dificultó nada encontrar la puerta con una gran placa de letras doradas, que le marcaban el nombre de la persona que estaba buscando. Tocó dos veces y la puerta se entreabrió un poco con el leve contacto, mas Akira no se atrevió a irrumpir dentro de la consulta.

 


- ¡Adelante!- se oyó decir desde dentro, Reita abrió la puerta un poco mas, justo lo necesario para entrar sin problemas, después cerró la puerta tras de sí.

 


A diferencia de lo que había imaginado del doctor, un hombre no anciano, pero si entrado en años, con un rostro transformado por la codicia y por sus actos ilegales, no fue precisamente lo que encontró, éste era un hombre joven, si no se equivocaba de la misma edad que la suya, ojos pardos, cabello castaño y de complexión atlética, pero claro, esa era la primera impresión, pues bastó que le sonriera para que denotaran sus facciones un algo irregular, que le dio mala espina.

 


- Debes ser Suzuki Akira -señaló el doctor con aire de triunfo, ante el leve sobresalto por parte del rubio.

 


- Así es- reafirmó fríamente, sin moverse siquiera, había algo en ese tipo que le daba mucha desconfianza.

 


- Aoi me informó que vendrías, al igual que me informó del trabajo que deseas que haga- dijo Mizuki acercándose paulatinamente a Reita.

 


Se quedo mirándolo fijamente sin ningún indicio de discreción, sus ojos recorrieron el cuerpo de Suzuki con detenimiento, perfecto… esa fue la palabra que apareció en su mente, no pudo evitar pensar que era muy apuesto, su mirada ambigua y lejana era hipnotizante, y que decir de esos labios que parecía hechos de porcelana fina.

 


Mizuki sonrió con malicia.

 


- Entonces dejemos la cortesía de lado y dígame ¿cuanto quiere?- dijo secamente, sin intimidarse en ningún momento, nunca había estado envuelto en ese tipo de tratos, pero tenia la entereza necesaria para no flaquear.

 


- ¿Cuanto?- se cuestionó a sí mismo- ¿Cuanto?- repitió meditabundo retrocediendo unos pasos antes de proseguir.

 


Reita aun en el umbral lo miraba sin expresión clara, Mizuki se sentó calladamente en uno de los sillones cercanos.

 


- Dígame Akira san ¿Cuanto vale para usted mi servicio?- preguntó, primero deseaba medir la oferta del rubio- Además dígame ¿Cuanto vale la respetabilidad de un medico titulado con altos honores y de principios firmes?- esto ultimo lo dijo con un tono sarcástico que molesto a Suzuki. ¿Que principios iba a tener ese tipo, si se le notaba a leguas lo mediocre y avaricioso que era?

 


- No lo se, póngase precio- respondió únicamente.

 


Mizuki se le acercó nuevamente, no podía evitarlo, su persona destilaba un magnetismo que le incitaba a más que una conversación de “doctor y paciente”. Se acercó tanto que podía ver dentro de sus ojos su propia imagen, además de una frialdad absoluta, pero lo que más le sorprendió fue que no retrocediera pese a la cercanía de sus rostros.

 


- Siempre me ha gustado el numero cinco, con 500,000 yenes me daré por bien servido, le di buen precio por la estima que le tengo a Yuu- dijo poniendo distancia, claro, estaba hablando de dinero.

 


- Bien- aceptó sin regatear- Vendré esta tarde a nuestra supuesta consulta, si Aoi le informó, sabrá que vendré acompañado y sabrá lo que debe de decir- dijo Reita al tiempo que se giraba con la firme convicción de irse, no había nada mas que tuviera que decir.

 


Pero antes de que pudiera siquiera dar un paso, la puerta se abrió nuevamente, solo sintió un golpe seco en el brazo que le hizo trastabillar, solo alcanzó a mirar a un torbellino que paso a su lado para después, seguramente, parar a un lado del medico.

 


Reita se giró no por curiosidad sino por inercia y le sorprendió ver ni más ni menos a su “amigo” Kai besando apasionadamente a Mizuki.

 

- ¿Re- Reita?- exclamó Kai al percatarse de la presencia de su ex compañero en el consultorio. Su primera impresión fue soltarse de su pareja para después caminar hacia el rubio y saludarlo efusivamente.

 


- ¿Qué haces aquí?- preguntó confundido, sabia de la especialidad de su Mizuki era Cardiología.

 


- ¿Ustedes se conocen?- preguntó asombrado el doctor.

 


- Si, claro, fuimos a la misma universidad, tienes ante ti al mejor promedio en Leye- Y antes que Yutaka-eterna-sonrisitas-Kai  narrara toda su historia estudiantil, era mejor cortarle la inspiración.

 


- Vine a consulta- dijo al fin- nunca te hubiera imaginado "ligado" a mi doctor de cabecera- mintió enfatizando también cierta palabra que hizo reír levemente al sonrisitas.

 


- Perdona si te viniste a enterar de mis preferencias sexuales de esta forma, créeme que jamás doy este tipo de espectáculos- dijo al tiempo que ponía cara de niño bueno.

 


Nada de Kai podía sorprenderle ya, lo asombroso era que la junta de ancianos conservadores que estaban detrás del proyecto Mercurio, hubieran contratado a un homosexual como abogado... o quizás... ¿o quizás no lo sabían? Si así fuera, eso podía servirle de mucho en el futuro.

 


- Tu vida personal no es de mi incumbencia, puedes liarte con quien quieras- respondió tajante, Yutaka también conocía ya el carácter ácido de Suzuki, así que ni siquiera le presto atención- Si usted me lo permite doctor, me retiro- se dirigió cortésmente al castaño.

 


- Claro Akira, te tendré resultados mas tarde- sus ojos pardos brillaron cómplices.

 


 Reita ahora solo esperaba que ese estúpido de Mizuki no fuera a abrir la boca con Kai, sino todos sus planes podían irse a la mierda.

 


- Que te valla bien Aki y salúdame a Shima por favor- pidió Kai sonriendo divertido.

 


El rubio lo miró por un momento, primero de forma asesina, pues odiaba ese diminutivo, pero después algo en la forma de hablar de Kai lo había desconcertado, el cambio de voz al referirse a Kouyou, tal vez a Takashima se le había ido la lengua con él, como si supiera de la relación que mantenían, si fuera así ya se la pagaría el castaño. Ya suficiente castigo era estar con él, como para que medio mundo se enterara de ello.

 


- De tu parte, lo veré mas tarde en la oficina- respondió sin inmutarse- adiós- se despidió sin decir mas, antes de girarse para salir del consultorio medico.

 


- Adiós- correspondieron a manera de despedida Mizuki y Kai al unísono.

 

 

 


*~*

 

 



- ¿Puedo hablar contigo?- irrumpió Reita bruscamente en la oficina de su novio, el cual estaba hablando por el teléfono móvil  en ese preciso instante y casi se le cae debido al susto.

 


- Si, solo dame un minuto- respondió tapando el auricular un momento para después volver a hablar.

 


Reita se sentó a la espera de que Takashima se desocupara, haciendo girar su asiento una y otra vez. Uruha lo miró de soslayo y adivinando que seguramente no pasaría nada bueno ahí, así que decidió alargar la llamada lo mas posible, con el fin de darle el tiempo suficiente al mayor para tranquilizarse un poco.

 


Aunque no fue tan acertada su decisión en un principio, pues al notar la tardanza de Shima, Reita comenzó a jugar con los lápices de madera, para segundos después romperlos con fuerza,  pero con el correr de los minutos terminó por cambiar un poco su gesto fruncido y dejo en paz su labor con los lápices, aunque continuaba con su movimiento “desesperante” con el asiento.

 


- Para o vas a marearme- dijo Uruha deteniéndolo con ambos brazos el viene y va del asiento, acorralando a su vez a Reita contra el respaldo.- Ahora si, ¿De que deseas hablar?- preguntó el menor a la espera, no se iba a asustar por el enojo de Reita, ya era momento de sacar un poco el carácter, eso le ayudaría a enfrentarse mejor a las cosas que sucedieran, tanto con la enfermedad, como para defender su postura negativa contra la fusión, además si tenia la culpa de la molestia de su pareja, simplemente lo enfrentaría.

 


- ¿Le hablaste a Kai sobre nuestra relación?- preguntó sin mayor rodeo, acercando el rostro aun más al de Uruha, mirándolo directamente a los ojos, así podría determinar con facilidad si llegaba a mentirle.

 


- De que hemos conversado, la respuesta es si, le conté que somos pareja, igualmente, no le veo nada de malo, una cosa es que nadie de la empresa se entere, ¿Pero a los amigos? no se porque deberías ocultarnos también de ellos- dijo a manera de defensa, se quedó pensando un poco y después continuó- ¿O no querías que él se enterara?- cuestionó sin entender.

 


- Estás en lo correcto- confirmó.

 


- ¿Y eso por qué?- le encaró, al tiempo que se acercaba mas al rostro del rubio con aire de desafío, haciendo que a la vez sus aliento chocaran.

 


- El es abogado encargado de Norwell Association, esa información puede usarla en tu contra en la próxima reunión de accionista.

 


- Lo dudo- reaccionó incrédulo- De todas formas- dijo recuperando su postura de total seducción- Puedo pedirle que sea discreto con ese asunto.

 


- No creí que tuvieras una amistad tan cercana con Kai- comentó asombrado.

 


- Si, nos hemos caído bien, a partir del día que te presentó conmigo, nuestra relación mejoró, antes solo teníamos contacto en el campo laboral- sonrió abiertamente.

 


- Hnm- fue la única respuesta de Reita, junto con una mueca de claro disgusto.

 


- ¿No me digas que estas celoso?- preguntó emocionado.

 


- Claro que no- respondió inconforme por la loca idea que había cruzado por la mente de Takashima, que tan lejano de la realidad estaba, era simplemente que no le agradaba esa amistad, pero por otra clase de motivos.

 


- Si, estas celoso- comenzó a saltar como un niño alrededor del asiento del mayor.

 


- Ya te dije que no, además Kai tiene pareja- Uruha se tranquilizó un poco y se sentó en las piernas del rubio, con la intención de que le explicara lo recién dicho.

 


- ¿Como sabes eso?- preguntó interesado, además le gustaba que Reita de pronto se hubiera vuelto tan conversador.

 


- Lo se, porque es ni mas ni menos que mi cardiólogo- dijo seriamente, sin darse cuenta en el instante que había pasado los brazos alrededor de la cintura del castaño, abrazándole.

 


- !Oh, vayaa!- exclamó Uruha sintiéndose protegido por los brazos de su hermoso hombre de ojos fríos, y Ruki decía que era un témpano, que equivocado estaba.(n/a: Jaa! xd)

 


De pronto el celular de Reita comenzó a sonar y vibrar dentro de su bolsillo, y como si hubiera sido la alarma matutina, le hizo reaccionar ante la situación en la que se encontraba con el menor, el castaño sobre sus piernas y él abrazándolo cariñosamente, por momento se olvidaba que estaba con el hijo del causante de la desgracia de su familia.

 


Se levantó de golpe al tiempo que respondía, sin importarle ni enterarse siquiera que en su movimiento hace que Shima casi pare al suelo.

 


- Si?- respondió con la seriedad que le caracterizaba- ¿Aya?... si, si, estoy aquí en la empresa… ¿en mi oficina? Voy para allá- dijo al tiempo que cortaba la llamada.

 


- ¿Pasa algo?- cuestionó el menor extrañado.

 


- Tengo que ir a mi oficina… te veo mas tarde- dijo sin siquiera mirarle, solo dio la vuelta y salió con rapidez.

 


Solo un par de pasos lo separaban de su oficina, Aya lo interceptó en la entrada un tanto nerviosa, no había podido evitar que ese hombre entrara, tomando en consideración el carácter de su jefe, seguramente eso podría costarle el puesto.

 


- ¿Dónde esta?- interrogó a la joven con aire frío.

 


- Dentro…- no la dejo terminar, ya había abierto la puerta para después cerrarla con llave.

 


Dentro de la oficina estaba Kiyoshi, sentado plácidamente sobre el asiento de Akira y con los pies arriba del escritorio, tal desfachatez molestó al rubio, quien inmediatamente con un manotazo, le hizo bajarlos.

 


- ¿Qué demonios crees que haces aquí?- cuestionó secamente, estaba harto que su tío viniera a molestarlo, menos a la empresa, no podía permitir que Shima lo viera.

 


Kiyoshi sonrió con apremio y su mirada, primero clavada en el rostro frío de Akira, se posó detrás del rubio. Suzuki reaccionó siguiendo el curso de los ojos de su tío, para percatarse de la presencia de otra persona dentro de la habitación…

 


Su expresión de total conmoción lo decía todo…

 


- Yo le pedí que me trajera- fue la respuesta de su anterior pregunta, pero dada por los labios de Miyu.

 

 


Continuara…

Notas finales:

Chan chan!!

Que pasara ahora?? >.<

Que hara miyu??? O:

Que hara reita ahora que ella esta ahi?? o_o

Que hara con su enferdad? xd

Su tio querra mas dinero? -.-

Shima se enterara?? D: !!!

Seguira todo igual despues de este encuentro D: !?

Cuando se encontrara Aoi con Shimita piernas sexys? XDD

 

Si dejan menos de 7 no actualizo >D :z

 

Gracias a todas :3~


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